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INTRODUCCIÖN
Esta práctica extensionista se inscribe en el marco de un proyecto de investigación
titulado “Espacios y prácticas sociales de activismo social: sentidos en pugna sobre la
violencia de género hacia las mujeres” 3 que aborda los sentidos que distintos grupos y
movimientos de mujeres, feministas y de género disputan sobre las violencias en el
escenario social, en reclamos por derechos; se sostiene que ”…en un contexto de crisis
1
En adelante CCI
2
Participan de la Red Abrapalabra: Centro de Salud Santa Isabel(EAC), CAPS Mirizzi y Cabildo
Anexo, UPAS 15 (Nuestro Hogar III), CPC-Programa Familia (Villa del Libertador) , Centro de
Salud 42 (Comercial), “La Casita” (Villa Libertador), Copa de leche “La casita feliz” (Inaudi Anexo),
Comedor Infantil Pan y Manteca (Mirizzi), Centro Vecinal de barrio Comercial y Carbó.
3
Proyecto de Investigación: Espacios y prácticas de organizaciones feministas y movimiento de
mujeres: Sentidos en pugna sobre la violencia de género. Dirigido por Mgter Maite Rodigou,
integrado por López, C.J., Ceccoli, P, Puche I y Aimar, V. Proyecto con subsidio de SECyT, UNC.
Periodo 2010-2011. Radicado en Programa Interdisciplinario de Estudios de Mujer y Género -
CIFFYH, UNC. Actualmente Área Femges.
de los modelos sociales, la realidad instituida de los géneros se modifica en un proceso
donde distintos actores sociales disputan sentidos hegemónicos respecto de las
identidades y roles de género”. Y sigue…”Nos interesa la dinámica existente en los
grupos del activismo de género, las demandas que plantea al Estado y la sociedad, y las
respuestas que se dan a las mismas que instalan nuevas acciones desde los grupos
activistas, generándose un espacio de producción de sentidos que se solapan, que se
deslizan, se fijan, se amplían o restringen, y entran en conflicto, respecto de lo que se
considera violencia de género, y que afectan las institucionalidades, especialmente las
que tienen que ver con el Estado”.
A lo largo del proyecto, se recuperan normativas provinciales, nacionales e
internacionales sobre violencia hacia las mujeres, se reconstruyen los sentidos sobre las
violencias, se establece la importancia de reconocer las prácticas de los grupos como
“espacios de experienciación” que implican un lugar posicional/situado de enunciación y
autorización para los hablantes, entre otros temas. Éstos, se constituyen en recursos
conceptuales significativos para el presente proyecto de extensión posibilitando
herramientas teóricas para la lectura de realidad e intervención con las mujeres en
situaciones de vulnerabilidad de derechos.
Por otra parte, la articulación con el proyecto de investigación, posibilitó canales de
comunicación y vinculación con distintos grupos, colectivas y movimientos de mujeres
para la realización de distintas actividades y acciones a realizarse en distintos puntos de
la ciudad de córdoba, durante fechas claves de la agenda feminista.
Por tanto, los recursos teóricos y la facilitación de vínculos con organizaciones se
constituyeron en insumos necesarios para la reflexión e intervención en la práctica
extensionista que toma como problemática de análisis lugar que se asigna socialmente a
las mujeres en las relaciones de poder entre los géneros.
De aquí que el presente proyecto se aboca a re-conocer, problematizar y
transformar aquellas situaciones cotidianas que, vivenciadas como “malestar”, se
constituyen en violencias para la vida de las mujeres fundadas en la asignación de roles y
estereotipos del “ser mujer”; cuyos efectos tienen consecuencias para la vida de las
mujeres y afectan los propios derechos.
Específicamente utilizar el teatro como dispositivo apunta a generar espacios de
participación, sensibilización, recreación y reflexión crítica mediante el uso no solo de
lenguaje verbal sino también corporal, posibilitando el protagonismo de las mujeres con
quiénes intervenimos, la recuperación de su autoestima, la apropiación del tiempo y el
espacio propio y el fortalecimiento de las relaciones interpersonales.
Se considera que las expresiones artísticas y la posibilidad de adentrarse en otros modos
de expresión, permite recuperar potencialidades, ejercer un rol protagónico y lograr
reconocimiento social que favorezca el ejercicio de derechos.
