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EL CONTRATO DE OBRA

Herve Michell Aquino Espinoza

I. Definición
Definimos el “Contrato de Obra” como aquel contrato por medio del
cual una de las partes, llamada “Contratista”, se obliga a la ejecución
de una obra determinada, material o intelectual, a favor de la otra
parte, llamada “Comitente”; éste por su lado, se obliga a pagarle una
retribución por la prestación efectuada a su requerimiento. La
elaboración de toda obra supone siempre la puesta en escena de las
habilidades y conocimientos de quien la hace; desde la edificación de
una vivienda, pasando por la entrega de una pintura, la decoración de
un ambiente, y hasta la confección de traje, la obra será siempre “el
resultado” de lo que el Contratista puede hacer en atención a sus
habilidades y conocimientos. Ejemplificando, una edificación es una
muestra clara de una obra material; un óleo lo es de una obra artística
(aunque en este caso, adicionalmente, se entrelaza una relación de
paternidad intelectual, o sea un derecho de autor). De lo señalado,
adviertase que lo distintivo de este contrato es el compromiso por
parte del Contratista, obligado a efectuar la prestación, del “resultado”
de su actividad, el producto final de su labor.[1]
La definición legal del “contrato de obra” se encuentra en el artículo
1771º del Código Civil, y recoge en esencia lo antes referido, al
establecer que por “el contrato de obra el Contratista se obliga a
hacer una obra determinada y el Comitente a pagarle una retribución”.
El Contrato de Obra tiene entre sus principales características
jurídicas, la de ser un contrato “Autónomo”, puesto que no requiere de
otro previo para su existencia; asimismo, es un contrato
“Conmutativo”, puesto que las consecuencias del mismo se pueden
prever desde el momento de la suscripción respectiva; también se
señala que es “Oneroso”, puesto que no cabe que sea título gratuito,
de ser así, sería pasible de calificar como una donación; es
“Consensual”, ya que sólo el acuerdo de voluntades genera el
contrato, también es característica de este Contrato ser típico, [2] y,
por último, se afirma que es eminentemente “Bilateral o
Sinalagmático”, por que ambas partes, Contratista y Comitente,
quedan obligados a efectuar prestaciones recíprocas. [3]

El Código Civil (desde ahora CC) no establece formalidad alguna para


la celebración de este contrato, por lo que, conforme al art. 143º del
CC [4] los contratantes pueden usar la forma que juzguen
conveniente, puediendo incluso hacerlo en forma verbal solamente;
empero lo diligente es hacerlo por escrito, ello más aún, cuando se
trata de obras de cierta envergadura o de inmuebles, donde
preferentemente debe hacerse por escrito o escritura pública.
II. El Objeto del Contrato de Obra
Partiendo de la idea de que el “objeto del contrato” es la operación
jurídica destinada a la creación, modificación, transimisión o extinción
de relaciones juirídicas obligacionales, [5] en el contrato materia de
comentario, el objeto del mismo es sin lugar a dudas la “efectivización
de la obra a cambio de un pago”. El Comitente encarga la
construcción o elaboración de la obra a fin de obtener un beneficio de
contenido económico con el mismo; el Contratista por su lado, efectua
la obra sabiendo que la misma será objeto de pago; siendo ello así, la
creación y regulación de esta relación sinalagmatica de evidente
contenido económico es el objeto del contato de obra; sobre la cual
hablamos en líneas siguientes con más detalle.
III. Las Partes del Contrato de Obra
III.1. El Contratista
Es la parte de la relación contractual que realiza o ejecuta la obra, la
misma que de ordinario la ejecuta conforme a lo convenio en el
contrato respectivo o, en todo caso, conforme al proyecto que para tal
efecto se elaboró; sin embargo, para el cumplimiento de esa
obligación, el Contratista no sólo debe proceder conforme a lo
convenido previamente en el contrato o el proyecto; sino, también
conforme a las “reglas de su profesión y sus usos”. [6] Dada la
naturaleza de la obligación asumida, que es, como se dijo, el
resultado de la labor del Contratista (profesional, artesanal o técnica),
en la ejecución de la obra éste está en la obligación de actuar
conforme a las reglas propias de la construcción si se trata de una
edificación, de carpintería si es un mueble, etc. Atendiendo a ello, en
el contrato de obra las partes suelen pactar determinadas
“características técnicas”, las mismas que no son otra cosa que
especificaciones de orden técnico que se establecen para delimitar la
labor a realizarse, y, con las cuales se pretende garantizar una
determinada calidad en el resultado.

