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SEMANA CINCO

MANEJO Y CONSERVACION DE SUELOS


CAPACIDAD EROSIVA DE LOS SUELOS EN GUATEMALA

Erosión en Guatemala

Introducción

La problemática de los suelos en Guatemala es muy amplia, ya que se podrían hacer estudios
enfocados en áreas muy pequeñas. Pero para fines del curso, se ha delimitado el problema en
toda la República, y se ha sistematizado el problema por departamentos.

Uno de los problemas, quizás el más palpable, es el mal aprovechamiento de la vocación de


los suelos de la República, ya que por sus características morfológicas, no son utilizables
para muchos tipos de cultivos, irónicamente, en Guatemala, los cultivos más comunes son
los mismos que los no aptos para nuestras tierras. El caso más importante es el caso del maíz,
un tipo de cultivo que debe darse en tierras planas, aluviales y con muchos nutrientes, tierras
privilegiadas que son muy escasas en la República.

El otro problema que se da y es visible en cualquier parte de la República, es la erosión, la


erosión es el lavamiento de tierras por los aluviones causados por la precipitación pluvial.
Pero la erosión no es un problema aislado, sino es causado por el problema antes mencionado,
ya que si se arrasan los bosques de una región y se instauran cultivos limpios, que no detienen
las corrientes de agua, el suelo inevitablemente se verá lavado, y con ello perderá su fertilidad
y los nutrientes que podría tener, así mismo se descubrirían rocas que harían imposible la
tarea de la agricultura.

Estos problemas serán analizados, a continuación, de acuerdo a la región del país y de


acuerdo a las características propias del terreno.

Objetivos
Generales
• Exponer la problemática de los suelos del país, en forma clara y sistematizada por regiones.
• Exponer la problemática intrínseca en el tipo de suelo y sus posibles soluciones

Específicos

• Hacer ver el problema ecológico que causa el cultivo del maíz.


• Exponer la necesidad de diversificar los cultivos de la república, instaurando cultivos
permanentes y adecuados al tipo de suelo.
Bosques en Guatemala
Guatemala es un país con vocación forestal. Esto significa que sus suelos son aptos para
bosques y que a su vez tiene una variedad de ecosistemas. Esto se da por dos características:

 La situación geográfica en la que se encuentra el país ha concentrado la migración de


animales y vegetales.
 La diferencia de altura que va desde 0 hasta 4,000 metros sobre el nivel del mar, lo cual ha
creado una amplia variedad de climas, capaces de albergar importantes procesos de
especiación.

Según algunos datos, el 51.2% del territorio guatemalteco es estrictamente forestal; es decir
que los suelos en estas áreas pierden su fertilidad al ser utilizada para la agricultura o
ganadería.
Los 33,900 km2 de bosque se dividen en:
Latifoliados
Latifoliados
Coníferas
Mixtos
Manglares
Tipos de bosque
Latifoliados
Son los bosques a los que comúnmente llamamos selvas, son los bosques característicos de
aquellas regiones que tienen baja altitud (Izabal, Petén, Quiché, Huehuetenango y el norte de
Alta Verapaz), habitados por especies de hoja ancha, como el cedro, caoba, zapote, pimienta,
etc. Estos bosques representan el 88.6% del área boscosa del país.

Coníferas
Formados por especies como el pinabete, ciprés, y varias especies de pinos (género Pinus,
Cupresus y Abies), cubren cerca del 6.9% del área boscosa del país. Una característica común
de los árboles de estos bosques, es la forma de aguja de sus hojas.

Mixtos
Constituidos esencialmente por especies de pinos mezclados con encinos, robles y alisos.
Estos bosques representan el 4% del área boscosa del país y se encuentran en las zonas de
transición entre los bosques latifoliados y las coníferas.

Manglares
Constituidos por especies de hoja ancha denominados “mangles” se hallan sobre las zonas
costeras en relación con el agua salada. Los bosques manglares ocupan alrededor de 17,400
hectáreas, lo que constituye cerca de un 0.5% del total del área boscosa del país.
Análisis de Suelos de Guatemala Seccionado por Departamentos
Guatemala
Vegetación

Antes de que se utilizasen las tierras para el cultivo del maíz, en las tierras del Declive
Pacífico dominaban las especies deciduas y en la altiplanicie central los pinos, cipreses y
robles, es decir un bosque de tipo latifoliado de mediana altura.

Agricultura
Ahora en el departamento de Guatemala, la agricultura no ha tenido tanta extensión como en
el resto del país, debido al hecho que en éste departamento, el desarrollo urbano es el mayor
en la república, no obstante, existen, en el departamento, cultivos de maíz. La técnica de su
cultivo, depende de la disponibilidad de tierra, el declive y la densidad de población. En
algunas localidades se trabaja de modo que se evite la erosión, mas en la mayor parte del
departamento se, rotan las tierras cada 2 o 3 años, quemando toda la vegetación del área y así
produciendo graves problemas de erosión.
Suelos del Departamento de Guatemala su uso y manejo
Suelos de la Altiplanicie Central
Ocupando más del 90% de la región, éstos son suelos escarpados, con pocas o escasas
planicies, lo que no propicia los cultivos limpios, aunque aún así se ha cultivado el maíz
produciendo una erosión seria.