También se considera que el teatro como modo de objetivación de las
problemáticas especificas trabajadas (como la violencia física, sexual, psicológica hacia
las mujeres, roles estereotipados de género, lugar de subordinación en el espacio social y
laboral, entre otros) posibilita recursos para la sensibilización y reflexión en el público
espectador.
Es de señalar, que en la zona sur se encuentra la Red Abrapalabra de la cual el
proyecto “Mujeres al teatro” forma parte. La Red nuclea a los efectores de salud
pertenecientes a los dispensarios, centros de salud, hospitales, centros comunales y
vecinos/as del sector de zona sur de la ciudad de Córdoba. Entre las actividades que se
desarrollan junto con la Red, se organizó, planificó y realizó el 8° Encuentro de Mujeres de
Zona Sur, donde se analizaron problemáticas que afectan a las mujeres de dicho sector
mediante una diversidad de dispositivos,. También desde la vinculación con dicha Red se
construyó la posibilidad de establecer canales de comunicación con el proyecto de
extensión universitaria “Culturas Itinerantes”, y otros grupos y movimientos sociales que
invitaron al grupo de mujeres con quienes trabajamos a participar de jornadas culturales y
a poner en escena la obra de teatro
Es de remarcar que por las articulaciones promovidas desde el propio proyecto, se
realizaron presentaciones de obra en diferentes contextos rurales y urbanos, junto a
distintas instituciones educativas, organizaciones y movimientos sociales, de mujeres y
feministas, tanto en actividades y acciones barriales como por distintos lugares de la
provincia de córdoba.
MARCO TEÓRICO
Plantear una propuesta de intervención con mujeres desde un enfoque psicosocial con
perspectiva de géneros utilizando el teatro como dispositivo, abre a las preguntas sobre
una particular lectura de realidad y una propuesta de intervención.
Entendemos que el quehacer en el campo psicosocial se construye desde
diferentes configuraciones teóricas y nos hacemos eco de la propuesta de Rodigou
Nocetti (2004) cuando plantea: “…. cada encuentro con los/las otros/as, cada
intervención, cada contacto que establecemos en tanto psicólogos sociales, implica
reconfigurar una praxis que nunca es idéntica, aunque existan ciertos principios básicos
permanentes… que se sostienen en mis presupuestos paradigmáticos -ontológicos,
epistemológicos, metodológicos”(p. 60) , éticos y políticos.
Por tanto, se vuelve necesario aclarar en base a lo dicho, que si bien cierto
posicionamiento condiciona una particular modalidad de intervención, ello no imposibilita
nuevos recorridos o revisiones de lecturas de procesos que se ponen en juego en el
encuentro con otras.
El campo psicosocial desde el abordaje en psicología social, y siguiendo a Correa,
lo entendemos “como campo que estudia e interviene en la trama psicosocial en un orden
sociohistórico en que se configuran representaciones sociales que enlazan sujetos y
realidad, propuesta a superar la lectura dilemática e ingenua de la relación individuo-
sociedad, por una construcción en desarrollo y transformación en la realidad de la vida
cotidiana”. (Correa, 2003 p. 58)
Tomando en consideración la importancia de los sentidos que se construyen en las
tramas psicosociales de determinado orden sociohistórico cultural y atendiendo a la
particularidad de los sujetos sociales con quienes intervenimos, es que resulta productivo
la articulación con algunas teorizaciones desde una perspectiva de géneros. En este
sentido, se posibilita una lectura situada de las relaciones sociales entre los géneros
entendida como relaciones de poder, que habilita reconocer otros sentidos que ingresan
al momento de reflexionar sobre y con las mujeres y desde dónde se piensan a sí mismas
a partir de sus experiencias cotidianas.
Siguiendo a Susana Gamba (2009), la “perspectiva de géneros” refiere a “marcos
teóricos…que implican: a) reconocer las relaciones de poder que se dan entre los
géneros, en general favorables a los varones como grupo social y discriminatorias para
las mujeres; b) que estas relaciones han sido constituidas social e históricamente y son
constitutivas de las personas, y c) que atraviesan todo el entramado social y se articulan
en todas las relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y
religión” (p.122 )
Por tanto, en un sistema de relaciones sociales donde las relaciones entre los
géneros se presentan de manera diferenciada y jerárquica, la construcción social de “la
mujer”, aparece como otro inferior, subordinado y marginado respecto a los varones. La
construcción social de un consenso que legitime “(…) transformar al diferente en inferior,
forma parte de una de las cuestiones centrales en toda formación social que “necesite”
sostener sistemas de apropiación desigual (...) Para tales fines, se conjugan violencias
represivas y simbólicas en diferentes ámbitos de la vida social” (Fernández, A. M.2006. p.
