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Norma exime de contar con una certificación ambiental a diversas actividades

previas a la exploración minera, siempre que se adopten medidas de protección al


ambiente

(Foto: Enrique Castro)

Por: Redacción EC

El Ministerio de Energía y Minas(MEM) aprobó, mediante el Decreto


Supremo N° 042-2017, el nuevo reglamento de protección ambientalpara las
actividades de exploración minera, que tiene como propósito dinamizar esta
actividad a partir de la ejecución de trámites más ágiles y más eficientes para
los administrados. El reglamento es aplicable a las actividades de la mediana y
gran minería.

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El dispositivo asegura el cumplimiento de la legislación ambiental sobre


prevención, minimización, mitigación, rehabilitación y remediación de los
impactos ambientales negativos derivados de las actividades de exploración
minera; así como garantiza la participación efectiva de la ciudadanía en los
procedimientos de certificación ambiental relacionados a la exploración minera.

Reconociendo la naturaleza de esta actividad económica, la norma publicada


recoge expresamente que las actividades de estudios e investigaciones previas
a la exploración minera, tales como estudios geológicos, geofísicos,
geotécnicos, geoquímicos, levantamientos topográficos, recolección de
pequeñas cantidades de muestras de rocas y minerales de superficie, no
requieren contar con una certificación ambiental antes de su inicio, siempre que
se adopten las medidas de protección que garanticen la tutela del ambiente.

Por otro lado, la norma identifica supuestos de modificación de instrumentos


ambientales que no generan impactos, para ser tramitados a través de una
comunicación previa a la autoridad competente.

Así también, establece que aquellas actividades de exploración que no generan


impactos ambientales significativos por sus criterios de ubicación y número de
plataformas podrán aplicar a una Ficha Técnica Ambiental.

Finalmente, el Reglamento dispone que los proyectos de exploración, con un


máximo de cuarenta plataformas, requerirán de una Declaración de Impacto
Ambiental (DIA), mientras que los proyectos de exploración con más de
cuarenta plataformas requerirán de un Estudio de Impacto Ambiental
Semidetallado (EIAsd).

La institución informó que la implementación de esta norma reglamentaria


coadyuvará al cumplimiento del objetivo del gobierno por incrementar el
presupuesto global de exploración minera, del 6% al 8%.
Desde el 25 de marzo del presente año se encuentra en vigencia el nuevo reglamento de
protección ambiental para las actividades de exploración minera. Este dispositivo tiene como
finalidad asegurar el cumplimiento de la legislación ambiental respecto de los impactos
ambientales negativos derivados de las actividades de exploración minera, así como de las
actividades de cierre y post cierre que correspondan. En ese sentido, contiene diversas
disposiciones referidas a las medidas técnicas aplicables a la actividad de exploración
minera, instrumentos de gestión ambiental para las actividades de exploración, cierre de
labores, así como fiscalización y sanción.

El pasado 22 de diciembre de 2017 se publicó en el Diario Oficial “El Peruano” el Decreto


Supremo N° 042-2017-EM por medio del cual se aprobó el Reglamento de Protección
Ambiental para las Actividades de Exploración Minera. Sin embargo, el artículo 2 de la
mencionada norma precisaba que la misma entrará en vigencia al día siguiente de la
publicación del Formato de la Ficha Técnica Ambiental y los Términos de Referencia para
proyectos con características comunes o similares en el marco de la Clasificación
Anticipada.
Luego, con fecha 24 de marzo de 2018, se publicó en el Diario Oficial “El Peruano” la
Resolución Ministerial N° 108-2018-MEM/DM por medio de la cual se aprueba el formato
para la Ficha Técnica Ambiental y su guía de contenido, así como los Términos de
Referencia para proyectos con características comunes o similares en el marco de la
clasificación anticipada para la evaluación y elaboración de los estudios ambientales de las
actividades de exploración minera. En ese sentido, desde el 25 de marzo del presente año
se encuentra en vigencia el nuevo reglamento de protección ambiental para las actividades
de exploración minera.
Entre las principales novedades de la presente norma se encuentran las siguientes:

i) Proyectos de exploración minera sujetos al SEIA


En el nuevo reglamento se precisan cuáles son los proyectos de exploración minera sujetos
al Sistema Nacional de Evaluación del Impacto Ambiental (SEIA). Es así que el artículo 33
hace referencia al listado de inclusión de proyectos de inversión sujetos al SEIA,
recientemente modificado por Resolución Ministerial No. 276-2017-MINAM (el mismo que
entra en vigencia con la entrada en vigencia del presente Reglamento). En ese sentido, se
requiere gestionar una certificación ambiental sujeta al SEIA, antes del inicio de la ejecución
de proyectos de exploración minera que contemplen más de veinte (20) plataformas de
perforación y/o más de diez (10) hectáreas de área disturbada, o que se encuentren
ubicados en zonas sensibles. Asimismo, se requerirá contar con certificación ambiental
sujeta al SEIA, en caso de proyectos de exploración minera que consideran túneles de
exploración o que busquen determinar la existencia de minerales radioactivos. Sin embargo,
los proyectos que no se encuentren señalados en el citado listado deberán contar antes del
inicio de sus actividades con la aprobación de la Ficha Técnica Ambiental (FTA).
ii) Ficha Técnica Ambiental

La FTA es el instrumento de gestión ambiental complementario al SEIA para los proyectos


de exploración minera que por su ubicación y/o características se prevé la generación de
impactos ambientales negativos no significativos. La FTA está sujeta a evaluación y
aprobación, en un plazo máximo de diez (10) días hábiles. Además, se señala que al
momento de presentar la solicitud se deberá acreditar la ejecución previa de un Taller
Participativo en el que, al menos, se haya involucrado la población del área de influencia
social directa del proyecto.
iii) Modificaciones a los proyectos de exploración minera
El nuevo reglamento señala que toda modificación al proyecto de exploración requiere de la
aprobación de la modificación del estudio ambiental, salvo en determinados supuestos
donde basta como una comunicación previa. Estos supuestos están regulados en el artículo
56 de la mencionada norma y son los siguientes: i) reubicación de componentes principales
o auxiliares proyectados, incluidos los caminos de acceso, localizados dentro del Área
Efectiva, siempre y cuando estas reubicaciones no infrinjan lo dispuesto en las categorías
de clasificación anticipada y no modifiquen el área de uso y actividad minera previamente
aprobada, y no se realice sobre zonas sensibles ii) las reubicaciones propuestas no deben
significar modificaciones en el programa de monitoreo ambiental, o iii) reducción del número
o dimensiones de los componentes de los proyectos de exploración minera con certificación
ambiental o Instrumento de Gestión Ambiental complementario aprobado, siempre que no
se traten de componentes relacionados al manejo ambiental de la actividad, o iv) ampliación
del plazo de ejecución del cronograma de actividades hasta por seis (06) meses de los
proyecto de exploración minera con certificación ambiental aprobada.

iv) Suspensión de actividades


A diferencia del reglamento anterior, ahora se especifica que en caso de suspensión de
actividades se debe cursar una comunicación a la DGM y al OEFA a efectos que se
suspenda el cronograma aprobado en el correspondiente estudio ambiental. Además, se
señala que la solicitud deberá contener información sobre las actividades ejecutadas del
proyecto y la implementación de las medidas de manejo durante la suspensión. Asimismo,
en el nuevo reglamento se determina doce (12) meses como plazo máximo para la
suspensión de actividades de exploración; sin embargo, es posible obtener una extensión
por un plazo mayor. Si se trata de una suspensión ininterrumpida por un plazo mayor a cinco
(05) años se deberá solicitar la aprobación de un nuevo estudio ambiental y nueva
autorización de actividades de exploración, pues se entiende que la certificación ambiental
del proyecto ha perdido vigencia.
Finalmente, les señalamos que con la entrada en vigencia del presente reglamento queda
derogado el Decreto Supremo N° 020-2008-EM.

En mayo del 2017 el Ministerio de Energía y Minas publicó un proyecto de nuevo


Reglamento de Protección Ambiental para las Actividades de Exploración Minera. Sin que
la norma se aprobara aún, el MINAM publicó la Resolución Ministerial N°276 – 2017-MINAM
que “modifica la primera actualización del listado de inclusión de los proyectos de inversión
sujetos al sistema nacional de evaluación del impacto ambiental SEIA (…) en relación a las
actividades de exploración minera”. Es decir, modificó el listado de las actividades y
proyectos que dentro de la etapa de exploración del ciclo minero deben sujetarse a la
evaluación de impacto ambiental para obtener una certificación y operar. Este cambio se
hizo con el objeto de ajustar el listado al nuevo Reglamento.

