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Dada la importancia y el vasto campo de aplicación de las voladuras a cielo abierto, en el presente
numeral se recuerdan y profundizan algunos de los aspectos más importantes de este campo de
aplicación de los explosivos.
Dentro de las voladuras a cielo abierto, autodefinidas, se distinguen entre otras: las voladuras en banco,
altos o bajos, las excavaciones de zanjas y el corte de taludes. A su vez los parámetros que las definen
están determinados por: el equipo de perforación, las plantillas de perforación, la longitud del barreno y
la carga específica.
Por fines prácticos, el banqueo es el método de excavación de roca más empleado para muchas
aplicaciones entre ellas: la explotación de minas a cielo abierto, la explotación de canteras y en obras
de ingeniería como son la apertura de vías.
FACTORES CONTROLABLES DE UNA VOLADURA
Si bien éstos ya fueron estudiados en capítulos anteriores, a continuación se hace una referencia de los
mismos pero desde un enfoque más práctico y matemático.
Es la distancia vertical desde la superficie horizontal o cresta hasta la superficie inferior o pata (Escuela
de ingenieros militares, 2002, p.77).
Figura 4.2 Altura de banco “H”; diámetro de barreno “D”; burden o piedra “B”
Con frecuencia la altura más económica de altura de banco “H” expresada en metros, es igual a cuatro
veces el diámetro de los barrenos expresado en pulgadas. (Ibid, p.77). Situación que se cumple para
diámetros de barreno inferiores a 6”.
H(m) = 4 x D (pulg)
Sin embargo no hay que olvidar que la altura de banco también esta determinada por la capacidad de
los equipos de perforación y por seguridad ante la estabilidad del talud o deslizamientos, no debe ser
superior a 20m.
De manera general se puede recurrir a las siguientes expresiones para el cálculo de la altura de banco
cuando se utiliza la perforación por percusión:
En la figura 4.3 se presenta un ábaco sugerido por la Escuela de ingenieros militares, 1996, como
herramienta para el cálculo de la altura de banco en función del diámetro del barreno o viceversa.
Figura 4.3 Determinación del diámetro del barreno para diferentes alturas de banco
Línea de menor resistencia a la cara libre o distancia entre filas de barrenos. Normalmente su valor,
expresado en metros, se toma igual al diámetro de los barrenos expresado en pulgadas. (Escuela de
ingenieros militares, 1996, p.190).
B(m) = D(pulg)
Igualmente se considera normal que la altura del banco sea de 2.5 a 3 veces el burden. Sin embargo
debe tenerse en cuenta que tanto el burden como el espaciamiento son, en gran medida, dependientes
de el diámetro e los barrenos, de las propiedades de la roca, de los explosivos y de los requerimientos
finales de fragmentación y desplazamiento de la voladura.
Así, ante la necesidad de una buena fragmentación en terrenos duros y masivos, las dimensiones de
burden y de espaciamiento deben ser pequeñas. Por otro lado, si la fragmentación no es tan exigente o
el estrato a volar se encuentra altamente fizurado se puede dar mayor dimensión al burden y al
espaciamiento, en concordancia con mayores diámetros de perforación, sin detrimento del éxito de la
voladura.
Se presentan situaciones de voladura en rocas masivas, o de gran profundidad o que son formaciones
sedimentarias donde la fragmentación no es relevante y por el contrario sí se requiere cortar la roca a
nivel de piso sin la ayuda de ninguna discontinuidad natural.
En este caso el modelo anterior se ve limitado por el área donde la voladura es eficiente y se recurre a
una expresión algo más general para obtener el burden óptimo, dependiendo de las características de
las rocas.
donde:
donde:
La Escuela de ingenieros militares, 1996, p.191, sugiere el ábaco de la figura 4.4 para el cálculo de
éstos parámetros en función del diámetro del barreno, donde se muestra el factor burden
máximo/diámetro promedio de barreno, “V/D” para diferentes diámetros de barreno en función de las
propiedades de la roca de roca. La inclinación del barreno va de 15º a 20º con la vertical. Para barrenos
verticales se reduce el burden entre un 5 y un 10%.
Espaciamiento (E)
Es la distancia entre los barrenos de una misma fila. Una buena aproximación a su valor es considerarlo
igual al burden B en plantilla cuadrad o de 1.3B a 1.5B en plantilla al trebolillo o rectangular. Un valor
bastante acertado es de 1.3 veces la distancia de la línea de menor resistencia.
E(m) = 0.8 x B
E(m) = 0.5 x B
Figura 4.5 Espaciamiento “E”. Distancia entre barrenos de una misma fila
La profundidad del barreno equivale a la altura del banco más la sobreperforación requerida, por debajo
del nivel de piso, para garantizar su rompimiento y la no aparición de repiés. Esta sobreperforación
normalmente es de 0.3 veces el valor del burden. Así, la altura o profundidad del barreno estará dada
por la siguiente expresión:
L(m) = K + 0.3B
Debe tenerse en cuenta la gran influencia del diámetro del barreno en la fragmentación de la roca volada
y su relación con el burden y la altura de banco. Es un parámetro bastante relevante en la producción de
vibraciones y de onda aérea.
Atacadura
Es el sello, con material inerte, de la boca del barreno con el fin de retardar el escape de los gases de la
explosión. Su longitud es de 1/3 del largo total del barreno o la del burden y se considera útil si tiene al
menos 30cm
Columna Explosiva
Es la parte del barreno que contiene el explosivo y constituye entre la mitad y las dos terceras partes del
barreno. Se divide en dos partes cuales son: la carga de fondo, Cf, y la carga de columna Cc.
Cf = 1.3 B
La carga de columna se ubica sobre la carga de fondo, pudiendo ser de menor densidad ya que supone
que el confinamiento de la roca en este sector del barreno es inferior que en el fondo. Su longitud esta
dada por:
Cc = H – 2.3 B
Un exceso de carga en el barreno produce proyecciones y su energía es proporcional al exceso por m3.
Se ha estimado que el centro de gravedad de las masas de la voladura podría desplazarse hasta seis
metros hacia delante por cada 0.1 kg/m3.
Carga Específica
Hace referencia al volumen de la perforación requerida, en metros, para volar una unidad de volumen
de roca.
L/H/BE
siendo:
H : altura de banco.
Volumen de Voladura
El volumen teórico de la voladura se calcula como: el área superficial del banco por su altura.
Vt = S x H
Adicionalmente el peso del material volado se obtiene de multiplicar este volumen por el peso específico
de la roca volada.
PLANTILLAS DE PERFORACIÓN
Es la forma en que se distribuyen los barrenos de una voladura, considerando básicamente a la relación
de burden/espaciamiento y su directa vinculación con la profundidad de los mismos. (Escuela de
ingenieros militares, 1986, p.208).
Plantilla Cuadrada
La disposición de los barrenos en cada fila es alineada directamente detrás del barreno de la fila
inmediatamente anterior. Matemáticamente la medida del burden es igual al espaciamiento. (figura 4.7).
Plantilla Rectangular
Es una variación de las dos anteriores en donde el burden y el espaciamiento pueden bien ser iguales o
incluso el burden algo menor que el espaciamiento. La diferencia radica en que las perforaciones, en
filas sucesivas, se ubican a la mitad del espaciamiento de la fila anterior.
Dado lo irregular que resulta esta plantilla se suelen perforar barrenos auxiliares en el perímetro de la
misma con el objeto de lograr uniformidad en el banco resultante o remanente. (figura 4.9).
Plantilla en “V”
Consiste en que a partir de una plantilla cuadrada o rectangular, pues no es muy recomendada su
aplicación sobre una tresbolillo, y mediante el empleo de retardos se genere un ángulo, “A” de
movimiento, entre la cara libre inicial y la cara de salida real de la voladura. (figura 4.10).
Cuando se aplica la plantilla en “V” con microrretardo sobre una plantilla cuadrada, el ángulo de
movimiento generado “A” es de 45º con respecto a la cara libre. Es así como por ejemplo, una plantilla
cuadrada de 3 x 3 m se convierte en una plantilla rectangular con el burden de 2,12 y un espaciamiento
de 4,25m. (Figura 4.11).
Figura 4.11 Plantilla cuadriculada con microrretardo en “V”
Tan A = B/E
siendo:
B = Burden
E = Espaciamiento
Y el burden efectivo, Be, y el espaciamiento efectivo, Ee, en relación con la dirección del movimiento
será. (Figura 4.12).
En algunas oportunidades será conveniente abrir la voladura con el fin de lograr mayor movimiento de
material hacia el frente. Para tal fin se emplean dos barrenos con retardo 25ms. (figura 4.14).
Plantilla Echelón
Consiste en aprovechar la situación de una voladura con dos lados expuestos dirigiendo el movimiento
de la voladura hacia esos frentes. (Figura 4.15).
Se emplean en terrenos de ladera donde no hay suficiente espacio para la plantilla echelón en “V” por
tanto se requiere un diseño estrecho de voladura. Tiene como objeto confinar el movimiento de la roca al
área de la voladura exclusivamente.
Se suelen utilizar retardos no consecutivos con el fin de proporcionar mayor tiempo al movimiento de la
roca. (Figura 4.16).
De poco uso el cual se limita básicamente a formaciones laminadas delgadas con gran espaciamiento.
(figura 4.17).
Se presenta este requerimiento cuando no se dispone de una cara libre o de alivio para la voladura.
Por tanto el resultado que se presente es del de una voladura vertical para lograr esa cara faltante a
donde pueda moverse la voladura. Así es que se requiere de disminuir el burden y el espaciamiento en
los barrenos iniciales de la plantilla para abrir el área de alivio para los barrenos restantes. Con este tipo
de plantilla se incrementa el riesgo de generación de onda, vibraciones y proyecciones.
El uso del cordón detonante tiene aplicación para las plantillas de microrretardo mencionadas
anteriormente, conjugando las propiedades propias con las de los elementos asociados a su uso como
es el conector de microrretardo en superficie, entre otros, que interrumpe la detonación del cordón por
un espacio de tiempo para después reiniciarlo. Sin embargo, como se menciono en los correspondientes
apartes de los capítulos 2 y 3, hay que tener presente la posibilidad de la rotura del cordón por el
movimiento de la voladura y tomar las debidas precauciones dentro de las cuáles una puede ser el
asegurar el disparo de todos los barrenos con un sistema de doble disparo y/o la aplicación de un
circuito totalmente cerrado. (figura 4.18).
Este tipo de estructuras, por definición natural, lineal, se suele diseñar para necesidades de espacio
interior mínimo, cuyas dimensiones promedios se pueden comprender para lo ancho entre los 80cm y
los 3.0m y la profundidad entre 50cm y 5.0m (figura 4.19)
Este tipo de voladuras difiere de los sistemas convencionales de perforación y voladura en dos aspectos
básicos resumidos en el requerimiento de un elevado consumo de explosivo ante una perforación de
menor proporción.
Adicionalmente en este tipo de voladuras se requiere de mallas más cerradas, es decir, se requiere que
los barrenos vayan más próximos el uno del otro; esto, obviamente, tiene repercusiones en los costos de
ejecución.
A continuación se presentan uno a uno los parámetros de la plantilla de voladura para trabajo en zanjas
Piedra y espaciamiento
El valor de la piedra puede estimarse en función del diámetro de los barrenos y el espaciamiento a partir
del ancho de la zanja, según las tablas 4.2 y 4.3.
Sobreperforación
Se suele tomar como 0.5 veces el valor de la piedra según unos autores y un 10% de la profundidad de
la zanja según otros. Como valor mínimo debe tomarse 0.2m. Ver figura 4.21.
Figura 4.21 Inclinación 3:1 y sobreperforación de barrenos en zanja
Es aconsejable perforar los barrenos con inclinaciones de 2:1 (26.5º respecto a la vertical) y 3:1 (18.5º
respecto a la vertical) para favorecer la rotura por el fondo y la salida posterior del material Figura 4.21 y
4.22.
Retacado
Tipos de Explosivos
Para las voladuras de excavación en zanja, debe recurrirse a los tipos de explosivo que se caractericen
por su alta energía y densidad, consecuentemente elegidos con las características de la formación
rocosa y el esquema de perforación aplicado. De ésta manera son principalmente utilizados los
explosivos gelatinosos y los hidrogeles encartuchados.
En la tabla 4.4 y la tabla 4.5 se resumen los parámetros del esquema de la voladura de zanja partiendo
del diámetro de perforación y la profundidad de la zanja.
(1) se emplearán 3 barrenos en zanjas menores de 2.5m de profundidad y 1.5m de ancho; En ciertos tipos
de roca difíciles de volar, puede ser necesario incrementar la carga cuando se utilizan 3 barrenos en
trincheras menores de 2.5m de profundidad
Fuente: U.E.E.
Tabla 4.4 Estimación de la piedra y de las cargas en función de la
profundidad de la zanja (diámetro hasta 35 mm)
Secuencias de encendido
Los objetivos a lograr en un esquema apropiado de encendido es el de lograr el arranque de la roca sin
que se produzcan sobreexcavaciones y se logre la fragmentación adecuada. En la figura 4.23 se
presentan algunas secuencias recomendadas de encendido en función del número de filas y barrenos,
y del ancho de la base de la zanja.
Es relativamente fácil, que aún con el empleo de los esquemas de perforación y las secuencias de
encendido presentadas, se presenten sobreexcavaciones en la parte más alta de los taludes de la
zanja, independiente que se tengan barrenos situados en un plano vertical; por lo tanto, si se requiere de
un contorno más fino que el obtenido, se debe recurrir a la ejecución de una voladura de precorte en la
parte superior de la excavación. Figura 4.24.
Este esquema exige una mayor perforación, por lo que los costos de ejecución se incrementan respecto
a las alternativas de un recorte o de una voladura convencional.
La excavación en zanja presenta algunas variaciones de acuerdo al sitio donde se efectúan de ahí la
diferenciación que s presenta a continuación
Muy seguramente se presentará la situación de una excavación en zanja en zonas urbanas habitadas, lo
que requiere un trabajo delicado que demanda una gran planeación y estudio de la metodología a
emplear.
Es importante estudiar y evaluar las restricciones generales presentes tales como los tiempos
destinados a la perforación y a la voladura, el trafico peatonal, vehicular y de toda índole, los riegos de
las proyecciones de roca, las limitaciones de los niveles de vibración y cualquier otra situación que se
considere de riesgo o restrictiva.
En los casos de excavación mediante voladuras, el diámetro de los barrenos suele ser de 30 a 50mm.
Un esquema típico de perforación con tres hileras de barrenos es el que se presenta en la figura 4.25,
donde también se indica la secuencia de encendido.
Debido a los elevados consumos específicos empleados en este tipo de trabajos, próximos a zonas
habitadas, se hace indispensable utilizar sistemas de protección frente a las proyecciones.
Figura 4.25 Esquema tipo de excavación en zanja con tres hileras de barrenos
Entre las medidas más frecuentes que suelen utilizarse para controlar las vibraciones, están:
Su ejecución exige el mismo planteamiento anterior, siendo el factor básico a considerar la longitud de la
excavación.
Es frecuente el dejar en segundo grado de importancia la optimización técnica y económica del ciclo de
perforación y voladura en obras de canalización de grandes dimensiones, en zonas sin edificar, en
donde es más importante el rendimiento y la rapidez con que se ejecute el proyecto justificado esto, en
el control global de los costos de ejecución. Los esquemas de perforación de zanjas para canalizaciones
y servicios, suelen emplear una gama de diámetros comprendidos entre 35 y 64mm.
Para las zanjas de gran tamaño suelen diseñarse voladuras como si se tratase de excavaciones de
producción, y el diámetro de los barrenos puede aumentarse hasta los 76mm. En la figura 4.26 se
muestra un esquema tipo, de cuatro hileras de barrenos y su secuencia de encendido.
Figura 4.26 Esquema tipo de voladura en zanja con cuatro hileras de barrenos
Excavación de zanjas que requieren una apertura mediante cuele
Se resuelve dicha situación recurriendo a un esquema de cuele en cuña o en abanico, para facilitar su
esponjamiento, su posterior desplazamiento y la fragmentación. Figura 4.27.
En las figura 4.27 y 4.28 se muestran las diferentes combinaciones de cueles en “V” para conseguir un
frente libre de ayuda a las voladuras principales; sin embargo, según Langefors, este tipo de apertura no
debe utilizarse en profundidades mayores a 4m, a no ser que se combine con un esquema tipo abanico
en las primeras filas de la voladura principal, perpendicular a la zanja.
Figura 4.27 Configuración de los barrenos en excavaciones que precisan la apertura de un cuele
en “V” en un costado
Figura 4.28 Configuración de los barrenos en excavaciones que precisan la apertura de un cuele
en “V” en el centro
Variables de Diseño del Esquema del Cuele
Diámetro de perforación
Los diámetros más recurrentes se encuentran comprendidos entre 38 y 65mm, sin embargo, en las
etapas iniciales de tanteo el diámetro de perforación puede estimarse a partir de la altura de
excavación, H, que se proyecte.
Longitud de perforación
Donde:
j : Sobreperforación.
La inclinación de los barrenos de perforación debe estar comprendida entre las proporciones 2:1 y 3:1,
dado que las alturas de excavación (bermas de trabajo) no deben sobrepasar los 12 a 15 m
Piedra y espaciamiento
donde:
H : Altura de la excavación.
Fuente: U.E.E.
Tabla 4.7 Valores de la relación: espaciamiento/piedra según la resistencia a compresión simple
de la roca
Tipo de explosivo
Consumos específicos
Los consumos específicos de explosivo para los distintos tipos de roca se recogen en la tabla 4.8.
Tabla 4.8 Consumo específico (kg/m3) según la resistencia a compresión simple de la roca.
Secuencias de encendido
Los esquemas de iniciación de las cargas deben permitir un buen arranque de la roca.
Las secuencias de encendido deben disponerse en función del número de filas de barrenos, y de su
situación general en la zona de excavación a realizar.
Para aumentar el tiempo de las voladuras puede recurrirse, ala utilización de explosores secuenciales o
a los relés de microrretardo.
Retacado
La longitud de retacado en el barreno debe estar comprendido dentro de los valores que se indican en la
tabla 4.9.
Fuente: U.E.E
Tabla 4.9 Longitud de retacado
Sobreperforación
La prospección sísmica es una técnica geofísica que pretende, a través de fenómenos físicos naturales
o inducidos, encontrar la distribución del terreno a determinada profundidad. Algunas de las principales
técnicas geofísicas se resumen en la tabla 4.11.
La prospección sísmica depende del hecho que la tierra se ha segregado durante las diferentes etapas y
procesos geológicos en lechos de densidad y comportamiento elástico diferentes. Así, el determinar e
identificar irregularidades como fallas y plegamientos en los lechos se convierte en el objetivo de la
sísmica; éstas fallas se pueden constituir en depósitos de acumulación para gases e hidrocarburos.
El proceso básico que se da es que el explosivo, debidamente ubicado en el barreno, al detonar genera
ondas de energía sísmica en todas direcciones. Esta energía atraviesa las formaciones geológicas y al
llegar a las fronteras de formaciones de diferentes impedancias acústicas se divide regresando parte de
esta a la superficie donde se registra por dispositivos electromecánicos de gran sensibilidad conocidos
como geófonos.
Cuando estos instrumentos se colocan cerca de la fuente con el fin de registrar la energía que viaja en
trayectoria vertical se habla de método de reflexión. Cuando los instrumentos se colocan a lo largo de
distancias mucho mayores, en comparación con la profundidad del estudio, con la pretensión de
estudiar las ondas horizontales de energía sísmica que viajan en un material de alta velocidad cubierto
por materiales de velocidades inferiores, se habla de método de refracción.
Estas metodologías han tenido también aplicación en la voladura de rocas midiendo la velocidad de
propagación de las ondas longitudinales por el método de sísmica de refracción en superficie.
Método Up Hole: Consiste en colocar dentro de un barreno una serie de geófonos que registren la
energía sísmica producida por una fuente superficial (Figura 4.29):
Método Dow Hole: La posición de los explosivos se intercambia con las de los geófonos. Figura 4.30.
Método de Cross-hole. Variante alternativa de los dos anteriores, en la que tanto la generación de la
onda como su transmisión y registro se realizan en el mismo medio. Figura 4.31.
Derivadas de una voladura, se pueden identificar tres efectos secundarios, que pueden generar un
ambiente de molestia y aún de peligro en el entorno y en las estructuras próximas. Estos efectos o
fenómenos son: las vibraciones, la onda aérea y las proyecciones, por lo general, acompañadas también
de polvo.
Para minimizar éstos problemas, perturbaciones, es necesario revisar los elementos y factores que
incrementan y determinan la magnitud de su ocurrencia, con el fin de mitigarlos y hacerlos menos
peligrosos para el entorno humano, animal y vegetal y, por supuesto, para las estructuras próximas. Es,
sin embargo, aconsejable, acompañar a la labor estrictamente técnica, con una labor de trabajo social y
de información a la comunidad vecina al sitio de las explotaciones.
Se debe destacar que la energía ondulatoria es un reflejo de la naturaleza de la fuente o excitación que
la produce, lo que implica que, la variación en las presiones en el punto de excitación se transmite con
mayor o menor intensidad en todo el medio.
La Explosión
La onda de compresión producida en la explosión tiene una pendiente inicial que depende solo del
gradiente de la liberación de gases lo que, en otras palabras, quiere decir, de la velocidad de detonación
del explosivo. Al aumentar su valor, ésta onda de compresión produce una pulverización del material del
entorno de la carga y la apertura de grietas radiales, amortiguando la energía y disminuyendo la
pendiente de la onda de presión. (ver desarrollo de voladura en el numeral 3.3)
Al transmitirse la onda por el medio llega a la superficie libre (superficie horizontal en el caso de
voladuras en cráter o superficie vertical en las voladuras de banco), en donde se refleja pasando a onda
de sentido de avance inverso al de la onda incidente.
Como la resistencia a tracción del medio es muy inferior a la de compresión, la onda de tracción produce
la rotura de la roca, disipando la mayor parte de la energía acumulada. De esta forma la rotura del
terreno o de la roca se produce por los siguientes efectos:
Rotura en frente o en cráter por las tracciones inducidas por la onda reflejada.
Cada rotura o grieta implica, primero, una acumulación de energía elástica y posteriormente su
disipación dinámica en el trabajo de rotura y, por tanto, en la generación de una onda.
Estructura de la Vibración
Por su baja frecuencia ésta onda viene asociada a elevadas velocidades de partícula y grandes
deslazamientos, por lo que en su transmisión su atenuación será mucho mayor en materiales de baja
resistencia a la tracción. Su atenuación por amortiguación interna es mínima en los siguientes casos:
En medios sólidos por debajo del nivel freático, en que se transmite como onda de presión en el
agua.
En materiales cohesivos saturados, en que se transmite a través del agua de saturación, con
comportamiento no drenado, con las mismas propiedades que en el caso anterior.
Con mayor atenuación, en medios rocosos sanos, en que pueden admitirse valores altos en las
tracciones.
El resto de las componentes de la vibración suelen tener frecuencias por encima de los 10 Hz en casi
todos los casos y con mayor transmisión de energía por encima de los 50Hz. Las componentes debidas
a cada tipo de rotura no son diferenciables.
Las variables que afectan las características de las vibraciones son, prácticamente, las mismas que
afectan los resultados de las voladuras, clasificándose en dos grupos según sean controlables o no
controlables.
La geología local del entorno y las características geomecánicas de las rocas tiene una gran influencia
sobre las vibraciones. En los macizos rocosos homogéneos y masivos las vibraciones se propagan en
todas las direcciones, pero en estructuras geológicas complejas, la propagación de las ondas puede
variar con la dirección y por consiguiente presentar diferentes índices de atenuación o leyes de
propagación.
Las frecuencias de las vibraciones en minas de carbón son menores que las generadas en voladuras de
canteras y obras de construcción, debido principalmente a la longitud de las columnas de explosivo, la
complejidad de las estructuras geológicas y la presencia de suelos de recubrimiento. Figura 4.33.
Una cantidad considerable de la energía transportada por las vibraciones en minas de carbón tiene una
frecuencia inferior a 10Hz que inducen grandes desplazamientos del terreno y altos niveles de tensión,
llegando a producir daños importantes en estructuras con frecuencias de resonancia entre 4 y 12Hz. (Du
Pont, 1979, p.496)
La magnitud las vibraciones terrestres y aéreas en un punto determinado varía según la carga de
explosivo que es detonada y la distancia de dicho punto al lugar de la voladura.
En voladuras donde se emplean retardos, siempre y cuando éstos sean lo suficientemente grandes para
que no se produzcan interferencias constructivas entre las ondas generadas por los distintos grupos de
barrenos, será la mayor carga por barreno la que influirá directamente en la intensidad de las
vibraciones.
Cuando en la voladura existen varios barrenos con detonadores que poseen el mismo tiempo de retardo
nominal, la carga máxima operante suele ser menor que la total, debido a la dispersión en los tiempos
de salida de los detonadores empleados. Por esto, para determinar la carga operante, se estima una
fracción del número total de cargas iniciadas por detonador del mismo retardo nominal.
El peso de la carga operante es el factor individual más importante que afecta a la generación de las
vibraciones. La relación existente entre la intensidad de las vibraciones y la carga operante es de tipo
exponencial, y así por ejemplo para la velocidad de partícula se cumple:
Siendo “a”, según el U.S Bureau of Mines, (López, 1985 p.55), del orden de 0.8.
La distancia a las voladuras tiene, al igual que la carga, una gran importancia sobre la magnitud de las
vibraciones. Conforme la distancia aumenta la intensidad de las vibraciones disminuye de acuerdo a una
relación del tipo (López, 1985, p.55):
Donde el valor de “b”, según el U.S. Bureau of Mines (ibid, p.56), es del orden de 1.6.
Frente a problemas de vibraciones, algunos ingenieros plantean reducir el consumo específico de las
voladuras, pero no hay nada más alejado de la situación de nivel mínimo, pues se han llegado a
registrar voladuras en las que bajando el consumo de explosivo un 20% con respecto al óptimo, los
niveles de vibración medidos se han multiplicado por 2 y por 3, como consecuencia del gran
confinamiento y la mala distribución espacial del explosivo lo que origina una falta de energía para
desplazar y esponjar la roca fragmentada. (Ibid, 1985, p.56).
En la figura 4.34 se puede observar la influencia del consumo específico en situaciones extremas y
próximas al nivel óptimo de utilización en voladuras en banco.
Existe una correspondencia entre las velocidades de partícula y las tensiones inducidas en las rocas. La
constante de proporcionalidad es la impedancia del medio rocoso.
Así, la primera consecuencia práctica es que aquellos explosivos que generan presiones de barrenos
más bajas provocarán niveles de vibración igualmente bajos. Estos explosivos son los de baja densidad
y baja velocidad de detonación, por ejemplo el ANFO. Si se compara una misma cantidad de ANFO con
un hidrogel común, o uno aluminizado, la intensidad de las vibraciones generadas por el primero es 2
veces y 2,4 veces menor respecto a la de sus comparaciones respectivamente.
En los estudios vibrográficos, si se utilizan explosivos de potencias muy dispares, las cargas deben ser
normalizadas a un explosivo patrón de potencia conocida. Normalmente se toma el ANFO como
explosivo de referencia, ya que es el que se consume con mayor frecuencia.
Tiempos de retardo
El intervalo de retardo entre la detonación de barrenos puede referirse al tiempo de retardo nominal o al
tiempo de retardo efectivo. El primero es la diferencia entre los tiempos nominales de iniciación, mientras
que el tiempo de retardo efectivo es la diferencia de los tiempos de llegada de los pulsos generados por
la detonación de los barrenos disparados con periodos consecutivos. En el caso simple de una fila de
barrenos éstos parámetros están relacionados por la siguiente expresión:
donde:
La figura 4.35 muestra el caso de una fila de barrenos con diferentes posiciones relativas de los
captadores.(Wiss y Linehan, citado por Itge, 1986, p.457).
La mayoría de las variables geométricas de diseño de las voladuras tienen una gran influencia sobre las
vibraciones generadas.
Diámetro de perforación
El aumento del diámetro de perforación es negativo, pues la cantidad de explosivo por barreno es
proporcional al cuadrado del diámetro, resultando frecuentemente unas cargas operantes muy elevadas.
Altura de banco
Debe intentarse mantener una relación “H/B > 2” para obtener una buena fragmentación y eliminar los
problemas de repiés, al mismo tiempo que se reduce el nivel de las vibraciones por estar las cargas
menos confinadas.
Piedra y espaciamiento
Si la piedra es excesiva los gases de la explosión encuentran resistencia para fragmentar y desplazar la
roca y parte de la energía del explosivo se transforma en energía sísmica aumentando la intensidad de
las vibraciones.
Este fenómeno se aprecia más claramente en las voladuras de precorte, donde el confinamiento es total
y pueden registrarse vibraciones del orden de 5 veces las esperadas en una voladura común de banco.
Figura 4.36.
Si la dimensión de la piedra es reducida los gases se escapan y expanden hacia el frente libre a una alta
velocidad, impulsando los fragmentos de roca en proyecciones incontroladas y provocando
adicionalmente un aumento de la onda aérea y el ruido.
En lo relativo al espaciamiento, su influencia es semejante a la del parámetro anterior pues incluso su
misma dimensión depende del valor de la piedra.
Sobreperforación
Cuando se utilizan longitudes mayores a las necesarias, cada sección adicional colabora con una
cantidad de energía cada vez menor en el cizallamiento y movimiento de la roca en la base, y por lo
tanto un porcentaje cada vez mayor de la energía desarrollada por el explosivo se convierte en
vibraciones del terreno.
Retacado
Los barrenos inclinados permiten un mejor aprovechamiento de la energía al nivel del piso,
consiguiéndose incluso una reducción de las vibraciones.
Desacoplamiento
Las dimensiones de las voladuras están determinadas, por un lado, por las necesidades de producción,
y por otro, por las cargas máximas operantes arrojadas por los estudios vibrográficos a partir de las
leyes de propagación, tipos de estructuras a proteger y parámetros característicos de los fenómenos
perturbadores.
Dado el grado de complejidad que sería el estudio real del fenómeno de la vibración, ocasionado por la
superposición de los diferentes tipos de ondas que se forman y los mecanismos de modificación de
éstas, se presentan aquí algunos aspectos teóricos, de la generación y propagación de las vibraciones
producidas en la voladura de rocas, que ofrecen una buena aproximación al fenómeno real.
Las vibraciones generadas en las voladuras se transmiten a través de los materiales como ondas
sísmicas cuyo frente se desplaza radialmente a partir del punto de detonación. Las distintas ondas
sísmicas se clasifican en dos grupos: el primero: ondas internas; Y el segundo: ondas superficiales.
Figura 4.37.
Figura 4.37 Ondas de Compresión “P” y de Cizallamiento “S”
El primer grupo de ondas son denominadas primarias o de compresión “P”. Estas se propagan dentro de
los materiales, produciendo alternativamente compresiones y expansiones y dando lugar a un
movimiento de las partículas en la dirección de propagación de las ondas.
Las ondas primarias son las más rápidas y producen en el material, a través del que se propagan,
cambios de volumen pero no de forma.