119)
Este andamiaje se sostiene por narrativas de carácter naturalista, biologicista y
esencialista que dan argumentos discursivos a una construcción de “La Mujer” desde un
universo de significaciones imaginarias que legitiman las desigualdades sociales de los
géneros, a partir de la construcción de una “naturaleza femenina”, borrando procesos
históricos culturales de esa producción social de sentidos.
Estas narrativas, operando por oposición dicotómica, en un sistema binario
jerarquizante, tienen consecuencias en la apropiación desigual de bienes culturales,
simbólicos y eróticos, como restricciones en la circulación por espacios públicos, manejo
de dinero, desplazamiento de lugares de poder, y por tanto implican relaciones de poder,
con efectos en la producción de realidad y en la construcción de subjetividad. (Fernández,
A. M. 2006)
Lo dicho se sostiene desde la división espacio público / espacio privado4, donde
se instituyen y naturalizan sentidos que atribuyen un espacio público ocupado por varones
y un espacio privado ocupado por las mujeres, adjudicándose atribuciones masculinas y
femeninas respectivamente.
Esta oposición significó la polaridad entre dependencia, sentimiento, cuidado,
intuición, afecto como rasgos de la mujer; y autonomía, razón, inteligencia, poder y
producción como atributos del varón. Esta división se construye y sostiene en la
subordinación de una racionalidad a otra; es decir, a la mujer concierne la producción del
mundo privado, esfera de los sentimientos, mientras el varón ingresa en el mundo de la
producción de lo público, sea por medio del trabajo, el poder o el lenguaje.
Tal como sostiene Fernández (2006):
“…el mundo público como universo de la palabra con efecto político, del
trabajo con efecto productivo y de la eficacia con efecto de poder. Lenguaje,
poder y dinero como atributos masculinos, mientras que lo femenino se
desarrolla en el mundo privado sentimentalizado, definido como un mundo de
retaguardia, marginal y subalterno, privado de las características de
productividad, poder organizacional y potencialidad cognitiva”5 (p.152).
4
Esta división adquiere relevancia en la modernidad con el surgimiento del Estado moderno donde se operó una
redefinición del tejido social, reorganizándose las principales instituciones, al tiempo que comienza un proceso de
producción de nuevas subjetividades.
5
El subrayado es nuestro.
En esta línea, y siguiendo a la autora, los discursos que desde la modernidad
han definido lo privado como espacio de las mujeres suponen “una triple
determinación: como el espacio de un proceso de individuación personalizante
marcado sobre todo por la primera socialización familiar del sujeto; como el espacio
donde se expresa la comunidad de afectos cuyo eje es la relación de pareja; como
espacio donde la existencia se expresa conforme a las exigencias de una
racionalidad de sentimientos”(p.151)
En este sentido, puede considerarse los mitos sociales que se construyen en
torno a las mujeres como: -Mujer=Madre; -mito del amor romántico y -la pasividad
femenina que se consolidan desde un discurso de la “naturaleza femenina” en tanto
frágil, emotiva, dependiente, instintivamente maternal y sexualmente pasiva.
Siguiendo a Fernández, estas consideraciones acerca de los discursos que
construyen una “ilusión de la mujer” vuelve difícil apreciar las diferencias entre las
mujeres, y más aún reconocer, y nominar (por tanto, dar existencia) a situaciones
generadoras de violencias en las propias trayectorias.