Suelos del declive pacífico

Con una extensión menor al 10% del área del departamento, tiene una importancia económica
grande, al menos la tenía con la producción del café del departamento de Guatemala. Ésta
sección se caracteriza por pendientes escarpadas y suelos pedregosos.
Coníferas
Mixtos
Manglares
Tipos de bosque
Latifoliados
Son los bosques a los que comúnmente llamamos selvas, son los bosques característicos de
aquellas regiones que tienen baja altitud (Izabal, Petén, Quiché, Huehuetenango y el norte de
Alta Verapaz), habitados por especies de hoja ancha, como el cedro, caoba, zapote, pimienta,
etc. Estos bosques representan el 88.6% del área boscosa del país.

Coníferas
Formados por especies como el pinabete, ciprés, y varias especies de pinos (género Pinus,
Cupresus y Abies), cubren cerca del 6.9% del área boscosa del país. Una característica común
de los árboles de estos bosques, es la forma de aguja de sus hojas.

Mixtos
Constituidos esencialmente por especies de pinos mezclados con encinos, robles y alisos.
Estos bosques representan el 4% del área boscosa del país y se encuentran en las zonas de
transición entre los bosques latifoliados y las coníferas.

Manglares
Constituidos por especies de hoja ancha denominados “mangles” se hallan sobre las zonas
costeras en relación con el agua salada. Los bosques manglares ocupan alrededor de 17,400
hectáreas, lo que constituye cerca de un 0.5% del total del área boscosa del país.
Análisis de Suelos de Guatemala Seccionado por Departamentos
Guatemala
Vegetación

Antes de que se utilizasen las tierras para el cultivo del maíz, en las tierras del Declive
Pacífico dominaban las especies deciduas y en la altiplanicie central los pinos, cipreses y
robles, es decir un bosque de tipo latifoliado de mediana altura.
La erosión del suelo y la desertización

La erosión del suelo puede provocar una pérdida de suelo fértil y llegar a degradarse hasta
convertirse en un desierto. Por eso es muy importante tomar medidas de prevención y de
recuperación de los suelos erosionados.

Algunas medidas para evitar la erosión y recuperar suelos erosionados


Para evitar la erosión del suelo hay que darle un uso adecuado y realizar actuaciones que no
lo degraden. En cualquier caso, lo mejor es que siempre esté cubierto de vegetación. En
tierras agrícolas es conveniente utilizar cultivos que sean apropiados a las características del
terreno, y en el resto del terreno es bueno repoblar con especies autóctonas.

La erosión del suelo se produce cuando el viento o el agua se lavan fuera de la capa superficial
del suelo de una zona de la tierra. La vida vegetal protege la capa superficial del suelo en sus
muchas formas. Impide que las fuertes lluvias de golpes sobre su tierra y golpeando la tierra
vegetal a granel. Se impide que el suelo se seque tan rápido, así que lo protege de ser soplado
lejos por los fuertes vientos. Las raíces de las plantas mantener el suelo en el lugar, por lo
que no fuera como lavarse fácilmente. Elcontorno de la agricultura es otro método útil en la
prevención y el control de la erosión de los suelos por el agua de escorrentía. Es realizada
por la plantación a lo largo de la ladera de una colina, a raíz de los contornos naturales de la
tierra, en lugar de hacia arriba y hacia abajo o de ancho. Si usted tiene un problema con la
erosión eólica, intente plantar una protección contra el viento. Un viento puede ser una fila
de árboles. Mantenimiento de su suelo saludable es un paso muy importante para tener en la
prevención de la erosión del suelo. Un suelo rico en materia orgánica tiene una mejor
estructura y es menos susceptible de ser lavado o soplado lejos. El de mantener el suelo
saludable, añadir un montón de composta cada año y no más hasta cuando se siembra.

+ Cubrir con pajote las áreas que no se plantan para prevenir la erosión superficial.
+ Regar solamente cuando es necesario para apoyar sus plantas.
+ Cerciorarse de que su sistema de regadera no esté erosionando su suelo. Cuando el índice
de agua aplicado excede la capacidad de su suelo de absorberla, la salida ocurre y así que
hace la erosión.

