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EL CONSTRUCTOR

DE LAS COLUMNAS

La característica más sobresaliente de la fachada del templo que edificó Salomón eran
las dos columnas (1 R. 7:15-22). Muchas cosas que encontramos en el Antiguo
Testamento, tal como el tabernáculo y el templo, son figuras, tipos. Las columnas
mencionadas en 1 Reyes 7 se refieren a la edificación del templo de Dios en el Antiguo
Testamento, mientras que las columnas de Gálatas 2:9 aluden a la edificación de la casa
de Dios en el Nuevo Testamento, y la columna mencionada en Apocalipsis 3:12, a la
Nueva Jerusalén en el reino venidero y en la eternidad. La edificación de la casa de Dios
depende totalmente de las columnas. Jóvenes, mi carga es que ustedes se den cuenta de
que su responsabilidad es inmensa. Hoy en día todos tenemos la oportunidad de oro de
ser perfeccionados y ser columnas. Creo que en pocos años, muchos de ustedes se
convertirán en columnas.

Las columnas del templo del Antiguo Testamento fueron construidas por Salomón por
medio de Hiram, “que trabajaba en bronce” y que “era lleno de sabiduría, inteligencia y
ciencia en toda obra de bronce” (1 R. 7:14). Salomón tipifica a Cristo, e Hiram tipifica las
personas dotadas mencionadas en el Nuevo Testamento. El hecho de que las columnas
no hayan sido construidas por Salomón directamente sino por conducto de Hiram,
indica que hoy Cristo no edifica las columnas directamente sino por medio de las
personas dotadas.

Ahora dedicaremos nuestra atención a Hiram, quien las construyó (1 R. 7:13-15; 2 Cr.
2:13-14). En 1 Reyes y en 2 Crónicas la Biblia tiene mucho qué decir acerca de Hiram.
David y Salomón consiguieron hombres hábiles para la edificación del templo, pero
Hiram es el único de estos peritos constructores que se menciona por nombre. La Biblia
no sólo menciona el nombre de Hiram, sino que también presenta su historial de
manera detallada y muy significativa, hablándonos de su madre, de su padre y de él
mismo. Al estudiar la Biblia, debemos tener en cuenta que ésta no derrocha palabras.
Todo lo que recalca o repite tiene significado. En vez de considerar algún versículo como
una simple repetición, debemos encontrar el sentido de cada repetición.

Cuando pasé mucho tiempo estudiando las columnas mencionadas en 1 Reyes 7 hace
casi cincuenta años, no vi ninguna luz. Sólo vi que los nombres de las dos columnas eran
Jaquín, que significa “El establecerá”, y Boaz, que significa “en ella está la fortaleza”. Sin
embargo, al considerar el sueño de Jacob y la experiencia que tuvo en Bet-el, empecé a
estudiar nuevamente estas dos columnas. Esta vez, resplandeció sobre mí muchísima
luz, como la lumbrera del cuarto día (Gn. 1:14-19). Al estudiar las columnas, descubrí
que muchos versículos mencionan a Hiram, el que las construyó. Me di cuenta, por lo
que me decía el Espíritu, que debía prestar atención a eso. Mientras estudiaba las
columnas, vino también la luz acerca de la madre y el padre de Hiram, cuyos nombres
no figuran en las Escrituras. Yo estaba muy turbado por el hecho de que, según el texto
hebreo, se afirma en 1 Reyes 7:14 que Hiram pertenecía a la tribu de Neftalí. Al ahondar
en estas cosas, me di cuenta de que necesitaba un mensaje completo para compartir mi
carga sobre el hombre que construyó las columnas.

Cuando usted oiga hablar del constructor de las columnas, tal vez diga: “No creo que yo
pueda ser un constructor. En tanto que la misericordia y la gracia de Dios hagan de mí
una columna, quedo muy satisfecho”. Pero no debe restringirse uno tanto. La gracia de
Dios es ilimitada. No sólo puede hacer de usted una columna, sino también un
constructor de columnas. No digo que todos nosotros seremos columnas o constructores
de columnas, pero sí creo que en los años venideros, muchos hermanos, y aun algunas
hermanas, se convertirán en columnas. Si usted no me cree ahora, le sugiero que espere
algunos años. Entonces verá muchas columnas levantadas en el recobro del Señor.
Cuando venga ese tiempo, me alegraré. Además, creo que muchos de nosotros nos
convertiremos también en Hiram, en constructores de columnas. Dios necesita estos
Hiram. En los días de Salomón se construyó un solo templo, pero ahora es necesario
edificar muchas iglesias locales. ¡Cuántos Hiram se necesitan para esta obra! Cada
iglesia necesita por lo menos uno. Cuando hay un Hiram en una iglesia local, esta iglesia
está en la gloria. Alabado sea el Señor porque El levantó a muchos como Hiram en el
pasado. Pero creo que en el futuro, el Señor perfeccionará a muchos más.

SU MADRE ES UNA MUJER


DE LAS HIJAS DE DAN

Veamos ahora lo que constituye a un Hiram o su constitución. Debemos conocer la


constitución de los que construyen específicamente las columnas, no el edificio en
general. En primero lugar, la madre de Hiram era “una mujer de las hijas de Dan” (2 Cr.
2:14). No se define si este Dan se refiere a la tribu o a la ciudad de Dan. Indudablemente
se refiere al pueblo de Dan, pues la ciudad de Dan también pertenecía a dicha tribu. El
padre de Hiram era un hombre de Tiro, que era un país pagano. Por consiguiente, la
madre de Hiram venía de la tierra santa y su padre de un lugar pagano. Por muy extraño
que parezca eso, la Biblia añade que Hiram mismo pertenecía a la tribu de Neftalí (1 R.
7:14). Por consiguiente, su madre era de Dan, su padre de Tiro, y él mismo era de
Neftalí. ¿Cómo pudo haber sido de la tribu de Neftalí, puesto que su madre era de Dan y
su padre de Tiro? La Biblia no lo dice. Es un misterio. A la luz del Nuevo Testamento,
podemos percibir el significado de este misterio. El Nuevo Testamento nos revela que
nacimos como seres pecadores y mundanos. Pero fuimos regenerados y transformados
en hombres resucitados. Ser un hombre resucitado por la regeneración y la
transformación equivale a ser trasladado a la tribu de “Neftalí” y dejar de pertenecer a
“Dan” y a “Tiro”.

Tomemos por ejemplo a un anciano que ha sido transformado. Un anciano no debe ser
un caballero, sino un hombre transformado. Aunque cierto anciano sea hijo de una
mujer de “Dan” y de un hombre de “Tiro”, él debe ser una persona trasladada a la tribu
de “Neftalí”. En la vida de iglesia, la tribu de “Neftalí” es la tribu de la transformación.
Cuando estamos en la tribu de “Neftalí” dejamos de ser como nuestra madre “de Dan” y
como nuestro padre “de Tiro”. Usted pensará que voy demasiado lejos al decir que
Neftalí se puede interpretar como la tribu de la transformación. Pero si sigue leyendo,
ciertamente se convencerá de que así es. Entre las doce tribus, sólo una tribu, la tribu de
Neftalí, es la tribu de la transformación. Judá es la tribu del reinado, Leví la del
sacerdocio, y José la de la doble porción. Neftalí es la tribu de la resurrección. Estar en
la resurrección denota estar en transformación.

