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-CONCEPTOS DE GÉNERO
Según la OMS -2010, “El género se refiere a los conceptos sociales de las
funciones, comportamientos, actitudes y atributos que cada sociedad considera
apropiados para los hombres y las mujeres”. Las diferentes funciones y
comportamientos pueden generar desigualdades de género, es decir, diferencias
entre hombres y mujeres que favorecen sistemáticamente a uno de los dos grupos.
A su vez, estas desigualdades pueden crear inequidades entre ellos y ellas en
muchos aspectos de la vida.
En otras palabras podemos afirmar que el concepto género, hace referencia a una
construcción social donde los estereotipos, roles, condiciones, posición adquirida,
comportamientos, actitudes y atributos que cada sociedad en particular construye y
asigna a hombres y mujeres, llevándoles a desigualdades que a su vez, pueden
causar inequidad entre hombres y mujeres, en sus derechos como seres humanos.
No podemos confundir el género con el sexo de las personas, el sexo define las
características biológicas y fisiológicas de hombres y mujeres, mientras que el
género hace referencia a comportamientos, normas, roles, creencias, obligaciones,
relaciones y construcciones sociales que sitúan a hombres y mujeres en
condiciones diferentes en la sociedad; siendo en la mayoría de los casos favorables
para ellos y negativo para ellas porque se les impone un papel de desventaja en los
diferentes ámbitos sociales; situación está, en la que cobra importancia el enfoque
de género y derechos humanos, por hacer relación al reconocimiento pleno que
deben tener los grupos poblacionales como ciudadanas y ciudadanos actuantes,
participantes en las decisiones que afectan la calidad de vida. El siglo XXI intenta
marcar la diferencia por el interés que ha puesto en la búsqueda de un universo más
equitativo, con igualdad de derechos, que dé cumplimiento a las políticas públicas
de equidad de género, promulgadas por los gobiernos del mundo que suscitan un
conjunto de acciones, planes, programas, proyectos y presupuestos, para
responder a necesidades de hombres y mujeres con intereses generales.
• Otro paso hacia la igualdad y la equidad entre los sexos, fue la aceptación
de la idea de que las personas individuales pudieran tener derechos frente
al estado bajo las leyes internacionales. Este cambio conceptual se dio en
el siglo XIX, por medio de Tratados Internacionales que otorgaban derechos
a las personas contra los Estados con respecto a la esclavitud y la guerra.
Una vez establecido esto, las organizaciones no gubernamentales de
mujeres pudieron cabildear a favor de otros Tratados concernientes
explícitamente a ellas, como fueron las Convenciones de 1904 y 1910,
destinadas a combatir el tráfico de mujeres. Estas Convenciones, no eran
aún consideradas tratados de derechos humanos (de hecho los derechos
humanos no aparecen hasta 1948) y por supuesto, no garantizaban a las
mujeres la igualdad ni la equidad, ya que estos conceptos vinieron mucho
después. Pero, al proteger a las mujeres de una de las formas de violencia
y violación más antiguas de sus derechos humanos, estaban sentando las
bases para la posterior aceptación de igualdad de derechos que las mujeres
debían tener, y ser protegidas contra violaciones diferentes a las que
padecían los hombres. Son los cimientos, así, de la distinción entre la
igualdad formal y la “igualdad sustantiva”, en términos de la feminista Alda
Facio (2000).
“El término sistema sexo-género surge en los años 70 en los estudios de la mujer
que comenzaron a desarrollarse en las universidades anglosajonas en esa década”.
(INMUJER, 2008). A través de este concepto se buscaba explicar algo que hasta
ese momento estaba por definir, relacionado con el sexo biológico y los
comportamientos socialmente aceptados. Partiendo de la concepción que el sexo
es natural, pero marca o define roles, atributos y construcciones sociales específicas
que le son asignadas a cada ser humano desde el momento que nace, en lo que
llamamos género. Por lo tanto, se puede explicar el género como una construcción
sociocultural, definida por el sexo biológicamente natural con el que se nace. Esto
quiere decir que al ser una construcción socio cultural, condiciona la educación y/o
formación que se recibe desde la primera infancia y a lo largo de la vida, mientras
que el sexo lo componen las diferencias biológicas que tenemos mujeres y hombres.
El Sistema Sexo- Género es una categoría de análisis y herramienta que aporta al
estudio de las relaciones humanas.
• Estereotipos:
1
Organismo de las Naciones Unidas.
Por su parte, el Consenso de Brasilia, antes mencionado, contiene los acuerdos
para la acción adoptados en la XI Conferencia Regional sobre la Mujer de
América Latina y el Caribe (Brasilia, 2010) así como ratifica instrumentos
anteriores como la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo (El Cairo,
1994); la Cumbre Mundial de Desarrollo Social (Copenhague, 1995); la Cumbre
del Milenio (New York, 2000); y la Conferencia contra el Racismo, la
Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia
(Durbán, 2001) entre otros (Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la
Mujer, 2012).
Lo más aterrador del asunto es que sea en hogar y que sean los esposos quienes
constituyen un peligro inminente para las mujeres. “De acuerdo con Medicina Legal
son los esposos, ex esposos, novios, compañeros o ex compañeros permanentes
los principales agresores. La frase de “te voy a matar” se ha convertido en una
expresión cotidiana que aniquila a las mujeres, las paraliza y las inunda de miedo
para denunciar y movilizarse” (Robledo, 2015).
“Para 2014, Forensis reportó que 41.802 mujeres sufrieron violencia de pareja.