CONTROL DE LA EROSIÓN EÓLICA EN SUELOS AGRÍCOLAS

1. Introducción Aunque la erosión del suelo es un fenómeno natural, que ocurre desde
que la Tierra se formó, la actividad humana lo ha acelerado, convirtiéndolo en el
principal problema agrícola y medioambiental a nivel mundial. Según la Agencia
Europea de Medioambiente (AEMA, 2003a), la erosión en Europa es un problema
grave que afecta a más de un 17% de su superficie (114 millones de hectáreas
excluyendo la Federación Rusa) y de forma muy severa a un 4%. La región
Mediterránea es la más amenazada, con áreas en las que la erosión ha conducido a un
estado irreversible de degradación y en algunos casos a una desaparición total del
suelo (AEMA, 2003b). En el caso de España, las pérdidas de suelo por erosión son
muy elevadas. Según cifras provenientes del Ministerio de Medio Ambiente (MMA,
2005), un 30% de la superficie de nuestro país se ve afectada por tasas de erosión que
son calificadas como medias (pérdidas de suelo de 10-50 T ha-1 año-1) y más de un
10% por tasas altas (>50 T ha-1 año-1). La agricultura ha sido la actividad humana
que mayor incidencia ha tenido sobre el suelo a lo largo de la historia y especialmente
durante la segunda mitad del siglo XX con la intensificación de las prácticas
agrícolas. Los avances en el manejo del suelo, como fueron el desarrollo de
maquinaria agrícola, la aparición de productos agroquímicos, la mejora genética
vegetal, etc., permitieron un espectacular desarrollo de la producción agrícola pero a
costa de un elevado coste económico y medioambiental (Martín de Santa Olalla,
2001). La deforestación, el sobrepastoreo, las prácticas agrícolas inadecuadas
(laboreo excesivo, eliminación de la cubierta de residuos vegetales,…) han
ocasionado graves pérdidas de suelo por erosión. Así, según un estudio publicado por
la prestigiosa revista Science, en los últimos 40 años casi una tercera parte del suelo
agrícola mundial se ha perdido por erosión (hídrica y eólica) y sigue perdiéndose a
una velocidad de más de 10 millones de hectáreas por año (Pimentel et al., 1995). No
hay duda alguna de que la erosión, tanto hídrica como eólica, es un grave problema
que amenaza la integridad de los suelos y la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.
Sin embargo, mientras que la erosión hídrica ha sido extensivamente estudiada y bien
documentada, la erosión eólica sólo ha adquirido importancia recientemente y, por
tanto, son escasos los datos sobre su magnitud y efectos. En este capítulo vamos a
tratar la erosión eólica en suelos agrícolas, analizando los mecanismos y efectos de
este proceso de degradación y revisando las diferentes medidas planteadas para su
prevención y control. Finalmente, evaluaremos la eficiencia de un sistema de laboreo
de conservación (laboreo reducido con chisel) para frenar las pérdidas de suelo por
erosión eólica en campos de secano en el centro de Aragón. 2 2. Extensión y
naturaleza de la erosión eólica La erosión eólica ha recibido mucha menos atención
que la erosión hídrica, entre otros motivos, por ser un problema menos extendido. Sin
embargo, aunque muy seguida por la erosión hídrica, la erosión eólica es el principal
proceso de degradación del suelo en las regiones áridas y semiáridas del planeta (513
y 478 millones de hectáreas afectadas por erosión eólica e hídrica, respectivamente)
(Oldeman y van Lynden, 1998). Aunque en Europa la erosión eólica no es un proceso
tan generalizado e intenso como en otras regiones del mundo, en determinadas áreas
puede causar graves daños. Este es el caso del sur y el este europeo debido a la
confluencia de varios factores: alta erosionabilidad de los suelos, condiciones de
escasez de lluvias y de altas temperaturas y prácticas agrícolas intensivas. En las
llanuras del norte de Europa, donde la erosión hídrica es poco relevante, la eólica
ocasiona pérdidas de suelo que pueden llegar a ser de hasta varias toneladas por
hectárea durante un único episodio de erosión (Warren, 2003). En estas zonas, el
riesgo de erosión ha aumentado en las últimas décadas debido, además de a la
intensificación de la agricultura, al aumento del tamaño de los campos y al incremento
de cultivos como el maíz y la remolacha que contribuyen a crear condiciones
favorables para la acción erosiva del viento. Los principales problemas asociados a
la erosión eólica en Europa son: pérdida de cultivos, contaminación (por polvo y
pesticidas) y amenaza a la sostenibilidad con consecuencias económicas y
medioambientales muy serias y en algunos casos irreversibles (Warren, 2003). Y, aún
así, ¿por qué se le ha prestado poca atención a este proceso de degradación?. La
erosión eólica es frecuentemente ignorada. Por ejemplo, nos podemos quejar de la
presencia de polvo en el aire sin preguntarnos sobre el origen del mismo. En general,
la percepción que tenemos de los problemas derivados de la erosión eólica es baja,
incluida la apreciación del propio agricultor. Esto es debido a que, a excepción de las
grandes tormentas de polvo, la pérdida de suelo por la acción del viento no es tan
perceptible a corto plazo como en el caso de la erosión hídrica. Mientras que el agua
siempre produce un desplazamiento de suelo hacia abajo y, por tanto, cualquier
episodio de erosión hídrica continuará con el trabajo hecho por el episodio anterior,
en el caso de la erosión eólica no es así necesariamente debido a los cambios en la
dirección del viento. Esto significa que los efectos a largo plazo causados por el viento
son generalmente más difíciles de evaluar y predecir que en el caso del agua (Govers
et al., 2004). Otro factor que ha contribuido al menor conocimiento de la naturaleza
y efectos de la erosión eólica ha sido la dificultad para poder medir y caracterizar los
