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ETICA KANTIANA – ETICA ARISTOTELICA

En el presente trabajo me abocare al concepto de ética y la comparación entre los


modelos de evaluación moral kantiano y aristotélico; Basándome en la
“Fundamentación de la metafísica de las costumbres” de Kant y en la “Ética
Nicomáquea” de Aristóteles, se expondrán las semejanzas y discrepancias, analizando
los fundamentos de cada uno de los modelos.
La elección de esta temática fue que luego de la lectura del capítulo primero del
texto kantiano mencionado anteriormente, percibí grandes semejanzas de la ética de
Kant con las normas establecidas por la religión cristiana. La idea de este trabajo es
profundizar correctamente en la esencia de la ética kantiana de manera tal de poder
refutar mi primera percepción de la misma.
Considere pertinente la contraposición con la ética aristotélica, ya que la misma
no solo es uno de los grandes pilares dentro de las éticas desarrolladas en la humanidad;
Si no que también Kant realizo severas críticas sobre la misma, y por ende desarrolla
una ética diferente a la de Aristóteles. Además que la idea de conocer una ética que
apunta como fin a la felicidad es tentadora de evaluar sus fundamentos.
Para poder entender la ética kantiana y aristotélica debemos analizar no solo que
es la ética, si no también saber y conocer la base del pensamiento de cada uno de estos
autores. Teniendo en cuenta que los sistemas éticos son hijos de su tiempo y que entre
ambos hay una diferencia cronológica de mas de dos mil años.
La ética es definida por la Real Academia Española como “recto, conforme a lo
moral. Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre”. Esta
es una disciplina que se encarga de proveer normas de evaluación para decisiones
específicamente humanas.
Es una ciencia que tiene que ver con la evaluación de personas, es decir con la
decisiones que los humanos tomamos en nuestra vida. A lo largo de la historia de
occidente, diferentes filósofos crearon modelos para explicar estas acciones morales, de
los que se puede apreciar que todos tienen una postura diferente, y hasta en algunos
casos, se puede ver que se contraponen unos con otros.

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La ética es la tematización del ethos, esta tematización tiene carácter reflexivo.
Ethos significa costumbre o carácter y refiere aquello que es lo más propio de una
persona en su modo de actuar. La ética se integra en el ethos, se adhiere a él
enriqueciéndolo y haciéndolo mas complejo. Se usa hoy ethos para aludir al conjunto de
actitudes, convicciones, creencias morales y formas de conducta de una persona o grupo
de personas.
A su vez, esta disciplina forma parte de la antropología filosófica, la cual es el
estudio del hombre. No aborda al hombre desde un punto de vista real, sino que le
interesa el concepto de hombre en general, aquel concepto el cual todos nosotros
pertenecemos. En otras palabras, a la antropología filosófica le interesa “el hombre en
tanto que hombre”, se enfoca en las propiedades del hombre que lo definen en un
sentido intrínseco, interno, en sí y distintivo, es decir aquellas propiedades que lo
distinguen sólo a él, la razón.
Tal como se menciona anteriormente, se han planteado diferentes modelos para
explicar las acciones morales de las personas. El primer modelo de evaluación moral fue
el Aristotélico – Tomista, en el cual Aristóteles plantea que el mundo es una sustancia
eterna, se plantea un modelo de la ética de la virtud, en donde se definen acciones
buenas y malas en la medida que promuevan la felicidad de las personas que realizan la
acción.
Otro modelo que se plantea fue el Kantiano, en donde su autor Immanuel Kant
pronunció acerca de la lógica, la ciencia, filosofía, dios, entre otros. Dentro de este
modelo se plantea que una acción se dice buena o mala por el motivo que llevo a
realizar la acción, es decir, Kant hace una fuerte crítica hacia la filosofía aristotélica.
Para ir adentrándonos en estos dos modelos de evaluación moral podríamos decir
que por una parte, está la ética materialista que corresponde con la propuesta
aristotélica, y por otro lado encontramos la ética formalista que sería con la que se
identifica Kant.
El cumplimiento de la ley moral para Kant, es un fin en si mismo, no un medio
para algo, para un premio. Al contrario, para Aristóteles, la virtud es un medio para
conseguir el bien último supremo del hombre, que es la felicidad. Por esta razón la ética
aristotélica es material, es decir esta dotada de un contenido concreto. Al contrario, la
ética kantiana es una ética formal, en la cual lo que importa no es tanto el contenido de

