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Vilaseca
Mexico 2011
1. U N VOTO DE AMOR
1. Introducción
El 21 de octubre de 1862, el padre José María Vilaseca, de acuerdo
con su director, emitía un voto de amor: Hacer siempre y en todo lo
mejor. No era éste un acto motivado por el fervor momentáneo, sino
que era el f
ruto de u
proceso interior que ha durado varios años, durante los cuales ha
pasado del fervor del novicio a la madurez del hombre que ora, que
estudia, que discierne bajo la guía del director, que avanza en los
caminos de la purificación del sentido y del espíritu, que se adentra
en la contemplación y se ve enardecido en el amor y en el servicio de
su Amado y se siente impulsado por la generosidad a buscar siempre
y en todo la voluntad de Dios.
Esta experiencia del Espíritu en la vida del padre Vilaseca lo hace
caminar hacia la santidad y como fundador de la Familia Josefina se
siente impulsado a comunicar esta experiencia a sus hijas e hijos para
que ellos reciban esta herencia, la hagan vida y la hagan crecer. El
itinerario de Vilaseca se convierte en el itinerario espiritual de la
Familia Josefina, llamada a emprender el camino de la unión con Dios
mediante el desprendimiento de los bienes de la tierra y del cielo
para seguir el camino de hacer siempre y en todo lo mejor.
a. Deseos de novicio
d. Ejercicios en la Villa
e. Asume el dolor
Es de cabeza
primer dolor
que nos recuerda
al Redentor;
y pena tanta,
yo bien la adoro,
pues me asemeja
1
“El camino de unión”, México, enero de 1862, en tomo 10, El beso y
su camino, f. 2-4; original AGMJ, Fundador, Manuscritos. Corregido y
publicado en Vida de la inmaculada y divina María, augusta Madre de
Dios, México, 1870, p. 89-90 y en el Tratado de la oración 111.
-7
al Todo, Todo.
i. Emite el voto
2
Los versos originales se encuentran en el manuscrito El beso y su
camino, tomo 10, f. 288-296. Los imprime por primera vez en 1870 al
publicar la Vida de la inmaculada y divina María, augusta Madre de
Dios (p. 446-449), en 1890 en el Tratado de la oración 111; en 1891
en las Reglas para el superior y también hace un folleto sin lugar ni
fecha.
3
En el espacio señalado se coloca el mes en que uno hiciere el voto.
4
En este otro espacio se pone el año.
5
Aquí puede nombrarse el santo al cual profesare más especial
devoción
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y lo que no tiene comparación
es obrarlo con mayor perfección,
es obrarlo, no por un día o dos,
sino por mientras el Dios será Dios,
es el voto que hago, ¡oh mi Bondad!,
ya que lo permite tu Caridad.
3. Discípulo de Jesús
2. F UEN TES
6
Antonio Arbiol y Díez (n. Torrellas (Zaragoza) en 1651, m. Zaragoza
el 31 de enero de 1726) fue un religioso franciscano de España,
escritor sobre moral. Profesó en el Instituto de la Regular
Observancia de San Francisco, su trayectoria religiosa le llevó a ser
lector de teología, guardián del convento de Santa María de Jesús de
Zaragoza, custodio de su Provincia y ministro provincial de Aragón.
Posteriormente fue comisario visitador de Valencia y Burgos,
visitador apostólico del papa Inocencio II en las Canarias, calificador
de la Inquisición en Aragón, y examinador sinodal del arzobispado de
Zaragoza. En 1720 el rey Felipe V lo presentó para el obispado de
Ciudad Rodrigo, pero rehusó para dedicarse a la predicación. Algunas
obras: Manuale sacerdotum, 1693. Manual para que sacerdotes
aprendan a predicar. La Venerable y esclarecida Orden Tercera de
San Francisco, 1697, Historia de la orden de San Francisco, de la que
evalúa los "principios, leyes, Reglas, ejercicios y vidas de sus
principales santos." Desengaños místicos, 1706, Sobre los errores
cometidos durante la oración, esquema de teología, y errores en la
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Christo Señor nuestro, explicada por el glorioso y beato
padre san Juan de la Cruz, Doctor místico, primer descalzo
y compañero de la grande y santa Madre Teresa de Jesús
en la fundación de su reforma y El Religioso Perfecto,
conforme a los cien avisos y sentencias espirituales que el
mismo beato padre dejó escritas para religiosos y
religiosas.7
12. Arbiol fundamenta el título de su obra: Mística
fundamental de Cristo Señor nuestro, responde a tres
documentos: Niégate a ti mismo. Toma tu cruz. Sígueme.