procesos involucrados 3 en dicho proceso de degradación. De hecho, no fue hasta
finales de los años 1980 y principios de los 1990 cuando se produjo un importante
avance en el desarrollo de métodos y equipos que permiten cuantificar la erosión
eólica in situ, en condiciones de campo y viento natural. Estas técnicas han
progresado hasta tal punto que hoy en día es posible detectar el momento exacto en
el que comienza un episodio de erosión y cuantificar la cantidad de partículas del
suelo arrastradas y transportadas en suspensión por el viento (Foto 1). Las grandes
tormentas de polvo, como las que en los años 1930 causaron grandes pérdidas
agrícolas en las llanuras centrales de EEUU (fenómeno conocido como “Dust Bowl”),
no son un fenómeno del pasado. Cabe recordar los episodios de erosión que
ocurrieron en Kansas (EEUU) durante el invierno de 1995-1996 con pérdidas de suelo
agrícola de aproximadamente 65 T ha-1. Asimismo, en China se ha calculado que,
entre 1950 y 1995, la frecuencia media de tormentas de polvo fue de 1,73 tormentas
por año (Zhibao et al., 2000). Algunas de estas tormentas, como la que ocurrió en
1993 en el noroeste del país, ocasionaron pérdidas económicas que superaron los 50
millones de euros. Recientes fotografías de la NASA muestran que en diferentes
zonas del planeta se producen tormentas de polvo que transportan inmensas
cantidades de partículas a grandes distancias. Sin embargo, en nuestro entorno
próximo, en las zonas agrícolas del sur, este y norte de Europa, la naturaleza de los
procesos erosivos no es la misma que en las grandes tormentas de polvo. De hecho,
la erosión eólica en nuestras condiciones de suelo y clima generalmente ocurre muy
lentamente y su impacto sobre la calidad y productividad de los suelos no llega a
detectarse hasta varios años después. Además, las prácticas de la agricultura
convencional pueden enmascarar los efectos que tiene la erosión eólica sobre la
productividad a largo plazo por el laboreo intenso y profundo del suelo y por una
mayor utilización de fertilizantes y otros insumos agrícolas (den Biggelaar et al.,
2001). Es cierto que en estos últimos años se ha avanzado en el conocimiento de la
distribución de la erosión eólica en Europa, comprobándose que en determinadas
áreas las tasas de erosión por viento son tan altas como las de la erosión hídrica. Ya
se ha constatado, además, que en el caso concreto de EEUU, mientras el riesgo de
erosión hídrica va disminuyendo, el de erosión eólica aumenta con el problema
añadido de que los costes por daños y los costes de prevención son más elevados en
este último caso (30% superiores) (Pimentel et al., 1995). Todo esto nos alerta de la
necesidad de prevenir y combatir el problema y, para ello, es esencial un mayor
conocimiento de los mecanismos de producción y emisión del polvo generado por las
prácticas agrícolas, el desarrollo y mejora de equipos de muestreo, más 4
investigación en modelización y medidas de control así como el avance en temas de
legislación y política medioambiental. 3. Mecanismos y efectos de la erosión eólica
Para que la erosión eólica ocurra deben producirse necesariamente tres condiciones:
viento fuerte, superficie del suelo erosionable, es decir, susceptible a la acción del
viento, y suelo desprotegido, sin cubierta de cultivo, de rastrojo, etc. La
susceptibilidad del suelo a la erosión eólica o erosionabilidad viene determinada por:
 la textura: suelos de textura gruesa (arenosos) son más erosionables por crear
estructuras edáficas inestables (débiles uniones entre partículas y agregados) y por
secarse más rápidamente tras lluvia o riego,  el contenido en materia orgánica: factor
responsable de la agregación y  régimen de humedad: influye en la tasa de
desecación del suelo y, por tanto, en la duración de la susceptibilidad a la erosión. El
clima y las condiciones de la superficie del suelo influyen en la capacidad erosiva del
viento o erosividad. Por encima de los 50 m de altura la velocidad del viento depende
de las condiciones climáticas (temperatura y diferencias de presión atmosférica) pero
cerca de la superficie el viento es frenado por la rugosidad del suelo. La rugosidad es
función de tres factores:  el estado de agregación del suelo: los grandes agregados
protegen a los agregados erosionables (500 µm de diámetro) ruedan o se deslizan
sobre la superficie sin perder el contacto con el suelo en un proceso que se conoce
como reptación (Fig. 1). Partículas más pequeñas, entre 100 y 500 µm de diámetro,
son transportadas por saltación: saltan y rebotan sobre la superficie alcanzando una
altura máxima de 1 m. Estas partículas al caer se rompen y desintegran otras partículas
y agregados de suelo contr 5 conoce como suspensión (Fig. 1). Las partículas en
suspensión más pequeñas (< 10 mm) o nula 11 (McAneney y Arrúe, 1993). Además,
el Cierzo, viento frío y seco de dirección ONO, es habitual a lo largo de todo el año
y no son raras rachas de 30 m s-1 (Biel y García de Pedraza, 1962). En cuanto a los
suelos, éstos son principalmente alcalinos (pH >8), con un bajo contenido en materia
orgánica (30%) y una textura dominante entre franca y franco arenosa (Montañés et
al., 1991). El uso de la tierra en Aragón (47.642 km2) se distribuye de la siguiente
forma: 40% dedicada a cultivo, 8% a prados y pastizales, 27% a bosques y 25% a
otros usos, incluyendo las tierras marginales (Gobierno de Aragón, 2007). Del total
de la superficie ocupada por la agricultura de secano (1,49 millones de hectáreas),
691.000 ha corresponden a cultivos herbáceos (80% con trigo y cebada).
Aproximadamente la mitad de la superficie de secano se sitúa en el centro de Aragón
y, más concretamente, en áreas con una precipitación media anual.

