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A. ARRENDAMIENTO RURAL
Es aquel contrato en el cual una de las partes se obliga a entregar a la otra el uso y goce
de un predio ubicado fuera de la planta urbana de las ciudades o pueblos, con destino a
la explotación agropecuaria en cualquiera de las especializaciones y la otra, a pagar por
ese uso y goce un precio cierto en dinero. Es el contrato agrario más importante y
significativo. Es una modalidad simple y práctica de ordenar el uso de la tierra por quien,
sin ser dueño, va a llevar adelante una explotación agropecuaria en cualquiera de sus
manifestaciones. Es el clásico contrato conmutativo agrario. En este caso, se otorga el
uso temporal de la tierra por una suma de dinero determinada. Es la ecuación descrita
como “Tierra por Plata”. La tenencia de la tierra pasa del propietario al arrendatario por
el tiempo que dura el arrendamiento.
Se recomienda este contrato cuando el titular quiere dar la tierra a un tercero para que la
haga producir sin preocuparse del resultado o los problemas de su explotación y tener por
ello una renta fija y permanente.
Las mejoras:
Es el contrato por el cual una de las partes se obliga a entregar a la otra un campo
poblado de animales, para que la otra lo destina a la ganadería con el objeto de
repartirse los frutos.
Esta figura no parece tener aplicación ni difusión entre nosotros ya que se confunde
con otras más propias y acordes con las costumbres rurales argentinas y de hecho, la
doctrina ha criticado con justicia esta posibilidad legal.
Existe este tipo de contratos cuando una de las partes llamada aparcero dador, entrega
a la otra, denominada aparcero tomador, un grupo de vacas a los efectos de que las
cuide y ordene su reproducción, para luego compartir los terneros que nazcan, al
tiempo de su destete (aprox. 8 meses de edad) en una distribución anual de ellos.
Es el más importante contrato asociativo de todos los pecuarios, ya que mediante ese
contrato el complemento tierra-ganado se torna inmejorable para producir un
resultado claro y seguro.
La distribución de los terneros es generalmente anual, al corte, eligiendo uno por vez
cada parte o formando dos lotes parejos y sorteando o por la manera que las partes
convengan.
Plazos:
El plazo queda librado a la voluntad de las partes, o sea, rige el principio de autonomía
de la voluntad, aunque siempre sujeto al respeto del orden natural de las cosas. Así
no podría haber aparcerías pecuarias “a dividir crías o terneros” por ciclos menores a
un año que es el propio de la reproducción bovina.
D. MEDIERIA PECUARIA
Hay mediería pecuaria cuando una de las partes se obliga a dar a la otra un conjunto de
animales para que éste ordene su explotación en un campo del cual este último es titular
por cualquier forma legal, aportando ambos contratantes en medida equivalente los
elementos necesarios, soportando en común los gasto y distribuyendo por mitades las
utilidades o frutos. Ambas partes comparten la gestión o dirección del negocio.Es una
forma intensamente asociativa sólo pensable en un marco familiar o negocial similar, con
fuertes intereses comunes de diverso orden, ya que casi se impone a la vista una forma
societaria.
Plazos:
Serían los convencionales conforme a lo normado por la Ley 13.246 ya que requiere
necesariamente equivalencia de aportes. Nunca el aporte del capital del tomador
podría alcanzar a la equivalencia o igualdad que la mediería impone. Tampoco sería
aplicable el orden público económico reflejado en plazos mínimos legales en el caso
de que los contratantes aportaran ambos, a la vez hacienda y campo ya que revistarían
simultáneamente como dadores y tomadores de campo y hacienda, siendo en el caso
considerar a la voluntad de las partes como el elemento que fije el plazo entre ellas,
para la vigencia del contrato.
Aportes y Obligaciones:
Las partes se obligan a aportes similares, en tierra y ganado, por lo que podrían darse
situaciones de valor parejo de integraciones de campos y haciendas, codirección y
repartición igual de frutos, soportando por igual los gastos de cuidado y atención del
rodeo por el tiempo convenido.
E. CAPITALIZACIÓN:
Este contrato define al engorde a partir de cierto tiempo (el de la entrega al tomador)
como un mayor valor que los animales adquieren y que es compatible entre los
contratantes. Al tiempo de su venta o adjudicación, la diferencia ganada desde la
entrega se distribuye entre las partes, ya sea repartiendo a los animales y adjudicando
tantos kilos a cada uno o vendiéndolos y tomando cada uno su parte del total,
descontando los kilos iniciales o el valor de origen asignado al rodeo.
Este contrato se ha usado siempre para evitar ventas inconvenientes, ya sea por estar
bajos los precios del mercado o hallarse los animales sin terminar su engorde en forma
adecuada.
