Vous êtes sur la page 1sur 12

LA CRUZ, CIMA LUMINOSA DEL AMOR DE DIOS QUE NOS

PROTEGE
Llamados, también nosotros, a proteger por amor

INTRODUCCIÓN
Participemos en este vía crucis íntimamente unidos a Jesús. Atentos a lo que está escrito en los Evangelios, se irán
observando algunos sentimientos y pensamientos que pudieron embargar la mente y el corazón de Jesús en aquellas
horas de prueba.

Al mismo tiempo, nos dejaremos interpelar por algunas situaciones de la vida que caracterizan –para bien o para
mal– nuestros días. Expresaremos así una resonancia que manifieste nuestro deseo de dar algún paso en la imitación
de nuestro Señor Jesucristo en su pasión.

ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que has querido realizar la salvación de todos los hombres por medio de tu Hijo muerto en la
cruz, concédenos, te rogamos, a quienes hemos conocido en la tierra este misterio de amor, dar testimonio de él, con
palabras y obras, ante cuantos, en tu bondad, se cruzan en nuestro camino cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

PRIMERA ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte

-Te adoramos oh cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan (Jn 18, 37-40)


Pilato le dijo: «¿Entonces, tú eres rey?». Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he
venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz». Pilato le dijo: «Y
¿qué es la verdad?». Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo: «Yo no encuentro en él ninguna
culpa. Es costumbre entre ustedes que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Quieren que suelte al rey de los
judíos?». Volvieron a gritar: «A él no, a Barrabás». Barrabás era un bandido.

Sentimientos y pensamientos de Jesús


Acabo de celebrar la Pascua con mis discípulos. Era algo que había deseado ardientemente: la última Pascua, antes
de la pasión, antes de volver a ti. Pero, de pronto, se ha visto alterada. El diablo había metido en la cabeza de un
discípulo mío que me traicionara. En el huerto de Getsemaní ha venido hacia mí. Con un gesto que es expresión de
amor, me ha saludado diciéndome: «Salve, Maestro». Y me ha besado. ¡Qué amargura en aquel momento! Durante
la cena, te he suplicado, Padre, que guardes a mis discípulos en tu nombre, para que sean uno, como nosotros.

Nuestra resonancia
Señor Jesús, nosotros somos todavía más frágiles en la fe que los primeros discípulos. También nosotros corremos el
riesgo de traicionarte, cuando tu amor debería alentarnos a amarte cada vez más.

Nos hace falta oración, vigilancia, sinceridad y verdad. Así, la fe crecerá. Y será fuerte y gozosa.
Oración
Humilde Jesús, también nosotros nos dejamos condicionar por lo que está fuera. Ya no sabemos escuchar la voz sutil,
exigente y liberadora, de nuestra conciencia que dentro llama e invita amorosamente: «No salgas fuera, entra dentro
de ti mismo: porque en tu hombre interior reside la verdad».

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús con la cruz a cuestas

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan (Jn 19, 6-7. 16-17)


Cuando los sumos sacerdotes y los guardias lo vieron, gritaron: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «Tómenlo
ustedes y crucifíquenlo. Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo». Los judíos respondieron: «Nosotros
tenemos una Ley, y según esa Ley debe morir porque él pretende ser Hijo de Dios». Entonces Pilato se lo entregó
para que lo crucifiquen, y ellos se lo llevaron. Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar
llamado «del Cráneo», en hebreo «Gólgota».

Sentimientos y pensamientos de Jesús


Me rodean los soldados del gobernador. Para ellos, ya no soy una persona, sino un objeto. Quieren divertirse
conmigo, burlarse de mí. Por eso me visten de rey. Han preparado incluso una corona, pero de espinas. Me golpean
en la cabeza con una caña. Me escupen. Me sacan afuera.

Resuenan en mí las dramáticas palabras del profeta Isaías sobre el Siervo del Señor. Dicen de él que no tiene aspecto
atrayente; que es despreciado, varón de dolores, como un cordero llevado al matadero; que es arrancado de la tierra
de los vivos, maltratado hasta la muerte. Ese Siervo soy yo, para desvelar la grandeza del amor de Dios por el
hombre.

Nuestra resonancia
Tú, Jesús, has sido «contado entre los pecadores». En la primera generación cristiana, precisamente por hablar
públicamente de ti, Pedro y Juan, Pablo y Silas, entraron en prisión. Así ha ocurrido muchas veces a lo largo de los
siglos.