El segundo grupo lo constituyen las ondas transversales o de cizallamiento “S” que dan a las partículas
un movimiento perpendicular a la dirección de propagación de la onda.
La velocidad de estas ondas transversales está comprendida entre la de las ondas longitudinales y la de
las superficiales. Este tipo de ondas ocasionan en los materiales cambio de forma más no de volumen.
Las ondas de tipo superficial que se generan normalmente en las voladuras e roca son (López, 1985,
p.81):
Ondas Love-“Q”.
Existen otros tipos de ondas superficiales como las ondas Canal y las ondas Stonelly, que para éste
caso no son relevantes por la poca información que producen. (Ibid, p.81)
Las ondas Rayleigh imprimen a las partículas un movimiento según una trayectoria elíptica, con un
sentido contrario al de la propagación de la onda.
Las ondas Love, más rápidas que las Rayleigh, dan lugar a un movimiento de partículas en dirección
transversal a la de propagación.
Las velocidades de las ondas “P” y “Q” pueden estimarse a partir de las características elásticas de los
materiales con las siguientes expresiones:
donde:
ρr : Densidad de la roca
: Coeficiente de Poisson
E : Módulo de Young
Como las ondas viajan con diferentes velocidades y el número de retardos en las voladuras puede ser
grande, las ondas generadas se superponen unas con otras en el tiempo y en el espacio, por lo que
resultan movimientos complejos cuyos análisis requiere la utilización de captadores dispuestos según
tres direcciones: radial, vertical y transversal. Figura 4.38.
En cuanto a la distribución de la energía transportada por los diferentes tipos de ondas se dice que las
ondas Rayleigh transportan entre el 70 y 80% de la energía total.
En el manual de voladuras de Du Pont se dice que éste tipo de ondas dominan el movimiento de la
superficie del terreno a grandes distancias, cientos de metros, de las voladuras, y dado que muchas
estructuras y edificaciones en el entorno de las explosiones se encuentran a distancias superiores a los
500m son las Ondas Rayleigh las que constituyen el mayor riesgo potencial de daños.
El paso de una onda sísmica por un medio rocoso produce en cada punto de éste un movimiento que se
conoce por vibración.
Una simplificación para el estudio de las vibraciones generadas por las voladuras consiste en considerar
éstas como ondas de tipo sinusoidal. Figura 4.39.
Figura 4.39 Movimiento Ondulatorio sinusoidal
Frecuencia (f): Número completo de oscilaciones o ciclos por segundo. La frecuencia es el inverso
del período “T”.
siendo:
Atenuación Geométrica
La densidad de energía en la propagación de los pulsos generados por la detonación de una carga de
explosivo disminuye conforme las ondas encuentran o afectan a mayores volúmenes de roca. Dado que
las vibraciones del terreno inducidas por las voladuras comprenden una combinación compleja de
ondas, parece lógico considerar ciertos factores de atenuación geométrica para cada uno de los distintos
tipos.
Amortiguación Inelástica
En la naturaleza, los macizos rocosos no constituyen para la propagación de las vibraciones un medio
elástico isótropo y homogéneo. Por el contrario, aparecen numerosos efectos inelásticos que provocan
una pérdida de energía durante la propagación de las ondas, que se suma a la debida atenuación
geométrica.
Son numerosas las causas de ésta atenuación inelástica teniendo cada una de ellas diferentes grados
de influencia:
Atenuación en rocas saturadas debido al movimiento del fluido con respecto a la matriz.
Las medidas de campo muestran que la amortiguación inelástica puede representarse por una función
exponencial decreciente
La interacción de las ondas sísmicas en el tiempo y en el espacio puede dar lugar a una concentración o
focalización, proporcionando valores de coeficientes de atenuación mayores o menores que los
teóricamente calculados.
La onda aérea es la onda de presión que va asociada a la detonación de una carga explosiva, mientras
que el ruido es la parte audible e infrasónica del espectro, desde 20Hz a 20kHz. Las ondas aéreas son
vibraciones de baja frecuencia en el aire con valores generalmente por debajo de los 20Hz.
De acuerdo con Wiss y Linehan, 1978, las fuentes de estas perturbaciones son las siguientes:
Escape de los gases a través de las grietas creadas en el frente del macizo rocoso.
La combinación de las vibraciones asociadas a estas fuentes dan lugar a un frente móvil de
sobrepresión del aire que se desplaza desde el punto de la voladura. Como el aire es compresible,
absorbe parte de la energía de la onda de presión para liberarla posteriormente mediante la expansión
de esos gases calientes, causando una depresión en dichos puntos.
Las características de la onda aérea no son fáciles de predecir, pues intervienen factores como los
climatológicos, topográficos y otros, que junto al propio diseño de la voladura pueden resultar distintos
en cada caso.
La onda aérea contiene una considerable cantidad de energía de baja frecuencia que puede llegar a
producir daños directamente sobre las estructuras, pero por lo general son más comunes las vibraciones
de alta frecuencia que se manifiestan como ruido de ventanas, vajillas, puertas, etc.
Una de las etapas fundamentales en el estudio y control de las vibraciones generadas por las voladuras
es la constituida por la determinación de las leyes que gobiernan la propagación de las mismas en los
distintos medios, tierra o aire.
Existen diversos métodos para estimar las leyes que rigen los movimiento del terreno inducidos por las
voladuras, sin embargo para el nivel del presente curso y la función que pretende cumplir se tratarán
sólo los más sencillos para que tengan la aceptación y uso requerido por el ingeniero en campo.
Cuando no se dispone de instrumentación y equipos adecuados para realizar una campaña vibrográfica,
la intensidad de las perturbaciones originadas por las voladuras puede predecirse con un modelo
teórico, (G, Berta,1985), teniendo en cuenta que la energía sísmica transmitida a la roca por el explosivo
puede evaluarse con las siguientes expresiones (Itge, 1986, p. 465):
(MJ)
donde:
n1 : = 1 – (Ze-Zr)2/(Ze+Zr)2
=1/(eD/b-1.72)
Como la duración significativa de la vibración se considera que equivale a cinco veces el periodo:
donde “kf” es una constante característica del terreno que influye en la reducción de la frecuencia con la
distancia. Ver tabla 4.12
Ejemplo
Se considera una carga cilíndrica de explosivo de 10kg en un banco de granito con un frente libre.
Los datos del explosivo son:
ET = 4.52 MJ/kg
ρr = 2700kg/m3
VC = 5000m/s
kf = 0.01
D/d = 1.06
La ley de propagación de la onda aérea se acepta que es del tipo (Itge, 1986, p.468):
La componente audible de la onda aérea, que es la parte del espectro comprendida entre 20Hz y 2okHz
y que también es conocida como ruido, se mide comúnmente en dB. El decibel o decibelio se define en
términos de sobrepresión con la ecuación:
donde:
NR : Nivel de ruido.
NR : Sobrepresión (N/m2).
SP0 : Presión del menor sonido que puede ser escuchado (20 x 10-6 N/m2).
CRITERIOS DE PREVENCIÓN DE DAÑOS
En las actividades que tienen que ver con el uso de explosivos, donde se generan vibraciones en el
terreno y en el aire, que pueden causar grandes molestias en el medio que rodea la zona de voladura,
es importante conocer y analizar algunos criterios que ayudarán a prevenir los daños que causan estos
tipos de trabajo sobre las personas, las edificaciones y el medio circundante.
Los daños aparecidos en una estructura bajo una acción externa de tipo vibratorio depende de la
respuesta dinámica del conjunto del edificio, que, a su vez, está condicionada por diversos factores
como:
Un parámetro importante para controlar los daños potenciales de las vibraciones debidas alas
voladuras, es la frecuencia dominante de éstas. En los casos donde la frecuencia natural de los edificios
están muy próximas o son iguales a las frecuencias dominantes, se produce un fenómeno de resonancia
con efectos amplificadores. Figura 4.40.
Ts = Período (s)
Lp = Dimensión en planta, tomada en la dirección de la vibración cuyo efecto se desea indicar (m)
Los valores típicos de frecuencias se encuentran entre 5 y 15Hz, siendo menores conforme aumenta el
número de plantas de los edificios.
Los techos y las paredes vibran independientemente de la superestructura y suelen tener frecuencias
naturales entre 12 y 20 Hz.
Otro parámetro igualmente importante a la frecuencia natural es la amortiguación. Los valores comunes
de éstos coeficientes en estructuras de tipo residencial (Dowding, 1980) oscilan en torno al 5%.
Las vibraciones en las edificaciones pueden ser ampliadas debido a la respuesta de los elementos
estructurales que las constituyen. Así pues, debe prestarse mayor atención a los tiempos de los
detonadores de microrretardo, pues con intención de disminuir las cargas operantes y aumentarlos
tiempos de las voladuras se pueden estar generando frecuencias de vibración peligrosas al estar éstas
próximas a las de resonancia. Por ejemplo, utilizando los detonadores de microrretardo y dejando un
número en blanco, se está forzando una vibración de:
1000/60 =16.7Hz
Frecuencia que está dentro del rango de daños potenciales (López Jimeno, 1986, p.91).
Un método sencillo para predecir la respuesta estructural de un edificio a las vibraciones lo constituyen
los modelos de respuesta de un grado de libertad (una sola masa o péndulo). Estos modelos permiten
representar gráficamente la variación de los desplazamientos máximos, velocidades relativas y
aceleraciones absolutas que se producen en función del periodo propio de la estructura y
amortiguamiento de la misma, cuando se base está sometida a una excitación de tipo sísmico A partir
de las respuestas obtenidas se pueden calcular las tensiones máximas generadas, y por consiguiente,
los posibles daños potenciales.
Figura 4.42 Interacción entre las edificaciones y el terreno según la longitud de la onda
característica
En la figura 4.43 se ilustran los efectos de os diferentes tipos de ondas sobre las construcciones; en la
figura 4.44 se aprecia las fuentes de los daños, dentro de las cuales se destacan: elevaciones debidas a
la intrusión de los gases cuando las construcciones están muy próximas al área de las voladuras,
aceleración relativa del terreno, cizallamientos y asentamientos provocados en los cimientos entre otros.
Figura 4.43 Efectos de las ondas “P” y “S” sobre las estructuras
Figura 4.44 Fuentes de daños
En lo relativo a la tipología característica de las grietas que están provocadas por los movimientos
sísmicos el más representativo es el denominado como grietas en “X”, pues al deformarse las
estructuras por el movimiento relativo de las bases se crean unos esfuerzos de tracción sobre las
diagonales de los paralelogramos que crean los daños al superarse la resistencia de los materiales.
Figura 4.45.
Una vez conocida la ley que gobierna la propagación de las ondas sísmicas en el medio rocoso, el
siguiente interrogante es el grado de vibración máximo que pueden tolerar los diferentes tipos de
estructuras próximas al área de excavación, para que no sufran daños.
Los criterios de prevención de las vibraciones generadas por voladuras han sido objeto de cantidad de
estudios. En libros de texto se destacan o hacen mención entre otros a los de Thoenen y Windes en
1942 utilizando como parámetro principal la aceleración de la partícula; Crandell en 1949 quien empleo
el ratio de energía; Morris en 1950 establece un nuevo criterio de daños basado en la amplitud de la
vibración; Langefors y Kihlström en 1958 que adoptaron como parámetro más significativo la velocidad
de partícula proponiendo varios niveles, según la intensidad de los daños potenciales hasta que
posteriormente, en 1963 los investigadores llegaron finalmente a considerar el tipo de terreno en el cual
se cimentaban las estructuras sin entrar en consideraciones de detalle sobre otros aspectos del entorno.
Durante la época de los 60 y 70, numerosos investigadores como Northwood, Crawford, Edwars entre
otros, expusieron diversos límites de seguridad basados todos en la velocidad de partícula, buscando
satisfacer la necesidad de adecuar esos niveles de prevención a los distintos tipos de construcciones.
En un paso más de desarrollo y perfeccionamiento de los criterios se introdujo, además del tipo de roca
donde se cimentaba la edificación y del tipo de estructura que se pretendía proteger, una nueva variable
de gran relevancia como lo es la frecuencia de la vibración.
Sin embargo de todo éste desarrollo en criterios de prevención de daños y a su asociación con técnicas
de ingeniería sísmica aún no se logra un consenso entre técnicos, ingenieros y algunos organismos
reguladores, quienes sobre condiciones iguales o similares expresan criterios diferentes, por tanto, si
bien algunas entidades o países han promulgado algunas normas al respecto, son ejemplo la AFTES
francesa, la Standard Association of Australia y la DIN americana, (ITGE, 1994, p.395), estas normas no
han cobrado un carácter universal sino que han mantenido un alcance apenas local.
Como para complicar un poco más este escenario, son pocos los criterios desarrollados que han tenido
en cuenta al ingeniero, en labores de campo, con muy poco conocimiento, o ninguno, sobre el fenómeno
de las vibraciones, al no proporcionarle recomendaciones o bases de cálculo sencillas.
Uno de éstos pocos criterios, de sencilla aplicación, es el basado en la norma Sueca. En ésta los
valores que se recomiendan están basados sobre un amplio conjunto de datos que correlacionan la
componente vertical de velocidad de partícula y los daños inducidos a estructuras cimentadas en
diferentes tipos de terrenos.
donde:
Fd = Factor de distancia que tiene en cuenta la separación entre la voladura y el punto de registro.
Ft = Factor de tiempo con el que se tiene en cuenta la duración de los trabajos con explosivos
Los valores de velocidad máxima vertical de partícula que suelen utilizarse se muestran en la tabla 4.13
Se puede igualmente calcular éstos valores si se conoce la velocidad de propagación “ VCP” de las
ondas de compresión “P”, medida sobre el terreno en el que se apoyan las estructuras, mediante la
fórmula:
En la tabla 4.14 se indican los diferentes tipos de edificios que se clasificados en cinco grupos.
El factor de distancia Fd se puede estimar a partir de la figura 4.46 tomándose la menor distancia
existente entre el lugar de la voladura y la estructura a proteger.
Figura 4.46 Factor de distancia Fd
Alternativamente a la tabla, se pueden utilizar las expresiones siguientes, donde la distancia se expresa
en metros:
Fd = 1.91 d-0.28
Fd = 1.56 d-0.19
Fd = 1.91 d-0.29
Fd = 2.57 d –0.42
En distancias inferiores a los 10m pueden presentarse problemas especiales y graves en las
estructuras, ocasionados por la penetración de los gases en las juntas provocando desplazamientos en
éstas. Por tanto, de existir la posibilidad de que éste fenómeno se presente es necesario efectuar
registros para obtener la duración de los trenes de onda y las frecuencias dominantes para más de una
componente.
El factor de duración del proyecto, Ft1, depende del periodo de tiempo en que se van a ejecutar las
voladuras.
Fuente: MOPU, España
Tabla 4.16 Factores de duración de proyecto
Generalmente la onda aérea implica un menor peligro que la onda de vibración terrestre. Y normalmente
se asimila o se le atribuye el efecto de la rotura de vidrios el cual es muy factible que suceda sin
necesidad que se presente una rotura, agrietamiento, en placa o en algún elemento estructural.
La probabilidad de rotura de vidrios para una sobrepresión determinada puede estimarse mediante la
ecuación siguiente, sugerida por Redpath (ITGE, 1994, p.481):
donde:
Se debe tener en cuenta que los niveles de ruido, medidos o registrados en dB(L), corresponden a una
escala logarítmica, por tanto diferencias que a simple vista pueden ser mínimas en la realidad son de
gran magnitud. Por ejemplo una lectura de 120dB(L) es del orden de 78.6% mayor que una de 115dB(L)
.
En la tabla 4.17 se aprecian algunos efectos probables debidos a algunos valores de sobrepresión.
Uno de los factores principales que se deben tener en cuenta durante la ejecución de voladuras, más si
tienen alguna permanencia en el tiempo, es su afectación a las personas, pues, es claro que aún
logrando niveles de vibraciones y de onda inferiores a los máximos permitidos para no ocasionar daños
en estructuras, se pueden tener índices de percepción elevados que pueden generar desde pequeñas
molestias hasta afectaciones más trascendentales.
Por tanto es normal, y aconsejable, que en muchos proyectos los parámetros para el control de
vibraciones y ondas sean establecidos por la afectación y respuesta humana más que por la
probabilidad de daños.
Existen numerosos estudios y normas sobre la respuesta humana a las vibraciones; Dentro de las
normas se encuentran la ISO-2631 y la DIN-4150.
Existe, entre otros, un procedimiento analítico para la estimación de la respuesta humana propuesto por
Steffens (1974) ITGE, p483.1986. definido por un parámetro K calculado de la siguiente manera:
= =
donde:
f : Frecuencia (Hz)
A : Aceleración (mm/s2)
De acuerdo a los valores tomados por “K” se tienen los siguientes niveles de percepción. Tabla 4.18.
Recomendaciones para reducir los niveles de vibración del terreno y onda aérea
Si bien cada caso amerita un estudio independiente, se puede sin embargo observar unos criterios
generales que, aplicados, ayuden a la mitigación de éstos efectos de las voladuras:
Minimizar la carga de explosivo por unidad de microrretardo. Esto se puede logra mediante las
siguientes determinaciones:
Seccionando las cargas dentro de los barreno se iniciándolas en distintos tiempos. Figura
4.48.
Figura 4.48 Voladuras con cargas seccionadas dentro de los barrenos
Figura 4.49 Voladuras múltiples con el mismo número de barrenos y diferentes duraciones
Reducir el número de barrenos con detonadores instantáneos, ya que éstos presentan menor
dispersión que los números más altos de la serie.
Elegir un tiempo de retardo entre barrenos y filas efectivas que evite una fuerte superposición de
ondas y permita un buen desplazamiento de la roca.
Disponer la secuencia de iniciación de modo que ésta progrese desde el extremo más próximo a la
estructura a proteger hasta los más alejados de la misma. Figura 4.50.
Utilizar el consumo específico adecuado, ya que una disminución de éste puede aumentar el
confinamiento de las cargas y por consiguiente la intensidad de las vibraciones. Por otro lado, un
consumo excesivo da lugar a una sobrecarga innecesaria que, por supuesto, produce grandes
efectos perturbadores.
Controlar las perforaciones para que las mallas practicadas coincidan con las diseñadas.
Emplear sobreperforaciones con las longitudes mínimas necesarias para un buen arranque.
Crear pantallas o discontinuidades entre las estructuras a proteger y los macizos a volar.
Elegir los tiempos de retardo de modo que la voladura progrese a lo largo del frente a una velocidad
inferior a la del sonido en el aire (340m/s).
Evitar el empleo de cordón detonante. Cuando éste sea absolutamente necesario cubrirlo con
arena fina en una capa de al menos 7 o 10cm sobre éste.
Controlar la carga de explosivo en terrenos con coqueras para evitar las concentraciones puntuales.
Disponer pantallas de tierra o vegetales entre las voladuras y los puntos receptores. Figura 4.52.
Hoy en día se vive una época de gran concienciación del medio ambiente fomentada principalmente por
grupos de interés social, conocidos como ambientalistas, los medios de comunicación, el mismo estado
e incluso algunas industrias, que han entendido que los procesos industriales tienen impactos negativos
en el medio ambiente tales como la generación de residuos, el deterioro del ecosistema y el agotamiento
de los recursos naturales.
En este contexto, las operaciones de voladura de rocas, para referirse de manera genérica al empleo de
explosivos, tienen incidencia sobre el medio ambiente con consideraciones tales como la introducción
permanente de un insumo extraño y la generación de desechos; en segundo lugar las consideraciones
para la eliminación de estos residuos y finalmente las propias por el aporte de niveles de contaminación
al aire, al suelo y al agua, por las eventuales contingencias con los insumos, que en este caso son los
explosivos.
El concepto de impacto ambiental de una actividad o de un proceso productivo se debe entender como
la diferencia existente en el medio ambiente natural existente antes de iniciar la actividad, con el medio
ambiente que se presente durante y después de la ejecución de la actividad o del proceso productivo.
CONSIDERACIONES GENERALES
Inicialmente se debe recordar, de capítulos anteriores, la caracterización general de los explosivos y los
accesorios de las voladuras. Los explosivos, independiente del nombre bajo el cual se provean o se
conozcan, están compuestos por un agente oxidante, un agente combustible y un agente sensibilizador
y a veces, otro emulsificante.
De manera general, el principal agente oxidante es el ANFO que constituye el mayor componente de los
explosivos actuales; como agente combustible se tienen la harina de madera, la celulosa, gomas de
petróleo, aceites minerales y petróleo; y como sensibilizador se usan: la nitroglicerina, aminas, glicoles,
aire en micro esferas de vidrio y prills entre otros; el emulsificante esta constituido por monooleatos y
compuestos a base de polisobutileo.
Adicionalmente los accesorios de voladura contienen resinas ionoméricas y polietileno, pólvora negra y
casquillos de cobre y aluminio y sus empaques están conformados por cartón, papel y bolsas plásticas.
Los explosivos contienen muchas sustancias químicas que pueden dañar el medio ambiente y es
necesario tener referencia de lo que bien podría conocerse como el ciclo de vida de un explosivo.
Así, el ciclo de vida del explosivo, desde el punto de vista del usuario más no del fabricante, se inicia en
el momento en que éste sale de la fábrica hacia el lugar donde se empleará. En esta primera parte del
ciclo hay que considerar el estado físico del producto y prevenir las posibles contingencias como
derrames accidentales, grupo de respuesta inmediata, recuperación del material, recuperación de las
áreas afectadas y la investigación propia del incidente.
Estas tareas pueden ser fáciles o difíciles dependiendo si se trata de polvo, de cartuchos, de geles, de
las condiciones climáticas, los vientos y la lluvia. La segunda parte del ciclo es el almacenamiento. Los
riesgos, según las características físicas del material son las fugas, derrames y la contaminación o el
que los productos se deterioren, produciendo desechos peligrosos los cuales también tienen sus propias
consideraciones para su destrucción.
Muchas veces una mala practica de almacenamiento y rotación de stocks produce altas cantidades de
desechos. De esta manera, las precauciones y controles ambientales en esta etapa del ciclo, deben
contemplar la capacitación del personal de logística sobre problemas para la eliminación de desechos
peligrosos y residuos contaminantes.
La tercera parte del ciclo y donde se genera la mayor afectación del medio ambiente es el uso propio de
los materiales. En primer lugar está la contaminación de los suelos producto de los gases nitrosos que
absorben y terminan en los botaderos de desmonte, o rellenos, donde eventualmente aportan iones de
nitrato en las aguas de escorrentía en las épocas invernales.
Posteriormente la contaminación, por aporte directo, de las aguas subterráneas producto del regado de
frentes y finalmente los aportes de contaminantes al aire como gases de óxidos de nitrógeno, NOx,
dióxido de carbono, CO2, y dióxido de azufre, SO2, así como partículas de óxidos de silicio, SiO2, de
aluminio, Al2O3, partículas de paladio, azufre y otros elementos y compuestos.
Se presentan también complicaciones con los desechos de los explosivos como los envases y los
explosivos que fallen o que no se utilicen, para lo cual también se requiere de la capacitación del
personal a cargo y de la implementación de los debidos controles de salidas de almacén.
La cuarta, y última etapa del ciclo, es la eliminación apropiada de los desechos producto de la
eliminación de envases, explosivos en mal estado o desechos recuperados de operaciones de
contingencia.
EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL
Es importante resaltar el concepto temporal-continuo que posee el estudio del impacto ambiental EIA:
estado del medio ambiente antes, durante y después de la actividad. Esto significa, en términos
prácticos, que los ejecutores de la actividad deberán prever los cambios que se producirán en el medio,
y sugerir medidas correctivas que impidan o mitiguen los efectos que serán causados, incluyendo un
plan que permita restaurar o recuperar el medio físico y biológico que se afecte.
En la evaluación de impacto ambiental, EIA, que debe tenerse terminado antes de iniciar la actividad, se
distinguen tres apartes:
El primer aparte es la “línea base” del estudio que no es otra cosa que una auditoria o un inventario
del estado del medio ambiente antes de iniciarse la actividad que provoca la intrusión. Se conoce
como “Línea Base” o bien en términos más internacionales “baseline”.
El segundo aparte corresponde a la descripción y análisis de los posibles impactos ambientales que
se deriven del proyecto. Se conoce como el “análisis predictivo”.
El tercer aparte es el plan de rehabilitación y uso final del terreno afectado el cual, obviamente,
estará basado en las conclusiones obtenidas en la investigación de línea base.
Los proyectos que implican el empleo de explosivos tienen connotaciones particulares especialmente si
son mineros o de implantación de infraestructuras. Estas implicaciones se refieren a:
Valor localizado
La localización de una mina o de una vía, por ejemplo,, está predeterminada por la localización del
mineral o el árido explotable o por la necesidad específica en caso de la obra de infraestructura. Esto
implica, para el caso de la mina, que su localización se de únicamente sobre la masa del mineral a
extraer. Para el caso de la obra de infraestructura, donde exista la necesidad, aunque en este caso se
admiten algunas atenuantes que no hacen tan estricta su localización.
Inicio
El inicio de la actividad minera como de la implantación de una estructura viene precedido de un largo
proceso de exploración y evaluación regional y local permitiendo el logro de una línea base adecuada.
Los aspectos a considerar en una investigación de línea base son diversos y muchas veces complejos.
La importancia de cada uno de ellos varía en función de las características específicas del proyecto y el
medio donde se desarrolla. A continuación se relacionan algunos de los aspectos a considerar en la
investigación de línea base:
Paisaje
Importancia en términos relativos, por ejemplo, zonas de reconocida belleza, tengan o no la categoría de
reserva, parque nacional o regional.
Hábitat
Territorio que presenta unas condiciones ambientales determinadas y que está habitado por un conjunto
de seres vivos para los que tales condiciones son las adecuadas.
Suelos
Se deberá contar con una adecuada caracterización de éstos, que permita prever los problemas que
puedan derivarse de la infiltración de contaminantes.
Flora
Se debe disponer de un catálogo florístico, listado de plantas, poniendo especial énfasis en aquellas
plantas que reciben protección especial por estar en peligro de extinción.
Fauna
Geoquímica de la zona
Se deben conocer las características químicas del medio, poniendo especial atención en los suelos.
Rocas
La investigación geológica previa generará gran cantidad de mapas sobre los cuales hay que poner
especial atención a la fracturación, fallas o redes de diaclasas, con el ánimo de evaluar las posibles
infiltraciones de soluciones.
Usos del suelo: agricultura, ganadería, usos recreacionales, cercanía a núcleos urbanos, etc.
Como ya se mencionó, la ejecución de alguna actividad con explosivos definitivamente tendrá algún
grado de afectación sobre el medio natural. Sin embargo, estos efectos son susceptibles de ser
contrarrestados o bien mitigados a través de medidas correctoras.
Una vez se tenga completa la línea base, el EIA debe incluir un aparte sobre los impactos ambientales
que podría generar el proyecto, y por supuesto, deberá además incluir un listado de las medidas
correctivas que se implantarán:
Impacto visual
Con frecuencia la vista desde una carretera, de una zona extractiva o una mina y sus instalaciones, será
el único contacto, de la comunidad próxima con el proyecto. Así, el informe de EIA deberá dejar en claro
cual será la extensión de dicho impacto y las medidas correctivas que se adoptarán.
Otro de los puntos relevantes del informe, deberá contemplar los siguientes aspectos:
Flora y fauna: las actividades con explosivos impactan negativamente la flora y la fauna. Cuando la
actividad es subterránea la afectación es inferior que cuando se hace a cielo abierto. Esta
afectación se da por la presencia humana, de maquinaria, movimiento de vehículos, ruido, etc. El
informe contemplara estas afectaciones y las medidas para contrarrestarlas.
Ruido: el ruido puede ser un factor importante si las operaciones mineras se desarrollan cerca de
núcleos urbanos. Sin embargo si éstos no están próximos el ruido también afecta a la fauna.
Vibraciones – estabilidad del terreno: si la actividad se desarrolla cerca de centros urbanos la
voladura de rocas puede inducir vibraciones inaceptables. A este problema se debe agregar el de
las ondas de choque generadas por las mismas explosiones. El informe EIA deberá entregar datos
predictivos de dichos impactos. Otro factor a considerar en la minería subterránea, es la
subsidencia del terreno debido al desarrollo de galerías y cámaras de extracción.
Polvo y otras emisiones a la atmósfera: el polvo puede ser un problema importante en centros
urbanos próximos a explotaciones en zonas áridas y semiáridas. Aún si no existe esta proximidad
el polvo continúa siendo problemático para la vegetación que verá disminuida su capacidad de
fotosíntesis al verse cubierta por éste.
Tráfico: el movimiento de camiones con explosivos causa trastornos en las comunidades locales
por el ruido, por la pérdida de seguridad vial, por el problema del mantenimiento vial, etc.
Gestión de explosivos: el informe deberá contener un listado de los productos a usar y los
procedimientos a seguir con los mismos en sus diferentes etapas.
El impacto en la fauna.
La rehabilitación es un aspecto integral de las operaciones con explosivos que incorpora dos elementos
básicos:
Plan de rehabilitación.
Revegetación, densidad de plantas: con que plantas se repoblará, cantidad de plantas por metro
cuadrado, etc.
Diversidad de especies: no es suficiente con repoblar con algunas especies vegetales, la zona
deberá ser repoblada con un número de especies animales y vegetales equivalentes a la original.
La química y los sólidos en suspensión de las aguas de escorrentía. Debe resolver: ¿Qué tan limpia
quedo el área?, ¿persiste su contaminación?
BIBLIOGRAFÍA
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Universidad Militar “Nueva Granada”, Facultad de Ingeniería, 1999. inédito. 171 p.
*Los colores no están estandarizados, cada persona elegirá los colores que crea más apropiados.
*Las acciones de Proyecto y la calificación de las mismas variará en cada caso
TABLA VELOCIDADES SÍSMICAS DE DIFERENTES TIPOS DE ROCAS Y
SUELOS
Fuente: ITGE
ASPECTOS PRELIMINARES
En una zona extractiva es indispensable, para un buen aprovechamiento y explotación del yacimiento,
un reconocimiento detallado de la formación rocosa que contemple y defina los siguientes parámetros:
La montera del yacimiento o nivel no aprovechable. En su estudio hay que tener en cuenta no solo
su volumen, sino las variaciones de su espesor, la naturaleza del suelo vegetal y sobre todo, su
límite, frecuentemente difícil de precisar.
Son numerosas las fórmulas y los métodos para determinar las variables geométricas que intervienen en
el diseño de la voladura como son: la piedra, el espaciamiento y la sobreperforación entre otros.
Estos parámetros a su vez requieren del conocimiento de otros, como: el diámetro de perforación, la
naturaleza litológica del macizo rocoso y su estado, la fracturación, la resistencia a compresión simple
de la roca y las características del explosivo a utilizar; no hay que olvidar que finalmente lo que se
pretende con el procedimiento es la extracción del material pero en unas condiciones y características
específicas en cuanto a tamaño, fragmentación y disposición del material arrancado.
Para determinar un esquema apropiado de voladura se sugiere tener en cuenta los siguientes
condicionantes:
Necesidades de producción.
Condiciones sociológicas.
