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FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES

LICENCIATURA EN RELACIONES INTERNACIONALES

Expresión Oral y Escrita


Tema: La Eutanasia: ¿a favor o en contra?
Profesor: Laura Delvalle

- Aurora Pineda

- José Manuel García

- Paloma Britez

- Camila Romero

Relaciones Internacionales – 1er semestre

Año: 2015
INTRODUCCIÓN
El tema de este trabajo es un asunto muy mencionado actualmente,
especialmente en nuestro país, donde incluso se realizó una audiencia pública
para tratar sobre la legalización del aborto y la eutanasia, a la cual acudieron
varios estudiosos de diversas universidades prestigiosas del Paraguay.
La eutanasia, como todos sabemos, es un tópico un tanto sensible, polémico,
largo y emblemático porque para analizarlo hay que hacerlo desde varios
puntos de vista como el científico, el médico, social, religioso, entre otros. Pero
antes de continuar con el marco teórico, para poder debatir y tomar una
posición con propiedad, ya sea en contra o a favor, hay que informarnos, y
creemos que es factible empezar por dejar en claro la definición en diversos
contextos:
 Significado etimológico: Deriva del griego “eu”: bien, y “thanatos”:
muerte. Significa “buena muerte. Derecho a la propia muerte, a la
muerte apropiada, que algunos llaman muerte digna.
 Significado jurídico o normatizado: Muerte sin sufrimiento físico.
 Significado fáctico: Muerte sin dolor. Muerte en estado de gracia.
 Significado práctico: Un derecho del paciente a decidir la forma y el
momento de su muerte.
En este trabajo, elegimos darle un enfoque más científico y jurídico a la
información, argumentando a favor y en contra de la eutanasia para poder
entender ambos puntos de vista. No profundizamos demasiado los factores
religiosos puesto que las religiones son muy diversas, algunas coinciden y otras
no.
MARCO TEÓRICO
UN POCO DE HISTORIA...
El significado de la palabra eutanasia ha evolucionado a lo largo del tiempo. En
el mundo grecorromano era morir bueno, morir bien”.
El hecho de un morir bueno significaba morir sin dolor, sin tener en cuenta la
ayuda al morir. Cicerón comprende la palabra como muerte digna, honesta y
gloriosa. Por su parte, en el siglo V a.C., Hipócrates afirma en su juramento que
no dará medicamento mortal por más que se lo soliciten. En cambio, Platón
dice en su obra La República: Se dejará morir a quienes no sean sanos de
cuerpo”.
Entre los romanos, Tácito expresa que eutanasia es: Muerte sin dolor por
miedo a afrontar conscientemente el sufrimiento y la propia destrucción. Los
estoicos dicen de la eutanasia que: Es preferible quitarse la vida, a una vida sin
sentido y con sufrimiento (Séneca); y Predica la muerte como una afirmación
de la libre voluntad (Epícteto).
La Eutanasia en la actualidad.
La eutanasia es “aquella acción del médico que provoca deliberadamente la
muerte del paciente” según la OMS (Organización Mundial de la Salud) pero
esta definición solo resalta la intención del acto médico, es decir, el querer
provocar voluntariamente la muerte del otro.
FORMAS DE LA EUTANASIA
a) Suicidio asistido por acción directa del médico.
b) Muerte por orientaciones del médico, mediante las aplicaciones de drogas o
gases mortales.
c) Eutanasia activa: muerte propiciada aplicando alguna sustancia para acabar
con la vida.
d) Eutanasia pasiva: evitar prolongar la vida de un paciente, cuando se sabe
que ya no tiene posibilidades de vivir.
En los últimos años ha habido un considerable debate acerca de la eticidad de
permitir la eutanasia activa voluntaria y el suicidio asistido para enfermos
terminales. Existe una tendencia a escribir en las revistas científicas en favor de
aceptar la moralidad de la eutanasia en un esfuerzo de conquistar el consenso
público para su legalización. De hecho, en países como Holanda la eutanasia ha
sido descriminalizada desde hace tiempo; se han presentado leyes para su
descriminalización en Australia y en los Estados Unidos en el estado de Oregon,
y es motivo de debate en varios parlamentos a nivel mundial. El suicidio
asistido significa que el médico provee los medios necesarios para que el
paciente finalice su vida. La eutanasia activa significa que el médico administra
personalmente una droga letal. La muerte se busca para finalizar una vida que
ha llegado a ser intolerable por el sufrimiento a causa de que el paciente no
quiere continuar viviendo o porque la vida ha adquirido tal condición mínima
que no merece ser considerada digna.
El considerable avance de la Medicina en los últimos años ha llevado a evaluar
si es obligatorio usar todos los medios posibles para mantener a una persona
viva o si se ha de usar toda la terapia disponible, aun cuando hay pocas
posibilidades de obtener algún progreso. Se discute la cuestión del derecho a
morir con dignidad. Para algunos, morir con dignidad significa morir sin dolor
por intervención médica directa o suicidio asistido. Cualquier muerte que sea
acompañada por el sufrimiento es considerada como indigna en la mentalidad
de la sociedad de hoy. En este contexto, la muerte sin dolor puede ser
provocada por la administración de una droga con la intención de finalizar la
vida y al mismo tiempo el sufrimiento. Esta intervención activa se selecciona
porque acaba rápidamente con la vida del enfermo y se propone hacerlo
cuando no hay posibilidad de curación y el enfermo ha manifestado su deseo
de no continuar viviendo. Para muchos otros, el derecho a la muerte con
dignidad implica la no aplicación o la interrupción de terapias de soporte vital
para enfermos terminales, para permitir que el enfermo sucumba por la
enfermedad, de esta forma liberándolo de la esclavitud del llamado
"encarnizamiento terapéutico", que consiste en tratar al enfermo con terapias
excesivas por no tener ya ninguna efectividad y someterlo a un prolongado
sufrimiento.
Ha habido también un debate sobre el alcance del término eutanasia. El
término ha sido dividido en eutanasia pasiva y eutanasia activa. En el contexto
de la sociedad norteamericana, con el término de eutanasia pasiva se ha
querido significar el favorecer el proceso de la muerte al remover el equipo de
soporte vital o al terminar con los procedimientos médicos cuando estos son
considerados vanos. Con el término de eutanasia activa se ha querido significar
el provocar inmediatamente la muerte por la aplicación de un agente letal. Sin
embargo, bajo el punto de vista de la ética profesional, se ha objetado que es
irrelevante el terminar la vida del enfermo por acción o por omisión de un
tratamiento que es considerado válido y necesario para que este pueda vivir,
ya que la muerte es provocada intencionalmente en ambos casos. Para evitar
confusiones, la definición de eutanasia debe ser entendida más bien como el
finalizar deliberadamente la vida de un enfermo que está sufriendo o tiene una
enfermedad incurable, independientemente de que sea por acción o por
omisión. En el caso de que la eutanasia sea llevada a cabo a través de una
acción, se trata de eutanasia activa. En el caso de que se trate de la privación
de una asistencia médica todavía válida y debida, se trata de eutanasia
omisiva. Por otra parte, no hay que considerar que hay eutanasia en la mal
llamada "eutanasia pasiva" al remover sistemas de soporte vital que no son
terapéuticos y permitir que el enfermo sucumba por la enfermedad o en
negarse a recibir un tratamiento médico que es considerado vano, ni hay
eutanasia en la muerte provocada por el "efecto doble" de drogas que son
dadas para aliviar el dolor pero pueden acortar la vida. No hay obligación de
recibir o de prolongar un tratamiento que es considerado ineficaz por la
profesión médica. Esta práctica es considerada como ética y legal siempre que
la intención del médico sea aliviar el dolor y otros síntomas y no provocar la
muerte.

