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a los Devotos de su
Sagrado Corazón
Entre 1994 y 1998 hubo en Brasil una aparición de María, Jesús y José.
Que el obispo aprobó en el 2010.
¡No te puedes perder lo que San José promete!
Es una aparición única en su especie por las promesas que San José hace a quienes se
hagan devotos de su Sagrado Corazón.
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El Obispo Gritti, que murió el pasado junio, se reunió con ellos varias veces.
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Allí celebró la misa, en el sitio de las apariciones, y ayudó a construir el santuario.
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A través de la devoción a mi casto corazón muchas almas van a ser salvadas de las
manos del diablo.
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Dios nuestro Señor ha permitido que yo te revele las promesas de mi corazón”.
“Tal como soy justo y casto a los ojos de Dios, todos los que tengan devoción a mi
Corazón también serán castos, justos y santos delante de Él.
Yo te llenaré de estas gracias y virtudes, para que crezcas cada día en el camino de
la santidad”.
Al día siguiente, San José vino con el Niño Jesús, que se reclinó en su corazón.
San José reveló que Dios quería dar innumerables gracias través de la devoción a
su corazón:
“Mi hijo y Señor Jesús, que me trajo hasta aquí en la tierra, por el amor a su
padre, quiere que todos los hombres practiquen de la devoción a mi Corazón, para
todos aquellos que necesitan gracias del cielo”.
En las apariciones anteriores, la Virgen María y Jesús dijeron a Edson que a San José
se le había sido dado gran poder y gloria, y en estos tiempos Dios quiere que la
gente y el mundo se consagren al Corazón de San José.
SEGUNDA PROMESA
Luego vino una segunda promesa:
Yo mismo seré para estas almas su peticionario ante mi Hijo Jesús y, junto con
mi esposa, María Santísima, les consolaré en sus últimas horas aquí en la tierra,
con nuestra santa presencia y para que descansen en la paz de nuestros corazones.
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Como ya viste mi Hijo Jesús reposa su cabeza en mi corazón, de esta manera yo y mi
esposa Santa María llevaremos a estas almas a la gloria del paraíso, en la
presencia del Salvador, mi Hijo Jesucristo, de modo que puedan reposar, e inclinarse
a Su Sagrado corazón…”
ADVERTENCIAS
San José no se asusta de la
situación de los corazones de la
humanidad.
Explicó:
“¡Cómo es que el pecado se propaga
de una manera tan fuerte!
Los hombres se dejan llevar por
las artimañas más insidiosas del
diablo.
El enemigo de la salvación quiere
destruir a todos los hombres para
que, de esta manera, todo sea
perdido.
Él tiene envidia y odia a toda la
raza humana.
Así que muchos pasan por pruebas y tentaciones que el enemigo de Dios les lanza
en cada momento, de esta manera trata de destruir las almas de los hombres que
fueron creadas por Dios”.
San José reveló que el ataque contra nosotros se incrementará desde 1998:
“Lo que la mayoría hace son pecados contra la santa pureza, porque la pureza es
una de las virtudes más queridas por Dios, y de esta manera satanás desea destruir
la imagen de Dios presente en cada criatura a través de esta virtud.
Y es debido a esto, que Dios pide a toda la humanidad tener devoción a mi Corazón
Casto.
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Quiere dar a los hombres la gracia para vencer las tentaciones y los ataques del diablo
en su vida día a día”.
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Prometo a todos los fieles que honren a mi corazón casto con fe y amor, la gracia de
vivir con la santa pureza del alma y del cuerpo y la fuerza para resistir todos los
ataques y tentaciones del diablo.
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Yo mismo les he de proteger”.
Dijo que la gracia también sería para los miembros de la familia del orante en
necesidad de ayuda divina.
“todos los pecadores, incluso aquellos que han cometido los pecados más terribles,
confíen en el amor y en el perdón de Dios y confíen en mí también, en mi intercesión.
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“la gracia de ser consolados por
mí en sus mayores aflicciones del
alma y en el peligro del juicio,
cuando por desgracia pierdan la
gracia divina, porque sus pecados
son graves.
Para estos pecadores, que recurren a
mí, prometo las gracias de mi
Corazón con el propósito de
enmienda, de arrepentimiento y de
sincera contrición de sus pecados.
San José dijo esto a todos los que honran su corazón y ponen su confianza en él y
en su intercesión:
“Prometo que no serán abandonados en sus dificultades y en las pruebas de la
vida.
Voy a pedir al Señor que les ayude con su Divina Providencia en sus problemas
materiales y espirituales”.
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Para las madres y los padres indicó consagrarse ellos y sus familias a su
Corazón, San José aseguró la ayuda en las aflicciones y problemas, y ayuda en la
crianza de sus hijos.
“Mira, mi hijo, tengo la mano derecha, impidiendo que derrame su justicia sobre toda
la humanidad.
Le pido, a través de las gracias de mi corazón y por ser digno de vivir a su lado, con
el amor de un padre de este mundo, y porque él me ha amado con el amor de un
hijo, que no castigue al mundo por sus faltas.
Sino que por todos mis pequeños que honran y honrarán a este casto corazón
mío, que derrame su misericordia sobre el mundo”
Los muchos pecados del mundo llaman a la humanidad a arrepentirse y hacer
penitencia:
“Porque Dios recibe continuamente ofensas de los hombres ingratos.
Hoy en día hay muchos desmanes, sacrilegios e indiferencia de los hombres.
Es por esto que hay tantas calamidades como la guerra, el hambre y las
enfermedades y también tantas otras cosas que el hombre ha sufrido a causa de la
rebelión del hombre contra Dios”.
San José habló de las claras consecuencias de la rebelión:
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“Dios permite que los
hombres sigan sus propios
caminos para mostrarles a
todos ellos que, sin él, nunca
se serán felices.
Él deja que los hombres
pasen por tanto
sufrimiento para también
mostrarles las consecuencias
que el pecado trae a sus vidas.
Y así entonces, la justicia
divina castiga a la humanidad
debido a su obstinación en no
ser obediente a la voluntad de Dios”.
Señaló también que la humanidad está:
“Cada vez más obstinada en sus faltas, debido a la preocupación por los placeres
del mundo, más que hacia el amor de Dios y a sus mandamientos.
Pero la justicia de la mano de Dios llegará de una manera nunca antes vista y
vendrá repentinamente sobre el mundo entero”.
Eso nos debe hacer temblar, sin embargo, este poderoso Santo extiende una
solución llena de esperanza:
Aquí, en mi corazón, todos van a estar protegidos contra la justicia divina en los
días que vendrán.
Todos los que se consagren a mi Corazón, y lo honren, serán vistos por mi Hijo
Jesús con ojos de misericordia.
