Trabajo Social 2019

Curso de Epistemología

Javier Leiva Suárez

¿El autor está a favor o en contra de la objetividad en sentido positivista?
El autor está en contra de la objetividad en sentido positivista. El ideal de este objetivismo se
fundamenta en el supuesto de que las cosas pueden ser conocidas como tal, pero el autor
considera que los objetos se ponen en el sujeto para ser conocidos como idea. De forma tal
que esta perspectiva asume que existe un camino para conocer al objeto en su esencia, en lo
que es como tal, a través del objeto que se muestra como fenómeno en su apariencia.
El problema radica en que los sujetos no son objetos, sino que poseen una subjetividad propia
que perturba al objeto. Lo perturba ya que el objeto es, es como tal y no hay nada que el
sujeto pueda hacer al respecto, pero cuando el sujeto pretende conocerlo lo perturba con su
subjetividad, de manera que en este proceso el objeto como idea deja de ser el objeto como
tal, sino que se convierte en un objeto perturbado por la subjetividad del sujeto y convertido
en idea.
En este sentido, la perspectiva positivista que reivindica el Método Científico cree
efectivamente que por medio de este es posible penetrar en las capas más profundas del
fenómeno para superar su apariencia y alcanzar su esencia. Sin embargo este realmente no
constata a los objetos como tal, sino que su función está en controlar la subjetividad
perturbadora del sujeto, buscando así la menor subjetividad posible en el proceso de conocer
al objeto. Pero es imposible eliminar al sujeto, y por lo tanto su subjetividad –de carácter
perturbadora–, ya que sin sujeto no hay quien conozca al objeto. Es por ello que el autor
considera que, haciendo referencia a Hegel, lo que existe al interior del fenómeno no es sino
el sujeto mismo.
De esta manera, para el autor, la objetividad en sentido positivista es un delirio de la
racionalidad moderna –una racionalidad psicótica, como dirá Lacan–, ya que pretende darle
al saber mismo las características de la transparencia del objeto como tal, de manera que el
conocedor ideal para la objetividad positivista es el sujeto sin subjetividad, un objeto por sí
mismo.