Estimación de pérdida de suelo por erosión hídrica en microcuenca de presa


Madín, México

RESUMEN

La microcuenca de la presa Madín se ubica en el Estado de México y es una de las principales


fuentes de abastecimiento de agua potable a la Ciudad de México y Zona Metropolitana. Uno
de los factores que afectan el funcionamiento hidrológico de la microcuenca es la pérdida de
suelo por erosión hídrica, lo cual disminuye la calidad y cantidad del recurso agua captado
por la microcuenca y almacenado en la presa Madín. El cambio de uso de suelo, en detrimento
de la cubierta vegetal, es la principal causa de erosión hídrica en la microcuenca. Se calcula
que la tasa promedio anual de erosión actual es de 7.58 t/ha/año basándose en la Ecuación
Universal de Pérdida de Suelo (EUPS), concentrándose en la parte media y baja de la
microcuenca. Palabras clave: ecuación universal de pérdida de suelo, erosión hídrica,
México, microcuenca, presa.

INTRODUCCIÓN

La gran demanda y contaminación de agua potable para la zona metropolitana del Valle de
México (ZMVM) ha mermado la calidad y cantidad del recurso tanto en sus fuentes
superficiales como subterráneas. Actualmente, dentro de la ZMVM la presa Madín y el río
Magdalena son las únicas fuentes de aprovechamiento de agua superficial. La microcuenca
aportadora a la presa Madín muestra signos de deterioro en el agua, suelo y vegetación, los
cuales se reflejan en la presa Madín, ya que se han reportado problemas de algas y lirio
acuático, además de residuos sólidos y partículas suspendidas que llegan a través de los
arroyos provocando contaminación y azolvamiento del agua almacenada en la presa.

Para determinar la degradación de una cuenca o subárea, se evalúa la calidad del suelo, agua,
aire y cobertura vegetal. El suelo es un factor determinante y se considera un recurso básico,
es decir, de él se derivan otros, como la vegetación. Existen distintas metodologías y
parámetros que cuantifican la degradación del suelo, una de ellas es la metodología ASSOD
propuesta por Van Lynden and Oldeman (1997).

Esta metodología considera como una forma de degradación del suelo a la erosión hídrica, y
para determinar la tasa media anual de pérdida de suelo existen varios modelos. La primera
ecuación para calcular la pérdida de suelo la publicó Zingg (1940) estableciendo solamente
la importancia de la pendiente y su longitud. Posteriormente se incorporaron los factores de
manejo de cultivo, prácticas de conservación, erodabilidad del suelo. Hasta 1965 con la
ecuación desarrollada por Wischmeier and Smith (1965), se dieron una serie de propuestas
de ecuaciones que llegaron a incluir hasta nueve factores.

La Ecuación Universal de Pérdida de Suelo (EUPS), USLE por sus siglas en inglés, se diseñó
como una herramienta de trabajo para los conservacionistas (Figueroa et al. 1991) y es un
modelo empírico o indirecto. Se buscaba con esta ecuación que el cálculo de la pérdida de
suelo se estandarizara a la vez que resultara más sencillo; sin embargo existen limitaciones
en su uso ya que la ecuación se desarrolló con datos de parcelas experimentales en
condiciones de longitud y pendiente controladas, además que considera lluvias, cobertura
vegetal y tipo de suelo uniformes y todo en el contexto de Estados Unidos. También es de
señalar que la EUPS está basada en la capacidad de las gotas de lluvia para desprender
partículas de suelo y no brinda información certera acerca de la producción de sedimentos ni
su deposición dentro de la cuenca (McKay 2008).

En 1975, Figueroa desarrolló trabajos en la cuenca del río Texcoco, a modo de validación de
la EUPS en México y desde entonces esta herramienta se ha convertido en una de las
principales, en México, para determinar el proceso de pérdida de suelo. Pandoet al. (2003)
menciona que a través de métodos directos se han estimado valores de erosión para la cuenca
alta del río San Marcos en Tamaulipas de 13,5 ton/ha/año mientras que por métodos
indirectos, como la EUPS, la erosión ronda los 492 ton/ha/año. En zonas de Veracruz se han
estimado valores de erosión de hasta 568 ton/ha/año con métodos empíricos para zonas donde
la pendiente aproximada es de 25 %. Sin embargo existen otros trabajos en donde se
obtuvieron valores de erosión menores a través de métodos empíricos que por medición
directa. En general, la medición directa siempre será lo más recomendable para determinar
el comportamiento de una variable, sin embargo esto implica grandes sumas de dinero y
aumenta el tiempo de ejecución de un estudio. Para la obtención de resultados más certeros
a través de métodos empíricos es de importancia la calidad de las bases de datos que
alimentarán el modelo.

Este trabajo calcula la erosión hídrica como uno de los principales pasos para determinar la
degradación. Se basa en el método empírico de la EUPS para el cálculo de la erosión hídrica
actual y potencial, utilizando bases de datos nacionales para alimentar el modelo. Los
cálculos se efectúan en la plataforma ArcGis 10 con base en el
móduloRasterCalculatory Slope, mientras que el procesamiento de la imagen satelital para
determinar la cobertura vegetal se realiza con el módulo Basic Tools-Preprocessing-
CalibrationUtilities-LandSatCalibration de la paquetería ENVI 4.7.

UBICACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO

En México la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) delimitó 13 regiones hidrológicas-


administrativas reguladas y gestionadas por Organismos de Cuenca, 37 regiones hidrológicas
las cuales se dividen en 160 cuencas hidrográficas que se redelimitaron por el Instituto
Nacional de Estadística e Informática (INEGI) y el Instituto de Geografía obteniendo un total
de 1471 cuencas hidrográficas en México, 158 cuencas hidrológicas y 1003 subcuencas
hidrológicas (Colter 2010) por lo que al área de estudio le corresponde la unidad jerárquica
de microcuenca.
La microcuenca de la presa Madín se ubica en el Estado de México, al noroccidente del
Distrito Federal. Abarca los municipios Naucalpan de Juárez, Atizapán de Zaragoza y
Jilotzingo. La presa tiene coordenada central 19° 31' 34'' N y 99° 15' 39'' W

(figura 1).

