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OBJETIVOS
1.- Lograr, mediante el estudio del Pentateuco y de los llamados «Libro e Históricos» de la
Biblia, una comprensión de la mentalidad histórico-teológica con que Israel presenta
su propio origen y existencia como Pueblo de Dios, viviendo una Historia de
Salvación y conservando plenamente su dimensión antropológica.
2.- Introducir al estudio técnico del texto sagrado, mediante el análisis de textos selectos.
3.- Adquirir elementos suficientes que permitan una lectura comentada de la Biblia para
provecho del Estudiante en su vida espiritual y fundamentación de su síntesis teo-
lógica y de su proyección pastoral.
METODOLOGÍA
1.- Debido a lo amplio y complicado de la materia, se impone un esfuerzo de coordinación
continua entre Profesor y Estudiante.
TEMARIO
1.- Formación del Antiguo Testamento.
3. Época Mosaica.
6. Monarquía.
APARICIO RODRÍGUEZ, Ángel, El Dios de nuestros padres. Gn 22, un drama en tres actos, en
XXXVIII Semana Nacional de Vida Consagrada, En la Tierra como en el Cielo, Publicaciones
Claretianas, Madrid, 1999, pp. 117-149.
CODY, AElred, A History of Old Testament Priesthood, PIB, Roma, 1969.
CORTES, Enric, Los Discursos de Adiós de Gen 49 a Jn 13-17, Ed. Herder, Barcelona, 1976.
EICHRODT, Walter, Teología del Antiguo Testamento, Ed. Cristiandad, Madrid, 1975,
T. I, Dios y Pueblo.
T. II, Dios y Mundo - Dios y Hombre.
GELIN, Albert, L’Homme selon la Bible, Ligel, Paris, 1962.
GONZÁLEZ, Ángel, Abraham, Padre de los creyentes, Ed. Taurus, Madrid, 1963.
IMSCHOOT, P. Van, Teología del Antiguo Testamento, Ed. Fax, Madrid, 1969.
VON RAD, G., Teología del Antiguo Testamento, I, Tradiciones Históricas de Israel, Ed.
Sígueme, Salamanca, 1972.
ZIMMERLI, Walter, Manual de Teología del Antiguo Testamento, Ed. Cristiandad, Madrid, 1980.
NB. No se han incluido artículos de revistas.
Sobre temas particulares se ampliará la Bibliografía oportunamente.
Nuestro presente curso, al ser el primer encuentro directo con el texto sagrado,
debe ayudarnos a encontrar unos contenidos pero también a adquirir una metodología adecuada
que nos permita emplear con provecho la Biblia en adelante. Esa es exactamente la misión de la
exégesis: intenta con los medios deque dispone hacer inteligible la Biblia, dejar que hable la
misma palabra de Dios.
Esto no es fácil, pues en la Biblia nos encontramos con un tiempo y un mundo extraño y remoto.
La exégesis no puede quedar sometida a un impulso piadoso, ni depender de opiniones,
conceptos o gustos de una época determinada. La exégesis es un esfuerzo metódico, exacto y
cuidadoso por escuchar con sensibilidad y sumisión, por aclarar el sentido y desentrañar el
contenido de un texto determinado.
La ciencia bíblica cuenta hoy con un método que es empleado igualmente en la investigación e
interpretación de las culturas primitivas y los documentos antiguos. Es el método histórico-
crítico.
1. Una crítica textual, que tenga la posibilidad de basar la exégesis sobre un texto
fidedigno. De ninguno de los libros bíblicos conservamos el original. La crítica textual nos
permite acercarnos con seguridad al texto original. Este trabajo se hace algo más difícil cuando se
usa la Biblia en traducciones y no en sus idiomas originales.
2. Una crítica literaria. Nos acercamos a la Biblia como a un libro escrito y por
cierto cumbre de la literatura de la humanidad, en que encontramos diferencias de lenguaje, de
estilo y de vocabulario, que reflejan la personalidad del escritor y el ambiente en que compone su
obra, llegando a descubrir sucesivas reelaboraciones de un texto primitivo.
3. Una investigación histórico-formal. La Biblia no es un documento aislado, sino
que encaja perfectamente en el mundo de las antiguas literaturas orientales, de las cuales ha
recibido luz, pues permite comprobar que para un mismo tema se habían empleado durante
mucho tiempo unas mismas expresiones y unos mismos elementos de redacción. Tales
expresiones se presentan en fórmulas o formas ya preestablecidas. Son los géneros literarios, hoy
ya en desuso en nuestra literatura. Si queremos comprender un determinado pasaje, nos es
necesario saber apreciar su forma literaria. Es el objeto del conocimiento de los géneros literarios.
Pero se ha observado que una forma literaria refleja de manera fiel una situación vital, el Sitz im
Leben. Por eso se ha llegado a la conclusión que historia y forma literaria se deben estudiar de
1.E1 Pentateuco encierra la tradición histórica, jurídica e histórica del pueblo de Israel, cuyo
núcleo constitutivo se centra en Moisés, pero sin ser él el autor literario. El trabajo de la crítica
literaria para deslindar las tradiciones J, E y P, ha dado paso al método histórico formal.
2.- La temática del J es muy amplia, abarcando desde la creación hasta la posesión de Canaán. En
los libros va desde Gn 2,4b a Jue 1 inclusive. Su material proporciona la trama fundamental de
Génesis, Éxodo y Números. Al final de Dt y comienzo del Jue ya se encuentra retocado. Contiene
datos antiguos, incluso premosaicos sobre los patriarcas, sobre el Éxodo y la protohistoria (Gn
2,4b-ll,30). Hace de la historia de la salvación de Israel, una historia de salvación de toda la
humanidad: Gen 12,1-3 es el núcleo y resumen de toda su obra.
4. Tema yahvista de la guía de Dios hasta la tierra prometida. Según Von Rad, Dt 26,5-9, el
pequeño Credo, sintetiza la historia de Israel con Yahvé, interpretada como una guía por parte de
Dios. El tema completo, no es sólo referido a Israel, sino que abarca a los demás pueblos: Yahvé
lleva a la salvación.
5.- La experiencia del encumbramiento de David (cfr 2 Sam,7) habría sido el punto de partida
para una reflexión unitaria de la historia de la humanidad.
6.- La tierra de Canaán, meta de la guía divina de los patriarcas. Existían ya relatos de la época
patriarcal, pero sólo en una perspectiva unitaria se ve como una historia ordenada y dirigida por
Dios, desde la Mesopotamia (Gn 12,1; Dt 26,5), hasta la tierra buena y espaciosa de Canaán (Ex
3,8). Ver Gn 15,5ss. Gn 12,2s emplea 5 veces la palabra BRK, bendecir = designar una cosa
El elohista, portavoz del pueblo de Dios. (Guía para lectura del artículo)
2.— Localización geográfica y cronológica del E. No es tan fácil como para el J. Debió ser la
región central de la Palestina: tiene preferencias por los lugares de esa zona como Siquem y
Betel.
Menor es el acuerdo en cuanto al tiempo de composición y supone una pregunta preliminar: si el
E es una persona o una escuela de narradores. Es casi imposible la solución de una escuela, pues
la obra presenta una unidad tal que apenas puede admitirse que desde la fundación del reino de
Israel hasta su destrucción se haya trabajado en la elaboración de la fuente E. Tampoco
satisface la desmembración de la obra en E 1 y E2. La solución más conveniente parece ser que
haya refundido hacia el 740 la antigua tradición de Israel tal como se conservaba en el reino del
Norte. Se nota profundo parentesco espiritual con Oseas, único de los profetas escritores nacido
en el norte. Puede ser que haya vivido dentro de los círculos proféticos pues lo insinúa su gran
interés por la dimensión profética; Abraham (Gn 20,7), María (Ex 15.20) y sobre todo Moisés
(Nm 11,16s.24b-30; Dt 34,10; cf Os 12,14) son profetas. Con todo no es particularista, ni menos
oposicionista al reino de Judá.
4.- Los profetas como elegidos de Dios, transmiten la salvación al pueblo pecador.
Es lo que expresa el relato de José: Aunque vosotros pensasteis hacerme daño, Dios lo pensó
para bien, para hacer sobrevivir como hoy ocurre, a un pueblo numeroso (Gn 50,20).
Según el E, los hechos salvíficos se realizan en una dimensión más amplia que en J. Las
maravillas brillan con luz más clara.
7.- Las continuas violaciones de la alianza son causa del castigo. Cfr Ex 32,30-34. Para el E se
percibe la esperanza a través del tema del resto.
a.- El Hexateuco.
La proposición del Pentateuco más el libro de Josué formando un sólo bloque literario, fue uno de
los puntos básicos del sistema de Wellhausen (Artículos sobre el Hexateuco en 1876 y
Prolegómenos a la Historia de Israel en 1883). Ya antes hubo estudiosos que abrieron camino:
tales fueron Reuss, Graf y T. Nöldeke. Wellhausen aprovechó todos esos estudios y elaboró un
sistema coherente y lo expuso de una manera brillante que durante varios decenios permaneció
sin refutar.
b.- El Tetrateuco.
El estudio de las fuentes J, E, y P lleva a desarrollar el estudio de la fuente D. Bien pronto se
advierte que el desarrollo de esta fuente presente diferencias notables de J, E y P. Aun más M.
Noth con la escuela escandinava prefieren separar el Deuteronomio del resto del Pentateuco.
Según Noth (Überlieferungsgeschichtliche Studien, Halle, 1943 y su
Überlieferungsgeschichtliche Studien des Pentateuchs, Stuttgart, 1948), prefiere hablar de
INTRODUCCION
El estudio de la época patriarcal viene a coincidir con la investigación sobre los orígenes del
pueblo de Israel. Israel en la Biblia es un nombre colectivo de doce tribus, consideradas como la
descendencia de doce hijos de Jacob. Es igualmente un nombre individual dado a Jacob, el
antepasado común (Gn 32,29;35,10). Todos los miembros de esas doce tribus son llamados hijos
de Israel (bené lsra’el) y componen el pueblo de Israel. A la luz de la historia moderna ese pueblo
sólo aparece constituido después de su asentamiento en Canaán. Historiadores como Wellhausen
o Martín Noth hacen comenzar la historia en ese momento. Para los Israelitas, en cambio, la
historia de su pueblo comienza con Abraham su padre. Quizá la controversia surge de un detalle
filológico. En la Biblia aparecen dos vocablos que se suelen traducir por pueblo: ‘am y goy ;
‘am en plural son los parientes próximos en línea paterna (Gn 25,8 ). Dios promete a Abraham
que llegará a ser, no un gran ‘am, sino un gran góy, una gran nación Gn 13,2; 35,11; 46,3;Ex
Abraham
Según el J es llamado de su ciudad de origen, Ur-Kasdim ó Harrán, por Yahvé. Es elegido para
marchar a un país que se le ha de mostrar. Obedece y marcha hacia Siquem, Betel, el Negueb y
Egipto. Regresa al Negueb y finalmente planta su tienda en Manré, cerca de Hebrón. Se le
promete numerosa descendencia y una tierra para sus descendientes. Se separa de su sobrino Lot.