Argumentos en favor de la eutanasia y respuesta crítica


1. El argumento de la pobre calidad de vida. Aquellos que defienden la
eutanasia, argumentan que en algunas circunstancias vivir es peor que morir,
ya que el dolor y el sufrimiento causado por una enfermedad terminal pueden
hacer la vida tan agonizante y difícil de llevar que la muerte puede parecer un
"acto humanitario" y se considera racional que el médico ayude al suicidio
como una forma de morir con dignidad. Para el enfermo terminal, el
sufrimiento puede ir más allá del dolor como resultado de las condiciones en
que se encuentra y estas hacer la vida insoportable, como por ejemplo: la
progresiva pérdida de movimiento y actividad, la pérdida de libertad asociada
con la dependencia de otros, molestias físicas como náuseas, vómitos o disnea,
la incapacidad de tragar o de hablar, el miedo a morir, la incontinencia, la
debilidad, la pérdida de la dignidad personal, la demencia. La vida pierde toda
calidad y significado, de forma que la muerte es preferible.
Respuesta crítica: En el argumento de la calidad de la vida se confunde el valor
de la calidad de la vida con la calidad que la vida tiene. La vida humana tiene
un valor intrínseco en sí misma. La buena salud no puede dotar de dignidad a
la vida humana, ya que la salud no posee vida en sí misma, más bien participa
de la vida. La salud es un bien que se ha de disfrutar y cuidar, pero no es un
bien absoluto al que haya que subordinar todo. La salud es para el ser humano
y no el ser humano para la salud. La dignidad de la persona no desaparece por
la enfermedad. Más bien, la pérdida de dignidad se imputa al enfermo por las
reacciones de los profesionales de la salud y de la familia del enfermo a la
apariencia externa que este ofrece. El enfermo mismo nos enseña con su
estado que la salud, aun siendo muy importante, no es un valor absoluto.
Juzgar qué calidad tiene una vida, tiene un fuerte carácter subjetivo. Muy
fácilmente el profesional de la salud puede sustituir sin darse cuenta su
concepto de calidad de vida con aquel que tiene el paciente. No es posible
juzgar que a partir de conceptos existenciales individuales de la calidad de vida
se pueda decidir el acabar activamente con una vida. El morir con dignidad no
ha de entenderse como un derecho a la eutanasia activa o el suicidio asistido,
cuando uno se encuentra bajo una pobre calidad de vida por el dolor y el
sufrimiento, sino como un derecho a morir en un entorno digno del ser
humano, recibiendo de las personas cercanas contactos humanos sencillos y el
derecho a no prolongar la vida por medio de una tecnología que no puede
sanar. El sufrimiento no es solo causado por el dolor, a la persona se la ha de
ayudar atendiendo a los valores que expresa que la hacen sufrir.

2. El argumento del respeto de la autonomía del enfermo. Los defensores de


la eutanasia consideran que el respeto por la autonomía de las personas
requiere el reconocer su derecho a decidir cómo vivir sus vidas. Esto incluye el
proceso de la muerte y la habilidad de elegir el destino propio. De tal forma
que se propone el derecho de evitar el sufrimiento intolerable ejerciendo un
control sobre la forma de morir. Lo que está en juego es ser libre para tomar
responsabilidades sobre la propia vida, parte de la cual la constituye la muerte.
Cada persona tiene un nivel de tolerancia para el sufrimiento y por tanto no
existe una respuesta objetiva que se pueda aplicar a todos acerca de cuándo la
vida se hace insoportable. Por ello es necesario que el paciente se manifieste
ejerciendo su autonomía. Algunos autores creen que existe el derecho a
cometer suicidio y que no debe haber restricciones irrazonables sobre la forma
en que uno puede ejercer este derecho. El Estado no tendría derecho a privar
al paciente de su libertad de quitarse la vida. Battin ha argumentado que existe
un derecho fundamental al suicidio, pero no hay igualdad en su distribución. El
derecho del paciente a la autodeterminación ha sido un argumento central en
favor de la eutanasia. Pero a menudo se asume, sin argumento, que esto
implica el derecho del paciente a pedir que otra persona intervenga en su
ayuda para procurar la muerte. Un enfermo terminal puede no ser capaz
físicamente por sí solo de ejercitar la opción del suicidio. Se considera que los
enfermos terminales serían discriminados a causa de su incapacidad, ya que las
personas con capacidad física sí tendrían la opción. Se disminuiría además la
ansiedad en futuros pacientes si saben que existe la posibilidad de que un
médico les asista en el suicidio. Además, hay que considerar que aun con un
adecuado cuidado paliativo hay casos en que no es posible evitar el dolor.
Respuesta crítica: El enfermo terminal se encuentra en una posición
extremadamente vulnerable, de forma que su capacidad de autonomía se halla
comprometida, sufriendo de depresión, ansiedad, miedo, rechazo o
culpabilidad. El pedir la muerte no tiene por qué reflejar un deseo duradero,
voluntario, pasado por la reflexión. En las condiciones en que se encuentra el
enfermo terminal o casi terminal es muy difícil tener una conciencia clara para
tomar decisiones, y la tendencia es a seguir casi ciegamente las indicaciones y
sugerencias del médico. El enfermo podría desear la muerte por deficiencias
en la atención médica, como el no poder aliviar el dolor, no por una decisión
libre. Además no es lo mismo cometer suicidio que ayudar a un suicidio. Lo
último es una forma de homicidio, aun cuando la razón por la que se haga sea
por compasión. Aunque el intento de suicidio se haya descriminalizado, el
Estado sigue teniendo interés en prevenir contra el suicidio, incluyendo la
penalización de aquellos que ayudan a que otro se suicide. Por otra parte,
tampoco tenemos derecho a cometer suicidio, simplemente porque la vida no
nos pertenece por completo y, por tanto, nuestra autonomía se halla limitada.
Nadie puede decir que se ha dado la vida a sí mismo. No todas las posibilidades
acerca de la vida de uno mismo pueden ser consideradas como derechos que
deben ser protegidos.