Debe precisarse también que, como consecuencia de la característica


señalada, el trabajo que despliega el Contratista es “autónomo”, esto
es, ausente de forma alguna de subordinación, sea del Comitente o
tercero que quiera indicarle la forma, modo o condiciones que debe
efectuar su trabajo. [7] De igual modo, como consecuencia de esto
último, el Contratista está obligado a mostrar la diligencia debida en la
ejecución de la obra; de no ser así, el error o impericia que pueda
presentarse le será atribuible. Lo referido se muestra coherente y
lógico con la naturaleza propia de la obligación asumida en el contrato
por cuanto el Contratista (tratándose de empresas) al obligarse lo
hace poniendo a disposición su organización, experiencia técnica y
capacidad para equipar la obra con personal experto, empleados,
obreros y el equipo necesario para lograr el éxito de la misma

III.2. Ejecución de la Obra y Obligaciones del Contratista


Conforme a nuestro ordenamiento jurídico y lo señalado por doctrina
autorizada –resumiendo- diremos que el Contratista debe observar las
siguientes obligaciones:
1) Hacer la Obra de la Forma Convenida.- Conforme al artículo
1774º del CC, el Contratista, como se dijo, está obligado a efectuar o
hacer la obra en la forma convenida en el contrato o proyecto; sin
embargo, la previa determinación de la misma, no es obstáculo para
su variación posterior; al respecto debe tenerse en cuenta que,
siempre que exista aprobación escrita del Comitente, es factible
introducir variación o variaciones a la obra; a este respecto el CC ha
establecido que el obligado a hacer la obra tiene derecho a recibir una
compensación por las variaciones convenidas con el Comitente, ello,
siempre que las mismas signifiquen un mayor trabajo o, en todo caso,
un aumento en el costo de la obra; de ocurrir lo contrario, el
Comitente, por su parte, tiene el derecho de solicitar un ajuste
compensatorio cuando las variaciones introducidas signifiquen menor
trabajo o una disminución en el costo de la obra.
Estando a lo antes dicho, se colige entonces que lo que si no es
permitido es una variación unilateral por parte del Contratista.

2) Hacer la Obra en el Plazo establecido.- El CC ha establecido


como regla general respecto al plazo, que lo previamente pactado por
las partes es el plazo en el que se tiene que cumplir la culminación de
la obra, empero, hace la salvedad, que por defecto, el plazo pueda
fijarse en atención a lo que se acostumbra. Al respecto, si como
dijimos con anterioridad, el trabajo que despliega el Contratista es
“autónomo”, quien debe proponer el plazo para la ejecución de la
obra, le corresponde a éste, el mismo que desde luego, debe
proponerlo teniéndose en cuenta lo que al respecto se acostumbra o
se considera como pertinente y adecuado para la real y efectiva
culminación de la obra; lo que no puede hacerse es una propuesta
arbitraria en ese sentido. Estando a ello es usual entonces, que las
partes establezcan a priori un plazo límite a la ejecución de la obra;
sin embargo, a pesar de esa estipulación es susceptible que el mismo
sea pasible de alteración por las propias partes, lo que no resulta raro
en este tipo de contrato, y ello, debido a la presencia de determinadas
circunstancias (ejemplo las condiciones atmosféricas, carencia en el
mercado de determinada materia, etc.) que exigen que la entrega de
la obra se difiera; de igual modo, puede variarse el plazo primigenio
por un acuerdo simple efectuado en ese sentido por las partes
contratantes. Se afirma que esta alteración del plazo no representa en
lo absoluto una demora en el cumplimiento de la prestación. [8]