Medicina Legal indicó que muchas de las mujeres que fueron valoradas en
exámenes médico legales “regresaron luego muertas”, por lo que decidieron aplicar
un cuestionario que permite valorar el riesgo de la violencia mortal contra las
mujeres y que arrojó estas cifras” (UniAndes, 2015). Es triste que en Colombia haya
un atraso enorme en materia de género; a pesar que se ha avanzado en aspectos
normativos, la victimización y re victimización de tantas mujeres sigue en aumento.
Haciendo un rápido recorrido por la leyes colombianas tenemos:
En relación con el derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo – IVE, para las
tres causales específicas avaladas por la Corte Constitucional, tampoco es claro el
panorama y muy incierto para muchas mujeres que deciden hacer efectivo ese
derecho por motivo de una de las causales ratificadas. De hecho un importante
número de profesionales de salud, así como centros sanitarios, hospitales o clínicas
se oponen a dar cumplimiento a la sentencia C-355 de 2006, incluso poniendo en
grave peligro la vida de la madre, pronunciamiento que por muchas personas aún
se desconoce o se ignora, haciendo caso omiso y desinteresándose por cumplirlo
al ser un derecho de mujeres víctimas de las causales mencionadas.
Otra Ley que quedó con algunos vacíos jurídicos o corta, frente a las sanciones por
su no cumplimiento fue la llamada Ley de Cuotas, ya que no se cumple a cabalidad
y no existen sanciones severas, “son pocos los organismos del Estado que cumplen
con lo estipulado, que un 30% de sus funcionarios públicos sean mujeres” (Huella,
2013) lo que se ve, es que como no hay ordenanzas que obliguen de manera
contundente al cumplimiento no se cumple, además de ser una ley inequitativa
porque no somos una cuota del 30% de humanidad o de habitantes colombianas,
somos más del 50% de la población y es triste ver que desde las leyes mismas se
sesgue o se limite la participación a una cifra inferior, si se obliga el cumplimiento
de participación equitativa, existirá la necesidad y exigencia de promover, dar
oportunidades y posibilitar el ejercicio de derechos de las mujeres en igualdad de
condiciones que los hombres.
Si se analiza el caso de las mujeres campesinas, indígenas y afro descendientes,
se observa que no existen leyes que pongan punto final a las precarias condiciones
y circunstancias de inequidad en las que viven estas mujeres, es común encontrar
gran desinformación, analfabetismo, subordinación y diferentes tipos de violencias
de género contra ellas. Es una población que no solo está olvidada, sino
abandonada y discriminada, porque se le niega el acceso a la educación, la salud
sexual y reproductiva, la información sobre sus derechos y es nulo para estos
grupos el acceso a la tecnología, siendo su “deber” asumir el rol de reproductoras,
cuidadoras y responsables de la crianza de hijos e hijas. La pregunta que nos
hacemos es dónde queda la función de vigilancia, control y seguimiento al
cumplimiento de los derechos humanos a las mujeres, como se verifica la
efectividad y cumplimiento de tantas Leyes que reposan en documentos legales,
porque en la realidad encontramos desconocimiento de muchas de estas leyes por
la población general, pero también de funcionarios y funcionarias que deberían
conocer, direccionar y orientar al resto de población acerca de sus derechos. “Las
leyes mandan unas señales de decisiones políticas pero si no se ejecutan y además
son ambiguas y confusas para nada sirven”, “todos estamos fallando, la sociedad,
la institucionalidad, la justicia porque no aplicamos ni hacemos valer lo legislado” (El
Heraldo, 2012). Ahora, nosotros desde la academia, ¿estamos haciendo nuestro
mejor aporte a la problemática sentida, que afecta a más de la mitad de la
humanidad, o hemos caído en el desconocimiento legal, la indiferencia o la
naturalización de hechos violatorios de derechos humanos en los diferentes ámbitos
de cada contexto?
Las mujeres representan la mitad de la población mundial, pero poseen una décima
parte del dinero que circula por el mundo y un 1% de todas las propiedades. Las
mujeres realizan el 52% del trabajo mundial, pero solo la tercera parte del mismo es
pagado. Los hombres realizan el 48% del trabajo, pero tres cuartas partes del mismo
son remunerados. Dos terceras partes de los 1.300 millones de personas pobres en
el mundo son mujeres. Más de dos terceras partes de los 960 millones de personas
analfabetas adultas en el mundo son mujeres. Dos tercios de los 130 millones de
niñas y niños que no van a la escuela o desertan prematuramente son niñas. Una
de cada tres mujeres debe proveer alimento y educación para sus hijas e hijos sin
apoyo de sus parejas. Cerca del 80% de las personas refugiadas en el mundo son
mujeres; niñas/os y ancianas/os. Las mujeres representan el 10% en los
parlamentos del mundo, el 6% de los puestos ministeriales y el 14% de los puestos
ejecutivos en la economía. (PNUD, 2014)
Según informes de Sisma Mujer, en Colombia, durante el año 2013, más de 35 mil
mujeres fueron víctimas de violencias de género, eso quiere decir que cada 13
minutos una mujer fue víctima de su pareja, y terrible que el lugar más inseguro sea
su propia casa, el 72% de los casos de violencias de pareja sucedieron al interior
de la vivienda de residencia de la víctima. Cada tres días se registró un asesinato
de una mujer vinculado a la violencia intrafamiliar en el país, con más de 13 mil
casos de violencias sexuales, sin mencionar que el sub-registro para los diferentes
tipos de violencia contra mujeres en Colombia es enorme. Si mencionamos el
detonante del conflicto armado que convirtió el cuerpo femenino en botín de guerra
y área en disputa entre actores armados, es una de las causas del impacto
desproporcionado que viven muchas mujeres del Caribe y del país. (Sisma Mujer,
2014)