En este sentido es que consideramos la riqueza del teatro como dispositivo,
entendiendo por dispositivo: “artificios tecnológicos diseñados por nosotras/os en las
intervenciones institucionales y/o comunitarias. Es pensado como máquina que dispone
a..., que crea condiciones de posibilidad, que provoca o pone en visibilidad y
eventualmente en enunciabilidad, latencias grupales, institucionales y/o comunitarias”
(Fernández, 2007. p. 115). Se los define como artificios locales de los que se espera
determinados efectos. De aquí que, el teatro constituye una posibilidad fundamental, en la
medida que tanto en el proceso de construcción de obra, pone en juego, involucra, no
solo las palabras sino principalmente el cuerpo que abren a como modos de
enunciabilidad, de visibilidad sobre el lugar desde donde las mujeres se piensan a sí
mismas a partir de sus experiencias. Éstas, que en ocasiones aparecen como un malestar
de difícil enunciación logran su objetivación, retomando las palabras de Linda Alcoff
(1999) “La experiencia a veces excede al lenguaje; es en ocasiones, inarticulada”; “El
significado y el conocimiento no están encerrados dentro del lenguaje, sino que emergen
en la intersección entre el gesto, la experiencia corporal, y la práctica lingüística” (p. 128).
Por tanto, desde el teatro se habilitan otras modalidades de expresión que permiten
“pasar por el cuerpo” determinados afectos, sensaciones, pensamientos, ilusiones,
deseos, cuya capacidad creativa excede lo que “simplemente es”. En este sentido, se
propone reconocer aquellas instancias en que las múltiples inscripciones subjetivas 6
entran en tensión con los mandatos de género y fundamentalmente posibilitar el
desarrollo y reconocimiento de las potencialidades y agenciamiento de las mujeres. Es
decir, el teatro como dispositivo busca crear condiciones de posibilidad y dispone a la
experienciación, creación y reflexión sobre lo que acontece en ese espacio de encuentro
con otras, permitiendo a las mujeres partícipes ubicarse en un rol protagónico tanto en lo
que acontece en escena como en sus vidas.
En relación a lo dicho, el teatro como dispositivo persigue una intencionalidad que
habla de la dimensión política que da sustento a la intervención. Por medio de la creación
colectiva se pretende problematizar y de-construir los mitos, creencias y valores que
sostienen y reproducen condiciones de desigualdad y opresión para las mujeres. Es allí
donde se ponen en tensión los mandatos asociados, lo que se espera de “la mujer” y las
violencias que viven las mujeres. Es allí donde se plantea la necesidad de inventar formas
alternativas, de pensarse no sólo a sí mismas sino como colectivo de mujeres. En
definitiva donde se entrecruzan discursos, saberes y prácticas que situados desde la
creación artística producen mucho más que la preparación y presentación de una obra
teatral.
6
“Con la noción de producción de subjetividad aludimos a una subjetividad que no es sinónimo de
sujeto psíquico, que no es meramente mental o discursiva sino que engloba las acciones y las
prácticas, los cuerpos y las intensidades; que se produce en el entre otros y que es, por lo tanto, un
nudo de múltiples inscripciones deseantes, históricas, políticas, económicas, simbólicas, psíquicas,
sexuales, etc.” (Fernández, A. 2007, p.9)
están afectados “por los recursos interpretativos que están socialmente disponibles” y en
este sentido, están impregnados de las relaciones de poder y dominación existente”
(Doménech, M. y Iñiguez, L: 2002 citado en Rodigou, 2009 p.3). Por tanto, como sostiene
Maffía (2004), “(la) producción de sentido tiene que ser negociada colectivamente, tiene
que ser intersubjetiva, se construye socialmente y va cambiando históricamente. Esa
producción de sentido tampoco es absolutamente determinante, sino que hay
posibilidades de hacer cambios en el modo en que interpretamos la realidad y esto nos
permite tener esperanzas en el cambio social”. Es decir, en este encuentro con el público
espectador, se genera un movimiento que tiende a la visibilización de situaciones
cotidianas generadoras y reproductoras de violencias hacia las mujeres, cuya objetivación
mediante las escenas teatrales propone otros sentidos a ser construidos y reinterpretados
colectivamente sobre diversidad de prácticas, relaciones, apropiaciones (de bienes
culturales, simbólicos y eróticos; de espacios de circulación, etc.), que hasta el momento
han sido denegados.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
Promover un espacio de participación colectivo de mujeres que incorpore
herramientas específicas de representación teatral, tendientes a visibilizar
problemáticas de género.
