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EYD - ética y deontología

EDUBP | PER | o c t a v o c u a t r i m e s t r e
í ndice

 presentación 3

 programa 4
contenido módulos

 mapa conceptual 5

 macroobjetivos 6

 agenda 6

 material 7
material básico
material complementario

 glosario 7

 módulos *
m1 | 14
m2 | 23
m3 | 47
m4 | 62
m5 | 82

* cada módulo contiene:
microobjetivos
contenidos
mapa conceptual
material
actividades
glosario

 evaluación 105

impresión total del documento 105 páginas !

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.2


presentación
Bienvenido a ÉTICA Y DEONTOLOGÍA

La ética, en tanto disciplina filosófica, pretende contribuir al ejercicio


de la capacidad crítica-reflexiva del estudiante sobre los valores fundamentales
de la acción o praxis. Con este último término, nos referimos al desarrollo de
la razón práctica, es decir, a su capacidad de pensar antes de actuar, como
capacidad humana por excelencia y para la excelencia.
Con frecuencia, se asocia a la ética con una disciplina que promueve la
adquisición de información conceptual a fin de adoctrinar sobre lo debido. En
este sentido, se aborda el estudio de las normas y prescripciones que exigen las
organizaciones e instituciones, las actividades profesionales y, en definitiva, la
vida social o público-política.
Por el contrario, nuestra propuesta tiene un contenido reflexivo-filosófico
que contribuye al encuentro de “razones” que posibiliten llevar a cabo la
fundamentación o justificación racional de la elección de medios buenos en la
prosecución constante de fines, que es el objetivo de nuestras acciones.
Expresado mediante otras palabras, proponemos la reflexión a partir
de una lectura comprensiva de una selección de textos filosóficos, que son las
fuentes de las orientaciones éticas paradigmáticas de nuestra cultura. Cuando
decimos que son fuentes, queremos significar que a partir de la reflexión sobre
ellas adquirimos el conocimiento de las razones últimas o primeras de nuestra
acción. A partir de allí, estamos en condiciones de tomar conciencia al momento
de elegir y fundamentar nuestras elecciones, otorgando de este modo un
auténtico status de libertad al uso que hacemos de nuestra voluntad.
De esta forma pretendemos contribuir al desarrollo, en los estudiantes
y futuros profesionales, de una voluntad inteligente en la acción, es decir, de
una voluntad libre y responsable en la constante exigencia de deliberación de la
vida social.
Cuando hablamos de ética estamos hablando de valores tales como
“bien social”, “verdad” (sinceridad-veracidad), “responsabilidad personal”,
“libertad individual”, por mencionar algunos conceptos que están en la base del
interés de una perspectiva ética del profesional en comunicación institucional.
Estos conceptos, utilizados generalmente de forma rutinaria, requieren ser
comprendidos por el comunicador, con el objeto de valorarlos como útiles o
herramientas indispensables de una efectiva comunicación.

Los valores personales y sociales que orientan nuestras acciones son
los que determinan su cualidad ética y los beneficios o perjuicios prácticos de
nuestros actos, tanto sobre nuestra propia vida como sobre nuestro entorno
social, natural y cultural.
La reflexión sobre este ámbito del “deber ser” que pretendemos desarrollar
en esta asignatura intenta lograr una visualización del debate contemporáneo
sobre los valores que signaron la conformación de nuestro mundo cultural-
social dentro de una realidad política-económica que constantemente nos exige
replantearnos el sentido de nuestras acciones, a fin de poder equilibrar “lo que
es” con lo que “debería ser”.
Es responsabilidad de cualquier ser humano en tanto individuo,
como así también como ciudadano, poder ejercer su profesión a partir de su
capacidad reflexiva-práctica, evaluando los medios y fines de sus actos, es decir,
capacitándose en el uso responsable de sus conocimientos y habilidades. Por
esta razón, la asignatura conjuga ética con deontología, que es la ética aplicada
al ejercicio de la profesión.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 3


Consideramos que como presentación hasta aquí es suficiente. Esperamos que
usted, a medida que avance en del desarrollo de la asignatura, vaya logrando
adquirir o fortalecer su competencia ética, ya que una vida sin plena realización de
la dimensión ética carece de verdadero valor humano. Sin duda, esta afirmación
necesita ser comprendida y fundamentada, para lo cual emprendemos desde
aquí nuestra tarea. ¡Adelante, lo invitamos a compartirla!

p r o g rama

Módulo 1: Ética y comunicación

La ética como forma de saber y de actuar. Ética y moral: la forja de un carácter


prudente en los individuos. La ética en los individuos y en las instituciones u
organizaciones. Moral cívica y ética ciudadano. La ética del diálogo.

Módulo 2: Ética de la comunidad

Ética de los fines: el fin como Felicidad y Justicia. Fundamentos antropológicos:


naturaleza y educación. La razón práctica como fundamento de la acción.
Actos voluntarios, la deliberación y la elección. Antecedentes del concepto
de responsabilidad individual y social. La democracia: modelo de acción
comunicativa.

Módulo 3: Ética del poder

Ética de los fines: el fin como poder y dominación. Ética del individuo desde la
perspectiva material: fundamentos antropológicos. Modelo de acción técnica-
estratégica. La razón técnica y el concepto de poder y dominación. Relativismo
ético y fundamentos del poder absoluto. La obligación por el temor.

Módulo 4: Ética del deber

Ética de principios. La buena voluntad o el deber. Fundamentos antropológicos:


naturaleza y razón pura práctica. Antecedentes de la deontología.

Módulo 5: Deontología

Fundamentos sociales y profesionales de la Deontología La ética cívica.


Democracia y poder: autoridad y libertad. Ética en la comunicación institucional.
Los fines institucionales: la responsabilidad social y la acción comunicativa.
Ética del diálogo comunicativo. Modelo de Código de Ética: características
generales.

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mapa conceptual

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m a c r o o b j etivos

Al finalizar el curso se espera que el alumno sea capaz de:

- Analizar críticamente los contenidos éticos de las acciones en general y


de aquellas que aluden específicamente al ejercicio de su profesión como
comunicador institucional, para reconocer el valor que las orienta y el sentido
que este valor atribuye a sus acciones.

- Distinguir los principales supuestos conceptuales de nuestra cultura occidental


que legitiman la orientación de una acción, para reconocer las diferentes
orientaciones que justifican sus elecciones y decisiones.

- Identificar y relacionar diferentes modelos o paradigmas de acciones éticas,


con el objeto de elegir aquellas acciones apropiadas de acuerdo a los
presupuestos del contexto valorativo social y cultural en el cual el alumno se
desarrollará como sujeto individual, como ciudadano y como profesional.

- Reflexionar sobre sus propias “razones” en relación a los fines de sus acciones
éticamente consideradas para desarrollar y fortalecer su capacidad de pensar
antes de actuar atribuyendo, de esta forma, sentido a sus actos.

- Reconocer el valor de los principios humanos universales, para aportar


racionalidad ética a su práctica en el futuro desempeño de la profesión como
comunicador institucional.

- Reconocer y formular argumentaciones capaces de legitimar éticamente los


actos, a los fines de sostener de manera coherente el sentido de los mismos.

a genda

Porcentaje estimativo por módulo según la cantidad y complejidad de


contenidos y actividades

MÓDULOS PORCENTAJES ESTIMADOS


1 20%
2 25%
3 20%
4 25%
5 10%
TOTAL 100%
Representación de porcentajes en semanas

MÓDULOS
SEMANAS 1 2 3 4 5
1
2
3
4
5
6
7
8
9 Parcial 1
10
11
12
13
14
15 Parcial 2

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m a terial

Material Básico:

• Cortina, Adela, Ética de la Empresa. Editorial Alfa, Barcelona, 1993.


• Material de cátedra desarrollado en los contenidos y actividades de los
módulos.

Material Complementario:

• Arendt, Hannah, “El pensar y las reflexiones morales”, en De la historia a la


acción, Ed. Paidós, 1997.
• Aristóteles, Etica nicomaquea, Ed.Harla, México, 1990.
• Kant, Inmanuel, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Colección
Universal, Madrid, 1921.
• Hobbes, Th., Leviathan, Vol. 1, Editorial Planeta, Barcelona, 1996.
• Maquiavelo, N., El príncipe, Ed. Pléyade, España, 1964.
• MacIntyre, Alasdair, Historia de la Ética, Editorial Paidós, España, 1994.

g l osario

A priori: Independientemente de la experiencia.

Acción o praxis: La forma de actividad propiamente humana y entre hombres,


en tanto es actividad simbólicamente mediada. Intersubjetividad o actividad
intersubjetiva.

Actitud: Entiéndase como la predisposición de un persona a actuar de determinada


forma dados elementos determinados de su condición física-existencial, tanto
biológicos como psicológicos, y del entorno socio-cultural.

Agnóstico: (Sin –saber) Persona que no cree en la adquisición de saberes de


valor absoluto.

Animal: Significa animado, ser que posee un ánima o alma, que es un principio
interior de movimiento de su cuerpo, en oposición a seres inanimados.

Aristóteles: Filósofo griego, siglo V a.C., discípulo de Platón y maestro de


Alejandro Magno. Escribió numerosas obras filosóficas y científicas, entre ellas
la Ética Nicomáquea o a Nicómaco, que es la que más se usa entre sus obras de
ética para estudiar los fundamentos de su propuesta ética.

Autonomía: Auto-nomos, palabra de origen griego que significa darse las propias
normas.

Autonomizado: (Auto-nomos) Independiente, separado del resto.

Bien: La idea de Bien proviene, como valor orientador de la existencia y actos


humanos, de la cultura griega, para nuestra tradición filosófica. Ella, de acuerdo
a la imagen que nos brinda Platón, es como un sol que ilumina la existencia y
el valor que tienen nuestras almas o psijés. Supremo valor, que junto a Belleza
y Verdad constituyen el ideal de la cultura griega, orientador de la Paideia o
educación.

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Bios: Vida, existencia material biológica, orgánica.

Buena voluntad: Dentro del contexto conceptual de Kant, es la voluntad que


está dirigida por la razón pura.

Carácter: Es la traducción de la palabra griega ethos, que significa modo de ser


de una persona o un pueblo o grupo social. El ethos se adquiere culturalmente,
es decir por transmisión social, educación, imitación.

Carácter moral: En el contexto kantiano, significa valor con relación al Bien que
es la Libertad.

Categorías: Expresión de origen griego que refiere a los modos de ser. Dentro
del contexto en el cual lo usamos nosotros refiere a modelo conceptual.

Ciudadano: De civitas, ciudad; habitante de una ciudad, de una sociedad


organizada políticamente bajo la forma de república. Habitante de una ciudad
donde rige un ordenamiento democrático.

Cívica: De civitas (ciudad) en latín, propio de una ciudad o polis, categoría


política del sistema democrático.

Código: En nuestro contexto, refiere a un reglamento donde se explicitan los


fundamentos del mismo en cuanto a los valores que intenta preservar.

Conciencia: Espacio interior de reflexión de las personas en el cual se establece


una problematización sobre el sentido de las ideas o de las acciones que esta
realiza o sostiene.

Consecuencialismo: Denominación que refiere a posiciones teóricas sobre la


acción, que pone el énfasis en las consecuencias de la acción (fines), al tener
que determinar el valor de la misma.

Consistencia: Se refiere, dentro de nuestro contexto, al valor real y efectivo


de una propuesta discursiva o de deseo. Si tenemos la certeza de algo como
irrealizable, es inconsistente proponerlo como proyecto porque posee una
invalidez en la propuesta misma.

Contractualismo: Refiere a las posiciones teóricas de análisis de la acción que


consideran a las sociedades como el resultado de un contrato inicial o convenio,
a partir de cuya hipótesis teórica explican la acción como respuesta obligada por
lo convenido o pactado. Estas posiciones sustentan la categoría de ciudadano
en el ingreso de las personas o individuos desde un estado natural individual a
un estado social contractual.

Convicción: Saber que no exige por sí mismo una demostración. Aprehensión


directa de una idea atribuyéndole un valor.

Cosmovisión: Posesión de una visión general o elevada sobre una situación


a partir de la cual logra una visión ordenada de lo observado. Interpretación
fundamental sobre el significado y sentido de un hecho.

Crítica: Significa análisis, examen, reflexión, pensar.

Deber: Este concepto aparece con Kant para nuestra tradición ética-filosófica.
La idea de deber se entiende a partir de la contraposición a la inclinación natural
del ser humano que busca realizar alguna satisfacción sensual. El deber tiene
su asiento en la razón pura, es decir en una racionalidad humana no sujeta a la
inclinación natural.

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Deliberar: Pensar antes de actuar, proceso mental que examina críticamente las
razones que dan fundamento a una determinada toma de decisión en la acción.

Democracia: Autoorganización ciudadana del poder político donde todos los


ciudadanos gobiernan a través de los procedimientos instituidos de representación
y división de poderes.

Deseo (eros): Búsqueda, amor de aquello que no se tiene o posee y se necesita


para complementarse y lograr una verdadera identidad.

Dialéctico: Proceso de elaboración de razonamientos mediante posiciones


de razones o ideas (tesis) y contraposiciones (antítesis), con el fin de llegar
a una síntesis o idea nueva que surge del estadio anterior de la oposición
establecida.

Dianoéticas: Refiere al saber ético adquirido mediante el uso explícito de la razón.


Dia significa a través de; noe, de nóesis, conocimiento racional. Para Aristóteles
aprendemos a ser prudentes en la medida que sabemos en qué consiste, como
término medio entre dos extremos o vicios.

Dilema: Situación planteada como problemática, donde las posibles alternativas


de elección o de acción se contraponen.

Discriminación: Rechazo a la diferencia.

Economía: Oiko-nomos, normas de la casa; alude a la administración de los


bienes materiales, a lo necesario para sostener la vida.

Ética: Esta palabra proviene de la expresión griega ethos, que significa tanto
carácter como costumbre o modo de ser. La ética es la disciplina filosófica que
tiene por objeto de estudio las costumbres en cuanto constituyen la materialización
de la idea de Bien o de los valores. La perspectiva de estudio de la ética sobre
las costumbres es la de reflexión sobre el fundamento racional de la orientación
moral de la acción humana y su necesidad.

Felicidad: Es la traducción de la palabra griega eudaimonía. Nosotros tomamos


los términos que la componen, eu- y daimon, y proponemos la traducción de
esta palabra como la idea de poseer un buen demonio o genio, en el sentido
de ese carácter que producimos a partir de la naturaleza que a cada uno nos es
dada. Encontramos referencias sobre el significado de daimon en la conducta
de las personas cuando Sócrates, al ser preguntado por qué vive preguntando
y buscando el saber, responde “no soy yo, es mi daimon”. Este concepto, que
proviene para nuestra tradición cultural filosófica de los griegos, lo encontramos
ya dentro de una orden sistemático en la propuesta ética de Aristóteles y de allí
tomamos básicamente su significado. Este filosofo lo contextualiza como el fin
final o supremo que es querido por sí mismo, y no por otra cosa, para todos los
hombres. Dicho de otra forma, la naturaleza humana lleva en sí implícita el anhelo
de esta felicidad como una búsqueda constante de una buena vida humana.

Filosofía práctica: Es la parte de la filosofía que tiene por objeto de estudio la


esencia o razón de ser que el ser humano se ha dado a sus propios actos o ideas
orientadoras de las acciones éticas políticas, y de su capacidad de juzgar el origen
y fundamento de las valoraciones dentro de este ámbito de la vida activa humana.

Formal: Producto de la actividad abstracta o mental, sin contenidos o datos


empíricos.

Fuerza: Dentro de este contexto, es la capacidad de dominar situaciones por el


potencial destructivo del cuerpo o materia.

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Fundamento antropológico: Expresión que refiere a los conceptos que están
en la base de una ética y que corresponden a la Antropología Filosófica, que
considera cuál es la esencia del ser humano. A partir de la idea de hombre que el
pensador tiene, se propone un modelo de acción, o sea una concepción ética.

Gnoseológico: Propio o especifico de la teoría del conocimiento. La Gnoseología


–que hoy se denomina Epistemología– es la parte de la Filosofía que estudia
cómo se conoce, cuáles son los procesos en el ser humano cuando conoce y qué
elementos propio de su ser están implicados en los procesos de conocimientos
y de qué forma.

Hábitos: Refiere a las costumbres adquiridas por citación o aprendizaje y que


realizamos sin previa reflexión en la seguridad de que poseen un sustento
racional que las fundamenta.

Ilustración: Refiere a un movimiento intelectual y social que se caracteriza


en la modernidad como confianza en la razón que como luz (iluminación) da
verdadero saber al ser humano. Destaca el valor de la ciencia para la adquisición
de la dignidad humana. La ciencia hace libre al hombre.

Imperativo categórico: Es una orden no condicionada por una hipótesis.

Inclinación: Movimiento propio de nuestro cuerpo y mente hacia un objetivo


deseado como fin o bien.

Innegociable: Que no se negocia, es decir que no está sujeto a cálculos de


costos y beneficios.

Institución: Tiene un sentido amplio y un sentido restringido, en tanto las


instituciones en todo sentido son la materialización del poder político-cultural
de cada sociedad y de la humanidad en general. En sentido amplio decimos
que la Justicia es una institución, ya que es una representación social y humana
de un valor necesario para la existencia de la vida humana. Los tribunales son
concretamente (sentido restringido de institución) la materialización de este valor
o representación de la Justicia en un lugar concreto, en un tiempo y espacio
determinado. Toda institución en sentido restringido es una organización –buena
o mala, eficiente o inoperante– de actividades humanas.

Justificar: Es la actividad o proceso racional mediante el cual buscamos


encontrar y ofrecer, ante el juicio de la propia conciencia o ante el juicio de los
demás, razones que sean buenas como fundamento de nuestra acción, decisión,
elección. Estas buenas razones constituyen la justificación de una acción.

Libertad: Este concepto no se encuentra entre los griegos. En el caso de


Aristóteles, nosotros interpretamos la idea de voluntad libre cuando los actos
son voluntarios en el sentido que la razón ha predominado en la elección de la
acción sobre la fuerza de las pasiones o emociones.

Logos: Es una palabra griega que significa razón, ley, discurso, lenguaje.

Manipulación: “… es un poder que se ejerce ocultando las intenciones mediante


un esfuerzo deliberado y exitoso de influir en las respuestas de individuos o
grupos a los que no se les comunica explícitamente las intenciones del poderoso
(…)” (Wrong, 1980).

Material: Opuesto a formal, aquello que se constituye como ubicable espacio-


temporalmente y que puede ser experimentado. Tiene datos sensoriales: algo
visto, oído, gustado, etc.

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Máxima subjetiva: Es una orden que surge de mi propia –subjetiva– racionalidad
individual.

Máximas morales: Alude a las creencias, valores y convicciones propias de


cada individuo o persona.

Metafísico: Más allá de lo físico o material.

Mínimos morales: Refiere al saber instituido en toda sociedad como valores


y normas aceptadas por todos como válidas y en base a cuya observancia es
posible una vida en común.

Monarca: (Mon-arcós), significa en griego: uno solo tiene el mando.

Moral: Esta palabra es la traducción castellana o española de la palabra latina


mor-mores, que significa costumbre. La moral es el saber instituido en los
individuos y/o en un grupo humano sobre lo que está bien, o lo que es útil
porque es lo honesto y favorece la existencia de ese grupo.

Moral crítica: Expresión que hace referencia a la ética como saber reflexivo
sobre los fundamentos racionales del saber moral vulgar.

Pacto: Contrato que obliga a futuro al cumplimiento de lo estipulado por las


partes.

Paideia: Significa educación o cultura. Proviene de paidós (niño, en griego).

Paradigmático: Significa emblemático, modélico.