La tribu de Dan es la tribu de la idolatría que hizo caer al pueblo de Dios y lo alejó del
camino. Génesis 49:17 declara: “Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la
senda, que muerde los talones del caballo, y hace caer hacia atrás al jinete”. Según
Jueces 18, eso fue exactamente lo que hicieron los danitas. Tomaron las imágenes que
Micaía tenía en su casa y al sacerdote que Micaía había contratado para servir en su
casa. Jueces 18:31 afirma: “Así tuvieron levantada entre ellos la imagen de talla que
Micaía había hecho”. Esto fue lo que más hizo caer a los hijos de Israel; fue el mordisco
de la víbora lo que hizo caer hacia atrás al jinete. Además, Jeroboam, el rey de las tribus
del norte, estableció becerros de oro en Bet-el y en Dan para que los hijos de Dios
cayeran (1 R. 12:28-30). Por esta razón, no se menciona a Dan en 1 Crónicas del 2 al 9,
donde todas las demás tribus de Israel se enumeran en detalle. En dichos capítulos Dan
queda excluido del registro del pueblo de Dios. Además, en Apocalipsis 7, donde los
hijos de Israel son sellados, no se menciona la tribu de Dan.

Detengámonos en algunos detalles relacionados con la tribu de Dan. Génesis 49:17


afirma que Dan era “serpiente junto al camino, víbora junto a la senda”. Dan era una
serpiente, una víbora venenosa, que mordía los talones de los caballos, y hacía caer
hacia atrás al jinete. En la carrera de la economía de Dios, esta víbora muerde el caballo
y hace caer hacia atrás al jinete. Lo dicho en 49:17 no fue pronunciado por un
calumniador, sino por Jacob como parte de la bendición para sus hijos. Cuando llegó el
momento de dar su bendición a Dan, Jacob tuvo que ser fiel a la inspiración de Dios.
Inmediatamente después de decir las palabras mencionadas en 49:17, Jacob dijo: “Tu
salvación esperé, oh Jehová”. Esto significa: “Señor sálvame de esta serpiente, esta
víbora”. En 49:16 Jacob dijo: “Dan juzgará a su pueblo, como una de las tribus de
Israel”. Aquí Jacob ora pidiendo que Dan permaneciera como tribu. Esto indica que Dan
corría el peligro de ser omitido. Por consiguiente, la oración de su padre también fue un
vaticinio. Dios oyó esta oración. En el libro de Ezequiel vemos que en el milenio
venidero la tribu de Dan será recobrada (Ez. 48:1).

Estos detalles acerca de Dan indican que una madre que sea “una mujer de las hijas de
Dan” es una madre en pecado. Todas nuestras madres son madres en pecado. En
Salmos 51:5 David dijo: “En pecado me concibió mi madre”. El hecho de que la madre
de Hiram perteneciera a la tribu de Dan indica que su origen, igual que el nuestro, era
pecaminoso. El propio apóstol Pablo dijo que él era el primero de los peca dores (1 Ti.
1:15). En la esfera espiritual, a los ojos de Dios la madre de Pablo también era “una de
las hijas de Dan”. Todos debemos confesar que nuestras madres también pertenecen a
“Dan”. Si usted desea convertirse en un constructor de columnas, primero debe
reconocer que nació en pecado. Podemos dar la apariencia de ser personas amables,
humildes, buenas y puras; pero nuestro origen o nacimiento es el origen de la serpiente
porque nuestra madre pertenece a “las hijas de Dan”. En Mateo 23:33 el Señor Jesús
llama “serpientes” y “cría de víboras” a los religiosos. Si ustedes me dijeran: “Hermano
Lee, usted no es bueno, usted es de una cría de víboras”, yo asentiría. En nosotros, es
decir en nuestra carne, no hay nada bueno (Ro. 7:18). Todos debemos reconocer cuál es
nuestro origen. Nuestro origen es el de una mujer que pertenece a la tribu de Dan, la
tribu de una serpiente que muerde los talones de los caballos y que hace caer de la
economía de Dios a los jinetes.

SU PADRE ES DE TIRO

El padre de Hiram era un varón de Tiro (1 R. 7:14). Según Ezequiel 28, Tiro era un lugar
dedicado al comercio (Ez. 28:16). Tiro era un centro mercantil, un lugar de comercio
internacional, como los es Hong Kong hoy. Por estar lleno de mercancías, Tiro era uno
con Satanás (v. 12). Ezequiel 28 revela que el rey de Tiro era uno con Satanás y que era
la corporificación misma de Satanás. Donde hay comercio, allí está Satanás, pues él está
en el comercio. Si ustedes desean ver a Satanás hoy en día, vayan a la ciudad comercial
de Hong Kong.

EL MATRIMONIO DE SUS
PADRES VA EN CONTRA
DE LA SANTA NORMA DE DIOS

La unión matrimonial de los padres de Hiram iba en contra de la santa norma de Dios
(Dt. 7:3). Una mujer de la tribu de la serpiente se casó con un hombre del país de
Satanás. ¡Vaya combinación! Esta mujer de la tribu de la serpiente se casó con un
hombre del país de Tiro por las riquezas, el comercio.
En la época de Hiram y también en la nuestra, se necesita habilidad para conseguir
dinero. Esta es la razón por la cual hay muchos institutos técnicos en Estados Unidos.
Las escuelas técnicas enseñan oficios, técnicas e intercambios que capacitan a la gente
para ganar dinero. La única meta de estos institutos y de las universidades es
proporcionar a la gente la capacitación necesaria para ganar dinero.

Les aliento a todos ustedes a aprender la forma de ganar dinero. He sugerido a mis
nietos que estudien medicina. Algunos santos han intentado disuadirlos aconsejándoles
que interrumpan sus estudios de medicina, y diciéndoles que sólo necesitan leer la
Biblia y amar al Señor, pero yo les he dicho: “No presten atención a esos consejos. Los
que dicen eso no saben nada de la vida. Háganle caso a su abuelo; él conoce la vida
mejor que todos ustedes. Estudien medicina”. Uno de mis nietos siguió mi consejo y
obtuvo las mejores calificaciones en su primer año de estudio. No se imaginen que esto
es amar al mundo. Como ustedes verán, tengo un propósito definido al hacer esto.
Hiram llegó a ser el constructor de las columnas. Pero si su padre no hubiera sido de
Tiro, él no habría tenido la habilidad de moldear las columnas. Todos nacimos de una
madre “de la tribu de Dan” y todos necesitamos un padre de Tiro. Si nuestro padre es de
Tiro, cuanto más lo sea, mejor. Si ustedes piensan que exagero al decir eso, les sugiero
que lean este mensaje hasta el final.

LLEGA A SER DE LA TRIBU DE NEFTALI

Según el texto hebreo de 1 Reyes 7:14, vemos también que Hiram pertenecía a la tribu de
Neftalí. Su madre era una danita y su padre de Tiro, pero Hiram finalmente llegó a
pertenecer a la tribu de Neftalí.

Una cierva suelta

En Génesis 49:21, Jacob dijo: “Neftalí, cierva suelta, que pronunciará dichos hermosos”.
Aquí Jacob elogia a Neftalí. Una cierva no parece tener relación alguna con dichos
hermosos. Sin embargo, no debemos entender la Biblia según nuestra mente natural,
sino conforme a la Biblia misma.

Confía y se regocija en Dios

Una cierva representa una persona que confía en Dios al hallarse en una situación
desesperada. Habacuc 3:17 y 18 declaran: “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides
haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y
las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me
alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación”. Son ciervos los que confían
en Dios y se regocijan en El en medio de una situación difícil, en la cual toda fuente de
abastecimiento es cortada.

Anda en alturas

Leamos Habacuc 3:19: “Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de
ciervas, y en mis alturas me hace andar”. Los que confían en Dios no andan en valles,
sino en las cimas de los montes. Si usted no sabe ejercitar la fe en Dios cuando se
encuentre en una situación desesperada, se arrastrará por los valles; no andará por los
montes ni saltará por ellos. Sólo los que confían en Dios cuando se hallan en una
situación difícil pueden saltar por las cimas de los montes. La gente dirá: “Observe que
la higuera no florece, la vid no lleva fruto, el olivo está seco, los campos no producen
alimento, los rebaños no están en el redil, y no hay ganado en los corrales. ¡Oh, la
situación es desesperada y nosotros estamos acabados!” Cuando oiga esto, debería decir:
“Alabado sea el Señor. Este es el momento de confiar en El”. Si usted actúa así, no se
desanimará. Por el contrario, saltará y brincará como una cierva en la cima de los
montes.

