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DEFINICIÓN
Las neumonías son procesos infecciosos del parénquima pulmonar. Se clasifican en:
extrahospitalarias o adquiridas en la comunidad e intrahospitalarias, dependiendo del
ámbito donde se incuban. Las extrahospitalarias son las que se desarrollan en el seno de
la población general. Hay que considerar que no son extrahospitalarias aquellas que se
manifiestan en los diez primeros días del alta de un paciente del hospital, ni tampoco las
que se manifiestan a partir de las 48 a 72 horas del ingreso de un paciente. Este concepto
no se aplica a los pacientes con inmunodepresión severa que adquieren una neumonía
no estando ingresados y, debido a sus características especiales, se les denomina
neumonías en inmunodeprimidos; tampoco se aplica a la tuberculosis. En condiciones
normales la vía respiratoria inferior es estéril gracias a los mecanismos de filtrado y
eliminación. Cuando partículas infecciosas se depositan en la superficie
traqueobronquial el movimiento de los cilios las arrastra hacia la orofaringe y, las que a
pesar de todo llegan a depositarse en la superficie alveolar, son eliminadas por las
células fagocitarias (las principales son los macrófagos) y factores humorales. Si fallan
los mecanismos de defensa o si la cantidad de microorganismos es muy alta, se produce
el proceso inflamatorio a través de la secreción de linfoquinas que facilitan la creación
de una respuesta inflamatoria.
EPIDEMIOLOGÍA
En Estados Unidos se observó una disminución del 97% de la mortalidad infantil por
neumonía entre 1939 y 1996; en 1970 la neumonía causó el 9% de todas las muertes en
niños menores de 5 años, en comparación con el 2% en 2007. Es probable que esta
disminución se deba a la introducción de los antibióticos y las vacunas y a la mayor
cobertura sanitaria de la población infantil. Haemophilus influenzae tipo B era una causa
importante de neumonía bacteriana en niños pequeños, aunque pasó a ser infrecuente
desde el uso habitual de vacunas eficaces, mientras que la vacuna contra el sarampión
ha reducido mucho la incidencia de muertes por neumonía relacionada con el sarampión
en países en desarrollo. La mejora del acceso a la asistencia sanitaria en áreas rurales de
los países en desarrollo, y la introducción de las vacunas antineumocócicas conjugadas,
también fueron importantes factores que contribuyeron las reducciones adicionales de
las muertes relacionadas con neumonía que se han conseguido en la última década.
ETIOLOGÍA
Los patógenos víricos son una causa importante de infecciones respiratorias inferiores
en lactantes y niños mayores de 1 mes pero menores de 5 años. Se pueden detectar
virus en el 40-80% de los niños utilizando métodos diagnósticos moleculares. De los virus
respiratorios, el virus respiratorio sincitial (VRS) y los rinovirus son los patógenos que se
identifican con más frecuencia, especialmente en niños menores de 2 años. Sin
embargo, sigue estando poco definida la importancia de los rinovirus en las infecciones
graves del aparato respiratorio inferior, porque estos virus se detectan con frecuencia
en infecciones por 2 o más patógenos y en niños asintomáticos. Otros virus que
producen neumonía son virus gripales ( virus paragripales, adenovirus, enterovirus y
metaneumovirus humano. Se produce infección por más de un virus respiratorio en
hasta el 20% de los casos. La edad del paciente puede ayudar a identificar los posibles
patógenos.
Las infecciones víricas del aparato respiratorio inferior en Estados Unidos son mucho
más frecuentes durante los meses de otoño e invierno en los hemisferios boreal y austral
en relación con las epidemias estacionales de infecciones por virus respiratorios que se
producen cada año. El patrón típico de estas epidemias suele empezar en otoño,
momento en el que se producen infecciones por virus paragripales (que suelen causar
crup). Durante el invierno se producen infecciones por VRS, metaneumovirus humano y
virus gripal, que causan infecciones respiratorias superiores, bronquiolitis y neumonías.
El VRS produce infecciones particularmente graves en lactantes y niños pequeños,
mientras que el virus gripal causa enfermedad y un exceso de hospitalizaciones por
infección respiratoria aguda en todos los grupos de edad. El conocimiento de la
epidemia vírica que se está produciendo en cada momento puede llevar a un diagnóstico
de sospecha inicial.