Por otro lado, conviene señalar que en doctrina, toda modificación o


ampliación del proyecto inicial de la obra es considerado como una
derogación tácita del término fijado inicialmente, aunque no se
disponga expresamente; al respecto, si bien, el CC no se ha
pronunciado en una forma determinada, creemos que la interpretación
del contrato debe hacerse en ese sentido. [9]

Debe considerarse también, que el tiempo para producir el resultado


ofrecido no es un elemento decisivo a los efectos de la medida de la
retribución. [10]

Finalmente, aunque el CC no lo ha contemplado, si el Contratista no


procede a la ejecución de la obra según las cláusulas del contrato, el
Comitente puede fijar un término adecuado dentro del cual el
Contratista debe ajustarse a lo acordado, transcurrido inútilmente ese
término, el Comitente puede separarse del contrato, ejerciendo su
derecha la indemnización del daño. [11]

3) Comunicar la exitencia de defectos.- Condicionado a dos


requisitos concomitantes, esto es: a) Que se hayan descubierto antes
o en el curso de la obra, y, b) Que tales defectos comprometan la
ejecución regular de la obra, también se ha llegado a establecer en el
CC como obligación del Contratista, el deber de dar aviso al
Comitente de los defectos del suelo o de la mala calidad de los
materiales proporcionados. Esta obligación resulta natural y
entendible dada la posición que tiene el Contratista en la relación
contractual; quien más que él para tener conocimiento inmediato y
directo de los defectos que se mencionaron (u otras pasibles de
presentarse aunque el código no los haya contemplado); por ello, en
el supuesto de que no comunique de los mismos, ese dejar de hacer
equivaldría a una negligencia, por la cual tiene que responder a título
de culpa.

4) Pagar los materiales inutilizables.- La cuarta obligación del


Contratista, establecido también en el artículo anteriormente citado, es
pagar los materiales recibidos, que (nuevamente) por su negligencia o
impericia quedaron en imposibilidad de ser utilizados para la
realización de la obra. Sin duda, ésta obligación como la anterior son
consecuencias directas de lo que anteriormente habíamos advertido,
esto es, la libre autonomía que el Contratista tiene en la ejecución de
la obra, y, a su vez, la exigencia de un adecuado deber de cuidado, de
diligencia en el cumplimiento de la prestación. Por el contrario, falta de
culpa sería cuando el Contratista no ha incurrió en acto u omisión que
le sea imputable, ejemplo, un supuesto de Fuerza Mayor,
acontecimiento fuera de su control que inutiliza los materiales
destinados a la obra

III.3. El Comitente
El Comitente es la otra parte de la relación contractual del contrato, es
la parte obligada principalmente al “pago” por la prestación hecha a su
requerimiento. El pago en su mayoría de veces es una determinada
cantidad de dinero; sin embargo, el mismo puede expresarse de otra
forma, si se ha establecido en ese sentido y el Contratista lo acepta.
Ahora bien, debe tenerse presente de un detalle de importancia a
efectos de definir la titularidad de la obra, al respecto, afirmamos que
el Comitente deviene en propietario del resultado final de la obra una
vez que este culminada y la haya recibido; para ejercer la titularidad
sobre dicho bien, no requiere de un documento o contrato posterior o
adicional para perfeccionar su derecho real, como lo reconoce
también el profesor nacional Guillermo Lohmann en libro el Negocio
Jurídico. [12]
El Contratista a parte de la obligación antes citada también tiene otras
obligaciones como enseguida explicamos.

