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El contrato de obra o labor

Recordamos que el artículo 45 del Código Sustantivo del Trabajo establece que el contrato de trabajo puede
celebrarse por tiempo determinado, por el tiempo que dure la realización de una obra o labor determinada, por
un tiempo indefinido o para ejecutar un trabajo ocasional, accidental o transitorio.

Es entonces el mencionado artículo el que establece la viabilidad de la vinculación por el tiempo que dure la
realización de una obra o labor determinada, siendo el elemento diferenciador de esta modalidad contractual, la
ausencia de voluntad de las partes para establecer un tiempo específico para la duración del contrato.

De la especial regulación que rodea el contrato de obra o labor contratada, se desprende igualmente, que no hay
lugar a preavisos como en otras modalidades contractuales, por cuanto la terminación del contrato estará dada
por la finalización de la obra que haya sido válidamente pactada entre las partes.

Por otro lado, bajo esta modalidad contractual no es posible con posterioridad a la celebración del contrato,
cambiar su objeto, adicionarlo ni prorrogarlo, por cuanto se desnaturalizaría el mismo, trayendo como
consecuencia que dicho vínculo pueda ser considerado como a término indefinido, con todas las consecuencias
que esto puede traer en términos indemnizatorios para los empleadores.

En adición a lo señalado, una de las principales dudas que surgen al momento de implementar estructuras de
vinculación a través de contratos de obra o labor, es cuando existen varias y distintas obras sucesivas que puede
ejecutar un trabajador para un empleador, pues se tiene la falsa creencia que la simple multiplicidad de
vinculaciones por obra o labor contratada, puede generar que el vínculo laboral derive en uno diferente.

Es importante poner de presente que, el éxito de ejecutar varios contratos de obra o labor con un mismo
trabajador, estará en que se pueda garantizar la independencia jurídica de cada uno de los contratos celebrados
uno a continuación de otro, ya que, en caso de no ser posible, se podrá cuestionar la validez de los contratos de
obra o labor contratada que se celebren. Esta modalidad de vinculación trae implícito un desgaste
administrativo, que es el estar al tanto de la culminación de cada uno de los contratos de obra independientes
que se celebren, para efectos de notificar las terminaciones de los contratos, proceder con las liquidaciones
finales de acreencias laborales, para luego formalizar la recontratación bajo un nuevo objeto dentro de un
contrato de obra o labor contratado.

Será entonces una correcta utilización del contrato de obra o labor contratada la que permitirá un uso válido de
esta figura, que sin duda alguna genera beneficios para aquellos empleadores cuyos servicios están atados a la
ejecución de contratos con terceros, que implican la prestación de servicios o la realización de una obra, pues
bajo esta modalidad contractual los costos indemnizatorios asociados a la terminación no serán una
contingencia a considerar.
(1).
Detalles del contrato por obra o labor
Un contrato de obra o labor, es aque que se realiza entre dos partes y que tiene como condición que
terminará una vez se haya entregado el producto. Son contratos utilizados generalmente en obras y
en universidades.
De acuerdo con lo consagrado en el artículo 28 de la Ley 789 de 2002, que modificó el artículo 64
del Código Sustantivo del Trabajo, en los contratos por obra o labor determinada, la indemnización
por terminación injustificada es el tiempo que falta para la finalización de la obra o labor contratada,
el cual no puede ser inferior a 15 días salario.
Así las cosas, cuando el empleador desea dar por terminado sin justa causa el contrato de trabajo a
un trabajador vinculado por la duración de la obra, se le debe indemnizar con una suma resultante de
la sumatoria de todos los salarios a pagar durante el tiempo que falta para la finalización de la obra,
pero no puede ser inferior a 15 días.
Para efectos de establecer el tiempo que falta para la finalización de la obra y por ende de la
eventual indemnización, se puede tomar como referencia los cortes de avance de obra del
constructor establecidos en el cronograma y en algunos casos fijados por la interventoría o por el
contratante.
(2)

Contrato de trabajo por duración de la obra o labor


El contrato por duración de la obra o labor es un contrato de duración definida pero
incierta, pues este terminará cuando termine la obra contratada, por lo que no se tiene
una fecha exacta o precisa en que ello ocurrirá.
El contrato de obra o labor está previsto en el artículo 45 del código sustantivo del trabajo
y fue concebido para contratar trabajadores en función del tiempo que tome desarrollar
una determinada obra o labor.
La norma dice que la duración del este contrato será «por el tiempo que dure la
realización de una obra o labor determinada», de suerte que terminada la obra termina el
contrato.
Así, la ley permite que un contrato de trabajo se firme por el tiempo que dure una obra o
labor determinada, como puede ser la construcción de un conjunto residencial o una
carretera.
Esto implica que la relación laboral termina una vez finalice la obra para la cual se hizo el
contrato.
Aunque este contrato puede ser verbal, se recomienda que por las características del
contrato siempre se haga por escrito, puesto que se debe dejan claro el tipo de obra que
se va a desarrollar, para luego no tener inconvenientes por las razones o momento en
que debe finalizar el contrato.
En el contrato de obra o labor no es necesario el preaviso para la terminación del mismo
como si es obligatorio en el contrato de trabajo a término fijo, ni existe la renovación
automática del contrato.
Es oportuno recordar que sin importar la duración del contrato, la empresa debe
reconocer y pagar todos los conceptos propios de un contrato de trabajo, como
la seguridad social y las prestaciones sociales en proporción al tiempo trabajado.

Contrato por obra o labor sólo opera cuando la obra o labor se puede
identificar claramente

El contrato de trabajo por obra o labor sólo opera cuando la obra o labor respecto de la
cual se ha realizado el contrato se pueda identificar claramente, o por lo menos tenga
cierta temporalidad que permita anticipar su terminación y fijarla claramente.
Por ejemplo, es razonable que exista el contrato de obra o labor cunado la obra a realizar
es pintar un edificio. Allí claramente se identifica la actividad a realizar y su finalización.
No habrá duda de su terminación.
¿Pero se puede hacer un contrato de obra o labor para desarrollar el cargo de
secretaria o recepcionista?
Seguro que no, puesto que se trata de una actividad indefinida, de la que no se puede
anticipar su finalización con claridad. Se terminará cuando la empresa cierre o sufra
alguna situación que haga innecesaria esa actividad, y es difícil imaginar una empresa
que no necesite de una secretaria o recepcionista.
Firmar un contrato de obra para una actividad así, implicaría que este nunca podría
terminarse, puesto que el empleador luego no puede aducir que la actividad para la que
se contrató el trabajador ya se acabó.
Seguramente despedir al trabajador en esas circunstancias se tornaría en un despido sin
justa causa pues lo más seguro es que al día siguiente, o al mes siguiente el empleador
deba conseguir otra secretaria lo cual dejaría sin piso su argumento para terminar el
contrato con la anterior secretaria.
Cada tipo de contrato debe utilizarse para lo que se creó. Tratar de forzar la naturaleza de
un contrato para encajarlo en una actividad que por simple sentido común no le es propia,
es exponerse a situaciones que podrían suponerle algún problema que puede resultar
oneroso de solucionar.
No se trata de que el contrato de obra se torne ilegal o inválido, simplemente que por
sus características hará que pierda su razón de ser y en términos reales se convierta en
un contrato indefinido ante la imposibilidad de encontrarle un fin razonable y justificable.

¿El contrato obra de labor se puede prorrogar?


Por la naturaleza del contrato de obra o labor, en principio este no se puede prorrogar,
pero eventualmente podría existir una excepción.
En el contrato de obra o labor el trabajador es contratado para la ejecución de un
determinada obra o labor, y terminada esta, el objeto del contrato desaparece
haciéndose imposible ser prorrogado.
La prórroga del contrato de obra o labor se podría dar siempre que la obra contratada se
prolongue, caso en el cual eventualmente se podría considerar una continuidad del
contrato en la medida en que la obra objeto del contrato también haya continuado, ya que
esta, al no desaparecer, permitiría hablar de una continuación del objeto del contrato y
por consiguiente existiría la posibilidad de la prórroga del mismo.
No es el caso de una nueva obra, puesto que ello implica un nuevo objeto y por
consiguiente un nuevo contrato, puesto que la naturaleza del contrato de obra es que
termine cuando termina la obra, y de allí que su nombre sea ese.
Si el mismo empleador tiene una nueva obra por ejecutar de la misma naturaleza, tal vez
se pueda hablar de renovación del contrato, pero no se debe perder de vista que
estamos ante un nuevo objeto.

Contrato de obra o labor puede ser verbal


Se ha dicho anteriormente que un contrato de trabajo a término fijo debería ser siempre
por escrito, entre otras cosas porque así lo exige la ley, y además el periodo de prueba
debe por ley ser escrito y no tiene mucho sentido pactar una parte del contrato de forma
verbal y la otra de forma escrita, pero tratándose de un contrato de obra o labor, este
puede ser verbal.
El contrato de obra o labor puede ser asimilado o entendido como un contrato a término
fijo, en cuanto que terminada la obra se sobreentiende que termina el contrato de
trabajo, por lo tanto no representa problema alguno pactarlo verbalmente, y en todo caso,
el contrato de obra o labor es un caso particular diferente al contrato a término fijo
propiamente dicho.
El contrato de obra o labor se caracteriza porque su objeto llega hasta donde llega la
obra. En eso no hay discusión ni hay lugar a preavisos ni renovaciones por la naturaleza
misma de este tipo de contrato.
En consecuencia, es indiferente si el contrato de obra o labor es verbal o escrito, puesto
que su terminación no es objeto de interpretaciones. Es tan claro como que la obra
contratada ya se terminó y hasta ahí llegó el asunto.
Un caso particular y distinto podría ser si la obra o labor es de ejecución permanente,
caso en el cual es difícil determinar cuándo se termina, y seguramente para esos casos
la figura jurídica más adecuada podría no ser un contrato de obra o labor sino un contrato
a término fijo o indefinido, pues al fin y al cabo un contrato supeditado a una obra sin fin
es eso, un contrato a término indefinido, pero aún en esos casos es irrelevante si el
contrato es verbal o escrito, puesto que si la obra es indefinida, la duración del contrato
de obra o labor lo sería igual, y para evitar esa "indefinición" se recomienda que se
trabaje una figura distinta al contrato de obra o labor.

Renovación del contrato de obra o labor

El contrato de trabajo de obra o labor puede ser renovado como cualquier otro contrato
de trabajo a término fijo, aunque no se le dé el mismo tratamiento que en el contrato a
término fijo, y aunque técnicamente no sea correcto hablar de renovación.
Aunque el contrato de obra o labor se considere un contrato de trabajo a término fijo por
cuanto no irá más allá de la terminación de la obra contratada, no se le aplican las reglas
que para la renovación del contrato de trabajo a término fijocontempla el código laboral.
En el contrato de trabajo a término fijo, el término pactado finaliza aunque el objeto que le
dio origen persista; en el contrato de obra o labor, al terminarse la obra o labor, la causa
que le dio origen desaparece, razón por la cual no se le pueden aplicar las reglas de
renovación contempladas por el artículo 46 del código sustantivo del trabajo.
Así por ejemplo, en el contrato de obra si la empresa contrata a un trabajador para
reparar un puente, al terminarse la reparación del puente termina el contrato de trabajo.
Terminada la obra, si la empresa tiene otra obra diferente en la cual puede ocupar al
trabajador, le puede firmar un nuevo contrato, el cual técnicamente no sería una
renovación sino un nuevo contrato para una nueva obra, contrato que puede o no
mantener los mismos términos que el anterior.
Esto quiere decir que por cada obra habrá un contrato, que pueden ser consecutivos con
los mismos términos o con nuevas condiciones dependiendo de la naturaleza de la nueva
obra contratada.
En vista a que cada contrato de obra o labor corresponde necesariamente a una nueva
obra, a un nuevo objeto, no existe ni el preaviso de 30 días ni la duración máxima de tres
años contemplada por el artículo 46 del código sustantivo del trabajo, por cuanto el
contrato de obra o labor tiene unas características propias.
Es así que un contrato de obra o labor puede durar desde una semana hasta 5 o más
años; lo que dure la obra o la labor, y en caso de terminarse la obra, como ya se expuso,
no hay lugar al preaviso para terminar el contrato por cuanto al terminar la obra termina el
objeto del contrato.
(3)

Contrato de obra o labor, ¿cómo funciona?

La clave en este tipo de contrato es definir claramente cuál es la actividad que


desarrollará el empleado contratado. No existirá preaviso ni pago de
indemnización.
Cuando se habla de un contrato de obra o labor, se hace referencia a un
contrato donde se define claramente cuál es la actividad que se va a
desarrollar, y en consecuencia se conoce cuándo termina, sin necesidad,
en la mayoría de los casos, de fijar fecha.
Por ejemplo, si se necesita un obrero para la construcción de un edificio no es
fácil acordar fecha de terminación, ya que no se sabe. Lo que debe hacerse
es plasmar claramente en el objeto del contrato que “el trabajador se
contrata para que trabaje como operario en la construcción del edificio
ubicado en ‘esta’ dirección y ciudad”. Así queda claro que al poner el
último ladrillo, el objeto desaparece y termina el contrato. Por ello, no hay
necesidad de preaviso ni pago de indemnización.
Ahora, si dado el caso hay una secretaria -llamada Angie- y se ausenta del
trabajo por licencia de maternidad, se puede llamar a otra persona mientras
ella regresa. Seguidamente, se hace un contrato con esta persona, el cual
pone de manifiesto: “su función será actuar como asistente y secretaria
mientras Angie regresa de su licencia de maternidad”. No hay una fecha
determinada, pero queda claro que ella está haciendo, como obra o labor, el
reemplazo de otra persona.
Cuando Angie termine su licencia de maternidad y se presente en las
instalaciones de la empresa, se le dice a la secretaria contratada para el
reemplazo “el objeto de este contrato suscrito se ha consumado, por
consiguiente la obra ya se ejecutó”. No hubo preaviso ni pago de
indemnización.

Diferencia entre el contrato a término fijo y el de obra o labor


Mientras que el contrato de trabajo a término fijo es aquel donde las partes,
desde el inicio del contrato han fijado por escrito una fecha de
terminación, en el contrato de obra o labor, donde no es necesario
determinar una fecha de finalización, lo que se debe establecer por escrito
es un servicio específico, o sea, fijar claramente el objeto, que es un
término cierto, a fin de que no se convierta en una relación indefinida.
En sentencia del 22 de octubre de 1954 se expresa:

“…En esta clase de contratos ocurre lo que en aquellos en que las partes
desde el principio convinieron en fijarles duración cierta, porque en ambos ha
existido acuerdo previo sobre la misma, con la diferencia de que mientras en
uno el plazo es indeterminado pero cierto por cuanto se encuentra fijado por
la naturaleza del servicio que se contrata, en el otro es cierto y determinada y
surge la estipulación expresa de los contratantes. Mas en ambos las partes
saben desde el momento de la celebración del contrato cuándo va a
verificarse su terminación…”.

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