Descripción del área de estudio

La corriente principal de la microcuenca de la presa Madín es el Río Tlalnepantla y tiene


23,87 km de longitud. La microcuenca cuenta con 99,93 km2, de los cuales 0,81
km2 corresponden al nivel de embalse máximo de la presa. Tiene un perímetro de 59,92 km,
su rango altitudinal va de los 2333 m a 3542 m SNMM. Presenta una temperatura media
anual de 10,24 °C y precipitación media anual de 1090,4 mm con base en los datos
climatológicos de 11 estaciones meteorológicas. Presenta una pendiente media de 16,067 %
y seis unidades edafológicas: andosol, cambisol, durisol, luvisol, pheozem y regosol. El
principal uso de suelo es el forestal, seguido del urbano y pequeñas áreas de suelo agrícola.

INSUMOS DEL MODELO

Se definió un polígono con coordenada extrema superior izquierda 452790x, 2162584y UTM
14N WGS84 para extraer del Continuo Digital de Elevación, generado por el Instituto
Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), los valores de altitud del área de
estudio. El raster, o modelo digital de elevación (MDE) extraído tiene un total de 2 159
columnas y 1514 filas para una resolución de 10 m por pixel. Se consultaron los shapes
vectoriales temáticos de edafología e hidrología superficial escala 1:250 000 de INEGI.

En cuanto a la determinación del clima se extrajo información de 11 estaciones


meteorológicas del extractor de información climatológica ERIC III. Para el caso de la
precipitación se elabora un raster de isoyetas medias anuales. Para determinar el cambio en
la cobertura vegetal y uso de suelo, se empleó una imagen satelital LandSat 7 ETM+ de
febrero que corresponde a la temporada de secas para el año 2008, escena 26/47.

MODELO BASADO EN LA ECUACIÓN UNIVERSAL DE PÉRDIDA DE SUELO

Se realizó la evaluación de la erosión actual y potencial con base en la Ecuación Universal


de Pérdida de Suelo (EUPS) desarrollada por Wischmeier and Smith (1965) (Figueroa et al.
1991) para estimar la pérdida de suelo promedio anual.

La EUPS es un modelo empírico, en el que la pérdida de suelo está expresada como masa
por unidad de área por unidad de tiempo y es una función del efecto combinado de seis
factores: Factor de erosividad de la lluvia (R); Factor de erosionabilidad del suelo (K); Factor
longitud de pendiente (L); Factor grado de la pendiente (S); Factor manejo del cultivo (C) y
Factor prácticas de conservación (P). EUPS ayuda a predecir las variaciones en la erosión en
función de los cambios en el uso y manejo del suelo y vegetación, a la vez que auxilia en la
selección de éstos.

La función que describe el proceso se expresa en la ecuación (1).

donde:

A = Promedio anual de pérdida de suelo por hectárea expresado en ton/ha/año

R = Factor de erosividad de la lluvia en MJ.mm/ (ha.hr)

K = Factor de erosionabilidad del suelo en ton.ha.hr/ (MJ.mm.ha)

S = Factor del grado de pendiente, es adimensional


L = Factor del grado de longitud de la pendiente, es adimensional

C = Factor del manejo de vegetación, es adimensional

P = Factor de prácticas mecánicas en el manejo de la vegetación agrícola, es adimensional

Cuando se consideran todos los factores de la EUPS, se dice que se ha calculado la erosión
hídrica actual, en cambio cuando no se incluyen los factores C y P, se ha calculado la erosión
hídrica potencial, es decir, una estimación de cuánto suelo se perdería si no hubiera ninguna
cobertura vegetal y no se realizaran prácticas de conservación. En la

figura 2 se observa la metodología general para determinar cada uno de los factores según la
EUPS.

Factor de erosividad (R)

La erosividad es la capacidad potencial que tienen las gotas de agua de lluvia para causar
erosión. Existen muchas formas de determinarla, una de ellas es a través del índice EI30 el
cual fue propuesto por Wischmeier and Smith (1965). Se define como el producto de la
energía cinética total de la lluvia (E) por la intensidad máxima en 30 minutos (I30). Se enfoca
en el desprendimiento de partículas de suelo por erosión laminar (Figueroa et al. 1991). En
México, Cortés (1991), a través del análisis de 53 estaciones meteorológicas determinó un
mapa de isoerosividad con el cual formó 14 regiones delimitadas por la erosividad de la
lluvia.
De acuerdo con dicha zonificación, la microcuenca de la presa Madín se ubica en la región
número VIII y le corresponde la ecuación (2) para el cálculo del factor R (Figueroa et al.
1991):

donde:

R =Erosividad de la lluvia [MJ.mm / (ha.hr)]

P =Precipitación media anual (mm)

El raster del factor R se calcula al considerar como variable P, de la ecuación 2, al raster de


isoyetas medias anuales.

Factor de erosionabilidad (K)


El término erosionabilidad del suelo se usa para indicar la susceptibilidad de un suelo a la
erosión (Figueroa et al. 1991). La erosionabilidad de suelos está influida por algunas de sus
propiedades, tales como distribución del tamaño de las partículas primarias, materia orgánica,
estructura del suelo, óxidos de hierro y aluminio, uniones electroquímicas, contenido inicial
de humedad y procesos de humedecimiento y secado. Se define como la tasa de pérdida de
suelo por cada unidad adicional de EI30 cuando la pendiente y su longitud, la cobertura
vegetal y las prácticas de conservación del suelo permaneces contantes y son iguales a uno.

