“Quien adquiere un bien por prescripción puede entablar juicio para que se le declare propietario. La sentencia que accede a la petición es título para la inscripción de la propiedad en el registro respectivo y para cancelar el asiento a favor del antiguo dueño”. El efecto de la prescripción es la adquisición de la propiedad. Los bienes inmuebles se adquieren por prescripción cuando transcurre el plazo exigido por el artículo 950 del Código Civil. (*) Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), con Maestría en la Universidad de Boston. Profesor en la PUCP. Francisco Avendaño Arana 140 Para adquirir la propiedad de un bien por prescripción adquisitiva no es necesario acudir al Poder Judicial. Se recurre al proceso para que el juez declare la prescripción y el poseedor, convertido en propietario por el transcurso del tiempo, cuente con un título que acredite su derecho. El título de propiedad, entendido como el instrumento donde consta el derecho, es la sentencia final. La sentencia es declarativa. Es decir, el juez no hace propietario al poseedor, sino que declara que el poseedor se ha vuelto propietario al cabo de un tiempo. Ahora bien, ¿desde cuándo se adquiere un bien por prescripción? Existe discusión sobre el efecto retroactivo de la prescripción. Algunos sostienen que la prescripción tiene efecto retroactivo, por lo que se adquiere el derecho de propiedad desde el momento en que se inicia la posesión. En otras palabras, el efecto adquisitivo se retrotrae al comienzo de la posesión. Hace algunos años se presentó en sede registral la discusión a propósito de la inmatriculación de un inmueble. La inmatriculación es el acto por el que se incorpora un predio a los Registros y se realiza con la primera inscripción de dominio. El ingreso de un predio a los Registros supone un procedimiento destinado a asegurar la descripción y ubicación del bien y que el derecho de propiedad del titular esté acreditado. Con respecto al derecho de propiedad, para inmatricular un inmueble el interesado debe probar su derecho de propiedad. En ese sentido, el artículo 2018 del Código Civil señala que para la primera inscripción de dominio se debe presentar a los Registros Públicos títulos por un período ininterrumpido de cinco años o, en su defecto, títulos supletorios. La exigencia de los títulos por cinco años se debe a que ese es el plazo de la prescripción adquisitiva corta y es a través de la prescripción como se prueba o acredita la propiedad(1). Pues bien, resulta que Centro de Madres Tambo Blanco siguió un proceso judicial de prescripción adquisitiva de dominio respecto de un predio. La sentencia declaró fundada la demanda y el juez ordenó la protocolización del los actuados, lo que se hizo mediante escritura pública del 2 de septiembre de 1995. El título (la escritura de protocolización) ingresó a los Registros Públicos para la inmatriculación del predio. Sin embargo, el registrador observó el título porque no tenía cinco años de antigüedad. El interesado apeló y el Tribunal Registral, mediante Resolución Nº 124- 95-ORLC/TR revocó la observación y dispuso la inmatriculación del predio. El Tribunal Registral sostuvo, citando a Manuel Albadalejo, que “ (…) si bien la adquisición (de la propiedad por prescripción) se produce al cumplirse el plazo que, en cada caso, la ley marca, sin embargo, tiene efectos retroactivos que alcanzan hasta el momento en que empezó a usucapirse. Es decir, el usucapiente se convierte en (1) La norma es cuestionable porque en estricto lo que se debe acreditar es posesión, y esa posesión debe ser durante diez años, que es el plazo de la prescripción larga. Los títulos no acreditan necesariamente posesión. 141 Efecto retroactivo de la prescripción y su eficacia contra el registro titular del derecho al final del plazo, pero este le es reconocido como si le correspondiese desde el principio. Efecto retroactivo que viene exigido por el propio papel que la usucapión desempeña, ya que consolida los actos que como titular (sin serlo) del derecho, realizó el usucapiente durante el transcurso de la posesión; y sin tal efecto de la adquisición, aquellos actos serían atacables en cuanto realizados por quien no tenía derecho a verificarlos”. En tal sentido, para el Tribunal Registral el interesado era propietario desde que comenzó a prescribir, plazo que excedía los cinco años exigidos por el artículo 2018 del Código Civil. Por tanto, Centro de Madres Tambo Blanco no debía esperar cinco años desde que se declaró fundada su demanda de prescripción adquisitiva. La resolución del Tribunal Registral constituyó precedente de observancia obligatoria. Años después, mediante Resolución del Superintendente Nacional de los Registros Públicos Nº 540-2003-SUNARP-SN se aprobó el antiguo Reglamento de Inscripciones del Registro de Predios, estableciéndose en el artículo 16, letra b, que cuando se trata de inmatriculaciones en base a sentencias de prescripción adquisitiva de dominio, no se requería títulos con una antigüedad de cinco años(2).