Actualmente, en función de forma de vida, se exige la actividad del hombre
durante horas y lugares en que la luz diurna es deficiente, o falta en absoluto para el ejercicio de ciertas y determinadas tareas. En consecuencia se hace necesario considerar el desarrollo del alumbrado artificial dentro de particulares exigencias de calidad, con el objeto de complementar adecuadamente la iluminación natural o reemplazarla totalmente en determinadas circunstancias; sentando la premisa de que el alumbrado artificial debe satisfacer plenamente las necesidades del usuario en función del requerimiento de la tarea a realizar. Entre los aspectos más salientes que se deben tener en cuenta, merece destacarse el nivel de iluminación, el adecuado balance de luminancias dentro del campo visual, la eliminación de fuentes primarias y secundarias de deslumbramiento, y la adecuada y necesaria reproducción de colores. En la actualidad éstos requerimientos cualitativos y cuantitativos pueden ser satisfechos con soluciones técnico-económicamente convenientes como consecuencia de la alta tecnología alcanzada en el tema. Un alumbrado eficaz, debe también acentuar las cualidades y carácter confortable de un ambiente, en particular, para oficinas e industrias, ya que en ellos, el hombre de trabajo intelectual o artesanal pasa más del 70% de su vida activa, en función de creatividad y productividad. Las principales cualidades de un alumbrado, se pueden definir de la siguiente forma: Adecuada intensidad de iluminación. Conveniente distribución espacial de la luz que comprende la combinación de la luz general y la luz dirigida o funcional. Conveniente ángulo de incidencia del flujo luminoso, adecuada distribución de luminancias y eliminación de toda fuente de deslumbramiento en el campo visual. Adecuado color de la radiación luminosa y conveniente reproducción de colores .Ajustada elección de la fuente luminosa con su particular característica de distribución.
Con referencia a la intensidad de iluminación, tres aspectos deben ser
considerados para cumplimentar una tarea manual. El primero y más preponderante se relaciona con la higiene fisiológica en la tarea visual. En segundo lugar deben ser tenidas en cuanta las razones técnicas y económicas que puedan limitar la calidad de iluminación para una tarea determinada. En tercer lugar, considerar la relación entre la calidad de una instalación de alumbrado y la productividad.
2- Higiene fisiológica en la tarea visual:
El sentido de la vista se halla adaptado desde su origen, a los elevados niveles
de iluminación natural, para lo cual la naturaleza lo dotó de un sistema o red adecuada de conos y bastoncillos en su órgano de la visión. Ello permite el desarrollo de visión fotópica o escotópica, según se trate de ejercer la tarea visual en horas diurnas y nocturnas (Elevados o casi nulos niveles de iluminación). Intensos y sistemáticos estudios internacionales permitieron establecer que el sentido de la visión funciona en las mejores condiciones cuando el nivel de luminancia en el campo visual está comprendido entre 10 y 1000 candelas por metro cuadrado, es decir, con intensidades de iluminación mínimas de 100 a 200 lux, y valores máximos de 10000 a 20000 lux, con factores medios de reflexión del 30% al 60%, y sin superficies especulares o fuentes de deslumbramiento en el campo visual. Se ha comprobado y demostrado que la necesidad de luz de cada individuo, aumenta con la edad, para cada tarea visual, y es obvio destacar que en la actividad industrial encontramos personal con edades que van de los 18 años, hasta personas con 60 o más años de edad. Las personas de edad más avanzada necesitan mayor nivel de iluminación que los jóvenes para realizar una tarea visual con igual facilidad. Los investigadores Fortuin y Weston llegaron a las siguientes conclusiones: Los niveles luminosos para iguales condiciones de reflexión, tamaño y posición de una lectura con buena impresión (tamaño de los caracteres 3' y contraste del 95%) son los siguientes: Edad: 10 años; nivel luminoso requerido 175 lux Edad: 40 años; nivel luminoso requerido 500 lux Edad: 60 años; nivel luminoso requerido 2500 lux
Es de suma importancia, con requerimiento prioritario, tener presente la edad
del personal, ya que resulta inadecuado y deprimente para un trabajador de avanzada edad, generalmente de alta especialización artesanal o avanzado desarrollo intelectual, tener que trabajar en inferioridad de condiciones por malas previsiones en los niveles de iluminación. El tiempo de duración diaria de una labor con luz artificial es un factor preponderante en las posibilidades de ejercer adecuadamente una tarea visual, y bien sabemos que las tareas se desarrollan en dos turnos de cuatro horas o más, o uno de ocho horas o más diarias.
Podemos decir que para determinados locales y tareas, la iluminación natural
no debe ser tenida en cuenta como posible fuente luminosa, y en muchas circunstancias, lejos de ser la fuente básica de iluminación, pasa a ser un elemento complementario de segunda importancia, de la iluminación artificial.
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