Persona: Individuo humano; concepto de origen religioso que supone la creencia


de un valor único y absoluto para cada individuo.

Perverso: Dentro de nuestro contexto, se quiere significar que la naturaleza


humana es más la de una bestia o animal, como sostiene Maquiavelo; de allí su
maldad o perversidad con relación a los valores de humanidad.

Pluralismo: Es la diferencia dentro de la igualdad. En una sociedad donde


todos los ciudadanos poseen igualdad de derechos, existe diversidad respecto
a las posiciones asumidas por los individuos a partir de sus propias creencias y
convicciones, educación y gustos.

Poder: dentro de la concepción naturalista de Hobbes y Maquiavelo, el poder


está dado por la fuerza de movimiento. Por la potencia, el cuerpo es capaz de
moverse y de mover.

Principio material: Dentro del contexto kantiano, refiere al fin deseado como
bueno o como Bien. Como es deseado, es una inclinación de nuestra naturaleza
y la inclinación se da por un estímulo real o imaginado y posee datos sensibles.

Principios: Dentro del contexto Kantiano, éstos son las máximas que se imponen
en mi mente y me ordenan actuar de determinada manera, la cual es acorde a
una Ley universal o imperativo categórico.

Procedimentalismo: Refiere a las posiciones teóricas sobre la acción, que


ponen el énfasis en los procedimientos que constituyen a las acciones desde
una mirada sobre todo técnica-administrativa, a partir de la cual se determina el
valor de dicha acción.

Prudencia: Es la traducción de la palabra griega frónesis, uso de la razón


práctica, pensar antes de actuar. Es una virtud propia de la tradición griega. Es
la capacidad de la razón práctica de subordinar las pasiones mediante el uso de

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la deliberación antes de la acción. Virtud ética por excelencia, ya que posibilita
el orden armónico y justo de las acciones.

Razón estratégica: Una dimensión de la actividad racional, propia de la razón


técnica.

Razón pura: Es la actividad racional que se da dentro de la mente sin referencia


a las limitaciones espacio-temporales propias de una experiencia del cuerpo. No
hay datos empíricos en el proceso racional de la razón pura.

Reglamento: Conjunto de enunciados de prescripción técnica para lograr la


elaboración o conservación de un producto. Pertenece al orden o a la dimensión
de la racionalidad científico-técnica.

Relativismo: Posición teórica científica o filosófica que sostiene que no hay


valores absolutos, sino que las valoraciones dependen del lugar de observación
del sujeto.

Represión: Desde la perspectiva freudiana, es una inhibición violenta –


psiquicamente hablando– de los impulsos o pulsiones básicas del organismo
que buscan satisfacción inmediata.

Responsabilidad: Dentro de nuestro contexto, la responsabilidad es interpretada


como una actitud o conducta humana que parte de considerar que las personas
o sujetos individuales son participantes de una comunidad en estado de libertad,
por lo cual toda elección de acción conlleva la capacidad de dar respuesta,
por parte de este individuo, de dicha decisión. Dar respuesta, es decir, ser
responsable, implica entonces hacerse cargo de las consecuencias de nuestros
actos, en relación a nuestra propia conciencia moral –si la hemos desarrollado– y
al derecho o libertad de los seres que nos rodean. Dada la limitación de nuestra
capacidad para medir estas consecuencias, para una efectiva responsabilidad
necesitamos como condición previa el desarrollo de la capacidad de juzgar
(medir, valorar) nuestra propia capacidad de pensar.

Saber práctico: “Conocer para la acción (praxis)”; prattein (Aristóteles), actividad


de la razón que nos permite saber cómo actuar con y entre los seres humanos
(interacción). Estrictamente hablando, éste es el saber práctico, y no el saber
hacer cosas que es saber técnico. Es el saber para interactuar, para poder convivir
con otros a partir del reconocimiento de valores comunes y normas instituidas en
el grupo como buenas porque son el sustento de la vida del grupo.

Saber técnico: Proviene de la palabra griega tekné, que es traducida como arte
o técnica. Es el saber aplicado a la resolución de una situación problemática a fin
de producir un resultado favorable a la vida. A partir de conocimientos establezco
reglas para producir algo. Es el “Conocer para hacer”; poiein (Aristóteles),
actividad de la razón que conoce para luego aplicar este conocimiento a una
actividad de producción . Hacer proviene de facer, faber , y de allí fabricar.

Saber teórico: “Conocer por el conocer mismo”; theorein (Aristóteles), es una


actividad de la razón que no está dirigida a una aplicación útil en lo concreto. Es
el saber por el saber mismo, fruto o resultado de la mera curiosidad humana, sin
que haya una intención o necesidad que lo fundamente.

Sentido: Concepto que hace referencia a un aspecto del significado de una


acción en tanto está dado por un valor que orienta dicha acción; en este aspecto,
atribuye sentido como una cualidad que es parte constitutiva del significado de
la acción, si esta está sujeta a la reflexión. El sentido de una acción es o puede
ser más o menos explícito. El sentido de una acción no se identifica con el
cumplimiento o realización del objetivo o fin de la acción.

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Súbdito: Habitante de una república monárquica o de un feudo, obligado a
obedecer la ley en cuya confección él no ha participado. El que existe sometido
a un poder externo a él mismo. También: individuo sometido al poder de un
autoritarismo.

Teleológico: Refiere al modelo de acción medios-fines. Cuando la acción es


considerada como encadenamientos de medios y fines. El fin es el objetivo por
el cual se produce.

Temperamento: Es la traducción de la palabra griega pathos. Representa la


carga natural de nuestra forma de ser, aquello que traemos en nuestra naturaleza
y que nos determina física y psicológicamente. En psicología se opone al ethos
como carácter, en tanto ya es la elaboración producida sobre el temperamento,
que en sí mismo es inmodificable, mediante la educación.

Trascendental: Realidad no sujeta a la realidad natural ni a sus leyes, y que


aporta condiciones o principios que hacen posible el conocimiento del ser
humano.

Trascendente: Que tiene una existencia más allá de lo que se está considerando.
Referido generalmente este más allá a una realidad inmaterial.

Valor: En nuestro contexto lo usamos como medida valiosa, que establece una
relación de atracción sobre nuestra voluntad o querer.

Vida buena: Concepto griego asociado a la vida humana, en tanto el ser humano
es un ser que realiza su vida de forma esencial como ser político-social, dentro
de un orden de libertad, igualdad y justicia, propio de la autoorganización socio-
política de la forma politeia (república democrática).

Voluntad: Es una capacidad o facultad humana que para los filósofos griegos
mueve el cuerpo. Capacidad de querer.

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m ó dulos

m1

m1 microobjetivos

• Reconocer los diferentes usos de la racionalidad práctica, que posibilite


evaluar diferentes tipos de actividades y/o productos.

• Adquirir un saber teórico conceptual sobre los fundamentos de una posición


ética responsable, para contar con una herramienta teórica específica de la
dimensión ética.

• Adquirir el saber práctico de valores éticos, para ser capaz de elaborar


productos comunicativos acordes al ámbito socio-político democrático al que
pertenece.

• Adquirir un vocabulario técnico ético-filosófico, para sustentar con calidad


científica sus producciones comunicativas en el ejercicio de su futura
profesión.

m1 contenidos

En el desarrollo de los contenidos de este módulo hemos de introducirnos al


estudio de la Ética. La Ética es una disciplina filosófica y como tal implica, por
una parte, conocer las características fundamentales que posee, por las cuales
no es una doctrina del deber ser –es decir una moral que se imparte– sino una
reflexión sobre aquellas razones o fundamentos del deber ser que contiene el
saber moral. Ya hemos dicho esto en la presentación de la asignatura, pero
es aquí, antes de seguir avanzando, donde ofrecemos estas razones que
establecen la distinción entre el saber vulgar de una moral instituida y el saber
reflexivo filosófico sobre los fundamentos de las ideas que en este saber usamos
para la vida, para el desarrollo de nuestras acciones, y del cual carecemos de
fundamentos racionales. Adquirimos estos fundamentos al explorar en la historia
del pensamiento filosófico, ya que los filósofos son los que se interesaron
por buscar estas razones que constituyen el conocimiento explicativo de, por
ejemplo: ¿por qué debemos decir la verdad a preferir la mentira aunque ésta
puede ser útil para mí?, o ¿por qué debo hacer el bien? y, entonces, ¿qué es
el bien? Aplicados a nuestro interés específico de la comunicación, los mismos
interrogantes y sus respuestas repercuten directamente no solo en la validez
de una producción comunicativa sino en la misma posibilidad de que haya un
proceso de comunicación.

Nosotros proponemos, como lectura y estudio obligatorio para el aprendizaje de


este módulo el capítulo 1 de Ética de la Empresa, de Adela Cortina, donde la autora
trata sobre qué tipo de saber es la ética, la diferencia con la moral, qué significa
tener una conducta ética tanto en el individuo como en las organizaciones.

Esta autora, actual docente de Ética en España, propone una visión accesible
para una introducción a la problemática de la ética en las organizaciones a
partir de considerar que las organizaciones humanas o instituciones en sentido

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.14


restringido, actualmente en España y también para nosotros, se encuentran
incluidas dentro de un orden socio-político democrático. Por esta razón, en este
primer capítulo de su libro desarrolla como eje de la cuestión ética dos puntos:

a- la forja o construcción de un carácter prudente, y

b- el aprender a tomar decisiones justas.

Estas dos condiciones son ya expuestas, al inicio de nuestra tradición occidental,


en la cultura griega por Aristóteles. La autora toma esta posición aristotélica
ya que nuestro filósofo las propone como condición de la educación real del
ciudadano dentro de un orden socio-político democrático.

Mayor profundización sobre estos conceptos vamos a lograr una vez que pasemos
a los contenidos del módulo 2, donde, volviendo hacia atrás el tiempo, nos vamos
a encontrar con la elaboración que Aristóteles hace de la ética brindándonos una
explicación de los fundamentos antropológicos de la misma.

m1 material

Material Básico:

• Cortina, Adela, Ética de la Empresa. Editorial Alfa, Barcelona, 1993. Capítulo 1.


• Material de cátedra desarrollado en los contenidos y actividades del
módulo.

Material Complementario:

• Arendt, Hannah, “El pensar y las reflexiones morales”, en De la historia a la


acción, Ed. Paidós, 1997.
• Aristóteles, Etica nicomaquea, Ed.Harla, México, 1990.
• Kant, Inmanuel, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Colección
Universal, Madrid, 1921.
• Hobbes, Th., Leviathan, Vol. 1, Editorial Planeta, Barcelona, 1996.
• Maquiavelo, N., El príncipe, Ed. Pléyade, España, 1964.
• MacIntyre, Alasdair, Historia de la Ética, Editorial Paidós, España, 1994.

m1 actividades

m1 | actividad 1

La ética es un saber para la acción

“La ética es una disciplina filosófica que intenta proveernos de un saber


práctico”.

A partir de la lectura de este enunciado, desarrolle una explicación sobre los


conceptos “disciplina filosófica” y “saber práctico”. A 1

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m1 | actividad 1 | AA

asistente académico 1

Es importante, para el desarrollo de nuestra asignatura, el énfasis en que la ética


es una disciplina que contiene los rasgos fundamentales propios de la filosofía
práctica, tal como lo plantea Adela Cortina en su texto. Una de las implicaciones
más importantes de esta afirmación es que desde esta perspectiva nos alejamos
de la idea vulgar que sostiene que la ética es una forma de ser moral a partir de
la obediencia a normas.

Ampliación temática

Napoleón Saltos Galarza

1. ÉTICA Y MORAL. EL OBJETO DE LA ÉTICA

En la vida cotidiana el ser humano realiza diversas prácticas: afectivas, políticas,


artísticas etc. Para la realización de estos actos, debe decidir: tomar opciones para
actuar de acuerdo no sólo a sus intereses, sino en la relación con los demás. (1)

La ética tiene como objeto preguntarnos por las razones de estas conductas
y estas decisiones: la ética es el campo de la teoría filosófica que averigua las
fundamentaciones racionales de las conductas y prácticas humanas y sociales.

Tiene por objeto una forma de verdad (fundamentaciones, razones, causalidades),


diferente de la de otras ciencias que responden a la cuestión de verdadero-falso
(principio de verdad); la ética y la moral responden a las cuestiones de bueno-
malo, correcto-incorrecto, justo-injusto (principios de veracidad y de rectitud).

El estudio de los porqué, de las razones de las decisiones y acciones, nos va


a dar como resultado “un sistema de valores a base de los cuales se hacen
valoraciones y se establecen normas del obrar” (2).

Se concibe, entonces, la ética como la teoría filosófica que trata de la conducta


humana y que define proposiciones sobre lo que es virtuoso y lo que es vicioso
entre los tipos de conducta que la gente tiene que escoger (3). La moral es el
juicio y la práctica de lo que es justo o injusto en el convivir social, la decisión de
los individuos y los grupos para actuar en una determinada forma. La ética trata la
fundamentación racional de esas conductas, hasta establecer un sistema de valores
correspondientes a una determinada sociedad o grupo, establece las valoraciones
fuertes que fundamentan la identidad de una persona y de una sociedad.

Desde una perspectiva filosófica, la ética es aquella parte que estudia la moralidad,
es decir las ideas, conceptos y nociones y el lenguaje de la moralidad. La moral se
distingue de la ética en que indica de forma inmediata y práctica lo que es bueno
o malo de realizar. La ética, si bien incide también en las decisiones correctas
de la conducta humana, lo hace a través de cánones o fundamentos morales, es
decir, no señala lo que es bueno o malo hacer, sino cuándo lo es (4). (…)

Notas
1. El fundamento de la ética está en la libertad y en la capacidad de optar.
Ver SAVATER Fernando, Ética para Amador, 35ª edición, 3ª reimpresión,
Editorial Ariel, Barcelona, abril 2001.
2. BOBBIO Norberto, El existencialismo, Breviarios, Fondo de Cultura
Económica, 9ª impresión, México, 1994, p 49.
3. RUSSEL Bertrand, Ensayos filosóficos, Altaya, Barcelona, 1993.
4. CORTINA Adela, Ética sin moral, 3ª edición, Tecnos, Madrid, 1995.

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m1 | actividad 2

Razón técnica y razón práctica

“Liliana trabaja en un instituto de rehabilitación como comunicadora y


relacionista. A causa del incremento del personal, los directivos han realizado
una reorganización de la estructura funcional. Por esta razón se ha encomendado
a Liliana elaborar una comunicación interna que informe sobre estos cambios al
personal de la institución”.

A partir de la lectura de esta situación planteada y de los contenidos propuestos


para el estudio del módulo 1, le proponemos dar respuesta a los siguientes
interrogantes:

a-El informe que debe elaborar Liliana, ¿contribuye a la orientación práctica de


los empleados? ¿Por qué? A 1

b-De acuerdo a lo que usted ha estudiado, ¿considera que este informe posee
algún contenido de valoración ética?

c-¿Qué razones podría usted aportar a los fines de afirmar que este informe es
un producto técnico?

m1 | actividad 2 | AA

asistente académico 1

El ser humano es un ser de acción. Las acciones están siempre orientadas, es


decir, tienen un sentido. Atendiendo al sentido de las acciones, podemos dife-
renciar el predominio de un uso de nuestra capacidad racional sobre otro. Luego
de estudiar lo que A. Cortina nos dice sobre la razón humana en el contenido
propuesto para el desarrollo del módulo, le sugerimos remitirse al Glosario para
trabajar sobre la palabra Sentido.

m1 | actividad 3

Tomar buenas decisiones

“Rubén trabaja como preceptor en el Instituto de Enseñanza Secundario San


Javier. Desde hace un tiempo se encuentra intranquilo a causa de que han surgido
inconvenientes con un docente y la directora ha tenido una conversación con él
sobre este asunto. La situación dada –el motivo para que la Directora hablara
con él– es la siguiente. Un docente, por motivos laborales en otra institución, se
retira todas las semanas unos minutos antes de la finalización de su horario de
clase. Este docente ha solicitado a Rubén que le haga el favor de hacerse cargo
del grupo de alumnos del curso que él deja con anticipación, para que éstos no
deambulen en el patio llamando la atención a las autoridades de la escuela. Al
poco tiempo la situación trascendió, ya que algunos alumnos lo comentaron a
sus padres y a otros docentes de la Institución. Como consecuencia, un padre
solicitó una entrevista con la Directora.

Fue por este motivo que la Directora pidió hablar con Rubén.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 17


De esta conversación no le quedó claro a Rubén qué objetivo quería lograr la
Directora, y de allí su malestar e intranquilidad a la que nos referíamos al principio
de este relato: no sabía si quería que él aportara su testimonio para sancionar al
profesor; no sabía si quería su complicidad para ocultar el hecho ante el padre;
no sabía, en fin, si quiso atemorizarlo por no haber informado desde el inicio de
la situación a la dirección.

Por otra parte, la Directora, que es una persona que intenta dirigir la Institución
con coherencia y dentro de los marcos de acción correspondientes a una
organización educativa, tampoco quedó tranquila y satisfecha de su conversación
con Rubén. Por ello, quiso informarse con claridad sobre los hechos, pero inició
la conversación con tantos preámbulos que ella misma se perdió de su objetivo.

La consecuencia es que en el Instituto de Enseñanza Secundaria San Javier hay


un problema de comunicación asociado a una falta en el cumplimiento de lo
debido.

Aparentemente se comunicaron ya que: el profesor habló con Rubén, algunos


alumnos con algunos padres y docentes, la Directora con Rubén, un padre con la
Directora, pero todo sigue igual y Rubén se siente mal, enredado en una situación
donde la falta de claridad afecta al buen desempeño de las actividades debidas
de cada participante.

La directora pide el asesoramiento a una consultora en Comunicación Institucional,


y es a Andrés, como joven comunicador, a quien se le presenta la ocasión de
intentar resolver clarificando esta situación de malestar en la Institución”.

Luego de haber leído este texto y a partir del estudio de los contenidos propuestos
en el módulo 1, lo invitamos a responder los siguientes interrogantes:

a- ¿Usted considera posible que Andrés, en su tarea de clarificar la situación


mediante un análisis de los hechos, relacione el concepto de responsabilidad
con el malestar que experimenta Rubén? ¿De qué forma lo haría?

b- ¿Es posible que Andrés considere que el profesor que se retira sin aviso no
obra bien ya que su comportamiento no es ético desde el marco conceptual
aristotélico?

c- ¿Usted considera que se encuentra dentro de las posibilidades de Andrés


relacionar la complicidad de Rubén con el profesor como una conducta que no
expresa una buena elección? ¿Por qué?

d- Con relación a la conducta de la Directora, ¿es posible que Andrés considere


que ella no fue prudente al optar por hablar con Rubén? ¿Por qué?

e- En su tarea de determinar un ordenamiento de la acción institucional para


que la escuela retome su funcionamiento basado en una buena comunicación,
¿es posible que Andrés considere como fin u objetivo de este funcionamiento
institucional a la felicidad? ¿Por qué?

f- Finalmente, le pedimos que tome estos datos sobre la situación planteada y la


orientación del marco conceptual ético de este módulo a los fines de elaborar
un análisis ético de los hechos, es decir, cómo deberían haber actuado los
involucrados y en base a qué orientación o valor, evitando la incomunicación
que ha generado el hacer lo indebido. A 1

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m1 | actividad 3 | AA

asistente académico 1

Para realizar estas actividades, usted tiene que estudiar los conceptos propues-
tos por Adela Cortina.
La referencia a la concepción aristotélica es a causa de que esta autora toma las
categorías conceptuales de Aristóteles y su propuesta ética cuando desarrolla el
tema de forjar un buen carácter. Para mayor comprensión y profundización de
este tema vamos a desarrollar en el contenido del módulo 2 la propuesta ética
de Aristóteles, ya que es un pilar de nuestra cultura y tradición, y el fundamento
de un posible ordenamiento u organización política democrática.

m1 | actividad 4

Ética y moral

“A partir de su entrevista con Rubén, Andrés, como comunicador institucional


conciente de su responsabilidad, ha registrado datos y valorado actitudes y
acciones. Estos seguramente le permitirán elaborar una estrategia comunicativa
en la institución tendiente a solucionar el problema planteado en la escuela San
Javier”.