Plazos:
Las partes pueden convenir libremente el plazo de duración de este contrato ganadero,
de conformidad con el régimen general de la ley 13.246 para las aparcerías pecuarias.
Responsabilidad:
Los contratos deben ser hechos por escrito, aunque se los puede probar por cualquier
medio y las partes pueden exigir su redacción en cualquier tiempo. Es conveniente
concertar la forma en que la hacienda va a ser liquidada o adjudicada, que es una de
las mayores fuentes de conflicto en la práctica.
F. PASTOREO:
Habrá pastoreo cuando una de las partes se obligue a entregar a la otra un predio rural o
parte de un campo por un período menor a un año y por un precio cierto en dinero, y la
otra a pagarlo y utilizar el inmueble para alimentar sus animales.
En los pastoreos una de las partes se llama “Ganadero” que lleva sus animales a un campo
o a una fracción de él, con el objeto de tenerlos allí por períodos breves, menores de un
año; y la otra parte, llamada propietario, le cede a tal fin la tenencia de la parcela
correspondiente, por un precio cierto en dinero y por el tiempo indicado.
Los pastoreos menores de un año están regulados por la ley 13.246 y exigen ser
redactados por escrito y calificados como tales y homologados por los tribunales
provinciales que tengan a su cargo el fuero rural en la jurisdicción donde se halla el
inmueble.
Los contratos accidentales ganaderos, o sea, los pastoreos menores a un año, no pueden
ser renovados sobre el mismo predio o fracción en forma consecutiva porque se los
consideraría como arrendamiento rural. Debe al menos transcurrir un período de un año
entre el nuevo contrato y el vencimiento del anterior.
Plazos:
Los pastoreos deben ser celebrados en la forma indicada por un tiempo menor a un
año de plazo.
Las pérdidas de la hacienda incluso en caso de extravío o hurto de ganado mayor, son
de exclusiva cuenta del dueño de las reses. El dueño del campo quedará desligado de
toda responsabilidad respecto de los animales que se hallan en pastoreo.
Debe realizarse en forma escrita para que sea válido al igual que su calificación y
homologación ante el tribunal provincial que tenga a su cargo el fuero rural en el lugar
del inmueble.
En todos los supuestos de pastoreos, que deben presentar cualquiera de las partes ante
el tribunal competente para su calificación y homologación como tales, debe expedir
un testimonio que se entregará al interesado.
Con este testimonio podrá exigir el inmediato desalojo del predio si éste no le es
devuelto al concluir el plazo convenido. En tal supuesto se impone al incumplidor
que no haya desocupado el predio, una multa equivalente al cinco por ciento diario
del precio del arrendamiento, a favor del propietario, por cada día de demora en la
restitución del inmueble hasta su recepción libre de ocupantes por parte del
propietario.
Habrá contrato de pastaje o pasturaje cuando una de las partes se obligue a recibir de la
otros animales con el objeto de alimentarlos con el pasto de su campo y la otra a pagar
por dicha alimentación un precio por cabeza y por el tiempo de duración del contrato. Se
utiliza para lotes chicos de hacienda o por breves períodos de tiempo, generalmente
estacionales.
Responsabilidad de los animales y cuidado de ellos:
En estos casos, el titular del predio no otorga la tenencia del potrero o de la fracción
de campo propia, al dueño de los animales y como tal puede entenderse que sea el
dueño del campo quien tendría a su cargo el cuidado y vigilancia de los animales pero
que suceda y de hecho, es frecuente, que el cuidado y la responsabilidad las tenga el
dueño de los mismos, ya que nada hay más bueno que el propio dueño cuide de su
ganado. Es fundamental dejar claro quien tendrá a su cargo el cuidado de los
animales.
H. CONTRATO DE COSECHA:
Se produce cuando una de las partes se obliga a entregar a la otra un predio rural o una
fracción de campo con el objeto de que efectúe allí un cultivo agrícola y le pague por el
uso de dicho predio o fracción una suma de dinero o le otorgue una participación de los
frutos o utilidades a efectuar la correspondiente cosecha. Se trata de un contrato
excepcional cuya retribución se puede entregar al titular de la tierra tanto en dinero como
en una participación en los frutos.
Aplicación:
Sólo puede ser otorgado por una sóla cosecha entre los mismos contratantes y
respecto de la misma fracción.
Debe ser realizado por escrito y calificado y homologado como contrato accidental
por el tribunal que tenga a su cargo el fuero rural en el lugar donde esté situado el
inmueble objeto del contrato.
Plazo:
Regulación legal:
Esta figura se acerca a los contratos de provisión de servicios o cosas con pago
diferido o a formas asociativas de producción, con obligaciones recíprocas,
de tracto sucesivo y en un marco aleatorio y agrario. La contratación tiene
como marco la autonomía de la voluntad de las partes.
REFERENCIAS