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Carrera: Geografía
Alumno: Perez Javier
Profesor: Perez Marcelo
Año: 2018
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Resumen:
El presente trabajo se enmarca en el contexto de la provincia de Salta, más
precisamente en la región del chaco salteño. El principal objetivo es analizar
las condiciones socioeconómicas en las que viven las comunidades
indígenas que habitan en esta región.
Para esto se va utilizar la recopilación de datos bibliográficos y distintas
fuentes periodísticas que reflejen la situación en la que viven con el fin de
arribar a las conclusiones pertinentes.
Agradecimientos
En primer lugar, a mi hermana Nora que sin ella hubiera sido difícil lograr
haber estudiado, también a todos mis hermanos y a mi sobrina Macarena
que de alguna forma siempre estuvieron.
En especial a mi mama Basilia Arinques por haberme formado con su
ejemplo de esfuerzo y sacrificio y por haberme incentivado siempre a
estudiar para conseguir un título. A ella va dedicado este trabajo.
A mi viejo Orlando que ya no está pero que siempre lo tengo presente por
haberme formado en valores e inspirado a buscar siempre lo mejor.
A todos los profesores que siempre estuvieron predispuestos a ayudarme
en cualquier consulta.
A todos infinitamente gracias.
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índice
Introducción: .....................................................................................................................4
Hipótesis: ...........................................................................................................................4
Interrogantes de la investigación: .....................................................................................4
Objetivo general y específico: ................................................................................................... 4
Metodología de la investigación: .................................................................................................. 5
Capítulo I marco teórico:............................................................................................................... 5
Área de estudio: .......................................................................................................................... 10
Imagen, El gran chaco: ................................................................................................................ 13
¿Cómo llegar?: .......................................................................................................................... 13
Capitulo II, población: .............................................................................................................. 14
Capitulo III, economía: .....................................................................................................17
Actividades económicas por zona: zona Pilcomayo ........................................................18
Zona Tartagal: ..................................................................................................................19
Zona Embarcación, zona Morillo : ...................................................................................20
zona Rivadavia banda sur: ...............................................................................................21
zona Anta/Metan: ...........................................................................................................22
análisis: ...................................................................................................................................... 24
hogares que realizan actividades de subsistencia por zona: .............................................. 26
artículos periodísticos:.....................................................................................................27
situación de los pueblos indígenas preocupa a la ONU: .................................................28
aborígenes de Salta en los mayores niveles de pobreza: ...............................................29
asuntos indígenas, atención sanitarias: ..........................................................................30
comunidades originarias viven en abandono: ................................................................30
solidaridad y asistencia en el chaco salteño: ........................................................................ 31
imágenes :........................................................................................................................32
conclusión: .......................................................................................................................37
bibliografía:................................................................................................................................ 38
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Introducción:
La pobreza es una problemática a nivel mundial que afecta a millones de
personas en todo el mundo, principalmente en los países del hemisferio
norte, pero esta problemática se intensifica más aun dentro de las
comunidades indígenas. los aborígenes viven en condiciones muy
desfavorables con respecto al resto de la población.
En el presente trabajo se analizará las comunidades aborígenes del chaco
salteño, como viven, cuáles son sus condiciones socioeconómicas, que
actividades realizan, etc.
Hipótesis:
Las comunidades aborígenes del chaco salteño viven en condiciones mucho
más desfavorables que el resto de la población no aborigen además las
actividades que realizan son muy precarias por lo tanto la gran mayoría vive
en situación de pobreza y de indigencia.
Interrogantes de la investigación:
¿Cómo viven las comunidades indígenas del chaco salteño?
¿Qué actividades económicas realizan?
¿Dónde se localizan?
¿Cuáles son las condiciones de hacinamiento?
¿Cuáles son las condiciones sanitarias?
¿De qué se alimentan?
¿Todavía utilizan la caza, la pesca y recolección?
Objetivo general:
Averiguar si las comunidades aborígenes del chaco salteño viven en
situación de pobreza e indigencia.
Objetivos específicos:
Averiguar en qué condiciones socioeconómica viven
Conocer que actividades económicas realizan
Conocer en qué condiciones sanitarias se encuentran
Conocer si acceden al sistema educativo
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Metodología de investigación:
La metodología de investigación va ser principalmente cualitativa donde se
va utilizar el análisis de datos para interpretar y analizar la situación en la
que viven.
Se va utilizar información recopilada de diferentes biografías y de distintos
medios periodísticos además de fotos para mostrar el lugar a investigar. A
través del análisis documental se va investigar con diferentes documentos
(impresos y digitales) estadísticas, se va a reflejar el estado de pobreza e
indigencia en la que conviven las comunidades indígenas del chaco salteño.
Capítulo I
Marco teórico:
Concepto de pobreza:
Una de las mayores dificultades en el tratamiento del tema pobreza radica en la falta de
acuerdo acerca del contenido del concepto. Las percepciones de pobreza varían,
influidas por el contexto histórico-social y las diversas cosmovisiones. No obstante, la
noción de pobreza se asocia generalmente a la idea de carencia o privación. Así, se la ha
definido como insuficiencia de recursos, necesidades insatisfechas, privación de
capacidades, entre otros.
La noción de pobreza implica el establecimiento de parámetros que definen cuáles son
los niveles de bienestar mínimamente adecuados, cuáles son las necesidades básicas
cuya satisfacción es indispensable, qué grado de privación resulta tolerable (Altimir,
1979: 7). que capacidades, entre otros.