A la hora de adoptar un diseño específico de perforación y voladura, se debe contar con estudios y
acciones preliminares como son:
La implantación de zonas extractivas, debe realizarse en lugares más o menos aislados y distantes
de zonas pobladas, y no visibles desde vías de comunicación.
Un buen diseño deba tener presente las singularidades litológicas y las heterogeneidades de la
roca que puedan aparecer.
Adecuación de la altura de los frentes de cantera a los equipos de carga que vayan a utilizarse.
Siempre debe diseñarse un frente estable, con taludes temporales de excavación apropiados. El
talud final debe ser una solución viable entre los factores de producción, estabilidad y restauración
del terreno.
Determinados frentes deben requerir especial atención para que la roca volada se apile en sus
proximidades, sin un excesivo esparcimiento, ni deslizamientos de los materiales.
Posibilidad de adoptar una malla de perforación flexible a la naturaleza del terreno y a los equipos
de perforación utilizados en cada caso.
Verificación de la profundidad del barreno, si el tiempo que va desde su perforación hasta su carga
con explosivo es amplio.
Empleo de una secuencia de encendido adecuada para la salida de la roca volada, por el frente de
mayor libertad y seguridad.
La ausencia de proyecciones, junto con el producir un nivel mínimo de vibraciones dimensionando
convenientemente la carga máxima instantánea, y el no sobrepasar un umbral crítico de volumen
de la onda sonora, deben ser factores básicos de estudio, que van a caracterizar la bondad del
esquema de perforación y voladuras
TIPOS DE CEBADO
En general, se puede afirmar que, todo explosivo requiere de una perturbación para ser activado. Esta
activación consiste en llevar una onda perturbadora o detonadora que, de un punto a otro de la carga
explosiva o de una carga a otra, rompa la estabilidad química en que se encuentran sus compuestos.
Para producir ésta perturbación se requiere de un dispositivo o producto encargado de generar la
perturbación inicial con la que ha de detonar el explosivo.
El Cebo
De ésta manera se conoce como cebo a la masa de explosivo a la cual se le ha insertado un fulminante,
un detonador eléctrico o un extremo de cordón detonante con el fin de iniciar una detonación.
Los cebos deben prepararse cuidadosamente de tal manera que satisfagan las especificaciones
requeridas tanto por la voladura, como del explosivo de carga.
El fulminante debe estar en la posición más segura y efectiva en el interior del cartucho de cebo de
tal forma que no pueda zafarse. Así, para el cebado de cartuchos con detonadores eléctricos y
cordón detonante se siguen los esquemas propuestos en la figura 3.2.
Figura 3.2 Métodos usuales para el cebado de cartuchos con detonadores comunes
eléctricos
Se debe utilizar siempre un cebo por cada barreno a disparar.
Para aprovechar el máximo efecto de impacto que proporciona el detonador se la debe colocar en
forma axial al cartucho cebo y eje de la columna explosiva. Figura 3.1.
Toda unidad de cebo debe poder cargarse con seguridad, fácilmente, de modo conveniente y en la
posición preferida dentro de la carga.
Por razones de seguridad y eficiencia, el detonador debe insertarse bien y en el centro del cartucho,
y quedar, tanto como sea posible a lo largo de su eje mayor.
Se deben tener presentes las diferencias entre un explosivo convencional y un agente de voladura
o agente explosivo pues estas también marcan una diferencia en su cebado e iniciación. Este
aspecto se contemplará en el siguiente aparte.
El Cebado
El cebado es la acción que va desde la elaboración misma del cebo hasta su implantación en el barreno
para ser activada por cualquier sistema de iniciación. La posición que ocupe el cebo en la carga o en el
barreno debe cumplir con algunas condiciones las cuales son:
Cuando se emplea fulminante y mecha para el cebo, éste puede colocarse dentro del barreno de
las siguientes maneras:
Para disparos sencillos e independientes (Figura 3.3.a): El cebo cerca del extremo exterior del
barreno y el detonador apuntando hacia el fondo.
En disparos múltiples o disparos de rotación se recomienda los cebos cerca del fondo del
barreno con el fin de evitar: 1. Que la explosión de algún barreno pueda “robar” otro adyacente
que esté planeado para disparar con posterioridad. Esto ocurre cuando la explosión del
primero arroja parte de su carga explosiva exterior sobre el barreno adyacente provocando su
detonación; fenómeno conocido como barreno robado; 2. Barrenos fallidos. La detonación de
alguna carga puede tender a forzar hacia fuera parte de la carga adyacente si no está
sólidamente atacada o si carece de taco; 3. Que se dañe la mecha de una carga adyacente
adelante del quemado del tren de pólvora con el material proveniente de la voladura de un
barreno. Así, este método es preferido para la mayoría de los trabajos de este tipo, debido a
que la mecha está sujeta a un mínimo de dobleces, factor muy importante cuando se tienen
condiciones de barrenos húmedos y/o bajas temperaturas. (Figura 3.3.b y c).
Cuando se utilizan estopines eléctricos instantáneos, el cebo puede estar cerca del extremo
exterior de la carga con el fulminante apuntando hacia el fondo. (Figura 3.4.a). Tiene aplicación
en barrenos sencillos y múltiples.
Figura 3.3 Alternativas de cebado para disparo con mecha y fulminante
Con el cebado indirecto se elimina la presencia de cartuchos enteros o restos de ellos en el terreno
remanente del disparo reduciéndose, por lo tanto, el peligro de barrenar sobre un explosivo no
activado en operaciones subsiguientes. Igualmente, si se hace necesario manejar un barreno
quedado, lavándolo, la colocación del cebo en el fondo del barreno facilita la operación, al eliminar
la duda respecto a su posición.
Cuando se utiliza el cordón detonante se debe tener en cuenta su efecto fulminante en toda su
longitud, pues con ésta capacidad detona los explosivos sensibles al detonador Nº 8 que hagan
contacto con el. Es así como se puede tener lo siguiente:
Si se prolonga como una línea descendente en el barreno el cordón detonante activará
simultáneamente cada uno de los cartuchos que componen la carga y el cartucho cebo. Esto
es que la detonación ocurre en todos los puntos impidiendo un incremento en la velocidad de
detonación reduciendo así su efecto explosivo. Tenga en cuenta que el efecto explosivo se
reducirá si la explosión no alcanza su máxima velocidad, la cual, en un explosivo, aumenta a
medida que la detonación avanza desde el punto de iniciación.
En fondo. Debido a que la detonación progresa desde éste hacia el retacado, y que los gases
son confinados un instante dentro del macizo rocoso hasta que son liberados cuando el
retacado es expulsado, se logra una mejor utilización de la energía de explosión, lo que se
traduce en una mejor fragmentación y esponjamiento e incluso un menor nivel de vibraciones
dado que la onda de choque se propaga hacia la parte superior del banco.
Este tipo de cebado resuelve una situación especial en el caso de voladuras de banco, en que,
la rotura a nivel del piso cobra una gran importancia, necesitándose para tal propósito que la
iniciación produzca la máxima tensión, (tensión de pico), que se pueda dar en ese punto. Este
efecto se logra si la iniciación se da en la misma cota del banco y no en el fondo del barreno
aprovechando la detonación simultánea de las dos partes de carga equidistantes de dicho
punto. (Hagan,1974. Citado por ITGE, 1994, p.194) (Figura 3.5).
Este mismo principio es aplicable igualmente en cualquier estrato duro colocando el iniciador
en su punto medio. En barrenos sin sobreperforación el iniciador se debe colocar lo más bajo
posible pero sin llegar a situarlo sobre el detrito de la perforación o sobre el barro del fondo. Lo
aconsejable es colocarlo a una distancia mínima de 4 veces el diámetro del barreno sobre la
base efectiva.
Figura 3.5 Pulsos de tensión registrados en un punto “P” para dos posiciones de
cebado en fondo
En la figura 3.6 se muestra un esquema de cebado en fondo denominado “de seguridad”. Su
lectura es la siguiente: si el cordón “N” de bajo gramaje llega, por cualquier motivo, a fallar,
pasado un intervalo de tiempo, igual al nominal de la serie de microrretardo, se iniciará el
multiplicador situado en cabeza, garantizándose así la tronadura del barreno.
En cabeza. En las voladuras en banco donde se emplea este tipo de cebado, una onda de
alta tensión se propaga hacia la zona de la sobreperforación disipándose y desperdiciándose
así su energía. Sin embargo resuelve situaciones en voladuras de recubrimiento, como es el
caso de algunas minas de carbón a cielo abierto. En este caso la energía de tensión puede
ser aprovechada fragmentando la roca entre el fondo del barreno y la parte superior del
carbón, pero no el carbón, especialmente si existe un nivel duro inmediatamente sobre el
carbón, a manera de techo, y/o una zona diferenciada entre el estéril y el mineral.
La eliminación del escape prematuro de los gases a la atmósfera, con una longitud de
retacado adecuada, mejora la fracturación y el desplazamiento de la roca por la energía de
burbuja. Para cargas alargadas, la eficiencia del retacado con el cebado en cabeza es menor,
pues tanto el material inerte del retacado como la propia roca en la parte alta comienzan a
moverse unos milisegundos, ms, antes de que la zona inferior del explosivo detone. La caída
de presión de los gases es más acusada en columnas largas de explosivo de baja velocidad
de detonación con longitudes de retacado insuficientes o dimensiones de piedra pequeña.
Cuando la detonación llega al nivel del piso, la presión de los gases cae rápidamente desde su
valor más alto, debido al escape de éstos hacia zonas de menor presión. Este fenómeno
produce mala fracturación en el fondo del barreno y especialmente un reducido
desplazamiento de la roca inferior.
Figura 3.7 Diferentes posiciones del iniciador con cebado en cabeza
Cebado Múltiple. Cuando se emplee este tipo de cebado se debe tener en cuenta la ubicación
de los multiplicadores para que, cuando detonen, las ondas de detonación choquen en el
mismo nivel de las zonas duras de la roca o en el piso del banco. (figura 3.8).
Las tensiones que se producen en esos puntos de colisión son un 46% mayor que las que se
obtienen con una iniciación simple. (ITGE, 1986, p.196). Cuando las cargas no presentan
caídas de velocidad, la iniciación múltiple mejora la fragmentación de la roca por la energía de
tensión.
Axial. Cuando las columnas de explosivo se inician de forma continua, mediante cordón
detonante, las velocidades de detonación son relativamente más bajas que las del régimen.
Por tanto, este tipo de cebado axial es más efectivo en formaciones rocosas blandas y con
muchas fracturas donde es preferible tener una mayor energía de gases.
Se debe entender como la operación completa de colocar una carga en la forma deseada con uno o más
cebos, y dejarlos listos para el disparo.
En general, los explosivos permisibles encartuchados cargados, se detonarán y explotarán
completamente si se cargan de modo adecuado, sin dejar espacios intermedios o material sólido entre
los cartuchos. Es decir, si se observan las condiciones bajo las cuales se cargan los permisibles y se
utilizan procedimientos especiales en el cebado para asegurar la continuidad de la carga, se podrá tener
la certeza que no habrá porciones de explosivo sin detonar.
Se presentan situaciones especiales, por ejemplo, en las minas de carbón donde los barrenos por lo
general son sucios, el acero de barrenación deja cortaduras y polvo fino que los mineros rara vez
limpian, Muchos barrenos se perforan con brocas y gusanos demasiado usados, de tal modo que la
superficie interior queda áspera y de diámetro reducido para permitir un cargado fácil. Si los cartuchos
se cargan uno por uno, pueden empujar las cortaduras frente a ellos y formar un tapón inerte entre
cartuchos sucesivos. En barrenos ásperos y justos es fácil que se atore un cartucho al empujarlo hacia
el fondo del barreno no haciendo contacto con el cartucho que lo precede. Para prevenir estas
separaciones de la carga es aconsejable colocar toda la carga en la boca del barreno, con el cebo
colocado en primer lugar y después empujar el grupo completo hasta el fondo.
Si el barreno es muy justo, el cebado indirecto permite que toda la carga se retire para limpiar o
rimar el barreno, lo que se hace imposible en el cebado directo.
Después que se ha empujado la carga hacia el fondo del barreno, suele suceder que,
accidentalmente, se jalen los alambres del estopín, bien con el atacador o con la mano. Con el
cebado indirecto éste tirón provoca un movimiento completo de toda la carga en tanto que con el
método directo, puede ocurrir la separación del estopín de la carga, originando una posible falla
parcial en la voladura.
Cuando el taco se atora en el barreno antes de tocar el explosivo, la carga por lo general se retira
intencionalmente, valiéndose para esto de los alambres del estopín, en un esfuerzo por aflojar el
taco. En algunos casos no es posible aflojarlo con este intento, y con el cebado directo el resultado
es la separación del cebo del resto de la carga.
En algunas ocasiones, el barreno es más profundo que la longitud de los alambres del estopón. En
tales casos, el cebado indirecto asegura que el cebo no quede separado del resto de la carga en
tanto que el cebado directo frecuentemente da como resultado que el cebo no llegue a tocar el
resto de la carga.
Este ítem resultaría tan extenso de explicar como la industria misma de las máquinas especializadas,
por tanto, y dado el alcance del curso, se tratará tan solo superficialmente ilustrando sobre su existencia
y variedad. En la inquietud del estudiante queda su profundización.
Así, cabe tan solo mencionar de procesos manuales en que, para la carga de explosivos encartuchados
es el operario que vierte uno a uno, y con mucha paciencia, la totalidad de los cartuchos en el barreno
ayudado tan solo de un atacador y de su habilidad. Siguiendo en grado de complejidad existen equipos
neumáticos de carga que agilizan este proceso y que dependiendo de la tecnología empleada permiten
incluso incrementar la densidad de llenado.
Básicamente estos equipos neumáticos constan de una recámara tubular con una válvula de compuerta
en cada extremo. Un embudo de carga por donde se introducen los cartuchos, una manguera de
descarga y un conjunto de válvulas neumáticas que rigen su operación. (Figura 3.10) Las mangueras de
descarga son por lo general de plástico flexible y antiestático y su diámetro es función de las
dimensiones de los cartuchos. Algunas disponen en sus extremos de cuchillas que cortan la envoltura
del cartucho, facilitando con esto su compactación en el barreno. El atacado en estas unidades es
manual o bien puede darse acoplando al sistema de cargado uno adicional que ejecute esta labor. Está
mecanización es sobre todo útil en barrenos largos, permitiendo además una carga más uniforme y
regular. La limitación principal de este sistema está basada en la sensibilidad al choque y rozamiento de
los cartuchos y al diámetro de los barrenos.
Figura 3.10 Equipo neumático de carga de explosivos encartuchados (Can Blast Inc)
Para la carga de explosivos tipo ANFO se conocen o se manejan dos sistemas de carga: las cargadoras
neumáticas y los camiones cargadores. El sistema de cargadoras neumáticas se utiliza principalmente
en explotaciones de interior y pequeñas minas a cielo abierto, en tanto que el de camiones cargadores
se utiliza en minería extensa y grandes voladuras de superficie.
En cuanto a los camiones cargadores, figura 3.12, existen dos tipos: los de descarga neumática y los
de descarga por tornillo helicoidal o sinfín. El primero consta de un depósito cerrado de aluminio con
bocas de carga superiores y fondo en forma de “V” para favorecer el descenso del explosivo hacia una
cadena de arrastre, dispuesta longitudinalmente, protegida por unos deflectores también en forma de “V”
pero invertida para evitar que el peso del explosivo, con el depósito lleno, sea soportado exclusivamente
por este sistema de arrastre.
Figura 3.12 Esquema camión cargador
En la parte exterior del depósito se acopla un mecanismo para regular la altura del explosivo sobre la
cadena de arrastre y un cuenta vueltas del rodillo, semejante a un tacómetro, que sirve de motor a la
cadena y cuya velocidad determina la dosificación del explosivo a una válvula rotativa desde la cual el
explosivo es impulsado por aire comprimido a través de una manguera antiestática al interior del
barreno. La manguera de descarga va colocada en la parte posterior del camión con una longitud de
unos 10m, lo que facilita llenar hasta 3 o 4 barrenos desde una misma ubicación cuando el camión se
desplaza entre dos filas de barrenos. Presenta inconvenientes con el cargue de ALANFO por la
segregación del aluminio y del ANFO pesado por su propio peso.
De éstos dos sistemas, en los últimos años, se ha preferido el de tornillo sobre el neumático debido
fundamentalmente a: la posibilidad de cargar ANFO pesado, ANFO y ALANFO; mayores ritmos de carga
y; menores pérdidas de nitrato amónico y vapores de la sustancia combustible en la parte alta de los
barrenos.
Adicionalmente a los camiones cargadores existen los sistemas de mezcla y carga que disponen de una
tolva para cada componente, así: una para el nitrato de amonio, otra para el full oil y si se desea una
variedad del ANFO, como el ALANFO o el ANFO pesado, se dispone de una tercera tolva para la
emulsión o para el aluminio. Su operación es relativamente sencilla y consiste en lograr la mezcla de los
componentes en las cantidades requeridas, en el interior del sistema y antes de su vertimiento en el
barreno, por cualquiera de los métodos mencionados anteriormente.
Y finalmente, para la colocación de explosivos del tipo hidrogeles, emulsiones y mezclas de emulsiones
con ANFO se pueden igualmente emplear estos camiones siempre que su fase sólida no supere el 35%
del compuesto, lo que lo convertiría en un compuesto no bombeable. Y para hacerlo se requeriría de
inyectarle un fluido lubricante para disminuir los rozamientos con las paredes de las mangueras. La
cantidad de este lubricante deberá ser la imprescindible y de ser posible que contribuya a elevar la
energía efectiva del explosivo.
Dentro de ésta categoría también existen infinidad de variaciones como de aplicaciones tecnológicas
puedan darse. Básicamente se pueden clasificar en las que además de tener la capacidad de bombeo
también tiene la de fabricar la emulsión explosiva mientras que otros la deben adquirir de una planta fija.
Igualmente sobre estos existen muchas variaciones dependiendo del lugar de aplicación como pueden
ser la profundización de pozos, el avance de galerías, en voladuras de producción y sobre todo en
barrenos tanto ascendentes como descendentes.
SISTEMAS DE INICIACIÓN DE EXPLOSIVOS
A partir de aquí, la evolución de los accesorios y sistemas de iniciación ha ido, por lógicas razones, de la
mano de la misma evolución de los explosivos, los cuales le han impuesto metas y retos tales como: el
inicio de los explosivos de última generación, cada vez más insensibles a estímulos externos, el control
de los tiempos de iniciación para lograr mejores resultados de fragmentación, la reducción de niveles de
vibraciones, ondas aéreas y proyecciones producidas en las voladuras, la facilidad en el cebado puntual,
bien en fondo o en cabeza del barreno, o bien el cebado lineal de la columna de explosivo y, finalmente,
el proporcionar mayor rapidez y flexibilidad a las operaciones de arranque del explosivo sin detrimento
de la seguridad para el personal o las instalaciones próximas.
Existen tres modalidades de iniciación de las cargas explosivas, cuales son: por quema, mediante
cordón detonante y por electricidad. Normalmente se habla de sistemas no eléctricos para agrupar los
dos primeros métodos y de sistema eléctrico para el tercero, siendo ésta la manera como se desarrollara
el tema en el numeral siguiente.
Sin embargo, también se conocen como fundamentales la modalidad por quema y la modalidad
eléctrica, puesto que cada una de ellas tiene aplicación independiente, mientras que la explosión con
cordón detonante se realiza en asocio con cualquiera de éstas otras dos, llamadas fundamentales, la
cual puede considerarse como una forma de explosión mediante detonador intermedio. Existe una
variedad de iniciación, llamada electro-quema, de gran aplicación en voladuras subterráneas, en la que
la detonación de las cargas se realiza por explosión de la cápsula detonadora y el encendido de la
mecha de quema por corriente eléctrica que enciende la pólvora de la mecha.
Para cada una de las modalidades de iniciación se usan los medios correspondientes: Para quema se
emplean: cápsula detonadora, mecha de quema y los medios para encenderla. Para explosión eléctrica:
detonadores eléctricos, conductores de corriente eléctrica, fuentes de corriente y aparatos de medición y
verificación. Y para explosión con mecha detonadora la misma mecha detonadora, detonadores y mecha
de quema o encendedores eléctricos.
Los tres métodos tienen sistemas independientes de cebado, sin embargo, pueden ser usados
simultáneamente en un sistema de doble disparo.
Este sistema de doble disparo es utilizado frecuentemente en demoliciones con el ánimo de garantizar el
éxito de la voladura; logrando así minimizar también el riesgo en el que se incurre al tener que revisar
una voladura fallida, estos es cuando después de activar los correspondientes sistemas de iniciación la
voladura no se produce. El sistema se basa en la implementación de dos sistemas de iniciación
simultáneos pero independientes, los cuales pueden ser dos circuitos eléctricos, dos circuitos
ineléctricos o un sistema mixto conformado por un circuito eléctrico y el otro ineléctrico.
Por cualquiera de los tres métodos pueden hacerse explotar una o varias cargas por la influencia de la
detonación del cebo, lo que técnicamente se denomina “explosión por simpatía”. La selección del medio
depende de las situaciones propias de cada voladura y de los recursos de los que se disponga.
Consiste, como ya se dijo y como su nombre lo indica, en el empleo de cebos cuya ignición no depende
de sistemas eléctricos. La llama de ignición se transporta a través de un medio en un régimen continuo,
para el disparo directo de un detonador y luego la carga explosiva. Este medio generalmente es una
mecha de seguridad formada por un tren de pólvora negra de nitrato de potasio, fuertemente protegida,
con una envoltura contra la abrasión y la penetración de agua formada por cintas, textiles y materiales
impermeables.
Éste sistema es de amplia aplicación en voladuras en minas con ambientes no peligrosos por presencia
de gases y/o polvo y en los trabajos a cielo abierto.
Una de sus ventajas es la sencillez de su procedimiento pero presenta inconvenientes tales como el
número pequeño de cargas que se puedan disparar a un tiempo, el hecho de que el encendido de la
mecha ocurra directamente en el lugar de la voladura y la imposibilidad de verificar, con algún
instrumento extra, la calidad de la preparación de la voladura. Otro inconveniente son los gases
emanados durante la quema de la mecha.
Es el proceso de iniciación de cargas explosivas más antiguo que existe, ya por si sola o en asocio con
los conocidos detonadores ordinarios. La explosión de las cargas por quema se realiza con cebos,
constituidos por un cartucho común de explosivo en el que se ha introducido un detonador con mecha
de quema. Este dispositivo, el detonador unido a la mecha de quema, se conoce en algunas partes
como tubo detonador.
De esta manera, para la explosión por quema se usan las cápsulas detonadoras, las mechas de quema,
que pueden ser rápidas o lentas, y los medios para su encendido. En calidad de instrumentos se usa:
una navaja plegable para cortar la mecha; una varilla de madera de 100 – 200 mm de longitud y un
diámetro algo mayor que el del detonador, mediante la cual se practica la cavidad en el cartucho que va
a alojar el detonador con la mecha; una varilla taqueadora de madera para dirigir los cartuchos de
explosivo y el relleno dentro del barreno.
La mecha en general esta constituida por un núcleo de pólvora negra en el interior de una envoltura
cilíndrica formada por hilos textiles y capas impermeabilizantes asfálticas y plásticas, los cuales le
proporcionan protección contra la abrasión, el maltrato y la contaminación por la humedad. Figura 3.13 y
3.14.
En la mecha lenta la pólvora negra, en forma de granos finos, arde lentamente. Su velocidad de
combustión es variable y depende del fabricante, pero para efectos prácticos se considera un promedio
de un centímetro por segundo. Sin embargo, los fabricantes señalan que la velocidad real puede
presentar variaciones permisibles del 10% más o menos, sobre la determinada en la fábrica; por lo tanto
es conveniente medir con exactitud el tiempo de combustión de una muestra de cada rollo de mecha
antes de usarla.
La medición es relativamente fácil realizarla y basta con cortar una longitud determinada de mecha,
iniciarla y medir con cronómetro el tiempo en que ésta se consume.
Su combustión lenta permite al artillero, persona que activa la pega, alcanzar un lugar seguro antes de
que se produzca la explosión.
Con la mecha lenta no se puede hacer explotar sino una carga a la vez. Para encendidos en un orden
determinado, es necesario variar la longitud de la mecha recortando sus puntas fuera del los barrenos
dejando, por supuesto, más cortas las que han de estallar primero.
Cuando se inicia la mecha, emerge de ella un flamazo inicial, el cual comprueba al usuario que el núcleo
de la pólvora ha sido encendido y que la mecha está ardiendo. El no reconocer el flamazo inicial puede
provocar una incertidumbre respecto a la ignición de la pólvora y ocasionar accidentes al tratar de
encender una mecha que ya fue encendida. Figura 3.15.
En algunos casos la mecha permite el paso de humo a través del recubrimiento plástico a medida que
esta se quema, lo que se constituye en otro elemento para confirmar el inicio de la pólvora.
La mecha puede encenderse adecuadamente de diferentes maneras, para las cuales se requiere que el
extremo que se va a encender sea previamente recortado y limpiado; esto con el fin de que la punta a
encender no halla perdido su contenido de pólvora ante su manipulación y exposición y no este
contaminada con sustancias que eviten su inmediato encendido.
Encendedor de mechas de tubo de plomo. Consiste en un tubo de plomo lleno con pólvora negra y
enrollado sobre un carrete. La pólvora entra en ignición con un cerillo y se quema muy lentamente
dando una llama continua parecida a la de la mecha de seguridad.
Encendedor de mecha por frotamiento. Es un tubo de papel cerrado en un extremo, que contiene
un dispositivo encendedor consistente en un componente áspero sobre un alambre que sobresale a
través del extremo cerrado del tubo. Este tipo de encendedor es muy conveniente cuando se
necesita encender mecha de seguridad bajo viento o lluvia, o en minas subterráneas húmedas.
Los detonadores o cápsulas detonantes o fulminantes, son un casquillo metálico, figura 3.16 y 3.17, de
cerca de 7mm de diámetro y 45 – 51mm de longitud, abierto en uno de los extremos y lleno de carga
explosiva hasta dos tercios de su longitud aproximadamente. La carga en la parte inferior del casquillo
consiste en un iniciador secundario, tetril o TEN (pentrita) y exógeno, por encima del cual se prensa la
sustancia explosiva, iniciadora primaria, fulminato de mercurio o azida de plomo con trinito resorcinato
de plomo (TNR). Sobre la carga explosiva se coloca la tacilla metálica que tiene un orificio en el centro
de 2.0 a 2.5mm de diámetro.
La tacilla asegura la acción efectiva y sin falla del detonador, protege al iniciador primario de que se
derrame del casquillo, reduce el peligro de manejo de los detonadores y defiende la carga iniciadora del
detonador contra la humedad. El orificio en la tacilla sirve para la inflamación del iniciador primario por
acción de la chispa de la mecha de quema durante el proceso de iniciación de la carga.
Para reforzar la acción iniciadora se hace una cavidad comulativa en el fondo de la cápsula detonadora.
La parte abierta del detonador sirve para localizar y asegurar la mecha de quema al detonador.
Los detonadores no eléctricos o fulminantes están hechos para detonar con las chispas del tren de
fuego de la mecha de seguridad. Generalmente los que se fabrican corresponden a los llamados Nº8
que son lo suficientemente potentes para usos normales, sin embargo pueden fabricarse de otra
potencia según se requiera. En la tabla 3.1 se muestra las características técnicas de algunas cápsulas
detonadoras. En construcción se usan frecuentemente en pequeñas voladuras y en moneo (volver a
volar rocas que en la primera voladura resultaron de un mayor tamaño al especificado). Esta actividad
resulta bastante costosa por lo que debe evitarse tratando de obtener toda la roca al tamaño
especificado en la primera voladura.
El corte de la mecha lenta introducida al detonador debe ser normal al eje del núcleo de la misma para
lograr un buen contacto con la mezcla de ignición del detonador, (figura 3.19). La introducción del
extremo de la mecha en la cápsula detonadora se debe hacer por presión, derecho y sin girar la mecha,
(figura 3.20).
Cordón Detonante
El cordón detonante (figura 3.21) se puede describir como una cuerda flexible, formada por vanas capas
protectoras y un núcleo del explosivo conocido como pentrita, que es muy difícil de encender pero tiene
la sensibilidad suficiente para iniciar la explosión con detonadores (fulminantes o explosivos), o por
medio de la energía detonadora de algún explosivo de alta potencia.
El cordón detonante, figura 3.22 consta de un núcleo de pentrita, cubierto por hilos que le proporcionan
mayor resistencia contra rupturas.
La última envoltura consiste en una capa de goma de color que la impermeabiliza, que adicionalmente
sirve para diferenciarla de la mecha lenta. Ésta mecha, no tiene las mismas condiciones de
impermeabilidad de la mecha lenta, sin embargo, en casos necesarios, y por corto tiempo, puede
emplearse bajo agua. No más de 1 ó 2 horas según el fabricante. La velocidad de detonación de un
cordón detonante es muy alta, de 7000m/s aproximadamente, que, entre el encendido del extremo libre
y la explosión de la carga, prácticamente no se aprecia intervalo de tiempo alguno, es decir, la explosión
es casi instantánea. De aquí que siempre debe conectarse en asocio con la mecha lenta para dar
seguridad a los operarios (figura 3.23), valiéndose de los conectores, figura 3.24.
Figura 3.23 Empalme de la mecha con cordón de ignición mediante conector
La fuerza con que estalla el cordón es suficiente para hacer detonar explosivos violentos continuos
dentro de un barreno, de modo que, si se coloca en el barreno, actúa como un agente iniciador a lo largo
de la carga explosiva (figura 3.25), su función es iniciar la columna de explosivos.
El cordón detonante se usa para disparar múltiples barrenos grandes en la superficie ya sean verticales
u horizontales, siendo una limitante el número de barrenos que puedan dispararse. Sin embargo su
función principal es la de transmitir la detonación iniciada por un detonador a una carga de explosivo.
Su uso se ha generalizado en las canteras y minas a tajo abierto por su eficiencia y facilidad de
operación. Permite aplicar diferentes trazos de perforación y encendido. En labores subterráneas tiene
aplicación en algunos disparos de frontón y chimeneas. En la tabla 3.2 se aprecian otros usos para el
cordón detonante.
El cordón detonante permite efectuar disparos instantáneos e igualmente con retardos mediante la
colocación de accesorios de retardo, (figura 3.26), en cada una de las líneas de barrenos. El empleo de
los accesorios de retardo con cordón detonante ofrece ventajas como la reducción de la vibración, la
mejor fragmentación del material y un rompimiento más profundo.
Los intervalos más usuales son de 5, 9 y 17 milisegundos (ms). Cuando es necesario un intervalo de
tiempo mayor para alcanzar el control de vibración deseado y la fragmentación requerida se requiere el
empleo de conectores tipo “MS” para el cebado del barreno. Estos dispositivos se conectan
normalmente a las líneas troncales.
Figura 3.26 Estructura de dispositivo de retardo para uso con cordón detonante
Los conectores “MS”, figura 3.27, para cordón detonante constituyen el medio más seguro y conveniente
para disparar las voladuras con acción retardada a cortos intervalos. Su fabricación, como ya se
menciono, esta dada para intervalos de 0.005, 0.009 y 0.017 segundos, que según la experiencia cubre
satisfactoriamente la mayoría de los requisitos de una voladura con retardo.
