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LA MATERIALIZACIÓN DEL IMAGINARIO

RELIGIOSO EN AMÉRICA LATINA

Integrantes: Nathalia González


Isabel Farías
Jorge Valdenegro
Curso:
Docente: Valeria Navarro-Rosenblatt
I. LA MATERIALIZACIÓN DEL IMAGINARIO.

La religión es un elemento capaz de cimentar el desarrollo de las civilizaciones, capaz de


conformar su imaginario cultural, político y étnico, así mismo, la construcción de un
imaginario religioso es un trabajo que a veces puede continuar en desarrollo desde el mero
nacimiento de la comunidad como sociedad compleja y a su vez, la amplitud de la
cosmovisión puede ser influenciada hasta el punto que pueda parecer para los descendientes
de esa mezcla irreconocible y muchas veces, imposible de vincular dentro de una rama
cultural propia; aunque bien sabemos los que tenemos una cercanía con la historia y sus
ciencias auxiliares (como la Antropología) que no existe una tradición cultural propiamente
pura.

Bajo la idea anterior, en el panorama americano sucede algo extraordinario en su naturaleza,


la llegada de los conquistadores a Latinoamérica se produjo un mestizaje sumamente
complejo, dentro de este mestizaje cada civilización llega con sus raíces, sus genes,
costumbres y especialmente con sus creencias, cada cultura tiene su propia cosmovisión y
religiosidad, al suceder el choque entre los indígenas y los españoles, los del viejo mundo se
dieron cuenta que en el nuevo mundo tenían a diferentes dioses y creencias, desde ahí ellos
tuvieron la necesidad de evangelizar a quienes categorizaron como “infieles”. Y de esta
forma, en la comunión de estos dos mundos nace el sincretismo.

Para comprender la religiosidad latinoamericana debemos situarnos contextualmente, el


catolicismo de américa latina sólo es viable y posible desde el paradigma tridentino dentro de
la Iglesia Católica, que es cuando se aceptan entre otras cosas el culto a la Virgen María y a
los santos y la sistematización de las ceremonias litúrgicas (La Contrarreforma), idea que
profundizaremos más adelante. Volviendo a la matriz del párrafo, el cristianismo popular
contiene elementos ricos en tradiciones diferentes al catolicismo institucional, a diferencia de
la lúgubre perspectiva cristiana europea, Pedro Morandé nos cuenta que “lo americano” se
abre al mito, al milagro y contiene cierta indiferencia a las prescripciones moralistas (2003)

Los nuevos miembros gestantes de la nueva cultura, los españoles, con la idea de evangelizar
de una manera más práctica, utilizaron elementos y símbolos que desde la cosmovisión de los
indígenas eran sagrados como por ejemplo la naturaleza, los astros, etc, que son los
elementos que conforman a lo llamado “cristianismo popular”, el cual contiene elementos
cristianos de matriz que se empiezan a mezclar con componentes originarios de los indígenas.

En particular podemos observar esto en las vírgenes más conocidas de latinoamérica como es
la Virgen de Guadalupe, la Virgen de Copacabana, la Virgen del Carmen, entre otras, todas
estas tienen caracteres indígenas u provenientes de tradiciones prehispánicas, como por
ejemplo la diosa azteca Tonantzin y su transformación en la Virgen de Guadalupe,
entendiendo que la manera de evangelizar con imágenes de femeninas es por la cercanía,
visión y respeto que tenían los indígenas de la Madre-Tierra, que para ellos es sagrada. O el
retorno de la noción de Chau Ngünechen (“Gran padre”) a las culturas mapuches post llegada
de la hueste española denotando una clara influencia cristiana.

Sin embargo, para este informe nos inclinaremos por una noción en particular que no sólo es
prueba del sincretismo existente ya establecido, sino que también conforma la identidad
religiosa propia de esta latitud en particular, pero antes debemos entender que lo anterior no
es algo arbitrario, pues la evangelización es mucho más vinculante en la medida en que se
nutre de lo “sagrado” como se ha expuesto anteriormente. Por medio de esto adquiere sentido
y por ende, es parte del imaginario cultural de una sociedad; lo intangible toma importancia y
relevancia cuando más presencia tiene, y una muestra de la capacidad que tiene la religión
dentro del cotidiano social son las festividades, particularmente en el imaginario
latinoamericano puesto que estas existen y construyen la creencia espiritual.