Vive en resurrección

La cierva también se menciona en el título del salmo 22, donde se lee: “Conforme a la
cierva de la aurora”. Este salmo trata de Cristo en resurrección, quien pasa por la
crucifixión. El primer versículo fue pronunciado por el Señor Jesús en la cruz: “Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Pero el versículo 22 declara: “Anunciaré
tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré”. Este versículo es
citado en Hebreos 2:12, que relaciona al Cristo resucitado con la iglesia. Por
consiguiente, el salmo veintidós, cantado con la melodía de la cierva de la aurora, trata
del Cristo que está en resurrección con miras a la iglesia. En el Antiguo Testamento la
cierva se refiere no solamente a una persona que confía en Dios y camina sobre las
cimas de los montes, sino también a alguien que vive en resurrección por causa de la
asamblea de Dios, por causa de la vida de iglesia.

¿Es usted una “cierva”, o “una tortuga”? Jamás he visto a una tortuga brincar sobre los
montes. Las tortugas se encuentran en terrenos bajos, cerca del agua. Los que confían en
Dios no son tortugas sino ciervas. Están en resurrección para el beneficio de la asamblea
de Dios, la iglesia. Podemos ser esta clase de persona solamente por la regeneración y la
transformación. Neftalí es la tribu de las ciervas, y una cierva representa una persona
regenerada y transformada, una persona que confía en Dios, camina en la cumbre de los
montes y vive en resurrección con miras a la vida de iglesia. ¡Cuán maravilloso es esto!
Pronuncia dichos hermosos

Neftalí también pronuncia dichos hermosos. Neftalí estaba en tierra de Galilea (Mt.
4:15). El primer grupo de apóstoles provenía de Galilea, y Hechos 1:11 se refiere a ellos
como “varones galileos”. De estos galileos, el pueblo de Neftalí, salieron dichos
hermosos, es decir, la predicación del evangelio. En el Nuevo Testamento vemos que la
predicación de estos galileos era la Palabra de vida (Hch. 5:20), la Palabra de gracia
(14:3), la Palabra de salvación (13:26), la Palabra de sabiduría (1 Co. 12:8), la Palabra de
conocimiento (v. 8), y la Palabra de edificación (Hch. 20:32).

SU PADRE DE TIRO MUERE Y QUEDA VIUDA SU MADRE DANITA

El apóstol Pablo era realmente un Hiram. No sé quien era la madre de Pablo, pero desde
el punto de vista espiritual, estoy seguro de que era “una de las hijas de Dan”, una hija
de la tribu de la serpiente. Indudablemente, en principio, el padre de Pablo era de Tiro.
Pablo fue instruido “a los pies de Gamaliel” (Hch. 22:3), un doctor de la ley. En aquel
entonces, la ley era la ciencia más elevada entre los judíos, y todo el que llegaba a ser
doctor de la ley era considerado una persona extraordinaria. Gamaliel le enseñó a Pablo
todo lo relacionado con la religión de sus antepasados. El hecho de que Pablo fuera
instruido a los pies de Gamaliel equivalía a estudiar en un seminario hoy. Un seminario
no enseña el comercio y, por lo tanto, difiere de un instituto técnico, pero el principio
del seminario y del instituto técnico es el mismo: impartir conocimiento.

Considere también el ejemplo de Moisés. Moisés nació de madre judía, pero fue criado
en la familia real de Egipto. Hechos 7:22 declara: “Y fue enseñado Moisés en toda la
sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras”. El era un erudito en
Egipto. Pablo era un erudito en conocimiento religioso, y Moisés era erudito en
conocimiento seglar. No obstante, el principio era el mismo. De todos modos, tanto
Moisés como Pablo llegaron a ser constructores de columnas. En 1 Corintios 3:10 Pablo
dijo que él era un “sabio arquitecto”. Moisés y Pablo tenían una madre danita y un padre
de Tiro. La familia real de Egipto era el padre de Tiro, el padre de Moisés, pues fue allí
donde él aprendió toda la sabiduría de Egipto, ésta fue la fuente de sus habilidades
egipcias. La enseñanza de Gamaliel fue la fuente del conocimiento de Pablo. De esta
manera, Gamaliel llegó a ser el padre “tiriano” de Pablo.

Veamos ahora un punto crucial: todos estos padres de Tiro deben morir. Hiram
aprendió el oficio de su padre “tiriano”, pero dicho padre falleció. En el caso de Moisés,
la familia real de Egipto murió y fue aniquilada. Después de que Moisés hubo obtenido
todo el conocimiento de los egipcios, la fuente egipcia cesó. Del mismo modo, después
de que Pablo lo hubo aprendido todo de Gamaliel, dicha fuente se cerró. Igualmente,
todos nosotros debemos ser hijos de una viuda. Nuestro padre debe morir, pero nuestra
madre debe permanecer viuda. Nuestro padre egipcio o nuestro Gamaliel debe morir,
dejándonos así como hijos de una viuda. Esto significa que la fuente de nuestras
habilidades seglares o religiosas debe morir, pero la fuente de nuestro ser humano debe
seguir existiendo. Hoy en día, todos debemos tener un padre fallecido y una madre
viuda.

En los tiempos de Moisés nadie aparte de él podía haber entendido el plano del
tabernáculo que Dios le dio, porque nadie más había recibido toda la sabiduría de los
egipcios. Moisés recibió la sabiduría de los egipcios antes de cumplir los cuarenta años
de edad. Después de obtenerla, él creyó estar en condiciones de libertar a su pueblo de
mano de los egipcios (Hch. 7:23-25), pero fracasó en su intento. Después de huir de
Egipto, vivió en el desierto por cuarenta años. Cuando cumplió ochenta años, se estimó
a sí mismo como muerto. En su salmo, el salmo noventa, dijo que el hombre puede
esperar vivir hasta los setenta años, y que los más fuertes pueden vivir hasta los ochenta
(v. 10). Cuando Moisés cumplió ochenta años, quizá haya dicho para sí: “Estoy acabado.
¿Qué puedo hacer? Hace cuarenta años, pude haber hecho algo, pero no puedo hacer
nada ahora. Todavía no estoy muerto, pero me estoy muriendo”. Mientras Moisés moría
allí en el desierto, un día vio una zarza que ardía (Ex. 3:2). La zarza ardía, pero no se
consumía. En la visión de la zarza ardiente, Dios parecía decir a Moisés: “Moisés, te haré
arder, pero no te quemaré. No necesito que seas el combustible. Cuando tenías cuarenta
años, tenías mucho combustible, pero ahora estás viejo y seco, y ya no tienes
combustible. He venido para hacerte arder”. Cuando Moisés tuvo esta visión, su padre
“tiriano” murió finalmente. Más tarde, mientras Moisés conducía a los hijos de Israel
por el desierto, lo que había aprendido en el palacio real le llegó a ser útil. Nadie más
tenía toda la sabiduría de los egipcios, y por eso, nadie más podía haber logrado lo que él
hizo en el desierto.

Ocurre lo mismo en el caso de un hermano que obtuvo mucho conocimiento bíblico en


el pasado. Este conocimiento bíblico es su padre “tiriano”. No obstante, este padre debe
morir. La fuente de su conocimiento bíblico debe ser eliminada. Entonces todo lo que
aprendió en el pasado llegará a ser útil en la resurrección, y él podrá compartir una
palabra como pocos pueden hacerlo. Así como la sabiduría de los egipcios llegó a ser útil
en el Moisés resucitado, también todo lo que aprendimos en la universidad, el seminario
o el instituto bíblico será útil en la resurrección. Pero si nuestro padre “tiriano” sigue
vivo y nosotros permanecemos en la vida natural, la habilidad “de Tiro” no será de
ningún provecho para la edificación del templo de Dios.

