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Bula: Es un documento sellado con plomo sobre asuntos políticos o religiosos, en cuyo caso, si
está autentificada con el sello papal, recibe el nombre de bula papal o bula pontificia.
Generalidades sobre los inmuebles: Nuestro código Civil Dominicano establece que son
muebles inmuebles todos aquellos bienes que se encuentran adheridos al suelo por ejemplo:
Las tierras, edificios, caminos, construcciones entre otros.
Los árboles y plantas y los frutos pendientes, mientras estuvieren unidos a la tierra o formaren
parte integrante de un inmueble.
Todo lo que esté unido a un inmueble de una manera fija, de suerte que no pueda separarse
de él sin quebrantamiento de la materia o deterioro del objeto.
Las minas, canteras y escóriales, mientras su materia permanece unida al yacimiento, y las
aguas vivas o estancadas.
Los diques y construcciones que aun cuando sean flotantes, estén destinados por su objeto y
condiciones a permanecer en un punto fijo de un río, lago o costa.
c. Tribunal Superior de Tierras Tribunal Superior de Tierras del Departamento Nordeste: Ubicado
en San Francisco de Macorís y su competencia se encuentra en las provincias de Samaná, María
Trinidad Sánchez, Duarte, Sánchez Ramírez y Salcedo.
d. del Departamento Este: Con asiento en El Seibo y competencia sobre las provincias Hato Mayor, San
Pedro de Macorís, La Romana y La Altagracia.
Actualmente contamos con veintitrés (23) Tribunales de Jurisdicción Original aproximadamente, uno en cada
Provincia sede de un Registro de Títulos, con la excepción de Azua, que no cuenta con un Registro de Títulos.
En algunos Distritos Judiciales, los Tribunales de Jurisdicción Original se encuentran divididos, como se
señalización más adelante lo indica:
Dirección Nacional de Registro de Títulos: Este órgano se encarga de supervisar, coordinar y regular el
funcionamiento de las oficinas de registros de títulos a nivel nacional, su sede se encuentra en la Ciudad de
Santo Domingo, Distrito Nacional, la cual se encuentra a cargo de un Director Nacional, quien es nombrado
por la Suprema Corte de Justicia.
títulos y se encargan de expedir los certificados de títulos que prueben la existencia de un derecho de
propiedad a los titulares, también realizan los asientos de cargas, gravámenes , transferencias y
modificaciones parcelarias luego del saneamiento, cancelan y expiden nuevos certificados si fuese necesario,
debemos tener en cuenta que las oficinas de registro de títulos a nivel nacional son responsables del registro
de los derechos reales inmobiliarios dentro de sus respectivas localidades donde se encuentran ubicadas.
Dirección Nacional de Mensuras Catastrales: Este órgano brindara el apoyo técnico a la Jurisdicción
Inmobiliaria, relacionado a las operaciones técnicas de mensuras, en ese sentido se encargara de coordinar,
dirigir y regular el desempeño de las Direcciones Regionales de Mensuras Catastrales, también conocerá el
recurso superior jerárquico contra las actuaciones de las Direcciones Regionales de Mensuras Catastrales.
de Mensuras Catastrales, los cuales tienen la función de controlar los trabajos técnicos de (mensuras,
rechazando u observando los mismos. También se encargan de otorgar la designación catastral de las
parcelas, dando con ello cumplimiento al principio de especialidad del Sistema Torrens, en relación al objeto.
Dirección Regional de Mensuras Catastrales del Departamento Norte: Cuenta con su sede en la
ciudad de Santiago de los Caballeros y su competencia abarca las provincias de Santiago, La Vega,
Monseñor Nouel, Santiago Rodríguez, Espaillat, Valverde, Puerto Plata, Montecristi y Dajabón.
Dirección Regional de Mensuras Catastrales del Departamento Noreste: con sede en la ciudad de
San Francisco de Macorís y competencia sobre las provincias de Samaná, María Trinidad Sánchez,
Dirección Regional de Mensuras Catastrales del Departamento Este: con sede en el la ciudad del
Seíbo y competencia sobre las provincias de San Cristóbal, Peravia, Azua, Barahona, Bahoruco, San
Juan de la Maguana, Elías Piña, San José de Ocoa, Independencia, Pedernales, El Seíbo, Hato
La ausencia, en este período, de una delimitación real de los inmuebles era uno de los
problemas más serios del sistema, puesto que los inmuebles que se vendían no estaban
mensurados en su mayoría, siendo insuficientes las informaciones sobre la extensión y los
límites de los mismos. Era frecuente que los límites se establecieran por apreciación del titular o
tomando como referencia, ríos, arroyos, trochas, árboles, cercas y caminos que se encontraban
en los alrededores del inmueble. Pero no usar las mismas referencias, o utilizar referencias
difusas o circunstanciales para establecer los límites, producía confusión en la descripción del
objeto, lo que permitía que la misma cosa fuese transferida varias veces.
