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Cómo será el futuro en la red
Las casas hablan con las computadoras, las revistas con los teléfonos celulares y los automóviles
conversan con la Internet. Estamos ingresando en una era en la que los objetos no sólo piensan sino que
también comparten lo que saben entre ellos.
¿Y la gente? Pese a que avanzamos hacia el futuro inalámbrico, el nirvana de las telecomunicaciones aún
está lejos.
Para la mayoría de las personas, la experiencia se resume a usar un teléfono celular, recoger mensajes
de su buzón telefónico o electrónico y comprar un par de libros por Internet.
Además, todavía existen varias complicaciones en este terreno. Conectarse a Internet y lograr ver el sitio
que nos interesa aún lleva tiempo. Los teléfonos celulares quedan frecuentemente fuera de servicio y el
aparato para escuchar los archivos de MP3 no funciona si la computadora no tiene el programa preciso.
Cada nuevo dispositivo o servicio nos obliga a agregar un número de teléfono nuevo, otra dirección de
correo electrónico, posiblemente hay que instalar un programa nuevo y recordar otra contraseña más.
El jefe de estrategia para el gigante estadounidense Citrix, Traver Gruen-Kennedy, se siente frustrado con
sus tres números telefónicos y sus diez direcciones de correo electrónico.
Pero pese a las molestias y los pronósticos poco favorables, Gruen-Kennedy es uno de los visionarios
que afirman que el futuro traerá tantos cambios que las compañías telefónicas, las computadoras y los
programas serán cosa del pasado. Y Asia será quien nos muestre el camino.
Adiós compañías telefónicas y computadoras
Comunicarse será algo barato y obtener lo que uno quiere tampoco será caro.
Los expertos pronostican que será posible comprar ciertos servicios específicos, como por ejemplo el
acceso a una base de datos o a servicios de salud a distancia, desde cualquier dispositivo y lugar cuando
sea que uno lo precise.
Diremos adió a los paquetes de servicios generales que dependen de las propias redes de las compañías
telefónicas, que sólo pueden utilizarse a través de un teléfono celular o una PC.
Las computadoras de bolsillo, el walkman, el televisor y los automóviles hablarán entre sí a través de
redes de banda ancha y la computadora será reemplazada como reina del acceso a Internet.
Mientras, los programas se almacenarán en bases de datos a disposición de los consumidores y será
posible descargar los más actualizados cada vez que uno necesite.
Palm Pilot al habla
Los cimientos para estos avances ya se encuentran en su lugar. En abril de 2001, Sony anunció que cada
aparato que produzca podrá conectarse a Internet, de forma que sus productos puedan hablar entre sí.
En Japón, el Walkman de Sony ya puede conectarse a la red y descargar música de Internet.
Se espera que el mercado de productos con acceso a Internet crecerá rápidamente y British Telecom
afirma que para el año 2010 el 95 por ciento del tráfico en la red estará constituido por máquinas que
conversarán entre sí.
Según British Telecom, sólo un cinco por ciento de este tráfico estará a cargo de unos aparatos un tanto
más antiguos, denominados personas.
La Internet ya no será lo que es. Aún tendremos acceso a la red desde una cantidad de aparatos, pero no
se tratará de pantallas de computadoras adosadas a refrigeradores o cocinas.
Más bien, la Internet se convertirá en el medio que permita a las máquinas intercambiar información y
comunicarse con bases de datos controladas por compañías que nos venderán sus servicios.
El equipo de música podrá descargar archivos directamente desde las bases de datos por medio de una
interfaz especialmente desarrollada para este fin.
Y cualquier podría suministrar esos archivos. Por ejemplo, al comprar un nuevo equipo de audio, el
fabricante podría ofrecer como parte del paquete un servicio que nos permita acceder a una base de
datos y descargar música por un período determinado.
También será posible transferir música directamente desde el equipo de audio al Walkman. Y de no
poseer un equipo de audio, usted podrá cargar directamente en su Walkman su música favorita.
Todos los dispositivos y aparatos podrán hablar entre sí y comunicarse también con las bases de datos a
disposición de los consumidores.
En Japón, las máquinas expendedoras ya utilizan una versión de estos avances tecnológicos para enviar
a una central de datos un mensaje alertando cuando están por agotar las existencias de algún producto.
Así, quienes administran las máquinas expendedoras saben exactamente cuándo y a dónde deben enviar
sus camiones de distribución para reabastecerlas.
La vida en red
De la misma forma, se podría ordenar a la red que controla los dispositivos en nuestro hogar que
encienda el aire acondicionado o descargar una película al televisor de la sala utilizando un servicio de
video a pedido.
Los expertos afirman que llegará un momento en el que no sólo nuestras casas estarán en red.
Equipados con todo tipo de aparatos inteligentes, nosotros mismos estaremos "en red" y transcurriremos
el día conectándonos y desconectándonos, pasando de una red a otra.
Los aparatos con los que nos relacionemos se convertirán en una "crónica electrónica" de nuestras vidas
y acumularán información sobre nuestros movimientos, dijo David Gelernter, profesor de la Universidad de
Yale, a la revista Time.