Animo a todos los jóvenes a terminar una carrera universitaria. No usen lo espiritual
como pretexto para no estudiar. Por el contrario, estudien con más diligencia que los
estudiantes que no son creyentes. Saquen las mejores calificaciones, y sigan estudiando
para obtener diplomas en educación superior. No se conformen con un solo doctorado,
procuren obtener dos o tres. También aprendan a hablar otros idiomas. Obtengan las
habilidades de “Tiro”, y el conocimiento egipcio. Conviértanse en doctores en biología,
medicina o física nuclear. Pero dejen entonces que muera el padre “de Tiro”. Ya
mencioné cómo alenté a mi nieto a estudiar medicina. Ahora les voy a decir lo que
realmente me interesa. Después de que él termine sus estudios de medicina, le diré:
“Olvídate de ejercer la medicina y usa tu capacitación médica para interpretar la Biblia”.
Su capacitación en medicina le será muy útil. Jóvenes, obtengan el conocimiento más
actualizado, gradúense en la universidad, y luego despídanse de su padre “de Tiro”.
Gradúense en el seminario y luego digan: “¡Seminario, gracias y hasta luego! No tengo
nada que ver contigo, pero usaré las habilidades que he recibido”.

Jóvenes, todos ustedes deben estudiar. No usen como pretexto los tres mensajes de
estudio-vida que leemos cada semana. Ustedes deben estudiar con ahínco y también leer
los mensajes de estudio-vida. De otro modo, yo no confiaría en ustedes, porque el Señor
no pondría ninguna confianza en ustedes. Ustedes deben conseguir el conocimiento de
“Tiro” y graduarse en “la universidad de Tiro”. Pero después de terminar su educación
“en Tiro”, deben poner a su padre “de Tiro” en un ataúd y sepultarlo, para que su madre
danita quede viuda. Entonces podrán pertenecer a la tribu de Neftalí, y serán útiles en
resurrección para el edificio de Dios.

Algunos me preguntarán acerca de los apóstoles Pedro y Juan, haciendo notar que ellos
no tuvieron una educación elevada y que en Hechos 4:13, los describían como hombres
“sin instrucción e indoctos”. Por supuesto, eso es cierto. Pero ¿quién fue el principal
constructor de columnas en el Nuevo Testamento? Pablo, indudablemente. Pedro
escribió solamente dos epístolas, mientras que Pablo escribió catorce. Pedro mismo
reconoció su limitación cuando recomendó los escritos de Pablo, pues dijo: “Nuestro
amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito” (2 P. 3:15).
Incluso reconoció que algunos de los escritos de Pablo eran difíciles de entender (v. 16).
Pedro parecía decir: “Ustedes deben leer los escritos de Pablo para aprender algo más
profundo que lo que yo pueda darles”. Necesitamos Pedros hoy en día, pero también
necesitamos Pablos, personas que pueden escribir más epístolas. Algunos dirán: “¿Y qué
del apóstol Juan? ¿Acaso no escribió él un evangelio de veintiún capítulos y el libro de
Apocalipsis que contiene veintidós capítulos?” La educación “de Tiro” de Juan sólo le
permitió hacer eso; él no pudo ir hasta donde fue Pablo. Juan pudo decir: “En el
principio era el Verbo”, “en El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”, y “he
aquí el Cordero de Dios”. Pudo decir a la gente que si creía en Jesús, tendrían vida, pero
que si no creían en El, morirían. No obstante, Juan no pudo escribir el capítulo cuatro ni
el siete de Romanos, ni el libro de Efesios. Si se le hubiera pedido, habría dicho: “No
puedo hacerlo. Vayan al hermano Pablo”. Juan estaba calificado para recibir la visión de
la gran ramera y de la Nueva Jerusalén, pero no para ser el autor de libros como
Romanos, Efesios y Hebreos.

Hoy en día se necesitan en el recobro del Señor personas cultas. Jóvenes, ustedes deben
intentar obtener la mejor educación. Distribuyan su horario cotidiano de esta manera:
siete horas y media para dormir, una hora y media para comer, una hora para hacer
ejercicio, ocho horas para estudiar y seis horas para las cosas espirituales. Si ustedes
usan su energía de esta manera, cuando lleguen a los treinta años, podrán empezar su
ministerio como lo hizo el Señor Jesús (Lc. 3:23). Estudien hasta la edad de treinta años.
Si muchos de ustedes emprenden este camino, no nos faltarán edificadores de
columnas.

No se casen demasiado pronto. No me gusta ver a los hermanos casarse antes de los
veinticinco años de edad. No tomen demasiado pronto la carga del matrimonio y los
hijos. Más bien usen su tiempo y sus energías para estudiar. Veintiséis años es una
buena edad para que los hermanos empiecen a tener hijos. Tampoco me gusta ver que
las hermanas se casen antes de los veintidós años. Si las hermanas se casan
prematuramente y de inmediato tienen hijos, tendrán demasiada carga, y eso las
perjudicará. Sigan el horario que les recomendé hasta que tengan veinticinco años, y
entonces observen los resultados. Sin duda esto será muy provechoso para el recobro del
Señor.

¿Está usted ansioso de ser un Hiram? Si ése es el caso, debe relacionarse con su padre
“de Tiro” y aprender las habilidades y el comercio “de Tiro”, y obtener el conocimiento
de los egipcios. No abandone sus estudios. Termine una carrera universitaria, y ojalá un
doctorado. Todos los santos de la iglesia deben ser personas eruditas. No somos ni
indoctos ni iletrados. Por el contrario, queremos tener la educación más elevada.
Deseamos tener toda la sabiduría de los egipcios, pero no deseamos trabajar para ellos;
deseamos trabajar para el tabernáculo santo. Deberíamos decir: “Estudié medicina y
física nuclear, pero no trabajo en eso. Laboro para la edificación de la iglesia. He
aprendido un oficio, pero no trabajo en él. Estoy edificando las columnas para el templo
de mi Dios”. Para cumplir esto, nuestro padre “de Tiro” debe morir; nuestra madre
danita debe enviudar; y nosotros debemos pertenecer a la tribu de Neftalí, la tribu de la
transformación. Sea usted una persona culta, pero no use su educación en los negocios
de este mundo. Usela plenamente para la obra edificadora del Señor. Su vida y su ser no
sólo deben ser transformados sino también trasladados. Ustedes deben dejar de
pertenecer a “Dan” y a “Tiro”, y pertenecer totalmente a “Neftalí”. Como ciervas sueltas,
debemos confiar en Dios, caminar en la cima de los montes y vivir en resurrección por
causa de la vida de iglesia, declarando palabras de vida, gracia, salvación, sabiduría,
conocimiento y edificación. Si somos así, seremos constructores de columnas.

***

Conocer la Biblia no es nada fácil. A veces cuando los traductores tienen dificultades con
un pasaje determinado, suponen que los manuscritos contienen errores. Pero cuando
indagamos las profundidades de la revelación bíblica, debemos adorar a Dios. A menudo
lo que a primera vista parece un error en los manuscritos resulta ser una verdad
misteriosa escondida en las Escrituras. Tal es el caso en 1 Reyes 7:14. Algunas versiones
traducen este versículo así: “[Hiram,] hijo de una viuda de la tribu de Neftalí”. Según
esta traducción, y lo que entienden casi todos los traductores, la frase de la tribu de
Neftalí modifica la palabra viuda. Esto significaría que la viuda pertenecía a la tribu de
Neftalí. Pero en 2 Crónicas 2:14 se afirma que Hiram era “hijo de una mujer de las hijas
de Dan”. ¿Cómo podía una hija de Dan pertenecer al mismo tiempo a la tribu de Neftalí?
Algunos traductores, pasando por alto el texto hebreo de 1 Reyes 7:14, hicieron todo lo
posible por reconciliar esta contradicción, pero fracasaron. Al estudiar el texto hebreo,
hemos descubierto que este versículo debería ser traducido así: “Hijo de una mujer
viuda, y de la tribu de Neftalí”. Por consiguiente, Hiram, el hijo, era el que pertenecía a
la tribu de Neftalí. Esto soluciona el problema.

