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Modulo 2:

Clasificación de las normas según von Wright


Para Von Wright, las normas en general, se clasifican en normas principales y secundarias.
Normas principales
1) Reglas definitorias o determinativas: son aquellas que definen o determinan una
actividad, como, por ejemplo, las reglas de un juego.
2) Directivas o reglas técnicas: son reglas que indican un medio para alcanzar un
determinado fin.
3) Prescripciones: son las más relevantes a los fines de estudiar el derecho, puesto que las
normas jurídicas son prescripciones. Estas cuentan con ciertos elementos distintivos, a
saber: a) emanan de una autoridad normativa, b) están destinadas a un sujeto
normativo, c) la autoridad promulga la norma para que el sujeto conozca su voluntad,
d) para darle efectividad a su voluntad, la autoridad le añade a la norma una sanción.

Normas secundarias
1) Normas ideales: son normas que no se refieren directamente a una acción, sino que
establecen un modelo óptimo de una clase. Por esa razón, mencionan ciertas virtudes
características dentro de una clase determinada.
2) Costumbres: son especies de hábitos que exigen regularidad en la conducta de un individuo
en las mismas circunstancias. Estas normas tienen carácter social, lo que les da presión
normativa y eso es lo que las distingue de cualquier hábito.
3) Normas morales: estas normas resultan difíciles de identificar y existen distintas
interpretaciones sobre lo que son. Aquí veremos dos interpretaciones filosóficas posibles, a
saber:
a) Teológica: para esta interpretación, las normas morales emanan de dios y, por lo
tanto, son similares a las prescripciones que vimos precedentemente.
b) Teleológica: esta interpretación considera que las normas morales son como reglas
técnicas, es decir, un camino para llegar a un determinado fin.

Prescripciones en la teoría de von Wright


Para el autor, las prescripciones cuentan con 8 elementos que se distribuyen en un núcleo
normativo, en componentes distintivos y en elementos que sirven para definir la prescripción, a
saber:
1) Carácter: El carácter de una norma está en función de que la norma se dé para que algo
deba, no deba o pueda ser hecho. Así, cuando la norma:
 se da para que algo deba hacerse, la norma es de obligación;
 se da para que algo no deba hacerse, la norma es de prohibición;
 tiende a que algo pueda hacerse, la norma es de permisión.
Los caracteres “obligatorio” y “prohibido” son interdefinibles entre sí, ya que uno de ellos puede
definirse en términos del otro. Los caracteres obligatorio, prohibido y permitido se llaman
operadores deónticos y constituyen la llamada lógica deóntica. Pueden aparecer en
proposiciones normativas (como en las de la ciencia del derecho), pero con carácter descriptivo.

2) Contenido: ¿qué es lo prohibido, obligatorio o permitido? Son las acciones y las


actividades. Veamos qué constituye cada una:
 Acciones: se trata, por ejemplo, de matar, reír, insultar, pagar, etcétera. ¿Qué
abarcan? a) Cambios y sucesos, b) acciones ejecutadas por el hombre, c) y, por
lo tanto, les importan los cambios abarcados por la intención del individuo, esto
es, los resultados (distintos de las meras consecuencias, las cuales constituyen,
por el contrario, cambios que provoca el hombre de manera no intencional). Las
acciones pueden ser positivas o negativas.
 Actividades: se trata, por ejemplo, de fumar, caminar en el césped, etcétera.
Estas implican procesos. La diferencia entre un suceso y un cambio es que el
primero acaece en un momento, en tanto que el segundo se extiende de forma
continuada (Von Wright, 1970).

3) Condición de aplicación: es la circunstancia que tiene que darse para que exista la
oportunidad de realizar el contenido de la norma. Por la condición de aplicación, las
normas pueden clasificarse en las siguientes:
 Categóricas: son las normas que solo suponen las condiciones para oportunidad
de realizar su contenido.
 Hipotéticas: son las normas que, aparte de la condición de aplicación que
permite una oportunidad para realizar su contenido, prevén condiciones
adicionales que no se infieren de su contenido.
Componentes distintivos: no se encuentran necesariamente en otras normas.

4) Autoridad: es el agente que emite o dicta la norma. Por su autoridad, las normas se
clasifican en a) teónomas (emanan de un agente supra empírico, como, por ejemplo, de
dios), b) positivas (emanan de un ser humano), c) heterónomas (es la norma que un
agente le da a otro) y d) autónomas (es la norma que el agente se da a sí mismo). Las
normas jurídicas son positivas y heterónomas
5) Sujeto normativo: es el agente destinatario de la prescripción. Por sus sujetos, las
normas pueden clasificarse en a) particulares, esto es, cuando se dirigen a uno o a varios
sujetos determinados (es el caso de las sentencias judiciales) y b) generales, es decir,
cuando se dirigen a una clase de sujetos indeterminados por medio de una. Las
prescripciones generales, a su vez, pueden ser: 1) conjuntivamente generales, esto es,
cuando se dirigen a todos los miembros de una clase 2) disyuntivamente generales, es
decir, cuando se dirigen a uno o a varios sujetos indeterminados de una cierta clase. Las
normas jurídicas son generales
6) Ocasión: Es la localización espacial o temporal en que debe cumplirse el contenido de
la prescripción. Una norma con ocasión espacial, por ejemplo, sería aquella que
establece que está prohibido fumar en el hospital. Una norma ocasión temporal sería,
por ejemplo, una norma que disponga que, desde un plazo determinado hasta un
vencimiento, se debe pagar cierto impuesto. Las ocasiones de las prescripciones
también pueden ser: a) particulares, esto es, cuando establecen una ocasión
determinada (por ejemplo, "cierre la puerta de la calle hoy a las nueve de la noche") y
b) generales, las cuales, a su vez, pueden ser 1) conjuntivamente generales, es decir,
cuando menciona una clase de situaciones en las que puede o debe realizarse el
contenido (por ejemplo, "cierra la puerta todas las noches"), 2) disyuntivamente
generales, esto es, cuando su contenido debe realizarse en una cierta clase de ocasiones
(por ejemplo, "puedes ir al cine cualquier día de esta semana") y c) eminentemente
generales, es decir, cuando son generales respecto del sujeto y de la ocasión