A diferencia de otros conceptos, la medición de la pobreza involucra, además del
elemento positivo o empírico, un elemento normativo. El positivo se refiere a la
situación observada de los hogares y personas mientras que el normativo se refiere a
las reglas mediante las cuales se juzga quién es pobre y quién no lo es (Boltvinik, 2003:
10). Sin embargo, existen diferencias en cuanto a la interpretación del origen de las
normas sobre la satisfacción de necesidades básicas. Mientras algunos las consideran
juicios de valor, desde otras posiciones se destaca que son construcciones sociales que
pueden ser aprehendidas por los cientistas sociales. Entre estos últimos, Sen afirma que
“para quienes estudian y miden la pobreza, las convenciones sociales son hechos ciertos
y no asuntos de moral o de búsqueda subjetiva” (1992: 314)
El tratamiento operativo del concepto de pobreza comienza con la identificación de
aquellas dimensiones de bienestar y necesidades consideradas básicas e irrenunciables
en un contexto histórico social determinado.
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Los conceptos de bienestar y desarrollo humano abarcan un amplio número de
dimensiones ya que se concibe al ser humano completo con todas sus necesidades y
capacidades (Boltvinik, 2003: 11). El establecimiento del umbral de pobreza implica el
recorte del concepto de bienestar en sus dimensiones “materiales”.
Niños wichi de Santa Victoria Este en situación de pobreza
Fuente: saltaentrelineas.com
En términos generales se presentan dos grandes criterios para la definición del concepto
de pobreza: en términos biológicos -pobreza absoluta- y en función de criterios sociales
culturales y económicos -pobreza relativa- (Gerardi, 2001a: 6).
La diferencia entre “absoluto” y “relativo” no estaría en la definición de pobreza, sino
que serían “interpretaciones de la manera en la que se forman socialmente las
necesidades. Mientras el primer enfoque sostiene que las necesidades -o al menos una
parte de ellas- son independientes de la riqueza de los demás, y no satisfacerlas revela
una condición de pobreza en cualquier contexto, el segundo plantea que las necesidades
surgen a partir de la comparación con los demás, y la condición de pobreza depende del
nivel general de riqueza” (Feres y Mancero, 2001: 11).
El enfoque relativo se basa en la idea de que las personas tenderían a percibir su propio
bienestar en función del bienestar de los demás. A medida que aumenta la riqueza de
una sociedad, los estándares sociales se elevan al igual que los recursos requeridos para
la participación adecuada a ese estilo de vida predominante. Por lo tanto, según este
criterio la situación de pobreza de una persona “dependería de cuánto tenga su grupo
social de referencia, y no tener tanto como él implica una condición de “privación
relativa” (Feres y Mancero, 2001: 11).
Los autores que sustentan el enfoque relativo concluyen que el estándar para identificar
a los pobres debe definirse en función del nivel general de ingresos, el cual varía en el
tiempo y según el contexto social. De esta forma, la medición de la pobreza siempre
tomará en cuenta los nuevos bienes y actividades necesarios para participar
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adecuadamente en la sociedad, a medida que se modifica el nivel general de vida. Desde
este enfoque se critica el uso de líneas de pobreza “absolutas” ya que no incorporarían
adecuadamente los crecientes requerimientos sociales (Feres y Mancero, 2001: 11-12).
Sen, sin embargo, sostiene que existen diversas nociones contenidas en el término
“privación relativa” y realiza dos distinciones, la primera que tiene que ver con el
carácter objetivo y subjetivo contenido en el término “privación relativa” y, la segunda,
con respecto a los grupos de referencia seleccionados (Sen, 1992: 313).
Refiriéndose a la primera distinción señalada por Sen, Gerardi afirma que “el aspecto
subjetivo, o “sentimientos de privación”, deriva de la apreciación del propio bienestar
que surge de la comparación que se establezca con el bienestar al que acceden los
grupos de referencia (…) El aspecto objetivo o “condiciones de privación” corresponde
a las condiciones reales de privación de los individuos independientemente de la
percepción o de los sentimientos que estos tengan sobre la situación. En este caso lo
que importa es la posesión o no de un determinado atributo (ingreso, condiciones de
empleo, salud, alimentación, etc.” (Gerardi, 2001a: 8).
Sin embargo, el autor señala que “la elección de las “condiciones de privación” no puede
ser independiente de los “sentimientos de privación”. Los bienes materiales no se
pueden evaluar sin una referencia a la visión que la gente tiene de ellos; incluso si los
“sentimientos” no se incorporan de manera explícita deben desempeñar un papel
implícito en la selección de los atributos. Por ello es importante definir el estilo de vida
generalmente compartido o aprobado en cada sociedad y evaluar si hay un punto en la
escala de la distribución de recursos por debajo del cual las familias encuentran
dificultades crecientes para compartir las costumbres, actividades y dietas que
conforman ese estilo de vida. En algunos países, por ejemplo, las instalaciones sanitarias
dentro de la vivienda son un lujo, mientras que en otros son de primera necesidad”
(Gerardi, 2001a: 8).
La segunda distinción que realiza Sen tiene que ver con la definición de los grupos de
referencia que se eligen para fines comparativos. Lo más objetivo sería considerar
aquellos con los que las personas se comparan realmente, pero, según Sen, es uno de
los aspectos más difíciles al abordar la pobreza desde el enfoque de privación relativa.
“El sentimiento de privación de una persona está íntimamente ligado a sus expectativas,
a su percepción de lo que es justo y a su noción de quién tiene derecho a disfrutar qué
y, por lo tanto, está ligado al aspecto político de la comunidad estudiada” (Sen, 1992:
313).
Al respecto, Gerardi sostiene que “la percepción de la pobreza ha evolucionado a lo largo
de la historia y varía enormemente de una cultura a otra. En general, a medida que los
países se enriquecen, su percepción de lo que constituye un nivel mínimo aceptable de
consumo -el umbral de pobreza- varía hacia niveles cada vez más altos. A la inversa,
cuando un país se empobrece, la población se resiste a aceptar un nivel inferior al
logrado hasta ese momento” (Gerardi, 2001a: 9).
