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Antes de abordar el sistema hematopoyético conviene recalcar que esta entrada es una

continuación de la entrada sobre la hematopoyesis. En ésta abordábamos la hematopoyesis de


forma genérica de principio a fin. También nos centrábamos en el desarrollo de la hematopoyesis,
en las células madre y en los precursores hematopoyéticos que conformaban las líneas
hematopoyéticas.
Las líneas hematopoyéticas serán tratadas y desarrolladas de forma individual en futuras entradas.
Del mismo modo que el sistema hematopoyético va a seguir el mismo camino en esta entrada.

Índice de contenidos de la entrada [hide]


 1 El sistema hematopoyético
 2 El tejido hematopoyético
 3 Sistema mononuclear fagocítico (SMF)
 4 Médula ósea
 5 Histología de la médula ósea
 6 Estudio de la médula ósea
 7 Aspirado medular
 8 Mielograma
 9 Alteraciones del mielograma
 10 Sobre el aspirado medular
 11 Biopsia medular
 12 Timo
 13 Bazo
 14 Funciones del bazo
 15 Ganglios linfáticos
 16 Partes de los ganglios linfáticos
 17 Tejido linfoide asociado a mucosas o MALT

El sistema hematopoyético
Cuando hablábamos de la hematopoyésis definimos el sistema hematopoyético de la siguiente
manera:

El sistema hematopoyético se puede definir como el conjunto de


órganos y tejidos que se encargan de la formación y destrucción de
los distintos elementos formes de la sangre. Estos órganos y tejidos
hematopoyéticos funcionarán en mayor o menor medida según la
etapa vital del individuo.
El sistema hematopoyético está conformado por el tejido hematopoyético y el sistema mononuclear
fagocítico. El primero es el encargado de crear nuevos elementos formes sanguíneos (células
sanguíneas y plaquetas) y el segundo de eliminar aquellos que ya no son útiles.
El tejido hematopoyético
El tejido hematopoyético es el encargado de la producción y maduración de los elementos formes
de la sangre. Este tejido se divide en dos tipos:

 Tejido hematopoyético mieloide.


 Tejido hematopoyético linfiode.
El tejido mieloide está conformado por la médula ósea. Se localiza dentro de la parte esponjosa de
los huesos, encargándose de la producción y maduración de eritrocitos, neutrófilos, eosinófilos,
monocitos, basófilos y plaquetas. El tejido linfoide se divide en tejido linfoide primario y secundario.
Es el encargado de producir y madurar los linfocitos.
Los órganos linfoides primarios son la médula ósea y el timo. En ellos se produce la linfopoyesis.
Los linfocitos B que se han formado en médula ósea maduran allí, en cambio, los linfocitos T
maduran en el timo.
Los órganos linfoides secundarios son aquellos en los cuales los linfocitos prosiguen su
maduración y diferenciación tras haber entrado en contacto con el antígeno. Estos órganos son:
 Nódulos linfoides de la médula ósea.
 Bazo.
 Ganglios linfáticos.
 Tejido linfoide asociado a mucosas o MALT (Amígdalas, adenoides, placas de peyer y
apéndice).
Antes de describir individualmente a todos los órganos hematopoyéticos, veremos el sistema
mononuclear fagocítico.

Sistema mononuclear fagocítico (SMF)


El sistema mononuclear fagocítico (SMF) también es conocido como sistema retículo endotelial
(SRE). Se encuentra en el lado opuesto de la balanza en el sistema hematopoyético, ya que es el
encargado de eliminar los elementos formes sanguíneos que ya no son útiles. Además, también
tiene funciones inmunológicas.
Se encuentra distribuído por todo el organismo, en los espacios intra y extravascular. Está
conformado por células derivadas de los precursores monocíticos de la médula ósea
(Monocitopoyesis). Incluídos los macrófagos de los tejidos que llevan nombre diferente
dependiendo del tejido en el que se encuentren:

 Monoblasto.
 Promonocito.
 Monocito.
 Histiocito (Macrófago del tejido conjuntivo o conectivo).
 Célula de Kupffer (Macrófago del hígado).
 Célula de Langerhans (Macrófago de la piel).
 Osteoclasto (Macrófago del tejido óseo).
 Célula de microglía (Macrófago del Sistema Nervioso Central).
 Macrófagos alveolares del pumón.
 Macrófagos distribuidos por la médula ósea, el bazo o las serosas pleural y peritoneal.