Jesús les derramará su amor y llevará a la gloria de su Reino a todos los que he
puesto en mi corazón”.
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“Cada primer miércoles de cada mes, mi corazón casto vierte numerosas gracias a
todos los que confían en mi intercesión.
Les daré las gracias de ser capaz de resolver los problemas más difíciles y las
necesidades urgentes.
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Que a los ojos del hombre parecen imposibles, pero que, a través de mi intercesión a
Dios, van a ser posibles.
Doy las gracias de mi corazón a todos los pecadores que se vayan a convertir”.
San José había hecho esta misma petición durante la Nuestra Señora de
América en marzo de 1958, pidiéndonos recitar los Misterios Gozosos del Rosario
en la memoria de su vida con Jesús y María, el amor que les tenía y el dolor que
sufrió con ellos.
Además pide recibir la comunión con el amor que Él recibió al Salvador y
también cada vez que Él llevó a Jesús en sus brazos.
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“Todos los que honren el muy casto corazón de San José se beneficiarán con mi
presencia materna en sus vidas de una manera especial.
“Todos los que propaguen la devoción a mi Corazón, y la practican con amor, tengan
la certeza de que sus nombres están grabados en él, al igual que la cruz de mi hijo
Jesús y la “M” de María están grabadas en él”.
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Apariciones de San José
COTIGNAC
El 7 de junio de 1660, el pastor Gaspar Ricard d´Estienne se refugió con sus animales
a la sombra de los árboles del cerro del Bessillon, en la provincia de Var, municipio
de Cotignac (Francia). Estaba sediento, pues hacía mucho calor. De pronto, un
hombre de contextura imponente surgió delante de él y señalando una roca, le dijo:
– Yo soy José. Levanta esa roca y beberás.
– No podré, es demasiado pesada.
– Sí podrás.
Entonces, el pastor se acerca y con gran sorpresa mueve la roca al primer intento. Y
una fuente de agua viva comienza a fluir en el lugar. Gaspar corre y bebe con avidez.
Cuando se levanta, el hombre había desaparecido. El pastor corre a anunciar la
novedad al pueblo, donde nadie le cree. Pero algunas personas deciden seguirlo para
ver el supuesto manantial. A su llegada, todos gritan de alegría, porque el agua corre
en abundancia desde hace tres horas y todos constatan que la roca que Gaspar movió
tan fácilmente, no se mueve, si no la empujan al menos ocho hombres juntos.
Entonces, Gaspar adquiere conciencia de la fuerza que le fue dada por el cielo y
exclama:
– El que estaba ahí era san José, él me dio fuerza.
El rey de Francia Luis XIV decretó que, a partir de ese momento, la fiesta de san José
fuera día festivo en todo el reino de Francia. Al año siguiente, el 19 de marzo de
1661, el rey consagró Francia a san José.
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KNOCK
El 21 de agosto de 1879 se aparece la Virgen María en el pueblecito irlandés de
Knock. A su derecha estaba san José y a su izquierda san Juan Evangelista. Estas
apariciones fueron aprobadas por la Iglesia y el santuario de Knock es actualmente el
santuario mariano nacional de Irlanda.
FATIMA
En las apariciones de Fátima, les decía la Virgen María a los tres pastorcitos el 13 de
setiembre de 1917: Continuad rezando el rosario para alcanzar el fin de la guerra. En
octubre vendrá también Nuestro Señor, Nuestra Señora de los Dolores y del Carmen,
y san José con el Niño Jesús para bendecir al mundo.
Y llegó la esperada fecha y última de las apariciones del 13 de octubre de 1917, que
fue el día del gran milagro del sol, visto hasta a 50 kms de distancia del lugar por más
de 100.000 personas.
Dice Lucía en sus Memorias: María, abriendo las manos, las hizo reflejarse en el sol.
Y mientras se elevaba, continuaba el reflejo de su propia luz, proyectándose en el sol.
Desaparecida Nuestra Señora en la inmensa distancia del firmamento, vimos al lado
del sol a san José con el Niño, y a Nuestra Señora, vestida de blanco con un manto
azul. San José con el Niño parecían bendecir al mundo con unos gestos que hacían
con la mano en forma de cruz. Poco después, desvanecida esta aparición, vimos al
Señor y a Nuestra Señora, que me daba la idea de ser Nuestra Señora de los Dolores.
Nuestro Señor parecía bendecir al mundo de la misma forma que san José. Se
desvaneció esta aparición y me parecía ver todavía a Nuestra Señora en forma
semejante a Nuestra Señora del Carmen.
ZEITUN
En Zeitún, un suburbio de El Cairo (Egipto), donde según la tradición estuvo la
Sagrada Familia, se apareció nuestra Madre la Virgen María desde el 2 de abril de
1968 hasta setiembre de 1970 en la cúpula exterior de una iglesia copta. Fueron
apariciones que todos podían ver. A veces, se reunían hasta 100.000 personas, y las
apariciones duraban desde un cuarto de hora hasta dos horas o más. El 8 de junio de
1968 duró desde la nueve de la noche hasta las cuatro de la mañana. No hablaba, pero
sonreía a todos.
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GHIAIE DI BONATE
El 13 de mayo de 1944 se aparece la Virgen María con el Niño Jesús y san José en
Ghiaie di Bonate, provincia de Bergamo, en Italia. Se le llama la Virgen de la familia.
Se le aparecía a la niña de siete años Adelaida Roncalli. En seis oportunidades, entre
el 13 de mayo y el 13 de julio de este año 1944, tuvo lugar el milagro del sol que fue
visto por miles de personas y que fue captado por el observatorio astronómico de
Venecia a más de 200 kms del lugar, y del que hablaron los periódicos al día
siguiente. La Virgen pedía oración y penitencia para la conversión de los pecadores.
San José y el niño Jesús no hablaron, pero sonreían dulcemente.
Es importante anotar aquí lo referente a las supuestas apariciones de María en
Itapiranga, Brasil, en 1994. Se le aparece al joven de diecisiete años Edson Glauber.
En algunas ocasiones, María se le aparecía con el niño Jesús en brazos de san José.
Le habló también de la consagración al Corazón castísimo de san José. San José se
aparecía con un corazón en el pecho y, dentro de su corazón, había una M con una
cruz, simbolizando a María y a Jesús, como si estuvieran siempre unidos los tres
corazones.
En estas apariciones de Brasil, todavía no aprobadas por la Iglesia, al igual que las de
Ghiaie di Bonate, le habló al joven de la veracidad de las apariciones de Ghiaie di
Bonate, de las que el joven ni siquiera había oído hablar ni conocía el lugar, pero su
director espiritual, un sacerdote italiano, sí sabía. El joven Edson ha visitado Ghiaie
di Bonate y tuvo allí mismo algunas apariciones de María, que pide el rezo del
rosario y mucha oración y penitencia para salvar a los pecadores.