La esterilidad, de Sara oscurece el horizonte. Ismael, hijo con Agar, la esclava, puede ser un
sustituto. Yahvé lo visita y anuncia el nacimiento de Isaac. Isaac se casa con Rebeca, de la
familia. La historia de Sodoma presenta a Abraham como intercesor (Gn 18,20-23) y da noticias
sobre Lot y su familia (19)
Isaac
Es muy breve su historia. Su juventud va junto con la narración de Abraham y con la
contraposición de Esaú y Jacob ya comienza la narración de Jacob. Estrictamente se limita a Gn
25,21-26,33. La figura parece interesar como lazo de unión entre Abraham y Jacob: recibe y
transmite la promesa hecha a Abraham junto con la bendición (Gn 26,24 la Promesa; 25,11 la
bendición; 17, 23 la circuncisión).
Jacob
En esta tradición (25;27-35; también 37-50) participan por igual el J y el E. El E tiende a liberar
de reproche la figura del patriarca (cfr 31). El P. va más lejos: aporta datos para redondear la
historia de Jacob e incluirla como punto final en la historia de los patriarcas.
Junto con la promesa Jacob recibe el honroso nombre de Israel (35). En conjunto se da un paso en
orden al cumplimiento de las promesas. Se le conceden a Jacob doce hijos, padres de las doce
tribus. Así comienza a perfilarse el modo como nace el pueblo. Su vida está llena de aventura. Se
encuentra en el cuadro del arameo errante del credo histórico del Dt.
Vistos desde fuera, los patriarcas no se diferencian de los seminómadas de aquella época. Pero
llevan y encarnan un mensaje de salvación. Su historia es para el pueblo un gran ejemplo de la
llamada divina y de la respuesta humana. Los antiguos recuerdos terminan por tomar cuerpo en
momentos cruciales : el J en el reino de David y de Salomón; El E antes del final del reino de
Israel; El D antes del final del reino de Judá y el P en el decisivo cambio del exilio.
Pero se proponía una dificultad: ¿La historia, de los patriarcas no había sido incorporada
secundariamente? Así parece indicarlo un corte que existe entre Génesis y Éxodo, sin conservar
recuerdo de la etapa intermedia y sin que se hubiera presentado preocupación por llenar esa
laguna.
Se puede invocar el pequeño credo histórico, Dt 26,5-10, considerado como muy antiguo. Al
tratar de estudiarlo, el análisis literario aconseja mantener como primitivas sólo las primeras
palabras del v. 5 y el 10; un antepasado anónimo al que le fue concedido el país. Por eso no se
puede identificar el antepasado con Jacob, ni considerar como primitiva la unión con el Exodo.
La unión entre patriarcas y Éxodo se hace mediante el tema de la promesa: el asentamiento en la
tierra de Canaán es el cumplimiento de las promesas de una descendencia y de una tierra hechas a
los primeros antepasados. Tal es el tema que asegura la unidad de los relatos patriarcales (Gn 12,7
El motivo principal de las tradiciones no se inventa: está en las tradiciones particulares, pero se
transforma de acuerdo a los hechos ya realizados.
Sólo a base de conjeturas se puede reconstruir la Traditionsgeschichte. Los grupos que formarán
el pueblo de Israel tenían sus tradiciones particulares. Cada grupo reconocía su antepasado
propio, contaba su historia y daba culto al dios del padre. De esa multiplicidad, por razón de
relaciones entre los grupos, surgen tres figuras patriarcales, Abraham, lsaac, Jacob. Se van
anudando los lazos da los grupos y sus relaciones toman la forma de una genealogía que los hace
a todos hijos de Israel, descendientes todos de Abraham, Isaac y Jacob-Israel.
2.-La historia de Jacob y Labán (Gn 19-21) es una historia de familia retocada: estancia de Jacob
en casa de su tío Labán, con cuyas dos hijas se casa, adquiere riquezas y huye. El relato de sus
hijos es más reciente (29r31-30,24) pues supone la equivalencia entre Jacob e Israel que están a la
base de las doce tribus. El tratado entre Jacob y Labán (31,43-54) refleja las relaciones entre
israelitas y los arameos. Está situado en Galaad.
3.- Relatos de Jacob en relación con los santuarios de Siquén y Betel. Esaú y Labán no aparecen
para nada. (Gn 28,10-22; 33,19; 35,2-4) A esto se une el c.34 sobre Dina, que parece una manera
de introducir a Simeón y Leví.
4.- Jacob-Israel Gn 32,29;35,10. Según Gn 33,20, Jacob erige en Siquem un altar a El, Dios de
Israel. Tiene nombre personal y parece ser diferente de Jacob. Es posible haya representado un
grupo distinto con el que se unió Jacob y se hace la sutura mediante la lucha misteriosa en Yaboc
(32,23-33) con una explicación desacertada del nombre de Israel. Tratando de establecer una
síntesis de las tradiciones sobre Jacob y Esaú y Labán se localizan en una región de Transjor-
¿Cuándo se pusieron por escrito estas tradiciones? Es una respuesta que nos la proporciona la
Redaktionsgeschichte. Pertenece al campo amplio de las diversas tradiciones del Pentateuco. En
parte ya se ha respondido y se ampliará y precisará la respuesta.
Sobre los planteamientos de R. De Vaux, cfr Historia Antigua de Israel, I, pp. 174-185)
BIBLIOGRAFÍA
DE VAÜX, Historia Antigua de Israel, T. I, pp. 193-223 SCHREINER, Abraham, Isaac y Jacob,
o.c., pp 108-111.
Un primer problema que analiza De Vaux es la migración de Abraham, según Gen 11,31 (P),
Teraj, Abraham, Sara, y Lot dejan Ur Casdín para ir al país de Canaán, pero se detienen en Harán.
En la narración JE de la alianza, Yavé dice a Abraham:
Yo soy Yahvé que te ha hecho salir de Ur Casdim para darte este país (Gn 15,7). Esta tradición
no es mencionada en adelante hasta Neh 11,7, eco evidente de Gn 15.7; después es mencionada
en el libro de los jubileos (cc 11-12) y en Jdt 5,6 y por fin en el discurso de Esteban, Hechos 7,2;
el hebreo dice siempre UR CASDÍM;
el griego EK CHORAS CHALDAION, De la tierra de los Caldeos. Se supone que
primitivamente se decía UR EN EL PAÍS DE LOS CALDEOS y la expresión de los LXX parece
una interpretación, cuando UR ya no decía nada.
Ur ha sido estudiada y conocida a través de los trabajos arqueológicos y los textos cuneiformes
investigados por L. Woolley (cfr WOOLLEY, L., Ur, la ciudad de los Caldeos, Breviarios 75,
Fondo de cultura Económica, México, tercera reimpresión, 1980)
Las investigaciones de Woolley son valiosísimas pero cometen la ingenuidad de relacionar
directamente la ciudad con Abraham. Ur era una ciudad muy animada en los primeros siglos del
segundo milenio, e.d., durante el período en que se puede colocar históricamente a Abraham.
Nabónides, rey de Babilonia entre el 556 y el 539 era originario de Harán y reconstruye los
santuarios de la misma divinidad tanto en Harán, como en Ur; su madre era sacerdotisa de Sin en
Harán y su hija fue sacerdotisa del mismo dios en Ur.
Estos datos nos llevan a complicar la información: el texto de Abraham en Gn 11-12 viene luego
de la narración de la dispersión de los pueblos a partir de la torre de Babel por la baja Meso-
potamia (Gn 11,1-9), empezando la historia, de Abraham en la Alta Mesopotamia (Gn 12,1-5).
Tanto los textos 11,1-9, sobre la torre de Babel, el 11,28-30 sobre la presencia de Abraham y su
familia en Ur y 12,l-4a, son J. Esto lleva a concluir que la migración de Ur pertenece a las
antiguas tradiciones del Pentateuco.
Hay una objeción: según Gn 12,1; 24,4 y 7 el país natal de Abraham es Harán. La dificultad se
resuelve por la filología: ERETS MOLEDET, se puede traducir por lugar de nacimiento, pero las
veces que la Biblia lo emplea más bien tiene el sentido de lugar de la parentela, o descendencia y
esto concuerda con la información de que los descendientes de Abraham vivían en Harán, en la
alta Mesopotamia.
Por otra parte el texto de Gn 11,31 que dice los sacó de Ur Casdim para dirigirse a la tierra de
Canaán y llegados a Harán se quedaron allí, es P y su información sería fruto más bien de una
redacción posterior que de una tradición primitiva.
Otro detalle que ha venido a dar verosimilitud a la historia de Abraham es la onomástica: algunos
nombres de la historia patriarcal están documentados en la baja Mesopotamia, a finales del III
milenio o comienzos del II, antes de encontrarlos en la alta Mesopotamia. El bisabuelo de
Abraham es Serug: en un documento de Tello (Lagash), de la III dinastía de Ur (2060-1950),
alude a un ŝa-ru-gi. El abuelo de Abraham y un hermano del mismo se llaman Najor: el nombre
personal Na-ha-rum, se encuentra en cuatro documentos de la época, procedentes probablemente
de Nipur. El nombre de Jacob, forma abreviada de Ya-ah-qu-ub-El y de Ya-qu-ub-El, se encuentra
en cuatro documentos de Kish .
Por otra parte no hay dificultad en la ruta de Abraham viajando de Ur a Harán: existe
documentación de dos rutas que unían a Ur con Harán, cada una siguiendo el curso de un río: el
Tigris y el Eufrates. Esto es de tal modo exacto, que resulta inadmisible un viaje directo de Ur a
Canaán, pues un nómada no atraviesa el desierto por el centro, sino que se va bordeándolo.
El mismo problema que hemos analizado con la expresión UR DE LOS CALDEOS sucede con
varios pasajes en que se habla de ARAM y de ARAMEOS: Gn 25,20; 28,2.5-7; 31,l8; 35,26;
46,15. Fuera de la Biblia, la primera mención segura de los árameos la encontramos en textos
cuneiformes de la época de Taglat-Falasar I (Asiría, ca. 1118-1078), quien el cuarto año de su
reinado combatió contra los ahlamu-arameos a lo largo del Eufrates y quemó diez ciudades suyas
al pié del Gebel-Bishri; dirigió contra ellos catorce campañas. El P. De Vaux propone solucionar
La consecuencia de esto para la Biblia sería encontrar en el nombre arameo, dado a los Patriarcas,
un anacronismo, que por otra parte se explica: en el tiempo de composición de la historia
patriarcal, se cuenta con el recuerdo exacto de que los antepasados de Israel habían venido de alta
Mesopotamia y se tenía conciencia de los vínculos de sangre que unían a los patriarcas con los
semitas instalados por entonces en aquella región. Con toda naturalidad se dio al país y a sus
habitantes los nuevos nombres que habían recibido: Aram Naharaim (Tierra aramea entre dos
ríos), donde vivía Labán el arameo. Es un anacronismo, pero conecta inconscientemente con la
realidad y el israelita podía decir: mi padre era un arameo errante.