Elementos que sirven para definir la prescripción:


7) Promulgación: Es expresar la prescripción mediante un sistema de símbolos para que el
destinatario pueda conocerla (Von Wright, 1970)
8) Sanción: Es la amenaza de daño que la autoridad normativa le puede agregar a la
prescripción para el caso de incumplimiento (Von Wrigth, 1970)
La teoría de Kelsen
La norma jurídica en la teoría de Kelsen
Para Hans Kelsen (2006), las normas, en cuanto a su condición de aplicación (retoma este
concepto de lo expuesto por von Wright), pueden clasificarse en las siguientes:
1) Categóricas: un ejemplo de estas puede resumirse en los términos de "deben ser ocho
años de prisión para Juan Pérez". Es, en suma, el caso de la sentencia judicial.
2) Hipotéticas: un ejemplo de estas, por su parte, puede resumirse en los términos de "si
alguien mata a otro, debe ser castigado con prisión de 8 a 25 años". Es el caso de las
normas jurídicas en sentido estricto.
Las leyes son, generalmente, normas de carácter hipotético.
A la vez, las normas jurídicas también pueden ser:
1) generales, es decir, aquellas referidas a clases de sujetos y clases de ocasiones
indeterminadas (es el caso de las leyes);
2) particulares, esto es, aquellas en las que se especifica a uno o a algunos sujetos, o bien
a alguna ocasión determinada (es el caso de las sentencias judiciales).
Finalmente, Kelsen (2006) plantea que las normas jurídicas pueden ser:
1) Primarias: son las que prescriben, en ciertas condiciones o no, la privación a un sujeto
de sus bienes por medio de la fuerza. Para Kelsen (2006), estas son las normas jurídicas
genuinas. Constituyen la norma que encontramos en los cuerpos normativos.
2) Secundarias: son derivadas lógicas de las normas primarias. Para obtener una regla
secundaria de una primaria, debe seguirse lo siguiente: el carácter de una norma
secundaria es un carácter de deber y su contenido es la conducta opuesta a la que figura
como condición de aplicación en una norma primaria (Kelsen, 2006).
Así, por ejemplo, si la norma primaria establece "el que mata a otro tendrá pena de prisión", la
norma secundaria, por su parte, se construye de la siguiente manera: "se debe no matar".
De las normas primarias hipotéticas, sí pueden derivarse normas secundarias, mientras que de
las normas primarias categóricas no (Kelsen, 2006).

Las normas jurídicas como juicio del deber ser


Kelsen (2006) distingue entre dos tipos de juicios: los juicios del ser y los de deber ser. Los
primeros son de carácter descriptivo y, de ellos, se puede predicar verdad o falsedad. Los juicios
de deber ser, en cambio, son de carácter prescriptivo y, de ellos, no tiene sentido predicar
verdad o falsedad. A los juicios de deber ser Kelsen (2006) los llama normas, pero se niega a ver
detrás de ellas una voluntad real y rechaza identificarlas con los mandatos. Existen normas que
no se originan en una voluntad real de quienes las dictaron y de normas que subsisten sin que
permanezca la voluntad en la que se originaron, como, por ejemplo, aquellas leyes que fueron
dictadas por un legislador que no sabe qué está sancionando.
¿Cuáles son las similitudes y diferencias entre una norma y un mandato? La similitud es parcial,
puesto que en el mandato la voluntad de quien lo emitió debe ser constante, mientras que en
la norma la voluntad que cuenta no es la de quien intervino en su formulación, sino la de quien
es el encargado de hacerla cumplir. La norma es un juicio de deber ser que expresa el sentido
objetivo de un acto de voluntad, en tanto que el mandato es la expresión de una mera intención
subjetiva de quien la formula.
En la norma, existe una propiedad que la sustituye. ¿Cuál es? La validez, para Kelsen (2006), es
la “existencia específica de la norma y constituye su fuerza obligatoria, cualidad que no la tienen
las meras órdenes”.

Estructura de las normas jurídicas.


Para Kelsen, la norma es una técnica de motivación social. En ese sentido, el autor distingue
entre las siguientes:
 Motivación directa: la norma indica directamente la conducta deseable y pretende
motivar a la gente solamente por medio de la autoridad o la racionalidad de la propia
norma.
 Motivación indirecta: pretende motivar al ciudadano estableciendo una sanción para la
conducta indeseable y un premio para la deseable. Las normas jurídicas constituyen un
caso de técnica de motivación indirecta, diferentes de las religiosas porque su sanción
está impuesta por un ser humano (Kelsen, 2006).