También en nuestros días hay hombres y mujeres que son encarcelados, condenados e incluso asesinados
simplemente por ser creyentes o por su compromiso en favor de la justicia y la paz. Ellos no se avergüenzan de tu
cruz. Son ejemplos admirables para que los imitemos.

Oración
Humilde Jesús, en el transcurso cotidiano de la vida nuestro corazón mira hacia abajo, a su pequeño mundo y,
completamente embebido en la búsqueda del propio bienestar, permanece ciego ante la mano del pobre y del
indefenso que mendiga nuestra escucha y pide auxilio. A lo sumo se conmueve, pero no se mueve.
Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae bajo el peso de la cruz

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Mateo (Mt 11 28-30)


“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan
de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga
liviana.”

Sentimientos y pensamientos de Jesús


Me tambaleo al dar los primeros pasos hacia el Calvario. He perdido ya mucha sangre. Me resulta difícil sostener el
peso del madero que he de llevar. Y caigo a tierra.

Alguien me levanta. A mi alrededor veo mucha gente. Entre ellos, hay quien me quiere bien. Otros son sólo curiosos.
Pienso en Juan Bautista que, al comienzo de mi vida pública, dijo: «Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado
del mundo». Ahora se revela la verdad de esas palabras.

Nuestra resonancia
Señor Jesús, en este día no podemos parecernos al fariseo que se ensalza a sí mismo, sino al publicano que no se
atreve siquiera a levantar la cabeza. Como él, te pedimos con confianza, a ti que eres el Cordero de Dios, perdón por
nuestros pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Meditando sobre el peso de tu cruz, no nos avergonzaremos de hacer sobre nuestro cuerpo la señal de la cruz: «Es
una ayuda eficaz: gratuita para los pobres y, para quien es débil, no exige ningún esfuerzo. Se trata, ciertamente, de
una gracia de Dios».

Oración
Humilde Jesús, nuestras caídas, entretejidas de fragilidad y pecado, hieren el orgullo de nuestro corazón, lo cierran a
la gracia de la humildad e interrumpen nuestro camino hacia ti.

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

CUARTA ESTACIÓN
Jesús se encuentra con su Madre
-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan (Jn 19, 25-27)


“Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al
ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al
discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.”

Sentimientos y pensamientos de Jesús


Mi Madre está entre la gente. Mi corazón late con fuerza. No consigo verla bien. La sangre me cubre la cara. Cuando
tenía cuarenta días, me llevaron al Templo para presentar la ofrenda, según la Ley de Moisés. A mis padres les habló
un profeta. Se llamaba Simeón. Me tomó en brazos. Dijo que yo sería «signo de contradicción» y que a mi madre
«una espada le traspasaría el alma». Palabras que en este momento se han hecho amarga realidad para ambos. Hoy
se realiza plenamente la ofrenda de aquel día.

Resonancia de María
Nos diría María: «¡Ay de mí! ¿Qué veo? Hijo mío, de estirpe divina. ¡Te arrastran las manos de esos criminales y lo
soportas! Te conducen a las cadenas y por tu propia voluntad te diriges hacia ellas, tú que eres quien libra de sus
cadenas al linaje de los encadenados… ¡Yo me muero! Dime, dime una sola palabra, tú, Palabra de Dios Padre; no, no
pases en silencio ante la esclava convertida en madre».

Señor Jesús, el drama que afrontas junto a tu Madre por una calle de Jerusalén nos hace pensar en tantas tragedias
familiares de nuestro mundo. Hay para todos: madres, padres, hijos, abuelos y abuelas. Es fácil juzgar a los demás,
pero lo más importante es saber ponerse en su lugar y ayudarles en la medida de lo posible. Lo intentaremos.

Oración
Humilde Jesús, cuando las adversidades y las injusticias de la vida, el dolor inocente y la violencia cruel nos hacen
imprecar contra ti, tú nos invitas a estar, como tu Madre, a los pies de la cruz. Cuando nuestras expectativas y
nuestras iniciativas, vacías de futuro y marcadas por el fracaso, nos llevan a huir hacia la desesperación, tú nos
llamas a la fuerza de la espera. ¡Hemos olvidado verdaderamente la importancia del estar como expresión del orar!

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

QUINTA ESTACIÓN
El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Lucas (Lc 23, 26)


“Cuando lo llevaban, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para que la
llevara detrás de Jesús.”
Sentimientos y pensamientos de Jesús
Oigo gritos a mi alrededor. Toman a la fuerza a un campesino que pasaba por allí, seguramente por casualidad. Sin
muchas explicaciones, lo obligan a llevar mi peso. Me siento aliviado. Le mandan que vaya detrás de mí. Iremos
juntos hasta el lugar de mi suplicio.