Desarrollar talleres de formación que permitan el análisis y la reflexión de
temáticas ligadas a problemáticas que viven las mujeres por su condición de
género
Fortalecer la participación y comunicación del espacio Mujeres al Teatro con la red
local socio-comunitaria Abrapalabra y con organizaciones e instituciones
comunitarias y sociales presentes a nivel local.
Participar de acciones de incidencia pública que propendan al ejercicio de derecho
y la condición de ciudadanas.
Construir estrategias comunicacionales para la difusión y multiplicación de la
experiencia en distintos contextos sociales.
METODOLOGÍA DE TRABAJO
La metodología de trabajo que orientó la intervención se sustenta en la consideración de
tres criterios básicos:
- los instrumentos y herramientas metodológicas se delimitan a partir de los objetivos y
fines que se persigan, de la perspectiva conceptual que se tenga y del tema a trabajar.
- tener en cuenta el punto de vista de los sujetos con los cuales trabajamos, sus saberes y
prácticas y desde allí se construye la intervención. Nuestras intervenciones son locales y
no globales, están pensadas dentro de un proceso socio-histórico, el proceso se
construye en ese lugar, con esos sujetos, en ese momento histórico, con esas
condiciones materiales y simbólicas.
- producir un intercambio de saberes disponibles entre el equipo que interviene y los
sujetos. Si bien estos saberes son diferenciados no hay “un saber” que se busca transmitir
y reproducir sino saberes que se construyen.
De esta forma, se estableció un proceso de reconocimiento mutuo de los
participantes en el proceso de desarrollo de proyecto, esto es, las mujeres, grupos,
organizaciones con quienes trabajaremos en la práctica; de aquí se desprende la
posibilidad de establecer modalidades articuladas de estrategias y acciones, como así
también la evaluación de recursos disponibles para el desarrollo de las mismas. Esta
modalidad de intervención respeta el criterio de que se trata de un proceso, cuya dinámica
no implica una linealidad en su consecución, sino avances y retrocesos inherentes a la
construcción colectiva comunitaria.
El Proyecto de Beca inicia en diciembre 2011, con la realización de un encuentro
con el grupo cuya intencionalidad responde a: cierre de actividades de ese año,
comunicación de financiamiento del taller y becas, así como también se plantean líneas
para continuar con la propuesta durante 2012, estableciéndose febrero como fecha de
inicio del Taller de Teatro. En este encuentro, se establece como significativo: el
compromiso y entusiasmo de continuidad con el taller de teatro; se decide profundizar en
contenidos de violencia hacia las mujeres para dar mayor claridad a los nudos
problemáticos y que éstos alcancen claridad y coherencia en la representación teatral; se
acuerda la realización de 4 (cuatro) presentaciones de obra considerando la previa
articulación con Culturas Itinerantes, Red Abrapalabra y grupos de mujeres. Asimismo, se
comienza con la planificación de taller de sensibilización a partir de reconstruir
emergentes grupales y demandas explícitas de las mujeres. También se generaron las
primeras instancias de comunicación con instituciones, organizaciones y grupos que
conforman la Red Abrapalabra, estableciendo fechas de primeras reuniones.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados serán presentados a partir de las siguientes dimensiones:
-Significatividad del espacio
-Proceso de construcción de obra:
Técnicas teatrales
Presentaciones de obra- encuentro con el público espectador
Emergentes grupales
-Articulación con otros espacios y organizaciones de mujeres
También puede señalarse frases incorporadas por las propias mujeres, en una
presentación de obra, producto de un encuentro de taller que habíamos tenido hacía poco
tiempo, como “El 50% de la casa es mío”; “es importante tener un espacio para uno
mismo”... “alzaste la ropa, no ME la alzaste, ¡es de todos!”, entre otras.