La asunción de ambos enfoques -concepto de pobreza absoluto o relativo- conlleva
diferencias metodológicas en la construcción de líneas de pobreza. El método de LP en
base al concepto de pobreza absoluta -existencia de un núcleo irreductible de privación
en cualquier contexto- es el más difundido. Tanto estimaciones oficiales de diversos
países, entre los que figura Argentina, como estudios puntuales de organismos
internacionales utilizan este criterio.
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Por otra parte, “el concepto de pobreza relativa postula que las necesidades humanas
no son fijas, y varían de acuerdo a los cambios sociales y a la oferta de productos en un
contexto social determinado, dependiendo en última instancia del nivel de ingresos
general. Este criterio de pobreza es el que utilizan los países de la Unión Europea donde
se considera pobres a aquellos cuyos ingresos están por debajo de la mitad del promedio
de los ingresos de la Unión” (INDEC, 2003: 1).
La bibliografía metodológica destaca dos definiciones de pobreza. La primera considera
la pobreza como insuficiencia de recursos, lo que causa un nivel de vida inadecuado, que
significa carencias, privación. Otra postura posible es la de definir la pobreza como
privación, como la presencia misma de las carencias. Estas definiciones se relacionan,
aunque no con una correspondencia absoluta, con los métodos de medición de pobreza
indirecto y directo: método de línea de pobreza y método de indicadores sociales o
necesidades básicas insatisfechas (Feres y Mancero, 2001: 10)
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4. Asistencia escolar: hogares que tienen al menos un niño en edad escolar (6 a 12 años)
que no asiste a la escuela.
5. Capacidad de subsistencia: hogares que tienen cuatro o más personas por miembro
ocupado, cuyo jefe no hubiese completado el tercer grado de escolaridad primaria.
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construcción de la canasta de alimentos es la Encuesta Nacional de Gastos de los
Hogares (ENGH).
Con respecto a la determinación de los requerimientos nutricionales y calóricos, en
Argentina se utilizan los valores recomendados por nutricionistas en función de la edad,
sexo y tasa de actividad de la población. Para el cálculo de las calorías mínimas para un
hogar -unidad de registro- se utiliza como unidad de referencia al “Adulto Equivalente”
(AE) definido como un varón adulto, de 30 a 59 años, con actividad moderada Por otra
parte, para traducir los requerimientos nutricionales en un conjunto de alimentos
específicos se toman en cuenta las pautas de consumo de un grupo de referencia
“conformado por los hogares de ingresos relativamente bajos pero que no hayan
enfrentado una significativa limitación de recursos”, es decir, “su consumo de alimentos
satisface estrictamente, o supera levemente, los requerimientos nutricionales mínimos”
(INDEC, 2003: 2-3). En la metodología vigente en Argentina, constituyen el grupo de
referencia los hogares que se encuentran entre los percentiles 21 a 40 (segundo quintil)
de distribución de ingresos per cápita de los hogares en base a la ENGH 1985/86.
Finalmente, para la construcción de la Canasta Básica de Alimentos se realiza un ajuste
que consiste en excluir los alimentos cuyo costo por caloría es elevado. En tales casos,
dichos productos son reemplazados por otros de similares características, pero más
baratos (INDEC, 2003: 3).
Una vez determinados los alimentos incluidos en la Canasta Básica Alimentaria (CBA),
esta última se valoriza a partir del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para cada
período de medición. Así, la estimación de la Línea de Indigencia (LI) identifica los
hogares que, en función de sus ingresos, no pueden acceder a la CBA.
Para calcular la línea de pobreza se expande el valor de la CBA con la inclusión de bienes
y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud, etc.)
obteniéndose el valor de la Canasta Básica Total (CBT). Para ello se utiliza el "coeficiente
de Engel", definido como la relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales
observados en la población de referencia.
De esta manera, la Línea de Pobreza de los hogares se calcula en función de la CBA a la
cual se le adiciona un factor de expansión (la inversa del coeficiente de Engel), que
produce un monto mínimo de ingreso necesario para cubrir todas las necesidades
(INDEC, 2003; INDEC, 2007).
Área de estudio:
El Chaco Salteño forma parte del Gran Chaco, la segunda ecorregión sudamericana
después de la Amazonia. Extendiéndose sobre una superficie de 1,2 millones de
kilómetros cuadrados (equivalente a la suma de las superficies de Francia y España),
el Gran Chaco abarca el centro-norte argentino, el sudeste de Bolivia y el oeste de
Paraguay. Es una llanura que pertenece geológicamente a la Llanura
Chaco-Pampeana y que se extiende, con una leve pendiente hacia el sudeste, desde
el pedemonte de las sierras subandinas (a aproximadamente 400 mt. sobre el nivel
del mar) hasta el río Paraguay (cf. van Dam 2002: 21).
Para sus detractores (y los hay en la esfera gubernamental tanto como empresarial),
el ambiente chaqueño no ofrece mayores atractivos paisajísticos. Al contrario, lo
ven como monótono y, sobre todo, inhóspito. Pero en realidad es un mosaico de
ambientes diferenciados, tanto en su topografía como en su cobertura vegetal. La
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variedad de ambientes se traduce en una alta diversidad de especies animales y
vegetales que hacen del Chaco una región clave en términos de biodiversidad.
En el Chaco Salteño se destacan las zonas donde los grandes ríos influyen sobre
la formación del paisaje, o sea las tierras aledañas a los ríos Pilcomayo y Bermejo,
como también en torno a cursos menores como el Itiyuro, el Seco y el Teuquito. Durante
los períodos de lluvias intensas, estos ríos ingresan a la planicie chaqueña con un
caudal desbordante que corre a gran velocidad, erosionando el lecho y las barrancas y
arrastrando enormes cargas de sedimento. Esta erosión conlleva cambios
en los cauces, como así el taponamiento de los tramos donde el flujo de agua pierde
velocidad, originando la presencia de bañados.