Más de una vez, predicando el Reino de Dios, dije: «Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío».
Sin embargo, ahora este hombre carga incluso con la mía. Quizás ni siquiera sabe quién soy, pero igualmente me
ayuda y me sigue.

Nuestra resonancia en alabanza de Simón


«Dichoso tú, Simón, que durante la vida llevaste la cruz detrás de nuestro Rey. Los que llevan las insignias de los reyes
se sienten orgullosos, pero los reyes y sus insignias pasarán. Dichosas tus manos que levantaron y llevaron en
procesión la cruz de Jesús que nos dio la vida».

Señor, quizás también para algunos de nosotros el encuentro contigo sucedió de modo fortuito. Pero luego se ha
hecho más profundo.

Consideramos un gran don de tu gracia que no falten entre nosotros cirineos, que lleven la cruz de los otros. Lo
hacen con perseverancia. Los motiva el amor. Su presencia es fuente de esperanza. Ponen en práctica la invitación de
san Pablo: «Lleven los unos las cargas de los otros». Y así cuidan de sus hermanos.

Oración
Humilde Jesús, cuando la vida nos propone un cáliz amargo y difícil de beber, nuestra naturaleza se cierra,
recalcitrante, no osa dejarse atraer por la locura de ese amor más grande que convierte la renuncia en alegría, la
obediencia en libertad, el sacrificio en grandeza del corazón.

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

SEXTA ESTACIÓN
La Verónica enjuga el rostro de Jesús

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Lucas


“Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo
acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades:
María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes,
Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes.”

Sentimientos y pensamientos de Jesús


Entre la multitud hay muchas mujeres. Su delicadeza impulsa a una de ellas a acercarse para secarme el rostro. Este
gesto me hace recordar otros encuentros. Uno de ellos, hace una semana. Fui a cenar, por amistad, a Betania, en
casa de Marta, María y Lázaro. María me ungió los pies con óleo perfumado de nardo auténtico. Se sorprendió
cuando le dije que lo conservara para mi sepultura.
Me veo también sentado junto al pozo de Sicar. Estaba cansado y sediento. Llega en aquel momento una mujer
samaritana con un cántaro. Le pido agua. Le hablo de un agua que salta hasta la vida eterna. Parece que esperaba
este don para abrir su corazón. Quería contarme todo sobre ella. La vi maravillada profundizando en su propia
conciencia. Volvió a su pueblo hablando de mí y diciendo: «¿Será este el Mesías?».

Nuestra resonancia
Señor Jesús, en los Evangelios las mujeres tienen un lugar destacado. Te ayudaron a ti y a los apóstoles. Algunas de
ellas estuvieron presentes en tu pasión. Y fueron las primeras en anunciar tu resurrección.

El genio femenino nos lleva a vivir la fe con afecto hacia ti. Nos lo enseñan todos los santos. Queremos seguir sus
huellas. Queremos seguir viviendo la fe que nuestras madres, abuelas, catequistas nos trasmitieron.

Oración
Humilde Jesús, nuestra mirada es incapaz de ir más allá: más allá de la indigencia, para reconocer tu presencia, más
allá de la sombra del pecado, para descubrir el sol de tu misericordia, más allá de las arrugas de la Iglesia, para
contemplar el rostro de la Madre.

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

De la primera carta del apóstol San Pedro (1 Pe 2, 21b-24)


Cristo padeció por ustedes, y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas. El no cometió pecado y nadie pudo
encontrar una mentira en su boca. Cuando era insultado, no devolvía el insulto, y mientras padecía no profería
amenazas; al contrario, confiaba su causa al que juzga rectamente. El llevó sobre la cruz nuestros pecados,
cargándolos en su cuerpo, a fin de que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Gracias a sus llagas, ustedes
fueron curados.

Sentimientos y pensamientos de Jesús


No es sólo cansancio físico. Es algo más profundo lo que me pasa. Ayer tarde estuve un buen rato postrado en
oración al Padre. Mi sudor era como gotas de sangre. Estaba ya en agonía. Estoy viviendo la experiencia extrema y
difícil de todo ser humano que se acerca a la muerte. Gracias, Padre, por haberme enviado en ese momento un ángel
del cielo a consolarme.

Nuestra resonancia
Señor Jesús, ¡qué abismo de tristeza en tantas almas heridas por la soledad, el abandono, la indiferencia, la
enfermedad, la muerte de un ser querido!

Inconmensurable, el dolor de cuantos sufren la crueldad de la violencia, el odio de palabras falaces o se encuentran
con corazones de piedra que hacen llorar y llevan a la desesperación.

El corazón del hombre –el corazón de cada uno de nosotros– espera otra cosa: el cuidado del amor. Tú, Jesús, nos lo
enseñas a todos los hombres de buena voluntad: Ámense los unos a los otros como yo los he amado.
Oración
Humilde Jesús, en las injusticias y adversidades de esta vida nosotros no resistimos con paciencia. Frecuentemente
pedimos, como signo de tu potencia, que nos libres del peso del madero de nuestra cruz.

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

OCTAVA ESTACIÓN
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según san Lucas (Lc 23, 27-31)


Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.
Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por
sus hijos. Porque se acerca el tiempo en que se dirá: "¡Felices las estériles, felices los senos que no concibieron y los
pechos que no amamantaron!" Entonces se dirá a las montañas: "¡Caigan sobre nosotros!", y a los cerros:
"¡Sepúltennos!" Porque si así tratan a la leña verde, ¿qué será de la leña seca?».

Sentimientos y pensamientos de Jesús


Hace pocos días que llegué a Jerusalén. Una comitiva de discípulos me acogió haciendo fiesta con regocijo. Incluso
me aclamaban diciendo: «Bendito el que viene en el nombre del Señor». En medio de su sencillez, ese momento fue
solemne. Sin embargo, no fue del agrado de los fariseos. La fiesta no impidió que llorase al ver la ciudad. Ahora que
voy exhausto al Gólgota, oigo voces de mujeres que se lloran por mí y se dan golpes de pecho.

Nuestra resonancia
Señor Jesús, también hoy, viendo nuestras ciudades, tendrías motivos para llorar. Quizás también nosotros estamos
ciegos y no comprendemos el camino de paz que tú nos indicas.

Pero ahora sentimos como una llamada tuya lo que dijiste en el Sermón de la Montaña: «felices los limpios de
corazón, porque ellos verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios». Y
también cuando dijiste a tus discípulos: «Ustedes son la sal de la tierra… Ustedes son la luz del mundo… Alumbre así
su luz a los hombres, para que vean sus buenas obras y den gloria al Padre que está en el cielo».

Oración
Humilde Jesús, en tu cuerpo sufriente y maltratado, denigrado y escarnecido, no sabemos reconocer las heridas de
nuestra infidelidad y de nuestras ambiciones, de nuestras traiciones y de nuestras rebeliones. Son heridas que gimen
e invocan el bálsamo de nuestra conversión, mientras nosotros hoy ya no sabemos llorar por nuestros pecados.

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…
NOVENA ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Lucas (Lc 22, 28-30a. 31-32)


Ustedes son los que han permanecido siempre conmigo en medio de mis pruebas. Por eso yo les confiero la realeza,
como mi Padre me la confirió a mí. Y en mi Reino, ustedes comerán y beberán en mi mesa… Simón, Simón, mira que
Satanás ha pedido poder para zarandearlos como el trigo, pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú,
después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos».

Sentimientos y pensamientos de Jesús


Mi camino terreno llega a su fin. Cuando nací, mi madre me puso en un pesebre. He pasado casi toda mi vida en
Nazaret. He formado parte de la historia del pueblo elegido.

Como enviado itinerante del Padre, he anunciado la amplitud de su amor, en el que todos caben; la extensión de su
amor, que se mantiene fiel a lo largo de todas las generaciones; la altitud de su amor, esperanza que vence incluso a
la muerte; y la profundidad de su amor, que no me ha enviado para los justos, sino para los pecadores.

Muchos escucharon mi palabra y me siguieron, convirtiéndose en discípulos míos; otros no me comprendieron.


Algunos me rechazaron y, al final, me condenaron. Pero, en este momento, más que nunca, me siento llamado a
revelar el amor de Dios por los hombres.

Nuestra resonancia
Señor Jesús, ante tu amor y el amor del Padre, nos preguntamos si no nos estaremos dejando contagiar por el
mundo, que considera tu pasión y muerte «necedad y escándalo», siendo así que es «fuerza y sabiduría de Dios».
¿No estaremos siendo cristianos tibios, cuando tu amor es un misterio de fuego?