Como parte de técnicas teatrales, también se pueden reconocer capacidades expresivas,
orales y corporales para enriquecer las actuaciones en el desarrollo y aprendizaje de la
técnica de la Performance en particular, ya que implica profundizar en la realización de
acciones y la expresividad corporal en tanto acción representada. El tema convocante a
trabajar en la Performance fue sobre “el derecho a circular libremente y a una vida sin
violencias”, donde a partir de la reflexión colectiva sobre violencias cotidianas en el
espacio público, como la calle y plazas, una mujer camina y su cuerpo es tomado como
objeto, que puede ser capturado, tapado y “apoyado”. En los momentos de construcción
de performance, los temas surgen de: “¿te acordás P. cuando hablamos de cómo puede
ser que las chicas desaparecen?.... se me ocurre que podríamos hacer algo de eso” ;
-“…cuando te “apoyan” en el colectivo!!, también es violencia.”;
-“…y cuando te gritan barbaridades, también”
Para el “8º Encuentro de Mujeres de Zona Sur”, en la programación conjunta con la Red
Abrapalabra se organizó una jornada de juegos, donde el grupo Simplemente Mujeres
coordinó “Mujeres Con Tutti”, (a partir de una modificación del juego de “Tutti Fruti”). En el
juego se proponía en una primera instancia, identificar y recuperar sueños, deseos,
placeres que las mujeres pensamos y sentimos; en una segunda instancia, se invitaba a
una pequeña representación teatral a las participantes del juego. En este segundo
momento se propusieron escenas que mediante el humor, cuestionaban situaciones
cotidianas de mujeres en el ámbito de lo doméstico donde muchas veces, la rutina, el
cansancio y la carga de actividades generan malestar o impotencia. En el desenlace de la
historia representada, aparece la voz de las mujeres poniendo un contrapunto y
subvirtiendo ese agobio, con un chiste que remite a una salida aireada, autónoma y con
valencia sobre sí misma. Se utilizó el “lenguaje” teatral como modo de expresión y
objetivación, ya que palabra, gestos, posturas, mirada, tonos de voz permiten “pasar por
el cuerpo” ciertos afectos y emociones puestos en juego en situaciones de “revancha”
representadas en el desenlace de la historia.
En este sentido se cuestionan los mandatos sobre el ser madre y cómo serlo, donde las
mujeres compartieron experiencias de sus maternidades. En sus relatos, concretos,
sentidos, vívidos, desmitificaron la situación de embarazo y parto como situación ideal,
satisfactoria, planteando también situaciones de malestar:
- “ Cuando yo me enteré que estaba embarazada no podía creerlo, me decían qué
lindo y yo me quedaba callada… no quería saber nada con tener un hijo… no me
podía mirar el espejo… cómo estaba cambiando mi cuerpo, lo que sentía, las
tetas… no quería saber nada…!”
- “A mí me pasó algo parecido… cuando nació mi tercer hijo… no podía
quererlo… me lo tuvo que criar mi mamá un tiempo porque no podía, no podía… y
me daba mucha culpa… de a poquito nos fuimos conociendo…y lo adoro, pero no
podía… es la primer vez que hablo de esto”
También se generaron instancias de reflexión grupal donde las mujeres reconocen que
cada mujer atraviesa situaciones que no pueden ser generalizadas, que cada mujer vive
su realidad condicionada por aspectos económicos, sociales, culturales que reconocen e
identifican como fundamentales para poder reflexionar y buscar alternativas de solución,
por ejemplo respecto al aborto:
- “volvemos al tema de las mujeres de la mesa redonda (obra presentada en años
anteriores), si tenés plata vas o llevas a tu hija, pagas y listo…”
- “y las que no, se ponen cada cosa, el tallo de perejil, aguja de tejer…el caso de
esa chica del barrio, que la madre se lo hizo y se infectó”
- “…y por eso aparecen tanto los abortos clandestinos… el problema es la
justicia…”
ACTIVIDADES DE DIVULGACIÓN
En cada instancia de articulación con instituciones y organizaciones de la ciudad como
del sector sur, gubernamentales y no gubernamentales, instituciones de salud, educativas
y sociales, se realizó la difusión y presentación del Grupo de Teatro Simplemente Mujeres
como de las producciones teatrales colectivas que realizan. En este sentido, en los
intercambios de experiencias y construcción de acciones colectivas, cobra relevancia la
realización de materiales gráficos y audiovisuales para la socialización de las experiencia
en distintos ámbitos: académico, barrial y comunitario, institucionales.
Es de destacar que ante la propuesta por parte de SEU de participar en la Feria de
Proyectos, se consideró importante atender a las necesidades del grupo de mujeres ya
que desde la organización no hubo disposición para la consideración de situaciones tales
como, trabajos, cuidados y otras actividades que los participantes del proyecto realizan,
programando una jornada de más de 6 hs diarias.