Algunos de los datos registrados son los siguientes:

1- El profesor no obró bien al no respetar el horario de la clase, y al delegar


su responsabilidad en Rubén.

2-Rubén no actúa bien tampoco cuando acepta participar en complicidad


en la falta del docente.

3-La directora tampoco actúa correctamente cuando busca informarse sobre


los hechos en una entrevista con Rubén.

a-De acuerdo al caso planteado, y a los datos manifiestos sobre esta situación,
¿usted considera pertinente que Andrés realice estas valoraciones sobre las
acciones realizadas por Rubén, el profesor y la directora? ¿Por qué? A 1

b-Cuando Andrés evalúa moralmente al profesor porque abandona su trabajo,


¿puede Ud, aportar razones que sirvan de fundamento o justifiquen que Andrés
valore moralmente estas acciones? A 2

m1 | actividad 4 | AA

asistente académico 1

Todas las personas, por ser humanos, tenemos una estructura moral mediante
la cual poseemos un saber moral que adquirimos por el hecho de compartir
una vida en común con otros seres humanos de forma más o menos ordenada
(ethos). Además tenemos la capacidad de aprender el Bien a fin de encontrar el
sentido humano a nuestros actos.

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m1 | actividad 4 | AA

asistente académico 2

Para cumplir con esta consigna trabaje el concepto de responsabilidad que se


encuentra en el material propuesto para el estudio del módulo 1 y la relación
entre medios y fines en las instituciones.

m1 | actividad 5

La ética en las instituciones

A partir de los conceptos presentados a continuación establezca un enlace,


redactando la relación establecida entre ellos.

Reglas-Institución-Fin específico-Hábitos-Normas-
Fin social-Bien-Sociedad-Sentido-Valores –Carácter.

m1 | actividad 6

Tomar decisiones justas

“La Directora, de acuerdo a los resultados obtenidos por la mediación de Andrés


en la situación planteada en la Escuela San Javier, resolvió elevar una notificación
al profesor, en la cual se le advierte que, habiendo sido conocido el hecho de su
abandono de tareas de forma injustificada, si se repite este hecho se tomarán las
medidas de sanción que establece el reglamento”.

A partir de la lectura del caso presentado en las actividades de este módulo


sobre la Escuela San Javier, y de la lectura del material propuesto para el estudio
del módulo 1, responda:

a- ¿Piensa Ud. que la Directora ha tomado una decisión justa al enviar esta
notificación al profesor? ¿Por qué? A 1

m1 | actividad 6 | AA

asistente académico 1

Para realizar esta actividad no es necesario que Ud. reelabore imaginando


elementos que no son presentados en el caso, como el grado de conciencia
moral vigente en este grupo social. Tenga en cuenta qué parámetros se han de
considerar para la toma de decisiones justas, y si Ud. cree que la Directora los
tuvo en cuenta.

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m1 glosario

Acción o praxis: La forma de actividad propiamente humana y entre hombres,


en tanto es actividad simbólicamente mediada. Intersubjetividad o actividad
intersubjetiva.

Bien: La idea de Bien proviene, como valor orientador de la existencia y actos


humanos, de la cultura griega, para nuestra tradición filosófica. Ella, de acuerdo a
la imagen que nos brinda Platón, es como un sol que ilumina la existencia y el valor
que tienen nuestras almas o psijés. Supremo valor, que junto a Belleza y Verdad
constituyen el ideal de la cultura griega, orientador de la Paideia o educación.

Carácter: Es la traducción de la palabra griega ethos, que significa modo de ser


de una persona o un pueblo o grupo social. El ethos se adquiere culturalmente,
es decir por transmisión social, educación, imitación.

Categorías: Expresión de origen griego que refiere a los modos de ser. Dentro
del contexto en el cual lo usamos nosotros refiere a modelo conceptual.

Crítica: Significa análisis, examen, reflexión, pensar.

Deber: Este concepto aparece con Kant para nuestra tradición ética-filosófica.
La idea de deber se entiende a partir de la contraposición a la inclinación natural
del ser humano que busca realizar alguna satisfacción sensual. El deber tiene
su asiento en la razón pura, es decir en una racionalidad humana no sujeta a la
inclinación natural.

Ética: Esta palabra proviene de la expresión griega ethos, que significa tanto
carácter como costumbre o modo de ser. La ética es la disciplina filosófica que
tiene por objeto de estudio las costumbres en cuanto constituyen la materialización
de la idea de Bien o de los valores. La perspectiva de estudio de la ética sobre
las costumbres es la de reflexión sobre el fundamento racional de la orientación
moral de la acción humana y su necesidad.

Felicidad: Es la traducción de la palabra griega eudaimonía. Nosotros tomamos


los términos que la componen, eu- y daimon, y proponemos la traducción de
esta palabra como la idea de poseer un buen demonio o genio, en el sentido
de ese carácter que producimos a partir de la naturaleza que a cada uno nos es
dada. Encontramos referencias sobre el significado de daimon en la conducta
de las personas cuando Sócrates, al ser preguntado por qué vive preguntando
y buscando el saber, responde “no soy yo, es mi daimon”. Este concepto, que
proviene para nuestra tradición cultural filosófica de los griegos, lo encontramos
ya dentro de una orden sistemático en la propuesta ética de Aristóteles y de allí
tomamos básicamente su significado. Este filosofo lo contextualiza como el fin
final o supremo que es querido por sí mismo, y no por otra cosa, para todos los
hombres. Dicho de otra forma, la naturaleza humana lleva en sí implícita el anhelo
de esta felicidad como una búsqueda constante de una buena vida humana.

Hábitos: Refiere a las costumbres adquiridas por citación o aprendizaje y que


realizamos sin previa reflexión en la seguridad de que poseen un sustento
racional que las fundamenta.

Institución: Tiene un sentido amplio y un sentido restringido, en tanto las


instituciones en todo sentido son la materialización del poder político-cultural
de cada sociedad y de la humanidad en general. En sentido amplio decimos
que la Justicia es una institución, ya que es una representación social y humana
de un valor necesario para la existencia de la vida humana. Los tribunales son
concretamente (sentido restringido de institución) la materialización de este valor
o representación de la Justicia en un lugar concreto, en un tiempo y espacio

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 21


determinado. Toda institución en sentido restringido es una organización –buena
o mala, eficiente o inoperante– de actividades humanas.

Moral: Esta palabra es la traducción castellana o española de la palabra latina


mor-mores, que significa costumbre. La moral es el saber instituido en los
individuos y/o en un grupo humano sobre lo que está bien, o lo que es útil
porque es lo honesto y favorece la existencia de ese grupo.

Moral crítica: Expresión que hace referencia a la ética como saber reflexivo
sobre los fundamentos racionales del saber moral vulgar.

Prudencia: Es la traducción de la palabra griega frónesis, uso de la razón


práctica, pensar antes de actuar. Es una virtud propia de la tradición griega. Es
la capacidad de la razón práctica de subordinar las pasiones mediante el uso de
la deliberación antes de la acción. Virtud ética por excelencia, ya que posibilita
el orden armónico y justo de las acciones.

Responsabilidad: Dentro de nuestro contexto, la responsabilidad es interpretada


como una actitud o conducta humana que parte de considerar que las personas
o sujetos individuales son participantes de una comunidad en estado de libertad,
por lo cual toda elección de acción conlleva la capacidad de dar respuesta,
por parte de este individuo, de dicha decisión. Dar respuesta, es decir, ser
responsable, implica entonces hacerse cargo de las consecuencias de nuestros
actos, en relación a nuestra propia conciencia moral –si la hemos desarrollado– y
al derecho o libertad de los seres que nos rodean. Dada la limitación de nuestra
capacidad para medir estas consecuencias, para una efectiva responsabilidad
necesitamos como condición previa el desarrollo de la capacidad de juzgar
(medir, valorar) nuestra propia capacidad de pensar.

Saber práctico: “Conocer para la acción (praxis)”; prattein (Aristóteles), actividad


de la razón que nos permite saber cómo actuar con y entre los seres humanos
(interacción). Estrictamente hablando, éste es el saber práctico, y no el saber
hacer cosas que es saber técnico. Es el saber para interactuar, para poder convivir
con otros a partir del reconocimiento de valores comunes y normas instituidas en
el grupo como buenas porque son el sustento de la vida del grupo.

Saber técnico: Proviene de la palabra griega tekné, que es traducida como arte
o técnica. Es el saber aplicado a la resolución de una situación problemática a fin
de producir un resultado favorable a la vida. A partir de conocimientos establezco
reglas para producir algo. Es el “Conocer para hacer”; poiein (Aristóteles),
actividad de la razón que conoce para luego aplicar este conocimiento a una
actividad de producción . Hacer proviene de facer, faber , y de allí fabricar.

Saber teórico: “Conocer por el conocer mismo”; theorein (Aristóteles), es una


actividad de la razón que no está dirigida a una aplicación útil en lo concreto. Es
el saber por el saber mismo, fruto o resultado de la mera curiosidad humana, sin
que haya una intención o necesidad que lo fundamente.

Sentido: Concepto que hace referencia a un aspecto del significado de una


acción en tanto está dado por un valor que orienta dicha acción; en este aspecto,
atribuye sentido como una cualidad que es parte constitutiva del significado de
la acción, si esta está sujeta a la reflexión. El sentido de una acción es o puede
ser más o menos explícito. El sentido de una acción no se identifica con el
cumplimiento o realización del objetivo o fin de la acción.

Valor: En nuestro contexto lo usamos como medida valiosa, que establece una
relación de atracción sobre nuestra voluntad o querer.

Voluntad: Es una capacidad o facultad humana que para los filósofos griegos
mueve el cuerpo. Capacidad de querer.

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m2

m2 microobjetivos

- Desarrollar habilidades para determinar los fines de las acciones, a los fines
de establecer un orden de prioridades acorde a lo debido dentro de una
comunidad democrática.

- Comprender los fundamentos de una posición ética comunitarista, para sus-


tentar la elaboración de productos comunicativos acordes al ámbito socio-
político democrático al que usted pertenece.

- Desarrollar habilidades en el manejo del vocabulario técnico ético-filosófico,


a los fines de fundamentar con calidad científica sus producciones comuni-
cativas en el ejercicio de su profesión.

m2 contenidos

Ética comunitarista: Aristóteles



“Todo arte y toda investigación e, igualmente, toda acción y libre
elección parecen tender a algún bien; por esto se ha manifestado,
con razón, que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas
tienden”.1

1. La acción prudente

El concepto de prudencia es un concepto nuclear dentro de la reflexión


ética. Su importancia proviene de ser uno de los ideales del pensamiento de la
Grecia clásica y cuya importancia dentro de la paideia (ver glosario) griega queda
plasmada en las grandes obras de sus representantes. Es así como desde las
obras homéricas, primera poesía épica de nuestra cultura, ya está representada
esta virtud, la prudencia, en el héroe Ulises. Pero es dentro de las obras éticas
de Aristóteles donde vamos a encontrarla explicada y relacionada con la vida
concreta del ser humano y con sus acciones.
Previo al desarrollo del concepto en cuestión, y de la explicación de la
ética aristotélica, le proponemos una introducción a esta disciplina a partir del
significado etimológico de la palabra ética.
Ética proviene del vocablo griego ethos (ver glosario) que significa costumbre,
forma de ser, carácter entre otras traducciones posibles. Nosotros haremos
la distinción entre ética y moral dado que frecuentemente se emplean como
sinónimos. En este sentido, diremos que moral proviene de la palabra latina mor-
mores, que también significa costumbre. La diferencia radica en que designamos
propiamente ética a la disciplina filosófica que se pregunta por la esencia o el
fundamento del ethos que tenemos; se trata de una disciplina filosófica cuyo
objeto de estudio es la moral o costumbre.
Por lo tanto, consideramos apropiado decir que todos tenemos una
moral. No obstante, sólo aquellas personas o instituciones que han reflexionado y
analizado su propio saber moral a fin de investigar sus fundamentos racionales y
apropiarse de ellos, son personas o instituciones que tienen una formación ética.
En relación con lo que venimos desarrollando hasta aquí, decimos
que la ética es el conocimiento de las causas de nuestra moralidad. A su

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 23


vez, la investigación de las causas significa que a partir de esta actividad
cognitiva nuestra moral es conocida y fundada, lo cual nos posibilita sostener
racionalmente –justificar– (ver glosario) nuestra forma de actuar en sociedad.
Adquirimos la moral desde pequeños por imitación, y por las enseñanzas que
nos va otorgando el medio familiar y humano al cual pertenecemos. La moral
se aprende por imitación de las conductas y éstas van conformando nuestros
hábitos y costumbres. De allí deriva que todo ser humano sea un ser moral,
que sabe diferenciar lo que está bien de lo que está mal, conforme aquello
instituido en su medio socio-cultural.
Dentro de nuestra cultura occidental y cristiana Aristóteles ha sido uno
de los primeros pensadores que se ocupó de reflexionar sistemáticamente
sobre las costumbres humanas y escribió tres obras de ética que aún en la
actualidad poseen gran importancia a nivel de la filosofía práctica (ver glosario).
Para Aristóteles la ética es una parte de la política, que es la gran ciencia
arquitectónica de las actividades humanas. Cabe aclarar que esta inclusión es
de gran importancia en cuanto a que afecta a la significación de lo que se
considera bueno. Dice Aristóteles en su Étíca a Nicómaco que la ética es una
parte de la política porque ésta tiene en cuenta de qué forma debemos actuar,
es decir, le compete decidir sobre lo que está bien o lo que está mal.

“Y puesto que la política se sirve de las demás ciencias y prescribe,


además, qué se debe hacer y qué se debe evitar, el fin de ella
incluirá los fines de las demás ciencias, de modo que constituirá el
bien del hombre”.2

La propuesta ética aristotélica es una propuesta que podemos calificar


como comunitarista o social, ya que habría una subordinación del hombre como
ser individual a su comunidad o sociedad. Aquello que está bien hacer es lo que
se espera social o comunitariamente de mí; y es la sociedad en la que me he
criado y educado la que tuvo a su cargo mi formación moral o carácter.

“Pues aunque sea el mismo el bien del individuo y el de la ciudad,


es evidente que es mucho más grande y más perfecto alcanzar
y salvaguardar el de la ciudad; pero es más hermoso y divino
conseguirlo para un pueblo y para ciudades.
A esto, pues, tiende nuestra investigación, que es una cierta
disciplina política”. 3

De esta forma Aristóteles, citando a Hesíodo, dice que el mejor hombre


es el que por sí mismo sabe o entiende, y luego o después el que acepta los
consejos de quienes lo saben si no lo sabe por sí mismo; pero aquél que ni sabe
por sí ni acepta el buen consejo del que sabe, es un inútil. Al decir esto, Aristóteles
nos quiere significar que en cuanto somos seres sociales y no vivimos aislados,
vamos aprendiendo lo que está bien o lo que está mal, y este conocimiento es el
que hace posible llevar adelante una vida humana. El que no lo sabe no puede
entonces convivir, es un inútil.
Recordemos que así como Aristóteles subordina lo ético a lo político-
social, del mismo modo subordina el ser individual al ser político o a la sociedad
a la que pertenecemos. Para él, el hombre es un zoón politikón, lo cual quiere
decir, un animal político. A su vez, es importante aclarar que para los antiguos
griegos tener un ser político significaba pertenecer a una polis (ciudad-estado),
que es el lugar de aparición de nuestra humanidad, e implicaba la posibilidad
de tener una vida buena (ver glosario).
Dentro del pensamiento de Aristóteles, quien responde a su tradición,
los seres humanos se asocian dando lugar a una ciudad o sociedad, motivados
por la necesidad de resolver el problema de la supervivencia individual y de

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.24


la especie, pero en realidad, este no es el verdadero fin o fin último de esta
agrupación que es la ciudad, pueblo o sociedad. El ser humano vive junto a otros
humanos porque quiere una vida buena, y es por esta razón que lo ético forma
parte de lo político.
En nuestro país, frecuentemente, vivimos la experiencia de que nuestros políticos
consideraran que hacer política es básica y sustancialmente administrar recursos
económicos. No obstante, lo político en su original sentido es más que una
actividad administrativa ya que necesariamente debe contener la dimensión
ética que contempla el Bien común. Solamente a partir de la consideración del
Bien común es posible que hablemos de justicia (ver glosario), la gran virtud que
hace posible la vida social y política en su verdadero sentido.

2. El fundamento de la ética: el bien

A continuación lo invito a leer el texto La idea de Bien y de Justicia en la


tradición griega de nuestra cultura IC

Cuando Aristóteles inicia su Ética a Nicómaco, obra que estamos


considerando para explicar sus principales ideas o propuestas éticas, dice:

“Todo arte y toda investigación e, igualmente toda acción y libre


elección, parecen tender a algún bien; por esto se ha manifestado, con
razón, que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden”.4

Aristóteles sostiene un modelo teleológico de la acción. Es decir que


todas las actividades humanas, no solamente el hacer cosas sino también el
interactuar de los hombres entre sí, son encadenamientos de medios con fines. Y
este encadenamiento consiste en que nos movemos hacia un fin que perseguimos
y en el momento en que lo conseguimos este fin pasa a ser un medio para
obtener otro fin superior. De tal manera que toda nuestra vida individual y social
es un encadenamiento. Pero dice Aristóteles que este movimiento teleológico
(ver glosario) (telos = fin distante) del ser solamente se detiene cuando logra
llegar al fin último, que sería el superior a todos porque engloba a todos los que
fue necesario conseguir y fueron luego medios para llegar al fin último, absoluto,
que es el estado de eudaimonía (ver glosario) (eu = Bien, daimon = espíritu ) o
felicidad. Esta interpretación de la actividad, y por ende de la vida humana, es
la que impregna toda su concepción ética, ya que este fin último es asimismo
el sumo Bien que buscamos, el último y superior Bien que engloba a todos los
bienes que fuimos buscando en nuestra vida. Este movimiento no acaba sino
con la muerte y es este un recorrido humano ya que es nuestra razón la que
determina el camino para lograrlo.