BEAS DE SEGURA
El miércoles de ceniza 16 de febrero de 1575, iba santa Teresa de Jesús, acompañada
de dos sacerdotes, a fundar un convento a Beas de Segura (Jaén). Celebraron el
miércoles de ceniza en la parroquia de santa María de los Olmos de Torre, de Juan
Abad, provincia de Ciudad Real.
Sor Ana de Jesús, testigo presencial de las peripecias de aquel día, dice así: En Sierra
Morena perdieron los carreteros el camino, de manera que no sabían por dónde iban.
Nuestra Madre Teresa de Jesús nos mandó, a las ocho monjas que íbamos con ella,
que rezásemos a Dios y a nuestro padre san José que nos encaminasen; porque decían
los carreteros que íbamos perdidos y que no hallaban remedio de salir de unos riscos
altísimos por donde íbamos.
Y, al tiempo que la santa nos mandó lo dicho, comenzó desde una hondura muy
honda, que con harta dificultad se veía desde lo alto de aquellos riscos en que
estábamos, a dar grandes voces un hombre, que en la voz parecía anciano, diciendo:
Deteneos, deteneos, que vais perdidos y os vais a despeñar si pasáis por ahí. A estas
voces, paramos y los sacerdotes y las personas seglares que iban con nosotras
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comenzaron a escuchar y a preguntar: “Padre, ¿qué remedio tenemos para salir del
estrecho en que estamos?”.
Él les respondió que echasen hacia una parte, que vimos todos que milagrosamente
habían podido atravesar por allí los carros. Quisieron algunos ir a buscar al que nos
había avisado y mientras ellos estaban allá, díjonos la Madre con mucha devoción y
lágrimas: “No sé para qué los dejamos ir, que era mi padre san José y no lo han de
hallar”. Y así fue que volvieron diciendo que no habían podido hallar rastro de él,
aunque habían llegado a la hondura de donde sonó la voz.
MONASTERIO DE MONTSERRAT
El padre Jerónimo Gracián, confesor de santa Teresa de Jesús, cuenta el caso de un
religioso del monasterio de Nuestra Señora de Montserrat, que era muy devoto de san
José. Un día, salió a dar un paseo solitario por aquellas montañas y se alejó más de lo
normal, extraviándose, perdiendo el camino y desorientándose completamente. Sin
saber por dónde ir, se encomendó a san José.
Al poco rato, se encontró con un desconocido que conducía a una señora montada
sobre una burrita y llevando en sus brazos un pequeño niño. Después de los saludos
previos, les preguntó por dónde debía tomar el camino para llegar al monasterio, a lo
que respondió el desconocido:
– Si quiere usted seguirnos, yo se lo enseñaré, porque difícilmente usted lo
hallaría, sobre todo, viniéndose encima la noche. No tema, pues conozco bien
estos senderos.
Caminaron largo tiempo, hablando de las cosas de Dios, de modo que el corazón del
religioso se sentía inflamado de amor de los bienes eternos. Por fin, llegaron a un
lugar que el monje conocía. Entonces, los desconocidos se despidieron y el religioso,
al darse la vuelta, no los vio más, pues habían desaparecido.
Reflexionando sobre este suceso, cayó en la cuenta de que no podían ser otros que
san José con la Virgen y el niño, que habían venido a sacarlo del apuro y conducirlo
seguro al monasterio .
SANLÚCAR
San Juan de la cruz tenía mucha devoción a san José. El sello que usaba en los
documentos, representaba el Monte Carmelo coronado por una cruz y con la
inscripción: San José. Así aparece en el autógrafo que conservan las religiosas
carmelitas descalzas de Sanlúcar la Mayor de Sevilla. Pero esta devoción no la tuvo
desde siempre. Hay un hecho en su vida que hizo de él un gran devoto de san José.
Era san Juan de la cruz confesor de las carmelitas descalzas, mientras era Superior del
convento de Los Mártires de Granada. Un día, no pudo bajar a confesarlas y
encomienda el oficio al padre Pedro de la Encarnación y al padre Evangelista…
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Al entrar los dos descalzos por la Plaza Nueva, se les hace el encontradizo un
hombre. Es de buen talle, tez blanca y sonrosada y tiene el cabello cano. Aparenta
unos cincuenta años de edad. Viste traje negro y es de aspecto venerable. Se acerca a
los descalzos, los separa y colocándose en medio de ellos, les pregunta de dónde
vienen.
– De las monjas descalzas, contesta el padre Pedro.
– Muy bien hacen vuestras reverencias de atenderlas, porque en esta Religión se
agrada mucho a Nuestro Señor y la estima Su Majestad en mucho, e irá en
aumento.
– Padres, ¿por qué tienen en su Orden tanta devoción a san José?
– Porque nuestra santa Madre Teresa de Jesús le era muy devota, pues le había
ayudado mucho en sus fundaciones y le había alcanzado del Señor muchas
cosas; y, por esta causa, las casas que ha fundado las ha intitulado de San José,
dice el padre Pedro.
– Mírenme vuestras reverencias a la cara y tengan mucha devoción a este santo,
que no le pedirán cosa que no la alcancen de él.
ALEJANDRÍA
El año 1847, unas hermanas de la Congregación de san José de la Aparición,
fundadas por santa Emilia de Vialar, estaban viajando desde Francia a Birmania.
Como en aquella época no existía todavía el canal de Suez, tuvieron que desembarcar
en Alejandría e ir a Suez por el camino del desierto.
Dice una de las protagonistas, la hermana Cipriana: La ruta se hacía en pésimos
carruajes conducidos por los árabes. Nuestras seis hermanas eran todas jóvenes y sin
experiencia de los viajes; es más, llevaban veinte mil francos en sus bolsas para los
gastos de la ruta, la que no era muy segura…
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Luego de haberlas acompañado hasta el barco, el buen anciano dijo aún: “Adiós,
hijas mías, buen viaje, no teman nada, yo estoy allí”. Y desapareció.
Nuestras hermanas se miraban unas a otras en el momento en el cual el navío
comenzaba a moverse y, como los discípulos de Emaús, sus ojos se abrieron en ese
instante . Y reconocieron que el anciano había sido san José y que había desaparecido
sin dejar rastro.
AL PADRE LAMY
Dice el famoso apóstol y místico francés padre Lamy (1853-1941): Comencé a sentir
deseos de ser sacerdote el día de la primera comunión a los 11 años. Yo estudiaba,
cuando podía, pero sólo podía por la noche y tenía instrucción primaria. Yo no podía
entender cómo podría llegar a ser sacerdote. No tenía los medios y me creía incapaz.