El Religioso Perfecto, responde al pasaje: Si quieres ser
perfecto, vende todas tus cosas y dalas los pobres, y
después, ven y sígueme.
13. En la primera parte, Mística fundamental, el autor
presenta los Cien avisos y sentencias espirituales que
encaminan a un alma a la más perfecta unión con Dios en
transformación de amor, fruto de los primeros escritos de
a. La nada
b. El camino imperfecto
c. El camino errado
d. La senda recta
h. El matrimonio espiritual
i. Versillos
1. Es entre todas
mi más amada
la que se llama
la nada, nada.
2. Y otro es su nombre,
de gran poder,
se denomina
el padecer.
3. De tierra, nada,
nada del cielo,
padecer mucho,
en alma y cuerpo.
Ved, mis carísimas,
lo que más quiero.
8
Tratado de la oración 111.
- 27
4. Nada de tierra,
descanso puro
y vana ciencia,
honra buscada,
libertad toda,9
de carne gusto,
no, no lo quiero,
mas sí deseo
su nada, nada.
5. Nada de tierra,
ni de mí mismo,
tan solo quiero
la purgación,
la del sentido,
la del espíritu,
como camino
que es de la unión.
6. Descanso puro,
que es tan buscado,
tan deseado,
yo no lo quiero;
y enfermedades,
dolores muchos,
crueles tormentos,
sí, los anhelo.
9
Llama: sus carísimas a las almas que anhelan la contemplación.
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7. Y vana ciencia,
mera ilusión,
siempre te cambio
por aflicción,
por puro llanto,
por cruel gemido,
por dura pena
sin remisión.
8. Honra buscada,
menos que andrajos,
sí, te desprecio,
por los trabajos
de cuerpo y alma
y de ilusión,
que pues adoro
cual galardón.
9. Libertad toda,
bien te comprendo,
pues te propongo
a gran tormento,
y al del espíritu
tan poderoso,
que yo venero
como dichoso.
16. Seguridad
es ser feliz
tan sin desliz
y bienestar,
cual de amor fino
y puro amar,
que yo renuncio
por más penar.
- 31
I. Introducción.
De mi muerte en la hora dichosa,
¿qué quisiera haber hecho, oh Señor?
Yo no dudo serán mis deseos
haber hecho lo que es lo mejor.
10
Oración 112.
- 33
Tal es el voto
que, por amor,
haré, si quiere
mi director.
Tal es el voto
que, por amor,
haré, si quiere
mi director.
Tal es el voto
que, por amor,
haré, si quiere
mi director.
A toda inclinación,
la mala, indiferente y del Señor,
la presento en unión,
la fuerzo por amor,
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a hacer siempre y en todo lo mejor.
Tal es el voto
que, por amor,
haré, si quiere
mi director.
Tal es el voto
que, por amor,
haré, si quiere
mi director.
11
En el espacio señalado se coloca el mes en que uno hiciere el voto.
12
En este otro espacio se pone el año.
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Pedid, pedid,
ángeles todos,
pedid por mí
de todos modos.
13
Aquí puede nombrarse el santo al cual profesare más especial
devoción
14
Puede colocarse a la santa en cuya protección más confíe.
- 39
la gran ventura,
y todo pida con exactitud
que yo cumpla el voto con prontitud.
VII. Su fórmula.
Tal es el voto
que, por amor,
hago, pues quiere
mi director.
la perfectísima y de primor,15
como de voto de hacer en todo
lo mejor, lo mejor, lo mejor.
Tal es el voto
que, por amor,
hago, pues quiere
mi director.
X. Acción de gracias.
Cantemos victoriosos,
sí, cantemos al Señor, ¡oh alma mía!,
cantemos animosos,
cantemos, sí, a porfía,
cánticos que celebren nuestro día.
15
Además del texto se leen dos variantes que haríamos escrúpulo
privar de ellas a nuestros hijos. Dice la primera: "Del misionero que
es con fervor" y la segunda: "De tu escogida, oh mi Señor", cuyos
versos aplican dicho voto a ambas familias. No hemos podido aclarar
bien si el texto decía: "Oh gran Señor", o bien: "Oh mi Señor"; por
una parte parece que ha de ser: "Oh gran Señor", como que lo hace
correlativo de la gracia recibida; pero por otra parte, bien puede
decir: “mi Señor", y en este sentido nos recordaría el verso de
nuestra doctora: Y causa en mí tal dolor / ver en Dios mi prisionero /
que muero porque no muero. De ahí es que cada uno podrá leer lo
que mejor le pareciere.
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cual dulces cantores de eterno día.
... Él es un voto
que, por amor,
sabe hacer siempre
lo que es mejor.
... Voto que hago,
José dichoso,
para que seas
tú mi reposo.
9. No pecar mortalmente
Estar resueltos a morir mil veces antes que
cometer un pecado mortal. (RMJ 6, 1º)
No pecar mortalmente, por ser esto lo más
contrario a la voluntad de Dios. (RHJ 12, 3,1º)
monjas son santas, cierto, las hay muy santas, pero hay
otras que no lo son porque tienen su corazón pegado a las
cosas de la tierra. Pídanselo a Dios, y repitan este primer
verso de la nada, y con su práctica andarán siempre tan
contentas que nadie se les podrá meter. San José nunca
quiso nada y siempre estuvo sujeto en un todo a la
voluntad de Dios, y así llegó a la santidad conveniente para
ser padre de Dios. (Plática del 11 de marzo de 1906)
c. Nada de descanso
16
RCM 12, 11
- 79
d. Nada de ciencia
17
Cf. Gn 3, 19.
7. Mt 11, 28.
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sacerdote ha de estar el depósito de la ciencia.18 Pero sí
queremos decir que prescinda de toda otra ciencia; y, por
tanto, nada de ciencias humanas, de mundo, de política,
de periódicos; y nada de aquella barahúnda de instrucción
que, hablando en lenguaje rústico, no son otra cosa que
cumplimientos. El perfecto religioso no se entretiene en
semejantes tonterías, porque cree que habiendo de dar
cuenta a Dios hasta de una palabra ociosa, mucho más se
le ha de pedir de una ocupación no conforme con su
estado y de una ciencia no eclesiástica… ¿Cuál es nuestra
conducta sobre la ciencia? Hemos olvidado sobre la ciencia
el la curiosidad le hace a uno reo, que no experto; el la
ciencia hincha; el no saber más de lo que conviene, sino
saber con sobriedad y el aprender la ciencia de los santos.
19
¿Son, quizá, los periódicos, las gacetas, los diarios y
demás lecturas frívolas que nada nos dan de utilidad?
Examínalo (Humildad 104)
139. Nada de ciencia, nos abrazaremos con el estudio de lo
que debemos saber cumplir con el ministerio; mas fuera
de esto, no queramos saber nada de lo que no nos importa
y que muchas veces ni siquiera conviene, porque nunca es
cosa conveniente meter la hoz en mies ajena. (Humildad
112)
140. Vana ciencia, mera ilusión. Así debe ser considerada la
ciencia del mundo, como una ciencia vana que no es otra
cosa que una mera ilusión; conviene, pues, que nos
desnudemos de ella y Dios nos dará la celestial; hemos de
vivir lejanos de las locas vanidades del mundo y abrazar la
ciencia práctica de los santos. Así tendremos la verdadera
sabiduría. ¡Oh, cuán delicada y sabrosísima es la ciencia de
los santos! ¡Oh, quién nos viera a todos divinamente
ignorantes! Mas nadie crea que esta nada está en
oposición con la ciencia que debe brillar en un misionero;
18
Ml 2, 7
19
RCM 12, 8; 1Co 8, 1; Rm 12, 3
- 81
e. Nada de honra
f. Nada de libertad
9. 2Co 6, 8.
- 83
20
1Co 2, 2
21
Cf. Jn 6, 38. Identifica libertad con voluntad; cuando de hecho la
voluntad es una facultad; en cambio, la libertad es una propiedad de
la voluntad
22
2 Co 3, 17.
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g. Nada de gusto
h. Deseos de padecer
23
Ga 2, 20.