3. El argumento del principio de beneficencia o tener compasión por el que


sufre. El médico actúa bajo el principio de beneficencia para aliviar el dolor y el
sufrimiento de pacientes terminales. Bajo esta forma de pensar, la eutanasia
es considerada un acto virtuoso. El no abandonar al enfermo ha sido parte del
cuidado tradicional ejercido por el médico. Se juzga que el que el médico asista
al enfermo en su suicidio es una forma de ejercer el principio ético de no
abandonarlo. Hoy día, los médicos son considerados los candidatos lógicos
para buscar ayuda en el morir, ya que para muchos enfermos terminales el
asistir en la muerte es considerado como una extensión del rol del médico de
aliviar el sufrimiento y como una forma de ejercer su cuidado, consistente con
la profesión.
Respuesta crítica: La compasión de que hablan aquellos que defienden la
eutanasia refleja una visión distorsionada de esta actitud. La verdadera
compasión no puede ser eliminar al que sufre, sino buscar el aliviar la causa del
sufrimiento. De otra forma, se devaluaría la vida de los enfermos. Además la
compasión es una cualidad espiritual que significa "sufrir con", estar presente
al que sufre, no se trata de un principio o una razón autojustificante. El elegir el
suicidio asistido corta toda posible relación y los lazos que nos unen a las
personas que nos acompañan en los momentos difíciles de la cercanía de la
muerte. Además procurar la muerte por eutanasia no es competencia de la
profesión médica. Asistir al suicidio no es consistente con el compromiso del
médico a curar y tratar la enfermedad, va en contra de los códigos
tradicionales de ética médica (promesa hipocrática, Asociación Mundial de la
Salud). Aceptar esto llevaría a una desconfianza de las personas en general
hacia los médicos. El profesional de la salud también tiene su autonomía y no
debe ser presionado para actuar en contra de los valores profesionales.

4. El argumento de la experiencia positiva de la aceptación de la eutanasia en


Holanda. Las personas en general y la profesión médica en ese país considera
positiva la despenalización de la eutanasia, de forma que ningún médico que
siga ciertas líneas puede ser penalizado por la justicia por cometer un acto
eutanásico. Estas líneas son: el enfermo tiene que ser competente y pedir
voluntariamente la muerte después de haber sido aconsejado; su sufrimiento
tiene que ser insoportable, no puede haber forma de hacérselo soportable al
enfermo, y el juicio del médico con respecto al diagnóstico y el pronóstico
debe ser confirmado por otro médico.
Respuesta crítica: La experiencia de la eutanasia en Holanda ha demostrado la
realidad del argumento de la "colina deslizante" (slippery slope). Se han dado
pasos sucesivos en la relajación de criterios por los que la acción eutanásica es
permitida. De aceptarse solo para enfermos terminales que hayan expresado
su voluntad de terminar con la vida, se ha extendido a enfermos no terminales,
a menores, a personas con el síndrome de Down, a pacientes con
enfermedades mentales o con depresión severa o demencia, y se ha extendido
a casos de eutanasia involuntaria bajo ciertas condiciones. Esta realidad
devalúa el efecto positivo que se argumenta tenga la despenalización de la
eutanasia.

5. El argumento de la disminución del estigma de culpa asociado al suicidio.


El estigma público adosado al suicidio ha disminuido en los últimos tiempos. En
muchas jurisdicciones el suicidio o el intento de suicidio es un acto que no está
penalizado. Los estudios de investigación demuestran que la mayor parte de
los suicidios resultan de enfermedades mentales transitorias, generalmente la
depresión. Sin embargo, se argumenta que la razón por la que los enfermos
terminales desean acortar el proceso de la muerte es terminar con su
sufrimiento. Esto hace surgir el concepto de suicidio racional.

Respuesta crítica: El suicidio sigue considerándose un mal en la sociedad y


cuando se tiene noticia de que alguien intenta suicidarse se toman medidas
para prevenirlo. No importa cuán enferma una persona esté, el hecho es que
todavía se encuentra entre los vivos y por lo tanto tiene el derecho a vivir. Los
resultados de la investigación sugieren que el interés de los enfermos por la
eutanasia se debe en la mayoría de los casos a depresiones o estrés
psicológico, más que al dolor. Esto sugiere que la mayor parte del debate
acerca de la eutanasia está siendo manipulado, ya que se enfoca en el dolor y
se usa la eutanasia como una forma de liberarse del dolor, cuando de hecho el
motivo principal por el que se pide la eutanasia no es el dolor. El sufrimiento
de origen psicológico puede ser tratado con el aconsejamiento adecuado y por
intervención psiquiátrica o psicológica. Con el soporte adecuado, incluyendo el
alivio del dolor, la terapia psicológica y espiritual, y la amistad, el enfermo
puede morir de forma digna como miembro de la familia humana sin
intervención eutanásica. Ninguna legislación presente permite el ayudar al
suicidio a una persona que sufre de un período transitorio de depresión. Más
bien, su depresión debe ser tratada. El legalizar la eutanasia contribuiría a
hacer a la sociedad insensible al hecho del matar.

6. El argumento de la no diferencia moral entre matar y dejar morir. La


distinción entre eutanasia "pasiva" y "activa" ha sido criticada por depender de
concepciones de causación que son consideradas problemáticas y que se basan
en la creencia de que la diferencia entre matar y dejar morir es relevante
moralmente. El discontinuar las medidas de soporte vital y la eutanasia
voluntaria activa son similares bajo el punto de vista del paciente en que su
deseo fundamental es una muerte más rápida y más confortable. Son también
moralmente similares en que ambas son hechas con la intención de acabar con
la vida. Se argumenta que la intención es moralmente irrelevante en la
evaluación de la moralidad de la acción. Por ejemplo, en el caso de dejar de
alimentar artificialmente a un enfermo en coma, claramente se atenta contra
su vida con la intención de acabarla, ya que la persona moriría de hambre. En
el caso de discontinuar mecanismos de soporte vital y permitir que el enfermo
muera, esto ocasiona días o semanas de sufrimiento. Bajo esta forma de
pensar, la eutanasia activa parece ser preferible moralmente. Para algunos,
discontinuar la ventilación mecánica no puede ser considerado negarse a
recibir un tratamiento, sino una petición de procurarse la muerte. Para Patrick
Hopkins no existe una diferencia moral intrínseca que sea esencial entre una
máquina que sustituya funciones orgánicas y órganos naturales del cuerpo; así
que omitir un tratamiento, en que intervenga una de estas máquinas es una
forma de matar, ya que priva a la persona de un órgano que puede solamente
funcionar con la ayuda de una máquina o de tecnología médica y, por tanto,
necesitamos poner a un lado nuestros prejuicios en contra de lo artificial y
extender la opción de la buena muerte (eutanasia activa) a aquellos que han
sido atrapados por la naturaleza al encontrarse en estado terminal. Si nuestra
sociedad ha sido capaz de reconocer que la vida puede ser lo suficientemente
irresistible bajo tratamientos de sostenimiento vital, tales como la ventilación
mecánica o las máquinas de diálisis, y que estas intervenciones médicas
pueden ser discontinuadas o abstenerse de ellas (lo que algunos llaman
eutanasia pasiva), entonces también la vida puede ser lo suficientemente
irresistible como para justificar la eutanasia activa.

Respuesta crítica: Existe una relación especial entre el médico y el enfermo.


Una omisión, si resulta en daño, puede traer responsabilidad legal. Si un
enfermo competente se niega a recibir un tratamiento o a continuar con uno,
el efecto legal es que el médico es absuelto de su deber de tratar al enfermo
por el enfermo mismo. El médico deja de tratar al enfermo y la muerte
resultante es causada por la enfermedad que tiene el enfermo. El médico por
lo tanto no mata al enfermo, sino que deja que se muera. No puede ser
prohibida la aceptación voluntaria de una muerte que la intervención médica
solo puede posponer, ya que no hay posibilidad de curación. Una conclusión
acerca de la causación simplemente refleja un juicio acerca de la forma
correcta de asignar responsabilidades. Cuando una persona desconecta la
ventilación mecánica de soporte vital sin autorización, está claro que causa la
muerte del enfermo, pero cuando un médico sigue las directrices del enfermo
de desconectar la ventilación mecánica cuando no hay esperanza de curación,
no actúa equivocadamente, ya que no tiene el deber de continuar el
tratamiento en contra del deseo del enfermo, aun cuando su acción está
causalmente relacionada con la muerte resultante del enfermo. Además el
derecho a poder negarse a un tratamiento médico esta basado en el derecho a
resistirse a invasiones físicas que sean consideradas desproporcionadas, no en
el derecho a acelerar la muerte, el cual no existe. A menudo en el diálogo
existe una confusión entre la eutanasia pasiva y la eutanasia por omisión. La
última lleva consigo responsabilidad moral, pero no la primera, ya que la
muerte natural no es un homicidio y por tanto no es ni ilegal ni inmoral y no
está sujeta a responsabilidad. Se acepta el discontinuar la ventilación mecánica
después de la muerte cerebral total, el no aplicar terapias en el caso de un
coma irreversible, excepto los cuidados considerados ordinarios, la no
aplicación e interrupción de las "terapias de sustento vital" en el caso de
enfermos terminales, el no emplear técnicas de reanimación cuando su
aplicación es considerada inútil u onerosa por la profesión médica, el no
emplear terapias ineficaces que aumenten el dolor o claramente
desproporcionadas en relación a los costos humanos y la utilidad para el
enfermo. En este sentido, sería provechoso el que se evitase el término de
eutanasia pasiva mientras que se retiene el concepto de eutanasia omisiva,
que implica un acto de negligencia. Un ejemplo de que la intención tiene su
lugar en la vida moral es que cuando la persona no muere después de parar el
tratamiento, a esta se la deja continuar viviendo. Esto no ocurre con el suicidio
asistido. Una cosa es desear la muerte y actuar para que ocurra de forma
activa y otra diferente desear la muerte y permitir que ocurra. Una cosa es
respetar el deseo del enfermo de rechazar el tratamiento y otra el tomar su
vida. No es simplemente una diferencia psicológica, sino moral. Matar
constituye siempre una lesión del principio de no maleficencia, pero permitir
morir, bajo ciertas condiciones, no constituye una lesión de este principio. El
consentir que alguien muera de una enfermedad de la cual no es responsable y
que no puede ser curada, es permitir que la enfermedad sea la causa de la
muerte. La intención en permitir la muerte es por compasión y no por desear
la muerte, mientras que la intención de la eutanasia activa es procurar la
muerte como medio de ejercer la compasión. Continuar el tratamiento a un
enfermo cuando no hay posibilidades de curación (tratamiento ineficaz) es una
forma innecesaria de hacer sufrir al enfermo y por tanto va contra su dignidad.
Un tratamiento ineficaz ya no produce ningún beneficio al enfermo, sino más
bien daño. No es lo mismo ayudar a vivir a alguien que está viviendo que
prevenir morir a quien está muriendo. Un tratamiento es considerado ineficaz
si solo preserva la inconsciencia o no permite acabar con la dependencia de la
unidad de cuidados intensivos. Cuantitativamente, un médico puede
considerar infructuoso un tratamiento para el que los datos empíricos
demuestran que tiene menos de un 1% de probabilidad de ser beneficioso
para el paciente. El optar por el tratamiento o el dejarse morir no puede
decidirse con absoluta certeza, simplemente porque no existe una relación
estricta y específica entre la etiología y la enfermedad. Nuestro conocimiento
de una realidad empírica es siempre aproximado, probable. No podemos pedir
al médico un grado absoluto de certidumbre en sus decisiones. Por lo tanto el
enfermo está en su derecho de continuar con un tratamiento que es
considerado ineficaz, ya que no existe una certeza absoluta. Para que una
acción de omisión sea eutanásica, el tratamiento omitido o discontinuado debe
haber sido considerado útil por la profesión médica.

7. El argumento de que el principio del doble efecto es una forma de


eutanasia activa. A los médicos se les permite dar dosis en aumento de
narcóticos cuando el dolor es severo o al menos se presume, siempre que la
intención sea aliviar el sufrimiento, a sabiendas de que estas drogas pueden
afectar la respiración y acelerar la muerte. Se argumenta que si la muerte de la
persona que desea morir no es un mal que se inflige a la misma, entonces la
doctrina del doble efecto no tiene relevancia para la permisividad de la
eutanasia voluntaria.
Respuesta crítica: Se puede proveer un cuidado óptimo paliativo para aliviar el
dolor a la mayor parte de los enfermos terminales. Las unidades de cuidado
paliativo constituyen un ejemplo de cómo es posible proveer una existencia lo
más confortable posible al final de la vida con cuidados de soporte que
incluyen una atención integral a la persona. El legalizar la eutanasia desviaría
los esfuerzos y los avances que se han logrado en el manejo del dolor y el
cuidado paliativo hacia el camino fácil de acabar rápidamente con los enfermos
difíciles por medio de la eutanasia. Por otra parte, el acelerar la muerte por
intervenciones paliativas de manejo del dolor en pacientes terminales es
aceptado ética y legalmente siempre que la intención del médico sea aliviar el
dolor y otros síntomas y no el producir la muerte. Los médicos deben tener
cuidado de no introducir drogas como la morfina en grandes dosis, sin darle
tiempo al paciente de que desarrolle tolerancia, ya que puede deprimir la
respiración. Una sedación desproporcionada, además, puede causar la
interrupción de la alimentación y la hidratación del paciente, que morirá de
hambre o sed en un estado de inconsciencia. En este caso, la eutanasia puede
hacerse de una forma escondida y es efectuada por una acción u omisión que
conduce a la muerte del paciente. A esta forma encubierta de eutanasia se la
denomina "criptoeutanasia". Éticamente, el médico debe buscar el método de
alivio del dolor que tenga menos riesgo de abreviar la vida y todavía liberar al
paciente de sufrimiento innecesario.

8. El argumento del deber de no imponer cargas pesadas a los parientes y


seres queridos. John Hardwig ha argumentado que cuando la Medicina
moderna nos permite sobrevivir por mucho más tiempo del que podemos
cuidarnos a nosotros mismos, existe un deber o responsabilidad de morir en
consideración a los seres queridos, en quienes recae el peso económico, para
no imponerles cargas pesadas. En una sociedad en que la disponibilidad de
recursos para la práctica médica se halla muy restringida, puede no ser ético el
embarcarse en tratamientos extremadamente caros para enfermos terminales.
David Thomasma considera que podría llegarse a considerar ético el pedir
suicidio asistido o eutanasia por amor a los parientes cercanos, considerando
que en la doctrina cristiana hay instancias en que matar está justificado y a que
se puede considerar que la aceptación de Cristo de la cruz, o la aceptación de
la muerte de los mártires, es un acto equivalente al suicidio, ya que pudiendo
evitar la muerte, la aceptaron, donando su vida por los demás.
Respuesta crítica: Permitir que el médico asista al suicidio de enfermos
terminales dejará un impacto en otras personas que sufren por enfermedad,
edad o debilidad. Esto devaluaría las vidas de estas personas, que podrían
verse presionadas a que ejerzan el suicidio asistido. Mayor presión es ejercida
si existen dificultades económicas, pero el simple hecho de sugerir esto al
enfermo es un signo de falta de generosidad. Los enfermos terminales
perderían los lazos con las personas que les acompañan en los últimos
momentos de la vida, tendrían que justificar su decisión de mantenerse vivos,
en vez de aceptar que la familia y la comunidad tienen el deber de cuidar a la
persona hasta el final, aunque resulte una carga y un sacrificio. El gesto de
solidaridad que se pide a las personas que acompañan al enfermo es liberarlo
de presiones extras, ya tiene suficiente con la enfermedad. Ayudar a descubrir,
a través del sufrimiento, el significado de la vida en su condición presente,
puede liberar al enfermo del sentimiento de abandono y desesperación que
significa encarar la muerte. Para que un enfermo se sienta tratado con
dignidad, debe tener confianza en que las personas que lo acompañan van a
estar con él hasta el final y proteger su derecho a la vida. Tampoco se puede
interpretar la aceptación voluntaria de la muerte de Cristo como un acto de
suicidio. Como ha señalado Tristram Engelhardt, Cristo nos ha enseñado que la
vida tiene como meta la unión con Dios y su cruz fue una forma de
ofrecimiento a Dios. El suicidio, en cambio, es un acto en que la persona se
vuelve sobre sí misma y busca la muerte sin perseguir dicha unión. Los mártires
nunca aceptaron la muerte bajo la premisa de evitar una carga sobre ellos
mismos o sobre sus parientes o hermanos en la fe. Al contrario, aceptaron con
humildad la indignidad y el sufrimiento de su muerte por una causa superior, la
unión con Dios. Este criterio no tiene nada que ver con la eutanasia o el
suicidio.
Legalizar la eutanasia no es bueno porque:
1- La eutanasia legal favorece una "pendiente peligrosa" en contra del
derecho a la vida en otros campos
En Holanda la eutanasia se aplica no ya a enfermos, sino simplemente a gente
que no quiere vivir, como el senador socialista octogenario Brongersma, que
pidió y logró ser "finalizado" no porque estuviese enfermo o deprimido, sino
porque estaba cansado de vivir. Se calcula que en Holanda se dejan morir a
unos 300 bebés al año por nacer con minusvalías y hay casos (en este país rico)
de negar la implantación de marcapasos a mayores de 75 años; la eutanasia
favorece otras actuaciones de "eliminación de los inútiles".

2- La eutanasia empeora la relación médico-paciente e incluso la relación


paciente-familiares
¿Queda algún margen para que los enfermos, ancianos o incapacitados, sigan
manteniendo aquella plena confianza en quienes, hasta ahora, tenían por
obligación —casi sagrada— procurar la sanación de sus dolencias? ¿Quién
impondrá a la víctima potencial el deber de confiar en su verdugo? ¿Quién
podrá devolver a los enfermos holandeses su sentimiento de fiducia en la clase
médica? ¿Y cómo confiar en que el médico va a esforzarse por mi vida si mis
parientes presionan en un sentido contrario?

3- La eutanasia desincentiva la inversión en cuidados paliativos y en


tratamientos para el dolor
De 1995 a 1998 Holanda apenas invirtió en cuidados paliativos; sólo a partir de
1998 ha invertido en cuidados paliativos, pero presentados siempre como una
alternativa más, siendo la eutanasia la más apoyada desde las instituciones e
incluso por parte de la sociedad. Se tiende a pensar que si tratar el dolor con
cuidados paliativos es caros, hay que fomentar la opción barata: matar el
enfermo.

