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Escuela Superior de Administración Pública

Pensamiento Económico.
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SÍNTESIS DOCUMENTAL ANALÍTICA

Referencia: Ahumada, C. (1996). “Entre la Modernización y la Dependencia”.


Contenido en “El Modelo Neoliberal y su Impacto en la Sociedad Colombiana”. Bogotá.
Colombia. El Áncora Editores. (pp. 25–65).

- PROBLEMA:
La autora refiere para el desarrollo del texto el siguiente aparte: “Como y por qué los
postulados básicos de la dependencia sobre el desarrollo de los países del tercer mundo
siguen hoy más vigentes que nunca” (p. 28)
- HIPÓTESIS:
“Se parte de la noción de que todo proceso, económico, político y social debe examinarse
en el contexto más amplio de la situación internacional. Esto es especialmente cierto
para el caso de países cuyo desarrollo ha sido y sigue siendo fuertemente condicionado
por tal situación, como es el caso de los latinoamericanos” (pp. 27 – 28).
- ARGUMENTOS:
Con la finalidad de dar sustento a la hipótesis planteada, la autora refiere a tres ideas
principales que articulan el funcionamiento del modelo capitalista de desarrollo
económico en los países del Tercer Mundo:

A. La División Internacional del Trabajo:


Entendida como la manifestación de los procesos globales de producción, la autora
describe que este ha evolucionado en los últimos siglos a partir del argumento de dos
vertientes teóricas:
Neoclásica: orientada por los argumentos realizados por Adam Smith (especializar para
aumentar la productividad del empleado y monopolizar el control del proceso productivo)
y David Ricardo (especializar acorde a las ventajas relativas con la finalidad de reducir
costos y aumentar posibilidades de consumo), se propone bajo esta perspectiva que la
división internacional del trabajo ofrece beneficios para los países bajo el planteamiento
en el cual la política global funciona como un sistema en red que se autorregula bajo las
dinámicas prestablecidas por el mercado y su juego de oferta y demanda. Dicho
“equilibrio” asegura la existencia de ventajas comparativas y beneficios desiguales entre
los países en la medida que se desarrollan las dinámicas de importación y exportación
de productos, y el desarrollo tecnológico que posee cada país de manera individual.
Adicional a esta perspectiva general, se fortalece la visión a partir de la definición del
“Homo Economicus” como ser racional que, en un contexto previamente
institucionalizado, toma decisiones con la finalidad de obtener la máxima utilidad posible;
y de la construcción de una era “postindustrial – informacional” que permite, a partir del
uso de la ciencia y la tecnología, mejorar la productividad de las naciones y especializar
con ello la distribución de los sectores de la economía entre los diferentes países.
Marxista: definiendo a la división internacional del trabajo como “el desplazamiento de
operaciones manufactureras desde los países más industrializados hacia los menos
desarrollados por parte de las grandes multinacionales (…) motivada por la búsqueda de
mejores condiciones de inversión y una fuerza de trabajo más barata” (p. 40); entiende
que esta idea funciona a partir de dos principios fundamentales de la lógica marxista: la
teoría del valor y el concepto de imperialismo.
Si bien este modelo no trata de justificar la existencia de la división especializada de las
naciones, si identifica que este desarrollo ha implicado la separación del mundo en dos:
aquellos pocos países que realizar las dinámicas industriales y los demás países que
desarrollan actividades de provisión de mano de obra y materias primas. Adicional a esto,
también plantea la existencia de un sistema red que permite la movilización y libre
circulación de bienes y personas y la fuerte especialización de las naciones, propia del
modelo propuesto por Gareffi y Korzeniewiez (1990) de las “cadenas globales de
mercancías” que plantean un modelo fordista en una escala global.
Contrario a lo que plantea el modelo neoliberal, esta visión define que el desarrollo
económico, si bien se ha extendido a un plano global, no significa que haya generado un
nuevo modelo postindustrial, ya que las condiciones de demanda de mano de obra y
materia prima, propia del sistema económico clásico, no han cambiado en ninguna forma.
B. El libre comercio en el nuevo orden internacional:
Retomando la idea del sistema global en red, se ha planteado para el funcionamiento de
este las garantías de libertad de movilidad y circulación de las diferentes potencias
multinacionales a lo largo del globo y consigo se determine un nuevo orden mundial
enfocado al aseguramiento de los derechos que poseen estas industrias en el mercado.
Dicho paradigma ha generado consigo el cambio en el sistema económico y político
internacional mediante la generación de tres grandes potencias: Estados Unidos,
Alemania y Japón. Esta dinámica se ha expresado en la fuerte inversión a países del
tercer mundo por parte de estas corporaciones, pero con efectos de aumentos en las
ganancias y participación de los países industrializados en el mercado mundial.
C. La implantación del modelo en América Latina
Desde los años 80´s, y a consecuencia del contexto de crisis económica existente para
esa época, el territorio latinoamericano se ha visto en un cambio de su sistema
económico, político y social a partir de la intervención norteamericana sobre este. Hechos
importantes como las políticas económicas impuestas por el FMI y el BM y lo conocido
como el Consenso de Washington han resultado en una transformación de lo nacional
por la vía internacional. Desde la desregularización internacional y la generación de
políticas de corte neoliberal en países de Latinoamérica ha causado consigo el
debilitamiento de la participación de estos países en el mercado internacional y una
subordinación de estos hacia las grandes potencias mundiales.
Este fenómeno en los países del tercer mundo, y para nuestro caso de Latinoamérica,
lleva a cuestionarse las posibilidades que tienen estos países para generar un desarrollo
en su región. En este sentido se lleva a considerar si el modelo político existente permite
asegurar el libre desarrollo económico de los países, a lo que diversos autores del
enfoque de la dependencia, y más de la teoría de la modernización, aseguran que el
desarrollo económico no puede estar acompañado de un funcionamiento de sistema
democrático. Esto implica que estos países, para generar un desarrollo coherente,
requiere que las tomas de decisiones estén desarticuladas de toda forma de consenso y
lucha de intereses y, por el contrario, se debe establecer un autoritarismo sobre estos
países con la finalidad de que se enfoque la economía hacia el desarrollo de estos países
y consigo el cumplimiento de las consideraciones que se establecen en este nuevo orden
mundial.

- CONCLUSIONES
Para argumentar su aplicación en el contexto colombiano, la autora describe lo siguiente:
“Los análisis y modelos antes descritos ilustran muy bien las tendencias
políticas que han acompañado las reformas económicas de la región. Si bien todos
ellos se basan en la experiencia de otros países latinoamericanos, sirven para
entender el proceso político que empezó a desarrollarse en Colombia desde
mediados de los años noventa. Los analistas de los experimentos neoliberales en
el continente apuntan hacia dos factores, que son, en mi concepto, los
componentes esenciales de la tendencia autoritaria. El primero es la consolidación
del poder político en manos de la elite tecnocrática neoliberal y de la exclusión de
buena parte de otros sectores de las viejas clases dominantes, en especial la
llamada “clase política tradicional”, de todos los procesos importantes de tomas
de decisiones, lo que se ha reflejado en el fortalecimiento del ejecutivo frente a las
ramas legislativa y judicial (…) el segundo factor son las reformas y otras políticas
recientes de Estado que buscan frenar el descontento y la protesta de los
trabajadores organizados y de los sectores populares” (p. 65).

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