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Diálogo y respeto por la diferencia

“Hay que decir, con todo, que mientras los intolerantes creen que la diferencia de los

diferentes carece de explicación, y por lo tanto sólo merece odio, los tolerantes a menudo

se preguntan, más o menos sinceramente, por las razones de esa "diferencia". "Cartas

luteranas" (1976), Pier Paolo Pasolini

La diferencia, en definición podemos decir que es una cualidad que permite que algo se

distinga de otra cosa y se puede identificar atreves de los sentidos, pero ¿desde cuándo

una diferencia entre una sociedad se vuelve un odio latente hacia sus mismos pares? La

diferencia no debe considerarse como algo malo, ya que las diferencias es lo que vuelve

único a un objeto o individuo; ¿cómo sería el mundo con solo mesas cuadradas, que la

idea de una mesa con lleve a pensar que solo puede ser cuadrada, y que ninguna pueda

destacar del resto? Lo mismo sucede con los hombres, hay diferencias, pero esto es lo

que hace que nos destaquemos en una sociedad llena de las denominadas “masas” en

donde las minorías, con esas diferencias peculiares pueden romper el molde del “hombre

masa”. Pero si no hay respeto por esa diferencia los hombres jamás podremos sentirnos

libres de no sentirnos identificados con una conducta normalizada dentro de una sociedad

¿y si no me siento identificado con el consumismo de hoy en día que, junto a la

ignorancia del pueblo hacen crecer la corrupción cada día más? ¿debería ser malo?

¿Pensar diferente me hace malo?, para responder estas preguntas deberíamos abordar el

concepto de la identidad, ya que esto es un trabajo de introspección complicado el cual se


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trata de pensarse a sí mismo y buscar una realidad interior, en donde haya rasgos que me

sienta identificados con ellos. Lo cual nos hace pensar si realmente el hombre hoy en día

tiene identidad o si quiera aspira a encontrarla, quizás hasta escuchamos “tengo tarjeta de

identidad”, pero realmente es un trozo de papel para procedimiento burocráticos, pero no

es nuestra identidad, no es nuestra realidad interna. Sabemos nuestros nombres, sabemos

nuestro tipo de sangre, cosas innatas como eso, pero la construcción de una identidad

viene desde afuera hacia dentro y una vez encontrada aferrarse a ella sin perderse en el

camino y afrontar el hecho de ser una minoría que quiere un cambio, cabe aclarar que

esta identidad depende mucho del contexto cultural de cada persona, y condiciones en las

que está creciendo por lo tanto no es la misma identidad para todos. Entonces, si no nos

sentimos identificados con una organización política, debemos cambiarla, si no me gusta

una sociedad ignorante, hagamos el cambio, no es malo pensar diferente, el problema es

pensar que lo es y aferrarse al odio primero que al entendimiento.

Si soy consciente de que tengo una identidad, la cual es mi realidad interna, mi forma de

ver el mundo, debo estar consciente de que los demás tienen su realidad , y que yo al

igual que ellos nos vemos muy diferentes, pero al mismo tenemos algo en común,

estamos en una misma sociedad, vemos el mundo de distintas maneras y que nuestra

esencia siempre quiere salir al mundo; pero ahí está el asunto , quiere salir al mundo, pero

siempre se va a encontrar con realidades internas diferentes , las cuales debemos entender

racionalmente, si la realidad del otro presenta un riesgo para la mía, no debemos irnos

hacia el rechazo y al odio de inmediato, si no buscar que nuestras realidades se balanceen


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en un proceso de dialogo el cual ambos podremos llegar a un entendimiento sea parcial o

total.

Así que de esta forma podríamos decir que el camino para el respeto hacia la diferencia,

es un dialogo el cual dos realidades internas están apreciando la forma de ver el mundo

de cada una de ellas, complementando las diferentes identidades de cada persona, y sobre

todo pensarse como un miembro de una sociedad a la cual estamos aquí para servir, y ser

conscientes que al igual uno, los demás ven el mundo de otras maneras.

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