(puede verse ampliamente el desarrollo de este tema en De Vaux, o.c., pp 199-213)
De Vaux analiza otro par de detalles a la luz de la crítica histórica: el determinativo Abraham, el
hebreo y el contenido del capítulo 14 del Génesis, (o.c. pp. 214-223)
Schreiner (o.c. pp. 108-111) dirige su atención a las costumbres, tanto legales como sociales.
Después de una natural conmoción ante la posibilidad de quedar sin base histórica posible para la
historia patriarcal, los estudios relacionados con medio oriente nos devuelven la convicción de
que científicamente es verosímil que hayan existido los patriarcas bíblicos en el espacio y en el
tiempo que la Biblia les asigna y la crítica literaria nos lleva a descubrir núcleos de tradición
primitiva que contienen datos reales acerca de los antepasados del pueblo bíblico.
Es verdad que la tradición identificó la religión de los patriarcas con la del pueblo de Israel:
Abraham adoraba al mismo Dios de Moisés.
Las tres fuentes del Pentateuco coinciden en este punto, aunque lo expresan de diversa manera.
Según E el Dios que se revela a Moisés bajo el nombre de Yahvé, es el Dios de los padres, el
Dios de Abraham, Isaac y Jacob (Ex 3,6.l5).
Según P Yahvé es el mismo Dios que pe había manifestado a Abraham, Isaac y Jacob, bajo el
nombre de El Saday (Ex 6,3).
El J utiliza el nombre de Yahvé en todos loe relatos patriarcales desde la vocación de Abraham
(Gn 12,1) y hace remontar el culto de Yahvé hasta los orígenes de la humanidad, al tiempo de
Enós, hijo de Set (Gn 4,26)
Sin embargo, E y P subrayan la diferencia entre el nombre de Yahvé y los nombre que usaban los
patriarcas. Además, E y P y aún J evitan trasladar al tiempo de los patriarcas las instituciones
- Gen 31,42.53 pahad yishaq, se suele traducir por terror de Isaac, es mejor pariente de Isaac,
- Gn 15,1 yo soy tu escudo, es una expresión metafórica para significar la protección divina.
- Gn 49, 24-25 abir Yaacob poderoso o toro de Jacob. Estas apelaciones no se consideran como
nombres divinos; en un principio el dios del padre es anónimo.
Es legítimo aceptar que en un principio los antepasados de Israel pertenecieron a diversos clanes
y que cada grupo tuvo su propio dios del padre. No se trata de un monoteísmo, sino de una
monolatría. La aceptación del dios del padre no excluía el reconocimiento de divinidades
menores; Labán jura por el dios de su padre Najor (Gn 31,53), pero al mismo tiempo se queja de
haber perdido sus dioses (Gn 3,30)
Esta religión del dios del padre es la forma más antigua que podemos alcanzar, la que los
antepasados trajeron a Canaán. Entre los rasgos de tal religión podemos encontrar:
- El dios del padre no está vinculado a un santuario, sino que va ligado a un grupo de hombres.
La palabra El es el nombre común que significa dios en todas las lenguas semíticas, excepto el
etiópico. Hoy día se admite que las diversas denominaciones son diversas formas del mismo gran
dios El, hoy mejor conocido por los textos de Ras Samra.
Varaos a tratar de establecer el sentido de los epítetos:
EL ELYON, el P. De Vaux opina que hay que eliminar tal título de la religión patriarcal. Sólo
aparece en Gn 14, en el episodio de Melquisedec, todo él tardío. Fuera del Génesis sólo aparece
en Sal 78,35.
Elyón el Altísimo, empleado solo es muy frecuente en la Biblia (cfr Mandelkern, Concordantiae,
p. 876) y es empleado como sustituto de Yahvé. De El Elyón no hay ningún testimonio fuera de
la Biblia. En realidad El y Elyón son dos divinidades distintas del panteón cananeo-fenicio y
fueron combinadas arbitrariamente en Gn 14.
En la Biblia se nos presentan a los patriarcas como fundadores de dichos santuarios, pues allí
levantaron un altar e invocaron el nombre de Dios o de Yahvé, en el J. En realidad se trata de
antiguos santuarios cananeos, donde encontraron los patriarcas el culto del gran dios El. Reciben
su revelación en el trascurso de un sueño o de una visión nocturna (G-n 5,17; 26,24; 28,13;
31,13; 46,2). En Ugarit El es la única divinidad asociada a los sueños. En estos relatos de
Fundación podemos descubrir el proceso de asimilación del dios del padre del grupo nómada con
el dios del templo de los sedentarios.
El es el dios supremo del panteón cananeo. Es el creador de las creaturas. En realidad es más
procreador que creador (cfr. el libreto de un drama cultual de Ugarit que puede definirse como
hierogámico, en BOTTERWECK, Diccionario Teológico del Antiguo Testamento, I, p. 26l).
Por ser jefe del panteón, recibe el título de rey. Es el ideal de rey, sabio y bienhechor y a
diferencia del dios del padre de los nómadas, vive en un palacio y está rodeado de la corte de los
demás dioses.
Al producirse la asimilación entre el dios del padre y El, los antepasados no renuncian a su
religión sino que la enriquecen. Es difícil precisar qué rasgos fueron tomados.
En cuanto a la conexión entre el dios de los patriarcas y Yahvé, hay autores que hacen remontar
hasta el tiempo de los patriarcas el conocimiento del nombre de Yahvé y Moisés sólo habría
recibido la revelación del sentido de ese nombre. Otros opinan que Yahvé sería el nombre del
dios del padre de Moisés. La dificultad se encuentra en las tradiciones E y P que afirman que
BOTTERWECK-RINGREN, Diccionario Teológico del Antiguo Testamento, voz EL, cc. 256-
275
CBSJ tomo V, pp. 609, ss.
EICHRODT, WALTER, Teología del Antiguo Testamento, pp. 163-178.
FOHRER, Georg, Storia della Religione Israelitica, Pideia Editrice, Brescia, 1985, pp. 27-70
JENNI-WESTERMANN, Diccionario Teológico manual del Antiguo Testamento, T. I, voz EL,
cc. 227-237
ZIMMERLI, W., Manual de Teología del Antiguo Testamento, pp. 15-31.
c)- Circuncisión.
Es probable que ya la usaban los patriarcas, pero no están claras las circunstancias en que se
introdujo. No es probable que fuera traída de Egipto. El uso de cuchillos de sílex (Ex 4,24-26;
Jos 5,2-3) recuerda el carácter arcaico del rito. El rito es antiguo y es practicado fuera de Canaán
por pueblos emparentados con los patriarcas y que llevan su mismo género de vida.
Los antepasados de Israel pudieron conocer y practicar la circuncisión antes de entrar en Canaán.
Tenía el significado primitivo de iniciación al matrimonio y a la vida común del clan, como lo
tiene aún en Gn 34,14-16. Sólo más tarde llega a ser signo de la alianza entre Dios y su pueblo,
aunque el P lo traslada a la época de Abraham (Gn 17).
Las conclusiones sobre la religión patriarcal son restringidas pero permiten establecer la
continuidad de esa religión con la de Moisés.
El que Melquisedec sea al mismo tiempo rey y sacerdote es normal en Medio Oriente, si
exceptuamos Israel.
El dios de Melquisedec no es Salem, sino El-Elyon (sobre El-Elyon, ver explicación anterior).
Los textos de Karatepe lo nombran como creador de la tierra. El v. 19, lo presenta como señor
del cielo y de la tierra.
En el v 22 El-Elyon es identificado con el Dios verdadero de Abraham, a quien el texto bíblico
llama Yahvé para subrayar la identidad entre la religión patriarcal y la mosaica. Esto no da de-
recho a pensar que Melquisedec fuera monoteísta. Solamente que invoca al dios supremo del
panteón a quien atribuye la inesperada victoria de Abraham, pidiendo para él una bendición.
Antes de pronunciar tal bendición, Melquisedec hizo sacar pan y vino para dar de comer a
Abraham y a sus soldados.
Una antigua tradición que inicia San Cipriano (Lett, 63,4) y que después es aceptada en la
anáfora 1a. de la misa, afirma que Melquisedec ofreció el pan y el vino en un verdadero sacrificio
cultual, que por sus elementos sacrificiales refigura el sacrificio eucarístico. Entre quienes
admiten este sacrificio, unos lo combinan con la comida restauradora de Abraham y los suyos y
otros sólo admiten el sacrificio a la divinidad.
Es conveniente observar que el nuevo Testamento y de modo especial Hebreos 7, no obstante su
insistencia en proponer a Melquisedec como tipo de Cristo sacerdote, no habla nunca de un
sacrificio de pan y vino.
En. cuanto a la figura misma de Melquisedec, al mismo tiempo sacerdote y rey, presente también
en Sal 110,4, hoy es considerada como reflejo de un ambiente claramente cananeo.
(cfr. CODY, A., A History of Old Testament Priesthood, p 101).
Según la narración del Génesis, es el episodio que con mayor claridad presenta la fe profunda y
obediencia-generosa del patriarca Abraham.
Tiempo: El v 3 da a entender que la orden divina le es comunicada a Abraham en una visión
nocturna.
Sitz im Leben: La orden de Dios exigía del patriarca el sacrificio de lo que más tenía de querido y
destruía la única posibilidad de ver realizadas las reiteradas promesas divinas. Esto con todo, no
sonaba extraño a los oídos de Abraham. En el ambiente cananeo, por el tiempo en que vivía se
practicaban los sacrificios humanos, sobre todo de niños.
Los textos antiguos callan esta costumbre, pero la Biblia la presenta como cananea: Lev 18,21;
20,1-5; Deut 12,31; 2 Re 16,3;
23,10, etc. Este dato es confirmado por los escritores romanos y algunos detalles de
excavaciones arqueológicas.