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la ley moral, si no su forma y su cumplimiento estricto, una ética basada en el deber por
encima de la felicidad.
Es decir la ética materialista (o también llamada consecuencialista) es la que al
momento de evaluar el bien o el mal, depende de una materia de juicio moral, que
indicaría lo que cada uno encuentre bueno o malo, va a depender sustancialmente de lo
que cada individuo considere como fin último, por lo tanto, si un “acto moral” se lleva a
cabo para poder alcanzar ese fin último, este se consideraría bueno. Esta ética va de la
mano con la heteronomía moral, que significa:”ley del otro”, ya que para alcanzar el fin
último, debes seguir una serie de reglas ya impuestas por otros.
En cambio la ética formalista, es aquella que establece el valor de un juicio
moral, sin dependencia de una materia o fin último, sino que apela a lo estrictamente
racional; esta ética va de la mano con el concepto de autonomía moral, la cual
significa:”propia ley”, que lleva consigo, que al actuar, esto se haga basado en reglas
internas o personales y no en lo que los demás pongan como leyes.
En Kant la autonomía moral es la posibilidad de que mi conciencia moral tenga la
capacidad de concebir el imperativo categórico frente a mis deseos e inclinaciones, lo
cual es una muestra clara de la autonomía de la razón. Al contrario en el caso de
Aristóteles, es el deseo de ser felices el que nos impulsa, es el objeto deseado (la
felicidad) el que marca la pauta de mi conducta moral, y en consecuencia al querer ser
feliz no soy plenamente autónomo.
En función de esto podemos decir que la ética aristotélica se clasificaría como
Teleológica y a la ética kantiana como Deontológica. Siendo la ética teológica la que se
ocupa de discernir que es el bien no moral antes de determinar el deber, y considera
como moralmente buena la maximización del bien no moral. Mientras que la ética
deontológica es la que marcan el ámbito del deber antes de ocuparse del bien, y solo
consideran bueno lo adecuado al deber.
La ventaja de este primer tipo de ética consistirá en permitir un enraizamiento de
la acción moral en la naturaleza del hombre, dándole un sentido desde ella, el
inconveniente que tiene es el conflicto entre los bienes que los diferentes individuos se
proponen y que difícilmente puedan llevar a una conciliación. La ética deontológica por
su parte salva la contradicción de propuestas individuales de bien, pero desligan lo
moral del concepto de vida buena.

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En las distintas caracterizaciones que hacen de la ley moral vemos las
discrepancias entre ambos, mientras que para Kant la ley moral se define por su
universalidad y necesidad, para Aristóteles, al contrario la ley moral se define por su
universalidad, pero no por su necesidad. Para él la ética es un saber practico que no
tiene porque ser necesario.
Como consecuencia de esto la ética kantiana se basa en un solo imperativo
categórico valido para todas las circunstancias posibles. Y por el contrario en el caso de
Aristóteles, la ética esta formada por muchos imperativos hipotéticos, es decir tantos
como circunstancias posibles se puedan dar.
Kant diferencia el imperativo categórico del imperativo hipotético. En este último,
el mandato se halla condicionado o reducido a una circunstancia determinada: 'si quiero
ganar su confianza, no debo mentir' porque si no es importante para mí ganar su
confianza, mentir o no mentir deja de ser un mandato.
Vemos como la fundamentación de cada uno es distinta, en el caso de Kant la ley
moral no se basa en la experiencia, si no en el propio sujeto que es capaz de concebir la
ley moral. Teniendo por lo tanto un fundamento a priori. Para la ética aristotélica, al
contrario, la experiencia en consonancia con su empirismo es el fundamento de la ley
moral, ya que es el habito y la practica constante es decir la experiencia la que nos lleva
a un obrar correcto. Su fundamento es por lo tanto a posteriori.
Desde Aristóteles vemos como la Eudaimonia (felicidad) solo puede alcanzarse si
vivimos de acuerdo a nuestra naturaleza, a ese enraizamiento antes mencionado, que en
el caso del ser humano es la razón. Considero pertinente desarrollar lo que cada uno de
estos autores menciona acerca del concepto de felicidad.
Por un lado, Aristóteles menciona que la felicidad es el fundamento motivacional
de la acción, y que una acción buena es la que se hace con vistas a la felicidad. Por ende
formula que es absolutamente inconcebible una persona buena e infeliz al mismo
tiempo, ya que sería una contradicción con lo que se menciona anteriormente.
Por otro lado, en el modelo kantiano se pueden ver grandes diferencias en relación
al aristotélico. Se postula que la felicidad es accidental al valor moral de la acción, es
decir, bajo ninguna circunstancia la felicidad puede ser el fundamento que motive a la
acción. Y por lo tanto, contradice a Aristóteles, ya que bajo esta concepción si se
podrían concebir una persona buena e infeliz al mismo tiempo.