4- La eutanasia pervierte la ética médica que desde Hipócrates se ha


centrado en eliminar el dolor, no en eliminar el enfermo
Los médicos insisten en que la eutanasia, como el aborto, no son actos
médicos, ya que el fin de la medicina es curar, y si no se puede curar al menos
mitigar el dolor, y en todo caso atender y acompañar. La eutanasia no cura
nada. Los médicos que entran en una mentalidad eutanásica la incorporan a
toda su visión profesional y olvidan a Hipócrates. Es significativo que el primer
régimen que instaura la eutanasia desde del viejo paganismo romano es la
Alemania nazi... y sólo dos estados por ahora se han apuntado a la eutanasia.

5- La eutanasia no es solicitada por personas libres, sino casi siempre por


personas deprimidas, mental o emocionalmente transtornadas
Cuando uno está sólo, anciano, enfermo, paralítico tras un accidente... es fácil
sufrir ansiedad y depresión que llevan a querer morir. En un país sin eutanasia,
los médicos y terapeutas se esfuerzan por curar esta depresión, devolver las
ganas de vivir y casi siempre tienen éxito si el entorno ayuda. Por el contrario,
en un país con eutanasia, en vez de esforzarse por eliminar la depresión se
tiende a eliminar al deprimido "porque lo pide".

6- La eutanasia no es un derecho humano.


Según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el caso de Dianne Pretty
en el año 2002, no existe el derecho a procurarse la muerte, ya sea de manos
de un tercero o con asistencia de autoridades públicas. El derecho a la
autonomía personal no es superior al deber de los Estados de amparar la vida
de los individuos bajo su jurisdicción.

7- La eutanasia, como el suicidio, es contagiosa


Una vez una persona deprimida se suicida, otras personas deprimidas de su
entorno pueden copiar su comportamiento con más facilidad. Esto es así en
suicidios con o sin asistencia, lo cual incluye la eutanasia.

8- La eutanasia dificulta el trabajo de los terapeutas que trabajan con


minusválidos, deprimidos, enfermos...
Las personas que ayudan a otros a vivir con una grave minusvalía o en duras
circunstancias ven su trabajo saboteado por la otra opción, la eutanasia, que
legalizada aparece con atractiva insistencia como una salida fácil para el
enfermo.
9- La eutanasia tenderá a eliminar a los más pobres y débiles
Como el aborto, la eutanasia tenderá a hacerse especialmente accesible y
promocionada entre las clases económicamente más débiles, los grupos
étnicos desfavorecidos, etc... Al desatenderse la oferta en cuidados paliativos,
éstos serán un lujo sólo para gente con medios adquisitivos.