La información generada por estos aparatos será almacenada en bases de datos que identificarán
nuestros hábitos, llevarán registro de nuestros gastos y podrán suministrarnos la información que
necesitemos en cualquier momento y lugar.
Estas bases de datos también permitirán acceder a todos nuestros dispositivos y con un número clave
podremos conectar nuestros teléfonos, computadoras portátiles, televisores y electrodomésticos.
Una llamada telefónica, por ejemplo, será ejecutada a través de nuestra central de datos. Cada vez que
alguien. O algo, nos envíe información, la central de datos la recibirá y derivará al aparato que estemos
utilizando o al que resulte más conveniente.
Así, mientras conducimos hacia el trabajo, podríamos recibir un e-mail y leerlo a través de una pantalla en
nuestro automóvil. O si está haciendo las compras, será su teléfono celular el que reciba el e-mail. Al
llegar a casa, su televisor o computadora podrían cumplir la misma función.
Cualquier aparato podría alertarnos sobre la presencia de un mensaje y al borrar el mensaje de nuestro
teléfono celular, automáticamente desaparecería del resto de los aparatos interconectados.
Como los programas informáticos ya no estarían almacenados en nuestra computadora sino en la central
de datos, será posible tener acceso al mismo programa, el mismo documentos o servicio, desde cualquier
aparato conectado a la central.
¿Qué red?
Con el tiempo, los servicios que uno utilice, y no la red a la que uno se suscriba, serán el modelo de
negocios predominante.
Imagine por ejemplo, un servicio que alerta cuando alguien sufre un ataque cardíaco. Uno llevaría un
brazalete que registra su ritmo cardíaco y alerta al servicio médico si uno sufre un ataque.
Tal vez uno nunca llegue a saber a qué red móvil está conectado el servicio, porque uno lo habrá
comprado de un hospital que tendrá su propio acuerdo con una o más redes con las que uno no tendrá
contacto.
Los usuarios, que antes debían conectarse a varias redes o adoptar un paquete de servicios ofrecidos por
una sola red, podrán ahora utilizar los servicios de proveedores como Microsoft o AOL para llevar las
cuentas de la casa o cubrir una amplia gama de necesidades.
"Las posibilidades de relación entre los proveedores de Internet, de contenido y de servicios son casi
infinitas", señaló Stephen Ezekiel, quien trabaja en el equipo de Desarrollo de Negocios de British
Telecom en Hong Kong.
Por qué aún no ha sucedido
Entonces, ¿por qué es que aún no transitamos por las vías inalámbricas a través de nuestras bases de
datos? La tecnología ya existe, pero las compañías aún no están dispuestas a resignar el poder, dicen los
expertos.
Microsoft con Windows, AOL con su mensajero instantáneo, las compañías telefónicas con redes
enormes, luchan por mantener el control sobre productos y servicios.
Tratan de mantener a sus usuarios cautivos y no permiten que usuarios de otras redes tengan acceso a
sus servicios.
Esta es la razón por la que uno no puede enviar un mensaje instantáneo si uno no está suscripto a la red
de AOL.
Sin embargo, los expertos consideran que llegará un momento en que las compañías deberán resignar su
monopolio.
Los dispositivos inteligentes y nuevas tecnologías como Bluetooth, que permiten a los aparatos
comunicarse entre sí en forma inalámbrica y a mayor velocidad, ya están avanzando en esa dirección y
capturando información de las redes, dijo el especialista en telecomunicaciones Peter Waters.
Para sacarle el mayor provecho a sus aparatos, los consumidores podrán transitar por todas las redes y
tener acceso a la información que precisen en tiempo real. Esto obligará a las redes a conectarse entre sí.
Y una plétora de compañías, que usan el satélite y el cable, compiten con las firmas de
telecomunicaciones tradicionales para suministrar acceso la red.
También los gobiernos están legislando para que las firmas que ofrecen este tipo de servicios permitan
acceso a sus redes.
Recientemente, Japón determinó que el servicio I-mode, de NTT DoCoMo, que provee servicios de
telefonía móvil por Internet a 20 millones de usuarios, debe abrir su red a otros proveedores de servicio de
Internet.
Asia a la vanguardia
En muchos aspectos, es Asia la que se encuentra a la vanguardia de esta revolución, impulsada por el
hecho de que no tiene una tradición fuerte en el terreno de las telecomunicaciones y de que los usuarios
de telefonía móvil superan grandemente a los de telefonía tradicional.
Los expertos afirman que a Asia le será más fácil obtener ganancias de los servicios de
telecomunicaciones móviles de tercera generación (3G).
Se espera que DoCoMo lance en 2001 el primer servicio 3G del mundo y brinde a los usuarios acceso
móvil de alta velocidad a contenido multimedia.
Japón y Corea del Sur encabezan los mercados en la distribución de servicios como noticias o juegos a
teléfonos celulares y según pronósticos, el comercio electrónico en Asia podría crecer un 80 por ciento
anual, indicó la firma de inversiones Goldman Sachs.
China pronto se convertirá en el mayor mercado de servicios móviles del mundo, resume Michael
Garstka, especialista en telecomunicaciones de la consultora Bain, en Tokio.
