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XL LA PROYECCION FILOSOFICA DE LA GENERACION DEL JOSE ORTEGA Y GASSET A) ida y Fitesafia En cl capitula que dedicames al anavecentismos como sensibilidad vital de la generacion del 14 vimos que habia una earscteristica prigrita. fia consistente en el rechazo generalizado al siglo XIN'. Ese rechazo patente en fa misma expresién novecemtisnra— era explicito en Euge- nio d’Ors y en Ortega y Gasset y, desde el punto-de vista flossfico, re- presentaba una repubsa expresa del positivism, Fl planteaméento da un paso adelante cuando Ortega resume en la centuria decimondnica ef e- piritu de Ia modernidad a superar en el presente siglo. En nuestra opl- ida la flosofia erteguiana sdlo cobra su verdadero sentido y su dimen- ‘s6n mis profunda cuando se la encusdra en ese contexto. El intenta de superar la madernidad es su ultima ratio, y en esa linea inspira tante su quchaces filosofieo personal como Ia posibllidad de que la cultura espa- ola recobre un papel acorde con su historia en la filosofia universal, Asi lo dice expresamente en un momento culminante de su evolucién in- telectual, cuando en el afio 1929 su pensamienta ba lagrado plena madu- rea; he aqui sus palabras: ‘«Largos alos de experiencia docente me han ensehado que-es muy: dificil a tuesteos pueblos moditerrdneos —y ao por casualidad— hacer. secargo del caracter peculiar, nico entre tadas las demas cosas del Uni- verso, que constituye el pensamiento y la subjetividad, En cambio, alos hhombres del Norte les cs relativamente fill y obvio. ¥ como la idea de Ja subjetividad es, segin ya dije, el principio biisico de teda la Edad Mo- TG en este miamo tomo el cap. XOOXVI. pigs. TOTS. 182 JOSE LUIS ABELLAN dema, conviene dejar al pasa insinuado que x incomprensién es una se las razoncs por ls cuales los pueblos mediterranoos no han sido nnca plenamente modernos. Cada época es como un clima donde jreedomi- pan ciertox peincipios inspiradores y organizadores de la vida; cuando aun pueblo no le va ese clima se desintercsa de la vida, como una planta sn atmdsfera adversa se reduce a una minima, a empleando un termine departivo, pierde “forma”. Esto ha acontecide durante la Hamada Edad Moderna al pueblo espafol. Era el moderne un tipo de vida que no le interesaba, que no le iba. Contra esto-no hay manera de lachar: slo cabe esperas. Pero imaginen ustedes que esa idea de In subjetividad, raiz de la modernidad, fucse supersda —que oira idea mas profunda y firme [a invalidase total o parctalmente. Esto querria decir quc comenzaba un nuevo clima —una nucva época. ¥ como esta nueva época significa una ‘contradiccidn de ta anterior, de la medernidad, las pueblos maltrechos durante el tiempo moderne fendrian grandes probabilidades de resurgir ‘en cl tiempo nuevo. Espaha acaso desperiaria otra vez plenamenie a la vida y a ln historia. {Que tal si uno de Tos resultados de este curso fucse convencernos de que pareja imaginaciin es ya un hecho —de que la idea de Ja subjetividad esté superada por otra— de que la modernidad —ca- dicalmente— ha concluida?s”. En la exposicion —necesariamente incampleta— que aqui baremos del pensamiento de Ortega utilizaré come hilo conductor los des erite- ros anteriores: lo que en la flosofia erteguiana hay de intento de supe- ‘acidn de la modemnidad y lo que en ella se ofrece como estimulo a todo el pensamiento de Jengua expafola. 1. VIDA, OBRA Y sC:RCUNSTANCIA». PROBLEMAS ‘QUI INTERFIEREN SU COMPRENSION JOSE ORTEGA ¥ GASSET (Madrid, 1883-1955) pertenecid a la alta bur- guesia madiriteta, dentro de una familia que habia jugado ur importan- te papel en ta época de la Restauractén. Por parte de madre, figuraba su abuelo Eduardo Gasset y Artime, que milité en la Union Liberal de ‘O'Donnell, primero, y en la filas democrdticas después, durante el =se- xenios,llegando a ser ministro de Ultramar en el reinada de Amadeo ‘en 1857 fundé EI fmparciat. Su hijo, Rafael Gasset y Chinchilla, bere: dé el periddico, manifestindose ardiente defenser del programa de Joaquin Costa, lo que le valié ser nombrado en 1X) ministzo de Agricul ‘ura, Industria, Comercio y Obras Publicas con el gabinete conservador ide Francisco Silvela; posteriormente, Ileg6 a devempear nueve veces la ‘misma cartera, la ltima en 1922, Dolores Gasset y Chinchilla, hermana suya y madre de nuestro filésofo, era otra hija de Eduarda, que, easada Omega ¥ Gawet, :Qot e fowoyie®, Madid, ESR, pps, 160-161, LA CRISIS CONTEMPORANEA 183 ‘con José Ortega Munilla, tendrd tres hijos més: Eduardo, Rafacla y Ma- uel, José figuraba ef segundo en ta escala dc los hermanos, 3 decir, ‘enire Eduardo y Rafacla, y heredé Ia inquictud periodistica que, en la rama de los Ortega, cra atin mas viva y entusiasta que en la dc los Gas- set. El abvela, Ortega Zapata, habia sido redactor de varios periddicos EI Ledin Espatol, EI puente de Alcolea, Et Eco det Progreso— ¥ 3 hijo Ortega Munilla seguird la misma kines, con mis entusiasmo y mayor éxito, pasando a la historia como direcior que fue desde 1879 del suple- mento literarie —wLos Lunes» — de Ef Imparcial: en 1910 se convertird fn director del peridico. Todo esta no debe hacernos olvidar que su vo- cacién litcraria fue mucho mas ampfia: autor de novelas, cuentos, Falle- tones y uta larga lista de narraciones, que le llevardin a un sillém de la R. Academia de la Lengua en. 1902. Dados estos antecedentes, no es extrafio que Ortega y Gasset diga con frecuencia a amigos y conacidos: 4Naci en una rotativan . La frase es algo mis que una antedota, pues su dedicacisn prriodistica se imbrica ‘de tal modo con él sentido de su obra que resulta consustansial a su misma proyecto filosdfico; por ello dice: ¥Mi vocacién era ef pensamieno, el afiin de claridad sobre lax cosas, Acaso este fervor congénito- me hizo ‘ver muy pronto que uno de los rasgos.caracteristicas de mi circunstancia espafola era la defisiencia de eo mismo qi Yo tenia que ser por {naira ‘necesidad...», Por ¢30, sexta propaganda de entusiasma por la luz mental —el umen naturale— habia que haverla en Espana segsin su circunstan- sia impusicra. En nuestro pals, mi la cdtedra ni el Hbra tenian eficiencia social, Nuestro pucbla no admite lo distanciado ¥ solemne. Reina cn é ‘puramente lo cotidiano y vulgar. Las formas de aristecratismo “apar- ‘te han sido siempre estéries en esta peninsula. Quien quicra creat ago —y toda creaciéa es aristocracla— tiene que acertar a ser aristOcraia en Ja plazuela. He aqui por qué, décil ala circunstancia, fe hecho uc mi ‘obra brote en Ia plazuela intelectual que ¢s ef periddicon El punto de partida era, pues, su vocacisn, y su vocacién era la filo- sofla, Sobre esa no puede haber duds, Tras cstudiar

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