Estaba desesperado. Y, entonces, se me apareció san José y me confirmó en mi
vocación. Me dijo: Serás sacerdote y un buen sacerdote. Desde entonces, hice todos
los esfuerzos posibles para llegar a serlo. San José me lo dijo con tono imperativo y
extendiendo su mano hacia adelante como para jurar.
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administrador, o mejor, como proveedor de las casas religiosas como él lo fue de la
Sagrada Familia… Un día, estábamos sin nada y, exactamente, durante la novena de
san José, la antevíspera de su fiesta, parecía que san José no nos quería ayudar. Pero
he aquí que se presenta a nuestra puerta un señor que pregunta:
– ¿Dónde está el Superior?
El portero va a decirme:
– Un señor quiere hablarle.
– ¿Es un acreedor?
– No lo conozco.
– ¿No es el lechero o el carnicero?
– No sé.
Eran tiempos en que detrás de un acreedor venía otro y no me dejaban descansar.
Bajé las escaleras aprisa y me encuentro a un señor modestamente vestido, con barba.
Y me dice:
– ¿Usted es el Superior? Aquí hay un dinero.
Y dejó un sobre grueso con dinero. Esto lo recuerdo como si hubiera sido esta
mañana. Yo le pregunté, si debíamos celebrar algunas misas a su intención. Él me
dijo que no, que debíamos seguir rezando. Yo no lo había visto nunca. Me miró un
momento, se inclinó y se fue deprisa. Hubiera querido detenerlo, pero no tuve el
coraje. Sin embargo, su presencia y sus palabras me dejaron encantado. Y, mientras
salía, los que habían estado presentes me dijeron que el rostro de aquel señor tenía un
no sé qué de celestial. Y, entonces, fuimos todos sobre sus pasos a ver dónde iba.
Pero aquel hombre salió por la puerta, dio unos pasos, bajando las escaleras
exteriores, y no se le vio más ni a derecha ni a izquierda ni en el patio ni en la iglesia.
Mandé a dos que fueran a buscarlo, pero no lo encontraron. Apenas había salido y ya
había desaparecido.
Vino Monseñor Novelli, le contamos lo sucedido, y dijo:
– Era san José, era verdaderamente san José.
Yo le hice observar:
– Pero era joven, demasiado joven y con barba rojiza…
Él me respondió:
– San José no debía ser viejo.
Lo cierto es que en el sobre había tanto dinero como para pagar a todos los deudores
más urgentes y más importantes. Y siempre se lo agradecimos a san José .
A CONSOLATA BETRONE
La venerable Consolata Betrone (1903-1946) escribió en su Diario: El 20 de marzo
de 1935 Franca me escribió una carta en la que me anunciaba la enfermedad de mi
padre y su angustia. La Madre Priora me repetía, a veces, que debía rezar por mi
papá. En la mañana del 17 de abril, en la comunión, yo le ofrecí mi papá a Jesús para
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que, si era su voluntad, lo llevara con Él antes de que terminara el año. Ese mismo día
moría mi padre. Yo estaba haciendo turno para confesarme y rezaba el rosario,
ignorante de su muerte. La Priora no quiso darme la noticia hasta la tarde.
¿Por qué Jesús no me había dicho nada de la muerte de mi padre? Yo le
pregunté:
– Jesús, ¿dónde está mi papá?
– Está en el purgatorio, Consolata.
– Líbralo, te lo suplico.
– Lo libraré el sábado por la mañana.
– ¿Hasta el sábado?
En la tarde del Jueves Santo, oí la voz angustiada de mi padre que me decía en
dialecto: ¡Sufro tanto! Y Jesús estaba inexorable: No, No, hasta el sábado no lo puedo
liberar.
A HERMINIO HIGUERA
El padre Herminio Higuera, párroco de La Felguera (Asturias-España), en una charla
que dio el 18 de marzo de 1982 a los Cruzados de Santa María en Valladolid, les
contó un hecho personal. Dijo así:
Estaba empeñado en la reconstrucción de la iglesia parroquial y un domingo, a las
nueve de la noche, estaba en el despacho parroquial, cuando entró un señor venerable
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de unos 65 años, con una barba de unos ocho días, barba blanca. Al verle, me dio una
corazonada desde el primer momento. Le dije:
– Siéntese.
– No, no, es un momento. Vengo a entregarle lo que usted necesita.
Yo tenía un Diario donde iba apuntando las colaboraciones de los feligreses para que
todos pudieran ver cómo habían colaborado, y tomé el libro para enseñárselo, pero
me dijo:
– No, no hace falta.
Me dejó el dinero y salió. Yo salí detrás de él para despedirlo en la puerta. Salí del
despacho, crucé el portal, luego la puerta, salí a la plaza y aquel hombre había
desaparecido. Y era una plaza con una explanada enorme sin rincones. Yo me quedé
mirando a un lado y a otro y no vi nada. Regresé al despacho y guardé el sobre en el
cajón bajo llave, sin abrirlo, y me fui a cenar. Aquella noche no pude dormir, yo creía
que había sido san José, que se me había aparecido, con una vestimenta sencilla como
la blusa de los comerciantes.
Al día siguiente, me senté al confesionario temprano, como todos los días, haciendo
oración. Después celebré la misa. Fui a desayunar, pero yo estaba intranquilo de toda
la noche y me dirijo al despacho parroquial para abrir el sobre, pensando que aquello
era un milagro de san José. Abro el sobre y era matemático, exactamente el dinero
que necesitaba. Para mí fue un milagro. Eran unos cuantos miles los que debía y ni un
céntimo más ni un céntimo menos. Exactito. Eso fue a mi juicio uno de los milagros
que san José ha hecho conmigo, aparte de que yo siempre le he tenido mucha
devoción desde que me la dio mi madre.
A UNA RELIGIOSA
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Ella se sintió tan confiada en presencia de aquella familia pobre que quiso entrar a
buscar la comida, dejando la puerta abierta. Entonces, la señora la llamó por su
nombre y le dijo que cerrara la puerta. ¿Cómo sabía ella su nombre, si nunca se
habían visto? ¿Cómo sabía que debía cerrar la puerta para obedecer a su mamá?
La niña le dijo: Si mi mamá estuviera aquí, no les cerraría la puerta. Y se volvió a
buscar algo de comida para darles. Pero la señora cerró la puerta. Al regresar, ya no
estaban. Preguntó a las vecinas y nadie supo decir dónde estaban, no los pudieron
localizar, a pesar de que no podían haber ido muy lejos sin tener medios de
transporte.
Esta niña, hoy religiosa, siempre pensó que fue la Sagrada Familia y nunca se olvida
de aquella mirada dulce y transparente de san José y de la Virgen, que le inspiraron
tanta confianza, amor y ternura hasta el día de hoy.