Entre los cambios planteados en el proyecto de nuevo reglamento, está la clasificación


anticipada de proyectos de exploración minera que según su Anexo 1 quedaría así:
Pero ¿por qué establecer una nueva categorización que rebaja las exigencias sobre estudios
ambientales? ¿Acaso el Ministerio de Energía y Minas y el Ministerio del Ambiente realizaron
estudios para determinar que estas actividades no tienen impactos en el medio ambiente?
¿Es la exploración una etapa en el proceso minero sin impactos ambientales?Como se
puede apreciar, la modificatoria pretende agregar a la clasificación que existía la categoría
“Proyectos de Bajo Riesgo Ambiental” que no requieren estudios ambientales y que incluye
proyectos ante considerados como parte de la Categoría I, es decir proyectos que requerían
de la presentación de Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y que implicaban la
construcción de hasta 20 plataformas de perforación, 10 hectáreas de área disturbada o
túneles de hasta 50 metros de longitud. En esta redefinición, la Categoría I incluiría
proyectos que hasta la fecha son considerados en la categoría II, aquellos que deben
presentar EIA (los que implican la construcción de más de 20 plataformas, más de 10
hectáreas de área disturbada o túneles de más de 50 metros de longitud). Con la nueva
categoría II, son menos los proyectos que deben presentar EIA.

Revisando la exposición de motivos del Proyecto de Reglamento y de la Resolución emitida,


no existe ninguna razón técnica que justifique el cambio previsto. Las razones de la
modificación de Reglamento se resumen en facilidades y reducción en los procedimientos
para los inversionistas “a fin de promover el desarrollo de proyectos de exploración minera
y que más concesiones puedan pasar de la etapa de exploración a la extracción de los
minerales”.[1]

La exposición de motivos del Proyecto de Reglamento dice que la propuesta de la nueva


clasificación pretende “evaluar de manera más eficiente la gestión ambiental en dichas
actividades, considerando su envergadura y significancia ambiental y social de impacto leve
a moderado”, sin embargo, no sustenta cómo es que llegaron a la conclusión de que los
proyectos que antes eran considerados de Categoría I y que debían presentar DIA por sus
posibles impactos ahora se los considera sin impactos ambientales relevantes, ni cómo
aquellos que eran considerados de Categoría II porque podían ocasionar impactos
significativos ahora se consideran como actividades que solo pueden producir impactos
menores.
Tampoco se entiende cómo en la exposición de motivos se puede afirmar, sin sustento
alguno, que “este proyecto de norma no generará ningún costo para la población; por el
contrario, se verá beneficiada con una norma ambiental que promueve el equilibrio entre el
desarrollo socio-económico, la conservación del ambiente y el uso sostenido de los recursos
naturales”. Nos preguntamos en qué razones técnicas se basa esta afirmación.

Un elemento importante a considerar para determinar si la decisión es adecuada o no son


las resoluciones sancionatorias emitidas por el organismo de Evaluación y Fiscalización
Ambiental (OEFA). Veamos: de las 25 resoluciones emitidas en lo que va del año 2017, 17
están referidas a actividades de exploración minera, es decir, el 68% del total.

A continuación se presenta la relación de las conductas sancionadas y el número de


proyectos que incurrieron en ellas. Vale aclarar que un proyecto de exploración pudo haber
cometido varios actos que acarrean sanción.
Fuente OEFA: https://www.oefa.gob.pe/buscador-de-resoluciones-administrativas

De los casos encontrados podemos apreciar que la exploración no es inocua como muchos
afirman y que por lo tanto si sus dimensiones son mayores también pueden ser mayores sus
impactos. Vemos impactos tales como efluentes que superan los límites máximos permitidos
en zinc, drenajes de agua de la bocamina que impactan suelos o bofedales, galerías
subterráneas sin cerrar, entre otros. El problema es que, con los cambios en la norma,
muchos de estos proyectos ya no necesitarán mayores estudios ambientales y será
imposible conocer si estos impactos son significativos, que es precisamente lo que deben
determinar los EIA y las DIA. Si nuestra débil institucionalidad ambiental ya viene
identificando estos impactos durante la exploración minera ¿qué ocurrirá cuando se
flexibilice más esta actividad?

Así las cosas, los cambios planteados por el Ministerio de Energía y Minas y por el Ministerio
de Ambiente no tienen como sustento la mejora de la gestión ambiental. Todo parece indicar
que el propósito sería expandir la minería a cualquier costo. En este contexto es importante
que el gobierno aclare cómo de un día para otro un conjunto de proyectos o actividades
dejaron de ser considerado riesgosos.

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