III.4. Las Otras Obligaciones del Comitente


1. Proporcionar los Materiales.- El artículo 1773º del CC,
concordante con la naturaleza propia del contrato de obra, establece
como regla general, que el Comitente es quien está obligado a
proporcionar los materiales necesarios para la ejecución de la obra;
sin embargo, permite que por cuestión de costumbre o pacto distinto
los materiales los ofrezca el Contratista. Al respecto, como lo advierte
Luis Diez Picazo, cuando la materia con la que se ejecuta la obra lo
aporta el propio Contratista, nace la debatida cuestión de determinar
si estamos en presencia de un contrato de obra puro y simple o, ante
otro contrato distinto, entiéndase, venta de cosa futura; para definir la
naturaleza de lo celebrado –señala el maestro español- se tiene que
estar a la voluntad de las partes y a la naturaleza del objeto, esto es,
si es una cosa fungible o no; los ejemplos que nos ofrece para
identificar la controversia son: cuando se compra un coche que el
vendedor fabrica en serie pero en aquel momento no tiene existencia
y ha de construirlo, entiende que es un Contrato de Compraventa; en
cambio –señala- si se encarga la elaboración o construcción de una
cosa específica no fungible, como un traje con la tela elegida, es
Contrato de Obra; la diferencia está dada en atención a lo siguiente: si
la prestación “de hacer” para conseguir un resultado es más relevante
que la prestación “de dar” especifica de la compraventa, dándose
especial importancia al proceso productivo, al trabajo a realizarse es
Contrato de Obra, lo contrario sería un Contrato de Compraventa. [13]

2. Obtener los permisos y habilitar al Contratista.- Aunque el CC


no lo ha presvisto en froma expresa, en doctrina también se señala
que es obligación del Comitente el obtener las autorizaciones
admnistrativas oportunas para la realización de la obra,
entendiéndose por éstas las licencias, permisos, habilitaciones entre
otros, incluso se señala que es obligación de éste el mentener al
Contratista, de ser el caso, en pacífica posesión de los terrenos donde
se realizará la edificación requerida, estableciendose adicionalmente
que, debe indemnizarlo de los daños que sufriera por la oposicion de
terceros.1[14] Estas obligaciones, a nuestro entender, son
concordantes con la naturaleza propia de la prestación que efectúa el
obligado a ejecutar la obra, y, de no estar pactado expresamente en
un sentido determinado, debe considerarse como una presuncion que
puede operar a favor del Contratista.
Deviene en obligatorio señalar, por otro lado, que el Comitente goza
de una facultad exclusiva a su persona, estos es, la posibilidad sin
mediar causa al respecto, de separarse del contrato aún cuando se
haya iniciado la ejecucion de la obra; de ocurrir ello, se ha establecido
que debe mantener indemne al Contratista por los gastos incurridos,
por el trabajo realizado y por la falta de ganancia. [15] El artículo
1786º del CC contempla este supuesto en forma expresa.

IV. El Sub Contratista


Es la persona física o jurídica que asume contractualmente ante el
Contratista, el compromiso de realizar determinadas partes de la obra.
Ahora bien, para que una empresa o persona adquiera la condición de
Sub Contratista, debe necesariamente ser contratada por el
Contratista. La labor que llegue a realizar este desde luego ha de ser
con sujeción al contrato o proyecto por el que se rige la ejecución de
la obra; el movimiento de tierras, estructuras, albañilería, instalaciones
de aire acondicionado, fontanería, pavimentación, jardinería, etc. son
en la práctica actividades que suelen subcontratarse.
El artículo 1772º del CC establece en principio que el Contratista no
puede subcontratar íntegramente la realización de la obra, esa
prohibición es explicable ya que tal situación implicaría en los hechos
un total traslado de la posición contractual que se asumió frente a la

1
contraparte del contrato, esto es, el Comitente quien sin haberlo
convenido se verá vinculado a la labor del Sub Contratista; no se
olvide que el contrato se celebró en atención a la identidad del
Contratista, a su calidad personal y demás condiciones y virtudes que
no se transfieren. A pesar de lo señalado, sin embargo, el CC ha
establecido que si hay autorización expresa y escrita del Comitente,
se permite tal supuesto, ello –creemos- entendiendo que la voluntad
de las partes es lo que prima en esta clase de relación contractual.
Sea como fuere, acontecida la subcontratación, el CC establece a
favor del Comitente que la responsabilidad entre el Contratista y el
sub Contratista, es solidaria, respecto de lo que fue materia de
subcontratación.