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Pensamiento Diario para San José en el Mes dedicado a Él
Día 1:
Padre adoptivo de Jesús. Escogido por el Eterno Padre con amor previsor y gratuito,
para ser custodio y defensor de Jesús, tú, oh San José, entras plenamente en el
proyecto de la Salvación, según las promesas hechas por Dios al pueblo hebreo.
Ayúdame, San José, a leer hoy, con amor, el Evangelio que describe la genealogía de
Jesús.
Día 2:
Custodio de Jesús. Durante la vida terrena de Jesús, tú, oh San José, no te has
preocupado de hacer cosas grandes sino de hacer bien la voluntad de Dios, también
en las cosas más sencillas y humildes, con mucho empeño y amor. Enséñame San
José la prontitud en buscar y realizar la voluntad de Dios.
Día 3:
Esposo de la Madre de Dios. Después de la perturbación inicial, oh San José, tu “sí” a
la voluntad de Dios fue claro y preciso, aceptando a María como Esposa. Entonces,
por ti, Jesús entró en la genealogía de David con pleno derecho delante de la ley y de
la sociedad. Te confiamos, oh San José, a todos los padres para que siguiendo tu
ejemplo acepten en el seno materno el don inestimable de la vida humana.
Día 4:
El hombre del silencio. Te acostumbraste al silencio, oh San José, estando con Jesús
y María. La casa de Nazaret era un templo y ¡en el templo, sobre todo, se
reza!.Enséñame, oh San José, a dominar mi locuacidad y a cultivar el espíritu de
recogimiento.
Día 5:
El hombre de fe. Más que Abraham, a ti, oh San José, te tocó creer en lo que es
humanamente impensable: la maternidad de una virgen, la encarnación del hijo de
Dios. Fortalece, oh San José, a quien se desanima y abre los corazones para confiar
en la Providencia de Dios.
Día 6:
El hombre de la esperanza. En la persona de Jesús, oh San José, tuviste la garantía del
cielo y, por lo tanto, siempre estuviste lleno de profunda paz interior. Aumenta, oh
San José, mis motivos para tener coraje, alimenta el aceite para mis lámparas.
Día 7:
El hombre del amor a Dios. Oh San José, tú diste pruebas de amor a Dios cuidando
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amorosamente a Jeús en vida escondida y en profunda sintonía con la voluntad de
Dios. Enséñame oh San José, a amar a Dios con todo mi corazón, con toda mi mente
y con todas mis fuerzas.
Día 8:
El hombre de la acogida. Oh San José, diste ejemplo de espíritu de acogida en la
afectuosa ternura con tu esposa, en los servicios prestados a la gente, buena o mala, y
estando siempre al lado de Jesús, el salvador de las almas. Oh San José, ¡Que yo
descubra aquellos gestos que me hacen imagen viva de Dios amor, los gestos de
acogida y de paz, los gestos de disponibilidad y de dedicación incondicional !.
Día 9:
El hombre del discernimiento. Con los ojos del alma, oh San José, ordenaste tu vida
de piedad, tu trabajo, tu alimento, tu reposo, tus pensamientos más profundos, tus
afectos, tus juicios, tus intenciones en el obrar. Ayúdame oh San José, a avanzar en
las virtudes por la acción del Espíritu Santo que renueva la vida de las personas y de
las comunidades.
Día 10:
El hombre de la docilidad. Santo Tomás define la docilidad como atención constante
y deferente a las enseñanzas de los sabios. Tú, oh José, fuiste siempre muy dócil a las
enseñanzas de Jesús y de María, su Madre. Aleja de nosotros oh San José, la
presunción, la tonta estima de mis opiniones, la obstinación de seguir mis ideas.
Día 11:
El hombre de la entrega. Tú oh San José, no perdías tiempo en cosas vanas e inútiles
y no obrabas con disgusto o mala gana. Ayúdame oh San José, en la oración, a no
permitir que mi alma, se quede dormida y alcánzame una habitual disposición y
fervor en mi vida.
Día 12:
El hombre de la simplicidad. Esta virtud oh San José, hacía parte de tu carácter y
cada día más se perfeccionaba por el desapego de las criaturas. Ayúdame oh San
José, a desear y gustar solamente a Dios y a despegarme de todo lo que no sirve para
mi vida espiritual.
Día 13:
El hombre de la confianza. Tu seguridad oh San José, estaba en adherir a la voluntad
de Dios como se manifestaba día tras día. Haz oh San José, que nosotros tengamos la
seguridad de quien confía en Dios y que en cualquier situación, aunque adversa,
estemos en sus manos.
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Día 14:
El hombre de la paz. Tú, oh San José, fuiste el custodio de aquel que trajo la paz al
mundo, que predicó el amor, la fraternidad y la unidad y proclamó ” felices los que
trabajan por la paz”. Oh San José, ayúdame a promover la paz en el ambiente donde
yo vivo y trabajo.
Día 15:
Ejemplo de humildad. ¡ Como te sentías pequeño a tus ojos, oh San José!, ¡Como
amabas tu pequeñez!. No hiciste milagros y mantuviste tu vida tan escondida que casi
nada sabemos de ella. Ayúdame, oh San José, a huir de las alabanzas y de la gloria
humana. Haz que encuentre gusto en vivir escondido y en relativizar mis intereses
personales.
Día 16:
Ejemplo de fortaleza. Sin duda, oh San José, tu fortaleza alcanzó un grado de
perfección muy elevado. Ella se manifestó especialmente en el soportar con serenidad
el exilio en Egipto y la dureza del trabajo de cada día. Ayúdame oh San José, a no
desfallecer frente a las tentaciones, fatigas y sufrimientos.
Día 17:
Ejemplo de obediencia. Tu obediencia, oh San José, fue admirable, especialmente
cuando tuviste que huir a Egipto, luego de una orden delante de la cual habías tenido
tantas razones para no realizar. Aleja de mí, oh San José, todas las excusas que mi
egoísmo plantea para no cumplir la voluntad de Dios.
Día 18:
Ejemplo de justicia. Viviendo alejado de las cosas del mundo, oh San José,
practicaste siempre la virtud de la justicia especialmente a través de tu trabajo de
carpintero. Y ¡qué respeto tuviste para con el Rey y la Reina del Cielo! Alcánzame,
oh San José total pureza de intenciones y de corazón y plena adhesión a Dios y a su
voluntad.
Día 19:
Ejemplo de prudencia. Tu prudencia, oh San José, se manifestó en el desapego del
mundo, en la castidad, en la pobreza, en tu espíritu de pobre y en la dedicación al
trabajo de cada día. Haz, oh San José, que yo no haga nada sin antes confirmarme:
“que sirve esto para la eternidad”.