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Analizándolo de manera más detallada, Aristóteles define el concepto de felicidad
como un único fin en sí mismo, por ende, se puede decir que si no existe una causa que
motive alguna decisión, no hay de ninguna, lo que significa es ésta remitiría al infinito.
En otras palabras, si no se sabe porqué alguien realizó una acción, tampoco se sabe
porqué se realizo la acción antes de ésta, y así sucesivamente, generando que sea una
cadena infinita: “Si, pues, de las cosas que hacemos hay algún fin que queramos por sí
mismo, y las demás cosas por causa de él, y lo que elegimos no está determinado por
otra cosa – pues así el proceso seguiría hasta el infinito, de suerte que el deseo sería
vacío y vano”.
Si no existe un principio motivacional que se desee por sí mismo y no en virtud de
otra cosa, no seriamos capaces de tomar decisiones, pero el punto es que todos tomamos
muchas decisiones durante nuestra vida, por lo tanto debe existir un fin que se desee por
sí mismo y no en virtud de otra cosa. Por ende, y tal como Aristóteles lo menciona, debe
existir un fin último al que todo ser humano tienda, y la felicidad es el fin último de
todo hombre.
Por otro lado, para Kant, la felicidad es un tema empírico, es decir, el concepto de
felicidad depende de cada sujeto y dicho concepto se reduce a aquello que le place. Se
plantea que lo bueno, es bueno para cualquier sujeto en cualquier circunstancia, es decir,
lo bueno no puede depender de la felicidad, ya que estaría dependiendo lo moral del
placer. “La buena voluntad no es buena por lo que efectúe o realice, no es buena por su
adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto; es buena sólo por el
querer, es decir, es buena en sí misma”.
Se puede distinguir como diferencia entre ambos modelos que para Aristóteles las
leyes morales debían basarse en la felicidad del ser humano, ya que postula que el fin
último y hacia lo que toda persona quiere llegar es la felicidad; Pero Immanuel Kant,
por otro lado, se da cuenta que lo que plantea Aristóteles no está en lo correcto, ya que
cada persona tiene una manera distinta de ser feliz, por lo tanto refuta lo que plantea
dicho autor y por el contrario expone una ética en la cual no se basa en la felicidad, si
no en el deber que tiene cada persona. Desarrollare según cada autor lo que estipulan en
referencia a esto.
Una definición aristotélica de felicidad no está completa hasta que se analiza el
concepto de virtud. Para Aristóteles el ser bello y perfecto se consigue cuando se logra o
cumple con su “bien”, reconociéndolo como su fin, su meta, su objetivo, su finalidad.

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Se llegara a la felicidad por medio del cumplimiento de nuestro bien (finalidad) a través
de la razón que es lo que diferencia al hombre de los demás animales. Si actuamos por
medio de la razón, somos seres racionales y por ende personas virtuosas ya que obramos
de acuerdo a la virtud, que es el término medio entre el exceso y el defecto de dicho
comportamiento.
Si logramos encontrar el término medio, se entiende la virtud, y para lograr
encontrarlo se requiere prudencia, entendiéndola como la habilidad de actuar de manera
sabia, pero para tener prudencia se requiere experiencia. Aristóteles, al exponer su
argumento, planteo una teoría, en la que distingue dos partes del alma.
La parte racional, que es la más elevada y en ella está el absoluto dominio del
hombre. Y la parte irracional la cual se dividí en dos: concupiscible, corresponde al
aspecto pasional del ser humano. Y vegetativa, que es aquella parte que regula las
funciones biológicas elementales (comer, dormir, etc.)
En esa misma teoría, estableció una clasificación de “tipos de virtudes”, en las que
abandono el nombre de virtudes cardinales, pasando a dividir las virtudes en dos tipos
las virtudes éticas, que se encontrarían en la parte irracional del alma, donde gobernaría
lo concupiscible, y se agregarían algunas de las virtudes cardinales; Y las virtudes
dianoéticas, las cuales se ubican en la parte racional del alma y serian la ciencia, la
inteligencia, la prudencia, la sabiduría, y el arte o técnica. Establece que la virtud es un
hábito que se adquiere voluntariamente y se desarrolla mediante el aprendizaje (virtudes
dianoéticas) y por repetición de buenos actos (virtudes éticas).
Por ende, entre la prudencia y la experiencia acompañadas de la razón, nos
llevaran a dislumbrar el equilibrio necesario para no caer ni en el vicio, ni en el defecto
de las virtudes. Mencionaremos algunos de los ejemplos planteados por Aristóteles ya
que explayar la totalidad de ellos sería imposible e utópico ya que menciona el punto
medio de todas las cosas existentes.
La templanza es el término medio entre el libertinaje y la insensibilidad, en lo que
toca a los placeres. La mansedumbre se encuentra entre la irascibilidad y la falta de
espíritu o incapacidad para irritarse. Sobre la generosidad, la cual es el término medio
entre la el derroche y la avaricia. Hay varias especies de avaricia por ejemplo la de los
tacaños, los avaros, los voraces, y de los sórdidos.