La sanción es un concepto central en la teoría de Kelsen. Es el acto coercitivo de fuerza actual o


potencial que consiste en la privación de un bien (por ejemplo, la vida, la propiedad, la libertad)
ejercida por un individuo autorizado al efecto como consecuencia de una conducta.
Una norma jurídica, en esta teoría, es aquella que prescribe una sanción. Si seguimos el esquema
presentado por von Wright, el contenido de la norma en la teoría de Kelsen es el acto coercitivo
que priva de un bien (sanción) y el carácter es de deber ser. En la teoría de Kelsen (2006), la
norma jurídica primaria es la que tiene como contenido un acto coercitivo que está calificado
como debido.
Para Kelsen (2006), las normas que no disponen de una sanción solo son normas jurídicas si
constituyen una norma secundaria que deriva de alguna norma primaria. En los sistemas
jurídicos, sin embargo, existen normas que no son actos coercitivos y que, además, no pueden
derivarse de enunciados normativos que mencionan actos coercitivos.
Estos enunciados para Kelsen no son normas, son partes de normas genuinas y forman el
antecedente de una norma auténtica en cuyo consecuente debe figurar siempre una sanción. En
suma, para Kelsen, un sistema jurídico estaría integrado solo por tantas normas como sanciones
se prevean. Cada una de las normas son extraordinariamente complejas, puesto que su
antecedente sería la conjunción de una serie enorme de enunciados (Kelsen, 2006).

Modelos de Ciencia Jurídica:


Antes de ingresar de lleno en el ámbito del conocimiento científico jurídico, es preciso dar una
mirada al conocimiento científico en general. Como explica Klimovsky (1997):
Es indudable el importante papel que desempeña la ciencia en la sociedad
contemporánea, no sólo en lo que respecta a sus aplicaciones tecnológicas sino
también por el cambio conceptual que ha inducido en nuestra comprensión del
universo y de las comunidades humanas. La tarea de comprender qué es la
ciencia importa porque es a la vez comprender nuestra época, nuestro destino
y, en cierto modo, comprendernos a nosotros mismos.

Por otro lado, Bunge (1987) explica que mientras los animales inferiores solo están en el mundo,
los hombres tratan de entenderlo y “en este proceso, construyen un mundo artificial: ese
creciente cuerpo de ideas llamado ‘ciencia’ que puede caracterizarse como racional,
sistemático, exacto, verificable y por consiguiente falible”.
Según este último autor, no toda investigación científica busca un conocimiento científico
objetivo. En ese sentido, Bunge divide entre ciencias formales (o ideales) y ciencias fácticas (o
materiales). Respecto de las ciencias formales dice que:
La lógica y la matemática, por ocuparse de inventar entes formales y de
establecer relaciones entre ellos, se llaman a menudo ciencias formales,
precisamente porque sus objetos no son cosas ni procesos, sino, para emplear
el lenguaje pictórico, formas en las que se puede verter un surtido ilimitado de
contenidos, tanto fácticos como empíricos.
Con esa distinción primaria, establece que una gran diferencia entre ciencias formales y fácticas
está dada por la especie entre los enunciados que se proponen establecer: “Mientras los
enunciados formales consisten en relaciones entre signos, los enunciados de las ciencias fácticas
se refieren, en su mayoría, a entes extra científicos: a sucesos y procesos” (Bunge, 1987). Esta
división, además, tiene en cuenta el método en virtud del cual se ponen a prueba los enunciados
verificables:
Mientras las ciencias formales se contentan con la lógica para demostrar
rigurosamente sus teoremas (los que, sin embargo, pudieron haber sido
adivinados por inducción común o de otras maneras), las ciencias fácticas
necesitan más que la lógica formal: para confirmar sus conjeturas necesitan de
la observación y/o experimento. En otras palabras, las ciencias fácticas tienen
que mirar las cosas, y, siempre que les sea posible, deben procurar cambiarlas
deliberadamente para intentar descubrir en qué medida sus hipótesis se
adecuan a los hechos. (Bunge, 1987, p. 8).

Como explica Klimovsky (1997), para algunos epistemólogos “lo que resulta característico del
conocimiento que brinda la ciencia es el llamado método científico, un procedimiento que
permite obtenerlo y también, a la vez, justificarlo”

¿Qué se entiende por conocimiento racional?


A) Está constituido por conceptos, juicios y raciocinios y no por sensaciones, imágenes, pautas
de conducta, etc. Sin duda, el científico percibe, forma imágenes y hace operaciones, por
tanto, el punto de partida como el punto final de su trabajo son ideas.
B) Esas ideas pueden combinarse de acuerdo con algún conjunto de reglas lógicas con el fin
de producir nuevas ideas (interferencia deductiva). Estas no son enteramente nuevas desde
un punto de vista estrictamente lógico, puesto que están implicadas por las premisas de la
deducción; pero son gnoseológicamente nuevas en la medida en que expresan
conocimientos de los que no se tenía conciencia antes de efectuarse la deducción
C) Esas ideas no se amontonan caóticamente o en forma cronológica, sino que se organizan
en sistemas de ideas, esto es, en conjuntos ordenados de proposiciones (teorías).

