Discurso de graduación

Señora rectora, coordinadores, docentes, padres de familia, amigos y

compañeros. Es para mí motivo de gran orgullo y satisfacción estar
pronunciando estas palabras de nostalgia, agradecimiento y plenitud en
nombre de los graduandos.

Hace 31 años el Instituto San Francisco de Asís, abrió sus puertas y con ello
permitió que jóvenes como nosotros, acogiéramos en nuestras vidas los
compromisos y las normas que legitiman a la institución como un espacio de
formación académica, ética y moral.

Hoy, celebramos la finalización de una etapa de nuestra vida. Hemos

vencido todos los obstáculos que se nos presentaron, para llegar a la meta
que nos habíamos propuesto.

En primer lugar agradecemos a Dios por habernos permitido llegar hasta

este punto y ayudarnos a afrontar todo tipo de obstáculos que se presentaron
durante nuestro recorrido.

Agradezco a los profesores por brindarnos a diario conocimientos y valores

que nos han ayudado a lo largo de nuestra vida, por motivarnos a salir
adelante, por enseñarnos el hábito del estudio, por no sólo enseñarnos a
pensar en grande, sino a ser grandes, por estar al pendiente de nosotros en
cada situación, tener la palabra de aliento en el momento preciso, apoyo,
sabiduría cooperación y por sus consejos para poder enfrentarnos a la
sociedad que nos espera. Por cultivar día a día aquello que nos hace cada
vez más y mejores personas.

A nuestras familias. Quienes desearon por muchos años vernos en este lugar
recibiendo nuestra graduación, mil gracias por su disposición y
acompañamiento en diferentes momentos de esta emotiva etapa educativa.
Momentos de alegría por las buenas calificaciones. Momentos de rabia por
las materias perdidas y periodos reprobados. Momentos de desasosiego
porque se pedía dinero para poder pagar útiles, chaquetas y pasajes. Muchas
gracias por su vocación porque son ustedes nuestros primeros y más
representativos maestros.

A mis compañeros. Hoy nos graduamos y no ha sido nada fácil llegar hasta
aquí, tuvimos que dar nuestra máxima dedicación y dejar a un lado otras
actividades. Sin embargo todo valió la pena y podemos demostrarle a
nuestros padres que hemos valorado su esfuerzo. Que tengan muchos éxitos
y que sean profesionales muy destacados, les deseo lo mejor para ustedes y
gracias por brindarme su amistad.

Una vez fuimos parte de la institución, disfrutamos de espacios culturales a

través de los cuales dejamos que nuestros conocimientos se fueran
transformando y con ellos se transformó también nuestra perspectiva.
Cambió la forma en que vemos la realidad, cambió el rol que ocupamos en la
sociedad y con ello crece el compromiso de hombres y mujeres que
transforman el entorno a través de la educación adquirida.

Es pues, un deber de nosotros los graduandos como miembros del instituto

que hoy nos certifica como graduados íntegros, a llevar a donde quiera que
vayamos el buen nombre y la buena labor que presta a la sociedad el
Instituto San Francisco de Asís. Llevando en alto y aplicando cada día
nuestro lema, contribuyendo a la sociedad para lograr ser más y mejores
personas. Siendo así los verdaderos hombres nuevos para tiempos nuevos.

Nos vamos con la gran satisfacción de haber encontrado a grandes amigos

y a aquellas personas que nos acompañaron en el camino. Es difícil
despedirse de la Institución Franciscana que por estos años se encargó de
nuestra formación, sabemos que lo que viene no será fácil, pero nos
entusiasma saber que siempre contaremos con ustedes. GRACIAS no es
suficiente para expresar lo que sentimos, esta mezcla de tristeza, de felicidad
y satisfacción al llegar a la meta, y tener que decir adiós a esta familia. Solo
nos queda desearles muchos éxitos y recordarle que siempre podrán contar
con nosotros.

YURI ESPAÑA 11-1