Con base en las unidades edafológicas identificadas dentro de la microcuenca presa Madín
(INEGI) se obtienen los valores estimados para el tipo de suelo y su textura conforme datos
generados por la FAO en 1979 (Figueroa et al. 1991) y se muestran en la

tabla1.

Factor de grado de pendiente (LS)

La topografía del terreno afecta el proceso de erosión y se representa por el factor LS. La
relación entre erosión y factor LS es directamente proporcional, es decir, la erosión aumenta
conforme la longitud del terreno en el sentido de la pendiente aumenta (factor L) y la
inclinación del terreno se hace mayor (factor S).

El factor de la pendiente (S) incorpora el efecto de la topografía a la EUPS, la pérdida de


suelo aumenta al incrementarse la pendiente (θ %) del terreno, también se ve afectada por la
longitud aunque en menor grado.

A partir del MDE, se generó el raster de la pendiente (θ) del terreno, con el módulo Slope de
la paquetería ArcGis 10.

La longitud de la pendiente L (λ) se define como la proyección horizontal de la hipotenusa


de la pendiente del terreno.

Este factor se obtiene mediante la ecuación (3).

donde:

λ = Longitud de la pendiente (m)

m = Exponente adimensional

Esta es válida cuando se tienen parcelas de 22,13 m de largo con pendientes uniformes de 9
%, sin embargo, existen adecuaciones para las condiciones en campo donde estos factores
son altamente variables. Por lo anterior, se utiliza para el cálculo del factor LS la ecuación
(4) en función de las características de la microcuenca.

donde:

λ = Longitud del tramo de pendiente en metros, en este caso de 10 m (tamaño de pixel y por
lo tanto la unidad de análisis).

S = Pendiente en tanto por ciento.

m = 0,59 es un exponente que depende del grado de pendiente y se define en la ecuación (5):

β; se define en la ecuación (6):

donde:

θ = Pendiente en grados

Se genera una capa raster con valor único de 0,59 al cual se denomina «m», con iguales
especificaciones espaciales que el de la pendiente, es decir, con coordenada extrema superior
izquierda 452790x, 2162584y UTM 14N WGS84 con un total de 2159 columnas y 1514 filas
a una resolución de pixel de 10 m. A través del módulo RasterCalculator, se introduce la
ecuación (4) para determinar los valores del factor LS.

Calibración de imagen satelital

Para determinar la cobertura vegetal se analiza una imagen satelital LandSat 7 ETM+ de
febrero, correspondiente a la temporada de secas para el año 2008. Con el módulo Basic
Tools-Preprocessing-CalibrationUtilities-LandSatCalibration de de la paquetería ENVI 4.7
se realiza la corrección radiométrica con base en las ecuaciones de Chávez (Chander et al.
2009), ecuaciones (7) y (8), y las especificaciones para cada imagen y tipo de sensor (Chander
et al. 2009) como se muestra en la

tabla 2.
donde:

L λ = Radiancia Espectral [W/(m2 .ìm)]

Qcal = Valor del pixel calibrado [DN]

Qcalmin = Valor mínimo del pixel calibrado [DN]

Qcalmax = Valor máximo del pixel calibrado [DN]

Lmin λ = Radiancia mínima en el sensor escalado al Qcalmin [W/(m2.ìm)]

Lmax λ = Radiancia mínima en el sensor escalado al Qcalmax [W/(m2.ìm)]

donde:

ρλ = Reflectancia [adimensional]

π = Constante matemática ~ 3,14159 [adimensional]

Lλ = Radiancia Espectral [W/(m2.ìm)]

d = Distancia entre el Sol y la Tierra [Unidades astronómicas]

ESUN λ = Valor medio de la irradiancia solar exoatmosférica [W/(m2.ìm)]

θs = Ángulo zenital [grados]

Los valores de ESUN λ utilizados para cada tipo de sensor y banda se muestran en la

tabla 3.

En el caso de la imagen del año 2008, se cuenta con la máscara (Gap Mask) de las líneas
producidas por la desestabilización del sensor como se muestra en USGS (2009). Con dicha
máscara se genera un recorte de los píxeles faltantes de la imagen más cercana con
información, correspondiente al año 2000, los cuales son extraídos sin corrección
radiométrica para posteriormente ser corregidos con los parámetros del año 2008

figura 3).

Para el análisis de cada banda se calibra por la vía Lmin-Lmax.

Factor de cobertura vegetal (C)


El parámetro de cobertura vegetal representa la capacidad de la vegetación para impedir el
arrastre de sedimentos, es decir, que si el suelo permanece desnudo durante la época de
lluvias la capacidad de desprendimiento y arrastre del material es más alta que si tuviese
algún tipo de cobertura. Dentro de la EUPS el parámetro C representa un factor de reducción
de erosión y es adimensional.

Debido a que en el área se presenta una baja intensidad de uso agrícola, la determinación del
factor C se realiza a base de la imagen satelital LandSat 7 ETM+, corregida del año 2008.

Se analizaron las áreas basales de vegetación forestal y otros usos de suelo. Para ello se aplicó
el índice de vegetación de diferencia normalizada conocido por sus siglas en inglés
como NDVI y el cual se calcula conforme a la ecuación (9).

donde:

IRCercano = correspondiente a la B04 (0,76 a 0,90 micrones)

Rojo = correspondiente a la B03 (0,63 a 0,69 micrones)

El NDVI varía de -1 a +1 en donde la vegetación con actividad fotosintética tiende a +1


mientras que zonas como nubes o agua tienden a -1.