“Por consiguiente, si hay un solo bien perfecto, éste será el que


buscamos, y si hay varios, el más perfecto de ellos.
Ahora bien, al que se busca por sí mismo le llamamos el más
perfecto que al que se busca por otra cosa, y al que nunca se elige
por causa de otra cosa, lo consideramos más perfecto que a los
que se eligen, ya por sí mismos, ya por otra cosa(...) tal parece ser
la felicidad, pues la elegimos por ella misma y nunca por otra cosa,
mientras que los honores, el placer, la inteligencia y toda virtud, los
deseamos en verdad, por sí mismos (...) pero también los deseamos
a causa de la felicidad, pues pensamos que gracias a ellos seremos
felices. En cambio, nadie busca la felicidad por estas cosas, ni en
general por ninguna otra”.5

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 25


3. Fundamento antropológico

Debido a nuestra forma particular de ser, es decir que poseemos una


naturaleza animal que está sustentada por el hecho de poseer un cuerpo, y ,
por otra parte, tener la razón, que es un principio metafísico, un alma (psijé =
psiquis, alma), el ser humano tiene una forma de actuar particular.
A diferencia de los animales que poseen solamente una naturaleza
animal y un alma animal, el hombre posee una alma racional que lo distingue
esencialmente del resto de los seres vivos. El alma es el principio de movimiento
de su ser. Cuando decimos “de movimiento” nos referimos a que por el alma
somos seres animados. También son seres animados los vegetales y los
animales. Por eso Aristóteles los agrupa junto con el hombre dentro del conjunto
o género de los seres vivos. Tener vida es tener un alma que anima y que nos
mueve. De allí que la palabra alma en latín es anima y de este vocablo proviene
la palabra animal, ser animado o que posee alma. Pero en el caso del hombre
no sólo tiene el alma como principio de movimiento nutricional –al igual que los
vegetales– o alma vegetativa, sino que también tiene un alma volitiva o afectiva,
que compartimos con las demás especies animales, y finalmente el ser humano
tiene de manera única y exclusiva a su especie, el alma racional o logos (ver
glosario).
Tal como hemos venido planteando hasta aquí, al tener alma racional
o logos nos diferenciarnos esencialmente del resto de los seres vivos. En este
sentido, no podemos decir, por ejemplo, que cuando un león ataca a un búfalo
viejo para comérselo está obrando mal; dado que el león es un animal y por
ello actúa bajo la influencia directa y total de sus instintos. Frecuentemente
cometemos el error de justificar acciones que no están bien en un ser humano
pensando que siguió a sus instintos, advirtiendo que nosotros estamos sometidos
a ellos de la misma forma que cualquier otra especie animal. Pero Aristóteles,
y otros pensadores antes que él, nos aclararían que nuestros instintos son
instintos humanos, es decir que somos una especie de animal pero no somos
totalmente animales porque tenemos logos o razón. En este sentido, el ser
humano, a diferencia de cualquier otra especie animal, tiene mundo sobre la
tierra que construyó gracias a su poderosa razón, que es capaz de transformar
la naturaleza en un mundo humano. El mundo propiamente hablando sólo
pertenece al hombre, ya que es todo lo que hemos construido sobre la tierra,
nuestra cultura y sus valores objetivados en ella a lo largo de la historia.
Esta razón nos permite ordenar los fines que perseguimos y es claro, dice
Aristóteles, que aunque todos los hombres coinciden respecto de que el objetivo
en la vida es alcanzar la felicidad, cada uno difiere sobre qué bien es el último y
más importante para llegar a ser felices. Posiblemente, para quienes hoy viven
en una situación de pobreza económica, obtener la riqueza sea considerado el
sumo bien, así como para un ser humano enfermo lo es la salud. Por este motivo,
Aristóteles identifica las diferencias entre diferentes bienes y diferentes tipos de
humanos. Para un tipo de hombre los bienes exteriores son los más importantes:
por ejemplo, tener una hermosa casa, un hermoso auto, riquezas, poder viajar
y consumir todo lo que quiera, o tener prestigio, fama o reconocimiento público.
Así también es posible que para otros los más importantes y significativos sean
los bienes del cuerpo: tener salud, tener belleza, larga vida. A su vez, para otros
lo más importante son los bienes del alma: ser inteligente, prudente y sabio.

“Dividido los bienes, pues, en tres clases, los llamados exteriores,


los del alma y los del cuerpo, decimos que los del alma son los
más importantes y los bienes por excelencia, y las acciones y las
actividades anímicas las referimos al alma”.6

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.26


4. La virtud

“Vamos ahora a investigar qué es la virtud. Puesto que son tres cosas
que suceden en el alma, pasiones, facultades y modos de ser, la virtud
ha de pertenecer a una de ellas. Entiendo por pasiones, apetencia, ira,
miedo, coraje, envidia, alegría, amor, odio, deseo, celos, compasión
y, en general, todo aquello que da placer y/o dolor. Por facultades,
aquellas capacidades en virtud de las cuales se dice que estamos
afectados por estas pasiones, por ejemplo, aquello por lo que somos
capaces de airarnos, entristecernos o compadecernos, y modos de
ser, aquello en virtud de lo cual nos comportamos bien o mal respecto
de las pasiones; por ejemplo, en cuanto a encolerizarnos, nos
comportamos mal, si nuestra actitud es desmesurada o débil, y bien,
si obramos moderadamente; y lo mismo con las demás.
Por tanto, ni las virtudes ni los vicios son pasiones porque no
se nos llama buenos o malos por nuestras pasiones, sino por
nuestras virtudes y nuestros vicios, y se nos elogia o censura, no
por nuestras pasiones (...) sino por nuestras virtudes o vicios. (...)
tampoco son facultades, pues ni se nos llama buenos o malos por
ser simplemente capaces de sentir las pasiones, ni se nos elogia
o censura. Además es por naturaleza como tenemos esta facultad,
pero no somos buenos o malos por naturaleza...”.7

Aristóteles posee una visión jerarquizada de la realidad, y de la


realidad humana. El orden o ley cósmica, el logos, y la diké -justicia- hacen
que haya diferencias que tienen que ser armonizadas. Lo inferior tiene que
estar subordinado necesariamente a lo superior y para Aristóteles lo superior
en el hombre es su capacidad racional. Ésta deberá controlar la parte inferior
de la naturaleza humana, que es el cuerpo y sus pasiones. Las pasiones son
aquellas emociones que padecemos como el amor, el odio, la envidia, los celos,
el miedo y la ira. Es decir, todo lo que sentimos que va acompañado de placer
o de dolor. Pero no somos buenos o malos por lo que sentimos sino por lo que
hacemos a partir de nuestros sentimientos. De allí que Aristóteles diga que para
lograr el verdadero bien en la vida, el ser humano tiene que aprender a dominar
racionalmente sus pasiones. La parte del alma racional tiene que someter a su
criterio a las emociones y sentimientos que se generan a partir de lo irracional
que hay en el hombre. La voluntad es una facultad o capacidad que no pertenece
absolutamente al cuerpo ni alma, sino que está entre ambas. Esta voluntad, que
es el principio del querer, tiene que ser orientada en lo que quiera por la razón.
Entre las pasiones y las acciones está la razón. Dicho de otra forma, la actividad
del alma de acuerdo a la razón, es la voluntad libre del ser humano que entonces
es capaz de elegir. De esta forma somos virtuosos.

“Puesto que la felicidad es una actividad del alma de acuerdo con


la virtud perfecta, debemos ocuparnos de la virtud, pues tal vez
investigaremos mejor lo referente a la felicidad”.

Posiblemente, a este punto del desarrollo usted se pregunte lo siguiente:


¿todos los seres humanos por el hecho de ser racionales vamos a obrar de
acuerdo a la parte racional del alma? Aristóteles dirá que no se nace virtuoso,
sino que nos hacemos virtuosos, ya que la virtud es un modo de ser, y podemos
adquirir este modo de ser mediante la razón que nos posibilita el conocimiento y
el aprendizaje. Aprendemos imitando y adquirimos los hábitos que nos enseñan
principalmente a través de las costumbres. Así también aprendemos con la
educación adquiriendo el conocimiento. Desarrollamos una forma o modo de ser
virtuoso que es un cierto equilibrio o justo medio entre dos extremos. Nuestras

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 27


acciones son virtuosas si responden a este justo medio que no es absoluto, sino
más bien relativo a nosotros. Un justo medio absoluto tienen las cosas exteriores
al hombre, los objetos que pueden ser medidos, y la medida es una cantidad
matemática, como cuando yo determino el término medio entre los dos extremos
de una casa, o una silla o una línea. Pero con relación a la forma de actuar, el justo
medio es relativo a las circunstancias, y no solamente espacio-temporales, de
aquella persona que va a actuar sino de acuerdo a su educación, a las costumbres
de su medio socio-cultural, a las tradiciones. De esta forma dice Aristóteles que
la virtud de ser valiente depende de las circunstancias, pero es un medio entre
dos extremos que son dos vicios: el ser cobarde y el ser temerario. Los extremos
responden a las pasiones, el justo medio es el medio puesto por la razón.
Quien aprende a actuar analizando antes de decidir la acción y eligiendo
el justo medio es una persona virtuosa, ya que tiene la virtud de la prudencia. Es
por tanto de una importancia casi total la educación que hemos recibido para la
adquisición de hábitos buenos, es decir, para la adquisición de las virtudes. Éstas
se aprenden imitando las costumbres, virtudes éticas, y por enseñanza explícita
del uso de la razón práctica (froneo) –virtudes dianoéticas– (ver glosario). Entre
las virtudes dianoéticas se encuentran las que son nucleares como la sabiduría,
la prudencia y la inteligencia.

Es importante advertir que la posibilidad de controlar y orientar nuestras


acciones depende de la actividad de la parte racional del alma sobre la parte
volitiva. La voluntad en el hombre es una capacidad del alma que se encuentra
entre el cuerpo y la razón, entre las pasiones y la elección.
Sólo a través de un modo de ser virtuoso podemos llegar a ser felices, ya que
la felicidad (ver glosario) es una cierta actividad del alma de acuerdo con la virtud.

5. Antecedentes de la idea de libertad en Aristóteles

Actos voluntarios e involuntarios

Es importante destacar y diferenciar las características particulares y únicas


de la deliberación prudente a la que hemos hecho referencia en líneas anteriores.
Uno de los elementos fundamentales es que solamente si nuestra voluntad es libre
nuestros actos son el resultado de elecciones libres. Aristóteles distingue entre actos
voluntarios, involuntarios y no-voluntarios. Sólo en el caso en que el agente, el que
obra, sea dueño del principio de su acción, es decir “del principio del movimiento
impreso a los miembros instrumentales” entonces el que ejecuta es dueño de la
acción que ejecuta y en él radica el hacerla o no. A su vez, él debe haber elegido
hacerla, lo cual implica haber pensado previamente a la realización de la acción.
Son acciones forzosas las acciones que proceden de la fuerza a la que
es sometido el agente, y él no es dueño del principio de su acción, ya sea porque
es movido por otro o porque posee una ignorancia sobre lo que hace, como en el
caso de una persona que obra bajo el influjo del alcohol. Según Aristóteles, cuando
son acciones involuntarias, es decir, cuando uno es movido por la ignorancia
momentánea a realizar algún hecho, luego sentimos pesar o arrepentimiento a
causa de los resultados. Estas acciones son no-voluntarias o con ignorancia
momentánea. Pero en la acción que procede de total ignorancia, como cuando uno
es un niño, no habría voluntad en los actos en el sentido de capacidad de elegir
antes de decidir, aunque haya voluntad en el sentido de que mi cuerpo realiza
alguna acción movido por el deseo que proviene de la búsqueda de un placer o de
satisfacción de una necesidad. Estrictamente hablando, Aristóteles no considera a
los niños como seres humanos con voluntad propia ya que ésta no se ha terminado
de desarrollar, y en ellos la voluntad es como la que tiene cualquier otro animalito.
Es en la posesión del uso de la razón donde radica la diferencia fundamental en

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.28


la calificación de los actos humanos. En este sentido, son propiamente acciones
humanas las que están dirigidas por la parte racional del alma.
Así como hemos mencionado anteriormente, no podemos calificar
éticamente a un animal que satisface una necesidad instintiva ni a un niño cuyos
actos responden a sus necesidades, la valoración ética es debida al uso libre de
nuestra capacidad racional.
En el caso que el mismo Aristóteles plantea que a veces podemos
sentirnos presionados a actuar de una manera determinada como puede ser
bajo una amenaza de sufrir un daño, aun en estas circunstancias elegimos
actuar. ¿Qué quiere significar con esto Aristóteles? Que nuestra libertad radica
en ser racionales y lograr -a partir de una educación- que la actividad del alma
racional sea dominante con relación a la otra parte anímica que responde a
nuestra naturaleza corporal y que nos hace padecer placer o dolor.
Somos libres cuando hemos desarrollado un carácter sobre el
temperamento. El carácter es el modelado de ser natural por la influencia
cultural -educativa- del ethos al cual pertenecemos. Aquí vemos que la educación
cumple un papel predominante en la formación del carácter bueno o malo.
Dentro de este contexto aristotélico, la libertad está en la capacidad
racional de elegir lo que queremos, es decir, en poder determinar racionalmente
a nuestra voluntad -principio del movimiento o del querer- para que obre en
determinada dirección. Para este pensador no tenemos opción en cuanto a usar
la razón para controlar la voluntad, si es que queremos ser considerados ser
humanos en su sentido específico y apropiado.
La posibilidad de ser libres -que es imprescindible para ser realmente
un ser humano-, no la tienen los niños, ni los animales, ni un hombre que viviera
completamente aislado de lo social. Esta libertad se da como esencial a nuestra
vida social y humana. Ya Platón había planteado una diferencia abismal entre hacer
algo sin saber y hacer algo sabiendo las razones por las cuales hacemos lo que
hacemos. Solamente cuando sabemos la razón de aquello que hacemos obramos
por querer, es decir, libre o voluntariamente. Aquí es fundamental aclarar que saber
significa saber el Bien. Hay una posición extrema en Sócrates, de quien proviene
esta idea, de que la persona que obra mal es a causa de la ignorancia. Pero este es
un debate actual sobre el cual no hay una resolución definitiva y, posiblemente, no
la habrá ya que la discusión tiene tanto tiempo como nuestra historia.

La razón práctica y la democracia como forma de autoorganización socio-


política: fundamento del concepto contemporáneo de responsabilidad

La ética de las decisiones prudentes es una posición ética que proviene


de la sistematización que lleva a cabo Aristóteles de toda una tradición griega
anterior a él y que va a influir en mayor o en menor medida en toda la historia
del pensamiento ético-político en Occidente. Actualmente se encuentra ligada
profundamente a la idea de democracia. La democracia como forma de auto-
organización humana puede ser pensada a partir de una visión del hombre
antropológica-filosófica, donde la razón es su capacidad fundamental con
relación a la realización de sus actos, y que hace posible sostener la idea
del Bien común como orientador final de sus actividades político-sociales.
Decisiones prudentes son el fruto de una actitud responsable respecto a las
consecuencias de nuestros actos. Y el concepto de responsabilidad tiene un
criterio por el cual medimos estas consecuencias. Dentro de una democracia el
criterio final es el bien común. La razón es que la idea de libertad del individuo
está ligada esencialmente a los derechos de los otros. A diferencia de una ética
liberal pero individualista que puede haber estado históricamente al inicio de la
Edad Moderna, donde no existía la democracia sino que el Estado como forma
de gobierno era representativo del interés de una minoría.
El Bien común no surge como sumatoria de los bienes individuales,

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 29


sino que es la forma total que adquiere nuestra particularidad y por la cual se
manifiesta el sentido que tiene nuestra vida social y política.
La responsabilidad (ver glosario) como actitud ética es la consecuencia de
una educación en las virtudes que hacen posible la vida social y política. Solamente
cuando obramos en forma prudente somos capaces de enfrentar responsablemente
las consecuencias de nuestros actos. Es importante aclarar que dada nuestra
humanidad. la posibilidad de equivocarnos no está eliminada con el conocimiento
de cómo debiéramos actuar (conocer reglas). Pero si nos equivocamos somos
capaces de discriminar las causas, los factores que han intervenido determinando
la situación errada y el conocimiento sobre la parte que nos corresponde. Muchas
veces tendemos a confundir el criterio de responsabilidad prudente con la capacidad
racional de evaluar distintas alternativas de acción en forma estratégica en función
de obtener el éxito de una determinada acción. Pero la diferencia es que en la
evaluación responsable la razón que evalúa alternativas de acción no es la razón
técnica sino la razón práctica.
La razón técnica es la capacidad racional que tenemos de producir (hacer)
resultados cuyo beneficio está relacionado con el concepto de éxito. Por ejemplo,
si yo soy docente mi función como profesional es enseñar conocimientos, transferir
conocimientos. Como técnico de la educación mi responsabilidad está ligada al
cumplimiento estricto de reglas de funcionamiento que posibiliten lograr el éxito:
que los alumnos adquieran estos conocimientos. Pero mi responsabilidad como
ser social y cultural perteneciente a una determinada comunidad que conserva
cierta tradición es educar a los alumnos, es decir, tender a que adquieran
conciencia, saber con relación a cómo usar los conocimientos en la vida
socialmente considerada. En este sentido de “usar conocimientos” la docencia
tienen una función práctica y no solamente técnica de transmitir información
científica, que es orientar el uso de estos conocimientos hacia la realización,
conservación y aumento de los valores de la comunidad democrática.
Esta orientación final de los conocimientos en función de la conservación
del Bien común es tarea de la formación ética y es posible gracias a la razón
práctica. Hacer bien las cosas, es aumentar el valor de una acción en tanto y en
cuanto ha contribuido al ethos de esa sociedad y éste, a su vez, es reflejo de
valores humanos, universales como son la verdad, la libertad, la vida.
Porque somos seres humanos y comunitarios llevamos a cabo infinidad
de actividades cuyo objetivo se relaciona con la necesidad de conservar la vida,
y, como ya dijimos anteriormente, la vida que queremos conservar es una vida
buena (ver glosario). La idea de vida buena se asocia dentro de este contexto
aristotélico con una forma de vivir que nos lleve a la felicidad, el último objetivo
de nuestra vida, el fin final, como afirmamos al principio del texto. Esta vida
buena depende de muchas circunstancias y muchas de ellas provienen del azar,
como es el lugar y el tiempo en que nacemos, la carga genética que afecta al
temperamento (ver glosario), dándole una determinada forma o constitución que
predispone a determinados efectos sobre el organismo físico y psíquico. Pero a
pesar de todos los elementos a los cuales el ser humano se encuentra sometido
y determinado, poseemos libertad (ver glosario) como una capacidad que se va
conformando a la medida del carácter. De allí la importancia total que tiene la
educación dentro de esta perspectiva ética aristotélica. Esta educación, que se
adquiere por imitación y por razón, es la fuente del Bien común dentro del cual
solamente es posible llegar a la felicidad.

1 Aristóteles, Etica Nicomáquea, Editorial Gredos, Barcelona, 1993, p.11.


2 Op. cit., pp. 12-13.
3 Op. cit., p. 13.
4 Aristóteles, Etica Nicomáquea, Editorial Gredos, Barcelona, 1993.
5 Op. cit., p. 22.
6 Op. cit., p. 27.
7 Op. cit., p. 48.

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m2 | contenidos | IC

información complementaria

Ampliación temática

La idea de Bien y de Justicia en la tradición griega de nuestra cultura

El Gorgias de Platón, al cual usted tuvo como lectura obligatoria en Filosofía,


nos muestra ya un fondo antropológico-filosófico que está latente en forma más
o menos explícita cuando Sócrates establece una comparación entre la actividad
de la retórica y la cocina o culinaria. Allí nos habla de dos objetos: el cuerpo y
el alma, y diferentes artes y empeirías que son propias de cada objeto. Nos dice
además que cada uno de estos objetos, el cuerpo y el alma, poseen dos fines
u objetivos que buscan u orientan sus movimientos: el uno es el placer y el otro
es el Bien.

La educación conforma nuestro saber ético

El cuerpo busca naturalmente el placer, satisfacerse. El alma busca satisfacerse


en el Bien. Aquí aparecen en una oposición y, efectivamente, en toda nuestra vida
experimentamos esta oposición o lucha entre la tendencia natural del cuerpo
hacia el placer y la tendencia de nuestro aspecto racional y anímico-espiritual
hacia el Bien, que está asociado a nuestra vida social-cultural, a nuestras
relaciones inter-subjetivas, al hecho de que el ser humano que somos no es un
atributo exclusivo del cuerpo sino de nuestro ser social-cultural.