Figura 3.27 Conector “MS”
En general, se recomienda el uso de dos conectores en paralelo para cada intervalo cuando se trata de
barrenos individuales cuando van a dispararse en sucesión. Cuando se disparan hileras de barrenos en
sucesión, en una voladura de hilera múltiple, es necesario colocar, para mayor seguridad, por lo menos
tres conectores por cada intervalo, uno en cada extremo y otro cerca del centro de la hilera. En las
voladuras excepcionalmente grandes, se deben usar más conectores en paralelo.
En la figura 3.28 se aprecia un patrón típico de barrenación en dos hileras para voladura en zanja
utilizando cordón detonante con conectores “MS” de intervalo 17ms los cuales proporcionan un retardo
entre grupos de barrenos formados por 2 ó 4 barrenos. En la figura 3.28 (a) se logra evitar el
sobrerrompimiento, el control de la vibración y las proyecciones. Adicionalmente se logra una mejor
fragmentación con el rompimiento efectivo de la pata. En la figura 3.28 (b) los conectores se amarran a
la línea troncal de cordón detonante pero ubicados fuera de la zanja, logrando adicionalmente confinar la
roca quebrada dentro de la zanja. (Dupond, 1979, p.451).
Figura 3.28 Disparo en una zanja con conectores de retardo tipo “MS” (X)
Anterior al desarrollo de los conectores “MS” se empleaban los estopines de tiempo “MS” , que son
estopines eléctricos de corto intervalo, los cuales se fijaban, bien a las líneas ramales en los barrenos
individuales o bien, a las líneas troncales que abarcan hileras o grupos de barrenos. El sistema de
retardo es similar al del conector con un intervalo es de 25ms.
Sistema NONEL
Es un sistema de iniciación no eléctrico, compuesto por un tubo de choque consistente en doble capa
plástica una de polietileno protectora externa y otra interna de polisurlyn para absorber la elongación,
sobre la cual va impregnada una capa muy delgada de la mezcla explosivo y polvo de aluminio, y este a
su vez esta ensamblado a un detonador generalmente con retardo (figura 3.29). Reemplaza por sus
mejores ventajas a la mecha de seguridad y cordón detonante por cuanto suple las dos funciones de
iniciación y transporte de energía.
Transmite energía a 2000 m/s, y tiene el tubo de choque 0.0149g/m de mezcla explosiva, lo que lo hace
muy seguro por ser una pequeña onda inofensiva hasta el detonador, solo se ve una luz cuando este es
iniciado.
Tiene una resistencia a la tensión de 45 Ib y permite una elongación hasta de 300%. Se usa como
transmisor al fondo con diferentes retardos, y amarre de superficie también con retardos para una
voladura perfectamente controlada.
La iniciación pude realizarse mediante un detonador, un cordón detonante o una pistola especialmente
cargada con cartuchos de fogueo.
Para el cálculo de las voladuras con este sistema se debe tener en cuenta el retardo debido a la
transmisión de la onda de choque a través del tubo, que es de unos 0.5ms (milisegundos) por cada
metro de longitud.
Con la intención de hacer más flexible éste sistema y reducir su costo, actualmente el detonador NONEL
se utiliza con una longitud de tubo reducida en combinación con un cordón detonante de muy bajo
gramaje (1g/m) uniéndolos con conectores plásticos.
Este sistema presenta un inconveniente práctico el cual es la imposibilidad de comprobar los circuitos de
disparo, teniendo que recurrir a la inspección visual únicamente.
Consiste en dos sistemas ineléctricos independientes para detonar una sola carga o un grupo de cargas.
Si se han de detonar dos o más cargas simultáneamente, se emplean dos conducciones de cordón
detonante.
La chispa de ignición es producida por un sistema que es generada a través de un impulso eléctrico. El
impulso eléctrico hace el recorrido desde una fuente eléctrica hasta el explosivo a través de los cables
conductores para llegar a su otro extremo y disparar la cápsula. Sus principales componentes son la
cápsula detonante, el alambre y su carrete de disparo, y la máquina explosora.
Tiene la ventaja, entre otras, sobre el sistema ineléctrico cuales es el poder probarse cada detonador por
separado y el circuito completo antes de practicar la voladura, además que se tiene el control sobre el
momento exacto de la detonación; aspecto que no se da por ejemplo con el empleo de la mecha de
seguridad.
Los estopines o detonadores eléctricos son fulminantes elaborados de tal manera que pueden hacerse
detonar con corriente eléctrica. Con ellos pueden iniciarse al mismo tiempo varias cargas de explosivos
de gran potencia, y se puede controlar con precisión el momento de la explosión, lo que no sucede con
los fulminantes por la variación de la velocidad de combustión de la mecha (figura 3.30).
Un estopín o detonador eléctrico está formado por un casco metálico cilíndrico que contiene vanas
cargas de explosivos. La energía eléctrica es llevada hacia el estopín mediante alambres de metal con
aislamiento de plástico, los cuales se introducen al estopín a través de un tapón de hule o plástico. El
tapón colocado en el extremo abierto del casco del estopín forma un cierre hermético resistente al agua.
Los extremos de los alambres son unidos dentro del fulminante por un alambre de corta longitud y
diámetro muy pequeño llamado filamento, el cual queda en contacto con la carga de ignición del estopín.
Cuando se aplica corriente eléctrica se pone incandescente el filamento y el estopín detona.
Los estopines que tiene más alta potencia son los que tienen mayor cantidad de carga detonante.
Generalmente los estopines usados son del No. 6, y raramente del No. 8.
Los estopines eléctricos instantáneos tienen una carga de ignición, una carga primaria y una carga
detonante. Su casquillo es de aluminio y tienen dos alambres de cobre calibre 20 ó 22, generalmente
uno rojo y el otro amarillo. Estos dos colores distintos son de gran ayuda al hacer las conexiones (figura
3.31).
Los estopines eléctricos de retardo, también llamados de tiempo son similares a los instantáneos, con la
diferencia que tienen colocados entre el filamento y la carga de detonación un elemento de retardo el
cual contiene pólvora lenta (figura 3.32). Estos estopines tienen una etiqueta de color que muestra el
número de período de retardo y que sirve para su identificación. El disparo con estopines de retardo
tiene por objeto mejorar la fragmentación y el desplazamiento de la roca, así como proporcionar mayor
control de vibraciones, ruido y proyecciones. Si se usan adecuadamente pueden reducir los costos. Los
estopines de retado tienen alambre de cobre calibre 24 forrado cada uno de distinto color, generalmente
uno azul y amarillo el otro.
En la tabla 3.3 se presenta la resistencia eléctrica para diversas longitudes de alambre, tanto para los
estopines eléctricos instantáneos (normales) como para los de retardo.
Los estopines eléctricos tienen una corriente mínima y otra de diseño, la primera es aquella a partir de la
cual puede ser suficiente para detonar el estopín, y la segunda la comente con la que se asegura la
detonación del mismo (tabla 3.4). Los estopines de retardo pueden ser de milisegundos “MS” o los
llamados MarkV.
Fuente: Instituto Tecnológico Geominero de España, 1994
Tabla 3.3 Resistencia recomendable para el cálculo de conexiones de cápsulas detonantes
eléctricas, normales y de retardo, con alambre de cobre
Los estopines de retardo “MS” son los más ampliamente usados en canteras, trabajos a cielo abierto y
proyectos de construcción. Se pueden obtener en diez períodos, cuyos números indican el tiempo en
milésimas de segundo que tarda en producirse un disparo, a continuación se mencionan: MS-25, MS-50,
MS-75, MS-lOO, MS-125, MS-150, MS-175, MS-200, MS-250, y MS- 300.
Los estopines de retardo Mark V se utilizan principalmente en trabajos subterráneos como túneles,
galerías, pozos, etc. Se fabrican en diez períodos regulares de retardo: 0-25MS, 1-500MS, 2-I000MS, 3-
1500MS, 4-2000MS, 5-3000MS, 6-3800MS, 7-4600MS, 8-5500MS Y 9-6400MS.
En la figura 3.33 se señala que todos los estopines de un mismo período de retardo disparan dentro de
los límites de tiempo representados por las áreas negras correspondientes a ese período. Por ejemplo
todos los estopines del 8° período disparan en el tiempo representado entre las líneas A y B. Antes de
cualquier estopín del 9° período se dispare, deberá transcurrir el tiempo indicado entre las líneas B y C.
Este intervalo es el tiempo que queda libre entre los períodos 8° y 9°. Para el movimiento de la roca.
Esto no quiere decir que todos los estopines 8 disparen simultáneamente, estallarán unos después de
otros, pero todos en el intervalo A-B.
Este sistema consiste en dos circuitos eléctricos independientes, cada uno con una cápsula detonante
eléctrica para cada carga, de modo que el disparo de cualquiera de los dos circuitos pueda detonar las
cargas. Es así como cada carga tiene dos cebos eléctricos.
Los alambres de disparo de los dos circuitos deben mantenerse separados de modo que ambos no
puedan ser cortados por una piedra. De la misma manera los puntos donde se localicen los explosores
no deberán coincidir.
DISEÑO DE CIRCUITOS ELÉCTRICOS DE VOLADURA
Los circuitos eléctricos básicos son: en serie, en paralelo y en series paralelas, llamadas comúnmente
series en paralelo. Antes de entrar a su estudio, propiamente dicho, se deben conocer los elementos
que los conforman y los conceptos que los rigen.
Previo al estudio de los circuitos eléctricos y su aplicación en las voladuras se deben recordar algunos
conceptos básicos sobre la corriente eléctrica:
Voltaje
Amperaje
Resistencia
Ley de Ohm
La Interrelación de estos factores es medida por la ley de Ohm que dice: si el voltaje es dividido entre la
resistencia, el cociente será la corriente en amperios que fluye en el circuito. Esta ley interesa en la
voladura debido a que el amperaje que fluye por el circuito es un parámetro fundamental para la
detonación total de la voladura.
Si el circuito no tiene suficiente amperaje no todos los detonadores podrán ser activados lo que
representa tiros quedados después del disparo, con gran riesgo de accidentes posteriores a la voladura.
(Ibid, p.37.)
En conclusión, la ley de Ohm es factor de control para trazar correctamente el esquema de alambrado
de cualquier voladura con electricidad, es decir, que en aplicación de su postulado se establece que la
corriente suministrada a cualquier circuito eléctrico será igual al potencial en voltios de la fuente de
fuerza dividido entre la resistencia, en homios, del circuito.
Como se menciono en el numeral 3.1.1 (b), el estopín eléctrico estalla como resultado del calentamiento
del puente de alambre de alta resistencia o filamento por el paso de corriente a través suyo. El tiempo
necesario para calentar el filamento hasta una temperatura suficientemente alta para producir la
detonación es función de la intensidad de la corriente; mientras más alta sea ésta, más corto será el
tiempo de calentamiento.
Si la corriente suministrada es débil, el calentamiento del puente, y por consiguiente la detonación,
ocurrirán después de un lapso perceptible de tiempo, ocasionando así una variación en el tiempo de
estallido de algunos estopines aún cuando se les halla suministrado igual cantidad de corriente. En
consecuencia, es evidente, como ya se había afirmado, que si varios estopines se conectan en el
mismo circuito y se les suministra una cantidad inadecuada de corriente, algunos de ellos podrán estallar
antes que otros, pudiéndose interrumpir el circuito eléctrico antes que los estopines más lentos reciban
suficiente corriente para hacerlos estallar.
Así como el sistema de iniciación ineléctrico posee sus propios elementos, en los sistemas eléctricos se
distinguen los siguientes:
Máquinas explosoras
Las máquinas explosoras suministran la corriente necesaria para disparar los estopines eléctricos. Estas
son de dos tipos básicos: de “generador” y de “descarga de condensador”. Ambos tipos son de una
construcción robusta y soportan servicio duro por períodos prolongados.
De “generador” Estas explosoras han sido las convencionales durante muchos años. Se basan en
un generador modificado que suministra una corriente directa pulsativa. Son de dos tipos: de “giro o
vuelta” y de “cremallera”. Están diseñadas de tal manera que no producen corriente alguna hasta
que el giro o el desplazamiento hacia abajo de la cremallera lleguen al final de su recorrido; instante
en que la corriente es liberada hacia las líneas de disparo en magnitud muy cercana a su máximo
amperaje y voltaje, (figura 3.34).
De “descarga de condensador” Estas máquinas explosoras utilizan pilas secas para cargar un
banco de condensadores que alimenta una corriente directa y de duración corta a los dispositivos
de disparo eléctrico. (figura 3.35).
Para operarlas se conectan sus terminales a las líneas conductoras provenientes del circuito de la
voladura y después se oprime el interruptor de “carga”, cuando el foco piloto (rojo) enciende se oprime el
interruptor de “disparo” manteniendo siempre oprimido el interruptor de “carga”. El explosor no dispara a
menos que ambos botones: el de “carga” y el de “disparo” sean accionados simultáneamente.
Figura 3.35 Explosor de condensador
Estas explosoras se consideran como las máquinas más eficientes y confiables para el encendido en
voladuras. Sus principales características son:
Proporcionan gran segundad ya que no disparan hasta alcanzar su voltaje de diseño, el cual es
señalado por la luz del foco piloto.
Los botones de carga y disparo así como los condensadores quedan en corto circuito hasta que se
necesiten.
La ausencia de partes dotadas de movimiento y la eliminación del factor humano que interviene en
las explosoras mecánicas.
Existen también máquinas explosoras de descarga de condensador capaces de dar energía a múltiples
circuitos de voladura en una secuencia de tiempo programada, conocidas como explosoras
secuenciales. La distribución de tiempo proporciona un mayor número de retardos de los que se pueden
tener como estopines de tiempo disparados con máquinas explosoras convencionales.
Otra característica de las explosoras secuenciales es que permiten aumentar el tamaño total del disparo
sin incrementar los efectos de ruidos y vibraciones, así como mejorar la fragmentación y el control de
proyecciones de roca.
Las líneas guía, o guía principal, como parte esencial del circuito (figura 3.36) deben mantenerse en
buenas condiciones. Normalmente se recomienda emplear alambre de cobre bien aislado del número 10
al 14. Cuando las líneas guía se enrollan después de cada voladura, no debe emplearse alambre
trenzado dado el riesgo de rotura las cuales no son fáciles de detectar posteriormente o un uso
siguiente. La continuidad de las líneas guía debe verificarse con un galvanómetro antes de cada
voladura y debe reponerse ante la evidencia de rotura del aislante. Cuando las líneas guía permanecen
instaladas debe verificarse que estén libres de defectos, antes de emplearse en la voladura siguiente.
Las líneas de conexión o guía secundaria (figura 3.36) se forman con alambre número 16 a 20, con
cubierta aislante y sirven para conexiones entre perforaciones y para conectar series individuales a las
líneas de guía. Casi siempre se dañan en la explosión, por tanto su uso se limita a una única
oportunidad.
Figura 3.36 Distribución típica de conexiones
En las figuras 3.37 y 3.38 se muestra la manera correcta de conectar los alambres de tal manera que la
conexión resultante sea de baja resistencia.
Figura 3.37 Empalme de los alambres de una línea guía en un circuito eléctrico
Como ya se ha visto los estopines, instantáneos o de tiempo, se activan eléctricamente, para ello se
requiere una cantidad mínima de corriente (intensidad) que generalmente es de 2 amperios para
asegurar el disparo (tabla 3.4). Para conocer esa corriente mínima se parte de la Ley de Ohm:
El voltaje (V) de la fuente de energía eléctrica generalmente es conocido, puede ser corriente
monofásica, cuyo voltaje es 110 voltios, o corriente trifásica (de fase a fase) con voltaje de 220 o 440 volt
(en caso de duda calcule con 220 volt), que se usa mucho en excavaciones subterráneas; también
puede ser un explosor en cuyo caso el voltaje oscila entre 80 y 300 voltios (si hay duda use 80).
Por lo tanto el único problema es calcular la resistencia del sistema y esto depende de las resistencias
de cada estopín (tabla 3.4) y de los alambres de conexión (tabla 3.5) que depende del área de su
sección transversal y de su longitud. El encendido simultáneo de un gran número de estopines eléctricos
requiere de una corriente eléctrica suficiente con el fin de que llegue a todos los estopines en unos
cuantos milisegundos. El tiempo necesario para calentar el fusible de un estopín eléctrico a un grado tal
que prenda la carga de ignición es función de la intensidad de la corriente.
No sobra recordar que la transmisión de una cantidad de corriente adecuada a todos los estopines es
realmente importante, pues cuando la corriente no es suficiente se produce la iniciación con pequeñas
diferencias de tiempo entre un estopín y otro. Si esto ocurre, por ejemplo, en un circuito en serie el
hecho de que un estopín dispare antes de la iniciación completa de los otros estopines provocará la
rotura del circuito haciendo fallar uno o más estopines.
Donde:
I = corriente en amperios
R = Resistencia en ohmios
La corriente se conduce al banco por medio de dos alambres que reciben el nombre de guía principal,
generalmente alambre forrado calibre 12, (Fig. 3.26), y luego se distribuye entre los estopines por medio
de guías secundarias, en donde el calibre 20 es muy recomendable.
Instrumentos de Prueba
Con el fin de obviar los riesgos en las voladuras eléctricas y garantizar el éxito de las mismas, es
importante establecer procedimientos que permitan verificar el correcto tendido de la malla de voladura
para esto existen los instrumentos de prueba que son herramientas diseñadas para medir las
características eléctricas de los circuitos de voladura, así como del área circundante para asegurar que
la operación sea eficiente y segura. Estos aparatos, además de ahorrar tiempo permiten incrementar
grandemente la segundad de cualquier operación de voladura, reduciendo la posibilidad de disparos
quedados o de detonación accidental.
Galvanómetro
(figura 3.39) Este aparato tiene una pila que proporciona la comente necesaria para mover una
manecilla en una escala graduada. Las pilas y las partes mecánicas están encerradas en una caja
metálica, la cual está provista en su parte superior de dos bornes de contacto.
Sirve para probar cada uno de los estopines eléctricos y también para determinar si un circuito de
voladura está cerrado o no y si está en condiciones para el disparo; además sirve para localizar
alambres rotos, conexiones defectuosas y cortos circuitos, así como para medir la resistencia
aproximada del circuito.
Si se requiere mayor exactitud que la que proporciona un galvanómetro, se puede usar un ohmnímetro
(figura 3.40). Estos dos aparatos son similares sólo que el ohmnímetro posee dos escalas de
resistencia, una baja (de O a 100 ohm) y otra alta (de O a 1000 ohm), con lo cual se amplía el alcance
de medición de resistencias.
(Figura 3.41). El multímetro es un aparato diseñado para medir resistencias, voltajes y comentes en
operaciones de voladuras eléctricas. Su sensibilidad es muy alta, por lo que tiene un amplio alcance en
sus mediciones.
Medir voltajes.
Como galvanómetro.
Reóstato
Este instrumento se utiliza para probar la eficiencia de una máquina explosora de tipo generador. Está
formado por una serie de bobinas de resistencia variable. Cada resistencia tiene una placa que indica su
valor en ohm y su número equivalente de estopines eléctricos.
Para usar el reóstato (figura 3.42), primeramente se conectan dos o cuatro estopines en serie con las
resistencias del condensador de manera que la resistencia total se ajuste a la que tendría el número
total de estopines para los que la máquina fue diseñada para disparar, en seguida se conecta el circuito
a la máquina explosora y se dispara, si detonan los estopines puede concluirse que la explosora está en
condiciones adecuadas para la operación de voladuras. Al hacer la prueba se debe proteger de la
explosión de los estopines.
La ventaja del uso del reóstato es que puede probarse la explosora detonando únicamente unos pocos
estopines en cada prueba.
Con alguna frecuencia se emplea en voladuras el sistema de doble disparo como un medio de suplir
eventuales fallas en las voladuras.
Tipos de Circuito
Los tres circuitos básicos comúnmente utilizados en disparos múltiples son: en serie, en paralelo y en
series paralelas, llamados también series en paralelo. La selección de uno de ellos depende de varios
factores entre los cuales los más importantes son: 1. La naturaleza y fuente de la corriente disponible; 2.
El número de estopines que se pretende disparar y; 3. La resistencia total del circuito.
Si varios estopines se conectan extremos con extremos uno a continuación de otro, como se muestra en
la Figura 3.43, se dice que los estopines están conectados en serie, la comente que pasa por todos ellos
es la misma y la resistencia total del sistema es la suma de las resistencias de cada estopín más la
resistencia del alambre que conforma el circuito
Una ventaja de la conexión en serie es que puede probarse fácilmente con un galvanómetro para
voladuras, haciéndose posible detectar en cualquier momento previo al disparo, la existencia o no de
alguna rotura o una mala conexión en el circuito.
RT = Resistencia total
En una conexión en serie con estopines instantáneos únicamente, la fuente de corriente debe ser
mínimo de 1.5 amp. El voltaje requerido para cualquier serie se determina calculando la resistencia total
del circuito en ohmios y multiplicando por 1.5amp.
La resistencia total de un circuito en serie es la suma de las resistencias de los diferentes componentes
del circuito y se obtiene sumando las resistencias de todas las cápsulas más la resistencia de dos veces
la longitud del alambre conductor. Esto es debido a que en serie la distancia se cubre en dos ramales.
Situación: se requiere determinar el voltaje y energía necesaria para detonar 20 cápsulas instantáneas
detonantes con alambre de cobre de 1.22m, conectadas en un circuito en serie, con un alambre de
disparo Nº14 de 150m de hilos de cobre.
Solución:
1.5 amp
1.22m
Resistencia de conductor:
150m
L = 150 x 2 = 300m
De tabla 3.5: para el alambre Nº14:
Ralambre = 8.43ohm/1000m
Voltaje necesario:
E = I x Rcircuito
Se considera suficiente si la fuente suministra al menos el 90% del voltaje requerido, es decir:
Energía necesaria:
W = I2 x R
W = 1.52 x 27.13
W = 61.04 watts
Circuito en paralelo
Cuando los estopines se conectan lado a lado, la corriente se divide pues, cada estopín provee un
camino diferente para el flujo de ésta, pasando una parte por cada uno de los estopines, como se
muestra en la figura 3.44. La resistencia de éste circuito es menor que la del circuito en serie compuesto
por los mismos elementos pues la electricidad tiene más trayectoria a través de la cual fluir, el mismo
voltaje e impulsará más amperios de corriente a través del sistema en paralelo.
Obtener la suficiente energía para todos los estopines antes de que detone el primero.
Para hacer frente a la distribución desigual de la corriente y para garantizar que llegue suficiente
corriente de ignición a cada estopín, los diseños típicos con 100 (más o menos) estopines en paralelo
requieren una corriente promedio por estopín que puede variar desde 2 hasta 150 veces la mínima
requerida de acuerdo con el diseño del circuito.
Una buena practica en estos circuitos es permitir 0.5amp por estopín y su resistencia total es igual a la
resistencia de cada estopín dividido entre el número de estopines y sumado a la resistencia del alambre
conductor y a la mitad de la resistencia del alambre conector o de conexión
Se debe tener en cuenta que si se usan estopines instantáneos en barrenos de corte, estos deben ir al
final de los alambres de conexión, de tal forma que sean los últimos en recibir la corriente y no rompan el
circuito antes de iniciarse el disparo de los estopines de microrretardo.
Para mayor claridad sobre este sistema, se resuelve el siguiente ejemplo práctico:
Se utilizan los mismo datos que para el ejemplo planteado para el circuito en serie, adicionando la
necesidad de usar 38 alambres de conexión Nº 14 de 5.0m cada uno, entre las cápsulas con el fin de no
dañar el alambre de disparo. Este alambre de conexión puede tener el mismo calibre aunque una
protección o aislamiento de inferior calidad.
Solución:
I = 0.50 x 20 = 12 amperios
Resistencia Total:
Voltaje necesario:
E=IxR
Energía necesaria:
W = I2 x R
Cuando varias series de estopines se conectan lado a lado la corriente se divide, pues cada serie provee
un camino diferente para el flujo de corriente pasando una parte de la corriente total por cada una de las
series.
Si N1 = N2 = N3 =...= NN
donde:
RT = Resistencia total
RE = Resistencia en cada estopín
Ns = Número de series
N = Número de estopines
Este sistema es una combinación de los dos anteriores y sus principales ventajas son: 1. La gran
cantidad de estopines que se pueden disparar; 2. La posibilidad de probar las series individuales, así
como el circuito completo, ayudándose de un galvanómetro. Como desventaja se tiene que su montaje
se hace más complejo que los anteriores.
Básicamente, en este trazado, todos los estopines se conectan en una serie directa o sencilla ; los dos
extremos libres se juntan y se prueban con el galvanómetro para voladuras, para posteriormente unirlos
formando un circuito completo de vuelta cerrada figura 3.45. Una línea conductora se conecta a
cualquier unión entre dos estopines en la vuelta, y la segunda línea conductora se conecta a la unión
entre dos estopines al lado contrario de la primera línea conductora, es decir, a media vuelta del
circuito.
En los circuitos de series paralelas es esencial que cada serie reciba 1.5 amperios de corriente. Su
resistencia se encuentra calculando primero la de las series y luego la del conjunto trabajando en
paralelo.
Se recomienda, como precaución para evitar fallas, que el número de estopines por serie sea limitado
mientras que el de las series si puede incrementarse. Lo aconsejable es limitar a 25 el número de
estopines por serie con voltajes de 150volt, a 30 estopines con voltajes entre 150 y 200 volt y a 40
estopines con voltajes superiores a 250 voltios.
Como aplicación se continúa con el ejemplo tratado en los dos casos anteriores:
Determinar el voltaje y la energía necesarios para detonar las cápsulas de un circuito en serie-paralelo
conformado por 10 series; cada serie de cinco cápsulas detonantes eléctricas que poseen alambres de
1.22m de longitud.
Se usan 18 alambres de conexión Nº14 de cinco metros de longitud cada uno para no dañar el alambre
de disparo. El alambre de disparo mide 150m y es también Nº14.
Solución:
Intensidad Total:
I = 1.50 x 10 = 15 amperios
así:
Voltaje necesario:
E=IxR
Energía necesaria:
W = I2 x R
W = 152 x 3.52
W = 792.0 watts.
Consiste en dos circuitos eléctricos independientes, cada uno con una cápsula detonante eléctrica para
cada carga, de modo que el disparo de los dos circuitos detonará todas las cargas. Por consiguiente,
cada carga debe tener dos cebos eléctricos.
Los alambres de disparo de los dos circuitos deben mantenerse separados de modo que ambos no
puedan ser cortados por una piedra. Los puntos donde se localice el explosor también deben estar en
lugares diferentes
Conexiones
Pueden definirse como las uniones entre los elementos de un circuito de voladura bien eléctrico,
ineléctrico o mixto, combinados para lograr, con cada uno de ellos, una característica especial para la
voladura como puede ser el empleo de retardos o la combinación de cordón detonante con mecha lenta
o la distribución de diferentes retardos en las líneas primarias o secundarias de la voladura quizás con el
objeto de lograr una mejor fracturación o la planificación de diferentes frentes libres para forzar la
ubicación del material volado o lograr aumentar el número de barrenos por voladura o en busca de
alguna otra pretensión específica de la voladura.
Estas uniones o conexiones conforman en conjunto lo que puede llamarse la malla de la voladura. Ésta
puede darse de diversas formas dependiendo de las necesidades de la voladura y de los elementos que
la conforman es así como a continuación se ilustran algunas alternativas de distribución y de la manera
de ejecutar correctamente las conexiones:
Habiendo conocido los aspectos básicos que rigen el trabajo con explosivos, la forma correcta de
concebir, programar e iniciar una voladura se tratará, en el presente aparte, la primera aplicación con
fines prácticos de los explosivos. Es así como se verá la forma indicada y las herramientas de que se
dispone para poder aplicar las ventajas propias de los explosivos en tareas específicas como son las
demoliciones y la remoción de algunos obstáculos en obras de implantación de estructuras.
El éxito de las demoliciones con explosivos depende básicamente de la selección del explosivo
adecuado y de la colocación y dosificación inteligente de los explosivos, lo que se logra con un poco de
experiencia y el empleo de las normas descritas a continuación para cada caso. Sin embargo es
indudable que para cada situación específica se puedan y aún más, se deban hacer ajustes de prueba.
Cualquier explosivo disponible es adecuado si se toma en cuenta su eficiencia (tabla 3.6). Entre más
violento, mejor. Los explosivos generalmente usados en construcción se enlistan en la tabla 3.6 donde
también se muestran algunas de sus propiedades: entre éstas la fuerza y velocidad de detonación para
dar idea de su violencia. Y principalmente la eficiencia relativa (η) como carga (TNT = 1.00).
El mayor confinamiento es cuando la carga está dentro del objeto a demoler (generalmente en un
barreno) figura 3.49 y este barreno se sella empacando por lo menos 30 cm del barreno con material
arcillo-arenoso o arcillo-limoso: no se deben usar materiales ligeros que serán arrojados por la presión
antes de la explosión completa, ni materiales inflamables como papel, aserrín o sacos.
A veces se colocan las cargas externamente para evitar la barrenación (o cuando ésta es difícil o
inconveniente) y entonces, si es posible, se logra un confinamiento parcial atando los explosivos al
objeto cubriéndolos con arena o arcilla, o algún otro material denso, que puede estar en sacos o suelto
(en sacos es más eficiente).
Para máxima eficiencia el espesor de este material de confinamiento, debe ser igual al radio de rotura
(R) la distancia del explosivo al punto externo más próximo del objeto a demoler, ver figura. 3.50.
Dosificación
La cantidad o dosificación de la carga de explosivo a utilizar se calcula mediante las siguientes fórmulas
empíricas. Sin embargo, como ya se menciono, el resultado arrojado por éstas puede ser ajustado
según el comportamiento del explosivo y los materiales en pruebas experimentales preliminares.
Existen algunas formulaciones matemáticas para casos específicos que han resultado de la práctica, las
cuales se expresan a continuación y donde la cantidad de explosivo “P” se expresa en términos de
equivalencia por Kg de TNT.
Ejemplo 1
Kg de TNT
Cargas internas
Nomenclatura:
D expresado en cm.
Ejemplo 2
Kg de TNT
indugel plus
Si se hace un solo barreno, y tomando en cuenta que el tapón debe tener 10 Ø, (10 veces el
mismo diámetro del barreno) pero no menos de 30 cm., y que del fondo del barreno al exterior del
árbol debe haber 15 cm., mínimo, las dimensiones resultan como en la figura 3.52.
Esto hace que para árboles menores de 50 ó 60 cm, sean preferibles las cargas exteriores.
La profundidad del barreno disponible para el explosivo es de 55 cm, por lo que, suponiendo una
densidad de 1.2, para el indugel:
Resolviendo para Ø
Es un barreno muy grueso, difícil de hacer en el árbol y con probables problemas en el tapón, ya
que se requerirían:
10 x 2.52 = 25 < 30
Por tanto esta disposición tampoco se emplea pues al menos debe tener 30cm de tapón. De esta
forma se debe probar con una nueva disposición de menos barrenos; se pueden contemplar
alternativas como las sugeridas en la figura 3.54.