Con base en los recorridos de campo se realiza la clasificación supervisada de la


imagen NDVI delimitando los polígonos de extracción de firma espectral o entrenamiento y
estableciendo cuatro categorías básicas. Como suelo desnudo se considera a todo terreno sin
cobertura vegetal, lo cual incluye tanto cárcavas como zonas urbanas, ya que tienen similares
niveles de reflectancia. Obtenido el uso de suelo para el año 2008 y conforme a los valores
descritos para diferentes tipos de cobertura por Figueroa et al. (1991) el factor C se distribuye
según la

tabla 4.

Factor de prácticas mecánicas (P)

Cuando se introducen cultivos en suelos con pendiente, en ocasiones se utilizan prácticas


mecánicas que reducen el agua de escurrimiento y por consecuencia la cantidad de suelo que
se puede transportar (Figueroa et al. 1991). El factor P se define como la relación que existe
entre la pérdida de suelo con una práctica de conservación a la pérdida correspondiente en
un terreno bajo cultivo en el sentido de la pendiente, su valor es adimensional y se encuentra
entre 0 y 1.

Cuando P toma valores cercanos a cero indica que el suelo no está siendo erosionado debido
a las prácticas mecánicas de conservación; y cuando tiende al valor de 1, indica que se tiene
la erosión máxima debido a que el tipo de prácticas agrícolas que se emplean en el área
estudiada no mitiga los efectos de la agricultura en pendiente. Este último sería el caso de la
microcuenca de la presa Madín.

En la figura 4

se muestran las capas raster obtenidas de cada uno de los factores de la EUPS.

EROSIÓN HÍDRICA POTENCIAL

Para calcular la erosión hídrica potencial y la actual se efectúa el álgebra de mapas con el
módulo RasterCalculatorde la paquetería ArcGis 10 introduciendo las capas raster de todos
los factores conforme a la EUPS (ecuación 1).

Con base en la EUPS, se calcula la erosión hídrica potencial de la microcuenca de la presa


Madín, considerando los factores R, K, L y S. Con los valores obtenidos se realiza la
clasificación mostrada (FAO 1979) en la tabla 5 y su distribución en la figura 5. La tasa de
erosión potencial media anual presente en la microcuenca es de 166,6 ton/ha/año, lo cual se
presenta en el límite del rango de erosión fuerte.

EROSIÓN HÍDRICA ACTUAL

A diferencia de la erosión potencial, la actual evalúa el efecto de la cobertura vegetal y de las


prácticas mecánicas, en caso de existir (factores C y P). La clasificación de rangos es la
propuesta por la FAO (1979) y se muestra en la figura 6 y tabla 6.

Como se puede ver, el efecto del factor C es considerable, ya que prácticamente desaparece
la erosión en su condición de severa, y su tasa promedio anual es de 7,58 ton/ha/año ubicado
en erosión hídrica incipiente.
CONCLUSIONES

La erosión actual de la microcuenca se considera incipiente y es de 7,58 ton/ha/año pudiendo


incrementarse hasta 166,6 ton/ha/año, si se perdiera completamente la cobertura vegetal en
la microcuenca.

La distribución de la erosión potencial (figura 5) está determinada por el factor LS y R ya que


las zonas consideradas con erosión severa son las que presentan los valores más altos para
ambos factores; sin embargo, la distribución de las zonas de erosión fuerte y severa actual
están determinadas por el factor C en consecuencia de la deforestación. Con base en el grado
de erosión y distribución es posible implementar prácticas de conservación que disminuyan
los efectos de la erosión en el proceso de degradación de la microcuenca.

Para determinar la degradación de la microcuenca de la presa Madín, son necesarios los


análisis de calidad del agua, nivel de azolvamiento de la presa, análisis de degradación
química del suelo y estudios socio-económicos para trazar estrategias integrales para la
recuperación de la microcuenca.

REFERENCIAS

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coefficients for Landsat MSS, TM, ETM+ and EO-1 ALI sensors». Remote Sensing of
Environment, 2009, USA, vol. 2009, No. 113, pp. 893903.

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Pluralia Ediciones e Impresiones S.A. de C.V, pp. 22, México, 2010.

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1991.

Figueroa S. B., Amante A., Cortés H. G., Pimentel J., Osuna E.S., Rodríguez J. M., Morales
J. F. «Manual de predicción de pérdidas de suelo por erosión». Secretaría de Agricultura y
de Recursos Hidráulicos. Colegio de Postgraduados (CREZAS). México, 1991.

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island of Antyhythera, Greece». Tren University, pp 186, Canada, 2008.

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Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Roma,1979.

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métodos en la estimación de erosión hídrica». Investigaciones Geográficas, Boletín del
Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 2003, vol.
2003, No. 51, pp 23-36.

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Van Lynden G.W.J. and Oldeman L.R. «The assessment of the status of human-induced soil
degradation in south and south-east Asia (ASSOD)». United Nations Environment
Programme (UNEP), Food and Agricultural Organization of the United Nations (FAO)».
International Soil Reference and Information Centre (ISRIC), Wageningen, 1997.

Wischmeier, W. H. and Smith D.D. «Predicting rainfall erosion losses. A guide to


conservation planning». U.S. Department of Agriculture Handbook, No. 537, 1965.

Zingg A.W. «Degree and length of land slope as it affect soil loss in runoff». Agricultural
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