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Lectura El origen de la vida humana.

Luis Esteban Fernández

247 La sagrada Escritura no explica el fenómeno humano enumerando las diversas


propiedades esenciales de la naturaleza humana. Relatando más bien genéticamente
cómo fueron hechos por Dios los primeros hombres, cómo desciende de ellos toda la
humanidad, y cómo cada individuo viene a la existencia por voluntad de Dios,
Son esquemas dinámico-temporales, en vez de a los estático-espaciales,
correspondientes pensamiento de los antiguos semitas
Sin embargo hoy se vuelve a una concepción genética de la antropología, porque el
modo específicamente humano, del ser es el de ex-sistir, el de recoger los datos de
nuestro origen proyectándolos hacia un término fijado en el porvenir.
Por ello el origen y fin de la vida es decisivo para poder comprender la realidad humana
actual.
248 La Escritura relata los orígenes del individuo y de -la humanidad- operación divina-
serie de las causas segundas y produciendo cambios repentinos que las criaturas no
podrían nunca obtener. Dios es el que modela al primer hombre, Dios es el que abre el
seno de la madre dándole hijos. Ahora todo se resume en esquema biogenético sin
necesidad de un ser superior- que interrumpa la serie de los fenómenos, produciendo
un salto inexplicable en el plano de dichos fenómenos.
Es tarea del teólogo pensar estos esquemas en conformidad con su saber y en fidelidad
a su fe de la manera con que el hombre, «por Cristo», es movido hacia la perfección
escatológica sobrenatural.
EL ORIGEN DE LA PERSONA HUMANA

249 según el Génesis No son los padres los que le dan a sus hijos espíritu y vida, pero
Estas afirmaciones genéricas no son suficientes para determinar cuál es la
intervención de Dios en la generación de cada individuo, y para el origen de todos los
vivientes (concurso ordinario de Dios de la escolástica)
250 Con Pelagio se dio controversia: cómo se transmite el pecado de padres a hijos?
Argumentaban contra la posibilidad de la transmisión hereditaria de un pecado,
insistiendo en el hecho de que el alma no podía ser producida por los padres, ni por
acción corporal, ni por una emanación espiritual del alma de los padres (traducianismo),
sino que tenía que ser creada inmediata-mente por Dios (creacionismo), y era por tanto
necesariamente inocente.
Agustín, aunque rechazaba el «traducianismo material», se mostró incierto frente al
«traducianismo espiritual», según el cual el alma de los hijos se derivaría de las de los
padres, lo mismo que una llama de otra llama
251 Santo Tomás declaró herético al traducianismo. Desde entonces el creacionismo
ha sido considera-do casi universalmente como la única doctrina segura: La substancia
espiritual es simple y, por consiguiente, no puede ser producida por otra substancia
creada, ni tampoco por una substancia espiritual.
252 no es preciso interpretar la creación del alma en sentido unívoco con
la creación del mundo, como si Dios produjese un alma de la nada y la infundiese a
continuación en un cuerpo preparado por los padres. Los teólogos y los
maestros de la fe que propusieron el creacionismo consideraban al menos como
doctrina libre la doctrina tomista, según la cual un alma no puede existir sin recibir su
individuación por medio de su unión con la materia, ni un cuerpo es humano sin estar
animado por un alma racional
253 Alma es «creada»: -es una producción de la nada. Pues bien, el alma se produce
en la materia, aunque no de la materia: jamás se ha producido un alma sin una materia
organizada, y no hay materia dispuesta a convertirse en cuerpo humano antes de recibir
el alma humana. Por eso, la producción del alma, a diferencia de la creación del mundo,
supone necesariamente una realidad creada ya existente.
-la producción del alma la acción divina no tiene. como término al alma separada,
sino al hombre completo: efectivamente, el hombre no es un conglomerado de
dos substancias completas, sino un único sujeto encarnado.

El cuerpo humano es la manifestación visible de un yo... como unidad del alma y


del cuerpo, el hombre no puede venir directamente más que de las manos de
Dios, sin ningún vínculo horizontal con el mundo biológico 10.
La creación de cada alma tiene que concebirse como una producción que difiere, bien
sea del concurso ordinario de Dios, bien de la creación de las substancias completas,
como la creación del mundo.

254 relación entre generación humana y creación divina , categoría instrumental: acción
por la que una causa produce un efecto que supera su capacidad, su acción es
excitada, elevada y conducida por la acción de una causa superior. Esta llamada
también causa principal, no se limita a darle una patada para echarlo a andar sino que
obra con la causa instrumental. Por tanto el efecto es causado por la acción entera de
ambas causas, obrando en su propio orden. Los dos influjos forman una unidad, que
puede concebirse' según el esquema de materia. y forma. Ejmp transmisión radiofónica.

