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III.

La escuela de aprender a vivir en libertad desde el ser

PUNTOS INSPIRADORES:

Estar en la cárcel afecta a las personas de diferentes maneras: algunas se deprimen, otras se
resienten, otras se ponen rebeldes. La cárcel volvió a Francisco reflexivo.

La cárcel le ofreció una oportunidad de estar frente a frente consigo mismo sin poder huir.
Le permitió escuchar la voz interior más que las mil voces de afuera.

¡Qué difícil es escuchar la voz auténtica de Dios adentro, cuando otras mil voces reclaman
ser escuchadas y obedecidas!

Igualmente, la cárcel le sirvió para meditar acerca de su falta de libertad en su ser y hacer.
Quizá las personas son más esclavas cuando piensan que son más libres.

Este último punto nos lleva a lo más importante para nuestra reflexión, porque toca dos
elementos claves de nuestra espiritualidad: LA LIBERTAD del SER y la libertad del hacer.

(Cuadro de la libertad del ser y la libertad del hacer)

La libertad del ser es la más profunda y requiere mucha disciplina y conversión.

Vemos el ejemplo de la libertad del ser en la experiencia de Francisco en la cárcel.

Él no tenía libertad de hacer en la cárcel, no obstante podía decidir cómo relacionarse con
los demás. Podía escoger cómo responder a sus captores. Podía escoger cómo responder al
señor noble que lo maltrataba. En ambos casos, respondió con amabilidad.

Nadie nos puede quitar la libertad del ser a menos que se la entreguemos. Dios nos da
libertad para ser nosotros mismos.
Tenemos que dejarlo en libertad para ser Dios con nosotros, formándonos en la libertad del
ser.

Aun en la cárcel, Francisco todavía vivía la fantasía de llegar a ser grande. Todavía no se
había percatado de que ser grande según la medida de este mundo lleva, en numerosos
niveles, a ser inhumano. Muchas personas, por querer ser grandes, entregan su humanidad
como precio.

Cuando toda la libertad del hacer se restringe, la libertad esencial del ser brota
ofreciéndonos la oportunidad de escoger, ya sea desde instintos y anti-valores, o desde
convicciones y valores.

Fuentes franciscanas para consultar sobre este tema:


1Cel 3, LM 1,2

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