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QUE ES META-ANALISIS?

Se conoce con el pomposo nombre de "Meta-Análisis" a una metodología de


investigación ideada para revisar, ordenar y sintetizar los resultados de una
pregunta de investigación. Surge de la necesidad de hacer revisiones más rigurosas
y sistemáticas de la literatura científica; revisiones capaces de establecer
conclusiones más precisas. Las revisiones tradicionales (o "narrativas") estaban
sujetas a numerosos sesgos y fuentes de subjetividad, e incluso de arbitrariedad.
Hacía falta una metodología que permitiese alcanzar conclusiones más claras ante
cuerpos de evidencia con innumerables inconsistencias. Una metodología con la
que desbloquear el desarrollo científico de la Psicología, superando los obstáculos
que impedían que se comportase como una ciencia acumulativa. Pero en su
nacimiento y desarrollo influyeron otros factores.

Uno de ellos fue el tamaño de la producción científica.


El crecimiento venía siendo exponencial y había
alcanzado un punto en el que la producción
empezaba a resultar inmanejable. Se calcula que el
90% de los científicos que han existido en la historia
de la humanidad están vivos. En este sentido, la
producción es enorme; el número de revistas
científicas creció en los años 80 y 90 sin que nadie
pusiera límites. Sintetizar toda esa producción
mediante revisiones narrativas sería una tarea
hercúlea. El Meta-Análisis viene precisamente a
proporcionarnos herramientas que nos faciliten la
labor.

Además, las revisiones sistemáticas no sólo nos dicen cómo estamos haciendo la
investigación en un campo particular y qué aspectos han sido cubiertos y cómo, sino
también cuales son las lagunas, las zonas oscuras que todavía no han sido
exploradas, así como las formas que más se han empleado y aquellas de las que
aún no hay ejemplares construidos. Nos traza el "mapa del campo".
Pero hay algo más. En 1994 Hedges calculó (Mann, 1994) que hasta ese momento,
las investigaciones y estudios, relacionados de alguna forma con la depresión,
alcanzaba la nada despreciable cifra de ¡100.000 estudios! De lo que tenemos que
hablar no es de si nuestra política científica es la más apropiada, sino más bien de
si nos la podemos permitir.
Ya no se trata sólo de definir una ciencia epistemológicamente creíble y
metodológicamente correcta, sino de asumir el concepto de ciencia sostenible. En
torno a conceptos como éste, es donde con mayor naturalidad florece la cultura del
reciclado, basada en la pregunta de si se pueden reutilizar los desechos, antes de
consumir recursos completamente nuevos.
Antes de afrontar una nueva investigación primaria sobre depresión, cabe
plantearse esa pregunta. Desde luego, es posible que aún no se haya realizado ese
estudio clave que dé con el quid de la cuestión. Pero parece razonable también
plantearse si en las miríadas de estudios ya realizados y publicados, no podría estar
escondida la respuesta a alguna de nuestras preguntas. Quizás esa información
podría ser reciclada de alguna forma. Quizás podría ser reorganizada y reordenada
para ver si surgen nuevos patrones insospechados. En cualquier caso, es
comprensible tener poca confianza en que el estudio 100.001 venga a dar con
alguna clave que a los anteriores les haya pasado desapercibida.
Independientemente de lo que se pueda hacer con lo ya publicado, lo cierto es que
los investigadores actuales ya han empezado a pensar en aquellos que en el futuro
harán integraciones meta-analíticas de su trabajo.
En 1999, la comisión creada al efecto por la American Psychological Association
(APA) recomendaba que en las revistas que patrocina se hicieran algunas
modificaciones en las secciones de resultados de los informes de investigación.
Específicamente se recomendaba incluir la estimación del tamaño del efecto o, al
menos, la información necesaria para que un futuro meta-analista pueda incluir sus
resultados en una revisión cuantitativa (Wilkinson et al, 1999). Esta acción
preventiva garantiza que en el futuro esa investigación pueda ser integrada en un
Meta-Análisis.
Aunque el Meta-Análisis nació en un contexto en el que parecía que su uso principal
sería la generación y organización de conocimiento científico, y especialmente sus
posibilidades para ayudar a dirimir debates teóricos, al final donde ha ido ganando
terreno inexorablemente ha sido, sobre todo, en ámbitos aplicados. Si nació en el
contexto de la valoración de resultados de investigaciones científicas, pronto dio el
salto a la Evaluación de Programas.
QUE ES ESTUDIO DE COHORTE?
Un estudio de cohorte es un estudio
epidemiológico, observacional, analítico, longitudinal prospectivo o retrospectivo,
en el que se hace una comparación de la frecuencia de enfermedad (o de un
determinado desenlace) entre dos poblaciones, una de las cuales está expuesta a
un determinado factor de exposición o factor de riesgo al que no está expuesta la
otra. Los individuos que componen los grupos de estudio se seleccionan en función
de la presencia de una determinada característica o exposición.
En los estudios de cohorte prospectivo, los individuos no tienen la enfermedad de
interés y son seguidos durante un cierto periodo de tiempo para observar la
frecuencia con que la enfermedad aparece en cada uno de los grupos. También se
llama estudio de seguimiento, de proyección o de incidencia, y tienen por objetivo
medir la causalidad entre factores de riesgo y la enfermedad a estudiar.
En un cohorte retrospectivo se seleccionan sujetos que tienen una determinada
enfermedad y se estudia qué factores de riesgo han tenido en el pasado que hayan
podido provocar dicha enfermedad.
Los estudios de seguimiento son los estudios prospectivos clásicos, caracterizados
por el hecho de que el planteamiento del estudio se produce con anterioridad al
desarrollo de la enfermedad. A pesar de que se trata de estudios muy costosos, al
requerir grandes recursos económicos y de tiempo, y de gran solidez ya que
la probabilidad de que estén sesgados es menor, hay que cuidar extremadamente
los aspectos del diseño y evitar sesgos, especialmente de clasificación y el de los
trabajadores sanos.