Figura 3.54 Plantillas alternativas de disposición de barrenos
Se calcula Ø:
Cumpliendo con:
Verificando se recalcula
En cualquier disposición que se use, la perforación de los barrenos es muy laboriosa, por eso
generalmente se prefieren las cargas exteriores. Cuando se usen los barrenos es conveniente
inclinar el plano de barrenación para controlar la dirección de la caída ver figura 3.55.
Ejemplo 3
Se tiene un trabe de 40x90cm para demoler, por tanto, aplicando la fórmula anterior la carga
necesaria se calcula mediante la siguiente expresión:
kg de TNT
kg de INDUGEL PLUS
El peso confinador debe ser por lo menos 1 ó 1.5 veces el peso del trabe en una longitud igual a la
del explosivo, por ejemplo, si el explosivo se reparte en una longitud de 50cm (la longitud paralela al
eje debe ser mínima para concentrar el efecto del explosivo en una zona pequeña del trabe), si no
es posible colocar el peso confinador la carga explosiva debe aumentar alrededor de 1.5 veces.
Se usa la fórmula:
P = Kilogramos de TNT
Ejemplo 4
Para un muro de concreto sin reforzar, de 60cm de espesor cual sería la carga necesaria de
dinamita nitroglicerina 40% sin confinar?
R = 60cm
s/fórmula
De la tabla 3.6
Así:
cargas de 8.7 kg
Ejemplo 5
Demoler una columna de 0.40 x 0.60 de concreto reforzado con una carga de de 40cm, sobre el
suelo, con dinamita gelatina 60% sin confinar.
R = 40cm
Kg de TNT
De la tabla 3.6
Y la carga equivalente
Las fórmulas que siguen consideran que las cargas son sin confinar, por la dificultad de hacerlo en las
estructuras metálicas.
Donde:
P = Carga en Kg de TNT
Ejemplo 6
kg de TNT
kg de INDUGEL PLUS
Se debe evitar colocar tas cargas en lados opuestos de una placa porque tienden a neutralizarse
mutuamente.
De ser posible, se deben colocar las cargas en los lados opuestos pero desplazadas, dejando una
separación de 2 ó 3cm, entre ellas para producir esfuerzo cortante ver figura 3.61.
La carga se calcula mediante la fórmula siguiente y es útil para diámetros hasta 2”:
Donde:
P = carga en Kg de TNT
D = diámetro en pulgadas
O bien
D = diámetro en centímetros
Figura 3.62 Demolición del refuerzo de una placa
Ejemplo 7
Kg de TNT
Kg de Indugel plus
Esta carga se fija con alambre, y procurando colocarla de un solo lado de la barra, en un solo
punto.
Ejemplo 8
Romper una cadena de eslabones formados por acero redondo de ½” con INDUGEL PLUS
Kg de TNT
kg de Indugel
Se colocan 0.08kg de Indugel en el punto A y otra cantidad igual en el punto B para romper el
eslabón.
Demolición de Tocones
Donde:
P = carga en Kg de TNT
Extraer el tocón muerto de la figura 3.64 con dinamita nitroglicerina de 40%. Como se trata de un
tocón muerto:
de TNT.
de la tabla 3.6
Para colocar la dinamita se debe distinguir, (al sacar el primer tocón se aprecia), entre los tocones
de árboles de raíces laterales y los de raíces profundas. Si no se puede distinguir cual es el caso,
se debe proceder como si fueran raíces laterales. Cuando se usen varias cargas, se debe asegurar
que estallen simultáneamente. Es importante protegerse bien y a la distancia de segundad
establecida en las tablas del capítulo 2 pues este tipo de voladura suele ser violento. En el caso de
colocación de cargas en árboles de raíces laterales, éstas se deben colocar lo más cerca posible
del centro del tocón y a una profundidad igual al radio de la base del tocón. Se usa la carga P
calculada repartida en 3 o 4 cargas, ver figura 3.65. En la colocación de cargas en árboles de raíces
profundas, se deben usar de 1 a 4 cargas de manera que la suma de todas ellas sea la carga P. Si
se quiere cortar la raíz a una profundidad h se debe usar un número de par de cargas (2 o 4) y
colocar la mitad debajo de esta profundidad para provocar un efecto más cortante, (figura 3.66)
Este método es aplicable en rocas superficiales o poco profundas, de volúmenes menores a 2m3. El
método consiste en hacer un barreno lo suficientemente largo (figura 3.67) para contener la carga y el
tapón. Se excava bajo la roca, se carga y se hace estallar.
Donde:
P = carga en Kg de TNT
Ejemplo 10
Kg de TNT
Kg de INDUGEL PLUS
En este método sencillamente se coloca la carga sobre, o a un lado, de la roca y se cubre con 25 o 30
cm, de lodo o material inerte (figura 3.68). Después se hace detonar. Se debe proteger la carga para
que la humedad del lodo no la afecte.
Este método es muy efectivo y económico. Su carga se calcula mediante la siguiente fórmula:
Donde:
P = carga en kg de TNT
Ejemplo 11
Kg de TNT
Método clásico
Consiste en taladrar un barreno y en este introducir la carga y confinarla con un tapón o taco (figura
3.69).
Este método es el más eficiente en el caso de que la roca no sea superficial sino que forme parte de una
roca mayor o de un manto de roca.
El barreno se debe taladrar hasta una profundidad igual al radio de la roca bajo el nivel del suelo.
Donde:
P = carga en Kg de TNT
D = Diámetro de la roca en m
Ejemplo 12
Demoler una saliente de roca de 3.60m de diámetro que es parte de un manto rocoso, con
INDUGEL PLUS
Kg de INDUGEL PLUS
Si el explosivo no cabe en el barreno, este se puede “secantear’, es decir, dejar caer al fondo del
barreno cartuchos con fulminante y mecha encendida, de manera que estallen en el fondo
formando una pequeña cámara, estos cartuchos se dejan caer uno a uno hasta que la cámara
tenga el tamaño suficiente para contener el explosivo; sin embargo existe una limitación importante
y es la de no colocar la carga definitiva en la cámara hasta que se halla enfriado. Se debe esperar
al menos una hora después del “secanteo”.
Esta es de las pocas aplicaciones en que se justifica el secanteo, ya que en voladuras para corte o
bancos es absurdo y generalmente antieconómico.
Las voladuras de rocas aisladas son muy violentas y peligrosas pues producen muchas
proyecciones, por tanto es necesario tomar las debidas precauciones.
Demolición de Edificios
Figura 3.70 Voladura de un edificio
Para estos fines es usual detonar las columnas de la planta baja, soporte de toda la estructura. Para que
el edificio caiga hacia el lado derecho los ejes de columnas se tienen que tronar en el orden 3, 2, 1 con
estopones de tiempo.
Para que las losas se fracturen se necesita quitarles primero el apoyo de un extremo, a lo largo, para
que al deformarse se fracturen. Figura 3.72, Para lograr el efecto mostrado se requiere tronar los ejes de
las columnas en el orden A, B, C, D, E, F, G.
Con esto se asegura que toda la losa resultará fracturada y con el acero expuesto.
Si a este efecto se le suma el mostrado en la figura 3.72 se tienen las losas fracturadas y arregladas
para cargar, restando tan solo cortar el acero con soplete y dividir las losas en secciones lo más grande
posible solamente limitadas por el tamaño de la grúa y el equipo de transporte.
Como medidas complementarias en estas actividades se debe de proveer de un cargador frontal para
juntar y cargar el cascajo suelto. Igualmente y si es posible, es aconsejable disponer de un sistema de
riego del escombro para confinar lo más rápidamente posible la gran cantidad de polvo producida; este
riego se hace con agua pulverizada, inmediatamente después de la caída del edifico. Para sumar los
efectos mostrados en las figuras 3.71 y 3.72 los estopines de tiempo deben distribuirse conforme a las
figuras 3.73 y 3.74.
Con ésta última disposición se ahorra un tiempo de los estopines pero el desplazamiento lateral es
menor. Es conveniente usar estopines de largo intervalo. Cuando los tiempos no son suficientes se
puede usar un explosor secuencial.
Como medida de seguridad se debe rodear la planta baja con una protección para evitar la proyección
de fragmentos de la voladura de las columnas; Igualmente es conveniente advertir y retirar a la gente de
los alrededores con el fin de no causar pánico ni elevar los parámetros de riesgo. Se deben también
revisar los edificios próximos pues eventualmente podrían resultar afectados más aún si presentan altos
índices de deterioro.
Finalmente se puede afirmar que el éxito de una demolición depende de la colocación inteligente de los
explosivos, lo que se logra a través de la experiencia y el empleo de las normas aquí descritas; Es
aconsejable, sin embargo la dosificación de los explosivos por medio de pruebas experimentales.
EXPLOTACIÓN DE CANTERA
Una de las labores del ingeniero es identificar las posibles fuentes de áridos dentro de la formación
rocosa, estudiar sus características y evaluar las condiciones de favorabilidad como fuente de material o
cantera de explotación para posteriormente evaluar el proceso de explotación más adecuado.
Dentro de los factores a estudiar debe verificar los volúmenes aprovechables, los recubrimientos
existentes, las características geomorfológicas del yacimiento, su geología y geotecnia y la disposición
espacial de la roca, entre otras, para así poder determinar el método de explotación más adecuado y
los equipos requeridos para la extracción del material, su transporte y aprovechamiento.
En este aparte se presentan los aspectos básicos a saber para lograr una correcta explotación de una
cantera, mediante el empleo de explosivos industriales después de haber tenido una adecuada
identificación del material existente y su homologación con el material requerido.
DISEÑO DE TÚNELES
Este aparte se ocupa de ilustrar los aspectos técnicos del diseño de túneles con el empleó de
explosivos.
Aun de lo anterior, no debe desconocerse la existencia y evolución acelerada de los equipos para la
excavación mecánica para túneles tales como los minadores y las tuneladoras, que han llegado a
desplazar a los explosivos en la franja de ripiabilidad. La posibilidad de arrancar rocas, consideradas
como duras con resistencias a la compresión próximas a 100mpa, es muy factible hoy día con estos
equipos, trayendo consigo ventajas tales como son: un contorno de corte regular, disminución de la
sobreexcavación, creación de menos inestabilidades locales en la superficie de excavación, menor
afectación a la roca remanente y el empleo de menores cantidades de revestimiento definitivo, entre
otras.
Sin embargo traen también algunas desventajas como son su limitación en terrenos con grandes
variaciones geológicas y tectónicas; el ser un sistema poco flexible con tendencia a la excavación de
contornos circulares; la necesidad de mayores volúmenes de excavación preparatoria inicial y el mayor
grado de calificación y cualificación del personal a cargo, lo que hace y mantiene vigente el empleo de
explosivos para éstos fines.
En los numerales siguientes se verá cómo, la excavación de túneles y galerías mediante perforación y
voladuras, además de poderse realizar a sección completa, aunque sus dimensiones sean importantes,
pueden ser ejecutadas en etapas, cuando las circunstancias lo requieran, con galerías de avance,
cueles, destrozas, por bataches laterales o bancos al piso y cómo las afectaciones a la roca remanente
se reducen en gran porcentaje con la aplicación adecuada de técnicas de recorte o precorte en las
voladuras de contorno.
CICLO DE UNA EXCAVACIÓN
Independientemente del método a utilizar, el ciclo básico de arranque con perforación y voladura puede
resumirse en las fases siguientes:
Perforación de Barrenos
De acuerdo con los recursos disponibles, las características de la formación rocosa y las necesidades
de la voladura, se determina la cantidad de barrenos y su profundidad y se procede a efectuar la
perforación ya sea con perforadoras hidráulicas o neumáticas, y operadas manualmente o montadas en
equipos para perforación mecanizada.
Dependiendo de la altura del túnel la carga se puede efectuar desde el suelo o desde una plataforma; y
dependiendo del tipo de explosivo se determinará si se efectúa de manera manual o mecánica.
Voladura
Previo a la voladura se debe verificar el cumplimiento de todas las normas de seguridad para
posteriormente efectuar el disparo acorde con el sistema seleccionado.
Ventilación
Una vez efectuada la voladura, se debe evacuar el aire contaminado de polvo y gases antes de que el
personal a cargo ingrese nuevamente al frente de trabajo.
Saneo
Se refiere a la estabilización del techo y los laterales del túnel, hastíales. Se efectúa normalmente desde
los escombros de la voladura y empleando barras diseñadas para tal fin.
Sostenimiento
Si se requiere, estos trabajos se realizarán una vez practicada la limpieza; sin embargo a veces se
requiere de ejecutar estas actividades simultáneamente dependiendo del tipo de roca. Los métodos de
sostenimiento de la sección del túnel principalmente utilizados son el gunitado, o revestimiento, los
bulones, la malla metálica y los cuadros metálicos.
Limpieza
Existen dos características básicas y propias de las voladuras en túneles y galerías como lo son: la
primera la no existencia de un frente libre de voladura, situación que genera uno de los primeros
objetivos de la voladura consistente en lograr mediante técnicas de voladura un hueco libre, con los
barrenos de cuele y contracuele, hacia el que rompan sucesivamente las cargas restantes de la sección,
localizadas en las zonas de destroza, zapatera y contorno, éstos últimos determinando la sección final
del túnel por lo que suelen adoptar un esquema con valor de espaciamiento pequeño y orientación del
barreno hacia el eje de simetría de la sección; la otra característica es el requerimiento de una
granulometría específica determinada por los medios de carga y retiro disponibles.
Tipos de Túneles
Se clasifican en este tipo aquellos túneles cuya sección está comprendida entre 4 y 20 m2 ; son usados
normalmente para tendido de tuberías y cables o para conducción de aguas residuales entre otros.
Aquellos cuya sección se comprende entre 20 y 60 m2 , y son usados con frecuencia para colectores de
agua, galerías de apoyo, galerías en mina, etc.
Túnel de Sección Grande
Conforman este grupo aquello cuya sección es superior a los 60m2 la cual es usada en túneles para
carreteras, ferrocarriles y en centrales eléctricas.
La clasificación anterior se puede tener de manera más compleja si se combina con la forma de la
bóveda la cual, dependiendo del uso que se quiere dar al túnel, puede ser: circular, en herradura, con
bóveda de medio punto o combinaciones de arcos de distintos centros circulares o de otro tipo. Ver
figura 3.116.
En la selección del método de avance en túneles y galerías intervienen diversos factores dentro de los
cuales se destacan:
Factores económicos.
En túneles de secciones normales para viaductos, el sistema de avance empleado con mayo frecuencia
consiste en dividir el frente en dos o más partes: una superior o bóveda y otras inferiores en bancos o
destrozas. Ver figura 3.117.
La bóveda se excava de manera semejante a una galería y las destrozas que van retrasadas con
respecto al frente de galería, se excavan por bancos, cuya perforación puede realizarse con jumbos o
carros. Si se decide por una perforación vertical el sistema puede tener la ventaja de una voladura
continua y simultanea con la bóveda.
Si se decide hacer la perforación del banco de destroza horizontalmente, al igual que la bóveda, con el
fin de utilizar los mismos equipos se tiene el inconveniente de la discontinuidad en la ejecución. El ritmo
de avance de la voladura depende de la planificación de los trabajos y de la capacidad de los equipos y
de la técnica y agilidad para el retiro del escombro generado.
No es muy frecuente encontrar avances mayores a la longitud perforada del barreno; esta situación está
limitada por el hueco libre de expansión y la desviación de los barrenos cargados. Un control estricto de
éste último factor, que no exceda el 2%, puede contribuir a que se logren avances próximos al 95% de
la longitud de perforación del barreno. Normalmente avances menores son atribuidos a cueles
defectuosos o a la presencia de trastornos geológicos. Esto también puede dar lugar a
sobreexcavaciones, mayores a la longitud perforada, atribuibles a desprendimientos de la estratificación
o al diaclasado, si se presentan condiciones favorables para ello.
Actualmente el método de ejecución de túneles más usado es el llamado “Nuevo Método Austriaco”
consistente en la excavación por fases de una determinada sección, figura 3.118 (a) y (b).
Figura 3.118 (a) Ejecución de túneles por el nuevo método Austriaco. (alternativa 1)
Figura 3.118 (b) Ejecución de túneles por el nuevo método Austriaco. (alternativa 2)
Tras la apertura de una galería de avance en la sección media superior se lleva a cabo la excavación de
los bataches laterales, la cual puede ser de forma simultanea o desfasados entre si, en esquemas de
voladura que utilizan el frente libre disponible (común con la galería abierta). El perfil definitivo se
consigue mediante una voladura de contorno aplicando las técnicas de corte y precorte.
Una vez efectuada la limpieza con los equipos de carga disponibles se procede a efectuar el gunitado de
estabilización y la regularización de la superficie de la roca con el propósito de no afectar sus
propiedades y cualidades de resistencia.
Es conveniente aplicar en este método, un sostenimiento, de acuerdo con la calidad del macizo rocoso,
a una determinada distancia del frente de la voladura
En las voladuras de túneles y galerías se hace necesario perforar uno o más barrenos de mayor
diámetro, vacíos, para ofrecer , a las cargas restantes de la sección, una superficie libre hacia donde
romper, pues en estos casos el frente de arranque se caracteriza por no disponer de una superficie libre
de salida.
La parte superior se excava semejante a una galería y la destroza, que debe ir retrasada respecto a la
primera, se excava mediante bancos.
Figura 3.121 Banqueo vertical u horizontal en un túnel con avance en dos secciones
El banqueo de nivel de destroza puede ser vertical u horizontal. Para la primera opción se debe disponer
de un equipo de perforación distinto que para el segundo, en donde puede ser usado el mismo que para
la bóveda. Figura 3.121.
Si la calidad del macizo rocoso es catalogada, mediante estudios previos, como mala, es preciso, a su
vez, dividir la sección de excavación en secciones más pequeñas. Normalmente se practica la apertura
de una galería de dimensiones reducidas, con sendas excavaciones de los bataches dejados en ambos
lados, para una etapa posterior. La excavación de la sección se completa con la destroza.
Un esquema de tiro es la cantidad, distribución y disposición ordenada que se hace de los barrenos en
una galería o túnel (figura 3.122) para lograr su voladura; una vez volada la roca se tiene un avance (l),
que es del orden de 10 a 30 cm menor que la longitud de los barrenos (H), debido a que normalmente la
voladura no desplaza la roca del fondo de los mismos (figura 3.123).
Las profundidades de perforación son normalmente de 1.5 a 3.0 metros cuando se utilizan martillos de
mano con empujador y de 3.0 a 5.5 metros cuando la perforación es mecanizada mediante uno o más
jumbos.
Los barrenos reciben las siguientes denominaciones de acuerdo a su función, como se india en la figura
3.119:
Barrenos de destroza: son los encargados de hacer la mayor voladura del frente.
Barrenos de contorno: situados próximos al techo y los hastiales del túnel. Son cargados con
menos explosivo para reducir la formación de grietas en la roca próxima al túnel, evitando de esta
manera la sobreexcavación (voladura de recorte); se perforan ligeramente hacia fuera para poder
mantener el perfil del túnel, (figura 3.124).
Zapateras: son los barrenos del piso del túnel y están cargados en general con un explosivo
potente para elevar y sacudir la roca desprendida facilitando así su evacuación.
El diámetro de los barrenos varía dependiendo de la sección pretendida del túnel y del equipo que se
disponga, tomando dimensiones entre 27 y 51mm, ver figura 3.125.
Figura 3.125 Diámetros según la sección y el sistema de perforación
El empleo de barrenos de diámetros pequeños trae algunas ventajas las cuales son:
Un mejor perfil del túnel, con menor incidencia en los costes de saneo y sostenimiento.
Los barrenos vacíos del centro, son de mayor diámetro logrando medidas entre 64 y 102mm.
Normalmente se perforan mediante escariado, proceso que consiste en perforar primero un barreno de
la misma medida de los demás del esquema, para posteriormente ampliarlo con una broca escariadora.
Figura 3.126 Número de barrenos por voladura en función del área de la sección del túnel
El número de barrenos en una voladura es función fundamentalmente de la sección del túnel y del
diámetro de los mismos, aunque es obvio que también tiene relevancia la forma de la sección, la
volabilidad y la fragmentación de la roca.
Una aproximación del número de barrenos requerido para las distintas secciones de túnel según el
diámetro de perforación se puede obtener mediante el ábaco de la figura 3.126.
Tipos de Cuele
Estos últimos solo se aplican en casos muy especiales debido a la dificultad adicional que presenta su
perforación.
Adicionalmente y dada su ubicación dentro de la sección, los cueles pueden ser: (figura 3.127).
En rincón
Siendo más usada la simétrica superior por la configuración de la pila de escombro que se obtiene y el
grado de fragmentación.
En términos generales una posición baja del cuele, genera menos proyecciones, granulometría más
gruesa y un montón de roca volada más compacto.
Su desarrollo data de los años sesenta aproximadamente, para hoy día, ser usado en la mayoría de las
situaciones en que se requiere practicar con rapidez un túnel o una galería.
El principio de éste tipo de cuele es dejar uno o más barrenos vacíos y hacer que éstos hagan de cara
libre con vista a la voladura. Todos los barrenos de la serie se perforan paralelos unos a otros.
En estos casos la precisión en la perforación de los barrenos es fundamental. Entre los cueles de
barrenos paralelos se diferencian algunos tipos que son:
Características:
Consta de un barreno vacío, cuyo diámetro Ø, toma valores entre 65 y 175mm, hacia donde rompen
escalonadamente los restantes barrenos.
La distancia entre el barreno central de expansión y los barrenos de la primera sección, no deben
exceder de 1.7D2 para obtener una salida y fragmentación satisfactorias de la roca (Langefors y
Kilhströn, 1963). Las condiciones de fragmentación varían muchísimo dependiendo del tipo de explosivo,
las características de la roca y la distancia entre el barreno cargado y el vacío B1
Cuele Coromant
Características:
Consiste en la perforación de dos barrenos secantes, (Ø: 57mm) en configuración de 8. Los barrenos
restantes se perforan de acuerdo a la plantilla de diseño.
Características:
Características:
Consta de un barreno central vacío; Ø: 76 –200 mm; hacia el que rompen los restantes barrenos
colocados en espiral.
Cuele y Contracuele de Doble Espiral
Características:
Consiste en un barreno central vacío, Ø: 76 – 200 mm, con los barrenos 1-2, 3-4 y 5-6 dispuestos en
cada una de sus espirales respectivas.
Cuele Quemado
Características:
Todos los barrenos tienen el mismo diámetro, Ø: 64 a 76 mm, dejándose vacíos unos y cargados otros.
Cueles de Barrenos en Ángulo
Se emplean normalmente como alternativa para el empleo de barrenos paralelos, lográndose algunas
ventajas tales como: menor consumo de explosivo; mejor aprovechamiento de la energía
desencadenada en la voladura; y finalmente la posible recolocación en el frente con respecto a la
heterogeneidad de materiales o a la presencia de discontinuidades o fracturas. Sin embargo se
presentan algunas desventajas, siendo la principal que su avance depende de la altura y sección del
túnel, implicando un grado mayor de complejidad en la perforación de los barrenos. Es por éstos
motivos que cada día son menos utilizados. Dentro de ésta clasificación se encuentran los siguientes
ejemplos:
Características:
El ángulo de los barrenos del cuele que definen la cuña no debe ser inferior a 60º para no crear un
problema de confinamiento de cargas explosivas. Su disposición puede ser tantos vertical como
horizontal. Su uso es conveniente en rocas suaves e intermedias.
Características:
Los barrenos se realizan desde sendos puntos de radiación, contenidos en un mismo plano horizontal.
Figura 3.135 Cuele en abanico horizontal
Características:
Los barrenos se ejecutan variando la inclinación del eje contenido en un plano vertical.
Cuele piramidal
Características:
Los esquemas de voladura correspondiente a cualquier tipo de cuele se puede diseñar siguiendo los
criterios mencionados para tal fin; Sin embargo resulta de gran ayuda práctica el seguir para cada nuevo
caso una metodología de cálculo, teniendo en cuenta, obviamente, que no se puede, en la metodología,
tener la totalidad de los detalles que corresponderían a cada caso particular de secciones posibles.
A manera de ilustración se considerará el caso de un cuele cilíndrico de cuatro secciones (cuele de tipo
de barreno paralelo figura 3.128) como el que se ilustra a continuación en la figura 3.138
Figura 3.138 Cuele cilíndrico de cuatro secciones
En un cuele de cuatro secciones, con un barreno central de diámetro “D2”, la longitud de los barrenos
puede estimarse a partir de la expresión:
donde:
Si se controla la desviación en la perforación de los barrenos para que esté por debajo del 2%, el
avance medio “Am” se calcula mediante:
Am = 0.95L
Cuele
El tipo de cuele adoptado es de cuatro secciones (figura 3.128). Para obtener la fragmentación y salida
de la roca requerida, según Langefors (1963), la distancia entre el barreno central de expansión y los
barrenos de la primera sección no debe exceder de 1.7d2:
Cuando la desviación de la perforación supera el 1%, la piedra práctica puede calcularse a partir de la
expresión:
donde:
α = Desviación angular
B1 = 1.5d2
donde:
C = Constante de la roca
Para dimensionar las secciones siguientes, se considera que ya existen unos huecos de ancho “Ah” y
que se conocen las concentraciones lineales de carga “q1” (figura 3.139).
B2 = B . Ep
Deben cumplirse las siguientes desigualdades:
B2 > ½ Ah ; para que el ángulo de apertura del barreno sea menor a 90º y el cuele sea de cuatro
secciones.
También puede seguirse a Gustafsson (1973) que sugiere que en estos casos la piedra sea calculada
mediante la expresión:
B2 = 0.7B
Contracuele
El cálculo del resto de las secciones que componen el contracuele se realiza de forma análoga.
T = 10d1
donde:
Barrenos de Zapateras
El valor de la piedra de los barrenos de zapatera puede calcularse con la misma expresión de las
voladuras en banco, considerando como altura del mismo, el avance de la voladura, así:
Donde:
donde:
Piedra práctica
Barrenos de Destroza
Donde:
Donde:
C* = Constante de la roca:
La concentración lineal de carga mínima se ajusta por una relación del tipo:
siendo:
Es aconsejable la comprobación de los cálculos realizados con los gráficos existentes, elaborados con
casos similares de barrenos paralelos, los cuales se ilustran en las gráficas siguientes: (figura 3.141,
3.142, 3.143).
Figura 3.142 Perforación específica en función del área del túnel y del diámetro de perforación
Figura 3.143 Consumo específico en función del área del túnel y diámetro
Es claro que esta comprobación debe tomarse a manera de orientación dadas las muchas variables que
influyen en los resultados de una excavación y voladura de esta clase.
La mejor comprobación posible es la retroalimentación, una vez practicada la voladura, valorando los
resultados alcanzados y su desviación respecto a los previstos. Las modificaciones a que hubiera lugar
después de evaluar la primera voladura se deberán introducir en las siguientes, sobre las cuales se
evalúan nuevamente los resultados obtenidos provocando un nuevo ciclo de retroalimentación el cual se
debe hacer sistemática e iterativamente hasta conseguir los resultados óptimos pretendidos.
SECUENCIA DE ENCENDIDO
En una voladura de barrenos paralelos, la roca fragmentada por las primeras detonaciones debe
desplazarse hacia el pequeño hueco creado, con el tiempo suficiente para la expulsión de los trozos,
figura 3.144.
Normalmente, en barrenos de longitud superior a los 3m (avances > 3m) para conseguir este objetivo se
requiere un intervalo de tiempo superior a los 100ms; esto implica que el tiempo de retardo entre
barrenos consecutivos del cuele debe superar los 100ms.
En al práctica, las voladuras han demostrado los siguientes resultados (Tabla 3.24). En cuanto a
desplazamientos de material, número de bolos y porcentaje de avance.
Aparentemente, la mejor y más eficaz de las formas de conseguir un buen sostenimiento de la roca, es a
través del uso de las técnicas de voladuras de contorno, pretendiendo afectar lo menos posible la
estructura remanente de la roca.
En los numerales siguientes se describen de una forma breve, algunos aspectos de actuación
concernientes a la seguridad de la excavación en túneles y galerías.
Saneo de la Roca
El saneo de la roca suelta, merece cierto cuidado, antes de reforzar la roca circundante. Un trabajo de
saneo eficaz no sólo mejorará el nivel de seguridad de las personas, sino que también reducirá la
cantidad necesaria de bulones u otras medidas de sostenimiento.
El saneo de la roca puede realizarse de manera manual o mecaniza, siendo esta última, mas eficiente y
segura. Las siguientes son algunas de las ventajas que se han logrado:
Mejora de las condiciones para la perforación y voladura de contorno del siguiente ciclo.
El trabajo mecanizado de saneo repercute en una menor cantidad de roturas o averías de los
equipos de perforación, producidas por el desplome repentino de roca sobre los brazos, las
deslizaderas y otras partes del equipo de perforación.
La operación mecanizada de saneo permite al operario trabajar a una distancia segura de la zona
de riesgo, al contar con la protección adicional de un techo de seguridad o una cabina debidamente
acondicionada.
Bulonaje de la Roca
Aseguramiento de la roca remanente mediante el uso de elementos de fijación similares a un perno. Los
principales factores a considerar durante el diseño de un sistema de sostenimiento de la roca son:
Los bulones refuerzan la resistencia intrínseca de la masa de la roca y los sistemas de cercha o
gunitado, aminoran los movimientos de la superficie de la roca. Ambos sistemas son compatibles y
pueden usarse como entibación tanto temporal como permanente.
La gama de aplicación de los bulones se ha visto incrementada en los últimos años, como resultado de
importantes avances en el campo de la mecánica de rocas y como alternativa a otras formas de
sostenimiento más tradicionales.
Gunitado de la Roca
El gunitado es un método de sostenimiento de la roca utilizado desde hace más de medio siglo. Durante
la década de los cincuenta, aumentó el uso del gunitado como método de refuerzo de la roca,
paralelamente con la creación de métodos y equipos robotizados. Las fases del desarrollo, en orden
cronológico fueron:
La posibilidad de aplicación inmediata de un gunitado, una vez efectuada la excavación quizá constituya
su ventaja más importante, además de complementarse con otros sistemas de sostenimiento, como
suelen ser los de bulonaje en sus diferentes modalidades y los cuadros metálicos.
La mecanización de los trabajos junto a unos eficaces métodos de sostenimiento de la roca y varios
sistemas de control fiables, de tensiones y deformaciones, están permitiendo llevar a cabo excavaciones
de gran envergadura. Contribuyendo esto, a su vez, a lograr unos menores tiempos de paralización de
las máquinas, y a obtener, una mejor utilización de los equipos mecanizados.
VOLADURAS CONTROLADAS
En una voladura los límites prácticos reales de actuación o influencia del explosivo no son tan definitivos
y precisos como pudieran fijarse de manera teórica. De los capítulos anteriores se puede afirmar que no
toda la energía liberada por el explosivo es aprovechada directamente en la rotura o fragmentación de la
roca; esta energía “no aprovechada” tiene una influencia sobre el macizo remanente más allá del límite
de actuación teórica del corte, provocando en él una reducción en su resistencia estructural, manifiesta
en la creación de nuevas fracturas y planos de debilidad en adición al carácter crítico que se les impone
a las ya existentes juntas, diaclasas y planos de estratificación.