Esta oposición hay que entenderla bien. No está planteada en Platón como una
oposición excluyente. La tensión entre ambas tendencias tiene que ser resuelta
dentro del bien y éste es en definitiva un placer superior en tanto comprende
o engloba el placer del cuerpo y el del alma. Así, en el mismo ejemplo que
usa Sócrates, si la salud es el bien del cuerpo, el verdadero placer es el de
la salud, por tanto, no puede ser un placer verdadero aquél que le quita o le
arriesga vida al cuerpo. No puede ser un verdadero placer aquel que disminuye
las capacidades naturales de sentir y de gozar.

Para los filósofos griegos, esta tensión nos exige diferentes soluciones, y estas
soluciones sustentan una forma de organización política-social determinada y
proponen una educación para lograr la resolución de la tensión en orden a la ley
o logos que atraviesa el ser como Justicia.

Si nosotros volvemos de la época de los griegos antiguos a nuestra propia


actualidad socio-cultural de argentinos, partimos de un hecho: pertenecemos
a una sociedad que está organizada políticamente como una democracia. Este
es un hecho básico o un piso a partir del cual debemos atender en el momento
de buscar razones para argumentar a favor de una acción determinada. Al
pertenecer a una democracia, asumimos un supuesto fundamental: que somos
seres libres, pensantes, capaces de decidir sobre lo justo y lo injusto ya que
participamos -a través de nuestros representantes- en la elaboración de las
leyes. Esta es una diferencia muy importante con relación a otras formas de
organización política social donde las leyes son hechas por uno, o por un grupo,
que es el que detenta el poder. Esta forma de gobierno es la de las monarquías,
donde el poder soberano es atributo no del pueblo, sino de un individuo o, a lo
más, de un grupo de individuos.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 31


La educación en los valores, la ética, es parte de la política

En una democracia, es entonces de total importancia la educación que tenemos,


la concepción de ser humano y de vida que hacen posible sostener esta forma de
auto-organización humana. Así como aprender las reglas para hacer el bien no nos
convierte en personas buenas, del mismo modo tener leyes no nos hacen seres
democráticos y justos. Solamente una educación es capaz de hacer de nosotros
individuos buenos, democráticos, justos, tolerantes, honestos. Estas son formas o
modos de ser. No se nace con un modo de ser determinado sino que nos hacemos
de determinado modo de acuerdo a las costumbres y hábitos que adquirimos. De
este modo lo expresa Aristóteles en su Ética a Nicómaco, libro II, Cap.1:

“Habiendo, pues, dos maneras de virtudes, una del entendimiento y otra


de las costumbres, la del entendimiento, por la mayor parte, nace de la doctrina
y crece con la doctrina, por lo cual tiene necesidad de tiempo y experiencia;
pero la moral procede de la costumbre, de lo cual tomó el nombre, casi
derivándolo, en griego, de este nombre: ethos, que significa, en aquella lengua,
costumbre. De donde se colige que ninguna de las virtudes morales consiste
en nosotros por naturaleza, porque ninguna cosa de las que son tales por
naturaleza, puede, por costumbre, hacerse de otra suerte: como la piedra,
la cual, naturalmente, tira para abajo, nunca se acostumbrará a subir de
suyo para arriba, aunque mil veces uno la eche hacia arriba; ni tampoco
el fuego se avezará a bajar de suyo para abajo, ni ninguna otra cosa de las
que de una manera son naturalmente hechas, se podrá acostumbrar de otra
diferente. De manera que ni naturalmente ni contra natura están las virtudes
en nosotros, sino que nosotros somos naturalmente aptos para recibirlas, y
por costumbre después las confirmamos. A más de esto, en todas las cosas
que nos provienen por naturaleza primero recibimos sus facultades o potencias,
y después hacemos los efectos, como se ve manifiestamente en los sentidos.
Porque no de ver ni de oír muchas veces nos vino el tener sentidos; antes al
contrario, de tenerlos nos provino el usar de ellos, y no del usar el tenerlos. Pero
las virtudes las recibimos obrando primero, como en las demás artes. Porque lo
que hemos de hacer después de doctos, esto mismo haciéndolo aprendemos,
como edificando se hacen albañiles, y tañendo cítara tañedores de ella. De
la misma manera, obrando cosas justas nos hacemos justos, y viviendo
templadamente templados, y asimismo obrando cosas valerosas valerosos,
lo cual se prueba por lo que se hace en las ciudades. Porque los que hacen las
leyes, acostumbrando, hacen a los ciudadanos buenos, y la voluntad de cualquier
legislador es esta misma, y todos cuantos esto no hacen bien, lo yerran del todo.
Y en esto difiere una república de otra, digo la buena de la mala. Asimismo toda
virtud con aquello mismo con que se alcanza se destruye, y cualquier arte de la
misma suerte. Porque del tañer cítara proceden los buenos tañedores y los malos,
y a proporción de esto los albañiles y todos los demás, porque de bien edificar
saldrán buenos albañiles o arquitectos, y de mal edificar malos. Porque si así
no fuese, no habría necesidad de maestros, sino que todos serían buenos
o malos. Y de la misma manera acaece en las virtudes, porque obrando en
las contrataciones que tenemos con los hombres, nos hacemos unos justos
y otros injustos; y obrando en las cosas peligrosas, y avezándose a temer o
a osar, unos salen valerosos, y cobardes otros. Y lo mismo es en las codicias
y en las iras, porque unos se hacen templados y mansos, y otros disolutos y
alterados: los unos, de tratarse en aquéllas de esta suerte, y los otros de esta otra.
Y, por concluir con una razón: los hábitos salen conformes a los actos. Por tanto,
conviene declarar qué tales han de ser los actos, pues conforme a las diferencias
de ellos los hábitos se siguen. No importa, pues, poco, luego desde los tiernos
años acostumbrarse de esta manera o de la otra, sino que es la mayor parte,
o, por mejor decir, el todo”. (El marcado en negrita es de la docente).

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.32


Las argumentaciones justificativas constituyen la dimensión ética de la
comunicación

No es azaroso o fortuito tener una vida buena o justa; si somos educados


en la reflexión, en el análisis, en pensar desde pequeños, vamos a aprender a
decidir sabiendo dónde -en qué razón- apoyamos nuestra acción.

Por este motivo sosteníamos en la unidad 1 que la argumentación es


una práctica más que una técnica o, dicho de otra forma, si es una técnica lo
es dentro de un contexto humano-social-político-cultural (ethos) que impregna
este medio o técnica del fin que le otorgamos. El fin del uso de una herramienta
no se encuentra en la naturaleza del medio o técnica usado, sino en nosotros,
en el ser humano que usa este instrumento, y se adquiere en la medida en que
somos educados.

En lo que hacemos, en la forma en que interactuamos, encontramos


la dimensión de lo que somos. Nuestras acciones muestran lo que somos.

En este punto, usted ya estará viendo la relación entre lenguaje, lógica


o razón y acción, entre el nivel teórico y expresivo de la racionalidad y la acción
o praxis donde se materializan las ideas o conceptos que vamos formando,
adquiriendo. Estas dimensiones se encuentran articuladas dentro de la
argumentación. En las explicaciones que damos de nuestros actos y decisiones,
mostramos nuestra forma de ser (ethos) nuestro carácter y la inclinación natural
del cuerpo o naturaleza y la elección racional que está movilizándonos en
determinada dirección.

Aristóteles, en su tratado del Arte de la retórica (texto de lectura obligatoria


en el estudio de la asignatura Filosofía de esta carrera), relaciona el uso de los
discursos, del lenguaje, con la política y la ética, y sostiene que, a pesar de que
puede servir para defender lo justo o lo injusto, lo honesto o lo deshonesto, sin
embargo tiene que ser usado para lo justo y lo honesto, ya que de otra manera,
su aprendizaje no es efectivo para una buena vida del hombre en sociedad. Esta
idea se aclara ya que para esta tradición antigua de la cual proviene nuestra
cultura occidental, el ser humano no vive nunca aislado y lo que aprende, sus
conocimientos, son para ser ejercidos en sociedad, en la vida pública-política de
ciudadanos.

Las argumentaciones persuasivas que componen las pruebas retóricas


son construidas -así como en la dialéctica son los razonamientos- para perseguir
la verdad y el Bien. Por esta razón Aristóteles sostiene que la retórica es una
técnica semejante a la Dialéctica, un camino del conocimiento y de la vida buena
dentro de una ciudad-polis. Este es un camino que exige dedicación y esfuerzo
ya que implica un alejamiento de lo más evidente y fácil de adquirir y de aprender,
hacia las verdaderas razones o causas de las cosas. La educación en las virtudes
sociales-políticas es un esfuerzo del cuerpo en cuanto es exigido por la razón a
encontrar un medio de realización de su tendencia natural hacia el placer dentro
de un orden político-social establecido. Para Aristóteles, y ya anteriormente para
Platón, no es esta educación una represión de los instintos naturales ni una
privación de la libertad. En todo caso es una subordinación de lo inferior a lo
superior; no vivimos para comer, diría un refrán popular, sino que comemos para
vivir. El comer está subordinado al fin superior que es sostener la vida.

Desde esta perspectiva, la verdadera libertad es la del alma que sabe cuál es el
bien, y éste es, socialmente considerado, la justicia.

Para vivir dentro de una sociedad justa tenemos que educar a los niños hoy para
que sean ciudadanos mañana en el original sentido de la palabra: capaces de

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 33


obedecer y de mandar. Capaz de obedecer significa saber que, primero, alguien
sabe por mí y me orienta en la dirección del conocimiento y le obedezco (los
padres, los maestros, las normas sociales, las leyes); luego, cuando aprendí, seré
capaz de orientar a los otros en los conocimientos adquiridos (podré educar como
padre, o ciudadano participando en los procesos de discusión sobre las mejores
normas o leyes). Este proceso de aprendizaje se sostiene en la seguridad de que
las leyes, si están hechas por nosotros, entonces son justas porque atienden a
nuestro Bien común. Dentro de una democracia las leyes las hacemos nosotros.
Pero, por supuesto, para que éstas sean justas tenemos que haber sido educados
en la armonía de lo justo, de lo moderado, de lo prudente, de lo equitativo. De
allí la afirmación de Aristóteles de que la educación desde pequeños tiene una
importancia total en lo que vamos a ser de grandes o adultos.

“Pero si el fin de los hechos es aquel que por sí mismo es deseado,


y todas las demás cosas por razón de aquél, y si no todas las cosas por razón de
otras se desean (porque de esta manera no tenía fin nuestro deseo, y así sería
vano y miserable), cosa clara es que este fin será del mismo bien y lo más
perfecto, cuyo conocimiento podrá ser que importe mucho para la vida, pues
teniendo, a manera de ballesteros, puesto blanco, alcanzaremos mejor lo que
conviene. Y si esto así es, habemos de probar, como por cifra, entender esto qué
cosa es, y a qué ciencia o facultad toca tratar de ello. Parece, pues, que toca
a la más propia y más principal de todas, cual parece ser la disciplina de la
política, pues ésta ordena qué ciencias conviene que haya en las ciudades,
y cuáles, y hasta dónde conviene que las aprenda cada uno. Vemos asimismo
que las más honrosas de todas las facultades debajo de ésta se contienen, como
el arte militar, la ciencia que pertenece al regimiento de la familia, y la retórica.
Y pues ésta de todas las demás activas ciencias usa y se sirve, y les pone regla
para lo que deben hacer y de qué se han de guardar, se sigue que el fin de
ésta comprenderá debajo de sí los fines de las otras, y así será éste el bien
humano. Porque aunque lo que es bien para un particular es asimismo bien para
una república, mayor, con todo, y más perfecto parece ser para procurarlo y
conservarlo el bien de una república. Porque es un bien amar el bien de uno,
pero más ilustre y más divina cosa es hacer bien a una nación y a muchos
pueblos. Esta doctrina, pues, que es ciencia de la política, propone tratar de
todas estas cosas”. (Op. cit., Libro I, Cap. 2).

Desde pequeños nos inclinamos naturalmente hacia el placer del cuerpo, deseamos
realizar lo que nos causa placer y es mediante el proceso educativo que vamos
aprendiendo a identificar y diferenciar aquellos placeres que son buenos de aquellos
que en definitiva nos hacen mal. De allí que para los griegos, y siempre dentro de
cualquier cultura, la educación es la adquisición de la salud para el cuerpo y el alma
o, dicho de otra forma, la que nos posibilita una vida sana y buena.

“Pero debemos entender que difieren mucho las razones que proceden de los
principios, de las que van a parar a los principios. Y así Platón, con razón, dudaba
e inquiría esto, si es el camino de la doctrina desde los principios, o si ha de ir
a parar a los principios; así como en la corrida, desde el puesto al paradero, o
al contrario. Porque se ha de comenzar de las cosas más claras y entendidas, y
éstas son de dos maneras: porque unas nos son más claras a nosotros, y otras,
ellas en sí mismas son más claras. Habremos, pues, por ventura, de comenzar
por las cosas más entendidas y claras a nosotros. Por tanto, conviene que el
mejor oyente ha de ser en la materia de cosas buenas y justas, y, en fin, en
la disciplina de la política, en cuanto a sus costumbres sea bien acostumbrado.
Porque el principio es el ser, lo cual si bastantemente se muestra, no hay
necesidad de demostrar el por qué es; y el que de esta suerte está dispuesto, o
tiene, o recibe fácilmente los principios; y el que ninguna de estas cosas tiene,
oiga lo que Hesíodo dice en estos versos:

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.34


Aquel que en toda cosa está instruido,
  varón será perfecto y acabado;
  siempre aconsejará lo más valido.
  Bueno también será el que, no enseñado,
  en el tratar sus cosas se rigiere
  por parecer del docto y buen letrado.
  Mas el que ni el desvío lo entendiere,
  ni tomare del docto el buen consejo,
  turbado tendrá el seso y mientras fuere,
  será inútil en todo, mozo y viejo.”
(Op. cit., Libro I, Cap. 4. El marcado con negrita es de la docente).

La formación o educación del carácter

Es en este texto donde se refiere Aristóteles al valor de empezar desde


pequeños a aprender a hacer cosas buenas y justas, porque lo más fácil y
primero es la experiencia y aprendemos de los ejemplos más de que de la teoría
o principios. Por saber lo justo no soy justo.

Por la educación aprendemos que no vivimos solos, que si lo pensamos, nunca


somos a-sociales o a-políticos ya que estamos comprendidos o pertenecemos
a una sociedad determinada. La educación nos socializa desde pequeños no
solamente en forma teórica sino en los hábitos que vamos adquiriendo, los cuales
son la materialización de los valores comunes que hacen posible la convivencia.
Nuestra humanidad no es un hecho realizado al nacer. Cuando nacemos
humanos es el principio de una tarea: la de humanizarnos. Y esta tarea se da en
y mediante el proceso de la educación, que abarca todas las dimensiones de
acción social-política. El niño no aprende solo en la escuela; aprende en la casa,
en el barrio, en la calle. Por este motivo la educación no se limita a la instrucción
escolarizada, sino que es un problema de justicia, que como virtud cardinal tiene
que ordenar la acción social y política.

“Tenemos que tener por cierta señal de los hábitos el placer o dolor
que en las obras se demuestra, porque el que se abstiene de los regalos y
pasatiempos corporales, y halla placer en el abstenerse, es templado; pero el que
del abstenerse se entristece, es disoluto. Y el que aguarda las cosas peligrosas y
se complace con aquello, o a lo menos no se entristece de ello, es valiente; pero
el que se entristece, se le dice cobarde. Porque la costumbre en placeres y
dolores se ejercita, pues por el placer hacemos cosas malas, y por la tristeza
nos abstenemos de las buenas. Por lo cual conviene, como dice Platón, que
luego desde la niñez se acostumbren los hombres a disfrutar con lo que es
bien, y a entristecerse de lo que está bien que se entristezcan, porque ésta
es la buena doctrina y crianza de los hombres. A más de esto, si las virtudes
consisten en las acciones y pasión, y en toda acción y pasión se sigue placer o
dolor, se infiere de aquí que la virtud consiste en placer y dolor. Se ve claro esto
por los castigos que por estas cosas se dan, los cuales son como remedios,
y los remedios se dan por causa de los contrarios. Asimismo cualquier hábito
del alma, como poco antes dijimos, a las cosas que lo pueden hacer peor o
mejor endereza su naturaleza y consiste en ellas, pues manifiesto está que por
los halagos del placer y temores del dolor se hacen cosas malas, por seguir o
huir de las que no conviene, o cuando no conviene, o como no conviene, o de

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 35


cualquier otra manera que la razón juzga de estas cosas. Por esto difieren las
virtudes ser unas seguridades de pasiones y sosiegos del espíritu, pero no bien,
por hablar así generalmente y no añadir, como conviene, y como no conviene, y
cuando conviene, y todas las demás cosas que se añaden. Presupónese, pues,
que la virtud esta de que se trata, es cosa que en materia de placer y dolor
nos inclina a que hagamos lo mejor, y que el vicio es lo que nos inclina a
lo contrario. Pero por esto que diremos se entenderá más claro. Tres cosas
hay que nos mueven a elegir una cosa: lo honesto, lo útil, lo suave, y sus tres
contrarios a aborrecerla: lo deshonesto, lo dañoso, y lo pesado y enfadoso; en
lo cual el bueno siempre acierta tanto cuanto yerra el malo, pero especialmente
en lo que nos da placer. Porque éste es común a todos los animales, y a
todo lo que elección de cosas hace le está asociado. Porque lo honesto y
lo útil también parece suave y aplacible. A más de esto, se ha criado desde
la niñez juntamente con nosotros, por lo cual es cosa dificultosa despedir
de nosotros esta pasión o deseo, si una vez en el alma está arraigado. Todos
también, cuál más, cuál menos, dirigimos nuestras obras con el placer y el dolor,
por lo cual hay necesidad de que en esta disputa se trate de estas cosas, por
lo que no importa poco el alegrarse o entristecerse para el hacer las cosas bien
o mal. Asimismo es más dificultoso resistir al regalo que a la ira, como dice
Heráclito, y en las más dificultosas cosas se emplea siempre el arte y la virtud,
porque el acertar en ellas es cosa más insigne. De manera que, siquiera por esto,
ha de tratar curiosamente de los contentos y desabrimientos o tristezas, así la
disciplina moral como también la de la política, porque el que tenga el bien de
éstas, será bueno, y malo el que mal empleare. Ya, pues, está declarado cómo
la virtud consiste en placeres y dolores, y cómo, lo mismo que la causa, la hace
crecer y la destruye cuando de una misma manera no se hace, y también cómo en
los mismos actos de donde nace, en aquellos mismos se ejercita. (Op. cit., Libro
II, Cap. 3. El marcado en negrita es de la docente).

Habernos educado es aprender a ser oportuno –no oportunista– es


decir, haber aprendido a distinguir entre el mero placer pasajero y el Bien,
haber transformado nuestro natural temperamento (pathos o predisposición
natural, que constituye el aspecto afectivo-pasivo de nuestro ser inclinado a las
satisfacciones inmediatas e irreflexivas ) en un carácter o modo de ser (ethos,
modo de ser adquirido por el dominio de la razón sobre nuestras pasiones)
que piense antes de actuar, a fin de saber elegir dentro de las circunstancias.
Al ir tomando conciencia de nuestra pertenencia a un medio social y político
que quiere ser una real democracia, tenemos que saber que primero no está
mi satisfacción o placer individual, sino que éste tiene que estar encuadrado
dentro de un orden común que posibilite la supervivencia de todos. Si todos
estuvieran posibilitados de hacer lo que les place en forma individual, caeríamos
en el riesgo de la denominada lucha de todos contra todos.

