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Axioma a su práctica
El rey no es dueño de los bienes particulares de sus vasallos ni del bien común
del propio estado, sino en cierta medida. El príncipe reina para servir al pueblo,
no para servirse de él.
CAPITULO I
NACIMIENTO Y EDUCACIÓN DEL PRINCIPE CRISTIANO
1
Tal debe ser el preceptor del futuro príncipe, que, como muy acertadamente
dijo Séneca, por un lado sepa reprender sin injuria, por otra alabar sin
adulación.
Ser príncipe
Si no fueras filósofo, tú no podrías ser príncipe, sino tirano. Ser filósofo y ser
cristiano es diferente en los términos, pero en la realidad es lo mismo.
Verdadero cristiano-teólogo
Quien abraza a Cristo con afectos íntimos y Le imita con actos justos. Aprender
y conservar las leyes de Cristo, tu Emperador.
Símil al príncipe
El príncipe bueno es la viva imagen de Dios, el príncipe malo y pestilente
representa la imagen del demonio.
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La teología cristiana atribuye a Dios tres cualidades principales: poder sumo,
sabiduría suma, suma bondad. Esta triada debería transmitirla con todo su
empeño.
Origen real
La virtud primeramente hizo a los reyes.
Monarquía
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El poder se concentra en manos de uno solo, así también, siguiendo el modelo
divino, el monarca debe aventajar a todo los demás en sabiduría y bondad y,
no careciendo de ninguna de estas cualidades, nada debe procurar más el
provecho de la república.
Mas valdría que la monarquía quedase moderada y equilibrada combinándose
con aristocracia y democracia para que jamás degenerase en tiranía, sino que,
al nivelarse estas tres formas de gobierno entre sí, la república adquiriese
consistencia.
Jenofonte
Jenofonte escribió en su opúsculo Economía que gobernar a hombres libres y
bien dispuestos ante el mando es algo más divino que humano; mezquino,
gobernar a animales irracionales y esclavos sometidos.
Un príncipe pagano
Un príncipe pagano tiene como derecho oprimir a los suyos por el miedo,
obligarles a obras serviles, requisarles sus posesiones, despojarles de sus
bienes y, finalmente, convertirlos en mártires; sí, éste es el derecho de un
príncipe pagano.
Derecho de príncipe
Nadie consigue más que el que no exige sino lo que no merece. Existe una
mutua relación entre el príncipe y el pueblo. El pueblo te debe tributo,
acatamiento, honor. Pero tú en correspondencia le debes al pueblo ser un
príncipe bueno y vigilante.
Modelo de gobierno
El modelo ideal de buen gobierno debe tomarse de Dios y del que es hombre y
Dios, Cristo, de cuyos dogmas deberán derivarse principalmente los preceptos
de un bueno gobierno.
Fortaleza de un príncipe
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Saludable es la prudencia que cuando ve un peligro nos enseña a evitarlo, que
nos impide caer en actos vergonzosos y perjudiciales.
Signos
Ojo y cetro (jeroglíficos), cigüeña (piedad) y hipopótamo (feroz-dañino)
Incongruencia de pedido
Por tanto, quien quiere que le sea lícito a un príncipe lo que va en contra de la
naturaleza y de la razón de su príncipe, ése, despojando al príncipe de su
honor, lo convierte en uno cualquiera de la plebe.
Cuidado primero
El cuidado primero y principal del que instruye al príncipe, como se ha dicho,
consiste en arrancar de lo más profundo de su alma las opiniones depravadas
del vulgo, si en ella se hubiesen aposentado, e inculcarle otras saludables y
dignas de un príncipe cristiano.
CAPITULO II
COMO DEBE UN PRÍNCIPE EVITAR LA ADULACIÓN
Carácter animalezco
Diógenes: “qué animal era más nocivo de todos”, dijo: “Si hablas de las fieras,
el tirano, si de los animales domésticos, el adulador.”
Nodrizas
Que las nodrizas se comporten como personas absolutamente inmunes al
morbo de la adulación o afectadas por él lo menos posible.
Filantia
Desmesurado amor a sí mismo, se muestra fácil con los demás aduladores,
porque ya él personalmente lo hacía por propia iniciativa.
Adulación en el arte
Retratos y títulos de un príncipe, aduladores en sí.
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Los libros hablan
Los libros aconsejan con libertad, una mala lectura inficciona el ánimo.
CAPITULO III
LAS ARTES DE LA PAZ
El discurso
El ánimo de un príncipe se reconoce con mayor seguridad por su palabra que
por la forma de vestir propia de su rango. Debe poner sumo cuidado para que
todo lo que dice, tenga el sabor de la virtud y manifieste el alto pensamiento de
que es capaz.
CAPITULO IV
LOS IMPUESTOS Y LAS EXACIONES FISCALES
Exacciones fiscales
Deben evitarse las exacciones excesivas. Si alguien desempolva los
viejos Anales se dará cuenta de que la mayor parte de la sediciones se originó
a causa de una política fiscal desorbitada.
Gran impuesto
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Por tanto, aumenta muchísimo la riqueza de un príncipe, como se ha dicho,
reduciendo los gastos y conforme al proverbio “gran impuesto es el ahorro”.
CAPITULO V
LA BENEFICIENCIA DEL PRINCIPE
Su modelo
El tipo de beneficencia que debe practicar especialmente el príncipe, es el de
no acarrear perjurio ni injusticia de nadie. Le corresponde a un príncipe
cristiano no tener a nadie como extranjero, sino a quien no participe de los
sacramentos de Cristo e incluso a éstos no debe nunca injuriarlos.
CAPITULO VI
PROMULGACION Y REFORMA DE LAS LEYES
Legalidad en la república
Un príncipe bueno, sabio e íntegro no es más que una encarnación viva de la
ley. Intentará no dar muchas leyes, sino que sean excelentes y especialmente
saludables para la república.
CAPITULO VII
LAS MAGISTRATURAS Y LOS CARGOS PUBLICOS
CAPITULO VIII
LOS PACTOS
Parte de su sabiduría
Que un príncipe conozca la idiosincrasia de todas las naciones así como sus
costumbres.
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CAPITULO IX
LAS ALIANZAS MATRIMONIALES DE LOS PRINCIPES
Alianza matrimonial
Cásese el príncipe con una mujer de su reino o de los reinos más próximos. La
mujer que es buena esposa del príncipe tiene bastante nobleza esa su origen
el que fuere.
CAPITULO X
LAS OCUPACIONES DE LOS PRINCIPES DURANTE LA PAZ
CAPITULO XI
LA DECLARACIÓN DE GUERRA
Epidemia
La epidemia bélica nacida en un lugar se propaga enseguida a los vecinos, y
de ahí incluso a los más alejados.
Guerra inevitable
Si no puede evitarse hecho tan deplorable como la guerra, la inmediata
preocupación del príncipe será que se realice con el mínimo perjuicio de los
suyos y con el mínimo derramamiento de sangre posible y que se termine lo
antes posible.
Orador
La misión de los oradores consistía en arrancar de raíz de los ánimos de las
masas las pasiones que conducen a la discordia.
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Cristo príncipe de la paz
Sólo queda Cristo, bondad y grandeza supremas (y a Él se lo ruego) lleve a
término con prosperidad tus egregios esfuerzos. Él te dio un imperio incruento.