V. Estipulaciones que se pueden pactar para La Ejecuión de la


Obra
La ejecución de la obra puede convenirse de tres formas bien
diferenciadas:
1. Por Ajuste o Precio Alzado.- Esta modalidad es la
preferentemente tomada en cuenta en la práctica, y, significa que por
la obra completa hay un precio global. Cuando se trate de un contrato
por ajuste alzado, el CC ha establecido que el Contratista debe
devolver la retribución proporcional correspondiente a la parte de la
obra no ejecutada; sólo a ello, mas no así a reponerla o restaurarla.
Por su parte, como resulta de justo trato, por la parte de la obra no
ejecutada el Comitente no está obligado a pagar la retribución
proporcional a la misma.
El precio que se paga bajo esta modalidad pueden incluir los
materiales, la mano de obra, el uso y/o alquiler de los equipos de
construcción, herramientas, maquinarias, consumibles, subcontratos,
importaciones, tributos, dirección técnica, gastos de administración,
seguros, obras preliminares y provisionales, movilización de tieeras,
gastos generales entre otros gastos o costos necesarios para la
correcta ejecución de la obra.
En esta modalidad se paga por unidad de obra y no por unidad de
tiempo, es lo que se llama a destajo. El tiempo utilizado o dinero
gastado, no interesa, lo que interesa es el resultado. De acuerdo a lo
establecido por el art 1776 del CC, modificado por el art. Único de la
Ley 25291 del 24-12-90 “el obligado a hacer una obra por ajuste
alzado tiene derecho a compensación por las variaciones convenidas
por escrito con el Comitente, siempre que signifiquen mayor trabajo o
aumento en el costo de la obra”.
2. La Obra a satisfacción del Comitente.- Como la propia
referencia lo indica, es la obra que se hace teniéndose en
consideración la apreciación o voluntad del Comitente. El artículo
1780º del CC establece que cuando se estipula esta modalidad, la
falta de conformidad por parte del Comitente, genera que la
aceptación de la obra esté reservada a la pericia correspondiente; no
pudiéndose pactar en sentido contrario, ya que ello será declarado
nulo.2[16] Esta regulación se muestra acertada ya que no se deja a la
sola voluntad del Comitente la viabilidad y realización del contrato. El
citado artículo agrega que si la persona que debe aceptar la obra es
un tercero, se estará a lo dispuesto las reglas de los artículos 1407 y
1408 del Código Civil.3[17] Ahora bien, como lo señala el profesor
Diez Picazo la expresión “a satisfacción del propietario” (entiéndase
Comitente) no es el permitir que libérrimamente este manifieste o
decida si la obra está bien o mal realizada; dicha apreciación ha de
ser justa, debidamente motivada; hecho que no impide que el
Contratista discrepe de la apreciación emitida, en tal caso, debe
recurrirse al juicio pericial que determinará si la obra se ajusta o no a
la pactado. En esta situación, debe señalarse también, Contratista y
Comitente estarán obligados a desarrollar la actividad correspondiente
para que se nombre al perito y éste decida; también estarán en la
obligación de acatar la decisión tomada por el tercero cuando se
estipulo que la aprobación de obra se dejaba a su estimación.4[18]

3. Obra por pieza o medida.- En esta modalidad se fija un precio por


unidad de obra. El artículo 1781º del CC establece que si se pactó la
Obra por pieza o medida, el Contratista tiene derecho a la verificación
por partes y, en tal caso, a que se le pague en proporción a la obra
realizada. El CC establece además una presunción al señalar que si
hay pago, debe presumirse la aceptación de la parte de la obra
realizada. Adicionalmente establece que no produce a este efecto el
desembolso de simples cantidades a cuenta, ni el pago de
valorizaciones por avance de obra convenida.

VI. Inspección de la Obra


Conforme al artículo 1777º del CC el Comitente tiene derecho a
inspeccionar o examinar la ejecución de la obra. Esta facultad es
entendible y procedente, por que, de no ser así, podría darse el caso
que lo que se viene ejecutando no este conforme a lo convenido, o
creyéndose que es la forma convenida se viene incurriendo en error,
lo que, desde luego, debe evitarse y puede lograse con la Inspección.
2
3
4
En esa diligencia, como anteriormente ya lo habíamos señalado, de
advertir el Comitente, que no se ejecuta conforme a lo convenido y
según las reglas del arte que al caso interesan, puede fijar un plazo
adecuado para que el Contratista se ajuste a tales reglas; si
transcurrido el plazo establecido, de no enmendarse el actuar
cuestionado, el Comitente puede solicitar la resolución del contrato,
sin perjuicio, desde luego, del pago de la indemnización de daños y
perjuicios.
Abordando un caso en particular, el CC ha establecido que tratándose
de un edificio o de un inmueble destinado por su naturaleza a larga
duración, el inspector deber ser un técnico calificado y no haber
participado en la elaboración de los estudios, planos y demás
documentos necesarios para la ejecución de la obra.