IMPACTO PRODUCIDO POR EL PROYECTO
En relación a los objetivos y resultados planteados, puede establecerse como indicadores
objetivos (cuantitativos y cualitativos) producidos en el marco del desarrollo del proyecto:
- Continuidad y permanencia en el espacio y tiempo del espacio del taller de Teatro. La
cantidad de mujeres que inicialmente participaban de los talleres eran seis y hacia el final
del año eran ocho. Los encuentros se mantuvieron semanalmente los días sábados, en
horario de 15 a 18hs con regularidad, en caso de inasistencia se comunicaba al grupo vía
telefónica o por alguna vecina
- Apropiación y valoración positiva del espacio, respeto entre las mujeres y
reconocimiento en el colectivo. Construcción de un “nosotras” que otorga identidad grupal
a las mujeres que participan del taller; tanto a las que actualmente forman parte del grupo,
como a distintas mujeres que “pasaron” por el espacio del taller en distintos momentos del
proceso. También cabe mencionar la identidad que logra el proyecto de teatro para las
distintas organizaciones con quienes se articuló, donde adquieren reconocimiento y las
nombran como “las mujeres de teatro de Mirizzi”. “Si, ya nos reconocen, nos paran por la
calle, nos dicen: ¿vos estuviste actuando en el encuentro de género?”
- Involucramiento activo en la definición de actividades y propuestas en el taller de
producción teatral y en la articulación con otras instituciones y organizaciones. La toma de
decisión conjunta sobre qué se va a presentar (obra, performance, juego) tomando en
consideración la convocatoria que realiza la organización o Red; en el marco de qué
(fecha clave, actividad de la Red, congreso, actividad socio-cultural- educativo), con
quiénes (jóvenes, adultos/as, niño/as, mujeres barriales, feministas, etc.), dónde (en el
barrio, la zona o en otros puntos de la ciudad de córdoba) para la presentación de obras.
- Valoración de capacidades personales y grupales en un determinado contexto o
situación por parte de cada una de ellas.
“A mi si… a mi me cambió todo… a mi me dio un cambio rotundo... los problemas siguen,
pero cambié yo, te ayuda a enfrentar los problemas…”; “en mi vida si cambió... Nunca
más quiero volver a ser ni un poquito de lo que fui con él… Y reconozco que fue en este
grupo, que me dio las herramientas, y hoy siento que ya no soy ni voy a volver a ser lo
que fui, yo soy lo que soy, y soy feliz…”
- Poder de decisión en la realización de formación educativa y laboral. Entre las mujeres
del grupo, dos de ellas iniciaron cursos de formación, dictado desde la faculta de medicina
del PUAM en torno a la asistencia geriátrica, y que a finalizar el año lograron trabajos en
este campo laboral. Otras dos mujeres comenzaron con actividades laborales en
instituciones de salud.
- Reconocimiento de situaciones de vulneración de derechos para las mujeres basados
en la desigualdad de género. Las mujeres reconocen e identifican situaciones de
vulneración de derechos que atraviesan el colectivo de mujeres: femicidios ocurridos en el
último año en zona sur y en el país; la negación por parte de una jueza de Córdoba a la
realización de un aborto no punible para una joven; las demoras y la negativa para la
recepción de las denuncias sobre “violencia familiar” en las dependencias policiales; las
diferentes condiciones y efectos en que se realizan abortos las mujeres de distintos
sectores sociales.
- Reflexión crítica. Desde experiencias cotidianas de los mandatos de género: puesta en
común, habilitación de la palabra, intercambio, identificaciones de complejidad de
aspectos intervinientes y que sostiene dichos mandatos, particularización de situaciones,
desnaturalización de mitos.
“…Un tiempo estuvo (su marido), con que esta es mi casa (...) acá mando yo…y ya me
tenia podrida con eso, así que un día me canso, y le dije, mira por más que te pese, (...)
yo soy legalmente casada y legalmente me corresponde el 50% de toda la casa... así que
esta no es solo tu casa es mi casa también (...)”
“... nosotras fuimos educadas así… nosotros como padres podemos criar a nuestros hijos
con otros valores...” (S)
“las mujeres tenemos que saber distinguir que nos gusta y que no nos gusta, cortar con
los mitos…”(P)
“Madre en la vida, Puta en la cama…” (S)
“si yo hablo con mis amigas, y me dicen “si yo tengo sexo todos los días..”. Entonces una
se queda cómo, o sea, que si yo no tengo sexo todos los días, es porque no lo amo?...”
