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APORTES PEDAGÓGICOS DE PENSADORES

ERASMO DE ROTTERDAM (1466-1536)


Nacido en los Países Bajos, perteneció a la orden de los agustinos, donde fue ordenado
sacerdote y recibió excepción y privilegio para dedicarse exclusivamente al estudio. Se graduó
en teología en ala Universidad de Turín en 1506 y se dedicó a la escritura y a la filología, entre
algunos de sus escritos está una edición de San Agustín y un texto crítico (comentario) del
Nuevo Testamento y una traducción que luego sería una de las inspiraciones de Martín Lutero.
El contexto de Erasmo es el de las reformas protestantes que se están produciendo en el Sacro
Imperio desde la década de los años 20 del siglo XVI. En este contexto histórico y geográfico
se produce, a nivel religioso, la condena como hereje a Lutero (1521), la Guerra de los
Caballeros (1522-1523) y la de los Campesinos (1524-1525), la reforma espiritual en
Wüttemberg, los movimientos anabaptistas, la creación de la Liga de Dessau, formada por los
príncipes católicos en 1525, o la Confesión de Augsburgo, en 1530. A pesar de todo esto y de
ser presionado para tomar partido por uno u otro lado (protestantismo y catolicismo), él decide
mantenerse en una posición neutral y abogar por su libertad intelectual y filosófica.
Contribución pedagógica
Sus aportes a la pedagogía fueron de extrema importancia, escribió acerca de la necesidad de
respetar la progresiva maduración de la personalidad infantil, especialemtne en su libro “De
pueris statim ac liberalitar instituendis”; para él, la educación literaria debe empezar
tempranamente, en formas sencillas y alegres, ya que “no se puede considerar hombre a quien
carezca de letras”, un hombre no formado por la literatura y la filosofía es inferior a las
bestias, éstas al menos siguen sus instintos. Dedica largas páginas a combatir los castigos
corporales utilizados en la época en el ámbito educativo, incluso en escuelas humanísticas
“Sea nuestro único azote la admonición liberal, en ocasiones incluso el reproche, pero que sea
dictado por la dulzura, no por la acrimonia” rezaba, Sean estímulos positivos “el sentimiento
del honor y el elogio”.
Erasmo insiste repetidamente en las materias susceptibles de ser enseñadas en la primera
infancia, sobre todo los idiomas, con métodos que hoy llamaríamos “directos”. Pero también
insiste, con igual eficacia, en la necesidad de estudiar oportunamente la índole del niño, y de
tomar en consideración desde un principio las diferencias individuales. Por eso cada maestro
debe cuidar sólo de un pequeño número de discípulos, y la didáctica debe adaptarse y
graduarse inteligentemente. No hay que preocuparse tanto de los resultados inmediatos como
de los obtenidos a plazo más largo, que son los más valiosos. Otro aporte importante que no
podemos dejar de mencionar, es la utilización del juego como método.

Bibliografía
Abbagnano N. y Visalberghi A. Historia de la Pedagogía. Fondo de Cultura Económico.
España. Novena Impresión. 1992

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