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De la magnanimidad punto medio entre la soberbia y la pequeñez de espíritu, su
campo es el honor y la honra. De la magnificencia término medio entre la extravagancia
y la vileza, cuyo campo son los gastos, los cuales hay que hacer en un ajuste a media.
De la indignación es el punto medio entre la envidia del bien y el placer del mal. La
dignidad ocupa una posición intermedia entre la autosuficiencia y la cortesía servil, su
campo es las relaciones.
La modestia es el término medio entre la desvergüenza y el descaro, su terreno
propio es las acciones y las conversaciones. De la urbanidad punto medio entre la
bufonería y la excesiva seriedad, su campo el agudo y el humor. La amistad punto
medio entre la adulación y el odio, su campo son las acciones. La veracidad termino
medio entre la hipocresía y la jactancia, su terreno la conversación.
Como vimos para adquirir virtud, se necesita prudencia, y para la prudencia se
requiere experiencia; en base a esto Aristóteles puso como elemento central de su ética a
la prudencia, por lo tanto, le otorgo protagonismo a la experiencia por sobre la
racionalidad pura.
A su vez Aristóteles plantea que lo que existe en la naturaleza no es modificable
por la costumbre. “De ahí que las virtudes no se produzcan ni por naturaleza ni contra
naturaleza, sino que nuestro natural pueda recibirlas y perfeccionarlas mediante la
costumbre”.
Él plantea que el ser humano va a ser feliz cuando se hace la costumbre o el hábito
de las acciones, pero el problema es que el hombre toma infinitas decisiones a lo largo
de la vida, y no se puede formar el hábito de cada una de ellas, por lo tanto, por el hecho
de que siempre está tomando decisiones nunca podría llegar a ser feliz.
Kant hace una crítica al modelo aristotélico por reducir lo moral a la fe, según
dicho autor, el problema que presenta Aristóteles es que lo bueno es un medio para
alcanzar lo que te place. Además realiza una crítica al método anteriormente
mencionado de clasificar las virtudes ya que a través de él, se hace un análisis particular
de cada uno de los casos lo que sería contrario a lo que Kant menciona en su modelo.
En éste el plantea, mientras que en la naturaleza todo se encuentra condicionado
por las leyes de la causalidad en la conciencia moral rige un imperativo que no conoce
condiciones, un imperativo categórico. La conciencia moral dice 'no mentirás' sin
condicionar en modo alguno el mandamiento, no establece circunstancias particulares