En este relato acerca de Hiram, el constructor de columnas, vemos tres pueblos: el


pueblo de Dan, el pueblo de Tiro y el pueblo de Neftalí. La madre de Hiram pertenecía a
Dan, el padre era de Tiro, y él mismo llegó a ser de la tribu de Neftalí. No sabemos cómo
un hombre cuya madre pertenecía a Dan y cuyo padre pertenecía a Tiro, pudo llegar a
pertenecer a la tribu de Neftalí. Sólo sabemos que la Biblia lo dice.

EL TRASLADO DE HIRAM A LA TRIBU DE NEFTALI FUE ALGO


MISTERIOSO

La Biblia es profunda, y muchas cosas que revela son misteriosas. No parecía haber
ninguna razón para que Hiram fuese de la tribu de Neftalí, pero la Biblia nos dice
claramente que él pertenecía a esa tribu. Si consideramos el significado de Dan, de Tiro
y de Neftalí, adoraremos a Dios. Dan era un pueblo de víboras que mordían los caballos
en la carrera de Dios (Gn. 49:17), y Tiro, un centro mercantil que estaba relacionado con
Satanás (Ez. 28:12, 16). Es maravilloso ver que un hombre nacido de una mujer del
pueblo de la serpiente, y del pueblo relacionado con Satanás pudo llegar a pertenecer a
la tribu de Neftalí.
Neftalí es una cierva (Gn. 49:21) útil a Dios. La descripción de la cierva del Antiguo
Testamento es muy significativa. Según la Biblia, una cierva representa una persona que
confía en Dios cuando se encuentra en una situación sin salida. Debido a esta confianza,
el Señor la hace andar y hasta brincar sobre las alturas (Hab. 3:17-19). El título del
salmo veintidós revela que la cierva también representa a Cristo mismo, quien entró en
resurrección por el bien de la iglesia, después de pasar por el sufrimiento de la
crucifixión. Hebreos 2:11-12 revela que el Cristo resucitado vive para la iglesia. Por
consiguiente, la cierva representa una persona que confía en Dios, que camina sobre la
cima de los montes, y que vive por el Cristo resucitado con miras al edificio de Dios.

¿Qué prefiere ser usted, una serpiente, una persona “de Tiro”, o una cierva? Yo
preferiría obviamente pertenecer a la tribu de Neftalí, la cual confía en Dios, camina
sobre lugares elevados y vive en el Cristo resucitado con miras al edificio de Dios. Hiram
era una persona así.

Al leer esto algunas personas, pensarán que es simplemente una interpretación


alegórica o una deducción. Hacer deducciones no es erróneo. Si vemos las letras N-I-Ñ-
O, podemos deducir, con justa razón, que estas letras forman la palabra NIÑO. Esa
deducción no solamente es correcta, sino también necesaria. Para hacer deducciones
relacionadas con lo que dice la Biblia, primero debemos conocerla. Muchas personas
que no conocen el significado de la tribu de Dan ni del país de Tiro, dirían: “Dan es Dan
y Tiro es Tiro. No me interesan todas estas cosas”. Génesis 49:21 declara: “Neftalí, cierva
suelta, que pronunciará dichos hermosos”. Quizá usted nunca haya prestado atención a
este versículo. Neftalí es una cierva suelta y libre. Esta cierva no está en cautiverio y
tampoco está confinada en ningún redil. Está libre para brincar por la cima de los
montes. Debemos ser personas así, libres de todo cautiverio y de todo redil humano.

Ahora debemos preguntarnos cómo pudo un hombre nacido de madre danita y de padre
de Tiro pertenecer a la tribu de Neftalí. Esto es misterioso. Parte de la historia personal
de cada cristiano debe quedar en el misterio. Todo cristiano tiene una historia
misteriosa. Cuando yo era joven, disfrutaba mucho el fútbol. Podía jugar fútbol todo el
día. No obstante, cuando fui a jugar nuevamente después de ser salvo, sucedió algo
extraño. Mientras estaba esperando que me pasaran el balón, me di cuenta de que mis
piernas no se movían. Cuando me tiraron la pelota, no pude jugar. Anteriormente, era el
más rápido en la carrera y en conducir el balón, pero en ese momento no pude
moverme; así que tuve que salirme del juego. Los demás quedaron sorprendidos, y
algunos preguntaron: “¿Qué te ha pasado?” contesté:“Resulta difícil decirlo”. Esto es
algo misterioso. ¿Ha tenido usted experiencias misteriosas como ésta? De no ser así,
dudo que usted sea mi hermano o hermana en el Señor. Yo era un nato jugador de
fútbol, pero repentinamente me convertí en otra persona. En aproximadamente
cincuenta y cinco años, no he vuelto a jugar fútbol.

Nuestra vida regenerada contiene un elemento misterioso. Sí, nacimos de una madre
“danita” y de un padre “de Tiro”, pero fuimos regenerados para ser otra persona. Aun los
más jóvenes entre nosotros pueden testificar que les han sucedido ciertas cosas
misteriosas. Parte de su historia humana es misteriosa. Cuanto más tome usted este
camino, más misterioso será. Mi esposa tiene que reconocer que muchas veces no me
entiende. A veces algo me irrita, pero a los pocos minutos empiezo a decir: “¡Oh Señor
Jesús! ¡Alabado seas Señor, Amén!” Mi esposa usa su capacidad para entender lo que
pasa dentro de mí, pero no puede captar lo que me sucede. Puesto que es algo tan
misterioso, sólo puedo decir: “¡Alabado sea el Señor, cuán misterioso es esto!”

Dan y Tiro son visibles, pero Neftalí es invisible. La gente puede ver que nací de padres
físicos, pero no ven cómo me he convertido en una persona tan misteriosa. Los neftalitas
espirituales son invisibles y misteriosos. La gente no debería ser capaz de entenderlo
plenamente a usted. Si sus compañeros de clase pueden entenderlo plenamente, usted
está acabado. No sería un cristiano maravilloso, pues un cristiano maravilloso no debe
ser comprendido. Usted debe ser un rompecabezas para sus compañeros de clase o para
los que trabajan con usted. También debe ser una persona misteriosa en su vida
matrimonial. Aunque su esposa querida sea una buena hermana, usted debe ser
misterioso a los ojos de ella. Si usted no es misterioso, no creo que sea un buen
hermano. Las hermanas también deberían ser misteriosas para sus maridos. Delante del
Señor, puedo dar testimonio de que no entiendo ciertas cosas de mi esposa. Ella soporta
mucho más cosas de las que yo pueda concebir, por la vida misteriosa que hay dentro de
ella. Nosotros los cristianos tenemos un origen misterioso. Inclusive tenemos al
Originador misterioso dentro de nosotros.