VII. Verificación, Aprobación y Recepción de la Obra


Conforme a lo señalado por Luis Diez Picazo, una vez que la obra
este concluida se distinguen tres etapas de posible desenvolvimiento
simultáneo en lo que respecta a la entrega de la obra: [19]

1ª.- La verificación de la Obra.- Distinto a la inspección, la


verificación de la obra consiste en un examen que se efectúa cuando
la obra se considera terminada, ello, claro está, con la finalidad
exclusiva de determinar si lo ofrecido se ejecutó de acuerdo a lo
convenido y no tiene vicios. A este respecto, el artículo 1778º del CC
establece que el Comitente tiene derecho a comprobar la obra antes
de su recepción.
El código se ha puesto en el supuesto de si el Comitente descuida
proceder a esta labor, sin justo motivo o bien no comunica su
resultado dentro de un breve plazo, en este supuesto señala el CC la
obra se considera aceptada.
2ª.- La Aprobación.- Es el juicio emitido por el Comitente como
resultado de la verificación efectuada, que implica la obligación de
aceptar la obra.
3ª.- La Recepción.- Es la consecuencia inevitable de la puesta a
disposición de la obra que realiza el Contratista, y, de la obligacion
que surge para el Comitente de recibirla por haber expresado su
aprobación. La recepción, así, es el acto o manifestación exteriorizada
del Comitente de que la obra está bien hecha.
Aunque no se ha previsto en forma expresa en el CC, conforme a
doctrina autorizada, cuando se trata de obras complejas o gran
complejidad, para ver si ha cumplido con lo convenido, se estila
pactar, lo que se conoce como una dualidad de recepciones: la
provisional y la definitiva, y ello porque, el examen es difícil o no
puede hacerse simultáneamente con el recibo material de la obra; el
lapso entre las recepeciones citadas es el tiempo para procederse al
examen correspondeinte, que hemos llamado verificación de la obra.
Salvo que otra cosa se haya pactado, la provisional no libera al
Contratista de ninguna clase de defectos de la obra. [20]
Por último cabe señalar que conforme al artículo 1779º, se entenderá
aceptada la obra, si el Comitente la recibe sin reserva, aun cuando no
se haya procedido a su verificación.

VIII. Recepción de la Obra y sus Consecuencias Jurídicas:


Responsabilidad por Vicios Ocultos
¿Qué consecuencias origina la recepción de la obra? Nuestro Código
Civil es claro a este respecto al señalar que dada la recepción de la
Obra sin reserva del Comitente, la responsabilidad del Contratista
quedad descargada respecto de las diversidades y los vicios
exteriores de ésta (véase artículo 1782). Contrario Sensus, debe
entenderse que advertido los mismos antes de la recepción
correspondiente, obviamente, el Contratista está en la obligación de
responder por las diversidades y los vicios de la obra.
Diez Picazo refiere a este respecto que el Contratista responderá de
los “vicios ocultos” de la obra y de los aparentes que se hubiesen
dolosa o fraudulentamente ocultado al Comitente; los vicios ocultos
son los más corrientes en las obras y no se descubren sino con el
paso del tiempo. [21]
Messineo, por su parte, señala que la aceptación expresa o tácita de
la obra libera al Contratista de la responsabilidad por las diverdades o
los vicios de la misma si, en el acto de la aceptacion estos eran
conocidos por el Comitente o, en todo caso, fácilmente reconocibles
por éste, ello, siempre que (claro está) no hayan sido dolosamnete
ocultados. [22]
De lo antes dicho se puede colegirse válidamente que si la obra está
mal trabajada y no satisface lo acordado, el Comitente puede
legalmente no recepcionarla; en cambio se prohibe una negación de
puro capricho, caso en que no se está amparado por la ley. Si la obra
está buena, el dueño debe pagar, y sino recibe, el Comitente puede
consignarlo judicialmente o disposición del dueño, trasladando los
riesgos y gastos.