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enseña a los ignorantes, sufre la rusticidad de los unos, se
alienta la altivez de otros y se abraza con los pesares y con
la misma cruz, así esa alma feliz, por amor al mismo, se
abraza con mayores trabajos que se pueden sufrir en este
mundo, los ama y los quiere sobre todo bien y, después de
haber padecido hasta morir, cree que aún no ha hecho
algo para dar gusto al que murió por él. (Sencillez 160)
152. ¡Qué valor!, ¡tener deseos de padecer la purgación del
sentido y la del espíritu! Es como si dijera: yo me abrazo
con la enfermedad más universal, con el dolor más intenso
y con el tormento más cruel, y lo hago con grande anhelo.
Así expresó nuestro pensamiento: Y enfermedades, dolores
muchos, crueles tormentos, sí, los anhelo. (Sencillez 160)
153. ¡Qué valor!, porque es como si dijera: yo me abrazo
con las aflicciones y el llanto y el gemido y la pena, que
iguala casi a los padecimientos del infierno: Siempre te
cambio por aflicción, por puro llanto, por cruel gemido, por
dura pena y sin remisión, decía en su fervor. ¡Qué valor!,
porque es como si dijera: yo me abrazo con todos los
trabajos de cuerpo y alma e ilusión, y lo considero como el
premio merecido; y esto nos quiso decir cuando,
despreciando al mundo, cantó: Sí, te desprecio por los
trabajos de cuerpo y alma, y de ilusión, que yo adoro cual
galardón. (Sencillez 160)
154. ¡Qué valor!, porque es como si hubiese dicho: yo me
abrazo con los tormentos más intensos del espíritu y,
padeciéndolos, me considero muy dichoso, porque,
dejando el mundo, le dijo: Bien te comprendo, pues te
pospongo, a gran tormento; y al del espíritu tan poderoso,
que yo adoro como dichoso. (Sencillez 160)
155. ¡Qué valor!, en fin, porque odiando ya a todo lo que
podía darle algún gusto, declara que sus deseos son el
padecer toda pena: Son mis deseos las crueles penas,
penas externas, internas penas. Son mis deseos las penas,
penas. (Sencillez 160)
- 87
24
Ib.
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12. Nada del cielo y de visiones, de locuciones,
revelaciones, la nada quiero, mas sí deseo el
diabólico, terrible cerco.
25
Hch 9, 3-5
26
2Co 12, 1-7
27
2Co 12, 9-10
- 89
28
Flp 2, 8
90 - Error! Use the Home tab to apply Título 1 to the text that you want to
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transformándose en ángel de luz,29 nos puede engañar.
(Sencillez 158)
j. Nada de saber
29
Qo 9, 1.
30
RCM 12, 8
- 91
k. Nada de consuelos
l. Nada de gozos
31
1Co 4, 13
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garganta; mas cuando los consuelos se aumentan, crecen
en intensidad y se multiplican, en este caso se apellidan
gozo y representan al que hubiese estado en medio del
océano durante el diluvio. En este estado nada hay
imposible; y ahí es donde dice con toda verdad el todo lo
puedo en Aquél que me conforta.32 Pues, el feliz humilde
rebosando tan excelentísimos dones y conociéndolos en
todo su precio, sin embargo, de todo se desprende para
decirle a Jesús: Lo que yo quiero es la nada de gozos.
(Humildad 108)
170. Gozos querúbicos. Son esos mismos consuelos
sumamente aumentados con los dones de entendimiento
y de sabiduría. Se llaman gozos querúbicos, como si dijeran
los gozos que disfrutan los más encumbrados querubines;
pues esa alma también los desprecia, porque, si son
preciosos y hermosísimos como creados, es sumamente
superior la preciosidad y la hermosura del Creador de
ellos. Por tanto, en fuerza del desprendimiento de que
hablamos, no pueden desearse desordenadamente los
grados de oración que podían llamarse: Gozos querúbicos,
dicha seráfica, de unión mística, de desposorio, de
matrimonio, de vida eterna, pero sí pueden desearse en
cuanto es la voluntad de Dios el dárnoslos; mas obraremos
con mayor perfección, según las luces del
desprendimiento, si como nuestra alma dijéramos:
También os cambio por dura pena. (Sencillez 158)
m. Nada de seguridad
32
Flp 4, 13
- 95
33
Qo Ecles 9, 1.
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desprendimiento y poquísimas las que en estas pruebas se
portan con alegría. (Sencillez 158)
n. Nada de gloria
34
Cf. Is 40, 17-31
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todas las cosas se las comunicará el Señor, como todo lo
dio el Padre a Jesucristo: Yo te bendigo, Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los
sabios y prudentes y las has revelado a los pequeños...