¿Nos damos cuenta de que antes de que Dios viniese a nosotros, ni siquiera sabíamos quién era Dios? Cuando tú,
Hijo Unigénito, llegaste, Dios, que nos hizo a su imagen, nos permitió levantar los ojos a él y nos prometió el Reino de
los cielos. ¿Cómo no amar a Aquel que nos ha amado primero»?

Oración
Humilde Jesús, ante las pruebas que criban nuestra fe nos sentimos desolados: no nos acabamos de creer que
nuestras pruebas hayan sido ya las tuyas, y que tú nos invitas simplemente a vivirlas contigo.

Padre nuestro…

Dios te salve María

Gloria al Padre…

DÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.


-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan (Jn 19 23-24)


Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para
cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba
abajo, se dijeron entre sí: «No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca.» Así se cumplió la Escritura
que dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica. Esto fue lo que hicieron los soldados.

Sentimientos y pensamientos de Jesús


Me quedo en silencio. Me siento humillado por un gesto aparentemente banal. Hace horas que me quitaron la ropa.
Pienso en mi Madre, aquí presente. Mi humillación es también la suya. También de esta manera una espada traspasó
su alma. A ella le debía la túnica que me arrebataron. Era un símbolo de su amor por mí.

Nuestra resonancia
Tu túnica, Señor, nos lleva a meditar en un momento de gracia y también en todas las veces que se viola la dignidad
del hombre.

La gracia es la del Bautismo. Al niño que acaba de convertirse en cristiano, se le dice: «Eres ya nueva creatura y has
sido revestido de Cristo. Esta vestidura blanca sea signo de tu dignidad de cristiano. Ayudado por la palabra y el
ejemplo de los tuyos, consérvala sin mancha hasta la vida eterna». Esta es la verdad más profunda de la existencia
humana.

Al mismo tiempo, el amor con que cuidas a todas las criaturas nos lleva también a pensar en situaciones terribles: el
tráfico de seres humanos, los niños soldados, el trabajo esclavo, los niños y adolescentes a los que han robado su
inocencia, heridos en su intimidad, profanados sin piedad.

Tú nos haces pedir humildemente perdón a cuantos sufren estos ultrajes y rezar para que finalmente se despierte la
conciencia de los que oscurecen el cielo en la vida de los demás. Ante ti, Señor Jesús, renovamos nuestro propósito
de «vencer el mal con el bien».

Oración
Humilde Jesús, delante de tu desnudez descubrimos lo esencial de nuestra vida y de nuestra alegría: ser en ti hijos del
Padre. Pero confesamos también la resistencia a abrazar la pobreza como dependencia del Padre, a acoger la
desnudez como hábito filial.

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es clavado en la cruz

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según san Juan (Jn 19, 18-22)


Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio. Pilato redactó una inscripción que decía:
"Jesús el Nazareno, rey de los judíos", y la hizo poner sobre la cruz. Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el
lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín y griego. Los
sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: "El rey de los judíos". sino: "Este ha dicho: Yo soy el rey
de los judíos"». Pilato respondió: «Lo escrito, escrito está».

Sentimientos y pensamientos de Jesús


Me están taladrando los pies y las manos. Los brazos estirados. Los clavos atraviesan mi carne con dolor. Tengo el
cuerpo inmovilizado, pero libre el corazón, y con esa libertad fui hacia mi pasión. Libre, porque está lleno de amor, de
un amor que quiere incluir a todos.

Miro a los que me crucifican. Pienso en los que se lo han mandado: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen». Junto a mí hay otros dos condenados a morir en cruz. Uno de ellos me pide que me acuerde de él cuando
esté en mi reino. Sí –le digo–, «hoy estarás conmigo en el paraíso».

Nuestra resonancia
Te vemos, Señor Jesús, clavado en la cruz. Y nos asaltan preguntas apremiantes: ¿Cuándo quedará abolida la pena de
muerte, vigente aún hoy en numerosos Estados? ¿Cuándo desaparecerá todo tipo de tortura y la muerte violenta de
personas inocentes? Tu Evangelio es la mejor defensa para el hombre, para todos los hombres.

Oración
Señor Jesús, crucificado por nosotros. Tú eres la confesión del gran amor del Padre por la humanidad, el icono de la
única verdad creíble. Atráenos hacia ti, para que aprendamos a vivir «por amor de tu amor».

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la cruz

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Lucas (Lc 23, 44-46)


Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del
Templo se rasgó por el medio. Jesús, con un grito, exclamó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y
diciendo esto, expiró.