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bajo las cuales la ley tiene validez o no, el mandato es siempre absolutamente válido, de
otra forma no sería una exigencia moral.
De acuerdo a la ética de Kant, sólo la buena voluntad es absolutamente buena en
tanto que no puede ser mala bajo ninguna circunstancia: "La buena voluntad no es
buena por lo que se efectúe o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar algún
fin que nos hayamos propuesto, es buena solo por el querer, es decir, es buena en sí
misma".
Analicemos el pasaje citado: 1. Imaginemos que una persona se ahogando en el
río, hago todo lo posible por salvarla pero no lo logro. La persona muere, de todas
formas. 2. Imaginemos ahora que hago todo lo posible por salvarla y que tengo éxito,
salvando su vida. 3. Imaginemos la tercera posibilidad: la persona se está ahogando y yo
la atrapo por casualidad mientras pesco con una gran red.
¿Cuál es el valor moral de cada uno de estos posibles actos imaginados? La
tercera posibilidad carece de valor moral porque ocurre sin intencionalidad. Moralmente
no es ni buena ni mala, simplemente neutra. Los otros dos actos son moralmente buenos
y tienen el mismo valor, en tanto que la buena voluntad es buena en sí misma.
El deber refiere a que la 'buena voluntad', bajo ciertas limitaciones no puede darse
por sí sola. El hombre no es un ente puramente racional sino que también es sensible.
Kant observará que las acciones del hombre en parte están determinadas por la razón
pero existen también 'inclinaciones' como el amor, el odio, la simpatía, el orgullo, la
avaricia, el placer, que también ejercen su influencia.
El hombre reúne la racionalidad y las inclinaciones, la ley moral y la imperfección
subjetiva de la voluntad humana. Entonces, la buena voluntad se manifiesta en cierta
lucha con estas inclinaciones, como una fuerza que parece oponerse. En la medida que
el conflicto se hace presente, la buena voluntad se llama deber. Si una voluntad
puramente racional sin influencia de las inclinaciones fuese posible, sería para Kant, una
voluntad santa (perfectamente buena). De esta forma, realizaría la ley moral
espontáneamente, es decir sin que sea una obligación.
Pero en el ser humano la ley moral suele estar en conflicto con sus deseos. Se
distinguen así tres tipos de actos: a. Actos contrarios al deber: En el ejemplo de la
persona que se está ahogando en el río. Supongamos que disponiendo de todos los
medios necesarios para salvarlo, decido no hacerlo, porque le debo dinero a esa persona

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y su muerte me librará de la deuda. He obrado por inclinación, esto es, no siguiendo mi
deber sino mi deseo de no saldar mi deuda y conservar el dinero.
b. Actos de acuerdo al deber y por inclinación mediata: El que se ahoga en el río
es mi deudor, si muere, no podré recuperar el dinero prestado. Lo salvo. En este caso, el
deber coincide con la inclinación. En este caso se trata de una inclinación mediata
porque el hombre que salva es un medio a través del cual conseguiré un fin (recuperar el
dinero prestado). Desde un punto de vista ético, es un acto neutro (ni bueno ni malo).
c. Actos de acuerdo al deber y por inclinación inmediata: Quien se está ahogando
es alguien a quien amo y por lo tanto, trato de salvarlo. También el deber coincide con
la inclinación. Pero en este caso, es una inclinación inmediata porque la persona salvada
no es un medio sino un fin en sí misma (la amo). Pero para Kant, este es también un
acto moralmente neutro.
d. Actos cumplidos por deber: El que ahora se ahoga es un ser que me es
indiferente... no es deudor ni acreedor, no lo amo, simplemente, un desconocido. O peor
aún, es un enemigo, alguien que aborrezco y mi inclinación es desear su muerte. Pero
mi deber es salvarlo y lo hago, contrariando mi inclinación. Este es el único caso en que
Kant considera que se trata de un acto moralmente bueno, actos en los que se procede
conforme al deber y no se sigue inclinación alguna.
El valor moral de una acción, no está en lo que se quiere lograr, no depende de la
realización del objeto de la acción, sino que consiste única y exclusivamente en el
principio por el cual ésta se realiza, alejando la influencia de cualquier deseo. El
principio por el cual se realiza un acto es llamado por Kant, 'máxima' de la acción, es
decir, el principio o fundamento subjetivo del acto, el principio que de hecho me lleva a
obrar. En esta línea, Kant formula el imperativo categórico: Obra según una máxima tal
que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal. De esta forma,
obraremos moralmente solo cuando podamos desear que nuestro deseo sea válido para
todos. Así, lo que se pretende es eliminar las excepciones, siendo igualmente válida para
todas las personas.
Luego de analizar y profundizar a la largo de este trabajo ambos modelos éticos,
se logró identificar las semejanzas y diferencias entre la ética kantiana y la ética
aristotélica. De manera de concluir este análisis se destacaran los puntos de divergencia
y convergencia más acentuados.