Para nosotros, el hecho de que Hiram llegara a pertenecer a la tribu de Neftalí es un


enigma. Debemos inclinar nuestras cabezas y alabar a Dios por este elemento misterioso
escondido en la historia de Hiram. Es maravilloso que su historia no sólo relata que su
madre pertenecía a la tribu de la serpiente y que su padre pertenecía a la nación del
comercio, un país relacionado con Satanás, sino que también narra que él llegó a
pertenecer a la tribu de Neftalí. Por consiguiente, su historia deja oculta una parte de su
vida, que fue usada por Dios para Su edificio. Aunque en la Biblia no se menciona la
razón de ello, en nuestra experiencia podemos entender que ésta es la parte misteriosa
de nuestra vida cristiana. Cuanto más misteriosa sea la porción, mejor, porque esta
parte hace que Hiram pertenezca a la tribu de Neftalí y que sea constructor de columnas.
Del mismo modo, es esta parte misteriosa la que nos hace útiles para el edificio de Dios.
No debemos vivir como quienes nacieron de Dan o de Tiro. Debemos vivir como los que
han sido trasladados a la tribu de Neftalí. ¡Aleluya! Hoy en día no pertenezco ni a “Dan”
ni a “Tiro”, sino a la tribu de “Neftalí”.

EL PADRE, PROVENIENTE DE TIRO,


LA FUENTE DE LAS ACTIVIDADES SECULARES, TUVO QUE MORIR

El padre, quien provenía de Tiro y era la fuente de las actividades seculares, tuvo que
morir para que el hijo, que había aprendido estas habilidades de padre mundano, fuese
librado de los lazos mundanos. El padre de Hiram murió. ¡Qué diferencia habría habido
si su madre hubiese muerto en lugar de su padre! En ese caso, este relato no habría
correspondido a nuestra experiencia, y habría sido imposible usar una alegoría para
explicar este pasaje de la Palabra. Alabado sea el Señor porque fue nuestro “padre”
quien murió, y no nuestra “madre”. Esto significa que Dios eliminó la fuente de las
destrezas seglares. El padre representa la fuente de las habilidades, y la madre
representa la existencia humana. Si nuestra “madre” muriese y nuestro “padre” viviese,
seríamos “fantasmas” metidos de lleno en el mundo. Debemos seguir existiendo como
seres humanos. Pablo dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo”
(Gá. 2:20). El viejo hombre, el “padre” viejo, fue crucificado, pero nosotros seguimos
existiendo. Este “yo” que sigue existiendo es la “madre” de nuestra existencia humana.

Moisés es un buen ejemplo. El fue criado en la familia real de Egipto, donde fue
instruido en toda la sabiduría de los egipcios. A los cuarenta años de edad, se creyó
calificado para liberar a su pueblo de la mano opresora de los egipcios. Sin embargo,
fracasó porque todavía tenía a su padre “de Tiro”, es decir, su conexión con Egipto. Esto
indicaba que la fuente de sus habilidades no había sido cortada. El Señor intervino para
romper esa conexión, y Moisés huyó al desierto. El padre “tiriano” de Moisés y la familia
real egipcia murieron, pero Moisés siguió existiendo. La “madre viuda” permanecía. Ella
siguió viviendo, pero ya no atada a su marido.

Ahora apliquemos eso a nuestra propia experiencia. Podemos obtener un doctorado en


el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Pero después de conseguir el diploma, el
Instituto Tecnológico de Massachusetts debe morir. Esto no significa que usted deba
morir. Usted debe seguir viviendo, pero su existencia debe enviudar, separarse de la
fuente mundana. Usted conserva su capacitación, pero el origen, la fuente, de ésta es
eliminado. Su subsistencia es la “madre”, mientras que la fuente de sus habilidades, la
cual fue cortada, es su “padre” difunto. Ahora usted posee la habilidad sin la fuente, y su
existencia humana ya no está atada a su origen mundano.

Muchos hermanos y hermanas jóvenes no tienen una visión equilibrada cuando dicen:
“Estamos en el recobro del Señor y esperamos que el Señor vuelva pronto. El podría
regresar en dos años. Entonces, ¿por qué nos preocupamos por terminar la secundaria y
por prepararnos para entrar en la universidad? Debemos invertir nuestro tiempo en
orar-leer y en tener comunión con otros hermanos y hermanas. Puesto que el Señor
regresará pronto, ¿por qué hemos de desperdiciar nuestro tiempo leyendo y
estudiando?” Si ésta es la actitud de ustedes, el Señor puede demorar Su regreso hasta
que ustedes aprendan a estudiar. En realidad, ustedes no deben solamente procurar
terminar la secundaria, sino también graduarse en la universidad, y hasta obtener un
doctorado. Yo sé lo que hay en el corazón de los jóvenes. Muchas hermanas piensan que
es suficiente finalizar la educación media, o cuanto mucho, hacer una carrera media o
vocacional. Quizá digan: “Nosotras las hermanas no llegaremos al cargo de anciano.
¿Por qué desperdiciar nuestro tiempo estudiando? ¿No es suficiente aprender a escribir
a máquina para ganar seiscientos dólares al mes? Disfrutemos de una vida cristiana fácil
y de una feliz vida de iglesia”. Hermanas, abandonen ese concepto. Por mucho amor que
ustedes le tengan al Señor, si ustedes se aferran a este concepto, jamás le serán útiles al
El. El tiempo que ustedes pasen estudiando no se perderá. Como jóvenes, ustedes deben
utilizar su tiempo en sus estudios. El Señor puede regresar dentro de pocos años, pero
de todos modos ustedes deben estudiar y recibir la capacitación “de Tiro”. Si ustedes
tienen menos de veintitrés años, deben dedicarse a su educación. Deben terminar sus
cursos universitarios cuando cumplan veintidós o veintitrés años. Esta no es una regla
de la iglesia del recobro del Señor, sino mi enseñanza personal. De ahora en adelante,
cuando los hermanos y hermanas jóvenes acudan a mí, les preguntaré en qué grado van
en sus estudios. Si un joven de veintidós años dice que todavía no ha terminado la
secundaria, no desperdiciaré mi tiempo hablando con él. Esta persona que tiene cuatro
años de retraso en la escuela puede no ser muy despierta y podría no entender lo que le
comparta acerca de la Biblia. Pero si un hermano me dice que acaba de terminar su
primer año en una especialización, estaría contento de conversar con él acerca de las
profundidades de la Biblia.

Ustedes deben hacer todo lo que esté a su alcance para terminar una especialización;
pero después de lograrlo, deben estar preparados para cortar los lazos mundanos. No
quemen su diploma (lo necesitarán para los negocios), pero digan dentro de sí: “Mi
padre de Tiro ha muerto. El día de mi graduación fue el día de su funeral”. Después de
haber laborado durante años para conseguir su diploma, usted debe meter a su padre
“de Tiro” en un ataúd y sepultarlo. Jamás se jacte de haberse graduado en la
universidad. Después de que Moisés abandonó la familia real de Egipto, jamás volvió a
mencionarla; esa familia fue sepultada. A muchos cristianos que han obtenido algún
doctorado les gusta anteponer el título de doctor a sus nombres. Hace cincuenta o
sesenta años, muchos se complacían en decir que se habían graduado en Oxford o en
Cambridge. Algunos se jactan de su educación, pero nosotros después de haber
conseguido el diploma, debemos sepultar a Cambridge, a Oxford, y a todas las demás
universidades. El padre de nuestras habilidades “de Tiro” debe morir y ser sepultado.
Las habilidades son útiles, pero el padre tiene un olor fétido.

Al leer eso, usted quizá no entienda de que estoy hablando. Es un misterio, y no es


necesario entenderlo. Los mejores cristianos son aquellos que estudian diligentemente,
y luego como que olvidan que consiguieron un diploma. Sus parientes y amigos
incrédulos no comprenderán esa actitud. Para ellos, tanta dedicación, tanto tiempo y
tanto trabajo invertidos en la obtención de un diploma para luego no darle importancia,
es algo misterioso. ¡Alabado sea el Señor porque no nos entienden! Este es otro aspecto
de nuestro misterio cristiano. Nosotros los cristianos tenemos muchos aspectos
misteriosos. Por ejemplo, sé de algunos cristianos que gastan liberalmente su dinero en
beneficio de otros, pero no en el suyo. Sus parientes no entienden por qué aquéllos son
tan estrictos consigo mismos y tan generosos con los demás. Nosotros los cristianos
debemos tener una historia misteriosa. ¡Cuán misterioso es el hecho de que
conseguimos un diploma y luego cortamos lazos con nuestro padre “de Tiro”!