Los que podemos, nos ponemos de rodillas

Nuestra resonancia
En la cruz, Jesús, rezaste. Así viviste el momento culminante de tu vocación y misión.

Te dirigiste a tu Madre y al discípulo Juan. A través de ellos, nos hablabas también a nosotros. Nos confiaste a tu
Madre. Nos pediste que la acogiéramos en nuestra vida, para que nos cuidase a nosotros igual que cuidó de ti.

El evangelista Lucas recuerda que, poco antes de morir, dijiste: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». La
respuesta que el Padre dará será tu resurrección.
Oración
¡Señor Jesús, muerto por nosotros! Tú pides para dar, mueres para entregar y, al mismo tiempo, nos haces descubrir
en el don de sí mismo el gesto que crea el espacio de la unidad. Perdona el vinagre de nuestro rechazo y de nuestra
incredulidad, perdona la sordera de nuestro corazón a tu grito sediento que sigue subiendo desde el dolor de tantos
hermanos.

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

DECIMOTERCERA ESTACIÓN
Jesús es bajado de la cruz y entregado a su madre

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan (Jn 19, 32-35.38)


Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al
ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la
lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la
verdad, para que también ustedes crean. Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús –pero
secretamente, por temor a los judíos– pidió autorización a Pilato para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se la concedió,
y él fue a retirarlo.

Nuestra resonancia
Jesús ha pasado de este mundo al Padre. Su pasión nos da la gracia de descubrir, dentro de la historia, la pasión de
Dios por el hombre. Los santos han correspondido convirtiéndose en discípulos y apóstoles. A esto mismo estamos
llamados también nosotros.

Oración
Señor Jesús, entregado a la madre, figura de la Iglesia-Madre. Ante del icono de la Piedad aprendemos la entrega al
sí del amor, al abandono y la acogida, la confianza y la atención concreta, la ternura que sana la vida y suscita la
alegría.

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

DECIMOCUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el sepulcro

-Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

-Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


Del Evangelio según san Juan (Jn 19, 40-42)
Tomaron entonces el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas, agregándole la mezcla de perfumes, según la
costumbre de sepultar que tienen los judíos. En el lugar donde lo crucificaron había una huerta y en ella, una tumba
nueva, en la que todavía nadie había sido sepultado. Como era para los judíos el día de la Preparación y el sepulcro
estaba cerca, pusieron allí a Jesús.

Sentimientos de dos amigos de Jesús


El cuerpo de los condenados a la crucifixión no era considerado digno ni siquiera de recibir sepultura. Sin embargo,
dos hombres importantes, José de Arimatea y Nicodemo, cuidaron con esmero del cuerpo de Jesús.

José de Arimatea: «¡Qué fortuna, para mí y para ustedes, que nos hayamos convertido en discípulos de Jesús! Yo
antes me escondía. Ahora, en cambio, siento dentro de mí una fuerte determinación. Me he presentado incluso ante
Pilato para obtener el cuerpo de Jesús. Más que la determinación, me han movido el amor y la alegría. Estoy
contento de haber podido ofrecer una tumba nueva, excavada en la roca. A ustedes les digo: Amen a nuestro
Salvador».

Nicodemo: «Mi primer encuentro con Jesús fue en horas nocturnas. Me invitó a nacer de nuevo, a nacer de lo alto.
Solamente poco a poco he comprendido aquellas palabras suyas. Ahora estoy aquí para honrar su cuerpo. Por eso, he
comprado una mixtura de mirra y áloe. Pero, la verdad es que él ha hecho mucho más por mí: ha perfumado mi
vida».

Junto a ellos estaba María que piensa y dice: «Juan ha permanecido junto a mí. Al pie de la cruz, mi fe ha sufrido una
dura prueba. Como en Belén y después en Nazaret, también ahora medito todas estas cosas en silencio. Confío en
Dios. No he perdido mi esperanza de madre. Confíen también ustedes. Para todos ustedes pido la gracia de una fe
fuerte. Para aquellos que atraviesan días de oscuridad, el consuelo».

Padre nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

OREMOS
Te pedimos, Señor, que descienda una abundante bendición sobre tu pueblo, que ha recorrido el camino de la Cruz,
siguiendo sentimientos de tu Hijo, y con la esperanza de su Resurrección, llegue a él tu perdón, concédele tu consejo,
acrecienta su fe y asegúrale la eterna salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Vous aimerez peut-être aussi