El estado de inmunización es importante porque los niños bien vacunados frente a Hib
o S. pneumoniae no se suelen infectar por estos patógenos. Los niños
inmunodeprimidos o que tienen una enfermedad de base pueden tener más riesgo de
algunos patógenos específicos, como el género Pseudomonas en la fibrosis quística.
PATOGENIA
La infección de la vía respiratoria inferior por estreptococos del grupo A causa una
infección más difusa con neumonía intersticial. Morfológicamente se produce necrosis
de la mucosa traqueobronquial; formación de grandes cantidades de exudado, edema y
hemorragia local, que se extiende a los tabiques interalveolares; y afectación de vasos
linfáticos y mayor probabilidad de afectación pleural. La neumonía por S. aureus se
manifiesta como bronconeumonía confluente, que suele ser unilateral y se caracteriza
por la presencia de extensas áreas de necrosis hemorrágica y cavitación irregular del
parénquima pulmonar, lo que ocasiona neumatoceles, empiema o, en algunos casos,
fístula broncopulmonar. La neumonía recurrente se define como 2 o más episodios en
un único año o 3 o más episodios en cualquier momento, con resolución radiológica
entre los episodios. Se debe descartar un trastorno de base cuando un niño sufra
neumonías de repetición.
ANATOMÍA PATOLÓGICA
CLINICA
Signos y síntomas respiratorios: constituyen los signos más relevantes para diagnosticar
neumonía: tos polipnea, tirajes intercostales y aleteo nasal. La severidad de la neumonía
se correlaciona con el grado de dificultad respiratoria (Nivel E).
DIAGNOSTICO
EXAMENENES PARACLINICOS:
CRITERIOS DE HOSPITALIZACION
Apariencia enferma.
FisiologíaH de sepsis.
Hipoxia que requiera administración de oxígeno: saturación de 02 < 92% a nivel
del mar.
Dificultad respiratoria moderada o severa
Frecuencia respiratoria > 70 x minuto en lactantes y > 50 x minuto en mayores
de 1año.
Intolerancia de la vía oral o de los medicamentos.
Factores sociales como ausencia de teléfono, imposibilidad de seguimiento
médico o de regresar a la consulta si la enfermedad empeora.
Los neonatos con neumonía febril generalmente son manejados
intrahospitalariamente.
Pacientes con enfermedades de base que puedan afectar adversamente el curso
clínico y niños con neumonías complicadas deben ser hospitalizados para iniciar
tratamiento
TRATAMIENTO
Para iniciar manejo antibiótico hay que tener en cuenta que la frecuencia del agente
etiológico está relacionada con la edad del paciente y por lo tanto el régimen antibiótico
empírico debe estar acorde a ésta.
Niños de 3 semanas a 3 meses: Son los de mayor dificultad diagnóstica. Los agentes
virales causales de bronquiolitis tienen su mayor prevalencia a esta edad, pero el grado
de inmunodeficiencia los hace susceptibles a infecciones bacterianas.
Si la sospecha es de infección bacteriana febril sin afección sistémica se puede tratar con
ampicilina en dosis altas (200mg /kg/ día) y continuar el egreso con amoxicilina a dosis
altas 80-100 mg/kg/día.
Si el cuadro clínico es grave debe cubrirse para Staphylococcus aureus con Oxacilina
200mg/kg/día en cuatro dosis combinada con una cefalosporina de tercera generación
(Cefotaxima 100mg/kg/ dia en 3 dosis o Ceftriaxona 100mg/kg/día en dos dosis) con un
tratamiento mínimo de 7-10 días y si los hemocultivos son positivos se prolongará el
tratamiento de acuerdo al germen.
En pacientes graves el manejo puede ser con dosis altas de ampicilina o penicilina
cristalina pero ante una afección sistémica grave es recomendable utilizar Oxacilina y
una Cefalosporina de tercera generación. En países con altos niveles de vacunación
contra Hib (Haemophilus influenzae Tipo B)se utiliza Cefalosporina de tercera
generación y un Macrólido IV.