El mercado es inmenso y las posibilidades que brinda el futuro infinitas.
CIENCIA: INICIATIVA DE LA SECRETARIA PARA LA TECNOLOGIA, LA CIENCIA Y LA INNOVACION
PRODUCTIVA
Una comisión multipartidaria concuerda en que la ciencia sólo podrá avanzar si se protege a los
científicos · El plan, que estará listo a fin de año, propone mejorar sueldos, ofrecer más becas y
crear nuevas normas jubilatorias
Para armar un plan de política científica, el Gobierno reunió a radicales, peronistas,
frepasistas, cavallistas, desarrollistas e independientes en una comisión asesora.
Pero tal variedad de posiciones parece fundirse en una sola cuando los integrantes de
la comisión señalan qué se debe hacer primero ante la crítica situación que atraviesa el
sistema científico-tecnológico. Dicen que hay que proteger a los propios científicos
y a los que quieren serlo con más becas, con la apertura de más puestos de trabajo,
con refuerzos salariales y con nuevas normas jubilatorias.
"No se puede hacer un plan sin considerar que hay una sensación de desesperanza
en la comunidad científica —afirmó el físico-químico Carlos Abeledo, presidente del
Conicet durante la presidencia de Raúl Alfonsín—. Hay que convocar a los
investigadores para que junto con los gobernantes y los empresarios resuelvan juntos
una agenda de problemas".
"La situación es dramática porque la gente joven emigra ya que no tiene becas ni
puestos de trabajo y, por otro lado, se echa a la gente de más de 65 años", dijo el
profesor de computación de la UBA, Hugo Scolnik. Y comparó: "La ciencia argentina es
como un barco que va a la deriva. Si alguna vez se encuentra un rumbo, no tendrá
tripulantes porque ahora los está perdiendo". Para Scolnik, se deberían abrir más
puestos de trabajo y dar mejores subsidios para los estudios. "Los científicos a veces
tienen que poner plata de su bolsillo para investigar", comentó.
Desde el peronismo, Juan Carlos Del Bello, ex secretario de Ciencia entre los años
1996 y 1999, también resaltó que el Gobierno "debe cortar con la migración de
jóvenes talentosos". Puso un ejemplo: el Conicet hizo un llamado hace dos años para
que ingresen más jóvenes a la carrera de investigador. Sin embargo, —advirtió Del
Bello— el Gobierno aún no ha permitido concretar ese ingreso (Ver Recuadro...).
El coordinador de la Red Iberoamericana de Indicadores de la Ciencia y la Tecnología,
Mario Albornoz, dijo que sugerirá que el nuevo plan aumente la inversión en ciencia
y que se ponga en contacto a los investigadores con otros sectores de la sociedad que
los necesiten, como el sector productivo. En esa dirección, Ruth Sautu, investigadora
en ciencias sociales del Instituto Gino Germani de la UBA, comentó que "a veces se
despilfarran los recursos que ya se obtuvieron ya que no hay articulación y los
conocimientos no se usan".
· Luis Orce, experto en ozono: "Me jubilaron hace diez años, pero todavía yo tengo
mucho ánimo para investigar y coordinar la red de estaciones de radiación ultravioleta.
Sigo trabajando igual de manera ad honorem. El problema es que necesito subsidios
para mantener la red y no me los dan porque no tengo relación de dependencia con
una institución científica argentina".
Sin ser astrónomo profesional, Otero —que vive en el barrio porteño de Belgra no—
pudo explicarle a la NASA que si el instrumento de la sonda espacial no había
funcionado correctamente era porque una estrella tampoco se mostró como se
esperaba. "Los astrónomos pensaban que la estrella Delta Velorum no variaba en su
brillo y por eso la usaban como un punto fijo de referencia para monitorear la posición
de la nave en el espacio", explica Otero, quien posee tanta capacidad para observar
estrellas como para pronunciar montones de palabras en un minuto.
A años luz
En julio de 1997, Otero miró fijamente la estrella Delta Velorum, que es una de las
más brillantes y que está a 75 años luz (es la distancia recorrida por la luz en un año
a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo) de la Tierra. Y notó algo raro:
"Por un momento vi que su brillo cambiaba, pero no podía creerlo y dudé un poco." La
estrella pasó a ser una obsesión. La observó durante las semanas siguientes.
"Doscientos días después volví a ver que cambiaba", cuenta, aún deslumbrado. No
podía contenerse, y quería contárselo al grupo de amigos que hizo por e-mail. Pero
también deseaba que otro perspicaz observador confirmase su hallazgo.
Entonces, Otero —que durante el día camina por varios barrios porteños para hacer
cobranzas domiciliarias— le pidió a un ciberamigo de Sudáfrica que mirase la
estrella en cuestión. Su amigo le contestó que otro observador también le había hecho
el mismo pedido, a raíz de que un ingeniero de la NASA había solicitado ayuda a una
red de aficionados a la astronomía para entender qué le había pasado al instrumento
de la sonda Galileo. Hasta que el ingeniero Paul Fieseler, de la NASA, que vive en
California, se enteró del descubrimiento del argentino e inició un estudio junto con
Otero y con un astrónomo profesional, Christopher Lloyd, del Laboratorio Rutherford
Appleton de Inglaterra.