Día 20:
Ejemplo de pobreza. Tú, oh San José, viviste la pobreza voluntaria, sufriste las
privaciones y las incomodidades de la pobreza, pero no quisiste cambiar tu condición
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por ningún tesoro de este mundo. Obtenme, oh San José, la gracia del desapegarme
de las riquezas y de desear únicamente los bienes eternos.
Día 21:
Ejemplo de gratitud. Nadie después de tu Esposa, oh San José, recibió tanto como tú,
de la bondad de Dios. En tu justicia dabas gracias a Dios continuamente. Veías solo a
Dios, pensabas sólo en Dios ; no obrabas sino por ÉL. Haz, oh San José, que yo tenga
vergüenza de mis ingratitudes y que tenga valentía de humillarme delante de Dios.
Día 22:
Ejemplo a los obreros. Como cada uno de nosotros, también tú, oh San José, probaste
la fatiga, y el cansancio del trabajo de cada día. Ayúdame, oh San José, a redescubrir
la dignidad de mi trabajo, sea cual sea, y de desarrollarlo con entusiasmo para el bien
de todos.
Día 23:
Ejemplo de la misión. Oh, San José, ¡Que gran amor tuvistes por las almas! ¡Cuántas
oraciones hiciste para su salvación! ¡Y todo eso inspirado por Cristo que habría de
morir por la salvación del mundo!. Haz, oh San José, que yo pueda con la palabra y
con la vida, ayudar al hombre de hoy a encontrar a Jesús, la Palabra que da respuesta
definitiva a todas las preguntas esenciales del hombre.
Día 24:
Custodio de la virginidad. La Voz del Espíritu Santo encontró en tí, oh San José total
acogida, porque tu vida fue llena únicamente de Dios y tu fuerza fue sólo el amor que
tuviste para Él. Haz, oh San José, que yo deje mis caminos y siga sólo a Dios que me
llama a participar de su vida, y que tenga fuerza de hacer fructificar sus dones.
Día 25:
Consuelo de los que sufren. Oh San José, toda tu vida estuvo marcada por el
sufrimiento: exilio, trabajo, pobreza. Pero tu corazón era feliz y tu alma siempre
serena. Ayúdame oh San José, a darme cuenta de que la vida eterna y no el dolor, es
la verdadera vocación del hombre. Presérvame ahora y siempre del llanto de los que
no tienen esperanza.
Día 26:
Esperanza de los enfermos. En tu vida, oh San José, no todo fue claro y fácil de
comprender. Sin embargo supiste encontrar tu misión única e irrepetible en la
historia. Te ruego, oh San José, consolar hoy a todos los que están afligidos por la
enfermedad. Llena sus días de personas amigas y desinteresadas.
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Día 27:
Patrono de los moribundos. Tú, oh San José, tuviste la suerte de morir asistido por
Jesús y tu esposa María. Tuviste siempre presente en tu vida la meta final o sea el
cielo, con la certeza de alcanzarla; siempre atento a tu interioridad y dedicado a la
contemplación. Ayúdame, oh San José, a pensar a menudo en el cielo donde todos
somos invitados al banquete eterno.
Día 28:
Amparo de las familias. Oh, San José, la Escritura afirma que a tu lado y de María,
Jesús “crecía en edad, sabiduría y gracia”. Te ruego, oh San José, que los niños
encuentren en la familia el ambiente ideal para desarrollar el amor y asumir los
verdaderos valores.
Día 29:
Modelo de vida doméstica. Oh, San José, en la Familia de Nazaret asumiste
plenamente tu responsabilidad con espíritu de colaboración y de humildad
evangélica. Haz, oh San José, que los padres sepan unir todas las potencialidades del
amor humano a las de una sana y adecuada espiritualidad.
Día 30:
Terror de los demonios. Oh, San José, fortificado por la presencia y el recuerdo de
Jesús has podido vencer siempre cualquier ataque a tu fe por parte del demonio.
Limpia, oh San José, mi corazón y mi mente de toda maldad para que sea un cristiano
lleno de vida redimido por la sangre de Cristo.
Día 31:
Patrono de la Iglesia Universal. Oh, San José, por la misión que te fue confiada a la
iglesia de Cristo haciendo que camine siempre en la verdad y el amor para ser luz del
mundo. Guía oh, San José, a la Iglesia de Cristo en el camino de la santidad para que
sea siempre más eficaz y alegre anunciadora del Evangelio.
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Oraciones y Súplicas a San José
San Bernardo dijo que “en el transcurso de los años pasados en Nazaret, Jesús
colmó el corazón de San José con ternura de amor tal como jamás ningún padre
creado la sintió ni sentirá, ‘no sólo – como dice el Padre Huguet- para que José
lo pudiese amar como Hijo, sino para que pudiese amar a todos los hombres
como a sus hijos, pues, del mismo modo que todos somos hijos de María, así lo
somos también de San José. (…) Y después de la devoción a la Santísima Virgen,
nada hay más agradable a Dios ni más provechoso para nuestra almas que la
devoción al santo Patriarca San José”.
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SÚPLICA A SAN JOSÉ
José dulcísimo y Padre amantísimo de mi corazón,
a ti te elijo como mi protector en vida y en muerte;
y consagro a tu culto este día,
en recompensa y satisfacción
de los muchos que vanamente he dado al mundo,
y a sus vanísimas vanidades.
Yo te suplico con todo mi corazón
que por tus siete dolores y goces
me alcances de tu adoptivo Hijo Jesús
y de tu verdadera esposa, María Santísima,
la gracia de emplearlos a mucha honra y gloria suya,
y en bien y provecho de mi alma.
Alcánzame vivas luces para conocer la gravedad de mis culpas,
lágrimas de contrición para llorarlas y detestarlas,
propósitos firmes para no cometerlas más,
fortaleza para resistir a las tentaciones,
perseverancia para seguir el camino de la virtud;
particularmente lo que te pido en esta oración
(hágase aquí la petición)
ACORDAOS
Acordaos, oh castísimo esposo de la Virgen María
y amable protector mío San José,
que jamás se ha oído decir
que ninguno haya invocado vuestra protección
e implorado vuestro auxilio
sin haber sido consolado.
Lleno, pues, de confianza en vuestro poder,
ya que ejercisteis con Jesús el cargo de Padre,
vengo a vuestra presencia
y me encomiendo a Vos con todo fervor.
No desechéis mis súplicas,
antes bien acogedlas propicio
y dignaos acceder a ellas piadosamente.
Amén.
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La Poderosa Novena a San José
[el santo más importante de la Iglesia]
Comienza el 10 de marzo o en cualquier momento que tengas una necesidad.
San José, el padre adoptivo de Nuestro Señor y modelo para todos los padres tiene
una especie de “cumpleaños” el 19 de marzo.
En el que celebramos la solemnidad de San José y también popularmente lo
conocemos como el Día de San José.
Es el santo más importante de la Iglesia luego de la Virgen María.
Mientras que José no dice mucho en la Biblia, es llamado con razón el patrono de la
Iglesia universal por su vida, el amor y la protección de María de Nuestro Señor.
El Papa León XIII, observa cómo José actuó como esposo y padre, que lo convierte
en un gran santo.
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Pero es tan poderosa su oración que sirve hacerla en cualquier momento de necesidad
o angustia.
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ORACIÓN DE CONFIANZA EN
MOMENTOS DE ANGUSTIA O
DIFICULTAD
Bienaventurado José, cuyo poder sabe
hacer posibles las cosas imposibles, ven en
mi ayuda en estos momentos de angustia y
dificultad. Toma bajo tu protección las
situaciones tan serias y difíciles que te
encomiendo, para que tengan una feliz
solución de acuerdo a la voluntad de Dios.
Mi bien amado Padre: toda mi confianza
la deposito en Vos, y me abandono como
un niño pequeño, dormido en brazos de
su papá.
Que no se pueda decir que en vano te he
invocado y ya que tú lo puedes todo,
delante de Jesús y de María, muéstrame
que tu bondad es tan grande como tu
poder.
Amén
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
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- Un Enorme Misterio sin Resolver: La Escalera de San José
32
Y lo más intrigante: el carpintero apareció imprevistamente y luego desapareció de la
misma forma.
Fachada de la Iglesia
EL COMIENZO DE LA HISTORIA
La historia de la Capilla de Loreto comenzó cuando el obispo Jean Baptisite
Lamy fue nombrado por la Iglesia al territorio de Nuevo México in 1850.
El Obispo Lamy, tratando de propagar la fe y llevar un sistema educativo a este
nuevo territorio, comenzó a escribir una carta de petición a los sacerdotes,
hermanos y monjas para buscar misioneros para predicar y enseñar.
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En 1852, respondiendo a la invitación del obispo, siete hermanas de la comunidad de
Loreto partieron de su casa madre en Kentucky, Estados Unidos, para fundar un
nuevo convento dedicado a educar niñas.
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En una de las paradas para pasar la noche en las planicies de Kansas, una banda de
indios a caballo rodearon el pequeño campamento.
.
Misteriosamente, se retiraron sin causar ningún daño.
.
Sin duda las hermanas habían rezado fervorosamente.
Pero esa misma noche una de las hermanas murió (¿del susto?) y fue enterrada allí
en una tumba sin marcar.
Después de varios meses de viaje, las cinco hermanas llegaron a Santa Fe e
inmediatamente se establecieron en el centro del pueblo
Santa Fe en aquel tiempo era una pequeña villa habitada principalmente por
indios y mexicanos.
La obra, al estilo de la Sainte Chapelle de París, tardó casi cinco años en construirse y
le llamaron “Nuestra Señora de la Luz”.
SE CONSTRUYE LA ESCALERA
Según la leyenda, para resolver el problema, las hermanas ofrecieron una novena a
San José.
.
El último día de la novena, un señor canoso llegó montado en un borrico a la puerta
del convento.
.
Traía un baúl con herramientas y se ofreció a construir la escalera pero con una
condición: la superiora no debía jamás revelar su nombre.
.
La madre Magdalene aceptó y mandó a sus hermanas a no hablar con el caballero.
.
Las hermanas observaron con asombro el avance de la obra.
.
Una vez terminada, cuando iban a festejar con el gentil carpintero, este desapareció
sin cobrar por su maravilloso trabajo.
.
Pronto comenzaron a circular comentarios de que San José había construido la
escalera para las hermanas.
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Dos vistas de la escalera
Y tiene treinta y tres escalones que forman dos vueltas circulares completas de 360
grados cada una, sin la ayuda del centro.
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No hay absolutamente ningún clavo.
Una de las cosas más desconcertantes sobre la escalera, sin embargo, es la perfección
de las curvas de los largueros.
La madera se corta y empalma a lo largo de los lados de los largueros con nueve
empalmes en el exterior y siete en el interior, cada uno encajado con la mayor
precisión.
Cada pieza es perfectamente curvada.
¿Cómo hizo esto en la década de 1870 un hombre con sólo las herramientas más
primitivas?
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Primer plano de la escalera
Profesionales de todo el mundo han venido a ver esta obra maestra, y no dejan
de maravillarse ante su fortaleza y belleza.
Los escalones fueron utilizados cada día por más de ochenta y cinco años.
Cuando uno se sube a cada escalón, tiene una sensación de movimiento vertical, como
si la escalera fuera un resorte en espiral de gran tamaño.
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En la secuela del Concilio Vaticano II, las vocaciones religiosas se redujeron y las
“hermanas” de Loreto vendieron la totalidad de los terrenos de la Academia,
incluyendo la capilla milagrosa, a un promotor inmobiliario comercial.
En el momento de la venta en 1971, la capilla Nuestra Señora de la Luz fue
desconsagradainformalmente como una capilla católica.
Afortunadamente, sin embargo, hubo una protesta de personas devotas de Santa Fe,
entre ellos muchos de los ex alumnos de la Academia
Para que la capilla con las escaleras milagrosa fuera preservada como un
monumento nacional.
La Capilla de Loreto es ahora un museo privado operado y mantenido, en parte,
para la preservación de la Milagrosa escalera y la propia capilla.
Y en este momento la capilla funciona como museo y se puede alquilar para bodas.
.
Pero los actuales propietarios están dispuestos a venderla a alguien que esté dispuesto
a usarla de nuevo para masis católicas.
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LAS OBJECIONES DE UN ESCÉPTICO
Pero también existe el análisis de los objetores del Comité para la Investigación
Escéptica.
El “escéptico” responsable del examen fue Joe Nickell.
Él cita una extensa bibliografía para sostener que la técnica de escaleras sin eje es
tradicional.
.
Y que estaba dominada por nuestros antepasados, aunque era frágil.
.
Sin embargo esta escalera es especialmente duradera.
41
LOS MISTERIOS CENTRALES
En resumen:
La escalera tiene dos giros de 360 grados y sin medios visibles de apoyo.
.
Fue construida sin clavos, sólo con clavijas de madera.
.
Y tiene 33 escalones hasta la altura hasta el coro, la edad de Jesús cuando fue
crucificado según la Biblia
Y tras más de un siglo desde su construcción siguen los tres misterios centrales sin
resolverse:
Hizo lo que había que hacer ¡qué enorme virtud en el día de hoy!
En eso y en otras cosas más radica la importancia de San José en la historia de la
salvación.
Y delata lo olvidado que lo tenemos los católicos.
Él nos puede ayudar a obtener muchos frutos.
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Dios eligió a José desde la eternidad para que estuviera al lado de Jesús y María en el
momento crucial de su plan.
.