A través de esos cambios, los ríos van creando cuencas que tienden a tomar la
forma de un gran abanico de cauces nuevos y antiguos:
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Chaco Salteño. La Selva de Transición es más alta que el bosque de la zona más
seca, y se tipifica por la presencia de especies pedemontanas (por ejemplo, el palo
amarillo, palo blanco, cebil colorado, lapacho rosado, urundel y pacará).
El distrito semiárido del Chaco Salteño se subdivide en cuatro zonas: “Sector oriental
de la cuenca del Itiyuro”, “Oeste de la cuenca inferior del río Pilcomayo”, “Interfluvio
Bermejo-Pilcomayo” y “Oeste de la cuenca inferior del río Bermejo”. El tipo de
vegetación dominante es un bosque cuyas especies están “adaptadas […] a las
importantes fluctuaciones de disponibilidad hídrica y a las variaciones térmicas” y que
pierden sus hojas en el invierno: en otras palabras, un bosque xerófilo caducifolio.
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El gran chaco:
¿Cómo llegar?
Dpto. de Oran: se encuentra en el sector central del extremo norte de la Provincia de
Salta. Son sus coordenadas geográficas (latitud y longitud) entre los 63º24´ y 65º04´ de
longitud oeste y los 22º33´ y 24º17´ de latitud sur. Limita al Norte con la República de
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Bolivia y los Dptos. de Iruya, Gral. San Martín, al este con los Dptos. Gral. San Martín,
Rivadavia y Anta; al sur con el Dpto. de Anta y la Provincia de Jujuy y al oeste con el
Dpto. Santa Victoria e Iruya y los Dptos. de Humahuaca, Valle Grande, Ledesma y Santa
Bárbara de la Provincia de Jujuy.
Para llegar al departamento de Oran, desde Salta capital se ingresa por RN N° 9 hasta
el cruce por la RN N° 34 y luego tomar la RN N° 34.
El Departamento Gral. San Martín se encuentra situado en el Norte de la provincia. Sus
coordenadas geográficas lo ubican entre los 63° 06’ 33” de longitud oeste y los 23° 39’
12” de latitud sur. al norte limita con la República de Bolivia, al este con el departamento
Rivadavia, al sur con los Departamentos de Rivadavia y Orán, al oeste con el
departamento de Orán y la República de Bolivia.
Para llegar al departamento de san Martin, desde Salta capital se ingresa por RN N° 9
hasta el cruce por la RN N° 34 y luego tomar la RN N° 34.
El departamento Rivadavia se encuentra al este de la Provincia, sus coordenadas
geográficas lo ubican entre los 62º19' y 63º30' de longitud oeste y los 22º00' y 25º24' de
latitud sur. Limita al Norte con la república de Bolivia y Paraguay; al este provincias del
Chaco y Formosa; al sur provincia del Chaco y departamento de Anta; y al oeste
departamentos de Anta, Orán y Gral. San Martín.
Para llegar a Rivadavia banda sur se ingresa por RN N°9 luego por RN N°34 y se dobla
a mano derecha por RP N° 1. Para ir a Rivadavia banda norte se continua por RN N° 34
y luego por RP N° 54.
El departamento de Metan limita al norte con los departamentos de General Güemes y
de Anta, al oeste con el de Anta, al sur con la provincia de Santiago del Estero y el
departamento de Rosario de la Frontera, y al oeste con los departamentos de
Guachipas, La Viña y Capital. Se puede acceder por la RN N°9.
El departamento de Anta limita al norte con los departamentos de Orán y Rivadavia, al
este con el departamento Rivadavia y la provincia de Chaco, al sur con la provincia de
Santiago del Estero, y al oeste con los departamentos de Metán y General Güemes y la
provincia de Jujuy. Se puede acceder por RN N° 9 y luego por RP N° 5 o por RN N° 16.
Capitulo II
La población indígena total estimada (23.225 personas) tiene una distribución
heterogénea, concentrándose en ciertas áreas más que en otras. Considerando
primeramente la distribución por zonas de encuesta, el Mapa 1 demuestra que la mayor
parte se ubica en el norte del Chaco Salteño. Las zonas del Pilcomayo, Embarcación y
Tartagal comprenden el 73% de la población. Esta concentración es aún más notable si
tenemos en cuenta que más de la cuarta parte (28,1%) de la población indígena
estimada vive en la zona del Pilcomayo. Hacia el sur la concentración disminuye,
distribuyéndose entre las zonas de Morillo (10,8%), Rivadavia Banda Sur (7,6%) y
Anta/Metán (4,8%).
Para el análisis de la distribución de la población indígena a nivel departamental,
la misma se concentra principalmente en Rivadavia (46,5%) y San Martín (45%). El
resto se distribuye en Orán (3,7%), Anta (3,5%) y Metán (1,3%). Esta distribución
porcentual es muy similar a la distribución porcentual calculada en el Censo Indígena
de 1984, aunque, como señalamos en el Cuadro 2, las cifras de la población en sí son
muy dispares.
El Cuadro 3 presenta los totales de personas indígenas para los 17 municipios
cubiertos por este estudio, con el agregado de las estimaciones adicionales. Basado
en esas cifras, el Gráfico 3 revela que hay una alta concentración en pocos municipios.
Vemos que más de la mitad de la población indígena (52%) habita en dos
municipios, Santa Victoria Este y Embarcación, y que el primero cuenta con más de
la cuarta parte (29,1%) del total para toda la región.