Las festividades constituyen en esta latitud parte clave en cómo se vive la religión. Las
celebraciones litúrgicas, su desarrollo, características y presencia en el cotidiano de los
creyentes y no creyentes será el centro de este informe. En primer lugar por su aporte
significativo a la cultura idiosincrásica del país y desde luego como elemento conformador
de una tradición que se debe proteger. Y en segundo lugar por ser el resultado de dos
tradiciones que convergen tanto a nivel pragmático como abstracto, que se unen en la
vivencia espiritual pero también en conocimientos humanos puesto que evidencia la herencia
de nuestra especie como seres sociales que convergen en una dinámica de grupo y una
respuesta frente al devenir misterioso del destino donde lo divino se encuentra mientras “el
ser humano revela y esconde sus múltiples facetas en un perpetuo juego de máscaras y
ocultamientos” (Museo Histórico Nacional) transformando la rutina en distracción y
diversión, rompiéndola, encontrando lo sagrado, sin categoría más que aquello que le hace
sentido, lo nutre y lo tranquiliza.

En este trabajo abordaremos cuatro festividades religiosas de los cuatro puntos cardinales de
nuestro continente latinoamericano, con el fin de establecer los patrones de la cosmovisión
sincrética de la religiosidad popular propia de esta latitud. Con el objetivo de comprender las
nociones principales de las relaciones interétnicas e interculturales entre el cristianismo y las
cosmovisiones indígenas y en la medida en que estas han calado en el imaginario social y
cultural de nuestras naciones. Este recorrido inicia en México, luego bajando por los Andes
llegaremos a Perú para luego atravesar el Amazonas hasta llegar a Brasil para finalizar -
como nuestro continente - en Chile.

II. FIESTAS RELIGIOSAS EN CHILE


a) México

b) Perú

El Cristo Morado es una ilustración realizada de Jesús pintada en Adobe a mediados del Siglo
XVII. Está ubicada en el Altar Mayor del Santuario de las Nazarenas en Lima, esta figura fue
pintada por un esclavo originario de Angola y simboliza la celebración de orden católica más
importante del Perú así como también una de las mayores procesiones del mundo. La
celebración de este icono se realiza todos los Octubres en la capital peruana, mes que se
conoce entre los creyentes como “mes morado” aludiendo a la vestimentas utilizadas por los
fieles de este color considerado como sagrado (Villavicencio)

La composición del imaginario religioso está construido principalmente por la adscripción de


esta figura religiosa con diversos sucesos históricos del Perú, elementos que, fueron
sedimentados desde el paradigma virreinal, algunos de estos son la asociación de esta figura
con los hechos relacionados con los terremotos ocurridos en Lima desde el siglo XVII con
tanto impacto en la sociedad que fue declarado para 1715 como el “patrono jurado (...) contra
los temblores que azotan a la tierra” (Villavicencio).

El registro más antiguo del nexo entre esta figura religiosa con un movimiento telúrico data
desde el 1655, donde un 13 de Noviembre las ciudades del Callao y Lima (ambos bastiones
importantísimos del virreinato) cayeron en desgracia. Según el padre Giovanni Sabogal
Osorio, este terremoto fue el responsable de adherir el elemento divino a la creencia de este
cristo, pues, la cofradía de los Angoleños - facción desde donde había emergido el artista
mencionado anteriormente - quedó completamente destruida, salvo el muro de adobe donde
se encontraba la figura religiosa, esto fue considerado un verdadero milagro por la sociedad
limeña en aquella época, de acuerdo a Sabogal esto fue lo “que dió comienzo al culto popular
del Señor de los Milagros, propagándose rápidamente entre la feligresía local” lo anterior en
conjunto a otros sucesos misteriosos, como la intención de las autoridades limeñas de destruir
el muro con el fin de evitar profanaciones y la posterior no realización de la demolición
podemos inferior que la idea de que esta figura estaba bendecida se acrecentó, pues había
sido salvada por la Providencia, dos veces.

El Cristo de los Milagros es la personificación religiosa católica más importante del Perú, se
convirtió en el patrono de diversas instituciones y también de su capital.

Dentro de los elementos sincréticos destacables en el “Cristo Moreno” debemos considerar


primeramente su origen, el artista que fue el responsable de realizar la obra fue un esclavo
angoleño llevado al Perú, esto se adhiere a una práctica común en los virreinatos, el
desarrollo del barroco mestizo, donde los esclavos, mestizos e indígenas fueron responsables
de la construcción de la herencia material artística de la colonia. ¿Por qué es esto tan
importante a destacar? Convengamos en que las tradiciones que convergen en la América
Hispana es variada, personas con visiones de mundo y estructuras mentales completamente
diferentes se unen bajo el alero del cristianismo impuesto de parte de los españoles, variados
son los conocimientos que se tienen de elementos indígenas o africanos presentes en el arte
americano a raíz de la confluencia de tradiciones así como también la existencia de figuras
religiosas y divinas externas al cristianismo, que una vez adaptadas, eran capaces de convivir
en el imaginario religioso de las identidades en formación de las próximas naciones
americanas

El Señor de los Milagros tenía una gran afluencia de población africana, la existencia de esta
facción en el virreinato era también una lucha constante de mejora de condiciones dentro de
la sociedad en la que la población negra debía desenvolverse a raíz del tráfico de esclavitud o
aquellos que gozaban de libertad.

Por otro lado, gracias a la historiadora del tawantinsuyu, María Rostworowski se logró
establecer un nexo entre esta figura y una antigua deidad inca, Pachacamac, quien según la
investigación era un dios de múltiples cualidades y “el oráculo más importante del
Tahuantinsuyo”, relacionado por un lado, como aquel que continúa la subsistencia humana y
por otro - quizás la cualidad que más prevaleció - como aquel responsable de “mover la
tierra” cuyo culto puede ser rastreado incluso hasta un manuscrito de Tupac Yupanqui, quien
recurre a su poder para dominar una facción bajo el alero del Tawantinsuyu, a lo que el dios
responde bajo una lógica evidente: “Oh inga sol, yo no propongo nada puesto que suelo hacer
temblar la tierra entera con todos vosotros juntos. En efecto, no sólo aniquilaría al enemigo
sino que acabaría con todos vosotros y el mundo entero también. Por eso me quedo callado”
(Villavicencio)

De acuerdo a Rostworowski, podemos inferir que la situación puntual del movimiento


telúrico sólo revivió - de acuerdo a lo arrojado por su investigación - la antigua noción
histórica de Pachacamac, que como sabemos, bajo este contexto virreinal no podía
experimentarse libremente en el paradigma cristiano actual. Villavicencio apoyándose de
Rostworowski establece que la figura del Cristo Morado “fusiona la primigenia veneración
del dios Pachacamac de la cultura Ichsma con el Cristo de la religión católica traído a tierras
peruanas por los españoles”.

En la actualidad, los devotos limeños celebran a su patrono todo el mes de octubre, algunos
quizá sin la conciencia de la significancia de esta figura para las distintas facciones que
componen el panorama social de la capital peruana, de acuerdo a José Antonio Benito la
procesión significa, en el plano inmaterial “una vivencia espiritual compartida por cientos de
miles de peruanos, tanto en Lima como fuera de la metrópoli” comprendiendo la realidad
peruana desde su composición cultural incaica como post hispánica “ (...) En un país tan
social, cultural, económica y étnicamente diverso, el Señor de los Milagros asume un rol
integrador que no es ni transitorio ni meramente simbólico” con una tradición que ya alcanza
300 años de antigüedad.

c) Brasil

d) Chile
La fiesta a la virgen de la Tirana es una manifestación multicultural, es decir, es una mezcla
entre dos culturas. Para empezar, hay que entender que se celebra en esta fiesta, la leyenda
empieza en el año 1535, aquí es cuando Diego de Almagro salió del cuzco y fue rumbo a
Chile para conquistar.

https://www.uladech.edu.pe/index.php/uladech-catolica/la-universidad/todas-las-
noticias/item/2356-historia-del-cristo-morado-senor-de-los-milagros.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Se%C3%B1or_de_los_Milagros_(Lima)
https://camp.ucss.edu.pe/blog/300-anos-senor-de-los-milagros-como-patrono-de-lima/

III. BREVE CONCLUSIÓN (? PODRÍA TENER OTRO TÍTULO, NO SE ME


OCURRIÓ NADA XD)

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