Todos estos efectos marcan una reducción en la cohesión del macizo aspecto que se traduce en una
sobreexcavación o sobrerrompimiento, dejando al macizo en un estado potencial de colapso.
Existen diversas técnicas para el control de voladuras cuyo objetivo es el reducir y distribuir mejor las
cargas explosivas para minimizar la fatiga y la fractura de las rocas más allá de la línea de excavación
neta.
En el presente aparte se presentan algunas de estas técnicas que por lo anterior sugieren, antes de su
empleo específico y definitivo, la realización de pruebas conservadoras para determinar si es viable su
uso y posteriormente, basados en la experimentación, determinar las cargas y patrones óptimos para la
voladura.
Mantener un nivel de vibraciones en el macizo residual que no genere roturas por descostramiento.
Utilizar explosivos adecuados al tipo de roca, para evitar la apertura de fisuras por un exceso de
volumen de gases.
En minería a cielo abierto, la aplicación de voladuras controladas en los taludes finales de explotación,
presenta las siguientes ventajas:
Elevación del ángulo del talud, consiguiéndose un incremento de las reservas recuperables o una
disminución del ratio de desmonte ( relación estéril/mineral).
Reducción del riesgo de desprendimientos parciales del talud, minimizando la necesidad de bermas
anchas y con una repercusión positiva sobre la productividad y seguridad en los trabajos de
explotación.
En trabajos subterráneos igualmente se pueden identificar ventajas como:
Mejora de la ventilación, debido al menor rozamiento del aire en las paredes de las galerías.
Mayor dilución del mineral con estéril en las zonas de contacto en las minas metálicas.
Aumento del coste de la carga y el transporte debido al incremento del volumen del material de
excavación.
Aumento del coste de hormigonado en las obras civiles: túneles, centrales hidráulicas, cámaras de
almacenamiento, zapatas, muros, etc.
Se precisa sanear la mantener el macizo residual con un mayor riesgo para el personal en
operación.
Aumenta el aporte de agua a la zona de trabajo debido a la apertura y prolongación de las fracturas
y discontinuidades del macizo rocoso.
Es obvio pensar y concluir que los mecanismos responsables de los fenómenos de sobreexcavación y/o
sobrefracturación del macizo rocoso están estrechamente ligados a los mecanismos de voladura de roca
vistos en los capítulos anteriores. Por lo pronto es necesario establecer lo que se requiere para el
control de la sobreexcavación:
Según lo visto en el numeral 3.3.3, cuando la tensión máxima de la onda de compresión radial, la
cual se expande cilíndricamente, excede a la resistencia a la compresión dinámica o umbral
plástico de la roca, se forma alrededor del barreno una zona anular triturada o de material
intensamente comprimido.
Mantener un nivel de vibraciones en el macizo residual que no genere roturas por descostramiento.
Cuando la onda de compresión alcanza un frente libre efectivo, al reflejarse se crea una onda de
tracción. Si esta onda es suficientemente intensa se produce el descostramiento o “spalling” que se
propaga desde dicho frente libre hacia el barreno.
El descostramiento también puede ser producido por vibraciones en una voladura si la tensión
producida supera la resistencia dinámica a la tracción de la roca:
Donde:
ρr : Densidad de la roca.
También hay que tener en cuenta la influencia de la naturaleza del relleno de las juntas y planos de
discontinuidad, siendo los valores de la onda trasmitida y reflejada:
donde:
En la tabla 3.25 se presentan algunas velocidades críticas de partícula para diferentes tipos de
roca.
Fuente: ITGE, 1994
Tabla 3.25 Velocidades críticas de partícula
Utilizar explosivos adecuados al tipo de roca, para evitar la apertura de fisuras por un exceso de
volumen de gases.
La acción de los gases a alta presión y temperatura, abriendo las fracturas preexistentes y las creadas
por la onda de compresión, pueden afectar en gran medida el control de la sobreexcavación, por lo que
en rocas blandas y muy fracturadas deben usarse explosivos que produzcan bajos volúmenes de gases.
PRINCIPIOS Y PARÁMETROS DE LAS VOLADURAS CONTROLADAS
Una carga que llena completamente un barreno crea, durante la detonación del explosivo y en la
proximidad de la carga, una zona en la que la resistencia dinámica a la compresión es ampliamente
superada y la roca es triturada y pulverizada. Fuera de esa zona de tracción, asociados a la onda de
compresión generan un esquema de grietas radiales alrededor de todo el barreno.
Cuando son dos las cargas que se disparan simultáneamente, esas grietas radiales tienden a
propagarse por igual en todas las direcciones hasta que, por colisión de las dos ondas de choque en el
punto medio de barrenos, se producen unos esfuerzos de tracción complementarios y perpendiculares
al plano axial. Las tracciones en dicho plano superan la resistencia dinámica a tracción de la roca,
creando un nuevo agrietamiento y favoreciendo, en la dirección del corte proyectado, la propagación de
las grietas radiales (ver figura 3.145).
Posteriormente, la extensión de las grietas se produce bajo la acción de cuña de los gases de explosión
que las invaden y se infiltran en ellas. La propagación preferencial en el plano axial junto con el efecto de
apertura por la presión de los gases, permiten obtener un plano de fractura de acuerdo con el corte
diseñado.
Al igual que en las voladuras de banco y en canteras, en las voladuras de contorno existen parámetros
que cobran especial importancia para el éxito de las mismas. A continuación se verá una breve
explicación de las más importantes y sobre las cuales se tiene el control.
Como ya se menciono las propiedades de los macizos rocosos cobran vital importancia en el diseño y
en los mismos resultados de las voladuras controladas de contorno. Dentro de éstas las más relevantes
son:
En las formaciones masivas homogéneas, los resultados de la voladura de contorno llegan a ser
espectaculares. Por el contrario, en macizos fracturados se observa que el agrietamiento inducido
al superar la resistencia dinámica a tracción de la roca presenta un porcentaje mínimo en la
sobreexcavación, si se compara con los daños producidos por la acción de cuña de los gases.
Si los barrenos cortan algún sistema de discontinuidades y las tensiones inducidas no son
suficientes para conformar una distribución de grietas radiales, la superficie de rotura estará
marcadamente influenciada por las fisuras naturales y, habrá mayor probabilidad de
sobreexcavación.
Si las discontinuidades del macizo rocoso se presentan cerradas o con material de relleno, el
sobrerrompimiento producido es generalmente menor.
Según la orientación del corte proyectado, con respecto a las discontinuidades estructurales
predominantes, pueden diferenciarse los casos que se presentan en la figura 3.146.
En formaciones estratificadas, en las que la dirección de los planos de discontinuidad coinciden con
la traza del talud proyectado, puede producirse una sobreexcavación por deslizamientos planos si
la inclinación de los estratos varía entre 25º y 65º y por fenómenos de vuelco o “toppling” si varía
entre 85º y 110º. Cuando las juntas son paralelas al plano del talud, puede obtenerse un frente
sano con relativa facilidad, (figura 3.147).
La presencia de agua en los barrenos, puede reducir la eficiencia del desacoplamiento de las
cargas al transmitir un mayor esfuerzo de tensión a la roca circundante.
Las coqueras u oquedades del terreno intersectadas por los taladros provocan una caída de la
presión del barreno que puede repercutir en el éxito de la excavación. En tales circunstancias, se
recomienda rellenar con material granular los huecos e incluso aumentar ligeramente la densidad
de carga.
Las tensiones in situ del macizo rocoso en el que se desea ejecutar la voladura de contorno pueden
llegar a hacer impracticable el precorte, ya que se precisaría una presión de barreno muy elevada
para superar tales tensiones. Una solución consiste en la ejecución de un recorte, una vez realizada
parte de la excavación que sirve para descomprimir y liberar de tensiones al macizo rocoso, (figura
3.148).
El ángulo formado por la dirección de propagación de las ondas con respecto a la estratificación
influye en las leyes de propagación de las vibraciones generadas en las voladuras y transmitidas a
través del macizo rocoso, (figura 3.149).
Figura 3.148 Eliminación de tensiones mediante una excavación piloto y realización parcial
de un recorte
Figura 3.149 Influencia de los ángulos formados por la estratificación sobre las leyes de
propagación de las vibraciones
La principal propiedad o variable que se debe tener en cuenta es la presión de barreno, PB, que es la
presión ejercida en la expansión de los gases de detonación, pues ésta es proporcional a las tensiones
que se inducen en el macizo rocoso, las cuales deben ser las adecuadas para no ocasionar las
sobreexcavaciones ni un exceso en la intensidad de las vibraciones.
Donde:
PB Presión de barreno
Si la selección del explosivo no es suficiente para adecuarse a las condiciones del macizo, se tienen
algunos recursos adicionales con el fin de reducir la presión del barreno:
Bajar la densidad del explosivo mediante la adición de materiales inertes al explosivo tales como,
aserrín, poliestireno expandido, espuma, etc. Esta acción tiene un doble efecto pues al ésta disminuir
también disminuye la velocidad de detonación.
Otra alternativa para disminuir la presión del barreno es disminuir el diámetro del barreno por debajo del
diámetro crítico del explosivo lo que ocasiona una caída drástica en la velocidad de detonación y por
consiguiente de la presión.
Se practica también el interponer un volumen de aire entre la carga y la pared del barreno de tal forma
que produzca un efecto de colchón sobre la presión del barreno. Lo anterior se logra dejando un hueco
anular sin carga dentro del barreno en combinación con un espaciamiento mayor de los cartuchos en el
barreno.
En consecuencia con lo anterior, no todos los explosivos tienen un comportamiento adecuado en este
tipo de voladuras por consiguiente a continuación se describen las ventajas de algunos de éstos en las
voladuras controladas.
Cargas Convencionales
Las primeras cargas utilizadas en voladuras de contorno consistían en cartuchos de dinamita adosados
a un cordón detonante, espaciados entres si hasta conseguir la densidad de carga adecuada.
Actualmente varias empresas han desarrollado y comercializado diferentes accesorios, como los tubos
omega, que facilitan la distribución de las cargas.
Cartuchos Especiales
Los fabricantes de explosivos han sacado al mercado diferentes diseños especiales de cartuchos para
facilitar y agilizar la carga de los barrenos. En algunos países se encuentran explosivos de baja
densidad encartuchados en tubos largos de reducido diámetro que pueden acoplarse por sus extremos,
lo que permite al artillero formar con rapidez columnas de carga continuas de la longitud deseada.
Figura 3.150
En el extremo inferior de la columna se colocan varios cartuchos de fondo y, en ocasiones, toda la carga
se rodea con un cordón detonante que se desarrolla en espiral.
Cordón Detonante
De aparición resiente y como alternativa a los cartuchos especiales se han venido desarrollando
cordones detonantes de alto gramaje, con los que se pretende conseguir una mejor distribución de la
energía, al ser columnas continuas y facilitar la carga de las voladuras; en el fondo se deben colocar
unos cartuchos de goma o hidrogel.
Estos cordones se han utilizado en trabajos de demoliciones y arranque de rocas ornamentales donde
se requieren cortes precisos y limpios al igual que en excavaciones controladas con diámetros de
perforación de hasta 76 y 89mm.
En las voladuras de contorno de gran diámetro el desacoplamiento del ANFO a granel se consigue de
forma muy efectiva con tubos o cartuchos de plástico, pero es un método costoso y dispendioso; en
otras ocasiones se emplean los espaciadores de madera como el mostrado en la figura 3.151.
Figura 3.151 Espaciador de madera para cargas de explosivo en barrenos de gran diámetro
Sin embargo la metodología más empleada actualmente consiste en reducir la energía desarrollada por
el ANFO hasta alcanzar la equivalente a una carga desacoplada. A continuación se describen tres
metodologías para lograr esta reducción:(Itge, 1994,p.358).
El primero, consiste en diluir el explosivo con cloruro de sodio hasta un máximo del 20%. La sal tiene
dos funciones: una como diluyente físico de la densidad de energía y dos como refrigerante del
explosivo, con lo que se reduce la velocidad de detonación y el calor de explosión. Con mayores
diluciones al 20% se pueden inducir fallos, ya que se incrementa el diámetro crítico y reduce la
sensibilidad a la iniciación. Adicionalmente, aunque la sal no reacciona químicamente con el ANFO en la
detonación, puede tener un efecto refrigerante excesivo dando lugar a combustiones incompletas y con
humos tóxicos.
El segundo, menos usado, no reduce la densidad sino que se basa en reducir el contenido de
combustible líquido por debajo de un 6%. De ésta manera mientras que un ANFO de 94/6 desarrolla
una energía de 3780 J/g, otro ANFO con el 98,5/1,5 sólo desarrolla 2293 J/g.
El tercero, más popular, consiste en una mezcla de ANFO y bolas de poliestireno expandido de 0.5 a
3mm, denominado ANFOPS. Este diluyente con una densidad de 0.03kg/dm3 presenta unas
características insuperables, con procesos de detonación fiables en barrenos de gran diámetro hasta
con mezclas con un contenido en volumen del 80% de poliestireno. Con estos compuestos explosivos se
consiguen concentraciones de energía y densidades por metro de hasta el 10% de las que
corresponden al ANFO puro. De esta manera, para una mezcla de ANFOPS con una proporción
volumétrica de 1:3 se obtiene una densidad de 0.2 t/m3, que para un barreno de 310mm, da una
presión doce veces menor que el ANFO, (figura 3.152). Tanto la menor intensidad de la onda de choque
como el menor volumen de gases ayudan a minimizar la sobreexcavación en las voladuras de contorno.
Precisión de la Perforación
Esta variable cobra especial relevancia en las voladuras de contorno, más que en otro tipo de voladura,
pues resulta obvio que los barrenos deben encontrarse en el plano o superficie que se desea lograr,
además de mantenerse paralelos en la distancia que se ha determinado mediante los cálculos
correspondientes.
Figura 3.152 Variación de la presión del barreno
para distintas mezclas de ANFO de baja densidad
Una mala barrenación se puede inducir por los siguientes factores que asocian cada uno su dificultad:
Mal replanteo de los barrenos. Esta operación debe realizarse siempre por personal cualificado y
nunca por los perforadores o personal no capacitado.
Instalación incorrecta de la perforadora o brazo del jumbo; se soluciona muy frecuentemente con
un piso firme y nivelado, muchas veces hormigonado
Los siguientes son los parámetros geométricos más relevantes de las voladuras corte y precorte.
Diámetro de Perforación
En obras subterráneas y túneles los diámetros utilizados con mayor frecuencia varían entre 32 y 65 mm,
aunque existen algunas experiencias positivas con diámetros hasta de 75mm. En minería subterránea y
dependiendo del método de explotación, los diámetros varían entre 50 y 65 mm. Se ha comprobado que
el radio del cilindro de la roca que rodea al barreno, y es afectado por la voladura, es directamente
proporcional al diámetro del mismo, siempre que se mantenga una relación constante entre su longitud y
el diámetro.
No hay que olvidar, sin embargo, que en trabajos subterráneos un aumento en el diámetro de
perforación trae como consecuencia inmediata una elevación de los costes de sostenimiento de la roca
por tanto es obligatorio encontrar la combinación diámetro-carga del barreno que proporcione un coste
de excavación y sostenimiento mínimo.
Espaciamiento y Profundidad
El espaciamiento entre barrenos de una voladura de contorno depende del tipo de roca y del diámetro
de perforación, y aumenta conforme lo hace en el mismo sentido este parámetro. En voladuras de
precorte se trabaja con una relación, espaciamiento/diámetro, “S/D” que varía entre 8 y 12, con un valor
medio de 10. En voladuras de recorte se cumplen unas relaciones “S/D” entre 13 y 16, con 15 como
valor medio, figura 3.153.
Donde:
RT = Resistencia a tracción
Si las tensiones in situ son altas, la ecuación anterior puede modificarse añadiendo las tensiones
normales que actúan sobre el plano de precorte:
En lo que se refiere al límite de profundidad en una voladura de precorte, teóricamente no existe; pero
los problemas derivados de la falta de paralelismo de los barrenos son los que constituyen la verdadera
limitación. Por ejemplo, para barrenos inclinados, de 32 a 65 mm de diámetro, el límite suele estar entre
los 15 y 20 m.
En determinadas condiciones, los resultados de las voladuras de contorno pueden mejorarse con los
barrenos guía, o vacíos, situados entre barrenos cargados en el propio plano proyectado de corte. En
rocas competentes, la carga de todos los barrenos es generalmente más efectiva que la carga alterna de
éstos, debido a que en este segundo diseño el espaciamiento debe reducirse significativamente y, por lo
tanto, aumentar la perforación por unidad de superficie creada.
Para determinar la densidad lineal de carga de explosivo se debe tener en cuenta lo siguiente:
Controlar el nivel de vibración generado en la voladura que induce unas tensiones en la roca
susceptibles de producir roturas en la misma.
Los daños aparecerán para un nivel crítico de velocidad de partícula. Para rocas competentes como, por
ejemplo los granitos, si no se dispone de la ley de propagación, puede emplearse la siguiente ecuación
(Itge,1994, p361):
Para resolver el problema del corte de la roca a la cota o profundidad deseada, la concentración de
carga en el fondo del barreno debe ser el doble de la normal en una longitud igual a S/2.
Concentraciones de carga mayores provocarían agrietamientos y sobreexcavaciones en le fondo de la
superficie. Para el cálculo aproximado y rápido de la cantidad de explosivo necesario para diseñar una
voladura de contorno pueden emplearse las siguientes expresiones (Ibid, p.361):
a.
b.
Las anteriores expresiones se deducen como valores medios para explosivos con una densidad de 1.2
g/cm3 y rocas con características igualmente medias, ver figura 3.155.
Frecuentemente, para evitar la sobreexcavación cuando por condiciones geológicas se deben perforar
muy próximos los barrenos o para efectuar demoliciones de estructuras en hormigón se suele
reemplazar las cargas por cordón detonante.
En estos casos se perforan los barrenos con mayores diámetros que los que se emplean normalmente
pero con espaciamientos menores.
Donde:
S = Espaciamiento (m)
¿Cuál es la densidad lineal de carga en una voladura de recorte perforada con barrenos de 50mm
espaciados 40cm?
Retacado
Existe alguna diferencia entre autores respecto a esta variable. Algunos opinan disminuir el retacado
conforme aumenta la resistencia de la roca mientras otros sostienen lo contrario, siendo esta última
consecuente con la lógica presentada a lo largo de éste manual.
En rocas competentes, la longitud de retacado oscila entre 6 y 10 veces el diámetro y se realizará con el
propio detrito dentro de la perforación, ayudándose con un tapón de papel o algodón en la base del
mismo según el diámetro del barreno
En formaciones rocosas que se encuentran muy alteradas, algunas veces resulta conveniente reducir al
mínimo el retacado o sencillamente suprimirlo, con el objeto de permitir un escape rápido de los gases
preservando así la movilización de la roca alterada; con éste método la carga debe prolongarse hasta el
emboquille de los barrenos.
Se debe tener cuidado en este último procedimiento con las sobrepresiones de aire y los daños por
proyecciones generadas por la liberación pronta y a altas presiones de los gases.
Tiempos de Recargo y Secuencias de Iniciación
Como ya se había mencionado, la aparición de una grieta a lo largo de una fila de barrenos está basada
en el efecto casi simultáneo de las respectivas ondas de choque, por lo mismo los mejores resultados se
obtienen cuando se conectan todos los barrenos a la misma línea de cordón detonante o cuando se
energizan con detonadores del mismo número.
Cuando por efectos de vibraciones debe reducirse la cantidad de explosivo detonada por unidad de
tiempo, se pueden intercalar relés de microrretardo entre distintos grupos de barrenos o iniciar cada
grupo con un detonador de microrretardo de distinto número.
A cielo abierto, el avance espacial del precorte debe ser aproximadamente de dos veces el
espaciamiento o la piedra y en profundidad puede alcanzar dos o más bancos, dependiendo de los
cambios litológicos y estructuras del macizo y calidad de la perforación
Las voladuras de precorte deben dispararse bajo unas condiciones mínimas de piedra, que son de unos
12 m para barrenos de 50mm y 20m para barrenos de 310mm de diámetro, con el ánimo de conseguir
estados tensionantes y de confinamiento óptimos.
Cuando la voladura de destroza se dispara con la de precorte, ésta última debe adelantarse al menos de
90 a 120 ms, con el fin de que la fractura se desarrolle totalmente antes de la salida de la fila frontal de
la voladura de producción.
Con el objeto de no dañar el plano de precorte con la voladura de destroza, ésta se debe diseñar como
una voladura amortiguada. Estas voladuras se caracterizan porque en la fila de barrenos más próxima al
precorte se reduce el consumo específico a casi la mitad del utilizado en una fila de producción, y la
piedra y el espaciamiento disminuyen de 0.5 a 0.8 veces las nominales de la fila adyacente.
La distancia entre el plano de precorte y la fila amortiguada no puede ser muy pequeña pues la onda de
choque causaría sobre excavación en el frente proyectado, y tampoco puede ser demasiado grande ya
que se generarían repiés voluminosos que demandarían una nueva voladura adicionado a una
reducción en el rendimiento del equipo de carga y retiro.
La distancia entre el precorte y la última fila varía entre 0.33 y 0.5 veces la piedra nominal de la voladura
de producción. En los barrenos de las filas que se encuentran sobre bermas proyectadas se reducirá o
eliminará la sobreperforación con el fin de evitar los daños en la cabeza del banco inferior.
El número máximo de filas que se recomienda disparar normalmente es de 3, ver figura 3.156.
Figura 3.156
Q = Carga de explosivo
Et = Factor de Energía tensión; Para las cargas de la fila amortiguada se recomienda entre 1,2 y
2m/kg1/3 según sean rocas masivas frágiles o rocas blandas. La relación “longitud/diámetro” de
la carga, para logra que ésta trabaje como esférica, debe estar entre 6 y 8.
La secuencia de iniciación de la voladura de destroza debe establecerse de modo que la última fila
encuentre unas mínimas condiciones de confinamiento para que pueda salir con facilidad y sin dañar el
precorte.
En voladuras de recorte, se debe controlar igualmente la densidad de carga de los barrenos de las filas
próximas a la del recorte.
TIPOS DE VOLADURAS CONTROLADAS
Durante muchos años, la barrenación en línea, consistente en una línea sencilla de barrenos sin cargar,
próximos entre si, perforados a lo largo de la línea de excavación neta que proporciona un plano de
debilidad contra el cual pueda romper la voladura, fue la única técnica empleada para controlar el
sobrerrompimiento o la sobreexcavación.
A partir de esto, se han introducido diferentes modificaciones, basadas casi todas en la carga con
explosivos, relativamente ligera y bien distribuida, de unos o casi todos los barrenos, que al disparo
tienden a cortar la roca entre ellos, brindando a la voladura el plano de debilidad requerido y permitiendo
espaciamientos más amplios que los definidos para la barrenación en línea, que han llevado a definir
otras acciones, como son: voladuras suaves, voladuras de precorte, voladuras amortiguadas, las cuales
se tratarán a continuación.
Voladuras Suaves
Las voladuras suaves, conocidas también como voladuras perimetrales o perfiladas, es uno de los
métodos más usados para el control del sobrerrompimiento en frentes y rebajes bajo tierra. Sus técnicas
tienen aplicación tanto a cielo abierto, donde tiene igual técnica que las voladuras amortiguadas, en
cuanto a fines prácticos se trata, como en voladuras subterráneas. Su principio básico consiste en la
perforación de barrenos a lo largo de los límites de la excavación, los cuales se cargan ligeramente para
tumbar el bordo final. Al dispararse la línea con retardos mínimos entre barrenos se obtiene una acción
de corte, lo que proporciona paredes tersas con un mínimo de sobreexcavación.
Aplicaciones
Frecuentemente para garantizar un máximo alivio, se utiliza un frente tipo el cual se dispara primero y
una vez se ha volado, se barrena y dispara el bordo final; Con esta metodología se pueden lograr
mayores longitudes que en una barrenación sencilla.
Otro aspecto es que su uso no es generalizado pues si la formación es demasiado débil para
autosoportarse, las voladuras suaves no eliminarán del todo la necesidad de ademes.
Voladuras de Precorte
Consiste en crear en el macizo rocoso, mediante una hilera sencilla de barrenos, de pequeño diámetro,
perforados a lo largo de la línea de excavación y con cargas de explosivo desacopladas, una
discontinuidad o plano de fractura antes de disparar las voladuras de producción.
Este último aspecto, de dispararse antes de la voladura principal, es precisamente el que diferencia ésta
técnica de la barrenación en línea, las voladuras amortiguadas y las voladuras suaves.
Con un espaciamiento y carga adecuados, la zona de fractura entre los barrenos será un área estrecha
de corte contra la cual pueden romper las voladuras primarias subsecuentes; adicionalmente, el plano
de corte creado refleja algunas de las ondas de choques provenientes de las voladuras principales que
siguen, lo que evita que se transmitan hacia la pared remanente minimizando la fragmentación y el
sobrerrompimiento.
Los barrenos de precorte se cargan con cargas en rosario, (ver num 3.2) de cartuchos completos o
parciales de 1” a 2” de diámetro por 8”, 20cm aproximadamente, de longitud espaciadas cada 1 o 2
pies entre centros. Las columnas continuas de carga de 7/8 y 1” de diámetro han demostrado ser muy
efectivas.
Normalmente los barrenos se disparan en forma simultánea mediante el uso de una línea troncal de
cordón detonante. Si se disparan líneas excesivamente largas, las porciones pueden retardarse
mediante el uso de estopines eléctricos de retardo MS o conectores MS.
En formaciones débiles y suaves los resultados pueden mejorarse utilizando barrenos de guía o de alivio
entre barrenos cargados para incitar el corte a lo largo del plano deseado. Aún en formaciones más
duras, esta metodología arroja mejores resultados que el aumentar la carga explosiva por barreno.
Los barrenos cargados del precorte deben retacarse completamente alrededor y entre las cargas para
evitar las fugas de gas hacia estratos débiles. Es aconsejable, para lograr un buen corte en el fondo,
incrementar la carga en los primeros pies del barreno, llegando a utilizar el doble o el triple de la usada
en la parte superior del barreno. La profundidad que puede precortarse en cada disparo depende de la
habilidad en mantener un buen alineamiento de los barrenos. Una desviación del plano de corte
deseado mayor de 6”, 15cm aproximadamente, dará resultados inferiores.
Normalmente la profundidad máxima que puede utilizarse para barrenos entre 2 y 3½” de diámetro sin
tener una desviación considerable del alineamiento es de 50 pies o 15.0m aproximadamente. En teoría,
la longitud de un disparo de precorte sería ilimitado. Sin embargo en la práctica el disparar con
demasiada anticipación a la excavación principal puede acarrear dificultades si las características de la
roca cambian y la carga provoca fragmentación excesiva en las áreas más débiles.
Cuando se lleva el precorte únicamente medio disparo delante de las voladuras principales, el
conocimiento obtenido de la roca en estos disparos principales es aplicable a los disparos de precorte
subsecuentes. Esto da oportunidad a modificar, de ser necesario, las cargas del precorte. El precorte
puede darse durante el disparo primario, retardando los barrenos de éste último de tal modo que los
barrenos del precorte se den primero, (ver figura 3.159). En muchos casos, especialmente en disparos
no lineales, la combinación del precorte con la barrenación en línea arroja muy buenos resultados. N
ejemplo clásico de ésta situación es cuando se desea conservar una esquina de roca sólida, la
barrenación en línea de la esquina puede utilizarse para prevenir el rompimiento a través de ella, figura
3.160.
Figura 3.159 Técnica de voladura con retardo para un precorte durante un disparo principal
Figura 3.160 Precorte de frentes no lineales
Usualmente asociado con el trabajo a cielo abierto, el precorte tiene alguna aplicación en frentes y
rebajes subterráneos para controlar la sobreexcavación y mejorar la estabilidad de la galería.
Sin embargo y aunque en teoría su uso es bueno, las técnicas de precorte no son muy utilizadas en
frentes bajo tierra debido a los posibles problemas de “robo” con los pequeños espaciamientos y bordos
requeridos para el disparo primario. Sin embargo se han obtenido buenos resultados al emplear
técnicas de precorte en frentes subterráneos cuando se toma tiempo suficiente para determinar las
cargas óptimas con el fin de evitar barrenos robados.
Una aplicación del precorte que ha resultado ser satisfactoria en trabajos bajo tierra es en el control de
derrumbes en operaciones de minado por derrumbe. Mediante el precorte de los límites del cuerpo de
mineral, se minimiza la dilución de éste en la operación de derrumbe. Igualmente usando el precorte en
los límites del rebaje, se promueve el derrumbe inicial del mineral.
Una de las principales ventajas del empleo del precorte es el aumento en el espaciamiento entre
barrenos con una reducción ostensible en la cantidad de explosivo requerido. Por el contrario, una
limitación es el hecho de no poder evaluar los resultados hasta tanto no se halla llegado a la pared
terminada con la voladura principal.
Voladuras Amortiguadas
Son voladuras semejantes a las convencionales, donde se ha modificado el diseño de la última fila, tanto
en el esquema geométrico que es más reducido, como en las cargas de explosivo que suelen ser
menores y desacopladas.
Al igual que la barrenación en línea, esta técnica involucra una hilera sencilla de barrenos a lo largo de la
línea de excavación neta. Los barrenos de una voladura amortiguada se llenan con cargas ligeras y
bien distribuidas, completamente retacadas y disparadas después de efectuar la voladura principal. El
taco amortigua el choque en la pared terminada al disparar la banqueta, y minimiza las fracturas y
esfuerzos en la misma.
Al disparar los barrenos amortiguados con un retardo mínimo entre ellos, la detonación tiende a cortar la
roca entre barrenos y da una pared tersa con un mínimo de sobreexcavación. Obviamente, entre más
grande el diámetro, mayor será el efecto de amortiguamiento.
En las voladuras amortiguadas, se retira el área principal de corte, dejando una banqueta mínima frente
a la línea de excavación neta. Los barrenos amortiguados pueden barrenarse antes del disparo primario
o justo antes de retirar la banqueta final.
El bordo y espaciamiento varía de acuerdo al diámetro del barreno empleado. Los barrenos se cargan
en rosario con líneas de barreno de cordón detonante, con cartuchos completos o parciales.
Para promover el corte en el fondo del barreno se emplea generalmente una carga de fondo igual a 2 o
3 veces la utilizada para la parte superior del barreno. Para un máximo amortiguamiento, las cargas
deben colocarse tan cerca del lado de excavación del barreno como sea posible (figura 3.161).
Un retardo mínimo entre los barrenos de amortiguamiento proporciona la mejor acción de corte entre
barreno y barreno; por lo tanto, se utilizan líneas troncales de cordón detonante. Si el control de ruido y
de la vibración son críticos, se recomienda el uso de estopines de retardo MS.
La relación piedra-espaciamiento varía con las diferentes formaciones pero para obtener máximo corte
entre barrenos, los espaciamientos siempre deben ser menores que el ancho de la banqueta o piedra
que se está disparando.
Las voladuras amortiguadas pueden practicarse por método de banqueo o perforando con anticipación
los barrenos de amortiguamiento a la profundidad total de la excavación.