"Dos factores pueden explicar por qué nadie parecía haber notado la variabilidad de la
estrella antes de Otero —dice un comunicado de la NASA—. La cantidad de cambio en
el brillo es lo suficientemente pequeña como para que sea difícil de captar por el ojo, y
los cambios suceden sólo durante unas pocas horas".
Sin embargo, Otero pudo detectarlo. Además de seguir a Delta Velorum, tiempo
después delató que otra estrella, Delta Scorpii, era variable.
"Aunque se les presta poca atención, las estrellas son muy misteriosas —aclara para
explicar tanta pasión—. La luz que llega ante nuestros ojos salió de ellas millones de
años atrás y pensar en eso es grandioso".
Tanto interés apabullante le surgió de chiquito. Dice que empezó mirando la serie
Cosmos, de Carl Sagan. Después, copiaba dibujos con las formas y los integrantes de
las constelaciones de estrellas, que conserva en una carpeta negra con anillos
oxidados. Ahora, como miembro de la Liga Iberoamericana de Astronomía, está
entusiasmadísimo con dos misiones. En julio irá a la ciudad de Carlos Paz a
encontrarse con profesionales y aficionados. Y terminará pronto nuevas cartas de
observación del Hemisferio Sur. Se está convirtiendo en un cartógrafo del cielo.
En la Argentina
Pasó algo más de 24 horas en el cargo, pero ya tiene planes para varios meses. La flamante secretaria
para la Tecnología, la Ciencia y la Innovación Productiva, Adriana Puiggrós, no perdió el tiempo: anteayer
juró frente al presidente De la Rúa, tomó posesión de su despacho, recorrió el edificio, pidió una renuncia
y tuvo una larga reunión con colaboradores inmediatos, todo en la primera tarde.
En su nueva oficina, que ocupó Dante Caputo hasta su renuncia, diez días atrás, Puiggrós describió ante
La Nación su estrategia al frente del organismo, que comenzará por una reestructuración "para hacerlo
más eficiente", seguirá con la elaboración de un plan nacional de ciencia y tecnología, y pondrá énfasis en
el fomento de la inversión privada, provincial y del exterior.
Para concretar sus intenciones tiene un elemento fundamental: el apoyo de la comunidad científica. El
directorio del Conicet, encabezado por su presidente, Andrés Carrasco, le hizo llegar ayer una carta en la
que expresa su "beneplácito" por la designación y compromete su "esfuerzo para continuar con el proceso
de modernización del organismo".
La funcionaria, que proviene de las filas del Frepaso, necesita ahora que la Cámara de Diputados, de la
que formaba parte hasta hace tres días, apruebe el proyecto de ley en el que ella trabajó, que asegura,
entre otras cosas, un progresivo aumento de la inversión del Estado en ciencia y tecnología. "Nohay que
exportar a la gente, sino lo que la gente produce. Y abrir el mercado interno para la producción científica
local", sintetizó Puiggrós.
-¿Cómo encontró la secretaría?
-Algo paralizada, con muchos programas que tienen que ser puestos en marcha, pero con una gran
cantidad de gente que me recibió muy bien. Todos los altos funcionarios y el personal de planta y
contratado pusieron sus cargos a mi disposición, como corresponde. El director de la Agencia Nacional
para la Promoción de la Ciencia y la Tecnología, Guillermo Bluske, no lo hizo, así que le pedí la renuncia.
Y en su lugar nombré a Jorge Pérez, que trabaja en el área y la conoce bien.
-¿Cómo sigue la reestructuración administrativa?
-Mi plan es constituir comisiones ad hoc de trabajo para problemas específicos, con un tiempo
determinado de duración y metas por cumplir. La semana que viene voy a empezar a formar la comisión
para la formulación del plan nacional de ciencia y tecnología, que trabajará hasta fin de octubre.
-¿La estructura va a mantenerse?
-Vamos a proponer una nueva estructura, porque Caputo trabajaba con un organigrama que no era el
real. Además, al pasar al Ministerio de Educación, tenemos que cumplir el decreto que dispone la reforma
del Estado, que empezará este año en ese ministerio. Vamos a estudiar varias modificaciones para que
hagan más ágil y eficiente la comunicación entre los distintos niveles y el trabajo en equipo.
-¿Cuáles serán las prioridades de su gestión?
-Además de la elaboración del plan nacional de ciencia y tecnología, que debe ir como anexo en el
próximo presupuesto, hay tres cuestiones que vamos a poner en marcha al mismo tiempo:un acuerdo con
gobernadores para aumentar las inversiones en cada provincia y coordinar políticas regionales; contactos
con grandes empresas privadas y Pyme para motivarlas a que inviertan. Y vamos a salir a buscar
convenios y multiplicar las fuentes de financiamiento en el exterior.
-¿Cómo se hace para motivar a las empresas para que inviertan?
-Vamos a pedirles a los diputados que continúen con el estudio de la legislación impositiva y los posibles
beneficios para las empresas. Tenemos que demostrar que producir tecnología en el país es más barato y
puede tener mejor calidad, porque se tiene aquí el service, el equipo que la ideó y la produjo.
-¿Qué significa el pase al Ministerio de Educación?
-Significa que vamos a estar en el área del gobierno nacional que corresponde para discutir problemas de
educación superior y técnica. Sin embargo, vamos a conservar la autonomía administrativa y financiera.
De cualquier manera, creo que es una formalidad relativa. La cuestión está en la fuerza que la secretaría
adquiera por lo que produce. Hay que poner de pie el área de ciencia y tecnología y luego iremos por
más.
-¿Los $ 800 millones de presupuesto de la secretaría son suficientes?
-No. Internacionalmente se considera que el 1% del PBI es suficiente, así que en la Argentina estaríamos
hablando de 2000 millones de pesos. El Estado nunca va a llegar a ese monto por sí solo, y aunque debe
aumentar su inversión hay que cubrir la brecha con otras fuentes de financiamiento. La Argentina invierte
el 0,4% de su PBI en ciencia y de eso el 80% viene del gobierno nacional.
-¿Cómo se puede hacer más eficiente el Conicet?
-Vamos a discutirlo, pero en principio creo que se debe dar más participación a todos los investigadores,
aumentar la cantidad de ingresos en la carrera sin bajar las exigencias, promover el ingreso de gente
joven, aprovechar las oportunidades de intercambio internacional para los científicos y asegurar que los
investigadores jubilados sigan de alguna manera integrados en el sistema.
-¿Es posible exportar investigación desde la Argentina?
-Por supuesto. No hay que exportar científicos, sino lo que ellos producen: desarrollos tecnológicos, ideas
y descubrimientos. Hay que desarrollar un mercado interno que utilice productos nacionales. Esta es mi
hipótesis de trabajo, y espero poder demostrar que es la correcta.
Vínculos
"En la Argentina, la relación entre tecnología y educación no es nueva. Pero se han deteriorado los
vínculos entre el sistema educativo y el productivo:una institución educativa con docentes mal pagos y sin
tecnología no puede proveer estudiantes y graduados a la industria;una Pyme con problemas de
financiación no tiene margen para generar proyectos tecnológicos", dijo la flamante secretaria.
Inédita experiencia educativa: impulsan el uso de imágenes tomadas desde el espacio
Ramon pidió que lo alojaran por un día en diferentes ciudades del mundo.
Le llegaron decenas de ofertas. Incluso consiguió sponsors · El 1° de
mayo comienza su viaje. Escribirá su diario, también en Internet
Ramon Stoppelenburg tiene 24 años, muchas ganas de viajar y
la billetera prácticamente vacía. Vive en Swoller, Holanda,
estudia periodismo y siente una gran pasión por Internet. El 1°
de mayo comenzará la vuelta al mundo que siempre soñó. Algo
que no le costará ni siquiera un centavo. Ramon combinó su
conocimiento sobre los mecanismos de la comunicación con
su familiaridad con Internet y meditó sobre cuál sería el
mejor sistema para visitar los lugares más bellos del planeta de
forma absolutamente gratis.
Voluntarios
CORDOBA.- "Me gustaría muchísimo quedarme en la Argentina, pero me resisto a ver cómo nuestra
clase política sigue destruyendo el sistema científico-tecnológico de manera tan perversa." Luis Alberto
Bagatolli, investigador cordobés de 34 años, acaba de recibir el premio al mejor científico joven del mundo
en su disciplina, la biofísica, y ve con preocupación las perspectivas de la ciencia en nuestro país.
La distinción Young Fluorescence Investigator Award es otorgada todos los años por la Sociedad
Americana de Biofísica, la más importante del mundo en esa especialidad. Fue distinguido por sus
originales aportes en cuanto a la dinámica de los lípidos, utilizando "espectroscopia de fluorescencia". En
términos corrientes, él investiga el funcionamiento de las células.
Desde Boston, adonde viajó para recibir el premio, dialogó con La Nación y describió el dilema que hoy
enfrenta cuando debe decidir si regresa al país, donde debe lidiar con "la burocracia, el egoísmo y la falta
de planificación" o si acepta alguna de las tentadoras ofertas de trabajo que surgieron allá y que implican
la posibilidad de "hacer ciencia" con el respaldo de los más prestigiosos académicos y los recursos
necesarios para lograr avances importantes.
"Tengo muchas ilusiones de quedarme a vivir en la Argentina. Sin embargo, me resisto a ver cómo
destruyen el sistema científico del país. Creo que en el contexto de esta crisis económica y social que
vivimos se desvía el eje de la discusión, y los políticos sacan ventaja de ello", dijo, al explicar su
desconcierto.
"No hay indicios de un cambio profundo en materia de ciencia y técnica", indicó el investigador, que
también acredita una mención honorífica de la Sociedad de Biofísicos Latinoamericanos y una primera
mención en el concurso a la mejor tesis en biofísica (1994-1996) que organizó la sociedad argentina de
esa especialidad.
Investigador precoz
Bagatolli hizo sus primeros experimentos cuando era niño, en su Río Cuarto natal, mezclando todo tipo de
sustancias y observando los efectos de sus preparados sobre las plantas de perejil de un vecino.
Seguro de su vocación, se graduó de licenciado en química en la Universidad Nacional de Córdoba, de
donde egresó con promedio de 7,89. Hizo allí el doctorado en esa especialidad y egresó con calificación
sobresaliente. Hoy está casado y tiene dos hijos.
Trabajó un año en el laboratorio de la Universidad de Córdoba y partió para los Estados Unidos a
sumarse al equipo del doctor Enrico Gratton, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y director
de uno de los dos laboratorios más prestigiosos en el desarrollo de nuevas metodologías en el campo de
la fluorescencia aplicada a sistemas biológicos. Allí, durante tres años, puso a punto nuevos sistemas
experimentales y logró resultados muy interesantes acerca del comportamiento de los lípidos.
Sus trabajos tuvieron una excelente acogida en la comunidad científica internacional y fueron publicados
como nota de tapa en la prestigiosa revista Biophysical Journal. En los próximos días, ese mismo medio
publicará, también en la tapa, los resultados de otra investigación suya.
Desde el año último reside en la Argentina y trabaja en el grupo de Biofísica del Departamento de
Química Biológica de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Córdoba, con el cargo de
investigador asistente del Conicet, la categoría más baja del escalafón. "En la Argentina ocurren cosas
absurdas", dice, más resignado que enojado. Y añade:"Las exigencias para acceder a la carrera de
investigador en la Argentina son altísimas, pero no así los beneficios que el Conicet otorga".
Un "oficio" ignorado
Bagatolli no pierde de vista que los méritos que se le reconocen en el extranjero son, en buena medida,
fruto de un camino que sembraron otros compatriotas suyos, y lamenta profundamente la indiferencia que
"los maestros" padecen en la Argentina.
-¿Por qué es tan engorroso investigar en la Argentina?
-La pregunta debería ser:¿quiénes son reconocidos en la Argentina? Habría que revisar el ranking de
dignidad en oficios que tenemos en el país. Esta sociedad es muy exitista.
-¿Es indispensable irse del país para obtener gratificaciones profesionales o económicas?
-Algunos sistemas hacen uso del sentido común, son prácticos y obtienen importantes beneficios a raíz
de ello. Te dan lo que necesitás, estás contento y rendís en lo tuyo. Otros, en cambio, complican las cosas
para beneficiar al funcionario de turno, que no ve más allá de sus propios intereses. Sé que existe un
juego de poder de los sistemas más fuertes sobre los más débiles, pero dentro de los sistemas débiles
(como el nuestro) hay gente con funciones importantes que permite que esto pase.
-¿A qué se refiere cuando habla de "burocracia y egoísmo" en la Argentina?
-No quiero polemizar con nadie. Pero desde que llegué a la Argentina he intentado poner el pie en varios
lugares hasta llegar a Córdoba, donde también he tenido desilusiones.
-¿En qué condiciones le gustaría trabajar en la Argentina?
-Me gustaría trabajar en lo mío y no perder tiempo en cuestiones burocráticas y políticas. Me gustaría
tener mi grupo de investigación, ofrecerles a mis estudiantes un ambiente agradable de trabajo y
contribuir a la creación de un sistema científico organizado. Me gustaría tener un sueldo digno y, ya que
estamos enumerando deseos, me encantaría que los cargos políticos fueran ad honórem, ya que así las
cosas se solucionarían mucho más rápido que lo que uno imagina.
El arte de lo posible
Según algunos téoricos del lenguaje, el e-mail promovió cambios en los idiomas y eliminó
inhibiciones impuestas por los sistemas educativos · También, significó la resurrección del género
epistolar
Más allá de las polémicas entre sus seguidores y sus detractores, hay un concepto en
el que ambos bandos parecen estar de acuerdo: el e-mail constituye una nueva
forma de comunicación y, sobre todo, una nueva categoría en el campo de la
escritura.
"Todo lo que elimine el miedo a escribir es saludable", afirmó a The New York Times
William Zinsser, quien enseña escritura en la New School University de Nueva York y
es autor del libro Escribiendo mejor. "El e-mail devolvió a la gente su derecho
natural a comunicarse por escrito con otra persona, sin las inhibiciones que
impusieron los sistemas escolares".
Al mismo tiempo, la cultura del e-mail corroe los pilares de la gramática, la sintaxis y
la ortografía. Un e-mail típico está plagado de errores de ortografía, y prescinde de
signos de puntuación, de acentos y de mayúsculas. Gráficamente es casi un
borrador: no tiene encabezamiento ni pie (la fecha y el remitente aparecerán en la
bandeja de entrada, y el lugar es simplemente la red); y como no separa en sílabas,
abundan los espacios en blanco.
"En cuanto al uso del lenguaje, el e-mail es muy pobre —admite Landesman—. Da
derecho a escribir mal. Tenemos alumnos que, cuando escriben cuentos, lo hacen
bien; pero no ocurre lo mismo con sus mensajes electrónicos".
"Tras una etapa de tiranía de lo visual, el e-mail implica cierto regreso al uso del
lenguaje escrito. Pero, ¿qué escritura? —se pregunta Landesman—: una mezcla de
epístola y charla. Se lleva a la pantalla del monitor algo del lenguaje oral, se escribe
casi como se habla".