El Cuadro 3 muestra también la población indígena como un porcentaje de la
población total por municipio (según datos del INDEC 2001). Los resultados indican
que la población indígena de Santa Victoria Este –a diferencia de todas las demás–
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constituye la mayoría (65,9%) de la población total del municipio. En otros cuatro
municipios –Ballivián, Embarcación, Rivadavia Banda Norte, Rivadavia Banda Sur– la
población indígena constituye más de la quinta parte. En su conjunto, la población
indígena del Chaco Salteño representa el 9% del total de la población de la región.
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Cuadro 2: variación intercensal (1984-2006)
Composición étnica:
Los resultados indican que el 86,4% de la población indígena del Chaco Salteño
pertenece a la etnia wichí. En orden numérico siguen las etnias chorote (7,7%), toba
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(2%) y chulupí (1,8%). Tal y como se aprecia en el Cuadro 4, la población registrada
incluye algunos miembros de los pueblos guaraní, chané, tapiete, kolla y pilagá, quienes
entre todos conforman el 1,6% de la población.
Cuadro 4: Composición étnica de la población indígena del Chaco Salteño
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La mano de obra aborigen no solo es empleada en tareas agropecuarias y forestales,
también son utilizados con frecuencia por contrabandistas para transportar mercancías
hacia o desde Bolivia y Paraguay y por su conocimiento del terreno. Al mismo tiempo
sus servicios son estimados por Gendarmería Nacional, que llegó a implementar un
proyecto de desarrollo comunitario procurando formar un "Cuerpo de Baqueanos
Aborígenes" (Secretaría de Estado de Planeamiento 1980) pues muchos de los éxitos
de los gendarmes se debieron a denuncias de los indios, desconformes con el pago que
les ofrecían los contrabandistas por pasar bultos cruzando el río Pilcomayo (Herrera,
com. pers.).
Para sostenerse durante milenios de los recursos que brinda la naturaleza, los pueblos
indígenas del Chaco han desarrollado conocimientos y técnicas especializados,
demostrando en el proceso una adaptación ecológica de alta sofisticación. La economía
tradicional de las comunidades indígenas del Chaco Salteño –conocida
antropológicamente como una economía “cazadora-recolectora”– se caracteriza por el
aprovechamiento de la diversidad de recursos naturales, tanto del bosque como de los
ríos, según la época.
Agrupamos las actividades que en términos históricos han sido integradas a la economía
familiar a raíz de la relación con la sociedad hispanohablante, y cuyos productos son en
general para la venta.
La recolección de leña fue incluida en la lista por varios motivos. Primero, indica el
grado en que los hogares dependen de este recurso natural como fuente energética.
Segundo, la distancia entre una comunidad y los sitios donde obtiene su leña influye en
el tiempo y esfuerzo que deben ser invertidos para conseguir el recurso, a expensas de
la realización de otras actividades de subsistencia. Además, tiene cierto valor comercial,
en el sentido de que, sobre todo al interior del Chaco Salteño, la recolección de leña
constituye una changa típica que los indígenas hacen para sus vecinos criollos.
Si bien la artesanía tiene actualmente una función principalmente comercial, deriva
de técnicas tradicionales (uso del chaguar en el caso de la artesanía femenina, y
de la madera en el caso de la masculina). Además, la artesanía femenina reproduce
–con algunas innovaciones introducidas con fines de márketing– los artefactos que
las mujeres tradicionalmente fabrican.
La cría de animales domésticos la dividimos en tres categorías –gallinas, cabras y
vacas– pero aclaramos que, al referirnos a “gallinas”, aludimos a las aves de corral
en general (incluso pavos, patos y gallinas de guinea); asimismo, la categoría de
“cabras” debe entenderse en un sentido que abarca el ganado menor en general
(incluso cerdos y ovejas). La división tripartita se debe, primero, a que la posesión de
ganado menor por parte de una familia marca una clara diferenciación con respecto
a las familias que sólo poseen aves de corral. Ello es así porque el ganado menor
representa un capital, mientras las gallinas suelen servir para el autoconsumo.
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Actividades de subsistencia indígena
Zona Tartagal
Descontando la pesca –actividad imposibilitada por la falta de cursos de agua aptos–
vemos que es mucho más bajo el porcentaje de hogares que realizan las actividades de
la caza y la recolección (tanto de frutos como de miel).
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Las opciones económicas más difundidas entre las comunidades de la zona son la
changa y la artesanía.
Actividades económicas zona Tartagal
vemos que el 73% de los hogares hace trabajos de artesanía, lo cual supera levemente
el promedio regional (71%). Se trata mayormente de artesanía femenina que depende
principalmente del chaguar, planta de muy limitada distribución en la zona. Crece
únicamente en el extremo este, donde la Selva de Transición limita con el Chaco seco.
Últimamente los desmontes están avanzando sobre dicha área de chaguarales,
limitando aún más la disponibilidad del recurso en la zona. Las familias indígenas que
viven en los barrios periféricos del pueblo de Tartagal sortean la falta local de recursos,
consiguiendo la materia prima por medio de la compra o por trueque con parientes que
habitan en la zona del Pilcomayo.
En cuanto a la changa, un alto porcentaje de los hogares indígenas de la zona registran
miembros ocupados como “jornaleros” (70%), pero aun así la tasa es de las
más bajas de toda la región. Es de público conocimiento que las fincas agroindustriales
que predominan en la zona quitan oportunidades laborales más que las ofrecen
(Benbrook 2005: 27), siendo únicamente durante la época de la cosecha que incorporan
mano de obra indígena.
Siendo una zona donde funcionan varias industrias, como ser la petrolera, la agrícola
y la maderera, otra alternativa económica para las comunidades indígenas sería
el empleo fijo. Sin embargo, los resultados no difieren de las zonas donde no hay
industria.