La máxima profundidad que puede dispararse con amortiguamiento depende de la precisión del
alineamiento de los barrenos, siendo en diámetros grandes más fácil mantener éste alineamiento y por
consiguiente lograr mayores profundidades.
Figura 3.161
Se debe también considerar la rapidez de penetración del equipo de perforación para determinar la
profundidad que va a dispararse con amortiguamiento.
Si la penetración después de determinada profundidad es muy lenta, puede resultar más económico
banquear para reducir los costos de barrenación total.
Igualmente pueden usarse barrenos de guía para disparar frentes no lineales. En esquinas de 90º, una
combinación de técnica de voladura controlada dará mejores resultados que el uso exclusivo de
voladuras amortiguadas (figura 3.162).
Figura 3.162 Voladuras amortiguadas de frentes no lineales
En muchas formaciones sedimentarias, donde es difícil conservar una pared tersa, se recomienda el uso
de barrenos de guía sin cargar entre los barrenos amortiguados.
En donde únicamente la parte superior de la formación está meteorizada, los barrenos de guía necesitan
perforarse sólo a esa profundidad y no a la profundidad total de los barrenos amortiguados. Este
procedimiento es común en el primer banco, ya que es allí donde es más probable la sobreexcavación.
En formaciones sólidas, se emplea frecuentemente taco únicamente en la parte superior del barreno y
no entre cargas, aprovechando el aire entre las cargas y la pared del barreno como colchón protector.
Sin embargo, sino se usa taco entre las cargas, los gases emanados de la explosión pueden encontrar
zonas de falla en la formación y tienden a fugarse antes de producir el corte deseado entre tramos
completos de barrenos. De igual manera, los gases pueden encontrar áreas de debilidad en la pared
terminada y producir sobrerrompimiento.
Por tanto y a menos que la formación sea muy homogénea y dura, es aconsejable el uso completo de
taco entre y alrededor de las cargas individuales.
Puesto que la mejor efectividad de las voladuras amortiguadas se da principalmente mediante el uso de
taco alrededor y entre las cargas, esta técnica es de poco uso en los trabajos subterráneos donde se
utilizan barrenos horizontales y de poco diámetro.
Llenar este tipo de barrenos con tacos es poco practico, sin embargo pueden obtenerse algunas
ventajas con los espacios vacíos.
En trabajo de tiros, o en cualquier otra operación subterránea que involucre barrenos verticales o
inclinados, se pueden aplicar los mismos procedimientos para cielo abierto.
Las ventajas que trae el uso de las voladuras amortiguadas se traducen en un mayor espaciamiento
entre barrenos, reduciendo los costos de perforación; mejores resultados en formaciones no
consolidadas; en adición a que los resultados pueden observarse en el primer disparo, lo que permite el
ajuste de las cargas si fuese necesario antes de seguir con el siguiente disparo.
Una ventaja adicional consiste en que cuando se vayan ha cargar los barrenos amortiguados, se
dispone de una información geológica completa obtenida al efectuar los disparos principales lo que
implica un trabajo más cierto y menos especulaciones.
Igualmente está técnica presenta algunas limitaciones las cuales deben tomarse en consideración: la
necesidad de retirar el área excavada antes del disparo y, que no son prácticas, por si solas, para cortar
esquinas a 90º. Igualmente el sobrerrompimiento producido por los disparos principales en algunas
ocasiones tumba parcial o completamente la banqueta que debe dispararse con amortiguamiento,
requiriendo entonces, varios ajustes de carga para diferentes barrenos.
Barrenación en Línea
Consiste básicamente en un hilera sencilla de barrenos de pequeño diámetro, sin cargar y muy próximos
entre si, a lo largo de la línea de excavación neta. Esto proporciona un plano de debilidad contra el cual
puede romper el disparo primario.
Este plano también tiene la capacidad de reflejar algo de las ondas de choque creadas por la voladura,
lo que reduce la fractura y fatiga de la pared terminada.
Los barrenos de una perforación en línea son generalmente de 2 a 3” de diámetro y están espaciados de
2 a 4 veces el diámetro del barreno a lo largo de la línea de excavación.
Los barrenos para la voladura directamente adyacentes a los barrenos de la perforación de línea,
normalmente, se cargan más ligeros y tienen menor espaciamiento que los otros barrenos.
La distancia entre los barrenos de la perforación en línea y los barrenos de la voladura principal
directamente adyacentes es del 50 al 75% del borde o piedra normal. Una práctica común es reducir los
espaciamientos de los barrenos de voladura adyacentes la misma cantidad, con una reducción del 50%
en la carga del explosivo.
Los explosivos deben estar bien distribuidos en el barreno, utilizando separadores y líneas de barreno
de cordón detonante.
La barrenación en línea es la más adecuada para formaciones homogéneas en donde los planos de
estratificación, juntas y vetas son mínimas.
Estas irregularidades son planos de debilidad naturales que tienden a provocar el rompimiento a través
de los barrenos en línea hasta llegar a la pared terminada.
Por lo anterior, las formaciones sedimentarias con estratificación fina y las metamórficas foliadas no se
prestan para la perforación en línea como control de sobreexcavaciones a menos que la barrenación
pueda ejecutarse perpendicularmente a la dirección de la formación.
Aplicación en trabajos a cielo abierto
En un procedimiento típico para la barrenación en línea en trabajos a cielo abierto, los mejores
resultados se obtienen cuando la excavación primaria se efectúa hasta dejar únicamente de una a tres
hileras de barrenos antes de la línea de excavación neta. La última hilera o hileras de barrenos se
disparan utilizando estopines de retardo o conectores MS.
Este procedimiento proporciona el máximo alivio enfrente de la pared terminada, permitiendo que la roca
se mueva hacia delante creando, por lo tanto, menor presión hacia atrás, que es la que podría causar
los sobrerrompimientos más allá de la barrenación en línea.
En formaciones sedimentarias con estratificación fina y metamórficas foliadas se pueden mejorar los
resultados de la barrenación en línea cargando ligeramente algunos de los barrenos en línea. Este
procedimiento fue el que dio origen a las voladuras amortiguadas y a las voladuras suaves.
Igualmente se encontró, que cargando ligeramente algunos de los barrenos en línea y disparándolos
antes que la voladura principal, se lograban, en algunas formaciones, mejores resultados. Este paso fue
el origen de la técnica de precorte.
La aplicación de esta metodología en trabajos subterráneos es muy limitada. Por lo general se utilizan
barrenos muy próximos entre si y ligeramente cargados, lo que lleva a pensar en una voladura suave.
La barrenación en línea es aplicable en áreas en donde aún las ligeras cargas de explosivo asociadas
con otras técnicas de voladura controlada pueden hacer daño más allá del límite de excavación.
Cuando se usa entre barrenos cargados, la barrenación en línea provoca el corte y proporciona mejores
resultados.
Sin embargo la barrenación en línea presenta algunas desventajas que consisten en lo tedioso que
resulta en algunas formaciones, la gran cantidad de barrenos que toca practicar en espaciamientos
cortos y que los resultados, a menudo, no son satisfactorios debido a una mala alineación de los
barrenos.
VARIABLES CONTROLABLES
El diseño de una voladura demanda del cálculo, en secuencia iterativa, de una serie de variables que
configuran el esquema mismo de la voladura y que determinan el éxito y la eficiencia ante las
pretensiones de la voladura.
Geométricas: tipo de roca y sus propiedades mecánicas, diámetro del barreno, altura de banco,
inclinación de los barrenos, retacado, sobreperforación, piedra, espaciamiento, esquema de
perforación, geometría del frente libre y el tamaño y la forma de la voladura, (figura 3.75).
Químico-físicas o del explosivo: tipos de explosivo, potencia, energía, sistema de cebado y otras.
A continuación se explica cada una de las variables de mayor relevancia. En la figura 3.75 se muestra
un esquema gráfico con las variables y la expresión con las que se identifican generalmente.
Es básicamente como su nombre lo indica el diámetro con el cual se perfora el barreno que va ha
contener el explosivo. Es especialmente importante pues hace parte de una cadena de dependencias
con otros factores. Está determinado básicamente por:
En diámetros pequeños el explosivo se distribuye mejor en el barreno lo que genera un bajo consumo
específico; sin embargo genera mayor dificultad en las operaciones de carga y retacado del explosivo y
en la conexión de la secuencia del encendido lo que se traduce en mayores tiempos y por supuesto
mayores costos.
En diámetros mayores se obtiene mejores rendimientos de cantidad de material volado por metro lineal
excavado, elevación de la velocidad de detonación del explosivo, la carga se puede realizar
mecánicamente en los casos de voladuras de gran tamaño y altos consumos de explosivo
1. Repié
3. Roca saliente
4. Sobreexcavación
5. Grieta de tracción
6. Descabezamiento
7. Cráter de bocazo
8. Carga desacoplada
En rocas de tipo masivo, con bajas densidades de fracturación, cuando la relación entre la longitud de la
carga y el diámetro, presenta valores por debajo de 60, un incremento en el diámetro de perforación
produce un aumento en la fragmentación. Por el contrario si esta relación es superior a 60, y se quiere
mantener la fragmentación, un incremento en el diámetro requiere un aumento en el consumo específico
de explosivo.
Altura de Banco (H)
Se determina en función del equipo de perforación disponible y del diámetro del barreno.
Cuando en la relación altura de banco “H” sobre piedra “B”, H/B, H es bastante pequeño, cualquier
variación de “B” cobra gran influencia sobre los resultados pretendidos en la voladura: Para “B”
constante, si “H” aumenta, el espaciamiento entre barrenos puede variar sin afectarse la fragmentación
buscada; si H/B se aproxima a “1” se obtendrá una fragmentación gruesa con problemas de
sobreexcavación y repiés. Esta situación se supera cuando H/B > 3.
Cuando la altura de banco es grande tiende a presentarse desviaciones en los barrenos lo que puede
generar no solo problemas en la fragmentación de la roca sino el incremento en factores de riesgo tales
como vibraciones y proyecciones pues la malla de perforación, determinada por “piedra x
espaciamiento” , B x S, no se mantiene constante en la altura del barreno.
La rigidez del paralelepípedo de roca situado delante de los barrenos tiene gran influencia en el
resultado de la voladura. Cuando la relación “H/B” es grande, el desplazamiento y deformación de la
roca es fácil, especialmente en el centro del banco. Según Ash, 1977, señala que la relación óptima es
“H/B ≥ 3”.
Si “H/B = 1”, se obtiene una fragmentación gruesa con problemas de sobreexcavación y repiés.
Con “H/B = 2”, se reducen éstos inconvenientes, lográndose su desaparición en la medida que H/B ≥ 3 .
Ventajas
Menores problemas de descabezamiento de barrenos, disminuyendo así los cortes y fallos en las
voladuras
Taludes más seguros y mejor perfilados.
Mejor grado de fragmentación y mejor desplazamiento de la roca volada toda vez que se mantiene
constante el valor de la piedra “B” en toda la altura del barreno y se aumenta el ángulo de la
trayectoria de proyección. (Figura 3.79)
Disminución del consumo específico del explosivo al reflejarse en el pie del banco la onda de
choque con la posibilidad de aumentar la dimensión de la piedra con menor riesgo de aparición de
repiés, (figura 3.80).
Desventajas
Demanda de un mayor cuidado en el replanteo de las bocas de los barrenos en la superficie, lo que
repercute en tiempos improductivos
Cuando los barrenos son largos se puede presentar una mayor desviación si la perforación no esta
controlada.
Aumentan las dificultades para evacuar el detritus debido a las fuerzas de rozamiento.
Hace más compleja la carga de los barrenos cuando hay presencia de agua en ellos.
Figura 3.80 Ventajas de barrenos inclinados
Retacado (T)
El objetivo de retacar los barrenos es confinar y retener los gases producidos por el explosivo al
detonarse, con el fin de aprovecharlos al máximo en el trabajo de fragmentación de la roca.
Su mala ejecución puede derivar en un incremento en los niveles de vibración y de onda aérea. Y si se
realiza en una longitud menor a la indicada se pueden generar proyecciones.
Por el contrario, si la longitud de retacado es excedida lo que se produce es una gran cantidad de
bloques y poco esponjamiento de la pila de roca volada
Para efectos prácticos se puede considerar, que las longitudes de retacado aumentan en la medida en
que la calidad del macizo rocoso empeora, así se puede asumir:
En lo posible se debe la longitud de retacado debe mantenerse superior a “25D” con e fin de evitar
problemas de onda aérea, proyecciones, cortes y sobre excavaciones.
Normalmente para el retacado se emplea el detritus proveniente de la perforación, sin embargo estudios
han demostrado que el material granular anguloso, como la piedra proveniente del triturado es más
efectivo y que la resistencia a la eyección de la columna de retacado aumenta con la disminución del
contenido de humedad.
En voladuras múltiples, se debe tener un cuidado adicional en el retacado de los barrenos de primera fila
especialmente cuando el frente presenta irregularidades que hacen que, de la cabeza al pie del banco,
la variación en la dimensión de la piedra sea considerable.
Cuando se realiza el cebado en cabeza hay que tener en cuenta el efecto negativo del cordón detonante
sobre el material de retacado, ya que lo comprime lateralmente creando una vía de escape prematuro de
gases de la explosión a la atmósfera.
Piedra (B) y Espaciamiento (S)
Tanto la piedra, (en algunos textos se identifica con “V”), distancia mínima desde el eje de un barreno al
frente libre, como el espaciamiento, distancia entre barrenos de una misma fila, dependen de:
El diámetro de la perforación
El explosivo a utilizar.
La altura de banco
La fragmentación deseada.
Para el cálculo de la piedra existen diversas fórmulas que tienen en cuenta algunos de los parámetros
mencionados, pero todas arrojan valores que se sitúan en el rango de 25 a 40 veces el diámetro del
barreno dependiendo fundamentalmente de las propiedades del macizo rocoso (figura 3.81).
Es importante verificar que el valor real o ejecutado coincida con el teórico o calculado, pues si la
diferencia es excesiva, superior, los gases de la explosión encuentran mucha resistencia para agrietar y
desplazar la roca, y parte de la energía se transforma en energía sísmica aumentando la intensidad de
las vibraciones.
Si por el contrario la dimensión de la piedra es inferior los gases se escapan y se expanden a una
velocidad muy alta hacia el frente libre, impulsando los fragmentos de roca, proyectándolos en forma
incontrolada.
El espaciamiento “S” se calcula en función de la piedra, del tiempo de retardo entre barrenos y de la
secuencia de encendido. Espaciamientos muy pequeños producen entre las cargas un exceso de
trituración y roturas superficiales en cráter, bloques de gran tamaño por delante de la fila de barrenos y
problemas de repiés. Figura 3.82.
Por otro lado, dimensiones excesivas de la separación entre barrenos dan lugar a una fracturación
inadecuada entre cargas, acompañada por problemas de repiés y un frente muy irregular en la nueva
cara del banco.
Sobreperforación (J)
Es la longitud de barreno que debe realizarse por debajo de la rasante de la excavación prevista,
necesaria para inducir la rotura de la roca a la altura deseada de banco logrando igualmente la
fragmentación y el desplazamiento previsto.
Si la sobreperforación es pequeña o no se practica, se producen bloques de roca en el pié del talud, sin
desprenderse del mismo, lo que se conoce con el nombre de repié o repiés.
Fragmentación en la cabeza del banco siguiente o mal acabado en el pié del talud final.
J = 0.3 B
La rotura en el fondo del barreno se produce en forma de conos invertidos cuyos ángulos con la
horizontal dependen de la estructura del macizo y de las tensiones residuales. Normalmente varían entre
10º y 30º. (IBGE,1987, p.248).
La expresión
J = 0.3 B
cumple con:
Condiciones para el valor de la sobreperforación que hacen que se produzca la intersección de las
superficies cónicas al nivel del banco (figura 3.83).
Esquemas de Perforación
Para este esquema se logra la mejor fragmentación con: (ITGE, 1987, p.249)
Si se considera un esquema cuadrado de 4.5m de lado, figura 3.85 (a), el punto más alejado y
equidistante de los cuatro barrenos se encuentra a una distancia de 3.18m. En el caso de un esquema al
tresbolillo con triángulos equiláteros, figura 3.85 (b), la malla equivalente es de 4.2 x 4.8 m y el centro del
triángulo está a una distancia de 2.79m de los barrenos. Como la caída de la tensión producida por la
onda de choque es proporcional al cuadrado de la distancia, en el punto equidistante de los barrenos
con esquema cuadrado se registrará un 23% menos de energía que en el esquema equivalente al
tresbolillo.
Figura 3.85 Comparación de un esquema cuadrado con un esquema tresbolillo
Sin embargo de lo anterior, los esquemas rectangulares arrojan buenos resultados en rocas blandas
siendo innecesario la disposición de los barrenos al tresbolillo.
La geometría más efectiva del frente es aquella en la que cada punto de esa superficie equidista del
centro de la carga de explosivo.
Los siguientes son criterios que contribuyen a obtener un frente eficaz de voladura:
Disponer los barrenos de manera paralela a la cara libre y de no ser posible esta disposición
procurar que el ángulo formado sea lo más pequeño posible.
Diseñar la secuencia de encendido de manera tal que cada barreno disponga de un frente que
forme una superficie semicilíndrica convexa o biplanar, figura 3.86.
Por otro lado el frente debe encontrase limpio y sin repiés. Cuando se dispara una pega teniendo una
pila de escombro de la voladura anterior sin recoger y recargada contra uno de los frentes libres se
pueden presentar los siguientes problemas:
Se requiere de un esquema más cerrado y un consumo específico de explosivo mayor para obtener
el mismo grado de fragmentación y esponjamiento que con el frente descubierto.
Para evitar algunos de éstos inconvenientes se recomienda iniciar la voladura en un área alejada del
frente cubierto y diseñar la secuencia de encendido con una dirección de salida paralela al nuevo frente
(figura 3.87).
El tamaño de la voladura debe planearse tan grande como sea posible, obteniendo así las siguientes
ventajas:
Se logra una menor longitud porcentual de la zona perimetral de las voladuras, donde se produce
una fragmentación más deficiente debido a la mayor dificultad para implantar esquemas regulares,
al riesgo de encontrar bloques preformados por las pegas anteriores y al escape prematuro de los
gases por las grietas existentes, además del mayor tiempo de supervisión y control que implica en
sí la voladura.
En general, en las voladuras múltiples la fragmentación es mejor que en las de una sola fila.
En cuanto a la forma de la voladura, según el Instituto Tecnológico y Minero de España esta debe ser tal
que:
Con un frente libre, la relación longitud de frente de voladura, LV, sobre el ancho de la voladura,
AV, sea mayor de 3 (figura 3.88).
Con dos frentes libres las voladuras deben diseñarse con: (figura 3.89)
Incremento en la intensidad de las ondas aérea y vibraciones, motivo por el cual su aplicación no es
posible en zonas urbanas y sus proximidades.
En rocas blandas se presenta una merma en el incremento del volumen arrancado por
sobreexcavación al disminuir el número de voladuras.
En voladuras subterráneas de gran tamaño se recomienda que este volumen de expansión disponible
sea del 25% para conseguir un flujo adecuado de la roca hacia los puntos de carga y evitar la formación
de campanas colgadas.
En barrenos de poca longitud los explosivos se ubican de manera continua en forma de columna. Sin
embargo, si el barreno es bastante profundo la mejor opción, que igualmente contribuye en el control del
costo de la operación, es espaciar las cargas.
Se ha demostrado que la tensión generada por la detonación de una carga aumenta cuando la relación “
I/D” se incrementa de 0 a 20, permaneciendo constante a partir de ese valor. (Harries y Hagan, 1979
citados por López Jimeno 1980 p. 154).
Así, empleando la relación “I/D = 20” se obtiene la máxima fragmentación y el valor óptimo de la piedra
“Bo”. Si las cargas se inician en los puntos medios se produce una intensa fragmentación en las zonas
hemisféricas de cada uno de los extremos, (recordar cap 6, Cebado múltiple), por lo que se ha
encontrado que una carga continua con “I/D =52” no es mejor que la espaciada con “I/D = 20” y un
retacado de “12D”. (Ibid, p.154), (figura 3.90).
Figura 3.90 Columnas de cargas continuas y espaciadas
Sin embargo, con el empleo de ésta metodología de cargas espaciadas se tiene un menor
desplazamiento y esponjamiento de material, lo que puede significar algún grado de inconveniente en el
cargue y retiro del material volado especialmente si el equipo de carga es sobre ruedas.
Por otro lado, las cargas espaciadas son de gran atractivo donde se tenga un elevado costo de
explosivos, y el retacado pueda mecanizarse y cuando las vibraciones se presenten como un limitante
haciéndose necesario, disminuir las cargas operantes valiéndose del seccionado del explosivo y la
aplicación de una secuencia de disparo dentro de un mismo barreno.
En obras a cielo abierto, las alturas de banco mínimas para poder dividir la columna de forma efectiva
deben ser tal que “H/D > 70”.
En las voladuras donde se produzcan grandes bloques por efectos del retacado se deben usar cargas
puntuales dentro del mismo (figura 3.91).
Cuando la perforación es vertical y el estrato rocoso de la zona de retacado es de mayor resistencia que
en el resto del banco, se recomienda perforar barrenos auxiliares o de descarga que coadyuven a la
obtención de la fragmentación deseada (figura 3.92).
Figura 3.92 Barrenos auxiliares para ayudar a la fragmentación en la parte alta del banco
La primera consiste en dejar un hueco vacío o con material inerte entre la columna de explosivo y la
pared del barreno. La segunda, como ya se había mencionado, consiste en dividir la carga explosiva por
medio de separadores de aire o material poroso, (figura 3.93).
Ambas técnicas se apoyan en las curvas de presión-tiempo de los gases de explosión calculada por
Melnikov, 1972., empleando desacoplamientos entre el 65 y el 75%, (figura 3.94).
Donde:
PB : Presión de barreno
Actualmente, las tendencias para controlar la curva de presión consiste en emplear explosivos a granel a
los que se les incorpora un material diluyente en proporción adecuada. Este método es menos laborioso,
más efectivo y económico y se esta aplicando con profusión en las voladuras de contorno.
Explosivos
La selección del explosivo para una determinada labor requiere, como se menciono en capítulos
anteriores, de un análisis concienzudo de las propiedades de la roca a volar en conjunto con las
propiedades y características del explosivo disponible en el mercado.
Cuando se arrancan rocas masivas, casi toda la superficie específica del material se crea en la voladura
por tanto los explosivos indicados son aquellos que produzcan mayor presión en el barreno cuales son
los de mayor potencia y velocidad de detonación. En caso contrario, el de rocas altamente fracturadas o
estratificadas en las que la superficie total de las discontinuidades representa un área relativamente
mayor que la que se crea en la voladura, el explosivo indicado será el de baja densidad y baja velocidad
de detonación.
Las emulsiones o hidrogeles por ejemplo, poseen una alta energía de tensión con aplicación en rocas
masivas duras y en voladuras donde no se requiere un desplazamiento de material pues éste sucede
por gravedad sencillamente.
Cuando la detonación de un explosivo crea demasiados finos, por efecto de la trituración de la roca, se
deberán emplear agentes de baja densidad como el ANFO y las mezclas de éste con sustancias inertes.
En un barreno la energía necesaria para producir la rotura de la roca no es constante en toda su altura.
Así, la energía generada por el explosivo debe superar la resistencia a la tracción de la roca en la
sección CDD´C´ y la resistencia al cizallamiento en la sección A´B´C´D´, figura 3.95. (Instituto
tecnológico y minero de España, 1994, p. 253).
Figura 3.95 Distribución del explosivo en un barreno para fragmentar la roca en una
voladura de banco
La carga de fondo debe tener como mínimo una longitud de “0.6B” para que su centro de gravedad esté
por encima o a nivel con la cota del piso del banco. Según Langefors, (Instituto Tecnológico y Minero de
España, 1987, p.254), prolongar la carga de fondo por encima de una longitud igual a valor de la piedra
no contribuye apreciablemente al efecto de rotura en el plano del pie del banco, por lo que se aconseja
que la carga inferior debe estar comprendida entre 0,6 y 1,3B.
Para voladuras a cielo abierto con diámetros superiores de barrenos, entre 229 y 415mm, se emplean
cargas continuas de ANFO a granel y en algunos casos cargas selectivas de fondo constituidas por
ANFO aluminizado, hidrogeles o emulsiones en longitudes de 8 a 16D.
Facilitan un esquema de voladura más amplio y una menor sobreperforación lo que a su vez
conlleva a un aumento en el rendimiento de la perforación.
Este parámetro hace referencia o indica la cantidad de explosivo necesaria para fragmentar 1 m3 de
roca. Su notación más común es CE. Un incremento en éste parámetro es ocasionado por las siguientes
causas:
Una mala distribución de la carga, un mal retacado, el disparo con un frente libre cóncavo biplanar o
cubierto de escombro, una relación “LV/AV” y un tiempo de retardo efectivo inadecuados.
Los consumos específicos altos, además de proporcionar una buena fragmentación, desplazamiento y
esponjamiento de la roca, dan lugar a menores problemas de repiés y ayudan a alcanzar el punto óptimo
de los costes totales de operación, lo que implica: la perforación, la voladura, la carga y el transporte del
material, figura 3.96. (Instituto Tecnológico y Minero de España, 1987, p.255).
En la tabla 3.9 se indican los valores típicos del consumo específico, CE, en diversas clases de rocas
para voladuras en banco a cielo abierto.
En voladuras subterráneas los consumos específicos pueden variar entre 0,9 y 7 kg/m3 dependiendo del
tipo de roca, superficie libre, diámetro del barreno y tipo de cueles.
Los esquemas de configuración de voladuras en los que se pretende obtener fragmentaciones con
tamaños de bloques que varían entre 0.80 y 1.50 m, los cuales se les conoce como escollera, tienen
algunas diferencias con los esquemas de las voladuras en banco convencionales y tratadas con
anterioridad.
A continuación se presentan algunos criterios básicos iniciales que se deben observar en el diseño de
este tipo de voladuras, con los cuales se pretende un despegue limpio a la altura del pie del banco en
combinación con los planos que definen las filas de los barrenos:
Consumo específico en función de la resistencia a compresión simple de la roca con valores de:
Para resistencias a compresión simple menores de 100 Mpa: Consumos específicos entre 200
– 500 gr/m3
En la figura 3.109 propuesta por Lot, 1988., se correlaciona la piedra, el consumo específico de
explosivo y la dimensión de los bloques a obtener, en voladuras de canteras donde es preciso lograr una
determinada granulometría con predominio de un tamaño de bloque.
Figura 3.109 Tamaños máximos obtenenidos según la carga específica empleada
El mismo autor, propone unos determinados consumos específicos, en función de los tipos de roca a
volar.
Fuente: (LOT, 1988), citado por Instituto Tecnológico Geominero de España, 1994
Tabla 3.23 Consumos específicos según tipología de la roca
Ejercicios Propuestos
Mediante el método de cálculo que estima las distintas variables, a partir de la resistencia a la
compresión simple de la roca, obtenemos los siguientes valores:
Sobreperforación
J = 11D = 1.07m
Longitud de barreno:
L = H / cos b + (1 - b/100). J
L = 16.28m
Retacado:
T = 34D = 3.03m
Piedra:
B = 37D = 3.29m
Espaciamiento:
S = 47D = 4.18m
Rendimiento de arranque:
Lf = 35D = 3.11m
qf = 5.3 kg/m
Carga de fondo:
Qf = 16.48 kg
Longitud de la carga de columna
lc = L – (T + lf) = 10.14m
qc = 4.97kg
Carga de columna:
Qc = lc . qc = 50.39 kg
Carga de barreno:
Qb = Qf + Qc = 66.8kg
Consumo específico:
Habiendo conocido los aspectos básicos que rigen el trabajo con explosivos, la forma correcta de
concebir, programar e iniciar una voladura se tratará, en el presente aparte, la primera aplicación con
fines prácticos de los explosivos. Es así como se verá la forma indicada y las herramientas de que se
dispone para poder aplicar las ventajas propias de los explosivos en tareas específicas como son las
demoliciones y la remoción de algunos obstáculos en obras de implantación de estructuras.
El éxito de las demoliciones con explosivos depende básicamente de la selección del explosivo
adecuado y de la colocación y dosificación inteligente de los explosivos, lo que se logra con un poco de
experiencia y el empleo de las normas descritas a continuación para cada caso. Sin embargo es
indudable que para cada situación específica se puedan y aún más, se deban hacer ajustes de prueba.
Cualquier explosivo disponible es adecuado si se toma en cuenta su eficiencia (tabla 3.6). Entre más
violento, mejor. Los explosivos generalmente usados en construcción se enlistan en la tabla 3.6 donde
también se muestran algunas de sus propiedades: entre éstas la fuerza y velocidad de detonación para
dar idea de su violencia. Y principalmente la eficiencia relativa (η) como carga (TNT = 1.00).
El mayor confinamiento es cuando la carga está dentro del objeto a demoler (generalmente en un
barreno) figura 3.49 y este barreno se sella empacando por lo menos 30 cm del barreno con material
arcillo-arenoso o arcillo-limoso: no se deben usar materiales ligeros que serán arrojados por la presión
antes de la explosión completa, ni materiales inflamables como papel, aserrín o sacos.
A veces se colocan las cargas externamente para evitar la barrenación (o cuando ésta es difícil o
inconveniente) y entonces, si es posible, se logra un confinamiento parcial atando los explosivos al
objeto cubriéndolos con arena o arcilla, o algún otro material denso, que puede estar en sacos o suelto
(en sacos es más eficiente).
Para máxima eficiencia el espesor de este material de confinamiento, debe ser igual al radio de rotura
(R) la distancia del explosivo al punto externo más próximo del objeto a demoler, ver figura. 3.50.
Dosificación
La cantidad o dosificación de la carga de explosivo a utilizar se calcula mediante las siguientes fórmulas
empíricas. Sin embargo, como ya se menciono, el resultado arrojado por éstas puede ser ajustado
según el comportamiento del explosivo y los materiales en pruebas experimentales preliminares.
Existen diversas teorías sobre el comportamiento de las rocas bajo los efectos de una explosión, por
tanto, a continuación tan solo se describirán algunos mecanismos de rotura de la roca que se identifican
en la voladura sin entrar en análisis profundos de las teorías existentes al respecto. Además de analizar
la presión de detonación que se presenta en la explosión.
En la fragmentación de los materiales rocosos con el uso de explosivos se pueden identificar algunos
menos ocho mecanismos de rotura los cuales son:
Trituración de la Roca
El tamaño del anillo de roca triturada aumenta con la presión de detonación del explosivo y con el
acoplamiento de la carga a las paredes del barreno. Este anillo puede llegar a tener un radio de hasta
8D en rocas porosas con el uso de explosivos de alta potencia pero un valor normal es aquel entre 2 y 4
D. (Duvall y Atchison, 1957, citado por Instituto Tecnológico Minero de España, 1994, p.209).
Este mecanismo de rotura consume casi el 30% de la energía que transporta la onda de choque,
colaborando en la fragmentación tan solo con un 0.1% del volumen total que corresponde al arranque
normal de un barreno. De aquí que se aconseje, en algunos casos, el desacoplamiento de las cargas,
pues no existe ninguna razón de emplear explosivos potentes que generen tensiones elevadas en las
paredes de roca de los barrenos.
