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Estas respuestas son convencionales, pero son débiles porque simplemente

El tacto se hacen referencia a la autoridad del currículo, al examen o a la selectividad para


entrar en la universidad.

Una Influencia Sutil. Estas respuestas no tienen en cuenta el hecho de que, para estos
estudiantes, parte de su experiencia del aprendizaje todavía no tiene

manifiesta.
Intentar tratar al otro como a un sujeto en lugar de como un a objeto.
Un profesora habla sobre el efecto que tiene la ratio de alumnos en las clases
sentido y a veces incluso resulta frustrante. Algunos profesores
pueden tratar de justificar las reglas gramaticales o las cuestiones
matemáticas apelando a su aplicabilidad o a su relevancia para el
para poder adaptarse a la diversidad de cada niño: «Empecé en septiembre con ideal de convertirse en una persona educada.
veintidós alumnos en mi clase de sexto, ahora tengo treinta y uno y la
diferencia se nota muchísimo. Pero incluso las respuestas pragmáticas e idealistas pueden no
satisfacer a los alumnos reacios. En cierto sentido, todas estas
Mientras que antes podía controlar las payasadas de Chrissy, una de las respuestas son insensibles a la experiencia subjetiva que tienen los
alumnas con dificultades de comportamiento y aprendizaje, ahora, con la estudiantes del currículo.
cantidad de alumnos que tengo en clase, soy menos tolerante con ella.
Por el contrario, el tacto pedagógico trataría de ayudar a los
Tengo menos tendencia a considerar sus necesidades y a ver cómo puedo estudiantes a desarrollar un interés intrínseco en todos los aspectos
hacer que sea más participativa y tenga relaciones más productivas en clase. de la lengua o las matemáticas.
En lugar de eso sé que me muestro menos tolerante. Suelo ver y tratar su
comportamiento en términos de la más pura gestión de la clase. Mi Pero, en el caso de que eso no fuera posible, una respuesta con tacto
preocupación ahora se ha convertido en: ¿qué hacer para que esté tranquila? a la pregunta de « ¿por qué tenemos que estudiar todo este rollo?»
Por ejemplo, sé que ayer algo le preocupaba y supongo que tiene que ver con debería, al menos, ser receptivo a la experiencia subjetiva del propio
el problema que tiene en casa. aprendizaje del alumno. Una metáfora subyacente para la enseñanza
sugiere que, para venir a la escuela y aprender cosas nuevas, los
Pero, en lugar de in-tentar hablar con ella un momento aparte, todo lo que estudiantes tienen que cruzar barreras (por ejemplo, una calle) para
puedo hacer ahora es disciplinarla. Me hace sentirme mal porque sé que, con llegar al lado del profesor (la escuela).
un poco de comprensión, puede hacerlo mejor...».
Pero un profesor que vive de cerca la experiencia del niño puede no
Un estudiante se queja: « ¿Por qué tengo que estudiar todo este rollo? Quiero ser consciente de que el estudiante está todavía intentando
ir a ingeniería y no veo el porqué de aprender gramática. No aspiro a ser comprender las cosas «desde el otro lado de la calle». Muchos
escritor. ¡Esto sólo es una tortura!». Otro alumno también se queja: « ¿Por qué profesores esperan simplemente que los estudiantes crucen hasta
estamos haciendo estos problemas de matemáticas? No les veo absolutamente donde él se encuentra. Éstos son los profesores que se sitúan frente
ningún sentido a estos ejercicios. Incluso mi padre dice que se ha olvidado de a su clase explicando cosas; su actitud es la de que depende de los
las matemáticas de la escuela secundaria». alumnos «captar» las explicaciones. Sino las captan, ¡pues mala
Para los profesores puede resultar frustrante oír: « ¿Por qué tenemos que suerte! Sin embargo, los estudiantes pueden tener dificultades, falta
aprender esto?». Algunos de ellos contestan: «Tenemos que hacerlo porque de interés, o sencillamente pueden no saber cómo cruzar al lado del
forma parte del currículo y es obligatorio». O bien: «Tenéis que saberlo porque profesor. El profesor parece tener una cierta perspectiva, pasión,
puede salir en el examen», o «Lo necesitáis para ir a la universidad». concepción de la materia, y parece esperar que el estudiante tenga
idéntica experiencia. Pero lo que el profesor olvida es que el
aprendizaje es siempre una cuestión individual y personal. Un
educador que tenga tacto se da cuenta de que no es el niño sino el
profesor quien tiene que cruzar la calle para llegar al lado del niño.
El profesor tiene que saber «dónde está el niño», «cómo ve el niño las
cosas», cómo es que este estudiante tiene dificultad en cruzar la calle
para así entrar en los dominios del aprendizaje. El profesor tiene que
estar al lado del niño y ayudarle a localizar los lugares por donde
cruzar y encontrar los medios para que consiga llegar al otro lado, a
este otro mundo, con éxito. De hecho, en este gesto es donde yace el
significado de educare, «conducir hacia» el mundo, el mundo de la
consciencia, la responsabilidad, la madurez y la comprensión.

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