Si dicho padre no muere, nos atará al mundo, y nuestra educación llegará a ser el lazo
más fuerte. Por haber ministrado tantos años, he aprendido que ninguna persona
altamente educada puede entender la Biblia, a menos que haya cortado ese lazo
mundano. Enorgullecerse de la educación le impide a uno conocer las Escrituras. No
importa cuánta educación tenga uno, debe decir humildemente al Señor que usted es un
niño dispuesto a recibir enseñanza, y que todo su ser está totalmente vaciado. Usted
debe decir: “Señor, aunque tengo tres doctorados, no sé nada. No estoy lleno de mi
educación. Estoy vacío en mi espíritu, en mi mente y en todo mi ser”. Muchos
profesionales altamente educados están llenos hasta el borde. Por esta razón, aun
después de ser salvos, no reciben nada de la Palabra. Su orgullo se ha posesionado de
ellos. Debemos cortar lazos con nuestro padre “de Tiro” y convertirnos en un niño que
no sabe nada. Tenemos conocimiento, pero no estamos orgullosos de tenerlo ni estamos
saturados de él; por el contrario, deseamos estar vacíos. Si somos así, podremos
entender la Biblia.

Necesitamos algunos hermanos y hermanas que tengan doctorados. Sería de gran


provecho que algunos tuviesen un doctorado en el hebreo y el griego de la Biblia. Sería
útil que algunos consiguieran un doctorado en ciencias del espacio y en física nuclear. La
iglesia no debería ser pobre ni encontrarse en un nivel inferior. Por el contrario, debería
tener la gente del más elevado nivel. Jóvenes, esto debe convertirse en su carga.
LA MADRE DANITA REPRESENTA
LA EXISTENCIA HUMANA
Y PERMANECE VIUDA

Aunque el padre “de Tiro” debe morir, la madre “danita”, nuestra existencia humana,
debe quedar viuda. Jóvenes, si ustedes hacen caso a esto, después de muchos años
podrán decir: “Señor te agradezco por el mensaje acerca del padre ‘de Tiro’ y la madre
‘danita’. He conseguido un doctorado, y el padre de este diploma ha muerto, pero la
madre ‘danita’ sigue viva. Como hijo de esta viuda, todavía poseo mis habilidades”. Si
usted es así, ciertamente será útil en las manos del Señor.

Nosotros creemos que el Señor viene pronto, pero debemos contar con una vida larga en
la tierra para ser útiles al Señor. Al principio de mi ministerio, hacía continuamente la
oración de Salomón, pidiendo sabiduría para entrar y salir en el pueblo de Dios (1 R. 3:7,
9). Puedo testificar que el Señor ha contestado mi oración, pues me ha enseñado a
conducirme en la casa de Dios y a entrar y salir entre los santos. Además, con frecuencia
he orado pidiendo al Señor que me dé larga vida. No deseo aprender las cosas de Dios y
luego morir. Deseo vivir largamente para que todo lo que he aprendido resulte útil.
Todos los jóvenes deberían tener esta actitud y decir: “Señor, sé que vuelves pronto.
Pero no te quiero ver en resurrección, sino en el arrebatamiento. Yo quiero vivir
largamente hasta que Tú vengas, no para mi deleite, sino para ser útil a Tu propósito en
la tierra”.

Cuando mi madre murió en 1945, yo lloré. Aunque experimenté muchos sufrimientos en


los treinta y dos años que siguieron, casi nunca lloré en esos años. No obstante, en 1972
cuando me llegó la noticia del fallecimiento del hermano Nee, lloré. Lloré porque lo
conocía íntimamente, había pasado muchos años con él y había recibido mucha ayuda
de él en cuanto al recobro del Señor. Año tras año, él vio cosas nuevas y tuvo
experiencias nuevas. Casi todo lo que aprendió, me lo legó. Desde 1952 hasta su partida
con el Señor en 1972, él estuvo en la cárcel. Tengo la certeza de que durante esos veinte
años, él aprendió muchas cosas, pero no pudo compartir ni una palabra. Esta fue la
verdadera razón por la cual lloré. Cuan diferente sería la situación hoy en día si el
hermano Nee estuviera entre nosotros. Yo le doy gracias al Señor por aquellos que llevan
el arca conmigo, pero sigo teniendo un profundo sentir de soledad. Si el hermano Nee y
los demás colaboradores mayores estuvieran vivos, yo no tendría este sentimiento.
Cuando yo estaba con ellos en la China continental, había algunas personas más
experimentadas con las cuales yo podía tener comunión. Podía contarles asuntos, y
siempre me brindaban la ayuda que yo necesitaba. Pero cuando cuento algunos asuntos
a los hermanos hoy en día, me siento solo. Espero que en los años venideros todos
ustedes tengan muchos compañeros que estén a su nivel.
El hecho de que el padre “de Tiro” debe morir y que nuestra madre debe seguir viviendo,
significa que nosotros debemos pedir al Señor que nos conceda una larga vida. Debemos
decir: “Señor, no quiero morir pronto. Quiero vivir hasta los ochenta o noventa años. Si
no vienes para entonces, estaré dispuesto a morir. Pero prefiero vivir hasta que vengas”.
Todos nosotros, y particularmente los jóvenes, debemos orar así.

El Señor ha sido misericordioso al contestar mi petición de que me diera larga vida. Pero
no crean que nunca he estado enfermo. Tuve una úlcera gástrica, y también una
tuberculosis pulmonar grave de la cual me tomó dos años y medio recuperarme.
Debemos pararnos firmes en contra de toda debilidad para que nuestra existencia
humana permanezca. Díganle al Señor que no desean tener un cuerpo débil y enfermo.
No piensen que una persona espiritual debe ser físicamente débil. No se aferre al
concepto según el cual sólo podemos aprender a confiar en el Señor al estar físicamente
débiles. Este concepto es demasiado espiritual. Si usted es demasiado espiritual, no es
espiritual en realidad. Por el contrario, ustedes deben decir: “Señor, no estoy de acuerdo
con tener un cuerpo enfermo. Concédeme un buen apetito, una digestión adecuada y
mejor sueño. Señor, prométeme, como has prometido a otros, que mi fuerza será como
mis días. Cada día debe estar lleno de fortaleza. No quiero pasar ni un sólo día acostado
en la cama. Rehuso esta clase de existencia. Deseo ser fuerte y sano para ser útil a Tu
propósito.

Además de esta oración, ustedes también deben aprender a cuidar correctamente de su


cuerpo. No sean insensatos en su manera de comer. El Señor me ha dado una buena
esposa que controla mi manera de comer. Si no fuese por ella, yo habría aprovechado
todas las oportunidades para comer postre. Pero estoy sano ahora porque ella se encarga
de mi dieta. Todos los días como alimentos sanos. No se suicide gradualmente comiendo
de manera imprudente durante años; más bien, aprenda a mantenerse sano. Cuide su
cuerpo para que su madre “danita” viuda siga viviendo. En este aspecto nuestra meta no
es nuestra salud, sino ser útiles al Señor.