De hecho, el porcentaje de hogares con uno o más miembros empleados es idéntico al
patrón regional (6%). Esta falta de inserción laboral no responde a una sola causa
determinada, pero no se puede descartar las barreras culturales que hacen que los
empleadores suelan no contratar a los indígenas del Chaco Salteño.
En síntesis, la zona de Tartagal se caracteriza por ser un área donde la economía
indígena está sufriendo una seria reducción de las opciones típicamente disponibles.
Con relación a las actividades tradicionales, las familias indígenas ocupan el último o
penúltimo lugar de la región. La observación vale para todas las actividades
tradicionales menos la agricultura (31%), pero incluso ésta registra un promedio de
participación inferior al regional.
Zona Embarcación
De la misma manera que la zona de Tartagal, la de Embarcación comprende
comunidades (peri)urbanas y las que viven en el bosque (mal llamadas “rurales”). Las
comunidades forestales tienen acceso al bosque, pero las (peri)urbanas se encuentran
en gran medida rodeadas de fincas agroindustriales en las que la deforestación ha
diezmado la cobertura boscosa, eliminando los recursos naturales a nivel local.
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En términos generales se observa cierta paridad entre las dos series de cifras, con la
excepción de tres actividades tradicionales –la recolección de miel silvestre (43%), la
caza (43%) y la agricultura (24%)– las cuales están por debajo del promedio regional.
En cambio, la artesanía (77%), la recolección de frutos silvestres (77%) y la pesca (55%)
lo igualan o ligeramente lo superan. Estas cifras imponen un diagnóstico que las
interpreta en términos de una economía intermedia entre prácticas tradicionales y sus
variantes actuales. A pesar del cambio que ha sufrido el paisaje natural en ciertas áreas,
a raíz de la expansión agroindustrial, los hogares indígenas de la zona mantienen sus
actividades de subsistencia propias.
Es pertinente hacer por separado un comentario sobre la agricultura. A pesar de ser una
de las zonas donde más se ha desarrollado la agroindustria, y a pesar también de que
las principales comunidades (Misión Chaqueña y Carboncito) han sido beneficiarias de
grandes proyectos agrícolas, es la zona con el porcentaje más bajo de hogares que
cultivan la tierra. Algo parecido sucede con respecto a la ganadería y la apicultura. A
pesar de los proyectos de ganadería (Misión Chaqueña) y de apicultura
(Carboncito, entre otras) que se han desarrollado en la zona, su adopción por parte de
las comunidades indígenas es tan insignificativa como en las otras zonas.
Actividades económicas zona Embarcación.
Zona Morillo
En la zona de Morillo, las comunidades indígenas habitan un medio que hasta ahora
no fue alcanzado por desmontes masivos. En su mayoría están situadas sobre la Ruta
81, a unos 50 kilómetros al norte del río Bermejo. Tienen acceso a una diversidad de
ambientes, tanto del río como del bosque, particularmente en la zona del abanico fluvial
del Bermejo.
La economía indígena en la zona se funda actualmente en una diversidad de actividades
que apuntan tanto al autoconsumo como a la generación de ingresos por medio de la
venta de productos forestales y mano de obra. Las actividades tradicionales siguen
manteniendo su importancia, a tal punto que el porcentaje de los hogares que se ocupan
con la recolección de frutos (95%), la cosecha de miel (76%), la caza (76%), la
agricultura (45%) y la artesanía (86%) supera el promedio regional. Únicamente la pesca
(48%) está por debajo del promedio (51%).
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Actividades económicas zona Morillo
Por otro lado, se observa que el porcentaje de hogares involucrados en las actividades
de la changa (87%), la producción de postes (44%), la carpintería (31%) y la cría de
gallinas (63%) y de cabras (38%) también supera el promedio regional. Incluso la cría
de vacas (2%) –si bien no es numéricamente importante– tiene mayor difusión en esta
zona que en cualquier otra (menos Rivadavia Banda Sur, donde su difusión es
proporcionalmente igual).
A su vez, se registra en la zona de Morillo el segundo porcentaje más alto de hogares
que reciben pensiones (21%), después de Anta/Metán. El dato indica que la economía
local también está activamente ligada a programas de asistencia social brindados por el
Estado, por lo menos en cuanto al rubro “pensiones”. Asimismo, indica, a la inversa, que
la cobertura social estatal se ha instalado en la zona con cierto empeño.
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Actividades económicas zona Rivadavia Banda Sur.
Zona Anta/Metán
Las comunidades indígenas de los departamentos de Anta y Metán son mayormente
(peri)urbanas. Históricamente fueron las primeras de la región en verse expuestas al
impacto de la colonización, y su medio ambiente se ha convertido hoy en día en uno
de los polos de expansión agroindustrial más fuertes del Chaco Salteño. Hoy la mayoría
de las comunidades están ubicadas en o cerca de centros urbanos y, a su vez, rodeadas
de enormes extensiones de campos desmontados.
Se observa que todas las actividades de subsistencia, salvo tres excepciones que en
seguida veremos, registran un nivel de participación que está consistentemente por
debajo del promedio regional. Aun así, es destacable que más del 50% del total de los
hogares indígenas realizan las actividades tradicionales de la caza y la recolección de
frutos y miel silvestre. De las otras tres actividades tradicionales –pesca (36%),
agricultura (29%) y artesanía (23%)– únicamente la artesanía cuenta con una incidencia
inferior a todas las otras zonas. De hecho, esta actividad se realiza en la zona en un
grado muy por debajo de las otras: la segunda cifra más baja –registrada en la zona de
Tartagal– es del 73% (es decir, una diferencia de 50 puntos porcentuales). Se constata
así que la artesanía, tan central en las otras zonas, es susceptible de desaparecer
cuando faltan los recursos naturales necesarios.