Todas las cosas las ha puesto mi Padre en mis manos. 35
177. Felices, porque serán la venturosa nada que sirve para
todo, según dice san Pablo: Considerad si no, hermanos,
quiénes son los que han sido llamados de entre vosotros,
cómo no sois muchos los sabios según la carne, ni muchos
los poderosos, ni muchos los nobles; sino que Dios ha
escogido a los necios según el mundo, para confundir a los
sabios; y Dios ha escogido a los débiles del mundo, para
confundir a los fuertes; y las cosas viles y despreciables del
mundo, y a aquéllos que eran nada, para destruir a los que
son. 36
178. Tales son las bellas y dulces consecuencias de la nada;
porque los religiosos que la poseen son escogidos del
Señor y los trata como amigos. Él les revela lo que ha
ocultado a los otros, se les comunica de un modo
semejante a su Hijo, y. como que son la nada, están
destinados a producir todos los frutos.
179. La Regla quiere que poseamos esa nada con una
perfección tal que nada se haga en nosotros, como de
nosotros mismos, sino que todo lo hagamos como
completamente de Dios; por esto quiere que no obremos
nosotros, sino que el espíritu de Cristo obre del todo en
nosotros. Y a la manera que Jesucristo nuestro Señor, no
obstante de haber en él las dos naturalezas, divina y
humana, eran todas sus operaciones hijas de la persona
divina; así en el religioso que se compone de lo propio que
le pertenece y del espíritu de Jesucristo, deben todas sus
obras ser operaciones de este divino espíritu.
35
Mt 11, 25-27
36
1Co 1, 26-28
- 99
37
RCM 1, 3
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procurando cumplir lo que contienen dichos
versos, ya que la práctica de ellos es la más
propia y exacta preparación para hacer a su
debido tiempo el voto de hacer siempre y en
todo lo mejor, voto que nadie hará sin las
respectivas licencias y voto que de sí mismo no
obliga ni siquiera a pecado venial, por ser por
antonomasia el voto del amor. (Reglas HJ 11, 5)
Cumplir con la perfección propia de dichos
votos hasta llegar al perfecto desprendimiento
de todo lo de la tierra y aun de lo del cielo (RMJ
6, 5º)
Desde su entrada noviciado, los Hijos de María
y de José procurarán la práctica del más
perfecto desprendimiento, considerando éste
como uno de los medios más eficaces para
hacer a su tiempo los santos votos y cumplirlos.
(RMJ 9, 1)
Después de haberse consagrado a Dios, con
hacer los votos, que será un día después de los
siete años de vocación, todos procurarán la
perfección, que en gran parte consiste en el
desprendimiento, no deteniéndose en tan santo
ejercicio sino hasta poder decir en verdad con
santa Teresa y san Juan de la Cruz: Es entre
todas, mi más amada, la que se llama la nada,
nada. De tierra nada, nada de cielo; padecer
mucho el alma y cuerpo; ve, alma mía, lo que
más quiero. (RMJ 9, 2)
2º Que haya procurado por mucho tiempo el
verdadero desprendimiento de corazón,
trabajando en despegarlo de todo lo que no sea
Dios. (Oración 112, 2º)
- 101
38
Ib.