Los macrófagos tienen una vida variable. Pero, por norma general, pueden perdurar durante
meses. Entre las funciones del SMF se encuentran:

 Fagocitar proteínas desnaturalizadas y células defectuosas, incluídas las plaquetas.


 Formar primariamente el antígeno y presentárselo a los linfocitos en la defensa del
organismo. Esta función es propia de las células presentadoras de antígeno (CPA), entre
las que se encuentran los macrófagos.
Médula ósea
La médula ósea forma parte de todos los tejidos, órganos y sistemas que conforman el sistema
hematopoyético. Forma parte del tejido mieloide, los tejidos linfoides primario y secundario y del
SMF.
Como ya vimos en la hematopoyesis, la médula ósea es una sustancia blanda que llena la cavidad
de los huesos. La médula ósea puede ser roja (hematopoyética) y amarilla (tejido graso). La
cantidad de una y otra varían en función de la etapa de la vida en la que se encuentre el
organismo:
 Recién nacido: La médula ósea roja ocupa la totalidad de la cavidad de los huesos. Eso
quiere decir que toda la médula ósea tiene capacidad hematopoyética. A medida que el
recién nacido crezca, gran parte de la médula ósea roja será reemplazada por el tejido
graso de la médula ósea amarilla.
 Adulto: Un adulto tiene médula ósea roja, con capacidad hematopoyética, en los huesos
del cráneo, esternón, costillas, pelvis, cuerpos vertebrales y epífisis de los huesos largos.
Las diáfisis de éstos huesos contienen médula ósea amarilla.
 Anciano: Un anciano tiene médula ósea roja en los huesos del cráneo, cuerpos
vertebrales y, a medio funcionamiento, en esternón y pelvis.
Cabe destacar que la celularidad normal de la médula ósea puede verse alterada en estados
patológicos. Motivo por el que deben conocerse las proporciones normales de las diferentes series
en un individuo sano.

Y además, tal y como vimos en la entrada sobre la hematopoyesis, el cambio de médula roja a
amarilla es reversible. En situaciones de demanda hematopoyética el proceso puede invertirse.

Histología de la médula ósea


La médula ósea esta formada por tres estructuras diferenciadas:
 Estructura reticular de tejido conjuntivo: Sirve de soporte para los cordones celulares
hematopoyéticos y los capilares sinusoides medulares. Esta estructura la constituyen
fibroblastos y fibrocitos, además de adipocitos e histiocitos.
 Cordones celulares hematopoyéticos: Están constituidos por células de las diferentes
líneas
hematopoyéticas: Eritropoyesis, granulopoyesis, monocitopoyesis, trombocitopoyesis y linf
opoyesis.
 Capilares sinusoides medulares: Las células endoteliales de las paredes sinusoidales
permiten el intercambio de sustancias nutritivas y de desecho entre el plasma sanguíneo y
las células hematopoyéticas. También impiden la salida de estás células hacia la
circulación periférica, hasta que completen su madurez.

Los sinusoides hacen de barrera para las células inmaduras entre médula ósea y sangre
periférica. Aunque en situaciones patológicas se producen cambios en esta barrera que
permiten la salida de células hematopoyéticas inmaduras a sangre periférica.

La estructura reticular y los capilares sinusoides conforman el llamado estroma medular.


La función del estroma es la de controlar toda la producción de la matriz extracelular que
controla la salida de las células hematopoyéticas y la producción de citoquinas (o
citocinas). Es el responsable del mantenimiento de las condiciones necesarias
(microambiente medular) para la maduración de los distintos precursores hematopoyéticos.
También es el responsable de la regeneración de las células madre.
Estudio de la médula ósea
El estudio de la médula ósea se realiza cuando existen trastornos desconocidos que alteran el
número normal de los elementos formes sanguíneos. Del mismo modo, se realiza cuando
aparecen precursores hematopoyéticos en sangre periférica. La presencia de células inmaduras en
sangre periférica hace presagiar un estado patológico que ha modificado el filtro de los capilares
sinusoides medulares.

Este estudio puede ser morfológico mediante la realización de un mielograma, estudiando a nivel
microscópico los precursores hematopoyéticos y sus proporciones. También puede estudiarse
desde el punto de vista citológico y funcional, maneras que exigen cultivar las células in vitro.

Estos estudios pueden realizarse a partir de dos técnicas que permiten la extracción de médula
ósea:

 Aspirado medular.
 Biopsia medular.
Aspirado medular
El aspirado medular también es conocido como punción medular o punción aspirativa medular.
Consiste en la punción en hueso para obtener médula ósea. La punción suele realizarse en la línea
media del esternón en adultos. En cambio, la cresta ilíaca posterior es el lugar elegido para los
niños.
Aspirado
medular. Imagen extraída de Wikipedia
La punción, previa anestesia, se realiza con un trócar, un instrumento capaz de atravesar el hueso
e introducirse en la zona medular. Una vez que el trocar se encuentra en médula ósea, se retira el
fiador y se conecta a una jeringa. Con ella se extrae una pequeña cantidad de médula ósea y se
deposita sobre un portaobjetos limpio o una placa de petri.
En primer lugar se valora el aspecto del grumo obtenido, si es abundante, escaso o si la punción
es blanca. Se denomina punción blanca, o dry-tap, a un aspirado en el que no se observa grumo.
El grumo obtenido debe extenderse en varios portaobjetos. Una extensión de médula ósea no se
realiza igual que un frotis sanguíneo, ya que el grumo se aplasta suavemente sobre el porta. Dos
portaobjetos serán teñidos mediante tinciones panópticas y el resto se conservarán para realizar
tinciones especiales. Las tinciones panópticas utilizadas suelen ser tipo Romanowsky, y las más
frecuentes son May-Grünwald-Giemsa y Wright, que son las que ofrecen mejor resultado.
Mielograma
Los frotis teñidos con tinciones panópticas se observarán al microscopio óptico, utilizando el
objetivo de 10X (100X de resolución) para realizar una valoración general de la celularidad de la
muestra. Se debe valorar la presencia de precursores hematopoyéticos que sean distinguibles con
esa resolución, como los megacariocitos. También se debe valorar la presencia de células
anormales sospechosas de ser células tumorales.
Después se usará el objetivo de inmersión (1000X de resolución) para realizar un recuento
porcentual, o mielograma, de la muestra. Se deben contar e identificar de 500 a 1000 células para
realizar un mielograma correctamente.
Alteraciones del mielograma
 Hiperplasia eritropoyética: Se ve en casos de hiperregeneración medular como
respuesta a una pérdida periférica de hematíes (hemorragias, hemólisis…). También
cuando existe incapacidad de los eritroblastos para madurar a hematíes (anemias
ferropénicas o anemias megaloblásticas) o en casos de eritroleucemia.
 Hiperplasia granulopoyética: Se observa en el curso de procesos infecciosos como
septicemias, y en procesos inflamatorios como la hepatitis C, cirrosis hepática, etc…
También en metástasis carcinomatosas, en la leucemia mieloide crónica y en otros
síndromes mieloproliferativos.
 Aumento del número de linfocitos: En este caso hay que valorarlo en relación con la
clínica y con otros parámetros. Se da, por ejemplo, en casos de leucemia linfática crónica o
en casos de linfoma que haya infiltrado en médula ósea.
 Aumento del número de células plasmáticas: Puede aparecer como fenómeno
secundario a procesos neoplásicos, en enfermedades hepáticas crónicas o en casos de
plasmocitomas que hayan infiltrado en médula ósea.
Sobre el aspirado medular
Si la celularidad de la médula ósea se encuentra aumentada se dice que hay hipercelularidad
o hiperplasia. Por contra, si la celularidad está disminuída se dice que hay hipocelularidad
o aplasia.
La apreciación de la celularidad de la médula ósea, mediante un aspirado, tiene un valor limitado.
Existen situaciones en las que la celularidad observada no se corresponde con la celularidad real
del paciente.

Linfoma
folicular en médula ósea. Imagen propiedad de Ed Uthman
En aplasias medulares hay ocasiones en las que el aspirado puede presentar celularidad normal.
Lo contrario ocurre en algunas leucemias agudas con médula empaquetada (hiperplasia), en la
que hay tanta proliferación que es frecuente obtener una punción blanca.

Biopsia medular
Una biopsia medular consiste en la extracción de un cilindro óseo con la finalidad de estudiar la
médula ósea. Esta técnica ofrece más información sobre el aspecto histológico mientras que el
aspirado medular ofrece más información del aspecto citológico.

Es una técnica indicada para casos de punción blanca o síndromes mieloproliferativos, entre otros.
La biopsia se obtiene mediante punción transcutánea por trocar en la cadera. En concreto en la
espina ilíaca posterosuperior.

La biopsia de médula ósea se emplea para conocer el grado de extensión de los linfomas y de las
aplasias. También para analizar el pronóstico y la terapéutica a seguir. En cualquier caso, el
procesamiento del cilindro óseo y la interpretación de la biopsia no es competencia de los Técnicos
de Laboratorio Clínico y Biomédico / Diagnóstico Clínico, es competencia de los Técnicos en
Anatomía Patológica.

Timo
En el sistema hematopoyético, el timo es un órgano hematopoyético linfoide primario. Está situado
en el mediastino superior anterior, en posición retroesternal y sobre la cara anterior del pericardio.
Su estructura se desarrolla completamente en el tercer mes de gestación. Después del nacimiento
continúa creciendo hasta la pubertad, momento en el que comienza a atrofiarse progresivamente
hasta quedar irreconocible en la vejez.

Timo de un feto en su
etapa final. Imagen extraída de Wikipedia
El timo está compuesto por dos lóbulos principales. Cada lóbulo se puede dividir en una médula
central y en una corteza periférica que está rodeada por una cápsula externa.

Es un órgano hematopoyético cuya función es la maduración de linfocitos T. Estas células


sanguíneas no se originan en él ni tampoco realizan allí sus funciones. Los linfocitos T entran en el
timo como timocitos inmaduros o iniciales. A continuación pasan a timocitos maduros o corticales.
Finalmente pasan a timocito maduro o medular. Durante este recorrido, los linfocitos T adquieren
los receptores antigénicos específicos.

Bazo
En el sistema hematopoyético, el bazo es un órgano hematopoyético linfoide secundario. Está
situado en el hipocondrio izquierdo, detrás del estómago y cerca del diafragma.
El número 12 se
corresponde con el Bazo. Imagen extraída de Wikipedia
Está conformado por una cápsula de tejido conjuntivo, pulpa roja y pulpa blanca. La cápsula, rica
en linfocitos, monocitos y macrófagos, penetra en profundidad en forma de septos trabeculares.

La pulpa roja está formada por los sinusoides esplénicos y los cordones de Billroth. Estas
estructuras, ricas en células del SMF, son el lugar donde se producen la filtración y retirada de los
hematíes viejos o defectuosos. Los sinusoides esplénicos acumulan gran cantidad de sangre que
lentamente va saliendo hacia los cordones de Billroth que ejercen de filtros. Éstos permiten el paso
de los hematíes normales y destruyen los viejos o defectuosos.

La pulpa blanca está distribuida por todo el bazo, formando pequeños nódulos de tejido linfoide
que se disponen alrededor de una arteriola central. La arteriola está rodeada por una zona de
Linfocitos T, que a su vez están rodeados por una zona de Linfocitos B y Células Plasmáticas.

Funciones del bazo


El bazo filtra unos 300 ml de sangre por minuto, a través de la vena esplénica, seleccionando
células viejas o defectuosas para su eliminación. Ésta es su función principal, aunque también
tiene función de defensa frente a microorganismos infecciosos debido a sus poblaciones de
linfocitos y macrófagos.

La función de defensa es fundamental en niños. Pero no tanto en adultos, donde la esplenectomía


es una práctica habitual ante determinadas anemias hemolíticas y ante otros tipos de
hiperesplenismos. Los niños que se ven sometidos a una esplenectomía pueden padecer
infecciones graves que les pueden ocasionar incluso la muerte.

El bazo es un órgano de reserva de plaquetas. En las esplenomegalias se pueden llegar a


acumular en el bazo hasta un 90% de las plaquetas circulantes, produciendo trombocitopenia
periférica.
Ante una esplenectomía, el hígado asume las funciones del bazo, pero no con la misma eficacia.

Ganglios linfáticos
En el sistema hematopoyético, los ganglios linfáticos son un órgano hematopoyético linfoide
secundario. Junto a los vasos linfáticos constituyen el sistema linfático.

Sistema linfático
La función de los ganglios linfáticos es la de filtrar los antígenos procedentes del espacio
extracelular y de la linfa. Esto ocurre durante la circulación de la linfa desde la periferia hasta el
conducto torácico. De este modo permiten la interacción entre antígenos y linfocitos.

Las células presentadoras de antígeno viajan desde el tejido infectado a los ganglios linfáticos a
través de la circulación linfática. Penetran en el ganglio linfático a través de los vasos linfáticos
aferentes. En el ganglio, los linfocitos son activados por el contacto con los antígenos.

Los ganglios linfáticos se disponen en grupos a lo largo de los capilares linfáticos más grandes.
Tienen cuatro zonas diferenciadas: Cápsula, Paracortex, Córtex y el Área medular central.

Partes de los ganglios linfáticos


 Cápsula: Rodea los ganglios linfáticos y está constituida por tejido conjuntivo. Es más
gruesa en el lugar donde se encuentra la hendidura o hilio por donde entran y salen los
vasos sanguíneos, y por donde salen los vasos linfáticos eferentes. Los vasos linfáticos
aferentes entran en forma abundante por diversos puntos de la zona capsular convexa.
 Paracórtex: Esta zona contiene abundantes linfocitos T y células presentadoras de
antígeno (células dendríticas y macrófagos).
 Córtex: Está formado por folículos linfoides primarios y secundarios que contienen
agregados de linfocitos B. Los folículos primarios están constituidos por Linfocitos B
vírgenes, que no han entrado en contacto con el antígeno, y por Linfocitos B de memoria.
Los folículos secundarios tienen dos zonas, el centro germinal que contiene linfocitos B
activados por la presencia de un antígeno, y el manto o zona creciente conformado por
linfocitos más pequeños e inactivos. En el córtex también hay presencia del SMF en forma
de macrófagos y células presentadoras de antígeno (los propios macrófagos y células
dendríticas).
 Área medular central: Está situada en la parte central del nódulo linfático. Compuesta por
cordones medulares que rodean los senos medulares por donde discurre el líquido
linfático, que en esta zona van convergiendo para formar los vasos linfáticos eferentes. Los
cordones medulares poseen macrófagos, células plasmáticas y linfocitos maduros cuyo
destino es la circulación sanguínea, previo paso por la circulación linfática.
Tejido linfoide asociado a mucosas o MALT
En el sistema hematopoyético, el tejido linfoide asociado a mucosas es un órgano
hematopoyético linfoide secundario. También es denominado MALT de Mucosa-associated
lymphoid tissue.
Se trata de cúmulos dispersos de tejido linfoide no encapsulado. Se encuentran formando
agregados difusos o nódulos organizados, aislados en la submucosa de los órganos de los
sistemas digestivo, respiratorio y genitourinario, formando estructuras más complejas, asociadas
con el tubo digestivo (amígdalas, placas de Peyer en el intestino y el apéndice cecal) y
constituyendo los órganos linfáticos como el bazo y los ganglios linfáticos.

élulas madre monocitopoyéticas

Desde la Stem Cell hematopoyética, o CFU-LM, existen varias diferenciaciones que darán lugar a
las células madre implicadas en la linea monopoyética. La primera de ellas da lugar a la CFU-
GEMM o unidad formadora de colonias granulocíticas, eritrocíticas, monocíticas y
megacariocíticas.

La CFU-GEMM dará lugar a la CFU-GM, unidad formadora de colonias granulocíticas y monocíticas.


Esta célula madre, a pesar de su nombre, es una célula madre comprometida en las líneas de los
Neutrófilos y de los Monocitos.

Ésta, a su vez, se diferencia en CFU-M, unidad formadora de colonias monocíticas, una célula
madre comprometida exclusivamente en la línea hematopoyética de los monocitos.

La última célula madre comprometida dará lugar al primer precursor monocitopoyético


diferenciable morfológicamente: el monoblasto.
Monoblasto

Es el primer precursor monocitopoyético diferenciable morfológicamente. Se trata de una célula


con cierta similitud al mieloblasto, lo que dificulta su identificación. Es una célula grande, con un
diámetro celular de 15-22 µm.

La relación núcleo/citoplasma es elevada, ya que el monoblasto cuenta con un núcleo de gran


tamaño, con cromatina muy laxa y con hasta 5-6 nucléolos. El citoplasma es muy basófilo y de
pequeño tamaño.

Si la apariencia y el número de nucléolos impide la distinción entre monoblasto y mieloblasto, se


recurre a las tinciones citoquímicas. En concreto a la tinción de esterasas.

El monoblasto madura y da lugar al siguiente precursor monopoyético: el promonocito.

Promonocito

El siguiente precursor hematopoyético de la monocitopoyesis es el promonocito. Es una célula de


gran tamaño, similar al monoblasto, con un diámetro celular de 15-20 µm.

La relación núcleo/citoplasma es alta, similar o algo inferior a la del monoblasto. El núcleo es


excéntrico e irregular, pudiendo presentar cierto arriñonamiento con pliegues o indentaciones. La
cromatina es laxa, pero más condensada que la que presenta el núcleo de su antecesor, y permite
la visualización de 1-2 nucléolos.

El citoplasma es de pequeño tamaño y muy basófilo, presentando una basofilia similar o algo
inferior a la del monoblasto. Puede presentar una leve granulación azurófila que puede dificultar
su identificación, debido a la similitud que presenta este precursor con el promielocito.
El promonocito madura y da lugar al monocito.

Monocito

El monocito es la célula de mayor tamaño que circula en sangre periférica. Su diámetro celular es
de 14-20 µm.

La relación núcleo/citoplasma es alta, parecida a la del promonocito. El núcleo puede ser central o
excéntrico, con forma de herradura, indentada o redondeada. Su cromatina está condensada pero
adquiere una forma filamentosa que le da aspecto de «peinado» y no contiene nucléolos.

El citoplasma, de pequeña cantidad, es basófilo, adquiriendo una tonalidad azul plomiza con
las tinciones panópticas. Además, contiene una fina granulación azurófila dispersa por todo el
citoplasma, especialmente en las zonas cercanas al núcleo. También puede contener vacuolas.
Los monocitos pasan a los tejidos dando lugar a los macrófagos.

Macrófagos

El paso de monocito a macrófago conlleva cambios en la morfología celular, que será diferente
según el tejido en el que se asiente. Los macrófagos libres tienen aspecto de célula espumosa,
mientras que los fijos de los tejidos adquieren diferente morfología según su ubicación.

Como vimos en el sistema hematopoyético, los macrófagos reciben diferente nombre según el
tejido al que pertenecen:

 Histiocito (Macrófago del tejido conjuntivo o conectivo).

 Célula de Kupffer (Macrófago del hígado).

 Célula de Langerhans (Macrófago de la piel).

 Osteoclasto (Macrófago del tejido óseo).

 Célula de microglía (Macrófago del Sistema Nervioso Central).

 Macrófagos alveolares del pumón.

 Macrófagos distribuidos por la médula ósea, el bazo o las serosas pleural y peritoneal.

Estos macrófagos, junto a los precursores monocitopoyéticos y los monocitos, conforman


el sistema mononuclear fagocítico (SMF).

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