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Vimos como el sistema ético de Kant busca fundamentar la conducta ética de un
modo completamente distinto a los sistemas éticos anteriores, y sobre todo al
Eudaimonismo aristotélico. Un primer punto de divergencia entre ambos es la distinta
definición que hacen de la ley moral, mientras que para Kant la ley moral se define por
su universalidad y necesidad, para Aristóteles, al contrario la ley moral se define por su
universalidad, pero no por su necesidad. Así para el filósofo griego la ética es un saber
práctico que no tiene que porque ser necesario.
Como consecuencia de esto, la ética kantiana se basa en un solo imperativo
categórico válido para todas las circunstancias posibles. Al contrario, en el caso de
Aristóteles, la ética está formada por muchos imperativos hipotéticos, tantas como
circunstancias posibles se puedan dar.
También las éticas de los dos autores tienen un fundamento distinto. En el caso de
Kant la ley moral no se basa en la experiencia, sino en el propio sujeto que es capaz de
concebir la ley moral. Tiene por lo tanto un fundamento a priori. Para Aristóteles es la
experiencia en consonancia con su empirismo el fundamento de la ley moral, ya que es
la experiencia los que nos llevan a un obrar correcto. Su fundamento es a posteiori.
Pero la diferencia más fundamental entre ambos autores es que para Kant el
cumplimiento de la ley moral es un fin en sí mismo, no un mero medio para algo y en
contrapartida Aristóteles la virtud es un medio para conseguir el bien último supremo
del hombre que es la felicidad. Por esta razón, la ética aristotélica es una ética material,
es decir está dotada de un contenido concreto. Mientras que la ética kantiana es una
ética formal en donde lo que importa no es tanto el contenido de la ley moral, sino su
forma, y su cumplimiento estricto. Es una ética basada en el deber por encima de la
felicidad.
Así una conducta es moral si es capaz de ser universal, no si nos lleva a la
felicidad. Esta nos dice Kant no es el fin, pero si la consecuencia. El deber no nos tiene
porqué hacer felices, pero sí que nos hace dignos de felicidad.
Para Aristóteles tenemos que ser prudentes, estudiar los casos particulares al
aplicar un principio moral, mientras que en Kant debemos ser respetuosos con la ley
moral, a pesar de las circunstancias. La ética kantiana se basa en la autonomía moral,
frente a la ética aristotélica que se basa en la heteronomía moral.
En el caso de Kant, la posibilidad de que mi conciencia moral tenga la capacidad
de concebir el imperativo categórico frente a mis deseos e inclinaciones es una muestra
clara de la autonomía de la razón. En el caso de Aristóteles, al contrario, es el deseo de

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ser felices el que nos arrastra, es el objeto deseado (la felicidad) el que marca la pauta de
mi conducta moral. Al querer ser feliz no soy plenamente autónomo.
Pero no son todo diferencias. Los dos autores sitúan la vida de razón de un modo
u otro en el centro de su reflexión filosófica, Kant nos estimula a pensar por nosotros
mismo, a usar la razón. Aristóteles, nos dice que la vida teorética es la que nos hace
merecedores de la felicidad.
Otra semejanza es que la ética de ambos autores tiene un carácter comunitario
claro, tanto Kant como Aristóteles consideran que la ética es una forma de vida que esta
necesariamente relacionada con la polis, o en el caso de Kant, con la humanidad en su
conjunto.
Los dos buscan mejorar la sociedad en la que viven, buscan ilustrar, en el caso de
Aristóteles con una ética más terrena, más cercana al sentido común, más complaciente
con la finitud del ser humano; en el caso de Kant con una ética más rigorista que no cesa
de buscar un fundamento incondicionado que va más allá de las limitación del ser
humano.
A través de todo lo dicho en el presente trabajo, se puede decir que ambos
modelos de evaluación moral presentan diferencias radicales. Pero que no hay un
modelo que sea superior al otro en cuanto a fundamentos, ya que se puede visualizar en
ambos ciertos argumentos que son de gran validez, como otros que se pueden poner en
tela de discusión. Esto dependerá de la subjetividad de cada lector.

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BIBLIOGRAFIA

 Aristóteles: Obras Selectas “Ética Metafísica”. Libro I, Alberto Márquez


Sánchez, Edimat libros S.A.

 Aristóteles: Obras Selectas “Ética Metafísica”. Libro II, Alberto Márquez


Sánchez, Edimat libros S.A.

 Carpio Adolfo, Capitulo X “El idealismo trascendental, Kant” en principio


de la filosofía, Lauco, Buenos Aires.

 Diccionario de la real Academia Española.

 Gómez Lobo Alfonzo “La Fundamentación de la Ética Aristotélica”.


Departament of philosophy, Georgetowm university.

 Immanuel Kant: “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”,


Edición: Luis Martinez Velasco, Colección Austral.

 Immanuel Kant “Filosofía práctica”. Edición: Luis Martinez Velasco,


Colección Austral.

 Brindado por la Docente: Cap. 12 Ética, el sentido de la ética.

 Brindado por la Docente: Cap. 18, Filosofía práctica.

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