255 Así que; toda nueva persona humana (no sólo su alma, ni sólo su cuerpo) es
fruto de la acción inmediata de Dios y de la de los padres, pero los padres pueden
producirlo solamente en cuanto que es un ser material vivo (tiene un cuerpo), y Dios lo
produce inmediatamente en cuanto que es un ser personal (tiene un alma).

Para distinguir la acción divina, por una parte, del concurso ordinario —con el que Dios
hace obrar a las causas segundas en su terreno operativo con-natural, haciéndoles
producir efectos proporcionados a su misma naturaleza—, y por otra de la creación de
las substancias. completas o del mundo — creación propiamente dicha, con 'la que Dios
produce algo sin servirse de ninguna acción creada—, podríamos hablar de un
concurso creativo de Dios en la producción de cada alma.

257 Desde la segunda mitad del siglo xix se ha ido difundiendo cada vez más la
explicación evolucionista. Se ha abandonado ya tanto la postura «fundamentalista»,
según la cual la Biblia enseña una doctrina sobre los orígenes, como la «concordista»,
que busca en la Biblia orientaciones con-formes con las nuevas teorías científicas.

a) Es necesario conjurar cualquier clase de escisión en la conciencia cristiana entre


ciencia y fe, como si fuese posible mantener por la fe lo que la ciencia demuestra que
es falso. Pues bien, semejante es-cisión se evita no solamente demostrando que el
«fixismo» no está unido con la fe, sino positivamente explicando cómo la doctrina
revelada puede pensarse dentro de una perspectiva evolucionista

Creo que quiere decir que el valor teológico no depende de la verdad de la teoría,
en este caso la evolucionista, porque incluso podría ser superada. Gracias a la
controversia evolucionista ha quedado bien claro que la revelación no suple a los
conocimientos paleontológicos sobre el hombre, sino que narra los orígenes del hombre
mediante los esquemas culturales del tiempo, para enseñar la situación del hombre en
relación con Dios, con la comunidad humana y con el mundo material.
El Génesis
259 Las diferencias entre las narraciones yavista y Eloísta se comprenden desde el
género literario
260 No se interpreta bien siempre al designarse como mitos, pues los no-especialistas
las comparan a las fábulas poéticas de los dioses, que no poseen verdad. Por el
contrario, para los estudiosos de la etnografía religiosa, «mito» significa más bien una
narración dramática, a través de la cual se quiere expresar una verdad «meta-
histórica», una verdad que vale en todas partes y en todos los momentos:
el origen de la humanidad no nos ha sido dado a conocer--por medio de una revelación
directa, hecha al hagiógrafo (no se explicarían entonces las semejanzas tan notables
que tiene este texto con mitos y narraciones semíticas, independientes del mismo). las
narraciones genesíacas son una «etiología sapiencial)», por medio de la cual se explica
la condición actual de los hombres a través de una reflexión que se remonta a las
causas. Se trata de un genus mixtum, que reúne diversos aspectos de los géneros
literarios mítico, etiológico, sapiencial e histórico: con él, los sabios de Israel en el
destierro, como respuesta a las cosmogénesis mesopotámicas, pretenden' expresar el
fruto de su reflexión.
261. La doctrina teológica no es expresada con fórmulas conceptuales ni pretendió
expresar una teoría en posterior lenguaje literario popular. Es intuición sapiencial,
encarnada en un relato (no con elementos claros y distintos como los griegos), según
la mente semita. Es una revelación de una verdad que exige nuestro asentimiento, son
causas de la experiencia actual, contemplada e interpretada a la luz del Espíritu Santo.
esta es la razón de que los redactores definitivos no se hayan preocupado de aclarar
las faltas de armonía existentes entre las diversas partes de la narración
263 No hay duda de que Padres y Teólogos han pensado siempre en el que los
primeros hombres fueron creados por Dios . La interpretación fixista no puede decirse
que pertenezca a la fe. No había otra opción hasta el S XIX con el evolucionismo. La
resistencia de los teólogos a finales del siglo xix y principios del xx se explica por el
hecho de que el origen evolucionista del género humano se presentaba como un medio
para demostrar la falsedad de la fe. No se trataba, por consiguiente, de una definitiva
adhesión al fixismo como a una doctrina revelada, sino de una desconfianza fácilmente
comprensible en contra de una teoría,

264 El Evolucionismo no se condena como opuesto a la fe. Las medidas contra algunas
personas en el S XIX fueron disciplinares contra personas particulares (no a la Iglesia
universal), para evitar que se difundiesen ciertas opiniones que en el contexto cultural
de aquella época eran consideradas como peligrosas para la fe por la mayor parte de
los teólogos. Después del discurso de Pío XII a la Pontificia academia de las ciencias
en el año 194119, la encíclica Humani generis (D 3896) considera el origen evolucionista
de la humanidad como una hipótesis posible, que no tiene que ser, sin embargo,
aceptada definitivamente, excluyendo a priori una intervención ulterior del magisterio.