Agrietamiento Radial
Durante la propagación de la onda de choque, la roca circundante al barreno es sometida a una intensa
compresión radial que induce componentes de tracción en los planos tangenciales del frente de dicha
onda. Cuando las tensiones superan la resistencia dinámica a tracción de la roca se inicia la formación
de una densa zona de grietas radiales alrededor de la zona triturada que rodea al barreno (figura 3.97).
Cuando la roca presenta fracturas naturales la extensión de las grietas guarda una estrecha relación con
éstas. Si las columnas de explosivo son intersectadas longitudinalmente por fracturas existentes, estas
tenderán a abrirse por efecto de la onda de choque y se limitará el efecto de las grietas radiales en otras
direcciones. Las fracturas paralelas a los barrenos, pero a alguna distancia, interrumpirán la propagación
de las grietas radiales, (figura 3.98).
Cuando la onda de choque alcanza una superficie libre se generan dos ondas, una de tracción y otra de
cizallamiento. Esto sucede cuando las grietas radiales no hallan pasado más de la tercera parte de la
distancia de la carga al frente libre. Aunque la magnitud relativa de las energías asociadas a las dos
ondas dependen del ángulo de incidencia de la onda de choque primaria, la fracturación es causada
generalmente por la onda de tracción reflejada. Si las tensiones de tracción superan la resistencia
dinámica de la roca se producirá hacia el interior el fenómeno conocida por descostramiento o
“spalling”. En las rocas las resistencias a tracción alcanzan valores entre un 5 y un 15% de las
resistencias a compresión. (ITGE, 1994, p.210).
El frente de la onda reflejada es más convexo que el de la onda incidente, por lo que el índice de
dispersión de la energía de la onda de tracción es mucho mayor cuando la superficie es cilíndrica, caso
concreto el de un cuele, que cuando se dispone de un plano como sucede en un banco, (figura 3.99).
Este mecanismo contribuye muy poco al proceso total de fragmentación, estimándose que la carga de
explosivo necesaria para reducir la rotura de la roca por la acción exclusiva de la reflexión de la onda de
choque sería ocho veces mayor que la carga normal. Sin embargo, en las discontinuidades internas del
macizo rocoso que están próximas a la carga, es decir a distancias menores de “15D” y no están
rellenas con material de meteorización, el efecto de esta reflexión de las ondas es mucho más
significativo por la diferencia de impedancias.
Figura 3.99 Reflexión de una onda sobre una cavidad cilíndrica
Después del paso de la onda de choque, la presión de los gases provoca un campo de tensiones semi-
estático alrededor del barreno. Durante o después de la formación de las grietas radiales los gases
comienzan a expandirse y a penetrar en las fracturas, mientras que éstas a su vez, bajo la influencia de
la concentración de tensiones en sus extremos, se prolongan.
La energía total transferida a la roca por la compresión inicial, antes de que la onda de choque alcance
el frente libre efectivo, varía entre el 60% y 70% de la energía de la voladura. (Cook, 1966, citado por
ITGE, 1994, p.211).
Después del paso de la onda de compresión, se produce un estado de equilibrio semi-estático seguido
de una caída súbita de presión en el barreno, debida la escape de los gases a través del retacado, de
las fracturas radiales y al desplazamiento de la roca. La energía de tensión almacenada se libera muy
rápidamente, generándose requerimientos de tracción y cizallamiento que provocan la rotura del macizo,
afectándose un gran volumen del mismo, tanto por delante como por detrás de la línea de corte de la
voladura (figura 3.100).
En formaciones rocosas sedimentarias cuando los estratos presentan distintos módulos de elasticidad
y/o parámetros geomecánicos, se produce la rotura de los planos de separación por acción de las
tensiones diferenciales o cortantes originadas por la onda de choque a su paso por dichos puntos.
El método de cálculo utilizado para diseñar la voladura debe basarse en un procedimiento de análisis
continuo de los resultados que se van obteniendo para ir ajustando los parámetros iniciales y llegar así a
la optimización del procedimiento y de la voladura.
A continuación se tratarán unas reglas básicas que permitan una aproximación preliminar a los cálculos
del diseño geométrico y de cargas de las voladuras, partiendo del concepto de compresión simple de la
roca.
No obstante se recalca que, dado la gran variedad y heterogeneidad de rocas existentes, sumado a la
complejidad de su configuración estructural en un macizo rocoso y a la presencia de discontinuidades y
fracturas, es necesario, y para cada caso en particular, ajustar el esquema inicial propuesto o su
metodología, al estudio geológico y geotécnico y a un proceso continuo, como se menciono en párrafos
anteriores, de ensayo y análisis que constituyen un ajuste por “ensayo y error”. Las voladuras se
pueden clasificar en dos: con perforación de diámetros pequeños o con perforación de diámetros
grandes. Antes es importante conocer como se calcula la presión de detonación.
Presión de detonación
siendo:
: Densidad de la roca.
Esta ecuación implica que la onda explosiva se transmite con mayor facilidad en la roca en cuanto las
impedancias de la roca y del explosivo se aproximen a un mismo valor, dado que “n z” tenderá a “1”
mientras que “PT” lo hará simultáneamente hacia “PD”.
La presión de la onda en la roca decrece de manera exponencial, de modo que la tensión radial
generada a una determinada distancia será:
donde:
Si la onda encuentra en su camino diferentes materiales con diferentes impedancias y coincidiendo con
superficies de separación que pueden estar en contacto o separadas por aire o agua, la transmisión de
la onda de choque estará gobernada por la relación de impedancias de los distintos tipos de roca,
pudiendo transmitirse parcialmente y al mismo tiempo reflejarse en función de dicha relación.
Gran parte de la energía se transmitirá y el resto se reflejará, llegándose a una situación límite cuando
Como, por ejemplo, entre roca y aire, donde se reflejará casi la totalidad de la energía transportada por
la onda de compresión en forma de tensión de tracción, pudiendo adquirir especial importancia en el
proceso de rotura de la roca.
Lo anterior es válido tanto para las presiones de las ondas como para las energías transmitidas. Si la
relación de impedancias características de los dos medios es:
Se tendrá
donde:
Normalmente este diámetro es utilizado en canteras, minas a cielo abierto, desmontes, vaciados de
solares, excavaciones de carreteras, nivelaciones, apertura de pistas, etc.
2. Se emplean dos tipos de explosivo: uno para la carga de fondo del barreno y otro para la carga
de columna
3. La relación entre la longitud del barreno y el diámetro de perforación debe ser superior a 100.
Diámetro de perforación
Para la selección de un calibre de perforación se deben tener como referencia la planificación de los
trabajos, en consecuencia la producción horaria que se pretende obtener, e igualmente el valor de la
resistencia a compresión simple de la roca. En la tabla 3.10 se proporciona una ayuda para la selección
del diámetro del barreno.
Altura de banco
Por razones de seguridad y, a no ser que existan causas justificables para ello, la altura máxima de
banco no debe ser superior a 15m
Debe tenerse en cuenta la altura de banco para dimensionar convenientemente el equipo de carga y el
diámetro de perforación. En función de este último parámetro las alturas de banco aconsejables se
relacionan en la tabla 3.11.
Fuente: ITGE, 1994, p.260
Tabla 3.11 Alturas de banco recomendadas en función del diámetro del barreno
Piedra
Se le llama así a la distancia entre el frente libre y la primera línea de barrenos paralela a dicho frente.
Es función del diámetro de perforación y debe estimarse según el valor más fiable de la resistencia a
compresión simple de la roca.
Sin embargo de lo anterior, esta distancia es afectada por otros aspectos como son: el tipo de explosivo,
la naturaleza de la roca y su disposición estructural.
Espaciamiento
El valor de éste parámetro, varía para barrenos de una misma fila entre 1.15 veces la piedra, para rocas
de resistencia a la compresión simple, superior a 120Mpa, a 1.30 veces la piedra, para rocas con
resistencia a la compresión simple por debajo de 70Mpa. En la tabla 3.13 se muestran unos primeros
valores de tanteo.
Sobreperforación
Es conveniente incrementar la longitud del barreno inicial para evitar que la voladura salga defectuosa y
con repiés.
Este incremento es lo que se conoce como sobreperforación y su valor puede calcularse en función del
diámetro de perforación y de la resistencia a compresión simple de la roca.
Es aconsejable, con el fin de obtener una mejor fragmentación y menos repiés, dar una pequeña
inclinación en la geometría de los barrenos. De acuerdo a los equipos de perforación empleados, se
consideran valores usuales de trabajo a los comprendidos entre 10º y 20° con respecto a la vertical.
Cuando los barrenos son inclinados la longitud del barrenos se halla con la siguiente ecuación:
Longitud de la carga de fondo
La longitud de la carga de columna viene dada por la diferencia entre la longitud del barreno y la suma
de las longitudes del retacado y de la carga de fondo.
Consumo específico
Se define como consumo específico de una voladura al cociente entre el peso del explosivo utilizado y el
volumen total de la roca arrancada.
En una configuración dada para un barreno, el consumo específico viene dado por:
N : Numero de barrenos
Los consumos específicos varían entre 250 y 700 gr/m3 según la calidad de la roca a volar.
Voladuras con Perforación en Grandes Diámetros
Se emplean con frecuencia en determinadas minas y canteras, donde son requeridas altas
producciones, o bien, en obras civiles donde es preciso mover grandes volúmenes de material.
Diámetro de perforación
Al igual que en esquemas de voladura con perforación de pequeños diámetros la determinación del
diámetro de perforación con grandes diámetros se obtiene en función de la producción horaria requerida,
la naturaleza de la roca y de su resistencia a la compresión simple.
Altura de banco
Generalmente la altura de banco está condicionada por la capacidad y especificaciones de los equipos
de carga empleados, la geología de la zona extractiva y por razones de seguridad.
Sin embargo la altura de banco se puede estimar a partir del diámetro de perforación.
Cuadrícula de perforación
Los valores de la piedra y del espaciamiento se determinan en función del diámetro de la carga, de la
resistencia de la roca y de las características del explosivo a utilizar.
En la tabla 3.19 se especifican los valores aconsejables de las variables de éstas variables de diseño en
función de la resistencia a compresión simple de la roca y del tipo de explosivo.
Fuente: ITGE, 1994, p.263
Tabla 3.19 Valores recomendados de piedra y espaciamiento
según la compresión simple de la roca
Longitud de retacado
Sobreperforación
Este valor puede calcularse a partir del diámetro de perforación de los barrenos.
Estos valores requieren de ser corregidos en los casos donde aparezcan singularidades estructurales
del terreno o bien, por los criterios adoptados en el propio esquema de voladuras.
Fuente: ITGE, 1994
Tabla 3.22 Longitud de sobreperforación según singularidades del terreno o en el esquema
Normalmente la perforación vertical de los barrenos, se realiza con perforación rotativa y alturas de
banco no superior a los 15m, en rocas cuyos valores de resistencia a la compresión simple son altos.
Por el contrario, en rocas blandas, con alturas de banco superiores a los 15m, se debe dar una
inclinación a los barrenos la cual puede variar, con respecto a la vertical, entre los 10 y 20°.
Los explosivos comúnmente utilizados en este tipo de voladuras son: el ANFO, las emulsiones y los
hidrogeles presentando la posibilidad de que la carga sea mecánica. Los consumos específicos de éstos
explosivos varían en un rango entre 300 y 1300 gr/m3, dependiendo de la calidad de la roca a volar.
Secuencia de encendido
Cuando no se tiene sino un único frente de salida para el material a extraer, se puede configurar un
diagrama de secuencia de voladura como el mostrado en la figura 3.102 en donde todos los barrenos de
una misma alineación paralela al frente, tengan el mismo tiempo de salida, retardando solamente y
secuencialmente las filas sucesivas.
Si por el contrario, se dispone de dos frentes o planos de salida la secuencia se puede programar en
forma de “V” como muestra la figura 3.103.
Partiendo de estos dos diseños básicos se pueden configurar diferentes patrones de secuencia de
voladura, teniendo siempre en cuenta, muy importante, el retardo proporcionado a los barrenos
adyacentes al elegido, con el fin de brindarle siempre la cara libre en el momento de la detonación y
pretendiendo evitar la producción imprevista de proyecciones.
Las variables que intervienen en la fragmentación son numerosas y van desde las características
mismas del macizo rocoso hasta las elegidas por el diseño del esquema de perforación y voladura;
dentro de éstas se pueden enunciar las siguientes:
La utilización de grandes diámetros, con cargas concentradas produce bloques de gran tamaño, y
un importante porcentaje de materiales de granulometría fina.
Una estratificación muy acusada origina unos tamaños de bloque de geometría singular
La fragmentación deseada la roca está muy ligada a los parámetros de resistencia de la roca.
Existen diversos y variados modelos matemáticos con los cuales se pretende lograr una aproximación a
la fragmentación final, sin embargo, y es obvio, no existe un modelo que exprese con precisión la
granulometría resultante de una voladura. De los métodos más usados para determinar la granulometría
de una voladura pueden citarse: Modelo de Gustafsson y Modelo de Larsson.
Modelo de Gustafsson
En la figura 3.105 se observa, para una misma carga específica, que el tamaño medio de la
fragmentación disminuye, en la medida que el valor de la piedra se reduce; igualmente se puede
observar que a mayor carga específica, para diferentes dimensiones de la piedra, la fragmentación
aumenta.
Modelo de Larsson
Al igual que Gustafsson basado en sus experiencias, Bert Larsson propone para la determinación de la
abertura de la malla cuadrada por la que pasa el 50% del material volado o K50 una expresión del tipo
siguiente:
Donde:
B : Piedra (m)
A partir de las figuras 3.106, 3.107 y 3.108, se puede estimar el valor de k50 y las curvas
granulométricas del material volado, según un esquema dado de la voladura o también, procediendo de
forma inversa, a partir de una determinada fragmentación que se quiera conseguir, determinar el
esquema de la voladura requerida.
Experimentalmente se han establecido los siguientes diámetros de perforación para obtener unos K50
aceptables:
Figura 3.106 Determinación del coeficiente del tamaño de bloque K50 del material fragmentado
Figura 3.107 Curvas granulométricas teóricas del material volado para diferentes valores de K50
Figura 3.108 Nomograma para la determinación del tamaño de bloque
No se debe olvidar que, como se menciono anteriormente, la secuencia de encendido, o los intervalos
de tiempo con que tiene lugar la detonación de los distintos barrenos adyacentes a uno dado, producen
un importante efecto en la fragmentación a conseguir en la voladura.
PERFORACIÓN DE TÚNELES
Existen dos características básicas y propias de las voladuras en túneles y galerías como lo son: la
primera la no existencia de un frente libre de voladura, situación que genera uno de los primeros
objetivos de la voladura consistente en lograr mediante técnicas de voladura un hueco libre, con los
barrenos de cuele y contracuele, hacia el que rompan sucesivamente las cargas restantes de la sección,
localizadas en las zonas de destroza, zapatera y contorno, éstos últimos determinando la sección final
del túnel por lo que suelen adoptar un esquema con valor de espaciamiento pequeño y orientación del
barreno hacia el eje de simetría de la sección; la otra característica es el requerimiento de una
granulometría específica determinada por los medios de carga y retiro disponibles.
Tipos de Túneles
Se clasifican en este tipo aquellos túneles cuya sección está comprendida entre 4 y 20 m2 ; son usados
normalmente para tendido de tuberías y cables o para conducción de aguas residuales entre otros.
Aquellos cuya sección se comprende entre 20 y 60 m2 , y son usados con frecuencia para colectores de
agua, galerías de apoyo, galerías en mina, etc.
Túnel de Sección Grande
Conforman este grupo aquello cuya sección es superior a los 60m2 la cual es usada en túneles para
carreteras, ferrocarriles y en centrales eléctricas.
La clasificación anterior se puede tener de manera más compleja si se combina con la forma de la
bóveda la cual, dependiendo del uso que se quiere dar al túnel, puede ser: circular, en herradura, con
bóveda de medio punto o combinaciones de arcos de distintos centros circulares o de otro tipo. Ver
figura 3.116.
En la selección del método de avance en túneles y galerías intervienen diversos factores dentro de los
cuales se destacan:
Factores económicos.
En túneles de secciones normales para viaductos, el sistema de avance empleado con mayo frecuencia
consiste en dividir el frente en dos o más partes: una superior o bóveda y otras inferiores en bancos o
destrozas. Ver figura 3.117.
La bóveda se excava de manera semejante a una galería y las destrozas que van retrasadas con
respecto al frente de galería, se excavan por bancos, cuya perforación puede realizarse con jumbos o
carros. Si se decide por una perforación vertical el sistema puede tener la ventaja de una voladura
continua y simultanea con la bóveda.
Si se decide hacer la perforación del banco de destroza horizontalmente, al igual que la bóveda, con el
fin de utilizar los mismos equipos se tiene el inconveniente de la discontinuidad en la ejecución. El ritmo
de avance de la voladura depende de la planificación de los trabajos y de la capacidad de los equipos y
de la técnica y agilidad para el retiro del escombro generado.
No es muy frecuente encontrar avances mayores a la longitud perforada del barreno; esta situación está
limitada por el hueco libre de expansión y la desviación de los barrenos cargados. Un control estricto de
éste último factor, que no exceda el 2%, puede contribuir a que se logren avances próximos al 95% de
la longitud de perforación del barreno. Normalmente avances menores son atribuidos a cueles
defectuosos o a la presencia de trastornos geológicos. Esto también puede dar lugar a
sobreexcavaciones, mayores a la longitud perforada, atribuibles a desprendimientos de la estratificación
o al diaclasado, si se presentan condiciones favorables para ello.
Actualmente el método de ejecución de túneles más usado es el llamado “Nuevo Método Austriaco”
consistente en la excavación por fases de una determinada sección, figura 3.118 (a) y (b).
Figura 3.118 (a) Ejecución de túneles por el nuevo método Austriaco. (alternativa 1)
Figura 3.118 (b) Ejecución de túneles por el nuevo método Austriaco. (alternativa 2)
Tras la apertura de una galería de avance en la sección media superior se lleva a cabo la excavación de
los bataches laterales, la cual puede ser de forma simultanea o desfasados entre si, en esquemas de
voladura que utilizan el frente libre disponible (común con la galería abierta). El perfil definitivo se
consigue mediante una voladura de contorno aplicando las técnicas de corte y precorte.
Una vez efectuada la limpieza con los equipos de carga disponibles se procede a efectuar el gunitado de
estabilización y la regularización de la superficie de la roca con el propósito de no afectar sus
propiedades y cualidades de resistencia.
Es conveniente aplicar en este método, un sostenimiento, de acuerdo con la calidad del macizo rocoso,
a una determinada distancia del frente de la voladura
En las voladuras de túneles y galerías se hace necesario perforar uno o más barrenos de mayor
diámetro, vacíos, para ofrecer , a las cargas restantes de la sección, una superficie libre hacia donde
romper, pues en estos casos el frente de arranque se caracteriza por no disponer de una superficie libre
de salida.
La parte superior se excava semejante a una galería y la destroza, que debe ir retrasada respecto a la
primera, se excava mediante bancos.
Figura 3.121 Banqueo vertical u horizontal en un túnel con avance en dos secciones
El banqueo de nivel de destroza puede ser vertical u horizontal. Para la primera opción se debe disponer
de un equipo de perforación distinto que para el segundo, en donde puede ser usado el mismo que para
la bóveda. Figura 3.121.
Si la calidad del macizo rocoso es catalogada, mediante estudios previos, como mala, es preciso, a su
vez, dividir la sección de excavación en secciones más pequeñas. Normalmente se practica la apertura
de una galería de dimensiones reducidas, con sendas excavaciones de los bataches dejados en ambos
lados, para una etapa posterior. La excavación de la sección se completa con la destroza.
Un esquema de tiro es la cantidad, distribución y disposición ordenada que se hace de los barrenos en
una galería o túnel (figura 3.122) para lograr su voladura; una vez volada la roca se tiene un avance (l),
que es del orden de 10 a 30 cm menor que la longitud de los barrenos (H), debido a que normalmente la
voladura no desplaza la roca del fondo de los mismos (figura 3.123).
Las profundidades de perforación son normalmente de 1.5 a 3.0 metros cuando se utilizan martillos de
mano con empujador y de 3.0 a 5.5 metros cuando la perforación es mecanizada mediante uno o más
jumbos.
Los barrenos reciben las siguientes denominaciones de acuerdo a su función, como se india en la figura
3.119:
Barrenos de destroza: son los encargados de hacer la mayor voladura del frente.
Barrenos de contorno: situados próximos al techo y los hastiales del túnel. Son cargados con
menos explosivo para reducir la formación de grietas en la roca próxima al túnel, evitando de esta
manera la sobreexcavación (voladura de recorte); se perforan ligeramente hacia fuera para poder
mantener el perfil del túnel, (figura 3.124).
Zapateras: son los barrenos del piso del túnel y están cargados en general con un explosivo
potente para elevar y sacudir la roca desprendida facilitando así su evacuación.
El diámetro de los barrenos varía dependiendo de la sección pretendida del túnel y del equipo que se
disponga, tomando dimensiones entre 27 y 51mm, ver figura 3.125.
Figura 3.125 Diámetros según la sección y el sistema de perforación
El empleo de barrenos de diámetros pequeños trae algunas ventajas las cuales son:
Un mejor perfil del túnel, con menor incidencia en los costes de saneo y sostenimiento.
Los barrenos vacíos del centro, son de mayor diámetro logrando medidas entre 64 y 102mm.
Normalmente se perforan mediante escariado, proceso que consiste en perforar primero un barreno de
la misma medida de los demás del esquema, para posteriormente ampliarlo con una broca escariadora.
Figura 3.126 Número de barrenos por voladura en función del área de la sección del túnel
El número de barrenos en una voladura es función fundamentalmente de la sección del túnel y del
diámetro de los mismos, aunque es obvio que también tiene relevancia la forma de la sección, la
volabilidad y la fragmentación de la roca.
Una aproximación del número de barrenos requerido para las distintas secciones de túnel según el
diámetro de perforación se puede obtener mediante el ábaco de la figura 3.126.
Tipos de Cuele
Estos últimos solo se aplican en casos muy especiales debido a la dificultad adicional que presenta su
perforación.
Adicionalmente y dada su ubicación dentro de la sección, los cueles pueden ser: (figura 3.127).
En rincón
Siendo más usada la simétrica superior por la configuración de la pila de escombro que se obtiene y el
grado de fragmentación.
En términos generales una posición baja del cuele, genera menos proyecciones, granulometría más
gruesa y un montón de roca volada más compacto.
Su desarrollo data de los años sesenta aproximadamente, para hoy día, ser usado en la mayoría de las
situaciones en que se requiere practicar con rapidez un túnel o una galería.
El principio de éste tipo de cuele es dejar uno o más barrenos vacíos y hacer que éstos hagan de cara
libre con vista a la voladura. Todos los barrenos de la serie se perforan paralelos unos a otros.
En estos casos la precisión en la perforación de los barrenos es fundamental. Entre los cueles de
barrenos paralelos se diferencian algunos tipos que son:
Características:
Consta de un barreno vacío, cuyo diámetro Ø, toma valores entre 65 y 175mm, hacia donde rompen
escalonadamente los restantes barrenos.
La distancia entre el barreno central de expansión y los barrenos de la primera sección, no deben
exceder de 1.7D2 para obtener una salida y fragmentación satisfactorias de la roca (Langefors y
Kilhströn, 1963). Las condiciones de fragmentación varían muchísimo dependiendo del tipo de explosivo,
las características de la roca y la distancia entre el barreno cargado y el vacío B1
Cuele Coromant
Características:
Consiste en la perforación de dos barrenos secantes, (Ø: 57mm) en configuración de 8. Los barrenos
restantes se perforan de acuerdo a la plantilla de diseño.
Características:
Características:
Consta de un barreno central vacío; Ø: 76 –200 mm; hacia el que rompen los restantes barrenos
colocados en espiral.
Cuele y Contracuele de Doble Espiral
Características:
Consiste en un barreno central vacío, Ø: 76 – 200 mm, con los barrenos 1-2, 3-4 y 5-6 dispuestos en
cada una de sus espirales respectivas.
Cuele Quemado
Características:
Todos los barrenos tienen el mismo diámetro, Ø: 64 a 76 mm, dejándose vacíos unos y cargados otros.
Cueles de Barrenos en Ángulo
Se emplean normalmente como alternativa para el empleo de barrenos paralelos, lográndose algunas
ventajas tales como: menor consumo de explosivo; mejor aprovechamiento de la energía
desencadenada en la voladura; y finalmente la posible recolocación en el frente con respecto a la
heterogeneidad de materiales o a la presencia de discontinuidades o fracturas. Sin embargo se
presentan algunas desventajas, siendo la principal que su avance depende de la altura y sección del
túnel, implicando un grado mayor de complejidad en la perforación de los barrenos. Es por éstos
motivos que cada día son menos utilizados. Dentro de ésta clasificación se encuentran los siguientes
ejemplos:
Características:
El ángulo de los barrenos del cuele que definen la cuña no debe ser inferior a 60º para no crear un
problema de confinamiento de cargas explosivas. Su disposición puede ser tantos vertical como
horizontal. Su uso es conveniente en rocas suaves e intermedias.
Características:
Los barrenos se realizan desde sendos puntos de radiación, contenidos en un mismo plano horizontal.
Figura 3.135 Cuele en abanico horizontal
Características:
Los barrenos se ejecutan variando la inclinación del eje contenido en un plano vertical.
Cuele piramidal
Características:
Los esquemas de voladura correspondiente a cualquier tipo de cuele se puede diseñar siguiendo los
criterios mencionados para tal fin; Sin embargo resulta de gran ayuda práctica el seguir para cada nuevo
caso una metodología de cálculo, teniendo en cuenta, obviamente, que no se puede, en la metodología,
tener la totalidad de los detalles que corresponderían a cada caso particular de secciones posibles.
A manera de ilustración se considerará el caso de un cuele cilíndrico de cuatro secciones (cuele de tipo
de barreno paralelo figura 3.128) como el que se ilustra a continuación en la figura 3.138
Figura 3.138 Cuele cilíndrico de cuatro secciones
En un cuele de cuatro secciones, con un barreno central de diámetro “D2”, la longitud de los barrenos
puede estimarse a partir de la expresión:
donde:
Si se controla la desviación en la perforación de los barrenos para que esté por debajo del 2%, el
avance medio “Am” se calcula mediante:
Am = 0.95L
Cuele
El tipo de cuele adoptado es de cuatro secciones (figura 3.128). Para obtener la fragmentación y salida
de la roca requerida, según Langefors (1963), la distancia entre el barreno central de expansión y los
barrenos de la primera sección no debe exceder de 1.7d2:
Cuando la desviación de la perforación supera el 1%, la piedra práctica puede calcularse a partir de la
expresión:
donde:
α = Desviación angular
B1 = 1.5d2
donde:
C = Constante de la roca
Para dimensionar las secciones siguientes, se considera que ya existen unos huecos de ancho “Ah” y
que se conocen las concentraciones lineales de carga “q1” (figura 3.139).
B2 = B . Ep
Deben cumplirse las siguientes desigualdades:
B2 > ½ Ah ; para que el ángulo de apertura del barreno sea menor a 90º y el cuele sea de cuatro
secciones.
También puede seguirse a Gustafsson (1973) que sugiere que en estos casos la piedra sea calculada
mediante la expresión:
B2 = 0.7B
Contracuele
El cálculo del resto de las secciones que componen el contracuele se realiza de forma análoga.
T = 10d1
donde:
Barrenos de Zapateras
El valor de la piedra de los barrenos de zapatera puede calcularse con la misma expresión de las
voladuras en banco, considerando como altura del mismo, el avance de la voladura, así:
Donde:
donde:
Piedra práctica
Barrenos de Destroza
Donde:
Donde:
C* = Constante de la roca:
La concentración lineal de carga mínima se ajusta por una relación del tipo:
siendo:
Es aconsejable la comprobación de los cálculos realizados con los gráficos existentes, elaborados con
casos similares de barrenos paralelos, los cuales se ilustran en las gráficas siguientes: (figura 3.141,
3.142, 3.143).
Figura 3.142 Perforación específica en función del área del túnel y del diámetro de perforación
Figura 3.143 Consumo específico en función del área del túnel y diámetro
Es claro que esta comprobación debe tomarse a manera de orientación dadas las muchas variables que
influyen en los resultados de una excavación y voladura de esta clase.
La mejor comprobación posible es la retroalimentación, una vez practicada la voladura, valorando los
resultados alcanzados y su desviación respecto a los previstos. Las modificaciones a que hubiera lugar
después de evaluar la primera voladura se deberán introducir en las siguientes, sobre las cuales se
evalúan nuevamente los resultados obtenidos provocando un nuevo ciclo de retroalimentación el cual se
debe hacer sistemática e iterativamente hasta conseguir los resultados óptimos pretendidos.
VOLADURAS PARA LA PRODUCCIÓN DE ESCOLLERA
Los esquemas de configuración de voladuras en los que se pretende obtener fragmentaciones con
tamaños de bloques que varían entre 0.80 y 1.50 m, los cuales se les conoce como escollera, tienen
algunas diferencias con los esquemas de las voladuras en banco convencionales y tratadas con
anterioridad.
A continuación se presentan algunos criterios básicos iniciales que se deben observar en el diseño de
este tipo de voladuras, con los cuales se pretende un despegue limpio a la altura del pie del banco en
combinación con los planos que definen las filas de los barrenos:
Consumo específico en función de la resistencia a compresión simple de la roca con valores de:
Para resistencias a compresión simple menores de 100 Mpa: Consumos específicos entre 200
– 500 gr/m3
En la figura 3.109 propuesta por Lot, 1988., se correlaciona la piedra, el consumo específico de
explosivo y la dimensión de los bloques a obtener, en voladuras de canteras donde es preciso lograr una
determinada granulometría con predominio de un tamaño de bloque.
Figura 3.109 Tamaños máximos obtenenidos según la carga específica empleada
El mismo autor, propone unos determinados consumos específicos, en función de los tipos de roca a
volar.
Fuente: (LOT, 1988), citado por Instituto Tecnológico Geominero de España, 1994
Tabla 3.23 Consumos específicos según tipología de la roca
Ejercicios Propuestos
Mediante el método de cálculo que estima las distintas variables, a partir de la resistencia a la
compresión simple de la roca, obtenemos los siguientes valores:
Sobreperforación
J = 11D = 1.07m
Longitud de barreno:
L = H / cos b + (1 - b/100). J
L = 16.28m
Retacado:
T = 34D = 3.03m
Piedra:
B = 37D = 3.29m
Espaciamiento:
S = 47D = 4.18m
Rendimiento de arranque:
Lf = 35D = 3.11m
qf = 5.3 kg/m
Carga de fondo:
Qf = 16.48 kg
Longitud de la carga de columna
lc = L – (T + lf) = 10.14m
qc = 4.97kg
Carga de columna:
Qc = lc . qc = 50.39 kg
Carga de barreno:
Qb = Qf + Qc = 66.8kg
Consumo específico: