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Factores que afectan el gasto cardiaco

Factores que afectan la eficacia:

Corazón hipereficaz:

Estimulación nerviosa: las fibras simpatícas que estimulan y las parasimpáticas que inhiben: 1)
aumenta mucho la frecuencia cardíaca, a veces desde 72 latidos/min hasta 180-200 latidos/min en
personas jóvenes, y 2) aumenta la fuerza (loquese conoce como aumento de la«contractilidad»)
hasta el doble de lo normal. Al combinarse ambos efectos, la excitación nerviosa máxima del
corazónaumenta el nivel de la meseta de la curva de gasto cardíaco casi,hasta el doble que la meseta
de la curva normal.

Hupertrofia: El aumento a largo plazo del


trabajo cardíaco, aunque no con una carga tan excesiva como
para dañar al corazón, provoca el aumento de la masa y de la
fuerza contráctil del corazón, del mismo modo que el ejercicio
intenso provoca la hipertrofia de los músculos esqueléticos.
Por ejemplo, es frecuente que la masa de los corazones de los
corredores de maratón aumente en un 50-75%. Esta elevación
de la meseta en la curva de gasto cardíaco a veces alcanza el
60-100% y, por tanto, permite que el corazón bombee mucho
más que las cantidades habituales de gasto cardíaco.
Cuando se combina la excitación nerviosa del corazón
con la hipertrofia, como se produce en los corredores de
maratón, el efecto total permite que el corazón bombee hasta
30-40 l/min, 2,5 veces el nivel que puede alcanzarse en una
persona media; este aumento del nivel de bombeo es uno de
los factores más importantes que determinan el tiempo que
un corredor puede correr.

Corazón hipoeficaz:
Cualquier factor que disminuya la capacidad del corazón de bombear la sangre provoca la
hipoeficacia. Algunos son:
Aumento de la presión arterial contra la cual debe bombear
el corazón, como en la hipertensión
• Inhibición de la excitación nerviosa del corazón
• Factores patológicos que provocan alteraciones del ritmo
cardíaco o de la frecuencia cardíaca
• Bloqueo de una arteria coronaria, para provocar un «ataque
cardíaco»
• Cardiopatía valvular
• Cardiopatía congénita
• Miocarditis, una inflamación del músculo cardíaco
• Hipoxia cardíaca

Efecto del sistema nervioso para aumentar la presión


arterial durante el ejercicio. Durante el ejercicio, el
aumento intenso del metabolismo en los músculos esqueléticos
activos actúa directamente en las arteriolas musculares
para relajarlos y permitir el acceso adecuado del
oxígeno y otros nutrientes necesarios para mantener la contracción
muscular. Evidentemente, así se produce un descenso
importante de la resistencia periférica total, lo que
normalmente también disminuiría la presión arterial. No
obstante, el sistema nervioso lo compensa inmediatamente.
La misma actividad cerebral que envía las señales motoras
a los músculos envía señales simultáneamente a los centros
nerviosos autónomos del cerebro para provocar la actividad
circulatoria, provocando la constricción de las venas
grandes y el aumento de la frecuencia y de la contractilidad
del corazón. Todos estos cambios actúan en conjunto
aumentando la presión arterial por encima de lo normal, lo
que a su vez empuja aún más flujo sanguíneo a través de los
músculos activos.

Elevación del gasto cardíaco provocada por una reducción


de la resistencia periférica total
Una de las características distintivas de esas situaciones
es que todas son el resultado de la reducción crónica de
la resistencia periférica total y ninguna es consecuencia de una
excitación excesiva del propio corazón, como explicaremos más
adelante. Por el momento, revisaremos algunas de las situaciones
que disminuyen la resistencia periférica y, al mismo tiempo,
aumentan el gasto cardíaco por encima de lo normal.
1. Beriberi. Esta enfermedad está provocada por una cantidad
insuficiente de la vitamina tiamina (vitamina B1)en la dieta.
La falta de esta vitamina disminuye la capacidad de los tejidos
de usar algunos nutrientes celulares y mecanismos del
flujo sanguíneo tisular local que, a su vez, provoquen una
vasodilatación periférica compensadora. En ocasiones, la
resistencia periférica total disminuye hasta tan sólo la mitad
de lo normal, por lo que los niveles de retorno venoso y gasto
cardíaco a largo plazo también aumentan hasta el doble de lo
normal.
2. Fístula arteriovenosa (cortocircuito). Ya hemos hablado de
que cada vez que se crea una fístula (también denominada
cortocircuito AV) entre una arteria y una vena importantes
pasa una cantidad enorme de flujo sanguíneo directamente
desde la arteria hacia la vena, lo cual, además, disminuye
en gran medida la resistencia periférica total y, así mismo,
aumenta el retorno venoso y el gasto cardíaco.
3. Hipertiroidismo. En el hipertiroidismo, el metabolismo de la
mayoría de los tejidos del organismo está muy aumentado y la
utilización de oxígeno aumenta, liberándose productos vasodilatadores
desde los tejidos. Por tanto, la resistencia periférica
total disminuye mucho porque el control del flujo sanguíneo
tisular local reacciona por todo el cuerpo; en consecuencia, el
retorno venoso y el gasto cardíaco aumentan hasta el 40-80%
por encima de lo normal.
4. Anemia. En la anemia se producen dos efectos periféricos
que disminuyen en gran medida la resistencia periférica total.
U N I DA D I V