Las exploraciones arqueológicas muestran con suficiente claridad que los cananeos
contemporáneos de Abraham practicaban el llamado sacrificio de fundación y que parece estar
documentado en la Biblia (I Re l6,34; cfr. Jos 6,26). Su finalidad era la de asegurar a la
construcción la protección perpetua por parte de la víctima enterrada. Es verdad que se
encuentran con. frecuencia sepulturas de adultos y de niños entorno a la ciudad y no se pueden,
considerar todos como sacrificios de fundación. Pero hay casos que confirman esta posición: p.
ej., el esqueleto de una muchacha de quince años a la base de las fortificaciones de Meggido y los
esqueletos de niños encontrados en Tell el-Farah, bajo las puertas de la ciudad de la edad de
bronce.
Posible objetivo: Dios no permite a Abraham que mate a su hijo y le pide lo sustituya por un
carnero. Esta idea de la sustitución es muy común entre los semitas. Un texto mágico asirio dice:
ha despedazado la cabeza del cordero en vez de la cabeza del hombre.. La prohibición desborda
el caso particular para hacerse ley universal. En Israel esta práctica siempre fue considerada como
un abuso de influjo cananeo.
(Cfr De Vaux, Instituciones, pp. 559-565).
Lugar del sacrificio: Los vv. 3-4 nos dan alguna indicación La palabra maqqom y el país de
Moryyah. La palabra «maqqom» indica un lugar especial para adoración o para sacrificios. Es
posible que originariamente estuviera la denominación genérica de país de los amorreos.
Por su Tuerte la tradición judía identifica, este lugar con el monte Sión, sobre el cual se levantaba
el templo de Jerusalén (cfr II Cro 3,1). Los exégetas modernos, ante las incertidumbres de las
traducciones antiguas, que sustituyen este nombre con diversos nombres comunes, generalmente
renuncian a identificar el lugar preciso donde Abraham ofreció el sacrificio.
El sacrificio de Isaac ha sido empleado de manera muy amplia por los Padres de la Iglesia, la.
liturgia y el arte cristiano en sentido tipológico: se lo ha relacionado con el sacrificio de
Jesucristo, el Hijo Único del Padre, que llevó el madero de la cruz al Calvario.
Estos bienes son prevalentemente de orden material y terreno como la mayor parte de los bienes
prometidos por los profetas del Antiguo Testamento. No deben excluirse, con todo los dones de
orden sobrenatural y mesiánico. Esto lo deducimos de la solemnidad de estas promesas, de la
misión eminentemente espiritual del pueblo hebreo y particularmente, de la auténtica inter-
pretación de Jesucristo (Jn 8,56) y de los Apóstoles (Hech 3,25-26; Gal 3,6-9.14-16.).
Especial atención merece la promesa hecha a Abraham y a sus descendientes, de ser bendición
para todos los pueblos. El verbo BARAK bendecir, es empleado tres veces en forma pasiva
(niqtal) y dos veces en forma reflexiva intensiva (hitqattel). Casi todos traducen de la misma
manera. A la hora de interpretar, unos lo entienden en sentido reflexivo las naciones se
bendecirán (Así De Vaux). Otros lo entienden en sentido pasivo las naciones serán benditas (Así
Clamer y Zorell). Otros finalmente en sentido activo: las naciones bendecirán (Así Ceuppens).
Parece que hay que preferir el sentido pasivo: es el que toma el texto LXX, la Peshita y la Vulgata
y es canonizado por el uso del NT (Hech 3,25; Gal 3,8).
Este sentido es exigido por Gn 12,3. Los episodios de la destrucción de Sodoma y Gomorra ( Gn
18-19) y de Abimelec (Gn 20) subrayan vigorosamente este hecho. Finalmente el sentido pasivo
cuadra mejor con el alcance mesiánico de la descendencia (zerá de Abraham, claramente
afirmado por Cristo (Jn 8,56) y por los Apóstoles Hech 3,25-26; Gal 3,l6) y aceptado con
unanimidad por los exégetas católicos.
El único punto de divergencia entre los exégetas católicos se refiere a la manera como debe
entenderse el Mesías dentro de la descendencia de Abraham, Teniendo en cuenta el
Generalmente se ha considerado a Gn 49 como un texto típico del género bendición. Enric Cortès
en su libro arriba citado viene a replantear el tema y a darle una solución mucho más precisa:
tanto en este pasaje como en algunos más del Antiguo y del Nuevo Testamento estamos frente a
un género literario claramente identificable y que apenas comienza a estudiarse.
Como género literario, el discurso de Adiós tiene los siguientes elementos:
1.- El moribundo (o el que sube al cielo) llama a los suyos para hablarles.
2.- Da sus exhortaciones. Entre ellas sobresale por la frecuencia la alusión a las obras de
misericordia, a la caridad, al amor o a la unión fraterna.
3.- Unas frases sobre el futuro de la comunidad o el fin de los tiempos terminan el discurso.
Al tercer motivo le siguen a menudo las últimas disposiciones funerarias. ( Cortès, o.c. p.54)
Al acercarnos al Gn 49 descubrimos diversas tradiciones que recogen los últimos momentos de
Jacob antes de su muerte. Este capítulo es el que más se acerca a un discurso de adiós como
género literario. Tradicionalmente se lo ha titulado bendiciones de Jacob. Este título se apoya
sólo en el v.28 que ha sido considerado como redaccional y en 25-26, la bendición de José.
Comienza a dársele al Gn 49 el título de testamento de Jacob (SPEISER, Genesis, New York,
1964, P. 370).
La atenta lectura del capítulo 49 nos hace ver la diversidad de perspectivas que tiene. Por una
parte pe trata de los hijos de Jacob que rodean el lecho del moribundo (vv. 1.2.3.4.6.9.33). Por
otra, el contenido de algunos versículos contradice esa información. P. ej., 24-25.28a, no habla de
individuos sino de tribus que salieron de Jacob.
Según la opinión común de los comentaristas, los vv. 3-27 describen, en forma de poesía popular,
el estado de cada una de las tribus en un momento determinado de su historia. Un último redactor
introdujo en la narración P. de la muerte de Jacob (28b-32/33) el antiguo poema de las tribus. Al
hacerlo dio al poema un cuadro interno de discurso de adiós vv. 1b.28a).
Jacob llama a sus hijos y les habla (primer motivo).
Los dichos puestos en boca de Jacob suenan como profecías: Reuníos para que os
anuncie lo que os ha de acontecer en días venideros (segundo motivo) (Ib, 3-27).
La mayoría de los autores modernos ven en el poema vv. 3-27) simples dichos populares que
corrían de boca en boca en tiempo de los jueces. Cuando se quiere precisar un poco más se
desciende al máximo hasta los primeros tiempos de la monarquía. Entonces estos dichos se
insertaron en la narración P de la muerte de Jacob. Pero no conocemos con exactitud ni a quién se
debe ni la época de esta inserción. Quien los insertó parece haberles dado alguna de sus ultimas
formulaciones. Así v. 3a, 4b, 6a, 7b, 9a podrían contener uno que otro retoque para adaptar
dichos populares a la boca de Jacob moribundo. La composición definitiva parece ser antigua, no
muy posterior a la primera monarquía, cuando la organización tribal era algo vivo y operante.
En adelante se considerará a este texto como un modelo de discurso de adiós y la tradición judía
lo aprovechará al máximo.
El ambiente refleja la organización tribal: Predominio dado a Judá y honor reservado a la casa de
José
En general los oráculos siguen el mismo orden en que nacieron los hijos de Jacob (Gn 29-30): los
seis hijos de Lía, los cuatro hijos de las esclavas Zelfa y Bala y los dos hijos de Raquel.
Los oráculos están caracterizados por un lenguaje lleno de imágenes que se inspira de preferencia
en el mundo de los animales: Judá es un león ( v.9), Isacar un asno robusto (v. 14), Dan una
serpiente sobre el camino (v. 17), Neftalí una cierva veloz (v. 21), Benjamín un lobo rapaz (v. 27)
El estudio de las diversas tradiciones hoy día generalmente aceptadas, J, E, P y D nos permiten
comprender el proceso que se siguió hasta la redacción de los libros y su posible fecha de
composición definitiva.
Se titula esta parte Época Mosaica, por referencia, no tanto al origen de los libros en cuanto a su
composición literaria, sino a la ubicación histórica de los acontecimientos. De la misma manera
que el Génesis se desarrolla dentro de una ambientación patriarcal, los restantes libros del
Pentateuco tienen su eje principal en la persona e influjo inspirador de Moisés.
1.- EL GÉNESIS
a.- Noción.
b.- Contenido.
Según su contenido, el Génesis se divide en dos partes:
la prehistoria bíblica (1,1-11,26) y la historia de los Patriarcas (11,27-50,26). A su vez cada una
de estas partes comprende cinco toledot.
SEGUNDA PARTE
Presenta la historia de los patriarcas hebreos en otras cinco toledot:
1.- La historia de Teraj (11,27-25,11)
Los episodios más relevantes son:
la vocación de Abraham (12,1-9),
su alianza con Dios (15,1-21)
y el sacrificio de Isaac (22,1-19)
2.- La Historia de Ismael (25,12-19)
d- Valor histórico.
Los primeros once capítulos, relativos a la prehistoria, pertenecen a un género literario-histórico,
que no tiene parecido con loe géneros históricos antiguos, mucho menos con los modernos. No
pueden ser relegados al campo de la leyenda o del mito, pues pe refieren a episodios que se hallan
a la base de las religiones hebraica y cristiana.
2.- EL ÉXODO
a.- Noción.
La denominación ÉXODOS, Salida, de los LXX ha pasado a nuestras lenguas. De hecho la salida
de Egipto ocupa solo quince capítulos. Dos son los tema principales: la Salida de Egipto y la
Alianza del Sinaí, unidos por el tema de la marcha a través del desierto.
En el texto hebreo su nombre es tAmv. hL,aew> we ´elleh Shemot, Estos son los
nombres o simplemente Shemot, de las palabras con que comienza el texto.
De la historia de las familias patriarcales, pasamos con el Éxodo, a la historia del pueblo de
b.~ Contenido
A pesar de los antropomorfismos (4,24; 14,25; 31,1o; 32,16; 4,14; 32,11-14), Dios es espiritual.
Prohíbe toda figura o imagen de la divinidad (20,4; 34,17).
Es Dios omnipotente:
Ha creado al hombre y lo ha dotado de sus sentidos: 4,11.
Rige las fuerzas de la naturaleza y por los prodigios que realiza, prueba su soberanía sobre
los elementos, que hace servir a sus planes: 7,14-10,29; cap. 14.
Esta temática teológica del Éxodo ha influido enormemente en las generaciones posteriores.
En el A.T. se multiplican las referencias al hecho asombroso de la liberación de Egipto:
Jos 24,17; Amós 2,10; Sl 81,11; 78;105; 135; 136.
El Deuteroisaías anuncia el regreso de Babilonia como un nuevo Éxodo: Is 43,16; 48,21;
52,11-12.
Cada año la celebración de la pascua hacía revivir a Israel la gesta del Éxodo.