¿Qué se entiende por conocimiento objetivo?


A) Concuerda aproximadamente con su objeto. Vale decir que busca alcanzar la verdad
fáctica.
B) Verifica la adaptación de las ideas a los hechos recurriendo a un comercio peculiar con
los hechos (observación y experimento), intercambio que es controlable y hasta cierto
punto reproducible.
En su texto La ciencia, su método y filosofía, Bunge nos brinda un inventario de las principales
características de la ciencia fáctica. De esta forma, brinda un panorama claro acerca de las
características de las ciencias fácticas:

1) El conocimiento científico es fáctico: parte de los hechos, los respeta hasta cierto punto y
siempre vuelve a ello”
2) El conocimiento científico trasciende los hechos: descarta los hechos, produce nuevos y los
explica”
3) La ciencia es analítica: la investigación científica aborda problemas circunscriptos, uno a
uno, y trata de descomponerlo todo en elementos (no necesariamente últimos o siquiera
reales).
4) La investigación científica es especializada: una consecuencia del enfoque analítico de los
problemas es la especialización. No obstante, la unidad del método científico, su aplicación
depende, en gran medida, del asunto. Esto explica la multiplicidad de técnicas y la relativa
independencia de los diversos sectores de la ciencia
5) El conocimiento científico es claro y preciso: sus problemas son distintos y sus resultados
son claros. El conocimiento ordinario, en cambio, usualmente es vago e inexacto”
6) El conocimiento científico es comunicable: no es inefable, sino expresable; no es privado,
sino público. El lenguaje científico comunica información a quienquiera que haya sido
adiestrado para entenderlo
7) El conocimiento científico es verificable: debe aprobar el examen de la experiencia. A fin
de explicar un conjunto de fenómenos, el científico inventa conjeturas fundadas de alguna
manera en el saber adquirido. Sus suposiciones pueden ser cautas o audaces, simples o
complejas; en todo caso deben ser puestas a prueba
8) La investigación científica es metódica: no es errática, sino planeada. Los investigadores no
tantean en la oscuridad: saben lo que buscan y cómo encontrarlo”
9) El conocimiento científico es sistemático: una ciencia no es un agregado de informaciones
inconexas, sino un sistema de ideas conectadas lógicamente entre sí. Todo sistema de ideas
caracterizado por cierto conjunto básico (pero refutable) de hipótesis peculiares, que
procura adecuarse a una clase de hechos, es una teoría”
10) El conocimiento científico es general: ubica los hechos singulares en pautas generales y los
enunciados particulares en esquemas amplios. El científico se ocupa del hecho singular en
la medida en que es miembro de una clase o caso de una ley; más aún, presupone que todo
hecho es clasificable y legal
11) El conocimiento científico es legal: busca leyes (de la naturaleza y de la cultura) y las aplica.
El conocimiento científico inserta los hechos singulares en pautas generales llamadas leyes
naturales o leyes sociales”
12) La ciencia es explicativa: intenta explicar los hechos en términos de leyes y las leyes en
términos de principios. Los científicos no se conforman con descripciones detalladas.
13) El conocimiento científico es predictivo: trasciende la masa de los hechos de experiencia,
imaginando cómo puede haber sido el pasado y cómo podrá ser el futuro. La predicción es,
en primer lugar, una manera eficaz de poner a prueba las hipótesis, pero también es la clave
del control y aun de la modificación del curso de los acontecimientos
14) La ciencia es abierta: no reconoce barreras a priori que limiten el conocimiento. Si un
conocimiento fáctico no es refutable en principio, entonces no pertenece a la ciencia, sino
a algún otro campo.
15) La ciencia es útil: porque busca la verdad. La ciencia es eficaz en la provisión de herramientas
para el bien y para el mal.

El discurso científico según Vernengo

Explica Vernengo (1988) que conocer el derecho, normalmente, significa conocer el derecho de
un país, pero no cualquier tipo de conocimiento, sino un conocimiento que calificamos de
objetivo y que pretende la dignidad de científico: queremos lograr un conocimiento científico,
y, por ende, objetivo, de un cierto derecho positivo.

Toda ciencia debe delimitar con rigor el campo objetivo en el cual pone su atención. El campo
objetivo, ya sea el tema u objeto de una ciencia, va a determinarse en el transcurso de la
actividad científica, mediante la especificación de ciertos conjuntos finitos de notas que son
definitorias de los objetos de su dominio.

Afirma Vernengo que para que un discurso científico pueda proveer de cierta información
susceptible de verdad o falsedad este debe revestir coherencia. Un discurso científico para ser
válido o verdadero como información exige que sus enunciados sean confrontables entre sí.

Para Vernengo, el discurso científico debe estar compuesto de enunciados, es decir, de


oraciones gramaticalmente bien formadas de un determinado lenguaje natural y esos
enunciados deben ser susceptibles de verdad o falsedad.
Explica Vernengo que las ciencias dogmáticas que estudian el derecho argentino, formularán,
pues proposiciones verdaderas sobre un objeto que, en términos generales denominamos
‘derecho positivo argentino’. Pero esta denominación, por su propia latitud, poco nos dice sobre
la constitución de esa región objetiva, en cuyo conocimiento temático se afanarían las ciencias
jurídicas.