IX. El Pago: ¿Cuándo el Comitente debe Cumplir con el Pago?


Aunque el CC no lo ha regulado en forma expresa, en doctrina se
considera como regla general que si no se ha establecido pacto en
contrario, la contraprestación de la obra debe efectuarse cuando se
hace entrega de la misma; sin embargo, se reconoce que en la
práctica las partes suelen estipular pagos parciales, ello, a veces en
atención al adelanto de la obra o al tiempo, lo que –se señala- no
significa en modo alguno una aceptación tácita de lo hecho hasta el
momentode la recepción (ya antes examinada); debe quedar en claro
que éstos pagos llevan implicito la condición de que el Comitente
puede negarse a recibir la obra si el Contratista no cumplió con
arreglo a lo pactado en el contrato o el proyecto respectivo.5[23]
Por otro lado, debe reconocerse que si la obra se contraga por piezas
o por medida el Contratista puede obligarle a que la reciba por partes
y la pague en proporción a ello.

X. Pérdida y Deterioro Sustancial de la Obra sin culpa de las


Partes
Puede ser que la obra llegue a perderse sin culpa de las partes, en
este caso, el CC en su artículo 1788º establece que el contrato se
resuelve de pleno derecho; asimismo, señala que si los materiales
fueron suministrados por el Comitente, el Contratista está obligado a
devolverle los que no se hubieren perdido; el Comitente por su parte,
no está obligado a pagar la retribución de la parte de la obra no
ejecutada. Cuando se trate de un contrato por ajuste alzado o por
unidad de medida, el Contratista debe devolver la retribución
proporcional correspondiente a la parte de la obra no ejecutada, pero
no está obligado a reponerla o restaurarla. Por su parte, el Comitente
no está obligado a pagar la retribución proporcional de la parte de la
obra no ejecutada.
El CC en su artículo 1789º también ha contemplado el supuesto del
deterioro de la obra por causa no imputable a las partes, al respecto,
exige el mencionado artículo, que ese “deterioro” sea “sustancial”,
esto es, fundamental, de gran trascendencia que operativamente
signifique inutilidad de la obra, ante tal situación, es de aplicación el
comentado artículo 1788º, ello es perfectamente factible en un
supuesto de Fuerza Mayor o Caso Fortuito.
Bibliografía:

Massineo Francesco. Manual de Derecho Civil. Tomo IV


(Obligaciones) parte general. Ediciones juridicas Europa-América.
Buenos Aires. 1979

Diez-Picazo, Luis y Antonio Gullon. Sistema de Derecho Civil. Sistema


de Derecho Civil. Tomo II. Editorial Tecnos. España. 1995.

5
Juan Guillermo Lohmann Luca de Tena. “El Negocio Jurídico”. Editoria
Jurídica Grijley. 2da. Edición. Lima. 1994

Arias-Schreiber, Max , “Exégesis del Código Civil de 1984”, Editorial


Gaceta Jurídica. T.2. Lima. 1997

Rubén S. Stiglitz (Director). Contratos Teoría General. Tomo I. Editorial


Depalma. Buenos Aires. 1994.

Garrido-Zago “Contratos Civiles y Comerciales” Editorial Universidad,


Buenos Aires, Argentina 1991, T.2.

Taramona, Javier, “Manual de los Contratos Civiles y Comerciales”


3era. Edición Ed. Grijley, Lima 1995.

Barreto Muga, “Manual Teórico Práctico de los Contratos Civiles y


Mercantiles” Ed. Fecat,1997, 7ma. Edición.

Abogado egresado de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la


Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

*
“Opus” es una expresión latina que significa “Resultado de trabajo”.
Siguiendo al profesor italiano Francesco Messineo, aplicándolo a la
figura contratual que venimos estudiando mutatis mutandi: “La noción
de resultado debe entenderse en el sentido de que el mismo consiste
en el éxito final de la actividad del profesional, pero no también en el
sentido de que tal resultado deba constituir una ventaja económica
para el Comitente”. Manual de Derecho Civil. Tomo IV (Obligaciones-
Parte General). Ediciones Jurídicas Europa-América. Buenos Aires
1979. Pág. 241.

