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Biomédica de la
Muerte
Introducción
En este trabajo se realizara una revisión sobre que han dicho las ciencias sociales, en
especial la antropología, sobre la presencia de la muerte en determinadas sociedades dando
paso a esto a una reflexión sobre la ausencia de la muerte en las sociedades occidentales
capitalistas en donde el modelo de salud biomédico y sus avances tienen la última palabra
sobre esta última.
Antropología clásica: La muerte en sociedades no occidentales.
Las sociedades occidentales han pensado que la muerte es cadavérica que viste ropajes
negros y porta una letal guadaña para segar las almas y guiarlas hacia un lugar incierto o a
su juicio, el alma cegada desaparece del mundo de los vivos. Este proceso en el mundo de
aquellos que adolecen la perdida se desarrolla en silencio, y si es posible en la privacidad
que entrega la asistencia de familia y cercanos, se derraman lágrimas de tristeza y luego se
entierra a quien parte tres metros bajo tierra, este proceso de perdida termina en los
recuerdos donde reside la mejor versión de quien muere.
La muerte en la cultura Occidental
Rodrigo Flores-Guerrero (2004) menciona que es a fines del siglo XVIII y principios del
siglo XIX se comienza a producir un cambio en la visión de tratamiento de enfermedad y
muerte, un hito de este periodo es la aparición de la figura del médico ligada a la muerte, es
decir el medico acompaña al agonizante o al enfermo hasta su muerte, contrario a lo que
sucedía anteriormente donde aquellos que agonizaban se mantenían junto a sus familias.
Hasta el siglo XX la muerte súbita era considerada indeseable por su inmediatez, pues no
permitía el tiempo necesario de reconciliación terrenal y espiritual: ―murió sin recibir los
últimos sacramentos‖. Actualmente, la muerte súbita es reconocida como la más deseada,
ya que nadie pretende sufrir una gran dolencia. Actualmente, para la mayoría de las
personas una buena muerte es aquella que no causa sufrimiento, sin dolor físico ni
espiritual. Ello se acompaña de un ambiente ideal: íntimo, rodeado por seres queridos, de
los que se tiene oportunidad de despedirse. (p: 7).
Debido a los avances tecnológicos de la cultura occidental moderna se ha logrado aplazar la
muerte gracias a la tecno ciencia y la biomedicina, a su vez este avance medico ha
cambiado la relación de la sociedad con la muerte “convirtiéndola en algo ajeno a nuestra
cotidianeidad […] es una sorpresa, un accidente, y como tal se transforma en un hecho
clandestino que debe disimularse, ocultarse y superarse rápidamente de modo que aparece
como un fracaso de la técnica y del modelo del hombre moderno” (Flores-Guerrero, 2004,
p: 7).
Caycedo (2007) llama a este proceso la muerte como tabú como una autodestructiva
negación de la muerte mientras que Aries (1987) afirma que “como ya no se muestran
señales externas de estar de luto, la sociedad no ve a los que lloran la muerte de un ser
querido (Como es citado en Caycedo, 2007, p: 337).
Conclusiones finales
Los estudios antropológicos de la muerte datan desde el inicio de la disciplina con sus
figuras centrales como Tylor, Frazer o Malinowski, si bien las primeras construcciones
teóricas contenían un carácter funcionalista, con el tiempo se fueron refinando las teorías
pasando por diferentes lentes antropológicos como los del estructuralismo lévi-straussiano,
la antropología simbólica de Geertz en Estados Unidos y Victor Tuner en Inglaterra,
visiones ecológicas, etc.
Si bien son muchas las construcciones teóricas que la antropología ha hecho de la muerte,
se debe recalcar que la disciplina ha dado cuenta de un universo de posibilidades que los
humanos han construido en torno a este fenómeno natural y social. Es así como la
antropología ha comprendido a la muerte, primero que nada, como algo biológico además
de social y ha reafirmado que los grupos humanos han construido una interpretación en
base a sus propios sistemas religiosos, de valores y creencias.
Mientras que distintos grupos humanos cuentan con ritos funerarios para afrontar las
muertes de un ser querido de forma individual y colectiva estos han ido desapareciendo de
la cultura occidental debido al avance médicos ocurridos desde el siglo XIX en adelante, en
conjunto con una nueva forma de vida acelerada propiciado por la industrialización y el
capitalismo. La sociedad occidental ha rechazado el morir y la muerte ya no es pública, por
el contrario, se ha encerrado en el ámbito de lo privado, en los hospitales en donde es
tratada como una agresión a lo científico desde lo desconocido, se ha mostrado a la muerte
como un fracaso de la medicina. Los ritos funerarios se han acortado reduciendo así su
eficacia, los funerales se han mecanizados, se han transformado en servicios a merced de lo
monetizado.
Si bien lo planteado puede parecer desalentador, es necesario reflexionar sobre las prácticas
de la sociedad en la que vivimos, ya que si algo ha demostrado la antropología y la
sociología como ciencias del hombre es que los grupos humanos necesitan de los ritos para
afrontar el fenómeno de la muerte ya sea en el foro interno como en lo colectivo, es
necesario volver a darle sentido a los ritos para afrontar las practicas modernas para con la
muerte.
Bibliografia.