Tuvo que lidiar con el milagro del nacimiento, la creación de una familia, su defensa y
manutención.
.
Y la hizo desde algo poco valorado en el siglo XXI, el silencio, el anonimato y el
cumplimiento del deber.
Pero piensa que hubiera pasado si José hubiera abandonado de primera a María
pensando que le “metió los cuernos” como diríamos hoy.
.
O si hubiera sido un adicto a las barra de amigos saliendo de juerga
permanentemente.
43
.
Mirando con lujuria a otras mujeres, preocupándose poco por su trabajo y el
mantenimiento de la familia.
.
O si hubiera sido un ‘padre ausente’ preocupado por su carrera de carpintero.
En cambio José fue un hombre derecho, que hacía lo que había que hacer.
¡Que ‘pequeña’ virtud en el día de hoy que estamos obsesionados en disfrutar de la
vida!
Es por esto mismo que nuestra mirada a San José nos puede ayudar a lograr más
frutos en nuestro proceso de conversión.
Veamos las 10 maneras en que nuestra mirada a San José nos pueda ayudar.
1 – SENCILLEZ
Esa sencillez es la modestia del alma, protegiendo la intimidad que tenemos con
Dios mediante la oración, el ayuno y la limosna.
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2 – SILENCIO
Ni una sola vez en la Biblia oímos una palabra del gran San José.
Este silencio de san José es muy elocuente.
Nos enseña una actitud fundamental para entrar en profunda oración: el silencio.
Si estamos constantemente bombardeados por los ruidos, entonces es imposible
escuchar la Palabra de Dios, al Espíritu Santo que nos habla en la suave brisa del
silencio.
También el silencio de San José nos enseña la importancia de ejemplo.
Debemos demostrar nuestra autenticidad por medio de palabras, y también por
nuestras acciones.
San José le enseñó al mundo el camino santo que vivió.
3 – ORACIÓN
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En cierto sentido, San José Jesús enseñó a usar las palabras humanas para hablar
con el Padre Celestial; esta es la oración.
Por lo tanto, si San José enseñó a Jesús a orar, ¿cuánto podría enseñarme a orar si
simplemente le pidiera su ayuda?
4 – VALOR Y VIRILIDAD
En una sociedad en la que demasiados hombres eluden sus obligaciones hacia sus
esposas, hijos y familiares.
Y a su vez se enredan en vicios y la vida fácil en caso de dificultades.
Viajó muchos kilómetros con el frío, el viento y una mujer embarazada, para cumplir
una profecía.
Encontró casa en un refugio de animales para el nacimiento de Jesús.
Se levantó urgentemente para huir a Egipto y salvar el Niño Jesús de las amenazas
asesinas del rey Herodes.
Frente a tantas dificultades, San José se mantuvo de pie y se enfrentó a los
obstáculos con coraje viril.
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¡Que los hombres de la generación actual eleven la mirada hacia el hombre apacible,
pero valiente de Dios.
5 – PROTECCIÓN
San José tanto protegió como fue providente para la Sagrada Familia.
Era un duro trabajador ejerciendo el oficio de carpintero.
Se ganó el pan con el sudor de su frente.
Él no pensó de sí mismo, sino estuvo atento a la forma que podría proveer y proteger
más a la familia que Dios había confiado a su cuidado.
6 – TRABAJO
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José nos recuerda la dignidad del trabajo, bellamente capturado en Gaudiem et
Spes :
A través del trabajo ofrecido a Dios el hombre se asocia con la obra redentora de
Jesucristo, que confiere una dignidad eminente sobre el trabajo cuando en Nazaret
Él trabajó con sus propias manos. (GS 67)
Este tiempo es un buen momento para vivir esta dignidad del trabajo imitando a San
José.
Dios nos atrae hacia sí a través de medios ordinarios, simplemente a través el
cumplimiento de nuestras tareas.
7 – DESCANSO
Mientras que José nos muestra la dignidad del trabajo, tuvo algunos de sus mejores
momentos mientras dormía.
Fue aquí que Dios le habló en varias ocasiones a través de sueños.
Se pueden distinguir dos tipos de descanso: el sueño físico y el abandono espiritual
a Dios. Ambos son críticos para la santidad.
El sueño nos renueva para otro día de trabajo y el amor. Pregúntale a la madre de
un recién nacido sobre la importancia del sueño.
El abandono aumenta nuestra esperanza en la providencia amorosa de Dios,
fortaleciendo nuestra fe en tiempos de pruebas y creando espacio para que el amor
crezca.
8 – FAMILIA
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José era un gran hombre, pero ¿dónde habría estado sin su familia, sin Jesús y
María?
Dudo que hubiera hecho muchas apariciones en el blog de carpinteros judíos aún si
hubiera vivido en el siglo XXI.
La santidad de José vino a través de Jesús y María, sirviéndoles y recibiendo de
ellos.
Del mismo modo, Dios nos atrae hacia sí a través de los que nos rodean.
.
No llegamos a ser santos como individuos aislados, sino como miembros de una
familia o una comunidad.
Con sus padres a la cabeza dando el ejemplo y la oración en familia, los niños y, de
hecho todos reunidos en torno al hogar familiar, encontrarán más fácilmente el
camino hacia la madurez humana, la salvación y la santidad. (GS 48)
Este tiempo es una buena oportunidad para examinar nuestras relaciones más
cercanas.
¿Hay una necesidad de perdonar? ¿Hay un amor que se necesita reavivar? ¿Hay
gratitud perdida?
Estos son también excelentes maneras de dar limosna.
9 – EL SÍ A JESÚS Y MARÍA
Por supuesto, la familia de José no es tu familia normal. Hay una gracia especial
acerca de Jesús y María.
Si comparamos nuestras familias a la Sagrada Familia, podríamos estar tentados
al desaliento.
Pero por la bondad de Dios, Jesús y María no son distantes, sino que son íntimamente
cercanos a nosotros: Jesús es nuestro salvador y hermano, y María es nuestra madre
tierna.
José, por su parte, nos puede ayudar a estar cerca de Jesús y de María, tal como lo
hizo.
Al final, todas nuestras prácticas de este tiempo son simplemente decir “sí” a Jesús.
.
Como María lo hizo primero en la Anunciación y como José lo hizo en el liderazgo de
la Sagrada Familia.
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10 – DEVOCIÓN A LA VIRGEN Y JESÚS
Para llegar a una verdadera y auténtica devoción a María, San José nos puede servir
como un gran puente.
Y también ruega a San José por la gracia del conocimiento íntimo de Jesús, de amar a
Jesús con más ardor y seguir a Jesús más de cerca.
Aparte de María nadie conoció mejor a Jesús en la tierra que San José.
La Sagrada Familia está completa sólo cuando son reconocidos, honrados y
amados los tres miembros.
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