La plegaria que acompañaba el ofrecimiento de las primicias estaba centrada en la
liberación de Egipto: Dt 26,5-10.
El recuerdo del Sinaí y de la permanencia en el desierto marcaba la fiesta de Pentecostés y
de los Tabernáculos.
En el N.T. los acontecimientos del Éxodo son interpretados como figuras de las realidades de la
nueva alianza:
San Pablo insiste en este aspecto: I Cor 5,7; 10,2-4.
Juan presenta al Mesías como nuevo Moisés (1,17; 3,14) y opone al maná, el pan vivo
(6,32s).
La I Pe describe la vida cristiana inspirándose en el ritual de Pascua (I Pe 1,13).
El Éxodo fue poco comentado por los Padres de la Iglesia, pero lo emplearon mucho en las
catequesis sacramentarías y en las homilías pascuales. Por ejemplo S. Cirilo de Jerusalén en sus
Catequesis Mistagógicas.
La Iglesia lo utiliza en su vida: el Decálogo es aún válido y fundamental para todo cristiano. La
Liturgia emplea textos del Éxodo en la celebración del Bautismo y durante el tiempo pascual. Las
corrientes de Teología que buscan la línea antropológica, la, encuentran en el segundo libro del
3.- EL LEVÍTICO
Es el único libro del Pentateuco que no contiene narraciones, si exceptuamos 8-10; 24,10-14.
Más que ningún otro. libro, el Levítico necesita una introducción. Su género literario y la
mentalidad que refleja, son tan diversos de los nuestros que se necesita un esfuerzo verdadero
para penetrar su mentalidad. Esta dificultad se refiere sobre todo a la forma. Su contenido
religioso es de primera importancia. Nos da la clave para entender el culto cristiano y su
simbolismo y en el ámbito de la historia de las religiones tiene un lugar central.
b.- Contenido
Más que una codificación de leyes, el Levítico se presenta como una síntesis de varias
prescripciones de usos cultuales de tiempo y ambientes diversos.
En Deut 12 lo vemos reglamentado y en Lev 7 aparece en una posición inferior. Este sacrificio de
comunión era el rito central de las fiestas regulares y expresaba por excelencia la comunidad de
vida entre los fieles y la divinidad.
Esta parte termina con el ritual del día de la Expiación. Se trata del Yom Kippur.
En el texto actual del Levítico aparece muy complicado.
Por su parte, los críticos católicos, se esfuerzan por mantener la autenticidad mosaica del libro,
fundados en la tradición judeo-cristiana. Solo que no están de acuerdo en cuanto al grado de tal
autenticidad.
En el Levítico todas las leyes son atribuidas a Yahvé y siempre con las mismas palabras, que
parecen una introducción estereotipada del redactor que ha pretendido conectarlas así con la
legislación del Sinaí. De hecho vienen a formar parte del desarrollo progresivo de la legislación
mosaica, debido a las condiciones sociales y religiosas de los siglos posteriores. Tenemos pruebas
de que, aún tratándose de costumbres antiquísimas, se refieren a una vida ya plenamente
sedentarizada, con una civilización y cultura urbanas, con fiestas agrícolas y con un culto
minuciosamente reglamentado.
Quienes aceptan la teoría de las diversas tradiciones, están de acuerdo en atribuir el Levítico a la
tradición P.
El problema más complejo que presenta el libro consiste en distinguir las partes antiguas y las
recientes y mediante el estudio de los diversos estratos, mostrar el desarrollo gradual de la
tradición.
Este problema aún no está resuelto. Con todo se ha llegado a establecer que en los siglos VI-IV
a.C., el libro tomó su forma definitiva. Igualmente es aceptado que la tradición P. estuvo
estructurada ya antes del destierro ( 722-589)
Cfr. KILIAN, Rudolf, El escrito sacerdotal. La esperanza del retomo, en Palabra y mensaje del
Antiguo Testamento, pp. 307-328.
Toda la legislación levítica está basada en la santidad de Yahvé. EL exige esta cualidad a
cuantos se le acercan, y en particular tratándose de su pueblo (Lev 19,2; 20,7.26; 21,8)
Israel no podía comportarse como las demás naciones (Lev 20,24.26) Estaba obligado a
b.- Contenido.
No es fácil trazar un plan coherente del Libro de los Números. Es una obra de historia teológica,
en que el hilo histórico es continuamente interrumpido por la inserción de disposiciones
reglamentarias. Tampoco se puede hacer una división del libro de acuerdo a su contenido
teológico.
El criterio que permite dividir el libro en tres grandes partes y secciones, es el geográfico, de
acuerdo al emplazamiento que se presupone en ellas:
1) En el Sinaí (1,1-10,10)
2) En Cades Bárnea (10,11-22,1)
3) En los Llanos de Moab (22,2-36,13).
2.- Viaje a través del desierto, durante 38 años (10,11-21,35; cfr. 14,34-36).
Cap. 11-14: constituyen una sección narrativa. Ante todo se describe el viaje del Sinaí a
Cades (10,11-36) El episodio de las codornices (11). La lepra de Miryam, la hermana de
Moisés (12) La Narración de la exploración de Canaán, llevada a cabo por un
representante de cada tribu (13). Lamentos y murmuraciones del pueblo y derrota de
Horma (14).
Es innegable que el numero de los israelitas y su organización han sido idealizados. Sin embargo
la descripción de los acontecimientos refleja la época del desierto y la geografía de la estepa.
El hecho de que Moisés haya puesto por escrito las diversas etapas del viaje, nos sugiere el modo
como se conservaron los recuerdos de este período. Los diferentes incidentes del desierto,
debidos a la impaciencia del pueblo y a su nostalgia de los productos de Egipto, corresponden
bien a la época mosaica.
La dura lucha que Moisés debió sostener contra el pueblo, es perfectamente verosímil, si
consideramos que la responsabilidad de la marcha por el desierto recae totalmente sobre los
hombros del jefe israelita.
NB. Sobre esta etapa es muy valiosa la obra De Vaux, Historia Antigua de Israel, T. II.
1) Monoteísmo.
Yahvé es el Señor que guía a Israel y castiga a sus enemigos. La victoria sobre los reyes amorreos
es una prueba de la protección divina sobre el pueblo.
Los oráculos de Balaám prueban que Yahvé extiende su dominio también sobre los gentiles.
Este Dios es santo: por eso el campamento de los Israelitas debe ser dividido de modo
conveniente, de manera que junto al Tabernáculo queden solo los sacerdotes y levitas y a su vez
el pueblo debe observar escrupulosamente las leyes de la pureza cultual para entrar en contacto
con la divinidad.
NB. Metodológicamente, fundamentar ampliamente con textos las anteriores afirmaciones.
2) El culto.
Es el centro de interés del libro:
Privilegios de la clase sacerdotal.
Diversos sacrificios.
Fiesta de la Luna Nueva (28,11-15).
Ofrecimiento de harina y aceite en los sacrificios (l5,l-l6).
5.- EL DEUTERONOMIO
a.- Noción.
El Deuteronomio es el último de los libros del Pentateuco. Su nombre DEUTERONOMION lo
encontramos en la traducción de los LXX, 17,18. El título griego ha pasado a nuestras lenguas y
significa al pie de la letra segunda ley o también duplicado o copia de la Ley, dando a entender
que la primera sería la que está contenida en el Éxodo, Levítico y Números, teniendo por marco
histórico-geográfico, los hechos del Sinaí. De suyo el texto hebreo en el citado pasaje (17,18)
nohabla de segunda ley, sino de duplicado de la ley Mishneh ´atorah taZOh;
hr'ATh;nEv.mi-ta
En la Biblia hebrea toma el título de las dos primeras palabras del libro ~yrIb'D>h;
hL,ae ‘elleh hadebarim, estas son las palabras.
A pesar de su título, el Deuteronomio contiene otros elementos, además de leyes. El libro termina
con la muerte de Moisés. Tiene otros relatos referentes a la permanencia de los Israelitas en
Moab.
La ley no está ausente y al igual que en todo el Pentateuco, muchos relatos tienen como finalidad
hacer comprender el carácter divino de la ley, como fruto de la Providencia sobrenatural de Dios
que gobierna y dirige a su pueblo.
Pero estos relatos no constituyen la originalidad del Deuteronomio. Lo que le es propio es haber
captado el sentido de la historia de Israel en los grandes discursos que sirven de marco al llamado
Código deuteronómico.
De ese modo desarrolla el sentido de los acontecimientos del Éxodo, del Sinaí y de la conquista.
Así da todo su alcance a la ley y hace depender el futuro de la fidelidad con que se la observe.
b.- Contenido.
El conjunto del libro forma una mezcla de relatos, discursos y leyes que dan a la forma externa
del libro la apariencia de un conglomerado heterogéneo, cuyos elementos se entrecruzan a veces,
sin lógica interna sensible.
El estilo directo invade los mismos textos jurídicos. Muchos de estos textos son los mismos que
se encuentran en colecciones anteriores, pero el autor, cambiando los pronombres y las formas
verbales a segunda persona, los trastorna. A veces añade una de esas frases características en que
ha esculpido su teología y mediante las cuales quiere dar sentido religioso profundo a una ley
aparentemente vanal.
De este modo toda la obra viene a tener gran unidad de tono: la parte jurídica es con frecuencia
una interpelación o una invitación. Los discursos contienen frecuentemente directrices precisas
sobre la religión y la moral. El Deuteronomio tiene sus frases favoritas, mediante las cuales
recuerda constantemente su doctrina: Israel el Pueblo elegido, se compone de hermanos. Yahvé
1) El Deuteronomio sería un piadoso fraude sacerdotal para apoyar las reformas religiosas de
Josías en el siglo VII. Esta opinión la propuso De Wette al comienzo del siglo XIX y luego la
siguió Wellhausen. EL libro habría sido escrito hacia el 621 a.C. por un sacerdote jerosolimitano
y habría servido luego de base para la reforma de Josías. La hipótesis es hoy día considerada
como arbitraria por anticientífica: el libro contiene elementos que revelan una tradición antigua.
2) Otra opinión hace remontar su composición al tiempo de Ezequías en el siglo VIII. Defienden
esta opinión Clamer en La Sainte Bible y Cazelles en la Biblia de Jerusalén. Según Cazelles,
nunca se insistirá demasiado sobre la parte preponderante de Moisés en la obra. No que haya que
atribuirle la redacción de la obra, sino que el fondo mosaico es indiscutible: el Decálogo, la
religión y el espíritu del Deuteronomio son mosaicos.
Las medidas adoptadas en tiempo posterior quieren ser, no innovaciones, sino medios para
asegurar la pureza de la religión y del culto tal como existía en tiempos del fundador. Según
Cazelles, el fondo mosaico del Deuteronomio se salvó precisamente mediante la adaptación del
legado histórico de Moisés a las condiciones posteriores, siguiendo con fidelidad el contenido
primitivo y mediante la ficción literaria de los discursos.
3) La tercera opinión mantiene el origen sustancialmente mosaico del Deuteronomio, tanto en las
leyes, como en los discursos puestos en boca de Moisés. Es una opinión sostenida por algunos
católicos, especialmente por Junker y Mackenzie.
NB. Es actualmente muy importante el trabajo realizado por N. LOHFINK; Véase El mensaje de
la alianza; El Deuteronomio, en Palabra y Mensaje del Antiguo Testamento, pp. 228 ss.
En ningún otro libro del A.T. se siente una atmósfera de tan generosa devoción para con Dios y
de tan amplia benevolencia para con la sociedad y el hombre.
Los deberes del hombre son presentados con un sentimiento profundo y tierno y con una
elocuencia persuasiva.
1) La principal preocupación del Deuteronomio es impedir que los israelitas participen en los
cultos idolátricos; los demás dioses no tienen poder alguno, mientras Yahvé es la fuente de todo
poder y autoridad, de todo lo creado.
3) Sobre el amor reposa toda la historia de Israel y el precepto fundamental del Deuteronomio es
el amor a Dios y a los hombres.
APÉNDICE: EL SHEMA’
Esta compuesto fundamentalmente por los siguientes pasajes bíblicos; Dt 6,4-9;
`dx'a, hw"hy> Wnyhel{a/ hw"hy> laer'f.yI [m;v. 4
Num 15,37-41,
terminando así:
«Yo soy Yahvé, el eterno, vuestro Dios que os he sacado de Egipto para ser vuestro Dios».
Verdadera, firme, estable, duradera, recta, fiel, amada es esta palabra para nosotros por siempre
jamás. Apoyo de nuestros padres tú lo fuiste desde siempre. Tú eres el escudo y el salvador de sus
hijos después de ellos, en cada generación.
Roca de Israel, levántate en ayuda de Israel; libra según tu promesa a Judá y a Israel. Bendito eres
tú que rescataste a Israel.
Estas plagas son descritas con artificiosidad estilística que aparece en la repetición de fórmulas
fijas y en expresiones hiperbólicas.
Hay dos clases de narraciones, una larga y otra breve. Su alternación responde a un esquema
estructural de tres elementos, ABC, así:
A.- Las plagas I, IV, VII y X; Dios ordena a Moisés presentarse al día siguiente al faraón para
anunciarle la plaga y realizarla.
B.- En las plagas II, V y VIII, Dios manda a Moisés que anuncie la plaga, pero sin realizarla.
Por otra parte las plagas están ordenadas por pares: la II y I se refieren directamente al Nilo; la III
y IV se refieren a una invasión de insectos. La V y VI son dos epidemias graves. La VII y VIII
destruyen cuanto hay en el campo. La IX y X se refieren directamente a la noche.
En la descripción de los efectos de las plagas, de la manera de comportarse los magos egipcios,
del faraón y de Moisés, se nota un evidente crescendo, que aumenta la tensión en el lector.
Todo esto nos permite concluir que nos encontramos frente a una narración en que se usan modos
de expresarse hiperbólicos, paradójicos y aproximativos de que habla la Divino Afflante Spiritu.
De ahí que la reconstrucción histórica de los acontecimientos resulte poco menos que imposible,
aunque se deba afirmar su carácter histórico global.
Ya desde hace tiempo se ha observado la correspondencia de las plagas con algunos fenómenos
naturales que se observan en Egipto de manera periódica:
- Julio-agosto: inundaciones y Nilo rojo.
- Septiembre-octubre: multiplicación de insectos y ranas.
- Noviembre-diciembre: peste y ulceras.
- Enero-febrero: granizo.
- Marzo-abril: tiempo de la celebración de la pascua, es el tiempo del viento Khamsin, que llega a
producir total oscuridad, por las enormes nubes de arena.(Actualmente en África se da el
Harmatán)
Esta información no disminuye el valor de las narraciones y el sentido milagroso que se les da a
los acontecimientos. Se trata de verdaderos milagros, por lo menos quoad modum.
NB. De Vaux presenta las plagas de Egipto en el contexto de disputas entre Moisés y el Faraón.
Cfr. Historia Antigua de Israel, I, pp. 349-354.
Los Israelitas, por consejo de Yahvé eligieron la via del desierto. Fugitivos como eran, hubiera
sido una locura elegir un camino que era fuertemente vigilado, aun en tiempos de paz.
Ese camino del Desierto había sido preferido antes de ellos por el príncipe egipcio Sinuhé, quien
hacia el 2.00 tuvo que refugiarse en Siria por sospechas de complicidad en la muerte del faraón
Amen-em-het. Igual camino recorrieron dos esclavos fugitivos, perseguidos por un oficial de la
policía de Tjekw en tiempos de Setti II, que ha dejado un relato detallado de las actividades
Es de notar de paso que la única sección que no tiene correspondencia es la Y, que está colocada
exactamente en el centro. Se tiene un ritornello casi constante: el Faraón, el ejército, los carros y
los caballeros. Igual sucede con otras fórmulas. La narración se sitúa en un marco grandioso,
amplio y majestuoso en que no interesan tanto los detalles.
Tratando de dar una explicación natural a la narración se ha querido explicar por fenómenos
atmosféricos extraordinarios, acompañados de terremotos o maremotos. Así parecen orientarse
los salmos 77,17-21 y 114,1-4.
Tenemos información sobre este tipo de fenómenos: el 11 de julio de 1927 un fenómeno sísmico
hizo estancar la parte alta del Jordán, dejando seca su parte inferior. Un hecho semejante es con-
servado por las crónicas árabes del 8 de diciembre de 1267: un fuerte viento que se produjo
después de un terremoto secó el cauce del río y lo dejó seco, mientras se veían grande olas muy
cerca, suspendidas por el fuerte viento.
Todos los exégetas están de acuerdo en que la cifra es demasiado exagerada, ya que se trataría de
una población aproximada de 3 millones, cifra desmesurada para el tipo de operación que se
describe. La solución parece encontrarse en la filología. Efectivamente tenemos el empleo de la
palabra @l,a,ó ´ elef, que significa al mismo tiempo millar y familia. Según esto podríamos
traducir en vez de 600.000, seiscientas familias, con lo cual la población sería de unas diez mil
personas.
Otros renuncian a definir el número de los israelitas que salen de Egipto, pues, según ellos, se
trata de narraciones idealizadas en las cuales las cifras se aumentan sistemáticamente. Aquí nos
encontramos frente a una página claramente épica, que por cierto ha sacudido fuertemente la
fantasía de judíos, cristianos y hasta musulmanes. San Pablo (I Cor 10,1a) ha visto en este pasaje
la prefiguración del bautismo cristiano.
El negar estos hechos como milagrosos, iría contra la evidente intención del autor. Sin embargo
todos los exégetas , especialmente con relación a las codornices y al maná, admiten una relación
más o menos estrecha entre los hechos bíblicos y algunos fenómenos naturales que se dan en la
península del Sinaí.
En cuanto a las codornices, anualmente emigran desde el interior de África y de Arabia, hacia los
países mediterráneos, por la época de primavera y principios del verano. En su vuelo llegan
cansadas a la península de Sinaí y fácilmente son capturadas.
En cuanto al maná, en la península crece un árbol llamado tamarix mannifera de unos 6-7 metros
de altura y que a veces forma bosques considerables. Entre mayo y agosto las ramas más tiernas
producen secreciones que se solidifican y forman pequeñas granulaciones. Aun hoy día es
preparado. Números 11,7-8 nos da informaciones sobre su preparación. Sin embargo diversas
circunstancias que se narran, nos piden una interpretación en el sentido de un fenómeno
milagroso, por lo menos quoad modum.
Mayor resonancia tuvo en la literatura bíblica el prodigio d«l maná. A él aluden los libros de los
Salmos y la Sabiduría que lo llaman pan de los fuertes vyai_ lk;a'ä ~yrIyBia;â
~x,l,ä 25
(Sl 78,25), pan del cielo `~[eyBif.y: ~yIm;v' ~x,l,w> wl'f.
abeY"w: la;v' WTT Psalm 105:40 (Sl 105,40), y comida de los ángeles 20 avnqV
w-n avgge,lwn trofh.n evyw,misaj to.n lao,n sou kai. e[toimon a;rton avpV
ouvranou/ pare,scej auvtoi/j avkopia,twj pa/san h`donh.n ivscu,onta kai. pro.j
pa/san a`rmo,nion geu/sin
(Sab 16,20)
Jesucristo puso de relieve el carácter celestial y el valor tipológico del maná en relación con la
Eucaristía. Sólo ésta última da la vida eterna, mientras la primera no preserva de la muerte (Jn
6,31-59).
Hemos analizado algunos hechos maravillosos del Éxodo en el anterior tema. Sin embargo
correríamos el riesgo de dejar sin contenido el bloque del Pentateuco que gira en torno a la figura
y actividad de Moisés, si nos dejamos llevar de un deseo de establecer una crítica, ya sea literaria,
ya sea histórica excesiva, que parta de un falso presupuesto. Guiados por la fe y por los elementos
que nos presenta una ciencia positiva, podemos afirmar que la Biblia ha recogido en los libros del
Éxodo, Números y Levítico verdaderos acontecimientos históricos, cuyos protagonistas, lugares y
situaciones, en lo fundamental, son perfectamente verosímiles. Que tales narraciones presentan
los personajes y los hechos bajo una perspectiva característica: se trata de una experiencia
religiosa cualificada de un pueblo que descubre en su historia un sentido especial. Así lo expresa
el Concilio Vaticano II:
Deseando Dios con su gran amor preparar la salvación de toda la humanidad, escogió a un
pueblo en particular a quien confiar sus promesas. Hizo primero una alianza con Abraham (cf
Gn 15,18); Después por medio de Moisés (cf. Ex 24,8), la hizo con el pueblo de Israel, y así se
fue revelando a su pueblo, con obras y palabras, como único Dios vivo y verdadero. De ese
modo Israel fue experimentando la manera de obrar de Dios con los hombres, la fue compren-
diendo cada vez mejor al hablar Dios por medio de los profetas, y fue difundiendo este
conocimiento entre las naciones (cf. Sl 21,28-29; 95,1-3; Is 2,1-4; Jer 3,17). La economía de
salvación, anunciada, contada y explicada por los escritores sagrados, se encuentra, hecha
palabra de Dios en los libros del Antiguo Testamento; por eso dichos libros inspirados conservan
para siempre su valor (DV, 14)
Israel en Egipto.
Ver, DE VAUX, Historia Antigua de Israel, I, pp. 290-314.
Por orden del faraón, José y su familia son instalados en la región egipcia de Gosén (Gn 45,10;
47,l). Aquí pueden continuar su género de vida seminómada. La identificación de la región no ha
logrado resultados acordes entre los estudiosos.
La familia de Jacob, originariamente un pequeño clan de beduinos de 70 personas (Ex 1,5), crece
con rapidez. Surgen susceptibilidades en la orientación política del faraón e instaura una fuerte
represión. Es fácil adivinar la situación en las dinastías del Imperio Nuevo, 18 y 19. Los hebreos
se ven obligados a cambiar su manera de vivir: de pastores seminómadas, se hacen sedentarios y
se dedican al cultivo de los campos (Ex 1,14) y a la construcción de ciudades-despensa (id. 1,11).
Los detalles dados por la Biblia reciben confirmación en la arqueología.
El Ex. 1,11 da los nombres de Pitom y Ramesés como las ciudades en construcción. El
descubrimiento de Pi-Rameses (la casa de Ramsés), llevó a situar el Éxodo en tiempo de ese
faraón. Tan difícil es comprobar tal afirmación, como desmentirla.
Tanto Martín Moth (Historia de Israel, pp 111 ss) como John Bright (La Historia de Israel, pp.
113 ss) están de acuerdo en que, para la conciencia del pueblo, el hecho de Egipto en su historia
es de primera importancia. Solamente que Noth deja sentir en su elaboración el peso de la
egiptología, mientras Bright quiere hacer una lectura más literal del texto bíblico.
Yahvé, Yahveh, Yahweh, Yavé, Iahvé, Iavé: Son diversas transliteraciones de cuatro
consonantes hebreas: Yod, He, Vau, He que conforman el nombre más frecuente de Dios en el
antiguo testamento. Aparece 5.822 veces desde Gen 2,4 hasta Mal 4,5. Los hebreos nunca lo
pronunciaban y usaban otras expresiones al encontrarlo escrito. En la aparición a Moisés en la
zarza ardiendo Dios mismo explica el nombre, no con definiciones teóricas sino estableciendo
una presencia activa e histórica entre el pueblo. Ex 3,14-16. La lectura Jehová es reciente y no es
correcta ni frente al texto hebreo ni frente a las antiguas traducciones griegas.
Cfr. Roballo, Sagrada Biblia, Glosario.
El tiempo del Éxodo no ha podido ser determinado con absoluta certeza, sobre todo porque la
Biblia no da el nombre del faraón opresor (Ex 1,18; 2,23) ni el del faraón liberador (id. 12,31)
Con razón se presentan divergencias. Las opiniones principales son dos: La primera coloca el
Éxodo en el S. XV a.C., en tiempo de la dinastía XVIII. El faraón perseguidor es identificado con
Tutmosis III y el liberador con Amenofis II. La segunda opinión lo posterga al siglo XIII, en
tiempo de la dinastía XIX Los dos faraones son identificados con Seti I y Ramsés II o con
Ramsés II y Mernefta o con Mernefta y Ramsés III. Hoy parece más probable la segunda opinión
1560 B.C. 1550 B.C. 1540 B.C. 1530 B.C. 1520 B.C. 1510 B.C. 1500 B.C. 1490 B.C.
Moses
Egyptian empire
Amenhotep I
Thutmose I
Thutmose II
Hatshepsut
Por otra parte los reinos de Transjordania como Edom, Moab y Amón, con los cuales entran en
contacto los israelitas en el Éxodo, sólo se constituyeron en el siglo XIII. Además las ciudades
cananeas de Betel, Lakish, Tell bet Mirsim y Hassor fueron destruidas más o menos por aquella
época, en la segunda mitad del siglo XIII. Finalmente al comienzo de la edad de hierro, e.d.,
después del 1200 Palestina sufrió un fuerte retroceso, que no se explica sino por la llegada de un
pueblo de cultura inferior. Tal sería el pueblo seminómada de Israel.
La estela de Israel de Mernefta puede ayudar. Hay una mención en ella a Israel. Esa estela se hizo
tallar el año 5 de Mernefta, e.d.1219 a.C. según Albright (cfr ANET pp. 376-378).
Después del tercer oráculo, el rey le pide que se marche y entonces pronuncia espontáneamente el
cuarto oráculo: 24,15-19, que es la cumbre de la profecía. Más que los anteriores oráculos, éste es
considerado como mesiánico. Balaam comienza presentándose como un auténtico profeta del
Dios de los israelitas, indicado con los nombres de Elyon y El Shaday tomado de la época
patriarcal. El tono es especialmente solemne. El centro del oráculo anuncia la presencia de un rey
que vencerá y someterá a los enemigos que rodean al pueblo elegido, y de modo especial a Edom
y Moab. El rey está simbolizado en una estrella y un cetro. La tradición judía ha interpretado este
vaticinio en sentido mesiánico. Los padres griegos y latinos concuerdan con la interpretación
mesiánica. Los católicos en general concuerdan en admitir el carácter mesiánico, que deducen de
la frase profético-mesiánica en los últimos tiempos (v. 14).
10- El sacerdocio.
Para estos temas nos remitimos a la Introducción y lectura de los libros del Éxodo, Números y
Levítico.
6) Código Sacerdotal
Está constituido por los textos legislativos del resto del Levítico!
Ley de los sacrificios Lev 1-7
Ritual de investidura de sacerdotes Lev 8-10
Leyes de pureza Lev 11-16
Además pasajes legislativos dispersos en Éxodo y Números y relacionados con la permanencia en
el desierto.
Este rápido resumen permite constatar que la legislación hebrea tiene una característica: no es
una legislación orgánica.
En cuanto al estilo literario, las leyes se dividen en:
Casuística: la formulación que comienza con la fórmula condicional: Si un hombre obra
de esta manera, .....
Relativa: la formulación comienza con una frase relativa: el hombre que.., todo el que...
Otras leyes tienen una formulación apodíctica: expresa una orden o una prohibición, de
manera categórica, usando con frecuencia la segunda persona del futuro, p.ej., No dejarás
con vida a quien practica la magia (Ex 22,17). `hY<)x;t. al{ï
hp'ÞVek;m. 17
5) Código medo-asiro
Está constituido por un centenar de artículos, algunos muy fragmentarios, que nos han llegado en
una decena de tablillas cuneiformes, excavadas en Asur entre 1904-1914. Aunque estas tablillas
pertenecen solo al período de Tiglat-Pileser I (1112-1074), la sustancia de las leyes, se remonta a
dos y cuatro siglos antes.
Estas legislaciones del antiguo Medio Oriente son muy semejantes, sea en cuanto al contenido,
sea en cuanto a la forma. Todas reflejan el derecho fundamental sumero-acádico, cuyo desarrollo
jurídico se efectuó esencialmente en tres fases:
La primera es la venganza de la sangre, que nos parece bárbara, pero que en aquellas
sociedades orientales era un freno válido, sobre todo cuando era controlada por la ley del
talión.
La segunda fase sustituye la venganza de sangre por el mutuo acuerdo entre las partes y
cuyos bienes muebles o inmuebles toman el lugar de la sangre humana.
En la tercera fase, se tiene el arreglo legal ante los jueces y encargados de hacer justicia a
los subditos.
La forma generalmente es la misma; la formulación es casuística y constituye un derecho
consuetudinario, ya que no se encuentran principios normativos.
Comparando la legislación mosaica con las legislaciones orientales, es claro que mientras resulta
inferior en el aspecto técnico-jurídico, es superior a ellas en el aspecto ético-religioso.
Son innegables las semejanzas, debido a que los Sumero-acádicos y los Israelitas se inspiraron en
una concepción jurídica común. La primera semejanza se encuentra en la formulación de las
leyes: forma casuística.
Gonvergencia en lo referente al derecho matrimonial. La ley mosaica del levirato (Deut 25,5-10)
totalmente ausente del C. de Hammurabi, encuentra sus paralelos en el código medo-asirio.
Igualmente en lo referente al divorcio. No se puede afirmar que la legislación mosaica haya
introducido el divorcio: ya lo encontró y trata de ponerle límites, al ver que no puede erradicarlo
completamente.
Más significativas que las semejanzas son las divergencias. Es clara la superioridad de la
legislación mosaica (cfr Deut 4,8):
La primera divergencia está en la formulación apodíctica que se encuentra en la legislación
mosaica y que está casi completamente ausente de las demás legislaciones orientales:
por ejemplo el código de la Alianza, el Código Deuteronómico y de modo especial el Decálogo.
Sin embargo lo característico de la ley isralita es el espíritu religioso que impregna toda la
legislación. Toda la legislación israelita está puesta en un contexto de revelación e Israel se
convierte en una Teocracia.
Otra divergencia está en las motivaciones: a veces se toman del sentido común, pero con
frecuencia tienen un motivo teológico.
Otra característica propia de la legislación mosaica es la severidad con la cual se castiga las
acciones que ofenden a Dios como la idolatría (Ex 22,19;Lev 20,1-5, etc.), la maldición y
blasfemia (Ex 22,27; lev 24,15) o que hieren la santidad del pueblo elegido como la bestialidad
(Ex 22,l8;Lev l8,23;Deut 27,21) la sodomía (Lev l8,22;20,13), el incesto ( Lev l8,6;l8.29).
16.- El Decálogo.
El Decálogo está constituido por Diez Palabras
`~yrIb'D>h; tr,f,[] tyrIB.h; yreb.DI tae txoLuh;-l[;
bTok.YIw (´aseret haddebarim) Ex 34,28; Deut 4,13) que representan las cláusulas
fundamentales de la alianza sinaítica. Existen dos recensiones de los diez mandamientos. Ex
20,2-17 y Deut 5,6-21 que, aunque son austancialmente idénticas, tienen variantes dignas de
interés.
Las principales divergencias entre ambas redacciones se encuentran a propósito del sábado y del
deseo de la mujer ajena. El Éxodo impone el descanso sabático porque Dios descansó después de
los seis días de la creación. El Deuteronomio lo hace por un sentido social y humanitario hacia
los esclavos y forasteros residentes en Israel.
Por otra parte el Éxodo coloca a la mujer entre las cosas del hombre, como era la exigencia del
régimen patriarcal. El Deuteronomio, en cambio, la considera aparte, presentando una valoración
superior de la mujer.
En general el Deuteronomio ofrece un texto literariamente más desarrollado y preciso, que los
autores consideran de época posterior a Moisés. En el Éxodo algunos preceptos se presentan muy
prolijos en su formulación, sobre todo al ponerlos en relación a los otros con forma brevísima y
concisa. Por eso se piensa que hayan sufrido una elaboración posterior. En su formulación
primitiva el Decálogo debía estar constituido por diez frases secas y lapidarias, más o menos
como tenemos el actual Decálogo cristiano.