*
6
[1] Confr. Diez-Picazo, Luis y Antonio Gullon. Sistema de Derecho
Civil. Tomo II. Editorial Tecnos. España. 1995. Pág. 433, y, Messineo,
Francesco. Op. Cit. Pág. 241.

7
[2] El contrato es típico o atipico según tenga o no regulación legal.
Véase Rubén S. Stiglitz (Director). Contratos Teoría General. Tomo I.
Editorial Depalma. Buenos Aires. 1994. Pág. 144

8
[3] El contrato de Obra como figura contractual nominado y típico que
es, se encuentra legislado en el título IX del Código Civil, capítulo
tercero que consta de 19 artículos, que van del art. 1771º al art.
1789º.

9
[4] CC. Artículo 143.- Libertad de forma.- Cuando la ley no designe
una forma específica para un acto jurídico, los interesados pueden
usar la que juzguen conveniente.

10
[5] Conf. Rubén S. Stiglitz Op. Cit. Pág. 162

11
[6] Conf. Luis Diez-Picazo y Antonio Gullon. Op.Cit Pág. 434

6
7
8
9
10
11
12
[7] Conf. Messineo, Francesco. Op.Cit Pág. 242.

13
[8] Conf. Diez-Picazo, Luis y Antonio Gullon. Op. Cit. Pág. 436 y 437.

14
[9] Ibidem .

15
[10] Sobre estos aspectos confróntese Massineo Francesco. Op. Cit.
Pág. 242

16
[11] Conf. Messineo, Francesco. Op.Cit Pág. 246.

17
[12] “Con frecuencia, un negocio tiene efectos obligacionales y
efectos reales, cual es el caso de la compraventa o el contrato de
obra, que recae sobre un edificio, del que surgen efectos de derecho
real conforme se avanza en la contrucción”. De Juan Guillermo
Lohmann Luca de Tena. “El Negocio Jurídico”. Editoria Jurídica Grijley.
2da. Edición. Lima. 1994. pág. 151

18
[13] Conf. Diez-Picazo, Luis y Antonio Gullon. Op. Cit. Pág. 434.

19
[14] Ibidem. Pág. 438.

12
13
14
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17
18
19
20
[15] Conf. Messineo, Francesco. Op.Cit Pág. 246.

21
[16] El acto jurídico nulo (…) es aquel al que la ley no asigna sus
efectos jurídicos típicos y queridos por las partes. Es decir que no se
reconoce legitimidad a un cambio de la situación jurídica o de los
derechos preexistentes, aunque la realidad social eventualmente
produzca efectos y mutaciones como si el negocio fuera válido. De
Juan Guillermo Lohmann Luca de Tena. “El Negocio Jurídico”. Editoria
Jurídica Grijley. 2da. Edición. Lima. 1994. pág. 530

22
[17] CC. Artículo 1407.- Determinación del objeto por arbitrio

Si la determinación de la obligación que es objeto del contrato es


deferida a un tercero y no resulta que las partes quisieron remitirse a
su mero arbitrio, el tercero debe proceder haciendo una apreciación
de carácter equitativo.

CC. Artículo 1408.- Determinación de tercero

La determinación librada al mero arbitrio de un tercero no puede


impugnarse si no se prueba su mala fe.

Si falta la determinación y las partes no se ponen de acuerdo para


sustituir al tercero, el contrato es nulo.

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21
22
23
[18] Conf. Diez-Picazo, Luis y Antonio Gullon. Op. Cit. Pág. 437.
24
[19] Confr. Diez-Picazo, Luis y Antonio Gullon. Op. Cit. Pág. 436 y
437
25
[20] Conf. Diez-Picazo, Luis y Antonio Gullon. Sistema de Derecho
Civil. España. 1995. Pág. 436 y 437
26
[21] Ibidem. Pág. 438
27
[22] Conf. Messineo, Francesco. Op.Cit Pág. 246 y 247.

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