Como en todos los sistemas registrales, la inscripción establece la fecha cierta de los derechos y
los hace oponibles a los terceros. En el Sistema Ministerial se cumple el principio de prioridad,
que garantiza la preferencia de los derechos que han llegado primero al registro, cumpliéndose
con la máxima romana: “Prior tempore, potior jure”. (Primero en el tiempo mejor en el
derecho). Como la trascripción era facultativa y los elementos esenciales de los derechos (en
particular el sujeto y el objeto) no siempre estaban bien determinados, eran frecuentes los
conflictos con respecto al derecho de propiedad de los inmuebles. En el año 1911, se promulga
la Ley sobre División de Terrenos Comuneros, la cual tenía por finalidad eliminar la copropiedad
existente en los terrenos comuneros, propiedad que se expresaba en cuotas porcentuales,
llamadas acciones de peso. Esta situación se presentaba en la mayoría de los terrenos del país,
debido a que los mismos se encontraban indivisos y carentes de mensuras que indicaran sus
límites. Con esta ley se pretendía determinar e individualizar los predios, estableciendo sus
límites y la extensión superficial de los mismos, a través de los trabajos de los agrimensores,
quienes, autorizados por el Juez de Primera Instancia, conjuntamente con un notario realizarían
el procedimiento de partición de los derechos, mensurando los predios y dejando en manos de
los titulares una copia auténtica del procedimiento de partición.
La Ley sobre División de Terrenos Comuneros es considerada el primer gran esfuerzo del
Estado por regularizar y normar la propiedad inmobiliaria en la República Dominicana. Sin
embargo, la crisis de la propiedad inmobiliaria seguía siendo muy grave. El Sistema Ministerial
entrañaba grandes riesgos para la el crédito territorial y la movilización de los derechos. Puesto
que en el país operaban bandas de falsificadores que alteraban las inscripciones en los libros del
Registro y Conservaduría de Hipotecas, haciendo inscripciones que establecían, por medio de
maniobras fraudulentas, la prioridad en el Registro, con lo cual despojaban de sus derechos a
los legítimos propietarios. Desde el 1916 hasta 1924, los Estados Unidos de Norteamérica
ocupan la República Dominicana, período en que procuran establecer un nuevo sistema registral
que garantice las inversiones inmobiliarias en el país, ya que desde finales del siglo XIX
y comienzos del XX, grandes corporaciones estadounidenses se habían establecido en el país
con la finalidad de construir centrales azucareras, y explotar las tierras nacionales con el cultivo
de la caña de azúcar, por lo cual muchas operaciones de estas compañías habían sido
afectadas por el clima de inseguridad jurídica imperante.
Por esto, el 1ro de julio de 1920 fue dictada la Orden Ejecutiva No. 511, publicada en la Gaceta
Oficial No. 3138 del citado año. Con esta Ordenanza se establece el Sistema Torrens, como
sistema registral de la propiedad inmobiliaria en la República Dominicana. Este sistema tiene
una presunción de exactitud, puesto que el contenido del asiento registral se presume exacto, y
no admite prueba en contrario cuando se trata de terceros adquirentes de buena fe y a título
oneroso. El Sistema Torrens parte del principio de que el Estado es el propietario originario de
todas las tierras, y los particulares deben probar su derecho en un proceso judicial: el
saneamiento. Como resultado del proceso de saneamiento, el tribunal interviniente adjudica la
propiedad a quién corresponda, y ordena la emisión de un Certificado de Título, que es el
documento oficial que acredita la existencia del derecho y quien es su titular; este documento es
un título inatacable (principio de autenticidad característico del Sistema), y el derecho por él
contenido es imprescriptible y goza de la garantía del Estado.
Todo esto como parte del esfuerzo del Poder Judicial, en la tarea de fortalecer la seguridad
jurídica y la calidad de la administración de justicia de la República Dominicana.