CASOS Y CONTROLES
Los estudios de casos y controles fueron empíricamente empleados por John
Snow en el siglo XIX durante sus investigaciones sobre las causas de la epidemia
de cólera, cuando comparó casos y no casos en cuanto a su lugar de residencia y
fuente de agua potable.2 Este tipo de diseño también fue utilizado por Lane-
Clayton, en 1926, en un reporte sobre factores reproductivos y cáncer de
mama.3 Sin embargo, es hasta los años cincuenta cuando se identifica como un
diseño epidemiológico específico, en los trabajos reportados por Cornfield, 4 y
Mantel y Haenszel;5 estos autores proporcionaron las primeras bases
metodológicas y estadísticas para su aplicación y análisis. Finalmente, en los años
setenta, Miettinen6 establece la concepción moderna de este tipo de estudios,
presentando las bases teóricas que establecen la estrecha relación que existe
entre este tipo de diseño y los estudios tradicionales de cohorte.

Con estos antecedentes es posible afirmar que información derivada de diferentes


estudios de casos y controles ha sido notoriamente útil para modificar políticas de
salud y avanzar en el conocimiento médico. A este respecto, los estudios de casos
y controles se han empleado exitosamente para evidenciar la asociación entre
consumo de cigarrillos y el riesgo de cáncer de pulmón,7 su interacción con la
exposición al asbesto con la elevada frecuencia de mesoteliomas, 7 así como el
antecedente de consumo de estrógenos (dietilestilbestrol), durante el primer
trimestre del embarazo, por las madres de adolescentes en las que se identificó
cáncer de vagina.8 Si bien se pudiera pensar que el diseño de cohorte conjunta los
factores idóneos para la observación epidemiológica, su realización está
seriamente limitada por la ausencia de poblaciones especiales en quienes
construirla y, frecuentemente, por la carencia de tiempo o recursos financieros
necesarios para estudiar los grandes grupos poblacionales que se requieren para
el estudio de enfermedades poco frecuentes; por esta razón, los estudios de casos
y controles se constituyen en una alternativa costo-efectiva para identificar
factores de riesgo y generar hipótesis para estudios subsecuentes; al respecto,
tiene diversas ventajas y desventajas que se resumen en el cuadro I.

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