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Escajadillo Ch.

September 2013

La demasía minera

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LA DEMASÍA MINERA
Francisco Escajadillo

El T.U.O de la Ley General de Minería (D.S 014-92-EM) introdujo una


innovación en términos de la unidad de medida para la solicitud de concesiones
mineras. Por un lado, implantó el sistema de cuadrículas, cada una de 100
hectáreas por un máximo de 10 cuadrículas equivalente a 1,000 hectáreas
(artículo 11 del D.S Nº 014-92-EM). No obstante, bajo legislaciones anteriores, la
formulación de denuncios se realizaba en función a cuadrados de una hectárea
cada uno hasta un máximo de 100 hectáreas formándose así un rectángulo cuyos
lados debían guardar proporción entre sí (artículo 23 del Código de Minería de
1950, artículos 9 y 11 del decreto ley Nº 18880 y el artículo 18 del decreto
legislativo Nº 109).

En el artículo 26 del Decreto Ley Nº 11357 (Código de Minería de 1950), se


hacia referencia a la demasía en los siguientes términos: «Cuando entre dos o
más concesiones vecinas entre sí, cuyos títulos hayan sido inscritos, quede un
espacio libre, de forma y extensión, que no permita cuadrar una hectárea, ese
espacio libre formará una demasía. La demasía podrá ser solicitada
preferentemente por el o los colindantes dentro de un plazo de noventa días
contados a partir de la fecha de la última inscripción en el Registro de
Concesiones y Derechos Mineros, de todas las concesiones que la hubiesen
formado.» (negrita agregada) De la lectura de dicha disposición normativa se
puede desprender que para la existencia de la demasía deben concurrir: (i) Dos o
más concesiones colindantes; (ii) Que dichas concesiones estén inscritas; y, (iii)
Que el espacio libre dejado por estas concesiones no permita cuadrar una
hectárea.

La prioridad, como medio de protección se recoge en el artículo 119 del


Código de Minería de 1950, iniciando el trámite del que formuló primero la
solicitud. El artículo 154 del citado dispositivo legal, precisa que el denuncio por
las demasía se sujetará a los mismos trámites que cualquier otro denuncio,
solicitándosele para formular el denuncio que las concesiones que la limiten deben
contar con número de inscripción, añadiendo un plano general de las concesiones
que conforman la demasía.

El artículo 12 del Decreto Ley 18880, tomaba como base la misma


definición del Código de Minería de 1950, con la única diferencia que remitía a su
artículo 174 en el supuesto que dos o más concesionarios solicitaban la demasía.
Ello será tratado más adelante con mayor detalle.

La preferencia a la que hacen alusión los artículos citados del Código de


Minería de 1950 y del Decreto Ley Nº 18880, debe entenderse como un derecho
de adquisición preferente. El derecho de adquisición preferente, es entendido
como un privilegio que sólo puede ser otorgado por ley a determinados sujetos1.

Distinto es hablar del «derecho de preferencia», que carece de contenido


de acuerdo al siguiente detalle. La prioridad en el tiempo se sustenta en el
principio de publicidad, la publicidad de los derechos (y no nos limitemos a la
publicidad registral) abarca todo mecanismo que permita dotar de notoriedad a los
hechos. La prioridad deviene de la aplicación misma del principio de publicidad,
ello porque la prioridad opera como un principio establecido en función al orden
cronológico de los hechos (en nuestro caso: la formulación de petitorios mineros),
de lo que se desprende –sin lugar a duda- que la publicidad opera en el extremo
de dotar de notoriedad a ese tipo de información, por lo que la exclusión o
preferencia, son las dos caras de una misma moneda, ambos son efecto de la
prioridad y se sustentan en la publicidad. Debe tenerse presente que uno de los
fines de la publicidad es reforzar la buena fe subjetiva (creencia), ya que la
publicidad legitima y por ello crea certeza al titular.

1
Tal es el caso del derecho de retracto (art. 1592 al 1601 del Código Civil peruano de 1984), de la adquisición
preferente de acciones entre los propios accionistas de la sociedad sobre los terceros (art. 237 de la Ley
26887, Ley General de Sociedades), etc.
Entendido esto, tenemos que la prioridad tiene como efecto la preferencia y
la exclusión de toda situación incompatible. Entonces, la preferencia no es
propiamente una situación sino un efecto. Lógica consecuencia, la demasía no
otorga un derecho de preferencia (porque éste no tiene contenido por ser un
efecto) sino un derecho de adquisición preferente.

Teniendo esto claro, surge una pregunta: ¿Qué ocurriría cuando todos los
titulares de concesiones colindantes a la demasía ejercen su derecho de
adquisición preferente?

De la revisión del articulado del Código de Minería de 1950, no se


desprende respuesta alguna para éste supuesto. No obstante, si nos remitimos a
las normas pertinentes a la simultaneidad, en el artículo 120 se precisa que se
generará un condominio (copropiedad) respecto al área común. Es decir, bajo la
vigencia de esa norma se generaba una copropiedad por la formulación
simultánea de petitorios sobre una misma área.

Sin embargo, el Decreto Ley Nº 18880, introduce como novedad en su


artículo 174, a lo que hoy conocemos como «remate»2, que se produce cuando
más de dos peticionarios solicitan la misma área simultáneamente (mismo día y
hora). Hay que tener en cuenta –como se adelantó inicialmente- que la novedad
no sólo se introdujo en las acciones para resolver la simultaneidad; sino que el
artículo 12 del Decreto Ley Nº 18880 nos remite al artículo 174, por lo que la
solución bajo la citada norma sería convocar a los peticionarios a remate respecto
al área común, adjudicándose dicha área al que formule la oferta de mayor monto.

El decreto legislativo 109 en su artículo 18, contempla la misma definición


que las normas anteriores, sin embargo, precisa que el otorgamiento de
concesiones sobre las áreas en demasía resulta un otorgamiento excepcional.

2
Regulados en los artículos 26 al 38 del Reglamento de Procedimientos Mineros aprobado por Decreto
Supremo Nº 018-92-EM
Asimismo, la unidad de medida se mantiene como en legislaciones anteriores en
cuadrados de 1 hectárea con un máximo de 100, formándose así un rectángulo
cuyos lados guarden proporción entre sí.

La décimo quinta disposición final del Decreto Legislativo Nº 708 (el mismo
que deroga gran parte del artículo de la norma precedente) deroga el artículo 18
del decreto legislativo 109, quedando entonces derogada la figura de la demasía
desde el 14 de noviembre de 1991.

En la actualidad, la formulación de petitorios sobre áreas disponibles


(entendidas anteriormente como demasías) encerradas por otras concesiones
otorgadas se realizará bajo el sistema de cuadrículas, otorgándosele el título de
concesión minera, pero con la obligación de respeto a los derechos prioritarios,
pudiendo entonces ejercer actividad minera sobre las áreas que no se
superponen.

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