Fundamento de la Justicia como valor e ideal de la vida humana

La experiencia del esfuerzo de subordinar el cuerpo a la razón solamente


es vivida como un placer en tanto el niño y el joven encuentren en ello el sentido
de un juego donde lo que importa como objetivo no es ganar sino participar en el
juego. Si al niño se lo educa en el juego de la participación, la búsqueda de saber
y la adquisición de habilidades poseen un sentido en sí mismas, dirigido a la
posibilidad de una vida humana plena, de una buena vida. Si la educación tiende
a instruir en la adquisición del saber dentro de un marco de competencias donde
el que no gana pierde el juego, es una educación en el temor a la exclusión.

En el diálogo Las leyes de Platón, escrito en su vejez y encontrándose,


por lo mismo, en una etapa de su vida más realista que cuando escribió La

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.36


República, expone un modelo de educación para una polis democrática. En
síntesis, propone que si un pueblo posee un peligro que es superior a todos, este
es el de la guerra civil o interna, y que esta guerra o conflicto puede ser evitado si
acostumbramos a los ciudadanos desde pequeños a mirar como objetivo de su
educación a la paz. Parece paradójico, pero con el ejemplo que sigue se entiende;
dice en otra parte: ¿cómo puede un médico curar si solamente aprende sobre las
enfermedades?, ¿cuál es su modelo, hacia dónde debe dirigir sus conocimientos,
si no conoce en qué consiste la salud? De la misma forma, ¿cómo podemos
pretender tener una sociedad justa, honesta, sana, si los ciudadanos no fueron
educados en el modelo de la paz democrática, del diálogo, del entendimiento,
de la razón? ¿La educación orientada solamente por el temor a la pobreza, a la
soledad, a la muerte, no está dirigida mirando estos males en lugar de aprender
a mirar el Bien? El método o técnica pedagógica que Platón propone en este
texto es el juego y la formación musical, ya que como primeras experiencias de
la niñez promueven el acostumbramiento del cuerpo al placer de la actuación
grupal en la búsqueda del placer del cuerpo y del alma, que se adquiere en
compartir o en participar. La actuación grupal se sostiene en la armonía que es
la medida (metros) entre las diferencias del grupo -en el juego- y de los sonidos
y ritmos -en el canto coral- donde participan todos juntos de diferente forma para
lograr un bien común, bello y placentero. La armonía, como ley de orden entre
las diferencias, es en el orden socio-político la justicia.

Sabemos que esta educación perteneció a un momento histórico muy


diferente al nuestro, pero es modélico, para todo tiempo humano, poder pensar
el bien.

Compartir es participar y la participación es posible dentro del diálogo que se


establece en el interior de una comunidad de hablantes, diferentes individuos
pero todos igualmente ciudadanos, donde las razones que operan como
valores de la acción son compartidas por todos en alguna medida o de alguna
forma. La discusión y el debate forman parte constitutiva de este juego y es la
argumentación en las buenas razones la posibilidad de sostener estas reglas
comunes, actualizándolas en la medida en que sea necesario hacerlo. Pero para
ello es precisa una educación práctica, es decir, en valores como el Bien, la
Verdad, la Justicia; estos constituyen la Belleza de la vida humana.

m2 material

Material Básico:

• Material de cátedra desarrollado en los contenidos y actividades del


módulo.

Material Complementario:

• Arendt, Hannah, “El pensar y las reflexiones morales”, en De la historia a la


acción, Ed. Paidós, 1997.
• Aristóteles, Etica nicomaquea, Ed.Harla, México, 1990.
• Kant, Inmanuel, Fundamentación de la metafísica de las costumbres,
Colección Universal, Madrid, 1921.
• Hobbes, Th., Leviathan, Vol. 1, Editorial Planeta, Barcelona, 1996.
• Maquiavelo, N., El príncipe, Ed. Pléyade, España, 1964.
• MacIntyre, Alasdair, Historia de la Ética, Editorial Paidós, España, 1994.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 37


m2 actividades

m2 | actividad 1

El bien es la Felicidad. ¿Cómo lograrla?

Luego de leer el contenido del módulo, elabore un mapa conceptual del mismo
a fin de ordenar o sistematizar los conceptos. A 1

m2 | actividad 1 | AA

asistente académico 1

Para elaborar un mapa conceptual le sugerimos seguir los siguientes


pasos:

1- Determine los conceptos principales.

2- Establezca enlaces entre los mismos usando una expresión (generalmente


un verbo) que señale el modo en que se relacionan los conceptos que enlaza
(causa, efecto o consecuencia, necesidad, etc.).

3- Muestre mediante estos enlaces cómo se derivan o deducen conceptos más


particulares o específicos.

No hay una sola forma de hacer un mapa, pero sí es importante establecer las
relaciones correspondientes que se expresan en el enlace.

m2 | actividad 2

La ética según Aristóteles

Lea los siguientes enunciados y atribuya el valor de verdadero o falso, atendiendo


a la propuesta ética de Aristóteles. Elija uno de ellos y desarrolle una explicación
de su respuesta.

A - El carácter virtuoso, para Aristóteles, se adquiere mediante la obediencia


a las leyes por temor al castigo social: como en el siguiente caso: -“Raúl no
quiere llegar tarde a las clases porque teme quedar libre con las faltas”.

b-La propuesta ética de Aristóteles se basa en el concepto antropológico de que


el ser humano es un ser social naturalmente y racional, capaz de determinar
pensando la manera de actuar justa, como en el ejemplo que le presentamos
a continuación: “Raúl llega a horario a clase porque le interesa escuchar la
explicación desde el inicio para entender el tema que expone el profesor. Es
para él también importante -porque es una cuestión de respeto del derecho
de sus compañeros y del docente- no molestar, interrumpiendo la clase”.

c-Cada ser humano posee un temperamento por el cual siente emociones y


no puede evitar actuar en función de ellas, como en el ejemplo que sigue a
continuación: “Raúl, a pesar de que le interesa la explicación del profesor
y cree que es importante para sus compañeros no ser interrumpidos en su

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.38


atención a la clase, siente que es penoso para él levantarse más temprano y
siempre llega diez minutos tarde a la clase”.

d-Todos los seres humanos, para Aristóteles, tenemos pasiones y la facultad


de razonar, pero no de la misma forma; algunos están más dispuestos hacia
el placer que otros, y prefieren orientar sus actos respondiendo a este impulso
natural.”Raúl no ha podido dejar de ir a una fiesta la noche anterior al examen
parcial y no ha podido preparar bien los temas que van a ser evaluados.
A él esto le aflige, porque sabe cuánto le cuesta a sus padres pagar sus
estudios, pero fue mayor el deseo de divertirse. Ana, su amiga íntima, no
quiso acompañarlo porque prefirió quedarse estudiando para rendir un
buen examen al día siguiente a pesar de que le hubiera gustado muy mucho
ir con él”.
A 1
A 2

m2 | actividad 2 | AA

asistente académico 1

Puede orientarse para la realización de esta actividad con estas preguntas:

a- ¿La ética es una práctica cuya orientación (idea de deber o valores) procede
de una construcción de normas del individuo independientemente de todo con-
texto? ¿Por qué?

b- ¿La autorregulación refiere a una autonomía de la conciencia del individuo


independiente de todo contexto?

m2 | actividad 2 | AA

asistente académico 2

Es importante tener presente que, dentro de la concepción antigua de la activi-


dad humana, el concepto que integraba al grupo social era la política. La ética es
parte necesaria de la política como dimensión de la acción social. A los fines de
ampliar el presente punto, le sugerimos la lectura del presente material.

Ampliación Temática: “La ética es parte de la política…”

Es importante distinguir entre el concepto de la política que se tiene en la


actualidad y el sentido original de esta idea. En la actualidad nos referimos a la
Política aludiendo al ámbito de acción de los representantes gubernamentales,
los funcionarios de Estado y la actividad que éstos desarrollan. El sentido origi-
nal de la política, dentro de un ordenamiento democrático, supone primeramente
que todos somos parte de este gobierno y somos todos, en tanto ciudadanos,
participantes en el desarrollo de la actividad política. De allí que no es correcto
separar lo social de lo político ya que esta separación, que es de origen moderno,
corresponde con la separación entre Estado y sociedad civil que se generó en la
modernidad cuando los Estados se conformaron como naciones con formas de
gobiernos no-democráticas (monarquías, con o sin parlamento).
Para esta distinción podemos rever lo estudiado en Filosofía, a partir de la lectura
del texto de Castoriadis, cuando vimos la diferencia entre la democracia antigua
y la democracia moderna. Uno de los elementos fundamentales en esta distin-
ción lo constituye la consideración que hace este autor de que en la polis demo-

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 39


crática la educación es el nexo vinculante entre el individuo y la sociedad. Esta
educación no consiste en transmisión de saberes cuyo eje es la resolución de
problemas. La educación sobre todo es conformar hábitos de convivencia socio-
política sustentados en la reflexión y el diálogo. De este modo, lo que se intenta
transmitir es la experiencia vital del individuo como ser social. En el ejercicio de
funciones o roles sociales ya no somos, propiamente hablando individuos, sino
ciudadanos.
Desde esta perspectiva, la ética no es atributo de una conciencia que
analiza teóricamente el deber ser, sino que se posiciona como un espacio inte-
rior del individuo donde mediante la reflexión aparece el influjo de la cultura
(ethos) mediante la educación (paideia), en la constitución de la capacidad de
pensar y de juzgar. Para el estudio del módulo 2, un repaso a los contenidos
de Filosofía (módulo 4) se hace necesario como importante antecedente para la
comprensión de los contenidos de la Ética.

m2 | actividad 3

La conformación del carácter individual es un proceso socio-político

“Inés trabaja en un dispensario en un barrio marginal de la ciudad


de Córdoba. Lleva adelante un proyecto interdisciplinario donde participan
asistentes sociales, educadores y comunicadores. El proyecto se inició a partir
de la necesidad de resolver el crecimiento de madres niñas en el barrio. La idea
del proyecto es fortalecer la educación de los adolescentes a partir de haber
evaluado las carencias de orientaciones familiares y escolares sobre la educación
sexual. En el inicio de este proyecto se planteó la disyuntiva de si este proyecto
educativo-asistencial correspondía ser impartido dentro de los hogares con la
presencia de los padres o dentro del ámbito de la escuela como espacio público
socio-político.

Aparentemente esta discusión no era muy importante, pero para Inés


la diferencia marcada era radical, ya que el lugar desde el cual se diera esta
formación a los adolescentes iba a completar esa misma educación. La educación
institucionalizada en las escuelas como espacio de acción socio-político aporta a
la conformación de modelos de acción no sólo individual sino también social. Por
el contrario, el aprendizaje por hábitos e imitación dentro del hogar, en el caso
de estos hogares carenciados, no es el mejor contexto para adquirir un carácter
prudente en la práctica de la vida afectivo-sexual”.

Atendiendo a este caso o situación planteada:

a- ¿Qué conceptos de Aristóteles con relación a la educación y la ética puede


Ud. usar para fundamentar la elección de Inés?

b- Relacione el punto a- con el concepto de autorregulación. ¿Podemos asociar


este concepto con la idea de la autonomía del ser humano en tanto él es capaz
de crear sus propias normas a partir de una educación?

c- ¿Cómo justificaría, desde el marco conceptual aristotélico, la afirmación “…el


aprendizaje por hábitos e imitación dentro del hogar, en el caso de estos hogares
carenciados, no es el mejor contexto para adquirir un carácter prudente en la
práctica de la vida afectivo-sexual”?

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.40


m2 | actividad 4

Educación y autonomía

“Para Inés, como comunicadora institucional, se volvió una tarea


apasionante este nuevo campo de acción social que es el trabajo en el
dispensario del barrio cordobés. Ella tenía una formación universitaria por la
cual no había adquirido demasiada experiencia de campo, y ninguna dentro de
un espacio marginal de la ciudad. Se le plantearon muchas situaciones donde
comprendió el gran valor que tiene la posibilidad de esclarecer situaciones de
falta de entendimiento por diferencias a nivel de comunicación, de recursos, de
estrategias, con los otros profesionales que trabajaban con ella en el proyecto.
Una discusión que se dio entre Laura, una docente y Eduardo, el psicólogo, y
en la que ella logró con su intervención que no se cortara el diálogo del equipo
necesario para un efectivo trabajo social, fue sobre si estos adolescentes son
absolutamente responsables de sus actos, siendo que la ley no lo considera
así. Entonces, ¿cómo puede pensarse que tienen una verdadera libertad cuando
eligen qué hacer si no son considerados personas autónomas? Este es un tema
muy discutible, e Inés logró, por lo menos parcialmente, establecer algunas
pautas orientadoras. Desde la perspectiva de Eduardo, el psicólogo, la libertad
individual es la del cuerpo que busca realizar lo placentero. Eduardo no veía
qué argumento consistente se podía ofrecer a los adolescentes para que ellos
vieran el beneficio de ejercer control racional sobre sus emociones o pasiones;
¿qué idea de bien podía ofrecerse a estos jóvenes-niños? La maestra Laura, por
su parte, no acordaba con Eduardo y estuvieron a punto de cortar el diálogo.
Inés ofreció una perspectiva clásica sobre el tema, bastante básica, sobre la
forma de considerar la libertad o autonomía de estos adolescentes. Este modelo
ayudó a conciliar las posturas de Laura y Eduardo, ya que fue una propuesta
intermedia desde la perspectiva antropológica filosófica de Aristóteles como
pensador que tiene una visión que subordina el fin de la acción individual al fin
de la comunidad”.

a- ¿Qué conceptos propuestos por Aristóteles pueden haber sido ofrecidos por
Inés para ayudar a ver una interpretación de la naturaleza humana que oriente en
la idea de bien a diferencia de la satisfacción del placer del cuerpo? A 1

b- ¿Cómo se relaciona esta idea de bien propuesta por Inés a partir de los conceptos
de Aristóteles, con la idea de autonomía de los jóvenes adolescentes? A 2

m2 | actividad 4 | AA

asistente académico 1

A continuación le cito textualmente nuevamente a Aristóteles donde él muestra la


importancia del Bien común o de la república (polis, ciudad sociedad) respecto
al bien del individuo, en el cual nuestro pensador expone por qué es superior el
Bien de la ciudad al del individuo.

Capítulo II

Pero si el fin de los hechos es aquel que por sí mismo es deseado, y todas las demás
cosas por razón de aquél, y si no todas las cosas por razón de otras se desean
(porque de esta manera no tendría fin nuestro deseo, y así sería vano y miserable),
cosa clara es que este fin será el mismo bien y lo más perfecto, cuyo conocimiento
podrá ser que importe mucho para la vida, pues teniendo, a manera de ballesteros,
puesto blanco, alcanzaremos mejor lo que conviene. Y si esto así es, hemos de

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 41


probar, como por cifra, entender esto qué cosa es, y a qué ciencia o facultad toca
tratar de ello. Parece, pues, que toca a la más propia y más principal de todas,
cual parece ser la disciplina de república (política), pues ésta ordena qué ciencias
conviene que haya en las ciudades, y cuáles, y hasta dónde conviene que las aprenda
cada uno. Vemos asimismo que las más honrosas de todas las facultades debajo
de ésta se contienen, como el arte militar, la ciencia que pertenece al regimiento
de la familia, y la retórica. Y pues ésta de todas las demás activas ciencias usa y
se sirve, y les pone regla para lo que deben hacer y de qué se han de guardar,
síguese que el fin de ésta comprenderá debajo de sí los fines de las otras, y así
será éste el bien humano. Porque aunque lo que es bien para un particular es
asimismo bien para una república, mayor, con todo, y más perfecto parece ser
para procurarlo y conservarlo el bien de una república. Porque bien es de amar
el bien de uno, pero más ilustre y más divina cosa es hacer bien a una nación
y a muchos pueblos. Esta doctrina, pues, que es ciencia de república, propone
tratar de todas estas cosas. (La negrita es de la docente).

m2 | actividad 4 | AA

asistente académico 2

Cuando Aristóteles nos ofrece una justificación de la idea de Bien a partir de una
explicación sobre las diferentes bienes de acuerdo a diferentes tipos de seres
humanos, dice en su Ética a Nicómaco:

Capítulo V

Pero nosotros volvamos al propósito. Porque el bien y la felicidad paréceme que


con razón la juzgan, según el modo de vivir de cada uno. Porque el vulgo y gente
común por la suma felicidad tienen el regalo, y por esto aman la vida de regalo
y pasatiempo. Porque tres son las vidas más insignes: la ya dicha, y la civil, y la
tercera la contemplativa. El vulgo, pues, a manera de gente servil, parece que
del todo eligen vida más de bestias que de hombres, y parece que tienen alguna
excusa, pues muchos de los que están puestos en dignidad, viven vida cual la
de Sardanápalo. Pero los ilustres y para el tratar las cosas aptos, la honra tienen
por su felicidad; porque éste casi es el fin de la vida del gobierno de república.
Pero parece que este fin más sumario es que no aquel que inquirimos, porque
más parece que está en mano de los que hacen la honra, que no en la del que la
recibe, y el sumo bien paréceme que ha de ser propio y que no pueda así quitarse
fácilmente. A más de esto, que parece que procuran la honra para persuadir
que son gente virtuosa, y así procuran de ser honrados de varones prudentes,
y de quien los conoce, y por cosas de virtud. Conforme, pues, al parecer de
éstos, se colige ser la virtud más digna de ser tenida en precio que la honra,
por donde alguno por ventura juzgará ser ésta con razón el fin de la vida civil.
Pero parece que la virtud es más imperfecta que la felicidad, porque parece que
puede acontecer que el que tiene virtud duerma o que esté ajeno de las obras de
la vida, y allende de esto, que se vea en trabajos y muy grandes desventuras, y
al que de esta suerte viviere, ninguno lo tendrá, creo, por bienaventurado, sino el
que esté arrimado a su opinión. Pero de esta materia basta; pues en las Circulares
Cuestiones bastante ya tratamos de ello. La tercera vida es la contemplativa,
la cual consideraremos en lo que trataremos adelante. Porque el que se da a
adquirir dineros, es persona perjudicial; y es cosa clara que el dinero no es aquel
sumo bien que aquí buscamos, porque es cosa útil y que por respecto de otra
se desea. Por tanto, quien quiera con más razón juzgará por fin cualquiera de las
cosas arriba ya propuestas, pues por sí mismas se aman y desean. Pero parece
que ni aquéllas son el sumo bien, aunque en favor de ellas muchas razones se
han propuesto. Pero esta materia quede ya a una parte”.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.42


m2 | actividad 5

Un modo de ser virtuoso: la elección prudente

Inés, como comunicadora, ha encontrada distintas perspectivas, dentro


del proyecto educativo, por parte de los integrantes del equipo. En la situación
actual se ha encontrado con que las diferentes orientaciones de los profesionales
que conforman el equipo en cuanto a la forma en que debe encararse este proyecto,
ha hecho que ella analice las más importantes diferencias entre los miembros,
con el fin de tratar de encontrar una posición intermedia y conciliadora. Como ya
dijimos antes, Eduardo, el psicólogo, proviene de una formación humana pero
con mucha influencia de la biología en su fundamento antropológico. De allí
que para él, de alguna forma toda educación es una represión de los instintos o
pulsiones básicas del organismo, como es el caso del deseo sexual. A él se le
plantea de forma clara que este proyecto va a intentar canalizar lo mejor posible
lo que para él de forma primaria es una represión cultural educativa sobre estos
adolescentes, con todas las consecuencias que él avizora a partir de este hecho:
frustración que se suma a otras por el medio carencial e indigente, insatisfacción
que repercute en la conexión que el joven tiene que realizar con la realidad
social, entre otras.

Para Laura, la maestra, por otra parte, como tiene una marcada educación
religiosa, no tiene dudas de que los adolescentes tienen que ser adoctrinados
sobre lo que es bueno para ellos desde una posición de autoridad, sin que ella
vea, en esta forma de practicar la transmisión de un saber, una contradicción con
el concepto o idea de lo que es educar.