10- La eutanasia legal no impedirá las eutanasias ilegales, sino que las
potenciará
Como en el caso del aborto, aprobar una ley que permite la eutanasia "con
todos los controles que haga falta" no impedirá que se extienda el fraude de
ley, los permisos escritos sin examinar al paciente, la laxitud en la aplicación de
la ley y el fraude de ley generalizado.
Con todo, el mejor argumento contra la eutanasia siempre será el testimonio
de miles de hombres y mujeres en circunstancias dificilísimas que, apoyándose
mutuamente, con la ayuda de sus valores, su familia, amigos o profesionales
demuestran día a día que la dignidad del hombre les lleva a vivir y enriquecer
la vida de otros.
Otros puntos a tener en cuenta para no legalizar la eutanasia:
- La Vida no es un derecho, sino el sustrato de los derechos: ¡tenemos
derechos porque estamos vivos! La Vida, como la Libertad, son bienes de
la humanidad, por eso no pueden eliminarse ni siquiera a petición del
individuo: nadie puede pedir la muerte, como nadie puede entregarse
como esclavo voluntariamente. Son derechos irrenunciables. Hemos
retirado a los jueces el derecho a decidir sobre la vida de los asesinos y
se lo quieren arrogar ahora para decidir la vida de los inocentes.
- La eutanasia activa -suicidio asistido- no es un respeto de la libertad de
la persona, sino la decisión de un tercero -legislador o juez- sobre qué
vida merece la pena ser vivida (o le merece la pena a la sociedad que
continúe viva). Es la peor de las discriminaciones: clasificar las vidas
según su utilidad o calidad. ¿Quién decidirá qué sufrimiento puede
acceder a la eutanasia?: el cáncer de próstata, la tetraplejia, la depresión
o incluso la quiebra financiera.
- La eutanasia acaba extendiéndose. Siempre que se abre una fisura en el
edificio jurídico de la defensa de la vida, éste acaba derrumbándose.
Tenemos el antecedente del aborto: de los tres supuestos restrictivos, se
ha pasado al aborto libre a la carta. Y, por supuesto, acaba apareciendo
el negocio respectivo: ya existe en Zúrich el suicidio asistido... el llamado
turismo fúnebre.
- La eutanasia es el fracaso de la sociedad: cuando un enfermo pide la
muerte (todos hemos gritado alguna vez: ¡tierra trágame!), lo que está
pidiendo es ayuda y más cariño. Si se le da la razón y se le “concede” la
muerte, se le está diciendo: es verdad, tu vida ya no merece la pena, nos
estorbas, nada más podemos hacer por ti.
- Nunca puede ser digna una muerte provocada -ni puede ser digno
provocarla-: la muerte digna es aquella en la que se trata al paciente
como persona, al margen de sus condiciones vitales, rodeado del cariño
de los demás y poniendo a su disposición los cuidados paliativos
pertinentes. La eutanasia nunca puede ser considerado un acto médico,
porque no persigue ni la curación ni la reducción del dolor; es un acto
anti-médico: persigue la muerte.
- En occidente se está implantando la cultura de la muerte; la muerte
como solución fácil ante problemas que no tienen otra solución
aparente: aborto, eutanasia, terrorismo, pena de muerte, utilización de
embriones para investigación... y siempre un componente económico
detrás de todos ellos.
- La eutanasia de los niños se presenta como una prolongación del aborto:
si el niño escapó al diagnóstico de su enfermedad durante el embarazo,
existe otra oportunidad para suprimirle. El primer pueblo “progresista”
que redescubrió este método -que ya se practicaba en la antigüedad-
fue el Nazi: el primer caso se aplicó a un niño con labio leporino cuyos
padres consideraron que su vida no merecería la pena vivirse. Y es que la
eutanasia no es progresismo político, sino la regresión a tiempos de
barbarie.
EUTANASIA... ¿DÓNDE?
Suiza, Holanda, Bélgica y Oregón (en Estados Unidos) son los países que avalan
la muerte asistida. En el primer país europeo -donde está prohibida la
eutanasia activa- se ha abierto un amplio debate por el creciente "turismo" de
pacientes franceses, ingleses, y británicos que acuden a las clínicas y
organizaciones habilitadas para el efecto.
Noticias sobre Eutanasia en el Paraguay.
Número 1: (2008) CIUDAD DEL ESTE (de nuestra redacción regional). Eliodoro
López era un esposo ejemplar y un padre amoroso (tiene un hijo de un año y
dos meses). Trabajó por más de 12 años como vendedor de ropas en un salón
comercial en el microcentro de esta ciudad. Su empleador, un ciudadano
árabe, como recompensa de su entrega en el trabajo, le regaló una
motocicleta, con la cual se accidentó el pasado 12 de agosto.
El hecho ocurrió sobre la Ruta VII, Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, a la
altura del Km. 5,5 de Ciudad del Este. Fue cuando regresaba a su casa en el Km.
8 barrio San Juan.
Eliodoro, tras sufrir el accidente, fue derivado al hospital regional, donde
directamente fue ingresado a la unidad de terapia intensiva (UTI). A raíz de la
gravedad del caso, fue derivado al hospital Costa Cavalcanti de Foz de Yguazú,
Brasil. Allí estuvo internado 18 días.
Su esposa, Blanca Fonseca, de 21 años, recuerda que los médicos un día
reunieron a la familia para darle la noticia de que Eliodoro tenía derrame
cerebral irreversible. Aunque este diagnóstico luego fue descartado por los
médicos paraguayos. Por el tratamiento, su jefe pagó unos G. 200 millones.
Luego, el paciente fue traído nuevamente al Paraguay, ante el diagnóstico
irreversible de su cuadro. Permaneció durante cuatro días en el sanatorio
Central, de donde sus familiares debieron trasladarlo debido al alto costo de
los servicios. En solo cuatro días, gastaron G. 18 millones.
Esta suma obligó a Wenceslaa Barreto (63 años) y Fausto López (66), padres
del accidentado, a vender sus vacas, cerdos y gallinas.
Del centro asistencial privado, Eliodoro fue llevado al hospital regional, donde
sigue en UTI. Fonseca señaló que disminuyeron los gastos en medicamentos.
De los G. 2.500.000 que gastaban por día, ahora solo gastan G. 600.000.
Mientras que el costo de la cama de terapia intensiva es absorbido por la
Municipalidad de Ciudad del Este y tiene un costo superior a G. 3.500.000 por
día.
Los médicos tratantes diagnosticaron trauma craneoencefálico severo y paro
cardíaco.
Los padres y hermanos de Eliodoro recurrieron el lunes ante el fiscal de turno,
Humberto Rosetti, a fin de solicitar que ordene la desconexión de los aparatos
que mantienen con vida al paciente, en ese entonces internado en el costoso
sanatorio. El representante público se negó a la autorización, atendiendo a que
el Código Penal en su art. 106 castiga el hecho con hasta tres años de cárcel.
Wenceslaa había mencionado que ya no podía costear el tratamiento de su
hijo. Además, su cuadro era irreversible, por lo que prefería su descanso.
Pero cuando la Comuna esteña decidió trasladar a Eliodoro a la UTI del hospital
regional, cambiaron de idea.
Número 2: (2015) La Comisión de Reforma Penal del Paraguay, que engloba a
distintas instituciones del Estado, organizará una audiencia pública, el martes
19 de mayo, en la Sala Bicameral del Congreso, a fin de analizar las
modificaciones en relación a temas polémicos como el aborto y la eutanasia.
Como parte del análisis y en busca de opiniones, la comisión, presidida por el
senador Enrique Bacchetta, había solicitado consultas a varias instituciones,
pero solo algunas respondieron.
Otras, como el Ministerio de Salud, el Círculo Paraguayo de Médicos, La
Organización Panamericana de la Salud y la Sociedad Paraguaya de Ginecología
y Obstetricia, hasta el momento no dieron su parecer, a pesar de que se les
reiteró la nota.
Las universidades Nacional, Católica y del Norte se limitaron a ratificar lo que
establece la Constitución Nacional en relación al derecho a la vida.
Aunque el ministro de Salud, Antonio Barrios, no respondió por escrito, en
declaraciones a medios de prensa se manifestó en contra del aborto. La única
que demostró una postura a favor fue la ministra de la Mujer, Ana Baiardi, en
su respuesta a la comisión, suscribe el respeto y el cumplimiento irrestricto de
las disposiciones y recomendaciones de los órganos internacionales.
Este tema está generando polémica sobre todo luego de que hayan saltado a la
opinión pública los casos de varias menores embarazadas tras sufrir
violaciones, lo que ha producido opiniones a favor y en contra sobre la
posibilidad de matar a los no nacidos frutos de esos crímenes.
Opiniones de filósofos y grandes personajes de la historia sobre la
eutanasia
"...Cuando a estos males incurables se añaden sufrimientos atroces, los
magistrados y sacerdotes, se presentan al paciente para exhortarle tratan de
hacerle ver que está ya privado de los bienes y funciones vitales...y puesto que
la vida es un puro tormento, no debe dudar en aceptar la muerte, no debe
dudar en liberarse a sí mismo o permitir que otros le liberen... esto es, la
muerte no le apartará de las dulzuras de vida sino del suplicio y se realiza una
obra ...piadosa y santa...este tipo de muerte se considera algo honorable"
Tomas Moro
"Nuestro horror a la muerte es tan grande que cuando ésta se presenta bajo
cualquier otra forma distinta de la que un hombre se había esforzado en
reconciliar con su imaginación, adquiere nuevos aspectos aterradores y resulta
abrumadora para sus pocas fuerzas. Y cuando las amenazas de la superstición
se añaden a esta natural timidez, no es extraño que consigan privar a los
hombres de todo poder sobre sus vidas" Hume
"Si el disponer de la vida humana fuera algo reservado exclusivamente al
todopoderoso, y fuese un infringimiento del derecho divino el que los hombres
dispusieran de sus propias vidas, tan criminal sería el que un hombre actuara
para conservar la vida, como el que decidiese destruirla." Hume
"Una vez que se admite que la edad, la enfermedad o la desgracia pueden
convertir la vida en una carga y hacer de ella algo peor que la aniquilación.
Creo que ningún hombre ha renunciado a la vida si esta mereciera
conservarse." Hume
Se define la Eutanasia como : "Adueñarse de la muerte, procurándola de modo
anticipado y poniendo así fin "dulcemente" a la propia vida o a la de otro" Juan
Pablo II
CONCLUSIÓN
Queremos concluir entonces diciendo que todo ser humano pertenece a una
sociedad, a una familia y sus decisiones afectan siempre a otras personas. La
autonomía absoluta no existe; las acciones de cada uno afecta la integridad
propia y la de otros seres.
En cuanto a la eutanasia activa, si hoy nos preguntaran si estamos a favor de la
muerte provocada para el ser más querido de nuestra vida, (madre, padre,
hijo/a, etc.,) que padece un dolor intenso y cuyo tratamiento es muy costoso,
es casi seguro que condenaremos la llamada eutanasia activa y mantendremos
la esperanza de su recuperación a cualquier precio.
La eutanasia pasiva es uno de los dilemas históricos más discutidos de la
medicina, la religión, las leyes y los familiares de enfermos terminales. La
mayoría acepta la eutanasia pasiva cuando la vida de un paciente ya no tiene
muchas posibilidades y cuando este se convierte en una pesada carga para sí
misma y para su familia, en lo espiritual, psicológico y económico.
Actualmente, la eutanasia constituye un desafío desde el punto de vista ético y
legal. Algunos enfermos desahuciados piden que los dejen morir para terminar
sus sufrimientos. En ese momento se presenta todo un dilema para los
médicos y familiares, quienes deben adoptar una decisión final.
Web grafía.
 http://www.abc.com.py/articulos/permiso-para-morir-268851.html
 http://www.abc.com.py/edicion-impresa/interior/niegan-eutanasia-a-
joven-accidentado-1099325.html
 http://escuela.med.puc.cl/publ/arsmedica/arsmedica2/06_Rodriguez.ht
ml
 http://www.mercaba.org/FICHAS/Muerte/razones_contra_la_eutanasia.
htm
 http://www.aceb.org/Eutanasia/que.html
 http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_
noticia=52
OPINIÓN PERSONAL
Aurora Pineda
Luego de haberme informado sobre el tema, puedo decir con seguridad que
tomo una posición en contra de la eutanasia porque es la violación del primer
derecho que tenemos como humanos: el derecho a la vida. La eutanasia, a mí
parecer, es un fenómeno que de ser legal, va a ir mutando y primero se le
autorizaría solo a enfermos terminales, luego a personas enfermas, depresivas,
etc. Y posteriormente, tarde o temprano, se va a llegar al punto donde
cualquier persona va a poder solicitar la eutanasia. Esto se puede observar que
ocurrió en Francia, donde en Zúrich existen lugares donde la gente puede
acudir para tener “suicidios asistidos”.
Los doctores y personales de la salud son las personas encargadas de realizar la
eutanasia en el hipotético caso de que se legalice, pero es una contradicción
demasiado grande con el juramento hipocrático que realizan los médicos al
recibirse, en el cual juran proteger y cuidar la vida de las personas todo el
tiempo y lo mejor que puedan. Y para finalizar, quiero comentar que comparto
la opinión de aquellos que sostienen que a menos que se aplique una reforma
al artículo 106 de nuestro Código Penal, no se podrá legalizar la eutanasia en
Paraguay.
Paloma Britez
La eutanasia, desde hace mucho tiempo, es un tema bastante discutido
mundialmente aunque en los últimos años aumentaron los debates acerca de
la misma. Constantemente escuchamos en los medios de comunicación los
argumentos a favor y en contra de la eutanasia pero personalmente creo que
no es ético ni moral desde ningún punto de vista ayudar a un ser humano a
morir, no solo porque es precisamente ayudar a una persona a suicidarse, sino
porque la tarea un médico es justamente velar por la salud y la vida de sus
pacientes y al practicar la eutanasia está haciendo todo lo contrario.
Conozco perfectamente la sensación de angustia y desesperación de tener un
familiar cercano en últimas instancias, con severos problemas de salud y con
constantes sufrimientos, dolores y molestias, sé perfectamente lo que se
siente y por esa misma razón creo que la mejor forma de morir, es luchando
por la vida, además, es casi seguro que una vez que se legalice la eutanasia,
esta de a poco irá transformándose y deformándose y nos encontraremos en
una sociedad donde tácitamente, se apruebe y se acepte el suicidio.
Camila Romero
Personalmente opino que el hecho de que la eutanasia sea legalizada en
algunos países, no es más que un contra pie a la medicina moderna, ya que la
eutanasia no es una práctica que se vea englobada dentro de las ciencias
médicas, ya que no toma como objetivo curar a los enfermos o mejorar su
calidad de vida, sino, totalmente lo opuesto. La eutanasia es una práctica anti
médica y es un grave peligro para la sociedad en los países donde se practica.
La vida de las personas enfermas es igual de valiosa que las sanas, y la vida es
un derecho irrenunciable por el cual se debe luchar hasta el final. El rol de los
médicos, y cualquier otro personal de salud es esforzarse en acompañar a los
pacientes y los familiares en su lucha por la vida, y es una gran falla a ese rol
sugerir tan obscura “solución”.
Por lo tanto estoy totalmente en contra de la eutanasia, de su práctica y
legalización.

José Manuel García


En particular el debate de la Eutanasia es un conflicto interno que cargo desde
hace ya mucho tiempo. Por mucho tiempo me sentí lo suficientemente seguro
en decir que sí era a favor, pero la investigación profunda que llevamos a cabo
con mis compañeros de grupo hizo que esta duda se implantara de nuevo en
mi ser.
Luego de culminar el trabajo, y con toda la información que pudimos encontrar
me veo en una posición más inclinada hacia el repudio a esta práctica. Lo que
me llevó a dicha inclinación es la concepción de la vida digna que plantean los
defensores de la Eutanasia, ¿por qué una persona que padece una enfermedad
ha de ser indigna?, la persona que padece estas dolencias es más digna que
cualquier ser humano con salud privilegiada. Aquellos que deciden seguir
luchando por su vida son los dignos de admiración. Del punto de vista médico,
sigo sin encontrar respuestas que salgan a favor de la Eutanasia, ¿acaso los
médicos no deben de velar por la salud de su paciente?, la solución no se
encuentra en terminar la vida sino en buscar vías de conservarla.
Rescato que este trabajo marco un antes y después en mi criterio, aunque las
dudas siguen jugando una especie de ping-pong en lo más profundo de mi
mente, creo que conseguí salir a favor de una posición, la que se opone a esta
práctica "médica".

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