Asimismo, reconocen distintas formas de ser mujeres, atendiendo a las realidades
concretas. Las mujeres reconocen sus edades, las diferencias generacionales, sus
trayectorias de vida: familiares, educativas, laborales, afectivas; y como estas
dimensiones configuran su particular modo de “ser en el mundo”.
“Yo siento que una ya no puede volver a ser una misma, porque yo al menos era una
misma cuando era soltera, ahora ya no puedo, la casa, la nena, el marido… yo no soy yo
misma...No es lo mismo la vejez en Villa Libertador que en el Cerro de las Rosas”... (D)
- Identificación y reconocimiento por parte de organizaciones de mujeres y feministas del
Grupo Simplemente Mujeres de Bº Mirizzi para la articulación y realización de acciones
colectivas en torno a problemáticas de mujeres en la ciudad de Córdoba que se expresa
en la proyección de actividades de presentación de obra para el año 2013. Se convocó al
espacio de mujeres para la realización de acciones para el 8 de marzo, 25 de noviembre y
otras como lo explicitamos en el siguiente apartado, ya que constituyen un aspecto central
para la sustentabilidad futura.
- Acciones colectivas de incidencia publica ejecutadas donde se presentaron las
Producciones artísticas: “Cuerpo y Palabra de Mujeres” y “Tenemos Derecho a circular
libremente”- Performance, presentadas y registradas (fotos y filmaciones disponibles) en
torno a Fechas Claves de la agenda feminista: 8 de marzo y 25 de noviembre en
articulación con otras organizaciones.
- Acción colectiva de incidencia comunitaria, de encuentro e intercambio entre
experiencias culturales y sociales, del sector urbano y rural en Cortaderas
- Registro audiovisual en formato CD de la producción artística colectiva: “Cuerpo y
Palabra de Mujeres” y del proceso de práctica durante el año 2012.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Reconocer al teatro, en tanto dispositivo, como un bien cultural por los sujetos sociales
que posibilita poner en juego diferentes modos de expresión y acción ante situaciones de
vulnerabilización social en el espacio de lo público, constituye una estrategia social y
política.
Asimismo, para las mujeres configura una instancia donde interviene el cuerpo y
las palabras para la expresión de las experiencias, las emociones, el deseo, reflexiones.
Se ponen en juego la historia personal, lo compartido con otras y lo posible de ser
construido.
A lo largo del desarrollo del proyecto y en virtud de las acciones realizadas
consideramos que:
Se instaló como problemática a trabajar la situaciones de las mujeres, se habilitó
un espacio para pensar y reflexionar a las mujeres como géneros, en su diversidad;
colectivo configurado por condiciones de subalternidad e inferioridad, en la trama de
relaciones de poder. Esto fue desarrollado desde situaciones particulares en el espacio
grupal, que posibilitó el reconocimiento en cada una de las mujeres, de aquellas
condiciones generadoras de esta desigualdad, tanto en lo personal como en el colectivo
de mujeres.
Desde estas consideraciones, la propuesta de intervención se abocó a potenciar
instancias de búsqueda y construcción de alternativas. En este sentido, se programaron
talleres abocados al reconocimiento de derechos de mujeres y se priorizó el respeto,
aceptación y la propia voz de las diferentes mujeres a lo largo del proceso. También
consideramos como estrategias potenciadoras la articulación con la Red Abrapalabra y
los diferentes agentes de salud, el Consejo de Niñez del CPC, las instancias de encuentro
con distintas organizaciones de mujeres y feministas y movimientos sociales, así como
también la invitación en distintos niveles educativos en pos del establecimiento de una
agenda local en relación a problemáticas de mujeres.
El desarrollo de la autoafirmación, la toma de la palabra, la propia autorización se
configura como anclajes subjetivos, destituyendo y erosionando condiciones de ser
atados al “deber” de la asignación del mandato (“ser la Mujer”).
BIBLIOGRAFÍA
Alcoff, Linda (1999): “Merleau-Ponty y la teoría feminista de la experiencia”, en MORA Nº 5.
Barraut, Omar (2007) “Los espacios de encuentro en la psicología comunitaria” Revista de Ciencias
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