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La ética protestante y el espíritu del capitalismo

(Informe de lectura)

Para Max Weber, no sólo las relaciones de producción y la lucha de clases


influían en las sociedades (tesis defendidas por Karl Marx), sino que
también influyen de manera decisiva los factores psicológicos y las
creencias religiosas.

Weber, quien es considerado el padre de la sociología, analizo en un


ensayo el origen del capitalismo, y como está conectado con la religión,
más específicamente con el protestantismo. Afirmo que los empresarios
capitalistas de la actualidad son un producto de las enseñanzas del
calvinismo, del cual reciben la necesidad de convertir el trabajo en lo
primordial y organizar la vida de acuerdo a un conjunto de reglas. Es decir,
bajo lo que Weber llamo una ética protestante.

El calvinismo logro inculcar en los primeros protestantes (que pueden ser


vistos a la vez como los primeros capitalistas) la necesidad de glorificar a
dios, de organizar toda su vida tomando en cuenta sus mandamientos,
encontrando como único modo de conseguirlo la dedicación a su
profesión. El trabajo es bueno en sí, aunque no traiga consigo riqueza,
pues es visto como el éxito que Dios desea para los seres humanos. El
progreso que viene como resultado del trabajo duro es más que una
recompensa, significaba la prueba de que uno formaba parte de los
elegidos

Los datos recopilados por Weber muestran que en el siglo XVII la


economía floreció en Inglaterra, los Países Bajos y los reinos
pertenecientes al sacro Imperio Germánico. Es decir Estados donde el
protestantismo pudo penetrar.
Weber hace la observación de que mientras el católico intenta agradar a
Dios a través de las obras hacia el prójimo y por tal razón da limosnas, el
protestante se convierte en un adicto al trabajo y practica el ahorro.

Para la doctrina calvinista, el trabajo equivalía a servirle al Señor (por tal


motivo se condenaba la vagancia) y uno se hacía rico para su gloria, pero
no para llevar una vida lujosa. El creyente debe vigilarse constantemente a
si mismo, tener autodisciplina y renunciar a todo aquello que le
obstaculizara. Max Weber denomino esto “ascetismo intramundano”.

El catolicismo consideraba el enriquecimiento personal como un pecado


que venía acompañado de un sentimiento de culpa. Los puritanos no
tenían este problema cuando aumentaban su capital; muy por el contrario,
para ellos era una señal segura de que estaban dentro de la voluntad de
Dios, siempre que no violaran la ley ni derrocharan el dinero,

Las diferencias entre la visión católica y la protestante pueden verse


incluso en la educación. Los católicos escogen profesiones que no se
involucran con las actividades comerciales y se centran mas bien en la
reflexión, como la filosofía y la teología, profesiones que no se concentran
en las actividades de este mundo. Los protestantes en cambio eligen
profesiones relacionadas con los negocios.

Podemos resumir los principios de la ética protestante en tres:

Amor al trabajo

Uno trabaja para trabajar. No por haber ganado dinero suficiente para
llevar una vida cómoda podía uno dejar de trabajar. La riqueza que es
aceptada por Dios debe ser el resultado del duro trabajo y no puede ser
usada para los placeres personales.
Ahorro

Dado que los puritanos no gastaban dinero en trajes nuevos y tampoco


celebraban fiestas lujosas, fueron los primeros ricos de la historia que
realmente acumularon para invertir en colegios y universidades, pero sobre
todo, en las tecnologías que hicieron posible las revoluciones industriales
de los siglos XVIII-XIX y las multinacionales de hoy.

Rechazo de la ostentación

Weber explica que los calvinistas no presumían su riqueza gastando en


joyas u otros objetos de lujo, sino que al contrario vestían de forma
modesta, y reinvertían continuamente los beneficios obtenidos, haciendo
posible que en unos cuantos años un pequeño negocio familiar pasara a
ser una empresa exitosa.

El espíritu del capitalismo

Es un concepto que expresa lo siguiente: Las riquezas no son un medio


para que el hombre satisfaga sus deseos, sino aquello que él debe
conseguir pues esta es la meta de su vida. Por lo tanto, vivir según el
espiritu capitalista le da orden y sentido a la vida del individuo. En las
sociedades capitalistas habran vencedores (que alcanzaran el éxito y
estarán en el grupo de los elegidos), y vencidos (que demostraron no tener
lo suficiente).

El capitalismo moderno del que habla Weber es el existente en Europa y


America, que se caracteriza por regirse bajo una ética y funcionar de
manera eficiente. Weber nos aclara que el espíritu del capitalismo no debe
confundirse con avaricia. En una sociedad capitalista la estafa y la
corrupción son rechazadas y perseguidas por la justicia.
El espíritu del capitalismo se ha mantenido hasta hoy porque resulta muy
útil para manejar la mentalidad no solo de los empresarios, sino de todos
aquellos que participan en la economía (empleados, instituciones etc.).

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