Inés, por su parte, recibió una formación donde tuvo una gran influencia
la reflexión sobre las capacidades y límites humanos al momento de tener que
ejercer la práctica profesional desde el punto de vista de que la realidad supera
ampliamente a las teorías. Piensa que es posible encontrar una orientación a
la práctica educativa que quieren realizar con estos adolescentes, sin que sea
experimentada como una herramienta cultural de dominación sobre la libertad
y el deseo de los jóvenes mediante métodos que combinen astucia, premios y
castigos, y encubrimiento de las verdaderas razones o sentimientos, por parte
de todos, educadores y educandos. Tampoco quiere caer en la tranquilidad de
conciencia dogmática de pensar que ellos, los educadores, saben lo que es el
bien, que es la convicción de que el ser humano es un ser espiritual, creado por
un Dios bienhechor, y solamente la fe y la perseverancia es el camino para lograr
las conductas esperadas y deseadas.

Nuevamente Inés tuvo que pesar, a partir de su formación ética, qué


orientación podían tener que permitiera aunar criterios. Pensó en Aristóteles, con
su ética del justo medio. ¿Podría aplicarse a este caso?

a- Tome el lugar de Inés e intente organizar, de forma no muy extensa, las


respuestas a estos interrogantes plateados: ¿Qué conceptos podía ella
usar en esta situación para mostrarle a Eduardo que un control sobre la
conducta no es una represión? ¿Cómo lo explicaría para que él viera la
diferencia? ¿Cómo justificaría -usando la concepción antropológica de
Aristóteles- que el bien está asociado a la razón y no al placer? En esta
idea, ¿juega algún papel el entorno? ¿Cuál? Y estos jóvenes, ¿tienen las
condiciones adecuadas para entender esta propuesta ética?

b- Ante estas posiciones alternativas de Laura y Eduardo, Inés piensa en la


Ética de Aristóteles. Justifique, de acuerdo a este autor, si esta decisión
de Inés fue prudente. A 1

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 43


m2 | actividad 5 | AA

asistente académico 1

Ser oportuno es ser prudente

Habernos educado es aprender a ser oportuno –no oportunista– es


decir, haber aprendido a distinguir entre el mero placer pasajero y el Bien,
haber transformado nuestro natural temperamento (pathos o predisposición
natural, que constituye el aspecto afectivo-pasivo de nuestro ser inclinado a las
satisfacciones inmediatas e irreflexivas ) en un carácter o modo de ser (ethos,
modo de ser adquirido por el dominio de la razón sobre nuestras pasiones) que
piense antes de actuar, a fin de saber elegir dentro de las circunstancias. Este
saber elegir, que constituye la capacidad central de mi razón práctica, es ser
virtuoso en tanto soy prudente, ya que elijo el término medio entre dos extremos
que son vicios. Porque los extremos se apartan de la justa medida en que se
resuelve racionalmente de acuerdo al Bien común, ya que no vivimos aislados
y si no pensamos en el Bien de nuestra situación socio-política y humana, nos
alejamos de una vida buena.
En nuestro caso, como argentinos vivimos en una democracia. Al ir
tomando conciencia de nuestra pertenencia a un medio social y político que
quiere ser una real democracia, tenemos que saber que primero no está mi
satisfacción o placer individual, sino que éste tiene que estar encuadrado dentro
de un orden común que posibilite la supervivencia de todos. Si todos estuvieran
posibilitados de hacer lo que les place en forma individual, caeríamos en el riesgo
de la denominada lucha de todos contra todos.

m2 glosario

Aristóteles: Filósofo griego, siglo V a.C., discípulo de Platón y maestro de


Alejandro Magno. Escribió numerosas obras filosóficas y científicas, entre ellas
la Ética Nicomáquea o a Nicómaco, que es la que más se usa entre sus obras de
ética para estudiar los fundamentos de su propuesta ética.

Deliberar: Pensar antes de actuar, proceso mental que examina críticamente las
razones que dan fundamento a una determinada toma de decisión en la acción.

Ética: Esta palabra proviene de la expresión griega ethos, que significa tanto
carácter como costumbre o modo de ser. La ética es la disciplina filosófica que
tiene por objeto de estudio las costumbres en cuanto constituyen la materialización
de la idea de Bien o de los valores. La perspectiva de estudio de la ética sobre
las costumbres es la de reflexión sobre el fundamento racional de la orientación
moral de la acción humana y su necesidad.

Felicidad: Es la traducción de la palabra griega eudaimonía. Nosotros tomamos


los términos que la componen, eu- y daimon, y proponemos la traducción de
esta palabra como la idea de poseer un buen demonio o genio, en el sentido
de ese carácter que producimos a partir de la naturaleza que a cada uno nos es
dada. Encontramos referencias sobre el significado de daimon en la conducta
de las personas cuando Sócrates, al ser preguntado por qué vive preguntando
y buscando el saber, responde “no soy yo, es mi daimon”. Este concepto, que
proviene para nuestra tradición cultural filosófica de los griegos, lo encontramos
ya dentro de una orden sistemático en la propuesta ética de Aristóteles y de allí

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.44


tomamos básicamente su significado. Este filósofo lo contextualiza como el fin
final o supremo que es querido por sí mismo, y no por otra cosa, para todos los
hombres. Dicho de otra forma, la naturaleza humana lleva en sí implícita el anhelo
de esta felicidad como una búsqueda constante de una buena vida humana.

Filosofía práctica: Es la parte de la filosofía que tiene por objeto de estudio la


esencia o razón de ser que el ser humano se ha dado a sus propios actos o ideas
orientadoras de las acciones éticas políticas, y de su capacidad de juzgar el
origen y fundamento de las valoraciones dentro de este ámbito de la vida activa
humana.

Fundamento antropológico: Expresión que refiere a los conceptos que están


en la base de una ética y que corresponden a la Antropología Filosófica, que
considera cuál es la esencia del ser humano. A partir de la idea de hombre que el
pensador tiene, se propone un modelo de acción, o sea una concepción ética.

Justificar: Es la actividad o proceso racional mediante el cual buscamos


encontrar y ofrecer, ante el juicio de la propia conciencia o ante el juicio de los
demás, razones que sean buenas como fundamento de nuestra acción, decisión,
elección. Estas buenas razones constituyen la justificación de una acción.

Libertad: Este concepto no se encuentra entre los griegos. En el caso de


Aristóteles, nosotros interpretamos la idea de voluntad libre cuando los actos
son voluntarios en el sentido que la razón ha predominado en la elección de la
acción sobre la fuerza de las pasiones o emociones.

Logos: Es una palabra griega que significa razón, ley, discurso, lenguaje.

Moral: Esta palabra es la traducción castellana o española de la palabra latina


mor-mores, que significa costumbre. La moral es el saber instituido en los
individuos y/o en un grupo humano sobre lo que está bien, o lo que es útil
porque es lo honesto y favorece la existencia de ese grupo.

Paideia: Significa educación o cultura. Proviene de paidós (niño, en griego).

Prudencia: Es la traducción de la palabra griega frónesis, uso de la razón


práctica, pensar antes de actuar. Es una virtud propia de la tradición griega. Es
la capacidad de la razón práctica de subordinar las pasiones mediante el uso de
la deliberación antes de la acción. Virtud ética por excelencia, ya que posibilita
el orden armónico y justo de las acciones.

Represión: Desde la perspectiva freudiana, es una inhibición violenta –


psiquicamente hablando– de los impulsos o pulsiones básicas del organismo
que buscan satisfacción inmediata.

Responsabilidad: Dentro de nuestro contexto, la responsabilidad es interpretada


como una actitud o conducta humana que parte de considerar que las personas
o sujetos individuales son participantes de una comunidad en estado de libertad,
por lo cual toda elección de acción conlleva la capacidad de dar respuesta,
por parte de este individuo, de dicha decisión. Dar respuesta, es decir, ser
responsable, implica entonces hacerse cargo de las consecuencias de nuestros
actos, en relación a nuestra propia conciencia moral –si la hemos desarrollado– y
al derecho o libertad de los seres que nos rodean. Dada la limitación de nuestra
capacidad para medir estas consecuencias, para una efectiva responsabilidad
necesitamos como condición previa el desarrollo de la capacidad de juzgar
(medir, valorar) nuestra propia capacidad de pensar.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 45


Saber práctico: “Conocer para la acción (praxis)”; prattein (Aristóteles), actividad
de la razón que nos permite saber cómo actuar con y entre los seres humanos
(interacción). Estrictamente hablando, éste es el saber práctico, y no el saber
hacer cosas que es saber técnico. Es el saber para interactuar, para poder convivir
con otros a partir del reconocimiento de valores comunes y normas instituidas en
el grupo como buenas porque son el sustento de la vida del grupo.

Saber técnico: Proviene de la palabra griega tekné, que es traducida como arte
o técnica. Es el saber aplicado a la resolución de una situación problemática a fin
de producir un resultado favorable a la vida. A partir de conocimientos establezco
reglas para producir algo. Es el “Conocer para hacer”; poiein (Aristóteles),
actividad de la razón que conoce para luego aplicar este conocimiento a una
actividad de producción . Hacer proviene de facer, faber , y de allí fabricar.

Saber teórico: “Conocer por el conocer mismo”; theorein (Aristóteles), es una


actividad de la razón que no está dirigida a una aplicación útil en lo concreto. Es
el saber por el saber mismo, fruto o resultado de la mera curiosidad humana, sin
que haya una intención o necesidad que lo fundamente.

Teleológico: Refiere al modelo de acción medios-fines. Cuando la acción es


considerada como encadenamientos de medios y fines. El fin es el objetivo por
el cual se produce.

Temperamento: Es la traducción de la palabra griega pathos. Representa la


carga natural de nuestra forma de ser, aquello que traemos en nuestra naturaleza
y que nos determina física y psicológicamente. En psicología se opone al ethos
como carácter, en tanto ya es la elaboración producida sobre el temperamento,
que en sí mismo es inmodificable, mediante la educación.

Vida buena: Concepto griego asociado a la vida humana, en tanto el ser humano
es un ser que realiza su vida de forma esencial como ser político-social, dentro
de un orden de libertad, igualdad y justicia, propio de la autoorganización socio-
política de la forma politeia (república democrática).

Virtudes Dianoéticas: Refiere al saber ético adquirido mediante el uso explícito


de la razón. Dia significa a través de; noe, de nóesis, conocimiento racional.
Para Aristóteles aprendemos a ser prudentes en la medida que sabemos en qué
consiste, como término medio entre dos extremos o vicios.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.46


m3

m3 microobjetivos

• Reconocer el fin específico de la racionalidad estratégica y la dimensión de


acción correspondiente, con el objeto de transferir este conocimiento a las
situaciones apropiadas.

• Apropiarse de un saber teórico conceptual sobre los fundamentos de una


posición ética del poder, para contar con una herramienta teórica específica
de la dimensión ética que resulte de utilidad en la evaluación de las situaciones
vitales en general y comunicacionales en particular.

• Reconocer el valor del contexto conceptual en el análisis ético, con el objeto


de elaborar productos comunicativos acordes al ámbito socio-político
democrático al que pertenece.

• Desarrollar un vocabulario técnico, ético y filosófico preciso, a los fines de


sustentar con calidad científica sus producciones comunicativas en el ejercicio
de su futura profesión.

m3 contenidos

1. Ética del poder

La perspectiva individualista-materialista en una ética de los fines

En este módulo desarrollaremos los fundamentos antropológicos y


filosóficos de una propuesta ética del poder. Esta posición es recuperada
actualmente debido al avance de los modelos de una racionalidad técnica
estratégica sobre la totalidad del ámbito de la acción humana. Es decir que, tal
como explicamos en el contenido del módulo 1, la vida activa del ser humano
resulta racionalmente a partir del uso de la razón práctica, pero también de la
razón técnica. El ejemplo paradigmático (ver glosario) de la importancia que tiene
el uso de la razón práctica para nuestra vida como seres humanos sociales lo
tuvimos al estudiar la posición de Aristóteles con su propuesta ética. La misma
sostiene que esta razón humana es la encargada de hacer de nosotros, como
seres humanos, seres capaces de vivir con otros seres en un estado de bienestar,
en tanto tenemos como objetivo la realización y conservación del Bien Común.
Esta razón práctica o frónesis, como facultad, es capaz de desarrollar virtudes.
Entre ellas, la prudencia es la materialización más útil y necesaria para esta
realización, que propone Aristóteles para una buena vida humana o vida feliz.
Por el contrario, la posición que denominamos ética del poder, se
basa, para la realización de una buena vida, en el desarrollo y aplicación de
la racionalidad técnica. Dentro de este contexto, esta buena vida radica en la
obtención y conservación del poder que tenemos cada uno como individuo y
que radica en la fuerza vital de nuestro cuerpo.

En la medida en que somos fuertes somos poderosos, porque en esta fuerza


está la posibilidad de tener lo que queremos, y por lo tanto, nuestra felicidad
y libertad.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 47


Habiendo desarrollado hasta aquí algunas pistas sobre esta perspectiva
ética, y reiterado las características de la perspectiva aristotélica con la cual se
diferencia radicalmente, iremos trabajando sobre esta ética del poder a través
del ejemplo teórico conceptual de dos grandes pensadores, sobre todo en el
orden de la filosofía política, como son Nicolás Maquiavelo y Hobbes.
Hemos elegido estos autores porque son paradigmáticos del modelo de
acción de la razón técnica aplicada a las cuestiones ético-políticas; no obstante,
cabe reconocer la existencia de otros autores antiguos tan importantes como
éstos. Cabe resaltar que en el Renacimiento se prefigura, y en la modernidad
se impone, una asociación entre un modelo de acción humana y un orden
socio-político correspondiente, del cual nuestra sociedad es heredera. Como
argentinos en democracia nos es de utilidad intentar visualizar y comprender
la existencia de modelos de acción claramente establecidos en la sociedad. Así
también, es importante reconocer que los mismos no siempre son los mejores
para promover un estado republicano democrático constituido por ciudadanos
(ver glosario), con todos lo valores que implica esta última categoría socio-
política. El modelo de acción que proponen tanto Maquiavelo como Hobbes
es un modelo que se define finalmente en la modernidad, y que posiblemente
nos afecte en nuestra contemporaneidad. Este modelo es correspondiente con
la conceptuación de un orden político monárquico y del poder absoluto. Por
este hecho, no hay que perder de vista que, aunque Nicolás Maquiavelo sea
reconocido como un héroe nacional italiano por su vocación orientada al estudio
de las reglas para la constitución de una Nación independiente del poder papal,
los consejos que constituyen estas reglas van dirigidos a alguien que debe ser
el único con poder para gobernar: aquél que tenía que lograr detentar el uso
legítimo del poder sobre todos los otros integrantes de la república, en aquel
entonces bajo el modelo de principado. Nos estamos refiriendo aquí a la figura
del Príncipe o Monarca.

2. El fundamento del poder: la fuerza

Si leemos las propias palabras de Maquiavelo en El príncipe1, una de


sus obras más famosa, leemos que entre los consejos respecto a la forma de
conservar el poder establecido como orden político, se refiere al uso de las leyes
como la más adecuada a los hombres. Sin embargo, inmediatamente dice
“pero, la experiencia nos demuestra…”. Esta expresión se repite a lo largo de
toda su obra (¿Qué implicancias tiene en su obra esta reiteración? Quizás podría
ampliarse esta explicación).
Este es un primer punto importante a destacar: este movimiento
constante en su pensamiento y recomendaciones del mensaje, entre cómo
las cosas deberían ser y cómo son en la realidad humana-social. Es decir, él
muestra el contraste de oposición que se establece entre el orden del ser (cómo
son las cosas) y el del deber ser (cómo deberían ser las cosas). Cómo son las
cosas tiene que ver con el mundo de la realidad empírica. Cómo deberían ser
las cosas se refiere a un mundo ideal de valores inexistente, de acuerdo a este
realismo pesimista de nuestro autor renacentista. Desde la perspectiva de este
pensador, si las cosas no se experimentan como deberían ser no son de ninguna
manera reales.
Este mundo ideal de valores como el bien, la paz, la justicia, la verdad,
la honestidad, la justicia, etc., no tiene posibilidad de concretarse en la acción
social y en el orden de las sociedades. Esto se debe a que la misma naturaleza
humana es “perversa” (Op.cit., pág. 90) (ver glosario), tal como dice Maquiavelo.
Lo que prevalece es la existencia del más fuerte y del más apto naturalmente
para conservar la vida. Posiblemente, usted se pregunte aquí: ¿Porqué esta visión
resulta tan desalentadora respecto a la naturaleza humana? Una respuesta sería
que la visión desalentadora se debe a que Maquiavelo tiene una concepción

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.48


antropológica donde la racionalidad en el hombre aparece investida o subsumida
bajo el poder o la fuerza dominante de los instintos animales, propios de nuestro
ser biológico. La herencia cultural y la tradición institucionalizada en Occidente
y consolidada por el poder de la Iglesia sostenían la idea de que el hombre, al
tener un alma inmortal con una función especial que es la actividad racional, se
posiciona como superior al resto de los animales. Pero la idea antes mencionada
es refutada por la obra de Maquiavelo, quien destaca que esta idea no es real,
porque los mismos hechos humanos, es decir, el desarrollo de la historia de
los pueblos, muestra que en la experiencia lo que prevalece es el deseo de
vivir. Este deseo de vida, de existencia en un medio social y humano, es posible
mantenerlo a costa del desarrollo de ciertas capacidades o también llamadas
virtudes (ver glosario).
Maquiavelo aconseja imitar las virtudes o capacidades del león y del zorro
a aquellos individuos que quieren vivir teniendo dominio sobre los otros, porque
consideran que este dominio es útil ya que es un beneficio para su propia vida:
“De manera que, ya que se ve obligado a comportarse como bestia,
conviene que el príncipe se transforme en zorro y en león, porque el león no sabe
protegerse de las trampas ni el zorro protegerse de los lobos. Los que sólo se
sirven de las cualidades de león demuestran poca experiencia. Por lo tanto un
príncipe prudente no debe observar la fe jurada cuando semejante observancia
vaya en contra de sus intereses y cuando hayan desaparecido las razones que le
hicieron prometer. Si los hombres fuesen todos buenos, este precepto no seria
bueno, pero como son perversos, y no lo observarían contigo, tampoco tú debes
observarlo con ellos. Nunca faltaron a un príncipe razones legítimas para disfrazar
la inobservancia. (…) Los hombres son tan simples y de tal manera obedecen a
las necesidades del momento que aquel que quiere engañar encontrará siempre
quien se deje engañar”.
¿Por qué esta idea? La causa radica en los atributos propios de cada uno
de estos animales. Por una parte, el león es el rey de la selva; si desplazamos
esta imagen a los fines de la obra de Maquiavelo, lo que él intenta mostrar al
Príncipe (futuro gobernante de la nación italiana, que todavía no existía como
tal) es que él, como hombre, tiene que desarrollar su naturaleza animal en sus
principales atributos. Es en la fuerza del león donde se manifiesta el modelo a
imitar ya que es el más poderoso en la selva. Esta fuerza, sin embargo, hay que
entenderla. El príncipe como individuo puede ser un ser corporalmente débil,
pero aquí la idea de fuerza corporal no se refiere al cuerpo propio del individuo,
del Príncipe, sino al cuerpo político social que es su poder material o principado.
Esta fuerza, dentro del proyecto político, se materializa en el poder del ejército
y en el poder de las armas o de una economía que permita tanto la compra de
armas como de fuerza corporal, es decir soldados.
La fuerza como virtud tiene que ir acompañada de la astucia, propia del
zorro, que es el despliegue de una particular actividad racional humana. Esta
astucia es lo que hoy denominaríamos la racionalidad estratégica (ver glosario)
que, como la misma palabra lo indica, tiene un origen bélico, ya que estratega
significa general de ejército.

