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Chilean Huasos

Artista
Johann Moritz Rugendas (1802 - 1858)
Estilo artísitico
Romanticismo
Obra
Chilean Huasos (c.1836)
Tamaño
28 x 20 cm
Técnica
oil on canvas
Ubicación:
Private Collection Michael Graham-Stewart
Nº artículo
MGS172116
Número de Artículo Europeo (NAE)
4050356709634
cuadro
bridgeman berlin
Clasificación
Otras reproducciones

Juan Mauricio Rugendas


Biografia

De los artistas románticos alemanes que visitaron Chile durante el siglo XIX, Juan
Mauricio Rugendas fue, sin duda, el más relevante. Nació en Augsburgo, en 1802.
Recibió desde niño una prolija educación artística que incluyó diversos viajes a través
de países de Europa y América. En 1821, llegó a Brasil y dos años después publicó el
libro de grabados Viaje pintoresco en el Brasil.
Retornó a Europa y, al poco tiempo, su interés por otras culturas lo trajo nuevamente
al continente americano. En 1831, visitó Haití y luego México, donde residió durante
tres años. En 1834, llegó a Chile, iniciando de inmediato un intenso trabajo pictórico
que originó obras como Llegada del Presidente Prieto a la Pampilla, y El huaso y la
lavandera. En pocos meses, su carácter reservado y sensible le permitió acceder a
los salones más selectos de la sociedad santiaguina. En una de estas reuniones
sociales, durante 1835, conoció a Carmen Arriagada, esposa de su compatriota
avecindado en Talca, Eduardo Gutike. Con ella estableció una larga relación
sentimental, de la que se conserva un abundante intercambio epistolar.
En el ámbito profesional, la estada de Rugendas en Chile se caracterizó por los
numerosos encargos de pinturas que recibió y que debía cumplir para mejorar su
situación económica y así ayudar a su familia en Alemania. Por esta razón, y también
por motivos personales, realizó frecuentes viajes a través de gran parte del territorio
nacional. Durante un cruce de la cordillera de Los Andes, en 1837, sufrió un grave
accidente, que lo mantuvo en Mendoza durante dos meses y lo dejó con secuelas
físicas para el resto de su vida.
De regreso en Chile al año siguiente, continuó su trabajo y al poco tiempo se radicó
en Valparaíso, cuyos vecinos eran sus mejores clientes y donde recibía el mayor
número de encargos. Allí conoció a un nuevo amor, Clarita Álvarez Condarco, una
joven perteneciente a una familia acaudalada. Ella se sintió atraída por el pintor, pero
los padres de la joven lo rechazaron, a causa de su edad y condición económica. Pese
a la honda depresión en que cayó, su producción pictórica siguió en aumento, hasta
que en noviembre de 1842, recibió una carta de la joven Clara, confirmándole su amor,
pero rehusándose a volver a verlo. Desilusionado, diez días después abandonó el país
con rumbo a Lima. Sólo regresó a Chile para despedirse de Carmen Arriagada, en
enero de 1845, y ese mismo año partió a Uruguay, por la ruta del Cabo de Hornos,
para retornar definitivamente al viejo continente, donde murió a los 56 años edad.

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