Congas: afinación y mantenimiento

La primera afinación

Para afinar unas congas nuevas, lo primero que haremos es soltar por completo los tensores,
eliminando la tensión en el parche. Para hacer esto, debemos ir aflojando poco a poco y de
forma repartida los tensores. Empezaremos siempre por el que hay a la derecha del logo de la
marca de las congas (esto nos servirá como punto de referencia para saber dónde empezamos
y terminamos de aflojar o apretar los tensores). Lo más recomendable es dar media vuelta de
tuerca cada vez.

Cuando las tuercas estén completamente aflojadas las apretaremos una por una con los dedos
hasta que nuestra fuerza nos permita, esto hará que estén todas apretadas por igual antes de
empezar a utilizar la llave de afinación. Una vez hecho esto pondremos una gota de aceite
lubricante en la rosca del tensor. Hay que llevar cuidado de no poner aceite en exceso, ya que
esto también puede dificultarnos la afinación. Debemos esperar unos segundos a que el aceite
se reparta bien a lo largo de la rosca.

A continuación comenzamos a apretar los tensores tomando como referencia el logo de las
congas y dando media vuelta de tuerca cada vez. Es importante vigilar que la tensión es la
misma en todo el parche, para esto basta con dar unos pequeños golpes con una baqueta o
similar en los puntos del parche cercanos a cada uno de los tensores. Si la tensión es la misma
deberán sonar igual.

La afinación recomendada para cada tambor es: quinto entre re y la, conga entre do y mi, y
tumba entre sol y si, guardando un intervalo de aproximadamente una cuarta entre cada uno de
ellos. Cuando estemos llegando al sonido deseado las vueltas de tuerca serán cada vez más
pequeñas, pero siempre iguales en todos los tensores.

Si no se tienen conocimientos de música, una forma de llegar a la relación de sonido entre

conga y tumba es tomando como referencia un ritmo de guaguanco en una grabación y ajustar
la afinación a ese sonido.

Una vez hayamos conseguido la afinación deseada es recomendable dar dos o tres golpes

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fuertes con la palma de la mano o la base del puño (no con los nudillos) en el centro del
parche, con el fin de que el parche se asiente bien y evitemos una falsa afinación. Después de
esto posiblemente haya que volver a ajustar algo la afinación.

Los armónicos

Los armónicos son normales en las congas, pueden aparecer en mayor o menor medida
dependiendo de varios factores: el tipo de parche (en el caso de los parches naturales influye
también el tipo de piel y el proceso que ha sufrido, por ejemplo los de búfalo tratados al agua
tienen más tendencia a producir armónicos), el grosor del parche, el material del que estén
hechas la congas (las de fibra tienen algo más de armónicos) y la propia calidad general del
instrumento. El problema se presenta cuando suenan demasiado o simplemente no nos gustan
y necesitamos eliminarlos o reducirlos.

En principio, si hemos afinado bien las congas, los armónicos se reducirán bastante. Un
pequeño truco, si con la afinación no conseguimos mejorar mucho, es pegar unos pequeños
trozos de goma espuma o esponja en el interior del casco de la conga, eso reducirá los
armónicos aunque es posible que quite algo de sonido también.

Otra solución mucho más directa es cambiar el parche por otro de otro tipo de piel o por uno
sintético, que además no se desafina por cambios de temperatura o clima.

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Mantenimiento

Los parches, generalmente, en el proceso de manufactura que sufren pierden parte de sus
ceras y grasas naturales. Es recomendable aplicarles algo de crema o grasa (algunos
fabricantes comercializan kits de mantenimiento) para que recuperen elasticidad, sobre todo si
el clima que soportan las congas es seco. Puede utilizarse alguna crema de manos que
contenga lanolina (lanolin en inglés). Es posible que esto nos ayude también en el proceso de
reducción de armónicos del que hablábamos antes.

Un tema importante y que no debemos olvidar es aflojar algo los parches cada vez que

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dejemos de tocar, sobre todo si vamos a estar un tiempo sin utilizar las congas o vamos a
viajar con ellas. No es necesario aflojarlos del todo, puesto que perderían asentamiento,
simplemente con media vuelta o una vuelta de tuerca a cada tensor es suficiente. Esto
impedirá que algún cambio brusco de temperatura los pueda romper y no nos será difícil volver
a afinarlas.

También hay que acordarse de engrasar de vez en cuando los tensores, porque el lubricante
tiende a secarse dificultándonos la afinación.

Un último consejo: a la hora de afinar no utilizar nunca llaves inglesas, siempre fijas.

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