- 105
39
Ga 2, 19
40
1Co 4, 13
41
Cf. Hch 13, 47
42
Cf. 2Co 12, 12
43
Cf. 1Co 4, 9
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como la escoria de todos.44 ¡Feliz apóstol!, porque con su
grande humildad llegó a poseer una perfección tan sin
segunda. Feliz el religioso que lo imite por medio de la
práctica de las nadas. (Humildad 102)
194. Ea, pues, purifiquémonos; entremos por el camino de
la purgación del sentido y del espíritu; emprendamos
contra nosotros mismos la guerra más sangrienta; no
concedamos la menor tregua a nuestros apetitos como
encarnizados enemigos que son; aborrezcamos poderosa y
eficazmente toda imperfección; hagamos siempre lo
mejor; hagámoslo del mejor modo que nos sea dable, y
aún pidámosle la gracia de que el mismo Señor nos ayude
a purificarnos. (Sencillez 91)
195. No sigamos lo ancho, ni lo que nos acomoda, ni lo
peligroso, ni lo que puede arrebatarnos el fervor; y si esta
máxima no nos obliga a hacer siempre y en todo lo mejor,
es cierto que nos conduce a ello, lo cual no es otra cosa
que la sencillez en su mayor grado. No sigas la doctrina
ancha, porque nuestro Instituto josefino tiene por fin el
seguir lo más rígido del haced penitencia de nuestro Señor
Jesucristo y principalmente ahora que ya somos aprobados
(Sencillez 136)
196. Es así que aquel será más santo y más perfecto y hará
mejor lo que hizo Jesucristo el que estuviera más vacío de
sí mismo, de todo lo de la tierra y de todo lo del cielo, e
hiciere siempre y en todo lo mejor que conociese; luego, el
que esto obrare es el más santo, el más perfecto y el que
mejor imita a Jesucristo, y por tanto está prácticamente en
el acto más perfecto de conformidad. (Conformidad 27)
197. No digamos que son los estudios que hicimos, ni los
libros que consultamos, ni los maestros que nos dirigen, ni
mucho menos nuestro natural, sólo Dios es la causa por
habernos concedido en su misericordia la luz referida, y
44
1Co 4, 10-13
- 107
45
Cf. Gn 12 1-9
46
Cf. Gn 15, 1-6; 22, 1-7
47
Cf. Gn 15, 22; 22
48
Cf. Rm 4, 11
- 117
49
Cf. Mt 28, 1-10
50
Flp 4, 13
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por obstáculos impertinentes acabaron con perderlo todo.
(Humildad 111)
225. Fue Jacob el tercero de los patriarcas, y vemos en él la
debilidad y la fortaleza; ya es escogido patriarca, y es la
misma debilidad; porque casi lampiño parte de su casa, se
encuentra con un tío tres veces cruelmente despiadado, lo
sirve catorce años sin ningún precio; trabaja para sí mismo
con la bendición de su Dios, y en el día señalado regresa a
su patria. 51 ¡Qué contraste tan perfecto! Era entonces
débil, y ahora es tan fuerte, que desde este punto
comenzó su vida a ser de tal modo un tejido de trabajos,
que es el patriarca de la paciencia y del sufrimiento. Y no
sólo sale vencedor de los combates que le presentan, de
dificultades, sino que también lucha a brazo partido con el
ángel, lo asegura y le promete que no ha de dejarlo hasta
que le dé su bendición. 52 Así mereció ser el padre de los
doce patriarcas, así previó el fin futuro de cada una de sus
tribus, así vio al Mesías que nacería de su linaje, y así fue
quizás el hombre más privilegiado, porque sin duda alguna
fue el más animoso. ¿Y ha sido esta nuestra conducta? ¿Es
así como hemos obrado? Cuando se trata de los intereses
de Dios, ¿somos invencibles?, ¿somos por ventura unos
miserables cobardes?, ¿damos a nuestras pasiones todo y
a Dios nada?, ¿todo para satisfacer a nuestros apetitos y a
Dios nada? Pues, ¿qué es lo que somos?, ¿dónde está
nuestro ánimo que nos reclaman los intereses de Dios? No
quiero decir que temerariamente emprendamos lo que no
debiéramos, pero sí que seamos constantes en lo que
hemos consultado, que, una vez tomada la resolución,
jamás dejemos de llevarla a cabo. (Humildad 111)
226. ¡Dichoso el religioso que en los intereses de Dios así
obrare!, porque será como aquella gente animosa para
hacerse santa que han formado las delicias de Dios y será
51
Cf. Gn 31, 36-42
52
Cf. Gn 32, 23-33
- 119
53
RCM 12, 13; Mt 11, 12
54
Cf. Hch 5, 1-5
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pasiones, de apetitos y de cuanta concupiscencia se
levanta sobre nosotros mismos. (Humildad 112)
55
PLACIARD, 67
- 123
56
Jn 14, 27.
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paz: llenarla de quietud y establecerla en una verdadera
tranquilidad. Y a la manera que una gota de agua se
introduce sin rumor alguno en cuerpo esponjado, así, de
un modo semejante y sin estrépito alguno, se entra Dios
en las almas que lo aman y tanto es así que obliga a
exclamar: ¡Cuán bondadoso es Dios para los rectos de
corazón!57 (Espíritu primitivo 72)
240. De lo contrario, ¿cómo se explica esa alegría angélica,
ese vivir de antemano como una especie de dulzura de
bienaventurado, esa pasar muchos años en la paz más
completa? Todo esto no es otra cosa que efecto de la
comunicación de Dios: porque el alma que es fiel en medio
de las penas y de los trabajos no pierde la santa paz.
