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6 malas prácticas de estudio que deberías evitar

¿Alguna vez te ha sucedido que preparas un examen durante el tiempo que supuestamente
es necesario como para tener claro todo el contenido, y aún así has tenido que dejar partes en
blanco al no recordar nada? Pues si así es, debes saber que esto le sucede también a otros
muchos estudiantes de todo el mundo durante la dura etapa de exámenes, y suele causar una
sensación de inseguridad e impotencia que, para algunos, puede ser difícil de superar. Sin
embargo, por lo general esto se debe a malas prácticas de estudio, que puedes corregir sin
demasiadas dificultades si te lo propones. Compartimos contigo 6 de ellas.

1. Estudiar hasta tarde la noche antes de la prueba

Muchos estudiantes suelen quedarse despiertos hasta tarde estudiando, pero esto es una
práctica peligrosa si es la noche antes de un examen. A menudo, para lograr mantenerse
despiertos, muchos toman café u otras bebidas energéticas que van acumulando sus efectos
en el cuerpo, además de la adrenalina que nos produce el estrés. Cuando esto sucede, se
corre el riesgo de dormir muy poco y de hacer el examen como si fuéramos unos zombies.
Esto puede echar por tierra todo nuestro esfuerzo previo. Cuida de tu cerebro y dale el
descanso que necesita la noche antes de la prueba.
2. No emplear tarjetas para estudiar

Las tarjetas son herramientas de estudio muy efectivas, lo mismo que las notas o las
fichas, pero tienes que aprender a usarlas de manera correcta, con el fin de aprovechar al
máximo tu tiempo. Una manera útil para usar eficientemente las tarjetas es, por ejemplo,
poner los términos o fechas clave para tu examen a un lado y las definiciones en el otro. A
partir de ahí, intenta asociar cada una de ellas con la correspondiente tantas veces como
puedas, y ya verás como quedarán grabadas en tu memoria y lo recordarás con mayor
facilidad durante tu examen. ¡Ah, y son muy útiles para hacer comparaciones!
3. Ignorar las imágenes

Un error muy común que los estudiantes realizan es pasar por alto las imágenes y los
gráficos en sus lecturas. Esas imágenes son elegidas para formar parte del libro por una
razón, y los profesores a menudo incluyen contenidos presentes en ellas en los exámenes. La
próxima vez que estudies algún capítulo de tu libro para un examen, asegúrate de observar
bien las imágenes e intentar comprender bien todo lo que ellas te dicen, siempre están
cargadas de mucha información clave.
4. Estudiar demasiado contenido a la vez

Los recuerdos se refuerzan con la repetición. No caigas en el gravísimo error de creer que te
puedes aprender todo el material que va a un examen en un solo día. Parte de esa
información la absorberás, por supuesto, pero ten la seguridad que otra parte se evaporará de
tu cerebro y no la recordarás en el examen. Cuanto más se vuelve a visitar la información,
más se absorben y retienen los conocimientos. Estudia con tiempo y con calma todos los
contenidos, y si quieres, al final, haz una sesión maratónica de toda la materia, pero nunca te
conformes solo con esto último.
5. Estudiar sin seguir una estructura

Tu profesor te ha impartido cada tema en clases siguiendo siempre algún tipo de estructura
lógica, usualmente recogida en bloques, capítulos o cualquier otro orden de los conocimientos
que debes dominar. Tómate tu tiempo para examinar la estructura en que el material que
estás estudiando se te ha presentado y síguelo siempre cuando estés estudiando… ¡sé
ordenado!
6. El estudio pasivo

Leer tu libro de texto es un primer paso, muy importante y necesario cuando vas a estudiar
cualquier materia, pero solamente leerlo no es suficiente. A esa mala práctica de estudio se le
llama “estudio pasivo”. Para estudiar con eficacia, tienes que interactuar de manera activa
con tu libro. Mientras más trabajes con la información que este te da mediante la lectura, la
escritura, el dibujo, la esquematización y buscando las respuestas precisas a preguntas que te
hagas, más recordarás luego lo que has encontrado en sus páginas.

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