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Desde una perspectiva contable se puede abordar el estudio de la acción desde diversos enfoques:
1) Desde el punto de vista de una empresa inversora, como valor negociable, representando un
derecho de propiedad sobre el patrimonio según la participación en el capital social.
2) Desde el punto de vista de una empresa emisora, como la parte alícuota (proporcional) del
capital social de una empresa. La forma jurídica más típica, dentro de las empresas que tienen
forma mercantil y por tanto persiguen la obtención de lucro en sus actividades, es la de Sociedad
Anónima.
3) Como expresión de la condición de socio o accionista a su poseedor, otorgándole una serie de
derechos en función de cada tipo de acciones y la obligación de desembolsar el “valor” de la
acción.3)
II. LOS VALORES DE LA ACCIÓN
Se pueden diferenciar cuatro valores, que tienen diferente incidencia según la empresa a la que se
haga referencia, ya sea la emisora de los títulos o la inversora:
1. Valor nominal
Es el valor que aparece en el título, no existiendo ninguna obligatoriedad legal a que sea uno
determinado.
La cifra de capital social es la suma del valor nominal de todas las acciones que lo componen. Se
trata de una cifra suscrita, es decir, que el socio tiene el compromiso de hacerla efectiva.
2. Valor de emisión
Es el valor por el que se emiten los títulos, pudiendo darse dos casos:
En el mercado de emisión o primario, este valor supone la cifra de fondos propios que va a
obtener. Dependiendo de la existencia o no de prima de emisión se producirá un incremento de
capital social o de capital social y prima de emisión.
Como es lícita la emisión de acciones con prima, siempre que se produzca una operación con
acciones, ya sea en la constitución de la sociedad anónima o en posteriores aumentos del capital
social, puede existir esa mayor aportación. Aunque no tiene una finalidad como tal, salvo en las
operaciones de aumento de capital social donde se trata de proteger a los accionistas en aquellos
casos donde se excluye el derecho preferente de suscripción por interés social;
independientemente de que puede existir derecho preferente de suscripción y también emitirse las
acciones con prima.
La parte del valor nominal no desembolsada y no exigida figura en el patrimonio neto con signo
negativo, minorando la partida de capital social. No obstante, a efectos mercantiles sí se suma esta
cuantía para determinar el patrimonio neto que sirve de base en operaciones de reducción
obligatoria de capital social por desequilibrio patrimonial, de disolución por pérdidas y a efectos
de la distribución de beneficios.
Como se ha mencionado:
Si existe prima es obligatorio el desembolso total mientras que en lo referente al valor nominal
(capital social) es obligatoria la suscripción total, pero el desembolso de una cuarta parte, por lo
menos.
La parte del valor nominal no desembolsada, que puede estar exigida o no exigida supone un
pasivo exigible, recibiendo la denominación de dividendos pasivos.
3. Valor de mercado
El concepto capitalización bursátil, y por tanto el valor que tiene una empresa en el mercado viene
determinado al multiplicar este valor por el número de acciones en circulación.
b) Para la empresa inversora
El patrimonio neto constituye la parte residual de los activos de la empresa, una vez deducidos
todos sus pasivos. Forman parte de este concepto los fondos propios. Siguiendo la conocida como
Ley de reforma contable se incluye las aportaciones realizadas, ya sea en el momento de su
constitución o en otros posteriores por sus socios o propietarios, que no tengan la consideración de
pasivos, así como los resultados acumulados. Además y siguiendo los modelos de balance
contenidos en el Plan General de Contabilidad, los ajustes por cambios de valor (que tienen que
ver con la categoría de Activos financieros disponibles para la venta) y las subvenciones,
donaciones y legados recibidos.
Este valor, conocido también como valor patrimonial, constituye una magnitud de partida para
emitir las acciones en ampliaciones de capital de sociedades que cotizan en Bolsa donde se
excluye el derecho preferente de suscripción.
Este valor supone una referencia de lo que percibiría si en el momento de su cálculo la empresa se
liquidase. Como esta circunstancia es hipotética es por lo que este valor recibe el nombre de valor
teórico.
Las inversiones financieras se originan cuando una empresa necesita recursos financieros y otra
empresa se los proporciona, inmovilizando recursos en valores negociables. Puede hacerse con la
finalidad de control o para obtener una rentabilidad de carácter financiero, con un objetivo
diferente al que se deriva de su actividad principal.
Tratándose de acciones (instrumentos de patrimonio propio) hay que diferenciar sobre el grado de
participación que permite obtener el control, o por lo menos una influencia significativa o una
gestión conjunta, o no tengan este objetivo.
En este sentido hay que tener en cuenta la Norma de registro y valoración 9.ª “Instrumentos
financieros”, correspondiente al Plan General de Contabilidad.
Según la misma, entre los activos financieros se incluye las acciones, que entran dentro de la
nueva nomenclatura utilizada como instrumentos de patrimonio de otras empresas adquiridos.
Inversiones que se mantienen con una clara voluntad de proceder a su venta en el corto plazo. Los
cambios que se produzcan en el valor razonable se imputarán en la cuenta de pérdidas y ganancias
del ejercicio.
Por este motivo no se contabiliza al cierre del ejercicio una corrección valorativa de deterioro del
valor, como tal.
No pueden ser incluidas en otras categorías a efectos de su valoración, una vez que han quedado
así encuadradas, sobre la base de lo establecido en la norma 13 de elaboración de las cuentas
anuales (tercera parte del PGC).
Las inversiones financieras que suponen la adquisición de títulos valores que conceden la
condición de socio de la empresa en la que se invierte, con el ánimo de control o con la finalidad
de obtener una rentabilidad de carácter financiero, a través del cobro de dividendos, se encuentran
recogidas en el Plan General de Contabilidad distinguiendo si la intención es mantenerlas en un
plazo superior a un año, a largo plazo, o durante un periodo de tiempo más corto, con fines
especulativos, o con el objeto de obtener una rentabilidad financiera en el corto plazo.
Las cuentas principales para contabilizar el deterioro de valor, y la posible recuperación de valor o
reversión de las inversiones financieras tratadas serían:
69. PÉRDIDAS POR DETERIORO Y OTRAS DOTACIONES
(696) Pérdidas por deterioro de participaciones y valores representativos de deuda a largo plazo
(698) Pérdidas por deterioro de participaciones y valores representativos de deuda a corto plazo
(796) Reversión del deterioro de participaciones y valores representativos de deuda a largo plazo
(798) Reversión del deterioro de participaciones y valores representativos de deuda a corto plazo
Los derechos mínimos que la Ley atribuye al accionista (art. 93 del TRLSC), como tenedor de las
acciones, pueden verse ampliados por los estatutos, pero nunca reducidos.
Pueden existir distintas clases de acciones, constituyendo una misma clase aquellas que confieren
a sus poseedores iguales derechos.
Existe la posibilidad de constituir varias series de acciones dentro de una clase, si bien una serie de
acciones estaría integrada por las que tuvieran igual valor nominal.
Las clases de acciones que aparecen recogidas en el Texto Refundido de la Ley de Sociedades de
Capital son las siguientes: