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Nombre: Isaac Danilo Torres Guarderas

Docente: Hernán Antonio Yaguana Romero.

Metamorfosis y Ciencias Sociales


La V radiografía del Posmodernismo
Hay quien piensa que hoy se vive sin valores. La situación mundial, y también española,
parece demostrar que el mundo va a la deriva y que cada uno tira por donde puede, sin
norte; ya decía Heidegger que vamos por "sendas perdidas". Pero, si bien se piensa, esto
no es completamente así. El psicólogo y pedagogo Alfred Adler demostró, con sus agudas
observaciones llenas de realismo, que todo el mundo tiene unos valores que le dirigen, un
"estilo de vida" consciente o inconsciente.Los seres humanos tenemos nuestra pequeña
filosofía, buena o mala, pero la tenemos, dándonos o no cuenta de ella. Por eso lo que es
preciso averiguar es qué valores vivimos: si son positivos o negativos. Porque los valores
que viven los occidentales, y en particular los españoles, no son los mejores, ni mucho
menos. Y habría que preguntarse por qué ocurre esto entre nosotros.
Al enfrentar diversos cambios que ha tenido la violencia a lo largo de la de la vida, se
puede observar que sigue siendo una parte que no cobra ninguna importancia en la
formación del ser humano, más bien crea un impacto negativo ya que en la actualidad
vivimos una época en la cual la información que circula por los diferentes medios de
comunicación está recargada de palabras e imágenes violentas que no contribuyen al
desarrollo personal y social de los individuos más bien perjudica. Este tipo de información
se visualiza en los diarios, en la televisión, el cine, la Internet, los videojuegos o en las
pantallas de vídeo este es un claro ejemplo de violencia es la representación más real o
ficticio que observamos cada persona. A cada momento nos impacta enterarnos de
diferentes situaciones violentas que ocurren a diario en el mundo. El análisis acerca de la
violencia lo explicare a lo largo del ensayo. En la actualidad, se vive un desapego e
insensibilidad casi total ante la práctica de valores, creando esta nueva cultura de
aislamiento y egocentrismo desmedido que se está formando actualmente, en la cual se
promueve esta cultura de competencia y perfección en los individuos, quienes buscan
resaltar y encajar a toda costa en los mejores puestos o posiciones, sin importar las
acciones que deban realizar y como estas puedan repercutir en el resto de personas. Lo
único que se busca como principal objetivo es ser él o la mejor en todo, sin importar lo
demás; se está olvidando por completo el sentido de compasión y amor por el prójimo
que nos vuelve seres altruistas y nos diferencia de los animales.
La nueva era tecnológica se ha convertido en un pilar fundamental para las relaciones
sociales, y en el escenario perfecto para expresar la forma de ser de cada individuo,
exponiendo su día a día, sus creencias, preferencias y pensamientos, sin el más mínimo
signo de discreción. Se comparte la idea de una libertad de expresión, donde cada uno es
dueño de su propia realidad, y puede reflejarla como mejor le parezca, con el único
objetivo de ganar admiración o acrecentar su egocentrismo de manera negativa, dejando
de lado lo realmente importante o valioso del ser humano.
Es importante recalcar lo contraproducente que puede llegar a ser esta vida ficticia que la
gente busca aparentar como sinónimo de vida plena y feliz, la cual, se puede compartir
con los miles de usuarios existentes alrededor del mundo, mostrando por ejemplo, las
experiencias vividas en un paseo familiar, o alguna actividad cotidiana a través de
imágenes y videos, pero a la vez creando esta insensibilidad o desapego de disfrutar estas
experiencias de manera real, para enfocarse solamente en capturar el momento “perfecto”
en alguna foto o video, para luego publicarlo en alguna red social, y poder así sentir que
se disfrutó de la experiencia, dejando de lado las relaciones interpersonales que se
pudieron haber creado con las personas en ese momento, o con el lugar y los distintos
factores que en ese instante se encontraban presentes en ese sitio o tiempo. Esto encierra
un problema mayor, que es la inconformidad o infelicidad que atraviesan las personas
que miran este tipo de contenido en las distintas redes existentes, creando un sentimiento
de frustración y tristeza al no conseguir vivir esa “vida perfecta” que otras personas
proyectan o aparentan a través de los medios digitales, sin tener en cuenta que talvez todas
estas historias que se nos presentan a través de la pantalla no son más que una realidad
ficticia inventada por otras personas, para encajar y obtener la aprobación del resto de
usuarios que siguen esta tendencia o manera de vivir, todo sin un propósito verdadero.
Actualmente, podemos notar este fenómeno de aislamiento en los jóvenes, quienes al
sentirse “incomprendidos” por la sociedad, se refugian en realidades virtuales, o crean
sus propias realidades, acorde a lo que les interesa vivir, y se vuelven antisociales de la
vida real, para ser los más conocidos o populares de redes o sitios virtuales, donde tienen
la libertad de expresarse y compartir opiniones con otros jóvenes, que se sienten
identificados con los mismos problemas, logrando la aceptación de personas que pueden
estar a miles de kilómetros de ellos, pero que los consideran más cercanos que a sus
propios progenitores o amigos.
Al final del día, toda esta saturación de imágenes y sensaciones que nos transmite la web,
a través de sus distintas plataformas, lo que nos deja es una sensación de cansancio o
inconformidad con nuestro estilo de vida, o nuestro aspecto físico y personal, creando
esta sensación de insuficiencia o vacío, que nos hace sentir infelices y deprimidos, porque
no sabemos valorar lo que poseemos y lo que realmente importa, todo por el simple hecho
de anhelar una vida que no es del todo linda como se hace creer, con todos sus lujos,
viajes, y fotos perfectas, que no son nada más que ilusiones, que opacan el verdadero
sentido y valor de la vida, las cosas, y personas con las que podemos contar a nuestro
alrededor. Creo que las personas actualmente deben realizar un análisis más profundo de
lo que ven a través de sus pantallas, y preguntarse a que costo están dispuestos a dejar
todo lo que tienen, lo cual es real y hasta cierto punto necesario, por una “felicidad”
efímera, que al final del día no es ni la mitad de fantástica ni perfecta de lo que parece.

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