(Espíritu primitivo 72)
57
Sl 72, 1.
- 125
21. La santidad
7º El objeto de este voto es perfeccionarnos en
este mundo con la mayor perfección posible,
yendo siempre adelante sin volver atrás, de un
modo semejante a Jesucristo que tan sólo hacía
siempre lo que gustaba a su eterno Padre.
(Oración 112, 7º)
Procurarán también con toda solicitud, después
de algún tiempo de hechos los cuatro votos del
Instituto, trabajar para hacerse más perfectas
(RHJ 1, 5)
7. Hacerse todavía mucho más perfectas, yendo
a Dios por el camino heroico de hacer siempre y
en todo lo mejor. La que practicare estos actos
de conformidad con la voluntad de Dios será,
según su espíritu, una hija verdadera de María
del señor san José, pues podrá decir
prácticamente: Yo siempre hago como Jesús, lo
que place a mis divinos padres María y José.
(Reglas HJ 12, 3)
- 141
282. Sí, san Pablo nos exhorta de una manera muy especial
a esa perfección tan grande, tan elevada, porque, por
mucho que andemos en el camino de la virtud, siempre,
siempre muchísimo más es lo que nos resta. Pues nada
más justo que desde el principio entreveamos, por decirlo
así, el gran camino, la gran perfección a la que nos llama
Dios nuestro Señor. (Plática del 26 de julio de 1877)
283. En cierto modo dirán ustedes que todavía no nos toca
esto, pero sí nos tocará, a medida que vayamos entrando
más y más en la santa vocación, porque como ustedes
verán, y esto a su debido tiempo, cómo en este capítulo
está empeñada la perfección de una santa Teresa de Jesús
y un san Juan de la Cruz quienes decían: Si queremos ser
útiles a la Iglesia de Dios tenemos la necesidad de
hacernos santos; todo lo demás es vanidad de vanidades,
todo es vanidad (Ecles 1, 2) (Plática del 26 de julio de 1877)
284. Algunas veces me ha llamado la atención por qué
santa Teresa de Jesús, una miserable mujer sin intereses,
llegó a la perfección que llegó e hizo unas obras tan
extraordinarias como hizo. Y todo, ¿por qué? Porque fue
una gran santa, fue una de aquellas santas de primer
orden, lo mismo que san Juan de la Cruz, quienes,
iluminados y notablemente ayudados por la gracia del
Espíritu Santo, llevaron a cabo tan grandes y tan
eminentes obras. Pues, de un modo semejante, debemos
obrar nosotros como Misioneros Josefinos a su debido
tiempo. (Plática del 26 de julio de 1877)
285. A un josefino que cumple con sus Reglas, que vive
según el espíritu propio de su vocación, que guarda los
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votos de pobreza, castidad y obediencia, que procura
entrar en deseos de mayor perfección, que de vez en
cuando se fija en el voto de hacer siempre y en todo lo
mejor, naturalmente el mundo no le gusta, se cansa de él,
y tanto es lo que le fastidia, que procura pensar en el cielo
y trabaja de corazón y de alma para entrar en grandes
deseos de ir al cielo. ¡Oh!, ¡cuánta es la felicidad de los
buenos josefinos!, ¡cuán felices son todos y cada uno de
sus días!, ¡qué contento en su espíritu, qué satisfacción en
su alma! Cómo introducen en la práctica un no sé qué de
vida tan celestial, que, como si no fueran del mundo, sólo
aspiran a Dios. (Mis lecturas, agosto 4)
286. Considera que, habiendo cesado Jesús de hablar a las
turbas, le dijo a Simón: Sube más arriba, ¡Ah!, ¡cuánto te
ama Jesús!, ¡qué bien que se conoce que te tiene en el
Instituto de su amantísimo padre José!, ¡cómo se ve que
quiere que te dediques en llevar a cabo tan santas obras!