A pesar de la oposición, los rumores y las críticas, el Señor está abriendo puertas por
todo el país. El nos ha abierto una puerta que nadie puede cerrar. Pero carecemos de
columnas. Hace poco oí algunos testimonios de lo que el Señor está haciendo en varios
lugares. No obstante, no tenemos las columnas para ir al paso del mover del Señor. Las
puertas se abren también en Europa, pero no tenemos suficientes columnas. Debemos
reconocer que carecemos de columnas. Esta carencia se debe a la condición en que
estábamos. Pero desde ahora, debemos desechar nuestro pasado y seguir adelante. Los
jóvenes deben levantarse y decir a todo el universo que la situación pasada ha
terminado. Jóvenes, háblenle al Señor y díganle: “Nosotros los jóvenes no tenemos
ninguna historia. Todos nos levantaremos. Señor, ten misericordia de nosotros y haz
todo lo necesario para que en los años venideros hagas columnas de todos nosotros”.
Esta es mi carga. Anhelo ver que dentro de algunos años muchos jóvenes estén listos
para ser enviados. Si tuviésemos dos columnas firmes para ir a uno de los nuevos
lugares, dentro de algunos meses se abrirían otras tres localidades. Las puertas abiertas
siempre se multiplican así. Vamos a un lugar, y nuestra ida allí abre otros lugares. Todo
depende de las columnas.

Entre nosotros, casi todos los hermanos años. Los años que pasamos inactivos en el
cristianismo fueron un desperdicio. Transcurrieron muchos años, pero todo siguió igual.
Nuestros jóvenes no deben ser así. Incluso un solo mes debe marcar una diferencia. No
obstante, los hermanos y hermanas mayores no deben desanimarse. No es tarde para
seguir adelante. Se necesita personas que puedan pastorear a otros. Todos debemos
esforzarnos por ser útiles.

Estoy seguro de que la manera en que estamos obrando es absolutamente correcta. No


piense en la posibilidad de otro camino. Sumérjase en esta corriente y permanezca en
ella. Use esta oportunidad para aprender, ser entrenado, calibrado, saturado del Señor y
ser útil a El. Todos debemos aprender este camino y nunca volver al sendero antiguo.

Aborrezco el método viejo. Según éste, muchos van a las reuniones aferrados a sus
opiniones y pensando que tienen mucha experiencia. Cuando los hermanos ministran la
palabra, aquéllos “disciernen” el mensaje (en realidad lo critican), procurando
determinar si los hermanos se basan en la Biblia. Discernir a los hermanos no es
responsabilidad de ustedes. Dejen que el Señor se encargue de ese asunto. Más bien
aprendan sus propias lecciones y reciban toda la disciplina necesaria para ser útiles.
Todos debemos mantener esta actitud. No piense que usted es demasiado viejo para ser
útil. Todos los que desean ser útiles pueden llegar a serlo.

Esta no es una doctrina, sino mi comunión práctica con todos ustedes, especialmente
con los jóvenes. Jóvenes, espero que todo su ser quede abierto para que tomen una
decisión clara y digan: “Señor, ha llegado la hora. De aquí en adelante, haré lo posible
por aprender todo lo que necesito. Señor, te pido que me ayudes en este asunto. Después
de graduarme, mi padre ‘de Tiro’ debe morir, pero mi madre ‘danita’ debe seguir
existiendo. Señor, concédeme esta clase de vida para poder serte útil”.
LA CAPACITACION SECULAR ES UTIL
PARA EL EDIFICIO DE DIOS
SOLO EN RESURRECCION

Las habilidades seglares que hemos ganado serán útiles para el edificio de Dios
solamente en resurrección, es decir, después de que el padre mundano haya muerto y de
que nosotros, “el hijo diestro”, hayamos sido trasladados a la tribu de Neftalí. Después
de la muerte de su padre “de Tiro” y de que su madre “danita” haya quedado viuda,
usted no debe seguir siendo una persona natural. Todo lo natural es un desperdicio. En
lugar de ser natural, debemos esforzarnos por estar en resurrección en todos los
aspectos de nuestra vida. Este es un asunto importante. Cuanto más se ejercite en
permanecer en la resurrección, más útil será. Usted debe estar en resurrección aun en su
relación con su esposa. Todas las habilidades que adquirimos deben estar en
resurrección.

Anteriormente escribía con frecuencia una carta dos o tres veces, debido a que después
de escribirla la primera vez consideraba que algunas frases eran demasiado naturales y
no estaban en resurrección. Así que, rompía la carta y volvía a empezar. Después de
hacer el esfuerzo de escribir una carta, esperaba un día antes de mandarla por correo.
Mi propósito con eso era determinar si realmente esa carta estaba en resurrección.
Todos debemos aprender a obrar en resurrección y a vivir en resurrección. Este es un
asunto fundamental.

EL NEFTALITA TRASLADADO DEBE LLEGAR AL REY SALOMON EN


JERUSALEN

Hiram fue sacado de Tiro y llevado al rey Salomón en Jerusalén. Esto significa que el
Neftalita trasladado debe ser sacado de Tiro y llevado al rey Salomón en Jerusalén,
donde se encuentra el edificio de Dios (1 R. 7:13-14). El rey Salomón tipificaba a Cristo, y
Jerusalén, el lugar donde se encuentra el edificio de Dios, representa la iglesia. El
Salomón de hoy y el edificio actual de Dios están en la iglesia. En realidad, la iglesia de
hoy es Jerusalén. Aunque su padre “de Tiro” ha muerto, su madre “danita” viuda sigue
existiendo y usted está en resurrección, aún así usted debe venir a la iglesia porque éste
es el lugar donde se encuentra el edificio de Dios. Dios no construirá Su templo en Tiro.
Por muy útil que usted sea, si se queda en Tiro, no servirá para el edificio de Dios. Si
usted permanece en Tiro, aunque sea apto, su posición, su base, estará equivocada. El
Señor debe sacarlo de Tiro y llevarlo a Jerusalén. Si su padre “de Tiro” muere, su madre
“danita” sigue viviendo como viuda y usted está en resurrección y llega a Jerusalén,
entonces será útil para el edificio de Dios.
LOS CASOS DE MOISES CON JOSUE
Y DE PABLO CON TIMOTEO

Usted probablemente conoce los casos de Moisés con Josué (Nm. 27:15-23) y de Pablo
con Timoteo (1 Ti. 1:1-3; 2 Ti. 1:1-2, 6-8; 2:1-3). Moisés y Pablo se convirtieron
primeramente en columnas y luego en constructores de columnas. Moisés edificó a
Josué, y Pablo edificó a Timoteo. En realidad, Moisés no introdujo a los hijos de Israel
en el reposo; fue Josué quien lo hizo, y era una columna que Moisés había construido.
Del mismo modo, Pablo edificó a Timoteo, y éste se convirtió en una columna erigida
para llevar el testimonio de la iglesia. Tanto en el caso de Moisés como en el de Pablo
vemos que sus padres “de Tiro” murieron. En Filipenses 3, Pablo, hablando de sus
antecedentes religiosos, dijo: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he
estimado como pérdida por amor de Cristo”. Pablo había aprendido mucho a los pies de
Gamaliel (Hch. 22:3), pero Gamaliel, la fuente de la sabiduría de Pablo, debía ser
eliminado. No obstante, la existencia humana de Pablo permanecía. Además, tanto
Moisés como Pablo estaban en resurrección. También fueron sacados de “Tiro” y
llevados al lugar donde se encontraba el edificio de Dios. En el caso de Moisés, el edificio
era el tabernáculo, y en el de Pablo, era la iglesia. La historia relata que Moisés y Pablo
fueron extremadamente útiles en las manos de Dios. No sólo fueron columnas, sino
también constructores de columnas. Esto es lo que necesita la iglesia hoy en día. Si
deseamos satisfacer esta necesidad, todos debemos orar al Señor así: “Señor, por el bien
de Tu edificio, haz de mí una columna y un constructor de columnas”.

(Tomado del Estudio-vida de Génesis,


mensajes ochenta y cinco y ochenta y seis)
 

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