En ese sentido, primero debe tenerse en cuenta que el derecho argentino es un conjunto de
normas que regulan la forma de actuar de los miembros de una sociedad (los argentinos). Con
eso en mente, la ciencia jurídica es, para Vernengo, una disciplina científica que se ocupa de
desarrollar el estudio objetivo de diversos aspectos de los sistemas normativos que se
encuentran vigentes en una sociedad y en sus grupos componentes.

El problema de la cientificidad en el derecho según Bobbio.


Bobbio se plantea el problema de la cientificidad versus la jurisprudencia (aquí jurisprudencia
debe ser entendida como conocimiento del derecho). ¿Es una ciencia la jurisprudencia? En ese
sentido, las concepciones que el hombre ha propuesto del saber y de la ciencia han tenido
determinadas características que no le han permitido al jurista hacer entrar en ellas su propia
investigación (Bobbio, 1990). Así, sostiene el autor que existe un complejo de inferioridad del
jurista frente a los demás científicos, y que hay una duplicación del saber:
Si la jurisprudencia no es ciencia porque no entra en el concepto oficial de ciencia, eso no quiere
decir que no se pueda imaginar y construir también en el campo del Derecho y de la materia
jurídica un tipo de estudio que corresponda perfectamente a los cánones metodológicos de la
ciencia propiamente dicha, es decir, no está excluido que se pueda formar una ciencia del
Derecho que sea verdadera ciencia, aunque después esta verdadera ciencia no coincida con el
estudio del jurista, con la jurisprudencia.

Han existido distintas concepciones de la ciencia que no hacían un lugar a la jurisprudencia como
conocimiento científico. Entre ellas, la concepción racionalista (para la cual la jurisprudencia era
un arte práctico) y la positivista (para la cual la jurisprudencia permanecía apartada porque no
realizaba su trabajo sobre hechos experimentales, sino sobre proposiciones dadas e intocables
–las normas jurídicas–).
El autor habla desde una concepción moderna de ciencia. En ese sentido, sostiene que:
“las proposiciones científicas, según los modernos metodólogos, no son
proposiciones incondicionalmente verdaderas, en el sentido de que
reproduzcan por intuición (la idea) o a través de una operación experimental (el
hecho) una verdad, ideal o, de hecho, presupuesta. Sin más bien proposiciones
rigurosas”
Entonces, en este modelo, se pasa “de la verdad al rigor.” En ese sentido:
La cientificidad del discurso no consiste en la verdad, es decir, en la correspondencia del
enunciado con la realidad objetiva, sino en el rigor de su lenguaje, es decir, en la
coherencia de un enunciado con todos los demás enunciados que forman un sistema
con aquel (Bobbio, 1990)
Por ende, el valor científico en este modelo se da por el uso de un lenguaje riguroso. Aquí
podemos ver algunas notas distintivas con lo expuesto primeramente por Vernengo (quien
exigía, además, la veracidad de los enunciados).

¿Cuándo el lenguaje es riguroso según este modelo?

A) Cuando todas las palabras de las proposiciones primitivas del sistema están
definidas, o sea, cuando están establecidas todas las reglas de su uso y no son
nunca usadas más que respetando tales reglas.
B) Cuando están establecidas las reglas en base a las cuales de las proposiciones
primitivas se puedan recabar proposiciones derivadas y no se usan otras reglas
fuera de las establecidas.}
Por lo tanto, aquí la ciencia es un sistema cerrado y coherente de proposiciones definidas:
mientras más coherente, es más científico. Es necesario, entonces, desde un primer momento,
la elaboración de un lenguaje científico.
En esta concepción de ciencia presentada por Bobbio, la jurisprudencia sí puede ser considerada
científica.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de ciencia jurídica? Acepciones del término.
Núñez Vaquero (2014) sostiene que “pese a ser una discusión que dura ya varios siglos… no
está claro de qué estamos hablando cuando usamos la expresión ‘ciencia jurídica’ u otras
similares”
Sin embargo, el autor sistematiza diferentes acepciones del término en virtud de posiciones que
toman distintos autores. De esta manera, por ciencia jurídica puede entenderse

Acepciones de ciencia jurídica:


A) Para Kelsen y Alchourron y Bulygin: “Propuestas normativas sobre el método que
deben emplear los estudiosos del derecho, es decir, propuestas que pretenden
orientar a los estudiosos del derecho positivo para elegir qué método emplear.”
B) Para Scarpelli: “Estudios sobre las obligaciones morales de los juristas, es decir, sobre
los compromisos éticos que tendrían que respetar los estudiosos del derecho.”
C) Para Hernández Gil y Larenz: “Análisis acerca de la historia de las ideas jurídicas, que
exponen cuáles han sido los tipos de métodos jurídicos prevalecientes en cada
periodo histórico”
D) Para Courtis: “Trabajos que pretenden dar cuenta del papel que desarrollan los
juristas en la sociedad. Estos trabajos suelen mostrar una especial atención por las
relaciones entre derecho y política y cómo los juristas interactúan con el poder”
E) Para Cruz Parcero: “Análisis descriptivos acerca de cuáles son las actividades llevadas
a cabo por los estudiosos del derecho, que recopilan y analizan el conjunto de
operaciones intelectuales desarrolladas por ellos”
F) Para Lariguet y Calsamiglia: “Análisis que pretenden equiparar o trazar una analogía
entre el estudio del derecho positivo y otras disciplinas o que analizan la ciencia
jurídica con base en alguna otra disciplina como la sociología de la ciencia o como una
parte de la filosofía práctica.”
G) Para Navarro, Marique y Peralta: “Estudios que se concentran en el análisis del papel
que cumple una determinada parte de la dogmática, como la civilista, la penalista,
etcétera.”
H) Para Wrobleswki y Sastre Ariza: “Reconstrucciones sobre los diferentes modelos para
afrontar el estudio del derecho que profundizan en las implicaciones que tendría uno
de dichos modelos. Estos estudios frecuentemente reivindican uno como el genuino
método jurídico”
I) Para Kalinowski: “Estudios que se preguntan acerca de algún aspecto específico de la
ciencia jurídica, como la normatividad de la ciencia jurídica, o el ya mencionado tema
de su calificación como ciencia”
J) Para Tarello: “Los trabajos que tratan de dar cuenta de la influencia que tiene el
trabajo de los estudiosos del derecho sobre las decisiones judiciales”

La ciencia jurídica según Nino


Para Nino, la palabra ciencia es un término ambiguo y, a la vez, se trata de un término vago,
además, tiene una carga emotiva favorable
Ahora bien, ¿qué sucede con el discurso científico jurídico? Sostiene Vernengo (1988) que la
ciencia del derecho, como ciencia social, no queda reducida a un tejido de enunciados
formalmente relacionados pero vacíos de contenido; por el contrario, el discurso científico habla
del derecho. ¿Cuál es el campo objetivo o tema sobre el cual enunciaría proposiciones
verdaderas la ciencia jurídica? Las ciencias dogmáticas que estudian el derecho argentino
formularán proposiciones verdaderas sobre un objeto que puede decirse que es el derecho
positivo argentino (que no es una cosa material que pueda percibirse a través de los sentidos).
Sobre esta pequeña base introductoria, cabe preguntarnos lo siguiente: ¿qué modelos de ciencia
jurídica se han desarrollado para dar respuesta a preguntas como la de Vernengo? Muchos. Aquí
hablaremos de tres que son los que presenta Nino (2004) en la obra que hemos venido
estudiando, a saber:
1) el modelo presentado por Hans Kelsen;
2) el modelo presentado de Alf Ross;
3) el modelo presentado por Alchourrón y Bulygin

La ciencia del derecho según Kelsen


Kelsen, en su obra Teoría pura del derecho (2011), tiene como meta purificar a la ciencia jurídica:
por un lado, de elementos extra normativos, sociológicos, económicos, etcétera; por otro lado,
de elementos valorativos o ideológicos. Esta es la gran empresa de Kelsen que sostiene a su
famosa obra. Para el autor, la ciencia jurídica es una ciencia normativa: no porque formula
normas, sino porque las describe. El objeto de estudio de la ciencia jurídica son las normas
jurídicas válidas en un cierto ámbito:
La ciencia jurídica busca concebir su objeto 'jurídicamente', es decir, desde el punto de
vista del derecho. Pero concebir algo jurídicamente no puede significar sino concebir
algo como derecho, es decir, como norma jurídica o como contenido de una norma
jurídica, como determinado por una norma jurídica.
Entonces, para Kelsen (2011), la ciencia jurídica se compone de enunciados que describen
normas. Esos enunciados se llaman proposiciones normativas. Cada proposición normativa da
cuenta de una norma jurídica.
La diferencia, según el autor que nos guía en este modelo, es su función lingüística, en suma,
que las normas jurídicas son prescriptivas, mientras que las proposiciones son descriptivas. Una
de las principales críticas que se le ha formulado a esta distinción llevada a cabo por Kelsen es
que este autor les atribuye tanto a la norma jurídica como a la proposición normativa el carácter
de deber ser.

La ciencia jurídica según Alf Ross


Alf Ross fue un filósofo muy crítico de Kelsen. En ese sentido, su modelo de ciencia jurídica
presenta características distintas al explicado precedentemente. Ross, en cambio, considera que
las proposiciones de una genuina ciencia del derecho deben ser aserciones acerca de cuál es el
derecho vigente. Aquí cobra especial relevancia el concepto de vigencia.
¿Qué es el derecho vigente para Ross? Es el conjunto de directivas que probablemente los jueces
utilizarán en sus decisiones judiciales. Esto quiere decir que, para el autor, el sistema jurídico
puede estar compuesto por normas válidas (porque fueron dictadas por un legislador
competente por medio del procedimiento determinado por otra norma válida, etc.) y, sin
embargo, no ser utilizadas por los jueces en sus decisiones. Esto sucede a menudo: los
ordenamientos jurídicos contienen muchas normas que, a pesar de ser válidas formalmente, no
son utilizadas por los jueces en sus decisiones. Esas normas, para Ross, no son derecho vigente.
¿Qué es la ciencia jurídica para Alf Ross? Un conjunto de predicciones acerca de qué directivas
(se refiere a normas jurídicas) serán aplicadas por los jueces en sus decisiones. Ahora bien,
¿cómo se formulan esas predicciones? El jurista puede valerse de aportes de otras ciencias
(como la sociología y la psicología) que le suministren datos sobre el contexto social, económico,
etcétera, que rodea al juez, lo que permite tener mayor certeza en los juicios de probabilidad
relativos a sus futuras decisiones

La ciencia jurídica según Carlos Alchourrón y Eugenio Bulygin


En su obra Introducción a la metodología de las ciencias sociales, Alchourrón y Bulygin explican
lo siguiente:
Los filósofos del derecho parecen estar de acuerdo en que la tarea o, por lo menos, la
más importante tarea de la ciencia jurídica consiste en la descripción del derecho
positivo y su presentación en forma ordenada o 'sistemática', mediante lo cual se tiende
a facilitar el conocimiento del derecho y su manejo por parte de los individuos sometidos
al orden jurídico y, en especial, por quienes deben hacerlo por razones profesionales.
Sin embargo, los mismos autores explican que ese acuerdo básico es solo aparente, puesto que
las expresiones descripción o sistematización son usadas en diferentes sentidos. Por esa razón,
Alchourrón y Bulygin se detienen en explicar qué es, a su juicio, la tarea del jurista. Para ello,
distinguen dos tipos de tareas u operaciones que la ciencia jurídica desarrolla: en primer lugar,
consideran que tiene una tarea empírica, esto es, busca determinar qué enunciados constituyen
la base de un ordenamiento jurídico (esta sería la tarea principal de la ciencia jurídica en el
modelo de Ross); en segundo lugar, la ciencia jurídica formula operaciones lógicas de
sistematización del derecho, las cuales constan de dos pasos:
1) Primero se derivan las consecuencias lógicas de los enunciados que constituyen la
base del sistema y, para ello, se emplean ciertas reglas de inferencia. Esto permite
determinar defectos lógicos del sistema (lagunas, contradicciones y redundancias).
2) Se trata de reemplazar la base original del sistema por una base más económica,
pero equivalente a ella; en suma, un conjunto más reducido de principios que sean
lo más generales posibles, siempre que tengan las mismas consecuencias lógicas
que las normas que reemplazan

Dogmática Jurídica
Explica Nino que es una modalidad de ciencia jurídica caracterizada por "ciertas actitudes
ideológicas e ideales racionales respecto del derecho positivo, por determinadas funciones que
cumple en relación a él y por ciertas técnicas de justificación de las soluciones que propone"
(Nino, 2004)

La adhesión dogmática al derecho positivo


Sostiene Nino que el calificativo "dogmática" con el que se señala a ciertas investigaciones
jurídicas implica cierta actitud ante el derecho positivo. ¿Cuál es esa actitud? La de aceptar
dogmáticamente la fuerza obligatoria del derecho positivo.
Nino explica que la ciencia moderna precisa que las proposiciones que la componen sean
contrastables empíricamente "o, al menos, que deriven, o se infieran de otras proposiciones
verificables mediante la experiencia
Por ello, una creencia dogmática será aquella que implique creer que la verdad de una
proposición no se encuentra en tela de juicio, es decir, no se encuentra abierta a su
corroboración intersubjetiva y debate crítico sobre si cuenta con las exigencias necesarias para
ser considerada un conocimiento jurídico.
¿Qué sucede con las normas jurídicas? Nino sostiene que la aceptación de una norma puede ser:
1) Racional: la adhesión a ella se ve justificada tras haber cotejado el contenido de la
norma con otras normas y con criterios valorativos (por ejemplo, de justicia, de
conveniencia, etc.).
2) Dogmática: la adhesión no se funda en los criterios utilizados en la adhesión racional,
sino que se funda en, por ejemplo, la autoridad que la dicta, la eficacia que tiene la
norma, etcétera. Para poder adentrarnos en este tema, es preciso hacer un pequeño
repaso histórico.
Durante el siglo XVII y XVIII, paralelamente al movimiento iluminista, en el campo de la filosofía
y la política, se desarrolló una concepción jurídica consistente en sostener el siguiente
postulado:
 la existencia de un derecho universal y eterno, no fundado en la voluntad de dios, sino
en la naturaleza de la razón humana (es lo que en el módulo 3 estudiaremos como
iusnaturalismo racionalista).

El iusnaturalismo racionalista intentó construir grandes sistemas jurídicos similares a los


sistemas axiomáticos de la geometría. Entonces, de los principios evidentes para la razón
humana, se deducían las normas y se obtenían, así, sistemas precisos, completos y coherentes.
Estos sistemas tenían gran contraste con los que existían en ese momento histórico,
caracterizados por ser, por ejemplo, ordenanzas arbitrarias dictadas por príncipes, que
constituían un cuerpo normativo confuso e irracional. A partir de las críticas del iusnaturalismo
racionalista, se fue modificando el derecho positivo.
A mediados del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX comenzaron los movimientos codificadores
(lo que culmina en 1804 con la sanción del Código Civil francés). Los códigos en tanto cuerpos
normativos eran superiores, con pocas incoherencias comparadas con el anterior caos
normativo y, además, eran dictados por una autoridad que podía ser identificada.
En Francia se desarrolló lo que se conoce como la escuela de la exégesis: su principal
característica era que consideraba que la legislación es la única. En tanto, en Alemania, se
desarrolló la escuela de la jurisprudencia de conceptos, cuyos postulados eran:

1) la adhesión al derecho legislado como fuente casi exclusiva del derecho;


2) suposición de que el derecho legislado es preciso, completo y coherente;
3) la adopción de un método de "construcción", esto es, la combinación de conceptos
jurídicos fundamentales, por lo que se pueden hallar reglas contenidas implícitamente
en el derecho legislado;
4) limitación de la tarea del juez a una actividad puramente cognoscitiva, sin evaluar las
consecuencias prácticas de sus decisiones, a la vez que deberá inferir mecánicamente
de las reglas obtenidas -por el método de construcción- el derecho legislado.
Como puede verse, la actitud de adhesión a la legislación y la creencia de que tiene ciertas
cualidades formales (por ejemplo, que es precisa, coherente y completa) han sido
dogmáticamente aceptadas por la ciencia jurídica contemporánea. En la ciencia jurídica actual,
es una adhesión dogmática que se basa en el hecho de que las normas fueron sancionadas por
ciertos órganos con eficacia general.
Explica Nino que la dogmática jurídica cumple una función importante respecto del derecho
legislado:
…la de reformular ese derecho, proponiendo precisiones para sus términos vagos,
completando sus lagunas, resolviendo sus incoherencias y ajustando sus normas a
determinados ideales axiológicos; de esta forma, la dogmática jurídica presta su más
importante servicio a la administración de justicia.

A pesar de ello, sostiene el autor, la dogmática realiza esta importante tarea de manera
encubierta, puesto que utiliza un aparato de concepción retóricamente efectivo "que cumple la
función de hacer aparecer las soluciones originales que ella propone como si derivaran de algún
modo, a veces misterioso, del derecho positivo”
Como podemos ver, Nino (2004) considera que la dogmática jurídica cumple una función
sumamente relevante, solo que no lo hace de manera abierta, sino por medio de ciertas
técnicas, cuyos resultados aspiran a tener carácter científico.
1) El modelo dogmático del legislador racional: para Nino, una de las formas en la que la
dogmática jurídica reformula al derecho positivo y lo adecua a ciertos ideales -a la vez que hace
aparecer su tarea como una descripción "que el derecho encierra en forma latente" es a través
de la atribución al legislador de ciertas propiedades de racionalidad que se encuentran muy lejos
de las propiedades de un legislador real. En ese sentido, para la dogmática jurídica, el legislador
es
 un único individuo que ha dictado todas las normas que integran el ordenamiento
jurídico;
 Es imperecedero, en tanto mantiene con su voluntad la validez de las normas (incluso
las dictadas por hombres que ya han muerto);
 es consciente de las normas que sanciona;
 es omnisciente porque conoce todas las circunstancias fácticas comprendidas por la
norma que dicta;
 es operativo porque no dicta normas que carecen de aplicabilidad;
 es justo porque les imputa a sus propósitos las soluciones interpretativas
axiológicamente más adecuadas;
 es coherente porque su voluntad no puede contradecirse consigo misma;
 es omnicomprensivo porque no deja ninguna situación jurídica sin regular;
 es preciso porque su voluntad posee siempre una dirección unívoca con independencia
de las imperfecciones del lenguaje que utiliza.
La dogmática jurídica le atribuye al legislador ciertas características que no son reales. De esta
forma, sostiene Nino, los juristas dogmáticos pueden atribuirle al legislador soluciones que, en
realidad, proponen ellos mismos para, de esa manera, poder adecuar el sistema jurídico a ciertos
estándares axiológicos vigentes, cerrar lagunas, eliminar contradicciones, precisar términos
vagos, etcétera, sin que ello aparezca como una modificación del ordenamiento jurídico, sino,
antes bien, como si se tratara de una descripción del derecho vigente; en suma, como si de esa
forma realmente lo hubiese pensado el legislador.

2) Otras técnicas dogmáticas para justificar soluciones originales: cuando al sistematizar el


ordenamiento jurídico -tarea muy importante que hace la dogmática jurídica, según Nino- se
reemplaza un conjunto de normas por principios más generales y pretendidamente equivalentes
a ellas, se logra, de esta manera, una economía del sistema, cuyas consecuencias lógicas son
más fáciles de determinar. Lo que sucede es que a veces esas normas más generales son, a la
vez, más abarcativas que las normas que dictó el legislador, lo que permite derivar nuevas
normas que no estaban en el sistema originario y cubrir, de ese modo, las lagunas que este
último tenía (Nino, 2004).
 La dogmática, además, formula teorías. Estas buscan describir algún aspecto importante
de la realidad social o del status ontológico de alguna institución o concepto. Por un
lado, justifican las normas legisladas que se infieren de ellas y, por otro lado, permiten
la inferencia de nuevas normas que no pertenecen al derecho legislado
 Otra técnica comúnmente utilizada es la de la "naturaleza jurídica" de los institutos
jurídicos. Esto les permite a los juristas establecer soluciones normativas bajo la
pretensión de elucidar conceptos jurídicos que, supuestamente, reflejarían aspectos de
la realidad. ¿Qué propósito tiene buscar la naturaleza de las instituciones jurídicas?
Situar un caso determinado en un marco normativo propuesto originariamente para
otras situaciones.

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