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Lejano Oriente
Información general
Índice
1Origen
2Cargos
3Acusados y condenas
4Críticas
5Efectos posteriores
6Véase también
7Referencias
8Bibliografía
Origen[editar]
Durante el transcurso de la guerra, los líderes aliados Franklin D. Roosevelt, Winston
Churchill y Iósif Stalin, emitieron en 1942 una proclama en la cual anunciaban que
terminado el conflicto, todos aquellos jefes o líderes del militarismo de las naciones que
conformaban el Eje, serían juzgados por sus delitos. Esto fue ratificado durante las
conferencias de Teherán (1943), Yalta (1945) y Potsdam (1945).
Una vez terminada la guerra en Asia, el 15 de agosto de 1945, el ejército de los Estados
Unidos ocupó la totalidad de Japón y gran parte de las antiguas colonias asiáticas de este
país. Desde ese momento se inició la persecución y detención de los altos miembros del
Estado y Ejército nipón. En paralelo con el Juicio de Núremberg, se constituyó un Tribunal
Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente, con el fin de juzgar a los imputados
de los crímenes recogidos en el Estatuto o Carta de Londres del 8 de agosto de 1945.
El tribunal estuvo compuesto por un panel de jueces designados por los países victoriosos
de la guerra. Estos países fueron: los Estados Unidos, la URSS, Gran Bretaña, Francia,
los Países Bajos, China, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, India y las Filipinas. El
Tribunal se constituyó por primera vez el 3 de agosto de 1946 en Tokio, y fue disuelto
después de cumplir su labor el 12 de noviembre de 1948. Este proceso se aplicó sólo a la
jerarquía residente en Japón mismo, ya que se realizaron juicios ad-hoc en diferentes
lugares de Asia contra individuos particulares (miembros del Ejército y la Administración
japonesa, por lo general).
La fiscalía del Tribunal estuvo dirigida por el estadounidense Joseph Keenan, y contó
con fiscales de todos los países que nombraron jueces en el tribunal.
Cargos
Imagen de la Corte con los jueces en la parte posterior y los acusados en la zona frontal.
Sentenciado a
Hideki Tōjō Primer ministro
Muerte
Sentenciado a
Kōki Hirota Ministro de Relaciones Exteriores
Muerte
Seishirō Sentenciado a
Ministro de Guerra
Itagaki Muerte
Heitarō Sentenciado a
Comandante Fza. Exped. de Burma
Kimura Muerte
Prisión
Sadao Araki Ministro de Guerra
perpetua2
Kiichirō Prisión
Primer Ministro
Hiranuma perpetua2
Naoki Prisión
Secretario jefe del Gabinete
Hoshino perpetua2
Okinori Prisión
Ministro de finanzas
Kaya perpetua2
Takasumi Prisión
Ministro de la Marina
Oka perpetua3
Hiroshi Prisión
Embajador en la Alemania nazi
Ōshima perpetua2
Shigetarō Prisión
Ministro de la Marina
Shimada perpetua2
Toshio Prisión
Embajador en Italia
Shiratori perpetua7
Mamoru
Ministro de Relaciones Exteriores 7 años9
Shigemitsu
Críticas
Se ha criticado a este tribunal por varias razones. Las más importantes son:
Citando los debates entre Harry S. Truman, Dwight D. Eisenhower y el propio MacArthur,
Bix afirma que inmediatamente después de desembarcar en Japón, Bonnie Fellers se puso
a trabajar en la protección de Hirohito del papel que había desempeñado durante y al final
de la guerra, permitiendo a los principales sospechosos de crímenes de guerra coordinar
sus versiones, a fin de proteger al Emperador y evitar que pudiera ser juzgado.14
Dice también John Dower,
[...] Esta exitosa campaña para absolver al Emperador de cualquier responsabilidad de guerra no
conoció límites. Hirohito no solo fue presentado como inocente de cualquier acto formal que pudiera
hacerle susceptible de ser juzgado por crímenes de guerra. Fue convertido en una figura casi
angelical que ni tan solo tenía alguna responsabilidad moral por la guerra. [...] Con el apoyo
completo del cuartel general de MacArthur, la acusación funcionó, de hecho, como un abogado
defensor del Emperador.15
Efectos posteriores
El conjunto de procedimientos llevados a cabo tanto en Tokio como en Nuremberg,
significaron el establecimiento de reglas básicas de persecución de criminales de guerra y
la determinación de tales delitos.
En este sentido el Tribunal de Tokio contó con la ventaja de haberse iniciado con
posterioridad al juicio alemán, por lo que se pudo corregir parte de los errores que se
cometieron en Europa. Por ejemplo, no se buscó la persecución de las personas jurídicas
y las absoluciones fueron descartadas (pese a su posterior indulto).
El legado de estos Tribunales Internacionales (Tokio y Nuremberg) sin duda es la Corte
Penal Internacional, establecida en Roma en 1998 y que cuenta como base fundante de
sus reglas de procedimiento los Estatutos de los Tribunales de Nuremberg, Tokio, ex
Yugoslavia y Ruanda.