265 a) Se ha comprendido que el evolucionismo puede ser pensado dentro de un


contexto doctrinal téista y espiritualista
c) El pensamiento teológico ha comprendido mejor cómo una hipótesis, que explica
cierto número de hechos que no podrían ser armónicamente explicados de otro modo,
se convierte prácticamente en una teoría cierta.
las objeciones teológicas en contra del evolucionismo ya se han desarrollado
abundantemente, y si, a pesar de ello, el magisterio eclesiástico ha dejado libertad en
esta materia, esto indica que tales argumentos no son convincentes

Problemática actual

No es problema de la Teologia definir si el evolucionismo antropológico es verdadero.


Pero sí el hecho de cómo la doctrina revelada sobre el hombre puede concebirse en
una perspectiva evolucionista.

269 ¿es necesaria una acción de Dios para la hominización? Para el primer ser
humano es necesario el influjo divino (creación inmediata), pero para la creación de
cada persona hay intervención de personas pre existentes y la acción de Dios no puede
ser la misma. Pio XII :«solamente del hombre podía provenir otro hombre, que lo
llamase padre y progenitor» 24. Pues bien, en este contexto recibe un nuevo significado
la descripción bíblica de la creación del hombre, diferente de la manera con que Dios
produjo a las demás creaturas (cf. n. 261). Tiene que haber una acción divina, que
complete la acción de los vivientes sensitivos, para que puedan convertirse en
instrumentos del concurso creativo divino en la producción de los primeros individuos
humanos. Una cuestión ulterior es la de saber cuál es la naturaleza de esta acción
divina.

270Dios actúa, no paralelamente o sucesivamente con la acción del organismo


generante, sino a través de ella; no supliendo una causalidad deficiente, sino haciendo
precisamente que el organismo generante pueda ejercitar una causalidad que supere
su propia capacidad natural.

271 En el concurso evolutivo Dios no sólo obra como causa primera, (haciendo que la
criatura actúe, permaneciendo en el plano de su propia esencia), sino como causa
principal (elevando a la causa creada para que produzca efectos desproporcionados a
la misma). La acción divina, necesaria para la hominización, se explica, como una causa
transcendental que pone toda la serie de causas segundas.
Los organismos generantes son instrumentos de una acción divina que, desde las
formas más primitivas de la vida, va empujando la evolución hacia su cima más alta,
esto es, el organismo humano.

273 una vez supuesta la evolución, el hombre depende de Dios no sólo en cuanto que
forma parte de un universo que continuamente y de forma activa es «puesto» por Dios,
sino también en cuanto que la aparición de la especie y del individuo se debe a una
acción especial de Dios.
Los estratos inferiores del universo le «sirven-» al hombre como a su fin, no sólo como
un ambiente en el que tiene que vivir, sino además como instrumentos a través de los
cuales Dios hace brotar al hombre. Cristo cabeza y término y fin de la obra creadora es
punto omega de la evolución y está en armonía con la creación evolutiva.

El Monogenismo
El monogenismo teológico que se refiere a un solo padre, no tiene ninguna seria
probabilidad desde el punto de vista científico; por eso mismo, en 'la terminología de
las ciencias experimentales la palabra «monogenismo» significa más bien lo que en
teología se denomina monofiletismo (filiación de un grupo de organismos a partir de un
tronco unido por ramas divergentes) , mientras que «poligenismo» significa polifiletismo
¿?

El trasformismo no se aceptaba en el catolicismo por la monogénesis pero Rahner


amplió el panorama

Por qué no es libre esta opinión (monogénesis), la encíclica no aducía los textos bíblicos
que hablan directamente de la descendencia de todos los hombres de un único padre,
sino que recordaba el dogma del pecado original.

en el año 1950 no se veía cómo era posible negar el monogenismo sin negar al mismo
tiempo el pecado original, en la actualidad esta unidad inseparable ha sido sometida a
discusión, ya que se han propuesto varias explicaciones teológicas que intentan
conservar todos los elementos contenidos en el dogma, sin afirmar por ello el
monogenismo

404 Se van delineando principalmente dos modos, á través de los cuales parece posible
conciliar el pecado original con el poligenismo. El primero recurre a la hipótesis de un
pecado colectivo, cometido por todos los representantes del género humanó al
comienzo de la historia. Otros, que creen bastante inverosímil que los primeros
hombres, aparecidos en la tierra quizás en diversos lugares, hayan podido conspirar
para cometer un pecado común, y suponen que al principio la humanidad fue
emergiendo solamente de forma progresiva de un estado infantil (n. 394), consideran
como sujeto del pecado de origen al individuo (o grupo de individuos) que fue el primero
en llegar a poder distinguir entre el bien y el mal, en el horizonte de la libertad.

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