Es comúnmente admitido que se debe dividir el Decálogo en dos sesiones, una opinión que se
remonta a San Agustín y que es seguida por los católicos latinos y los luteranos, distingue una
primera sección con los tres primeros mandamientos que se refieren a Dios y una segunda con los
siete restantes, referidos al prójimo. Para esto se considera la prohibición de toda escultura e
imagen idolátrica como un simple complemento del primer mandamiento y la codicia de los
bienes de otro como un pecado específicamente diverso de la cuncupiscencia de la mujer ajena
(cfr Deut 5,21)
Otra opinión en cambio remonta a Filón de Alejandría y fue adoptada por los Padres Griegos, por
los católicos griegos y por numerosos protestantes. Supone dos grupos de cinco mandamientos
cada uno. Para obtener esto, considera dos mandamientos distintos la fe en un sólo Dios y el
rechazo de las imágenes y considera como un solo mandamiento la codicia de los bienes y de la
mujer del prójimo. En el primer grupo se coloca el mandamiento que se refiere a los padres.
La forma negativa del Decálogo, pone en mayor evidencia su contenido positivo. Su contenido es
directamente moral y religioso, más que jurídico. Esencialmente nos proporciona las líneas
fundamentales para una adecuada comunión con Dios y con el prójimo. Están dirigidos a toda la
- Instrucción de la CDF, Libertatis Conscientia, del 22 de marzo de 1986, sobre temas como el
anhelo de liberación,la verdadera libertad, el Evangelio y la justicia, la opción por los pobres, ,
principios de la doctrina social de la Iglesia y la tarea de los laicos, Denzinger, El Magisterio de
la Iglesia, Herder, 1999, nn. 4750-4776.
a)Ese lenguaje antropomórfico es parcialmente metafórico y por cierto con una dimensión
apocalíptica: Israel pasa de manos de un soberano político (faraón) a manos de otro no político
(Yahvé)
c) Esto es lo que insinúa el concepto bíblico que es traducido como liberación. La raíz «GAAL»
es un término jurídico que significa «redimir una propiedad». Israel fue liberado por Yahvé en
cuanto en forma positiva y gracias a la Alianza, pasó a ser posesión suya: Yo soy el Señor, os
quitaré de encima las cargas de los egipcios, os libraré de vuestra esclavitud, os resctaré con
brazo extendido y haciendo justicia solemne (Ex 6,6-7; 19,5)
yTil.C;hiw> ~yIr;c.mi tl{b.si tx;T;mi ~k,t.a,
ytiaceAhw> hw"hy> ynIa
]`~ylidoG> ~yjip'v.biW hy"Wjn> [;Arz>Bi ~k,t.a,
yTil.a;g"w> ~t'd'bo[]me ~k,t.a,
P Num 20,46-13 El pueblo se amotina (congrega) contra Moisés y Aarón y reclama. Moisés y
Aarón se dirigen al tabernáculo, donde se les manifiesta la gloria de Dios. Sigue la orden del
Señor, una alocución de Moisés al Pueblo y la ejecución de la orden. Dios los acusa y los castiga.
Hasta el v. 13 no se dice nada de la «ryb», el esquema sacerdotal aparece en la orden divina y su
ejecución
.
El v. 13 concluye: Estas son las aguas de Meribah (meribah) donde los hijos de Israel se
querellaron (rabu) contra Yahvé y El se manifestó santo contra ellos.
`~B'( vdeÞQ'YIw: hw"+hy>-ta, laeÞr'f.yI-ynE)b.
Wbïr'-rv,a] hb'êyrIm. ymeä hM'he… 13 Explícitamente se presenta
la contestación contra Yahvé y por tanto es un juicio bilateral. En toda ryb uno es declarado
inocente (sdyq) y otro culpable (rsh), En el presente texto P, en vez de emplear el vocablo
inocente, justo (sdyq), encontramos el término santo (qadosh), vdeÞQ'YIw: quizá para
indicar la inocencia absoluta de Dios que Moisés y Aarón habrían debido defender como testigos
en la contestación del pueblo con el Señor. La confrontación se hace juicio y decisión en el caso
Dt 33,8 Y respecto de Leví dijo: Tus Tummim y tus Urim sean para tu varón santo a quien
probaste en Massah, por quien contendiste junto a las aguas de Meribah.
ymeî-l[; WhbeÞyrIT. hS'êm;B. ‘AtySinI rv<Üa]
^d<+ysix] vyaiäl. ^yr,ÞWaw> ^yM,îTu rm;êa'
ywIålel.W 8
`hb'(yrIm.
Aquí aparece Dios con la iniciativa de tentar ‘AtySinI y querellar WhbeÞyrIT. .
Según el análisis anterior, encontramos diversas tradiciones del mismo hecho El esquema se
encuentra en otras tradiciones de la pelea del pueblo con Dios, pero en tales tradiciones no se usa
el vocablo ryb
El tema del juicio aparece constantemente en el AT. como categoría soteriologica que hace
participar al pueblo en su suerte ante Dios y ante los hombres (juicio divino y juicio humano),
En el N.T. la categoría es transformada: no se conserva el exclusivismo nacionalista y los
privilegios étnicos. Las relaciones entre los hombres se hacen igualitarias. El cristiano no debe
juzgar, por la inminencia del juicio escatológico y por ser prioritaria la caridad: Mt 7,1-2; Rom
2,1; 14,5.10; Sant 4,11; I Cor 4,3; 6,7.
El Evangelio de Juan habla mucho del juicio, especialmente del juicio del mundo, que se actúa
sobre todo en La Pasión: Jn 3,18; 9,39; 12,31; 5,27; 16,8-11. Según Juan, Cristo juzga mientras
es juzgado en el tribunal de Pilato.
2. La guerra
DE VAUX, K, Instituciones del Antiguo Testamento, Ed. Herder, Barcelona, pp, 289-355
MORAN, W,. Annotationes in Librum Deuteronomii, Instituto Bíblico, Roma, 1963
VON RAD, G., Der Heilige Krieg in Alten Israel, 4 ed., Göttingen, 1965.
SIMIAN-YOFRE (ed.), Metodología del Antiguo Testamento, Ediciones Sígueme, Salamanca,
2001
Yahvé Guerrero y la guerra de Yahvé, en DIETRICH PREUSS, Horst, Teología del Antiguo
Testamento, Desclé de Brouwer, Bilbao, 1999, pp. 221-237.
Sobre el tema de la Guerra Santa en EL CORÁN, son recurrentes los planteamientos y
comentarios. Hay textos clásicos como las Suras 2, 190-195; 8, 59-66; 47,4: Cuando sostengáis
un encuentro con los infieles, descargad los golpes en el cuello, hasta someterlos. Luego,
devolvedles la libertad, de gracia o mediante rescate, para que cese la guerra...
Cicerón en De Officiis I,33, dice: Hay también algunas ocupaciones que es necesario ejercer
contra aquellos de quienes recibes injurias. Se trata de la manera de vengarse y castigar; pues
no sé si basta que quien ha agredido se arrepienta de su injuria para que él no lo tome en cuenta
en adelante y los demás no se sientan inclinados al mal. De todos modos en la República se
deben conservar con el mayor cuidado los derechos a la guerra.
Efectivamente hay dos maneras de enfrentarse: uno mediante el debate y otro por la fuerza. El
primero es propio del hombre y el segundo de las bestias. Si no es posible el primero, hay que
acogerse al segundo. Por lo tanto se pueden emprender guerras, cuando no se puede vivir en paz
sin afrenta, con tal de que haya esperanza de victoria.
a) La guerra israelita.
El P. De Vaux trata de manera excelente el tema en su obra Instituciones del Antiguo Testamento.
pp, 289-355. El esquema de este tratado es el siguiente:
1. El pueblo en armas.
2. El ejército profesional.
3. El ejercito de servicio obligatorio.
IV La guerra
1. Suscinta historia militar de Israel.
2. La dirección de la guerra.
3. Las consecuencias de la guerra.
V La guerra santa
1. Noción y ritos de la guerra santa.
2. Las guerras santas en los principios de Israel.
3. La religión y las guerras de la monarquía.
4. Las guerras religiosas de los Macabeos.
5. La Regla de la guerra de Qumrán.
b) La Guerra Sagrada
En ningún lugar se describe la guerra de manera precisa y completa. Los investigadores
reconstruyen la imagen de la guerra sagrada, con elementos e indicios dispersos en el A.T.
Según De Vaux, toda guerra es, en sentido amplio, sagrada, en cuanto se realiza como parte de la
vida religiosa, con oráculos y con acciones de gracias. En Israel no es una guerra de religión,
como sí se presenta en el islamismo. Israel no lucha por su fe, sino por su existencia.
La guerra de Israel es una acción sagrada con su ideología y sus ritos propios:
El ejército es el pueblo de Yahvé o de Dios: Jue 5,13; 20,2; I Sam 17,26; Dt 23,10.
La guerra es la guerra de Yahvé: I Sam 18,17; 25,28; Num 21,14.
Los enemigos son los enemigos de Yahvé: Jue 5,31; I San 30,26; EX 17,16. Se ofrece un
sacrificio, Dios es consultado y El decide. Yahvé está presente en el arca (Num 10,35; Jos
3,6) a quien se aclama con un griterío (teruah ): cuando se oiga el sonido de la trompa,
todo el ejércxito lanzará el alarido de guerra:
hl'_Adg> h['äWrT. ~['Þh'-lk' W[yrIïy" rp'êAVh; lAqå-
ta,
Se expresa la certeza de la Victoria, con el mismo tiempo verbal, perfecto Qal, que indica
que algo futuro es ya una realidad: Jue 3,28; 4,7; 7,9; 7,15; Jos 6,2; 8,1; 18; 10.25.
Los soldados no deben temer, pues es Yahvé el que pelea por Israel y no Israel por Yahvé.
Muchas veces irrumpe con el escuadrón de la naturaleza (meteoritos, tormenta), y
produce un pánico incontrolable. Este tema es plantedo de la misma manera en el Corán
9, 123: Creyentes, combtid contra los infieles que tengáis cerca. Que os encuentren duros.
Sabed que Dios está con los que le temen.
Con frecuencia es limitado. Los israelitas pueden guardar los animales y los despojos de las
ciudades: Dt 2,34-35; 3,6-7; Jos 8,2; 11,14. O las vírgenes: Num 31,14-18; Jue 21,11.
Ex 11,4 El verbo salir, tratándose de Yahvé que sale de primero y va golpeando de muerte
asume un sentido bélico como en ISam 8,20; 11,7s; 17,8.20.55.
El uso de la naturaleza como arma es frecuente en contexto de guerra sagrada. Tal es el
caso de la séptima plaga, como teofanía de la tempestad, (cfr Ex 9,14-20)