Disminución del gasto cardíaco


En la parte derecha de la figura 20-6 se muestran varias situaciones
en las que se produce una disminución anormal del
gasto cardíaco. Estas situaciones pueden clasificarse en dos
categorías: 1) aquellas anomalías que disminuyen demasiado
la eficacia de la función de bomba del corazón y 2) las que
disminuyen demasiado el retorno venoso.
Descenso del gasto cardíaco provocado por factores
cardíacos. El nivel de bombeo puede caer por debajo
de lo necesario según el flujo sanguíneo tisular que se considere
adecuado cuando el corazón sufra daños importantes,
independientemente de la causa. Por ejemplo, esto sucede
en el bloqueo importante de los vasos sanguíneos coronarios
y el infarto de miocardio consecuente, la cardiopatía valvular
grave, la miocarditis, el taponamiento cardíaco y las alteraciones
metabólicas cardíacas. En la figura 20-6 se muestran
algunos ejemplos en los que se ve la disminución del gasto
cardíaco que se produce.
Cuando el gasto cardíaco disminuye demasiado, los tejidos
de todo el organismo comienzan a sufrir una deficiencia
nutricional, una situación que se conoce como shock cardíaco,

Descenso del gasto cardíaco provocado por factores


periféricos no cardíacos: descenso del retorno
venoso. Cualquier factor que interfiera con el retorno
venoso también provoca el descenso del gasto cardíaco.
Algunos de estos factores son los siguientes:
1. Descenso del volumen de sangre. Con mucho, el factor
periférico no cardíaco más frecuente que provoca el
descenso del gasto cardíaco es el descenso del volumen
de sangre, consecuencia principalmente de una hemorragia.
Está claro por qué esta situación disminuye el gasto
cardíaco: la pérdida de sangre disminuye el llenado del
aparato vascular hasta un nivel tan bajo que no hay sangre
suficiente en los vasos sanguíneos periféricos para
generar presiones vasculares periféricas suficientes para
empujar la sangre de vuelta hacia el corazón.
2. Dilatación venosa aguda. En algunas ocasiones, las venas
periféricas sufren una vasodilatación aguda, especialmente
cuando el sistema nervioso simpático se vuelve
súbitamente inactivo. Por ejemplo, como consecuencia
del desvanecimiento a menudo se produce una pérdida
súbita de actividad del sistema nervioso simpático que
provoca una dilatación muy importante de los vasos periféricos
de capacitancia, en especial de las venas. En consecuencia,
disminuye la presión de llenado en el aparato
vascular, ya que el volumen de sangre no puede crear la
presión adecuada en unos vasos sanguíneos periféricos
que ahora están fláccidos. En consecuencia, la sangre «se
asienta» en los vasos y no vuelve hacia el corazón.
3. Obstrucción de las grandes venas. En casos aislados las
grandes venas que llegan al corazón se obstruyen, de
forma que la sangre de los vasos periféricos no puede volver
al corazón. En consecuencia, se produce un descenso
importante del gasto cardíaco

4. Reducción de la masa tisular, en especial de la masa de


músculo esquelético. En caso de envejecimiento normal o
de períodos prolongados de inactividad física se produce
una reducción del tamaño de los músculos esqueléticos.
A su vez, esto disminuye el consumo total de oxígeno y
las necesidades de flujo sanguíneo de los músculos, con lo
que disminuye el flujo sanguíneo en el músculo esquelético
y el gasto cardíaco.
5. Reducción del ritmo metabólico de los tejidos. Si se reduce
el ritmo metabólico, como sucede en el músculo esquelético
durante un reposo en cama prolongado, el consumo
de oxígeno y las necesidades de nutrición de los tejidos
también disminuirán. En consecuencia, disminuye el flujo
sanguíneo en los tejidos, con el resultado de un menor
gasto cardíaco. Otros trastornos, como el hipotiroidismo,
pueden reducir asimismo el ritmo metabólico y, por tanto,
el flujo sanguíneo y el gasto cardíaco.
Independientemente de la causa de la disminución del
gasto cardíaco, un factor periférico o un factor cardíaco, se
dice que la persona tiene un shock circulatorio si el gasto cardíaco
disminuye alguna vez por debajo del nivel requerido
de nutrición adecuada de los tejidos. Esta situación puede
ser mortal en unos minutos u horas. El shock circulatorio es
un problema clínico

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