Sube más arriba, te dice, hazte más perfecta, sepárate de
los pensamientos terrenos, huye de las vanidades de este
siglo, huye de los viles placeres de la carne y sigue
adelante en tu vocación, adelante en la observancia,
adelante en los santos votos y adelante hasta obrar solo
por Jesús, y obrar por Jesús siempre y en toda ocasión lo
mejor. (Meditaciones HJ, domingo 4º pentecostés)
287. Considera que Jesucristo acabó de expresar su
intención, diciendo así: Sed perfectos vosotros, como mi
padre celestial es perfecto. Dios es de tal suerte perfecto
que hay en Él toda perfección, de suerte que no se
encuentra en Él imperfección alguna; por consiguiente,
trabajando en el Instituto, para quitar tus imperfecciones,
trabajas en hacerte perfecta. Ama a Jesús, en quien existe
esencialmente toda perfección, ama a Dios de modo que
no peques, ama a Dios, de manera que no le disgustes con
tus tibiezas, ama a Dios haciendo lo que debes con
perfección, y ámalo tanto, que en cuanto hagas, digas y
pienses, solo intentes agradar a Jesús, y agradarlo
- 143
Ruegue usted a Dios por mí, que con el Librito de oro y los
versos de la nada, me haga santa como mi Santo padre
desea y que de aquí pase a hacer el voto de hacer siempre
y en todo lo mejor (lo que juzgo muy difícil), nada más
justo que su primogénita hija la más indigna, la más
miserable, la que sólo sirve para echarlo todo a perder, sea
la primera en aprovecharse de las inspiraciones que Dios
nuestro Señor ha comunicado a usted en esta Santa obra y
que de no ser esto, que me quite cuanto antes la
existencia. ¿Para qué vivir si no he de ser toda de Jesús,
María y José? ¿Para qué existencia despreciando gracias?
¿Para qué una vida criminal? Ruegue usted a Dios que yo
me desprenda primero de mí misma, de mi amor propio,
de mi gran soberbia, de los Sobrinos, del amor a las casas,
a las hijas, a mi Santo padre, a la obra querida (que ha
desgarrado mi corazón). Es cuanto puedo decir porque
esto es sobre todas las cosas. Desprendida de esto,
seguiremos con otras cosas espirituales que yo escribiré a
usted, comenzaremos poco a poco con lo más preciso,
porque de un paso no he de llegar al término deseado, me
ha de dar mucho trabajo porque grande es mi miseria, he
de dar muchas caídas. Si sólo los deseos fueran suficientes,
yo sería una gran santa y estaría del todo unida a Dios.
(Carta de Cesárea Esparza a José María Vilaseca, 19 de
agosto de 1877)
319. El día 27 en el santo sacrificio de la misa me hace usted
la caridad de ofrecer todo lo que usted haga y todo lo que
hagan mis inocentes hijas, por su criminal madre, rogando
a Dios dos cosas: primera, el perdón de mis graves pecados
con una contrición sobrenatural. Segunda, que yo entre en
el camino de la nada, porque sólo así seré feliz o que
cuanto antes me muera con una muy buena disposición.
(Carta de Cesárea Esparza a José María Vilaseca, 19 de
agosto de 1877)
320. Me dio sentimiento que usted no me hubiese
mandado el libro, pero reflexioné que los afectos que Dios
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me hubiese comunicado con la meditación de ese precioso
libro, me los comunicaría por otro canal, sin saber yo
cómo, sin embargo, puse esto en el depósito, a la hora de
la Sagrada Comunión, por manos de mi madre y de mi
padre S. S. José, deposito en el Sagrado Corazón de Jesús
todo lo que me pasa y le digo aquí te traigo esta piedrita;
mi padre las verá el día del juicio, todas juntitas, en el
Sagrado Corazón, con la nada; ya no quiero libro y con esta
Nada voy a juntar muchas piedritas. (Carta de Cesárea
Esparza a José María Vilaseca, 19 de agosto de 1877)
321. Me dice usted que me deje conducir, padre mío, con la
gracia de Dios prometo a usted hacer todo lo que me
mande, sea lo que fuere, éste es el principal medio para
entrar a el camino de la nada, teniendo mi corazón
desprendido de todo, no teniendo más querer que el de
Dios manifiesto por usted. Comprendiendo bien el sentido
de los versos de la nada, veo que mis padecimientos son
absolutamente nada, ni sombra. (Carta de Cesárea Esparza
a José María Vilaseca, 27 de agosto de 1877)