Las tres fuentes de ingresos cuya incidencia no está por debajo del promedio regional
son: el empleo fijo (6%), las pensiones (27%) y la changa (96%). El empleo fijo está a la
par del promedio regional, y la changa y las pensiones lo superan. En fin, estas dos
últimas actividades no sólo superan el promedio regional, sino que registran en esta
zona las cifras más altas de toda la región.
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Grafico 8: actividades económicas zona Anta/Metan
Análisis:
Lo que surge a la vista es que, en la gran mayoría de los hogares (80%), uno o más de
los miembros está involucrado en la actividad de la changa. Después de la recolección
de leña, esta actividad es la más difundida entre los hogares indígenas del Chaco
Salteño. Aun así, es preciso aclarar que, si bien la changa es una actividad emprendida
por la gran mayoría de los hogares indígenas de toda la región, se da una variación
notable entre los dos extremos: la zona de Anta/Metán (96%) y la del Pilcomayo (62%).
Después de la changa, observamos que las actividades más practicadas son: la
recolección de frutos (77%), la artesanía (71%), la cosecha de miel silvestre (63%),
la cría de gallinas (61%), la caza (60%) y la pesca (51%). Con la excepción de la cría
de gallinas, son todas actividades tradicionales, algunas de las cuales –como en el
caso de la artesanía, la pesca y la cosecha de miel silvestre– tienen hoy un enfoque
comercial. Es decir que, además del autoconsumo, se practican con fines de venta.
La agricultura es practicada por aproximadamente un tercio de los hogares
entrevistados (35%). En parte, el resultado refleja el hecho de que tradicionalmente es
una actividad minoritaria, en el sentido de que los principales agricultores son los
ancianos, y no todos los ancianos acostumbran ser agricultores. Por otro lado, se nota
una variación zonal significativa. Las zonas que abarcan el interior del Chaco Salteño
registran un porcentaje más alto de hogares que se dedican a la agricultura que las
zonas ubicadas en las proximidades de los principales centros urbanos asentados sobre
el borde occidental de la región. Así, por ejemplo, las cifras registradas en las zonas del
Pilcomayo (53%) y de Morillo (45%) superan ampliamente las que corresponden a las
zonas de Tartagal (31%), Anta/Metán (29%) y Embarcación (24%). La excepción sería
la zona de Rivadavia Banda Sur, donde, a pesar de que las comunidades vivan en
condiciones parecidas a las del Pilcomayo y Morillo, registran un porcentaje bajo de
hogares –el segundo más bajo de la región– que se dedican a la agricultura (28%).
El patrón regional evidencia también que las actividades no tradicionales son
practicadas por menos del tercio del total de los hogares. Con respecto a las tres
actividades destinadas a la generación de ingresos por medio de la venta de productos
forestales –carbón (31%), postes (28%) y carpintería (24%)– se registran valores
superiores al promedio regional en las siguientes zonas: Pilcomayo (carbón y postes);
Tartagal y Embarcación (carbón y carpintería); Morillo (postes y carpintería); Rivadavia
Banda Sur (carbón).
La cría de cabras está limitada al 25% del total de los hogares encuestados, de los
cuales la mayoría pertenece a comunidades del departamento Rivadavia (zonas del
Pilcomayo, Morillo y Rivadavia Banda Sur). La desproporción obedece a que en las
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otras zonas (Tartagal, Embarcación, Anta/Metán), donde hay importantes
concentraciones (peri)urbanas de la población indígena, la actividad está limitada por
dos motivos: por un lado, la falta de espacio y, por el otro, el hecho de que se basa en
el libre pastoreo de los animales, los cuales ramonean en el bosque que haya alrededor
de las comunidades. Una situación parecida se observa con la cría de gallinas.
Son muy pocos los hogares que perciben un ingreso estable por medio de una pensión
(12%) o a través de algún empleo fijo (6%). También se observa una participación
mínima en las actividades productivas relacionadas con la apicultura (1%) y la cría de
vacas (1%). El marcado desinterés de los indígenas con respecto a la ganadería mayor
es notable si se tiene en cuenta la importancia que reviste para la población rural criolla.
Los resultados ponen en evidencia que las actividades económicas de los indígenas
están muy condicionadas por su acceso al bosque y a los recursos naturales. un
indicador importante en este sentido es el alto porcentaje (95%) que hace uso de leña
como fuente energética. De las otras siete actividades practicadas por más del 50% de
los hogares, cuatro se basan en la apropiación directa de productos que brinda la
naturaleza (recolección de frutos, cosecha de miel silvestre, caza y pesca). De los tres
restantes, la producción de artesanía depende del bosque para las materias primas; y,
como hemos visto, la cría de gallinas también está vinculada al acceso que tengan las
comunidades a tierras aptas y suficientes. Solamente la changa podría ser vista como
una actividad que no depende necesariamente del acceso que los indígenas puedan
tener a la tierra, sino más bien de la demanda laboral ejercida por patrones no indígenas.
Las cifras registradas reflejan los cambios que están afectando el paisaje natural
del Chaco Salteño. Mientras la recolección de frutos, por ejemplo, es de suma
importancia en zonas forestadas, cae muy por debajo del promedio regional (77%) en
zonas afectadas por desmontes, como en Anta/Metán (56%) y Tartagal (44%). Lo mismo
ocurre con la caza, cuyo decrecimiento es un indicador contundente de la desaparición
de la fauna silvestre por la pérdida de su hábitat.
25
Porcentaje de hogares que realizan actividades de subsistencia, por zona.
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Tendencias predominantes de la distribución de la actividad por genero
Artículos periodísticos:
saltaentrelineas.com
“Si se recorre una comunidad originaria se pueden ver las necesidades que hay y el
abandono en el que viven”
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El periodista Brian Salazar es quien en este último tiempo hizo públicas serias irregularidades
en Santa Victoria Este. Fue por ejemplo gracias a su trabajo periodístico que se supo del niño
que vivía enjaulado en Alto la Sierra y de la mujer que murió porque no llegó la ambulancia que
esperaba para ser trasladada y poder dar a luz a su bebé.
En esta ocasión otra triste situación nos lleva a ese lugar donde una niña para sus días
arrastrándose en el suelo por no contar con una silla de ruedas.
En este punto, comentó: “Si se recorre una comunidad originaria que está a 30, 40 o 50
kilómetros de Santa Victoria, se pueden ver las necesidades que hay y el abandono en el que
viven… es triste y vergonzoso”.
http://www.saltalibre.net
20° CAMPAÑA DEL GRUPO ENASHU
Solidaridad y asistencia sanitaria en el Chaco Salteño
El grupo ENASHU confirmó la realización de su 20° Campaña de Asistencia Humanitaria al Chaco
Salteño, el 17 al 20 de noviembre de 2017, donde instalará puestos sanitarios de campaña en
comunidades y parajes donde la presencia del gobierno provincial es insuficiente.
El nuevo operativo sanitario se llevará adelante como respuesta a la enorme demanda que surge
de la crítica situación socio sanitaria encontrada en agosto próximo pasado, donde se halló un
elevado número de casos de parasitosis intestinal, malnutrición en niños y adultos, diabetes mal
tratada o no diagnosticada, casos de hipertensión arterial sin control, a lo que se suman once
casos de tuberculosis y personas que presentan signos y síntomas del mal de Chagas, entre otros
Contiene video: https://www.youtube.com/watch?v=J03x9augYXg
Video: https://www.youtube.com/watch?v=pOaDpZua9G4
En el video de una entrevista realizada por la tv de Oran, una aborigen de la
comunidad wichi cuenta la situación en la que viven. Donde se puede ver la condición
de hacinamiento en la que viven donde habitan más de 10 personas en una sola
vivienda que ni siquiera cuenta con pared. También comenta que dependen de hacer
changas como lavar, barrer en los vecinos de la zona. También comenta que a veces
no tienen para alimentarse.
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Imágenes:
Aborígenes haciendo trámites para recibir planes sociales en Rivadavia
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Cacique de Colonia Santa Rosa
33
Escuela colonia Santa Rosa
Viviendas precarias de con parte de barro y parte con plástico Paraje las Llanas
departamento San Martin
34
Niños de Santa Victoria Este camino a la escuela
35
Aborígenes de Santa Victoria Este recibiendo asistencia alimentaria
36
Aborígenes en situación de indigencia a orillas de la ruta nacional 81
Conclusión:
Se puede observar que la gran mayoría de las actividades que realizan son de
subsistencia, y que solo un 6% vive de un empleo fijo, más un 12% que vive de
pensiones. Por lo tanto, es difícil que puedan satisfacer todas las necesidades
requeridas para no caer bajo la línea de pobreza e indigencia donde casi el total
de la población necesita de las actividades tradicionales, como la pesca (51%),
la caza (60%), la recolección de frutas (77%), recolección de miel (63%), de leña
(95%), y la artesanía (71%). Todo esto teniendo en cuenta el enfoque absoluto
y relativo de pobreza.
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Con respecto a las actividades no tradicionales es muy poco el porcentaje de la
población indígena que realiza, además de que son actividades poco calificadas
o algunas de subsistencia como la agricultura (35%) y la cría de gallinas (61%)
y de cabras (25%).
También se pone en evidencia en distintos medios periodísticos la situación en
la que viven donde algunos ni siquiera pueden acceder a distintos planes
sociales debido a que no saben, que existen debido a lo aislado que viven o no
saben cómo realizar los trámites. También se reflejan las dificultades al acceso
a la educación, debido al abandono por sentirse discriminados.
Otro tema es la desnutrición infantil en el departamento San Martin y Rivadavia
donde se afirma que llega hasta el 70% en niños de 1 a 4 años de edad.
Podemos observar la preocupación de representantes de la ONU por el estado
de pobreza extrema, aislados y sin servicios básicos que se encuentran las
comunidades indígenas.
En las imágenes se evidencia la precariedad de las viviendas donde habitan,
donde no cuentan con material suficiente (alguna de barro o madera y techo de
tierra o plástico), ni condiciones sanitarias adecuadas como baño, además se
puede observar condiciones de hacinamiento donde las viviendas tienen una
sola habitación en la cual conviven todo el grupo familiar que por lo general es
muy numeroso.
Bibliografía:
Los pueblos indígenas cazadores y recolectores del chaco salteño: población,
economía y tierras. Andrew Leake.
Iniciativa de desarrollo aborigen en el chaco salteño: Barbaran, Francisco
Ramón.
La vida en el semiárido salteño: boletín periódico N° 92 fundación FUNDAPAZ.
Situación de los aborígenes en la provincia de Salta: Juan Carlos Cid.
Mortalidad infantil de las familias aborígenes en la Misión la Paz, Salta: Dres.
Pedro de Sarasqueta, Edgardo Bazano*, Carolina Montiveros* y Diego Rosso*.
Pueblos originarios NOA: censo nacional de población, hogares y viviendas
2010.
Sobre la alimentación wichi: Maria Cristina Dasso. 8 2010 CIAFIC Ediciones.
Metodología de la investigación cuantitativa y cualitativa: Carlos Arturo Álvarez.
Método e indicadores para la estimación de la pobreza rural en la Argentina:
Daniela Marthey 2007.
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