Sólo existe en la Web · Se pueden visitar distintas salas con fotos y textos de libros de lectura, revistas, biografías y
escenas de la escuela secundaria · Funciona desde junio de 2000 y ya recibió 1.500 cartas
Un grupo de alumnos en blanco y negro levanta los brazos en una clase de gimnasia, imitando a su
profesor. Un clic en el botón izquierdo del mouse y la revista La obra de marzo de 1921 informa que el
Consejo de Educación ha sancionado: "Queda absolutamente prohibido obligar al personal docente de
las escuelas fiscales a dictar clase de pie."
Otro clic y el maestro Luis Iglesias, promotor de una nueva pedagogía hacia mediados del siglo XX,
escribe: "Al chico hay que atraparlo, interesarlo con las cosas más ricas; ese entusiasmo es
fundamental". Imágenes y textos se van desplegando en la pantalla de la computadora para el
visitante del Museo Virtual de Gestión Educativa y Escolar del Ministerio de Educación.
"Más de 1.500 personas nos escribieron al sitio, desde decanos hasta maestros, desde México, Madrid,
Barcelona, del interior del país", explica Pilar Pozner, coordinadora del Programa Nacional de Gestión
Institucional, del cual depende este museo de la educación, que funciona desde junio de 2000 y sólo
tiene dirección en la Web: www.pgi.me.gov.ar/museo.
Abuelos emocionados porque en la exposición "50 años de libros de lectura en Argentina" encontraron
aquel texto con el que ayudaron a sus nietos cuando los papás trabajaban. Gente interesada por las
fotos de las clases de Educación Física en los años 20 o 30. Son sólo algunos ejemplos de los que se
acercaron al museo vía correo electrónico (infogi@me.gov.ar).
"Una manera de recuperar la memoria", define el proyecto Pozner, que busca además "un
reconocimiento a la tarea de todos los días, promover la reflexión y asumir lo que hace falta hacer".
·Pioneros y educadores: El maestro Luis Iglesias. Una biografía del educador nacido en 1915, docente
de escuelas rurales que fomentó la creatividad y la autonomía en los chicos. Incluye fotos, textos
biográficos y frases del propio Iglesias.
·Imágenes sobre la escuela secundaria: chicas en una clase de bordado, grupos de estudiantes posando
para una foto en sepia, antiguos laboratorios. La sala rescata escenas en colegios desde 1870.
·Revistas de y para docentes: muestra una selección de publicaciones de 1881 a 1945. Incluye títulos
como La obra, Sarmiento (que, de acuerdo a la escritura fonética que promulgaba el autor de
Facundo, jamás usa la "y") o El Monitor de la educación común. Un clic en la flecha de avance y el
navegante puede incluso dar vuelta las páginas de las revistas.
·50 años de libros de lectura en la Argentina: presenta una selección de los textos utilizados en cinco
décadas, como Alma nueva de 1947, Privilegiados, del 53 o Mi amigo Gregorio, de 1968.
·Otras lecturas: tapas de libros que leyeron los chicos en diferentes tiempos, clásicos, populares, de
aventuras, argentinos y en el aula. Comparten la pantalla Corazón, de Edmundo De Amicis, Alicia en
el país de las maravillas, de Lewis Carroll, y Dailan Kifki, de María Elena Walsh.
El museo incluye también la sala "Vida y obra de la supervisión escolar", revistas infantiles, bibliografía,
y cuenta con un libro de visitas, "que permite el contacto con el sitio sobre la idea de una construcción
colectiva y activa del museo".
"Cada exposición implica no sólo ''colgar'' los materiales sino un proceso de investigación,
recolección de imágenes y objetos, acompañados de un texto breve que da cuenta del contexto
histórico", explica Cynthia Rajschmir, coordinadora del museo, y aclara: "Retoma la idea del museo
educacional de fines del siglo XIX, con la diferencia de que se construyen colecciones colectivas a través
de Internet con imágenes digitalizadas".
Se responsabiliza del presunto cambio a factores que van, desde la contaminación del
medio ambiente, a la influencia de los programas televisivos que presentan escenas de
sexo, lo cual provocó horror y alarma a muchos especialistas en educación.
Los científicos sostienen que tales afirmaciones no sólo son erradas, sino peligrosas.
Advierten que los médicos que examinan a chicas que empiezan a desarrollarse
sexualmente a los seis o siete años, podrían pasar por alto problemas médicos como
cáncer o trastornos genéticos, que podrían ser la causa de esa pubertad temprana, si
asumen que ese adelanto es algo normal.
"No hay que apresurarse a dar de alta a una chica de esa edad. Puede ser muy
peligroso", dice Laura Bachrach, de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Stanford, que recuerda el caso de una niña de seis años que llegó a la clínica con vello
púbico y acné. La chica, dijo, "resultó tener un gran tumor suprarrenal maligno".
Por otra parte, un informe que publicó The New York Times revela que dos
importantes asociaciones profesionales de los Estados Unidos, la Sociedad de
Endocrinología y la Sociedad de Endocrinología Pediátrica Lawson-Wilkins, advirtieron
que la reducción de la edad púber no es algo que esté comprobado.
"Todos admiten que la edad del primer período, que en mi opinión es el hecho más
importante, no ha cambiado, lo que me hace pensar que el momento de la pu bertad
no sufrió cambios", manifiesta el endocrinólogo Edward Reiter, presidente de la
Sociedad Lawson-Wilkins.
Lo mismo opina Russel Viner, endocrinólogo del hospital londinense Great Ormond
Street. "La edad promedio del comienzo de la pubertad femenina sigue estando entre
los diez y los once años, cuando empiezan a producirse los primeros cambios
corporales, mientras que la menstruación se inicia a los trece años", declaró a The
Observer.
Viner precisó que "dichas edades sufrieron una marcada disminución a partir de
principios de siglo, cuando la menstruación comenzaba a los diecisiete años, y
probablemente la causa principal de ese descenso fue la mejor alimentación".
"Las cifras oficiales desde los sesenta permanecen más o menos estables y no hay
pruebas médicas contundentes respecto de que cada vez sean más las chicas que
llegan antes a la pubertad", agrega.
Según el especialista, "se nos dice que ahora son más las niñas que empiezan a
menstruar en el colegio primario. Esto causa preocupación a padres y docentes".
Esa preocupación halló un sólido sustento en 1997, cuando la doctora Marcia Herman-
Geddes, de la Universidad de Carolina del Norte, publicó datos que sugerían que ya era
normal ver los primeros indicios de pubertad en niñas de hasta seis años.
Antes de la publicación de dichos estudios, los manuales indicaban que las chicas que
se desarrollaban sexualmente antes de los ocho años debían recibir atención
médica.
Reiter teme que los pediatras tomen la edad de seis años como una suerte de
"número mágico" para el inicio del desarrollo sexual. Esas niñas "necesitan un control
y un seguimiento individuales", dice, y agrega que los médicos "no deberían decir: ''No
se preocupen. Es normal''".
En una entrevista con Clarín, Claudia dijo que "mi mamá se había ido a España con la
intención de conseguir trabajo" y la dejó a ella, que tenía 12 años, al cuidado de una
amiga en Necochea.
A partir de aquel momento madre e hija perdieron el contacto. Nora logró hace algunos
meses atrás comprar una computadora con la que ingresó a la dirección electrónica del
diario santafesino. (ver Nora Pérez Andersen). La periodista Mariana Rivera
logró ubicar a Claudia en el humilde barrio Piquete Las Flores, en el noroeste
de esta ciudad.
Claudia Pérez no oculta su emoción por lo ocurrido, pero está sorprendida por la
trascendencia que tuvo el caso. "Para mí fue muy fuerte la noticia de que mi
mamá estuviera viva", contó la mujer, de 35 años, que trabaja como empleada
doméstica en una casa del centro de Santa Fe, y que no imaginó nunca encontrarla a
través de un correo electrónico.
Claudia no tiene rencores para con su mamá, que la abandonó cuando ella era apenas
una niña. "Yo tenía 12 años y ella me mandaba cartas a la casa de su amiga en
Necochea y de vez en cuando me llamaba por teléfono. Después, perdimos el
contacto".
La mujer está casada con José Romero un albañil, actualmente sin trabajo, y tiene
cuatro hijos: Hugo (15), Romina (13), Georgina (11) y Marcos de 8, a los que con
esfuerzo envía a la escuela provincial número 76, Cáceres de Ballarini.
Claudia recordó que "un día Elsa, la amiga de su madre en Necochea, no la pudo tener
más con ella y decidió entregarla en custodia al juez de menores de La Plata, donde
permanecí dos años". A partir de allí la comunicación con su madre se volvió imposible.
"De mi mamá nunca más supe", resume ella, con una frase contundente, y repetida
durante años. "A los 15 años le mandé una carta a otra de sus amigas, Isabel, que
vivía en Moreno, en Buenos Aires, para que me llevara a vivir con ella. Se hicieron los
papeles ante el Juez y quedé en custodia".
"Isabel fue para mí una segunda madre y siempre estamos en comunicación. Incluso
mi hija, Romina, estuvo este verano en su casa, pasando las vacaciones.". Claudia, por
primera vez, sonríe. "Ayer me llamó y me dijo que espera que ahora no me olvide de
ella".
Claudia contó que un día decidió volver a Santa Fe para reencontrarse con sus
familiares. "No regresé más a Buenos Aires, mis tíos me pidieron que me quedara con
ellos y acepté".
Intentó varias veces escribirle a su madre a la última dirección que tenía en España,
pero las cartas regresaron con una nota que decía que en ese lugar no vivía nadie con
ese apellido. "La vida es así y no la culpo de nada", dice ella, sin rencores.
"Cuando me llamaron del diario yo creí que era una broma. Me había pasado hace
algunos años en un día de los Inocentes. Pero esta vez era real". Finalmente, el 23 de
febrero se pudieron comunicar por teléfono y se enteró que su mamá está casada y
que tiene dos hermanas, una de 20 y la otra de 10 años, que quieren conocerla.
http://www.secla.com.ar/diariofaecys1.htmhttp://www.secla.com.ar/diariofaecys1.htm