3. Fundamento antropológico del poder como éxito

La racionalidad estratégica es una de las formas en que nuestra razón


se activa o tiene que ser activada cuando tenemos que resolver un problema.
Es en esta situación en la que se requiere por parte nuestra tener una visión de
diferentes alternativas de acción, es decir, tener una visión de campo. Esta visión
del campo de acción y de las alternativas posibles es necesaria previamente
para poder elegir la alternativa más apropiada, que es aquella que me lleva a
lograr el éxito.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 49


Esta racionalidad es la que vulgarmente denominamos astucia y cuyo
sentido más elemental está referido a un fin que es sostener la existencia,
conservar la vida. Es en los animales donde vemos de forma más clara esta
ley de la naturaleza que radica en el uso de las capacidades naturales para el
logro del fin único y superior que es conservar la vida. De allí que Maquiavelo,
como pensador naturalista, se apoye en una concepción del hombre como
esencialmente un ser animal, natural, sin que entre en este concepto de natural
la existencia de un alma como principio meta-físico (ver glosario) del ser humano.
Para esta concepción naturalista del hombre en Maquiavelo, como en otros
pensadores que tienen esta posición antropológica, la razón y su actividad es
esencialmente una racionalidad estratégica, que es una de las formas en que se
manifiesta nuestra razón técnica. Y esta razón tiene su fundamento en la materia
orgánico-instintiva del ser humano, en su inteligencia como actividad cerebral,
no de un alma supuestamente ligada a un más allá del cuerpo y la materia.
El éxito, dentro de este contexto de los fines que se persiguen cuando
nuestra racionalidad estratégica está activada, es el logro del poder. También
es importante aquí captar el significado de esta idea de poder, que es lograr el
dominio de la circunstancia que se presenta en función, o con el objetivo, de
favorecer la propia existencia. La idea de que en nuestra vida social, o en común
con otros seres humanos, estamos en una especie de guerra o enfrentamiento
es clara cuando se caracteriza esta racionalidad como estratégica, ya que
solamente en un estado de guerra o de enfrentamiento es donde razonamos en
base al sentimiento de temor a perder, porque perder en estas circunstancias
significa la muerte.
De la forma en que estamos entonces considerando a este pensador
político, pareciera que nos hemos alejado de las cuestiones éticas, que son las
que a nosotros en este momento nos preocupan. Pero no es así, por el contrario,
la idea es que Ud. logre comprender que la cuestión política, significa -por su
origen y realidad en todos los tiempos- la cuestión ética: en el ordenamiento
socio-político en que siempre vivimos -ya que nunca somos seres humanos
aislados totalmente, separados sustancialmente de los otros- no es posible
establecer una separación entre lo ético y lo político, como se mostró desde la
antigüedad de la historia del pensamiento.

4. El poder como el Bien o fin último

Con Maquiavelo nos encontramos, desde la perspectiva de nuestro interés que


es el modelo de acción relativo a una valoración ética, en lo que se denomina
una posición relativista (ver glosario) de la ética.
¿Qué significa esta denominación? Quiere decir que no hay ideas universales
trascendentes a la vida humana, que no existe el Bien en sí mismo, como una
esencia inmóvil y por lo tanto que no esté sujeta a los cambios propios del
movimiento de las situaciones espacio-temporales. Llevada esta teoría a nuestro
pensador, para Maquiavelo el bien o lo bueno como valor está determinado por
la situación vital, para la cual el valor supremo es la conservación de la existencia
o vida. De allí que su obra contenga todas las recomendaciones necesarias para
el logro de este propósito, pero referido no solamente a la vida del príncipe,
sino al poder político de éste, que está materializado en la conservación e
independencia, respecto de cualquier otro más poderoso, de la Nación italiana.
El Bien como la Vida del Estado independiente se presenta así como el
ideal concreto, el fin último al cual es preciso sujetar los medios o alternativas
de acción. Es así que la redacción de esta obra muestra, como lo dijimos al
inicio de nuestra exposición, un marcado giro lingüístico y estilo retórico, que
provoca una poderosa persuasión a los lectores: nos dice que tenemos ideas
de lo que es el bien, lo honesto, el amor, la bondad, la piedad, la felicidad, en

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.50


tanto tradicionalmente o culturalmente hemos heredado este discurso sobre el
deber ser, “pero…, –nos dice a continuación– dada la naturaleza perversa de
los hombres, es preferible, (por ejemplo), ser temido a amado (…)”. Con lo cual
queda fuertemente asentado, en nuestra convicción de lectores, que los hechos
pueden más que las ideas. En esta convicción se produce una sustitución
del orden del deber ser por el orden del ser, quedando este último, que es la
constatación del valor de los hechos, convertido en el ámbito que otorga el valor
moral a nuestros actos.

5 Relación entre medios y fines

Cuando el fin de la acción es el éxito, ganar, este concepto, como ya lo


hemos explicado, tiene su fundamento en el supremo valor de la Vida, y cualquier
medio pasa a ser bueno en tanto esté orientado hacia este fin u objetivo. ¿Por qué
cualquier medio? La razón es que no habría parámetros superiores o externos a
la misma vida que le pongan un límite de valor universal. De lo cual se deduce
que si tengo que mentir para tener poder, está bien mentir; si tengo que matar
para vivir, está bien matar. Pero atendamos que no inferimos que sea un bien
matar, sino que esta valoración se da dentro de una situación concreta que la
condiciona.
Este pensador, como otros relativistas éticos, lo que intentan mostrar es
que, de alguna forma, la educación y la cultura nos han impuesto la idea sobre
los valores absolutos, o esencias, pero que esto no es así realmente. A 1 Los
valores o esencias no existen como esencias trascendentes (ver glosario) a la
materia, al cuerpo, a los hechos concretos e históricos, como son los resultados
de nuestros actos. Para esta posición solamente las circunstancias, los hechos,
son los que determinan, finalmente el valor de nuestros actos.
Es entonces que, cuando debemos determinar los medios más aptos
para vencer alguna situación, ya que la existencia humana es casi un constante
campo de batallas o una selva, en la que la ley última es matar para vivir, si uno
entiende así la existencia humana, ¿cómo no va a aceptar que cualquier medio
está bien para este fin?
Maquiavelo no dice en ninguna parte de su obra que el fin justifique los
medios, pero el modelo de acción que él recomienda desde toda esta perspectiva
expuesta, es que, si debemos conquistar el poder y tenerlo –dada la naturaleza
humana que es semejante a las bestias– entonces si hay que matar, o mentir, o
estafar, está bien.
Vemos que, al igual que Aristóteles, Maquiavelo tiene una posición
ética que se basa en el modelo teleológico de la acción, es decir, en el
análisis de que las acciones humanas, sociales e individuales, son constantes
encadenamientos de medios y fines. La diferencia radical es cómo ordenamos
estos encadenamientos, en relación al valor de bien último, supremo bien o lo
debido. Aquí es donde aparece la gran diferencia teórica entre estos pensadores
modélicos de propuestas éticas.
Por una parte, el modelo aristotélico se basa en el valor de bien social
cultural como una idea que trasciende al valor de la Vida tomada como bien
del individuo y aun del grupo. Ese bien social y cultural trasciende de tal forma
las circunstancias que aun en una situación concreta de guerra, este pensador
no podría aceptar que matar al enemigo sea un bien en sí, sino que es un mal
elegido, querido. La razón práctica, en oposición a la razón técnica, no puede
ignorar la realidad de ideas trascendentes a la materia histórica concreta de
los hechos actuales, es decir que la razón tiene un capital simbólico, como lo
expresaríamos hoy en día, que no puede ser ignorado o dejado de lado, ya
que éste es parte constitutiva del valor de mi propia vida actual. Este capital
simbólico es el saber de las ideas y conceptos que poseen realidad fuera de las

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 51


cosas aunque en ellas se materialicen. Este mundo de valores es experimentado
en la vida activa, pero su existencia no puede estar limitada solamente a esta
experiencia ya que ésta carecería de sentido si no pudiéramos y no aceptáramos
el valor de las ideas.
Aristóteles es un pensador realista; él no piensa que las ideas posean
una subsistencia en sí fuera de las cosas, pero en tanto esencias trascienden las
cosas, los actos, y se posicionan conformando una realidad simbólico-cultural
que está viva en la vida concreta de individuos, pueblos, sociedades.
Por el contrario Maquiavelo, al ponderar la razón técnica al punto de
desplazarla de su ámbito propio que es el espacio de la producción material
–donde alguno o alguien tiene las reglas porque las conoce y entonces las
impone, y porque al mismo tiempo este alguien sabe que el valor supremo es
el poder material (vida)–, entonces el valor de la acción es lo que está bien para
tener éxito.

Esta razón técnica productiva se manifiesta de dos formas: como


racionalidad estratégica y como racionalidad instrumental. Este modelo que se
corresponde con nuestra capacidad de construir, de fabricar, de producir, propio
del saber científico técnico, creador de planificación y aparatos técnicos útiles
para el desarrollo de la civilización, este saber hacer es puesto, por Maquiavelo,
como el único desempeño debido en la acción humana.

Dicho de otra forma, la razón práctica queda desplazada o subsumida.


Subsumida bajo el valor de la actividad racional respecto a fines relativos a la
necesidad de conservar la vida, que es el poder que tenemos los seres vivos.
Queda desplazada como producto heredado de un discurso filosófico que no es
histórico, que es esencialista y por lo tanto no es realista.
Es importante destacar, entonces, finalmente que el realismo de la
propuesta ética del modelo de acción maquiavélico, está depositado en el valor
del cuerpo que es la vida, y que otra consecuencia importante que se deriva de
esta concepción, y que a continuación vamos a desarrollar, es que su utilidad no
es propicia para una sociedad democrática.

6. La relación entre la ética del poder y la democracia

En estas cuestiones éticas con frecuencia se comete el error de considerar


que el tema central de la ética es la valoración. Sí, pero ¿qué valoramos? El objeto
de valoración son las acciones o praxis, es decir, toda nuestra actividad que
inmediata o mediatamente posee un efecto sobre la vida de los demás seres con
lo cuales compartimos nuestra existencia. El error de la falta de ampliación de la
perspectiva valorativa de los actos conduce a constituir una forma de ser ético
o moral limitada, escasa o doble moral, en la confusión que tenemos respecto
de la forma en que nos experimentamos como seres humanos, sociales. Nos
referimos a la importancia que tiene la influencia del contexto histórico político-
social de Maquiavelo, en este caso, y que no puede dejar de ser tomada en
cuenta como parte de la motivación del pensador ya que está operando, positiva
o negativamente, en su propuesta de modelo de acción humana implícita –y no
tanto– mediante los consejos políticos dados al Príncipe.
Al presentar los Contenidos de este módulo en el programa, mencionamos
la relación que se establece entre esta posición ética y la monarquía como
organización política que ejerce el poder absoluto, y que en nuestra época
tomó la forma de los totalitarismos o las dictaduras. Es evidente que el modelo
propuesto por Maquiavelo al príncipe no podía ser otro que el expuesto en su obra
a partir de la influencia sobre este pensador del feudo o principado, como forma

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.52


política generalizada en su momento histórico. Otro dato histórico importante que
influye en este pensador y en su propuesta es que estos principados estaban en
constante riesgo a causa del peligro del poder imperial de las nacientes naciones,
del poder papal de la Iglesia, que también amenazaba como hegemónico,
y los enfrentamientos, dentro de la misma Italia, entre los principados. Es de
este modo que nosotros sostenemos que este pensador político surge como
un reflejo del momento histórico-político social, reflejo que por lo mismo no es
contestatario de lo instituido sino una réplica reproductora de lo experimentado y
conocido por Maquiavelo. Ante las continuas revueltas civiles y las batallas entre
los pequeños reinados y feudos, ante la amenaza del ejército de los nacientes
Estados ya configurados por alianzas, y la amenaza histórica del poder papal,
Maquiavelo piensa en una autonomía y soberanía del principado de Florencia
frente al peligro del enemigo externo, y considera que solamente puede darse a
partir de fortalecer el temor y la obediencia hacia adentro del reino.
Es el temor, de este modo, considerado como una emoción elemental
que lleva a los hombres a obedecer un poder superior; y dentro de este contexto
del poder soberano de un monarca o príncipe, este temor se expresa por la
obediencia debida a este monarca, que es el que crea la ley y la hace cumplir.
En esta situación de subordinación al poder del soberano, los individuos en la
sociedad son súbditos, ya que tienen toda la voluntad puesta en esta obediencia
y no tienen para sí, en cuanto ser social y político, una razón poderosa que
pueda competir con la del príncipe.
La obediencia que genera la sujeción al estado de súbdito es la
contrapartida de una ética del poder, donde las normas poseen el valor moral
en tanto son el resultado de la racionalidad estratégica del soberano y no
representan la voluntad popular o común de los ciudadanos.
Finalmente, destacamos que cuando el poder se convierte en el bien
absoluto en tanto es o representa la conservación de la vida, no puede hablarse
propiamente de autonomía o libertad por parte de los que constituyen el pueblo,
la sociedad. Solamente el que tiene poder material puede defender su derecho o
libertad. Por esta misma razón la propuesta de un modelo de acción estratégica
técnica dentro de un orden socio-político democrático, solamente pude encubrir
el estado de falta de libertad y de autonomía en aquellos que no son los poderosos
dentro de este ordenamiento.
En esas circunstancias, tal como se da actualmente en las democracias
que no son efectivas o verdaderas, surge la desigualdad en la falta de igualdad
de oportunidades y la subordinación como falta de autonomía y de verdadera
libertad, en la medida en que los individuos no son dueños de su voluntad de
acción, ya que están subordinados a un poder amenazante y viven en el temor
de perder o no poder conservar lo que tienen.
En estas democracias no efectivas, como la mayoría de las actuales, el
poder económico se ha autonomizado del ordenamiento político.

Como lo señalan distintos autores contemporáneos críticos del neoliberalismo


económico actual, el avance de la racionalidad técnica sobre las normas sociales
y políticas ha llevado a las democracias a convertirse en sistemas funcionales
donde todas las partes están subordinadas al dominio de un poder amenazante
que es el poder económico.

Este poder económico autonomizado de los valores éticos y políticos


propios de un desarrollo de la razón práctica que atiende al bien común, a los
valores humanos, se instituye como un poder soberano sobre nuestras vidas,
quitándoles el sentido que puede ser encontrado solamente cuando aprendemos
a vivir sin temor: la libertad.
Por este motivo, algunos pensadores contemporáneos sostienen que no

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 53


nacemos ni humanos ni libres, sino que tenemos que hacernos humanos y libres
mediante la búsqueda de este fin, que no está en la misma vida del cuerpo,
sino que pertenece a otro ámbito que es aquél de las ideas, las cuales, porque
existen como tal, son las que dan sentido a los hechos que, por sí mismos, son,
pero no significan.

¿Es posible y es deseable este modelo ético en una democracia?

El modelo de acción que se muestra en la propuesta de Maquiavelo


tiene que ser considerado, de este modo, dentro de un orden socio político
ya que nunca estamos solos, en tanto somos seres humanos sociales. A partir
de este supuesto que se demuestra por sí mismo en los hechos, podemos
afirmar a continuación que este modelo no es el propicio para un ordenamiento
democrático, aunque su poder de convicción radique en el auge del poder
económico como fundamento del orden social. Si nosotros nos consideramos
seres sociales y humanos porque todos somos iguales, es decir, todos estamos
necesitados de satisfacer las necesidades propias para conservar la vida, y todos,
por otra parte tememos perder la vida si no obedecemos, en esta precariedad del
uso de nuestra racionalidad, simplemente tenemos que obedecer las reglas del
sistema funcional económico donde a cada uno se nos dispone de determinada
manera.
Pero este ordenamiento social que se basa en la supervivencia del
grupo genera un efecto, como es el caso del individualismo actual que, en su
sentido negativo, se ha naturalizado como forma de ser social exigida por la
época donde rigen las leyes del mercado como la ética del poder. A 2

Otro pensador, en este caso moderno y paradigmático de una propuesta


de ordenamiento socio-político, que se sustenta en una visión pesimista de la
naturaleza humana es Hobbes. Este pensador inglés, afectado también por
las circunstancias históricas de la Inglaterra monárquica que se encuentra en
constantes enfrentamientos civiles en búsqueda de conformar una república
con mayor participación ciudadana, propone un modelo de Estado Absoluto
y en su obra, Leviathán o del Estado, muestra la forma en que sería posible
una convivencia ética. Dicho sintéticamente, porque no es este el momento de
desarrollarlo en mayor profundidad o extensión, Hobbes inicia su obra mostrando
la naturaleza del hombre y de su forma de actuar acorde a la misma. Dice que el
ser humano es una materia, un ser físico que se mueve dada una fuerza y que,
como tal, es movida por la fuerza del deseo de poder y el temor a la muerte.
Al poder lo caracteriza, como Maquiavelo, como un bien material,
corpóreo, capaz de dominar o de defender lo propio. Al temor lo caracteriza
como una pasión elemental por la cual depositamos las esperanzas en el poder
como capacidad de conservar lo que tenemos o acrecentarlo, y también en el
deseo de una vida mejor, que es una vida sin temor, donde se pueda estar en paz
y disfrutar de los bienes. El temor es desencadenante de la búsqueda del bien,
que es el poder para defender lo propio, la vida y las pertenencias. Solamente
en un estado social, este hombre natural que somos, puede lograr una existencia
pacífica, ya que su naturaleza es esta materia biológica animada, por una parte,
por el temor a morir o a perder, y por otra, animada por el deseo de poder “que
solamente cesa con la muerte”. Pero este hombre natural no tiene paz. La paz es
imaginada por el hombre en su estado natural como un estado de felicidad y de
realización. Pero esta paz no es posible de obtener naturalmente, a menos que el
individuo someta su voluntad a una voluntad o poder superior a sí mismo.
Para Hobbes, el estado social o contrato, A 3 como él lo denomina,
es el estado mediante el cual podemos lograr una vida humana con todos los
beneficios de la ley, las normas, el orden, la paz, lo justo, lo propio. Sin este
estado, al cual podemos imaginar pero no lo hemos experimentado como seres

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.54


naturales, solamente accedemos como seres sociales, ordenados por la fuerza
de la ley de un poder común y soberanos sobre todas las voluntades individuales.
Sin el estado social, estamos en un estado de guerra de todos contra todos.
Vemos así que la felicidad, como bien que buscamos, es la subordinación
de uno como individuo, de la libertad natural o derecho natural de hacer lo que
uno quiere, al orden socio-político, donde uno sólo es el que dice lo que está
bien o lo que es justo o injusto. En este pensador distinguimos, entonces dos
conceptos de libertad: la libertad natural de cada individuo de hacer lo que
quiere, y la libertad social, por la cual uno quiere en definitiva lo que quiere la ley
que es la representación de la Voluntad del soberano. Esta libertad civil o social
no es la del cuerpo, sino la de la racionalidad estratégica que asume delegar su
libertad natural, o derecho natural, de hacer lo que quiere por hacer lo que debe,
que es hacer lo que quiere el poder absoluto.
Para nuestra asignatura, que pretende capacitarlo en la reflexión de los
contenidos éticos y las diferentes perspectivas de resolver situaciones mediante
una elección racional de los fines o del principio de la acción, consideramos
importante que Ud. vea que este modelo de contrato social se basa en una
consideración pesimista del ser humano, donde la naturaleza se presenta como
esencialmente animal ya que las pasiones son las que determinan el valor de
la elección. Si no son las pasiones, es la racionalidad estratégica que al medir
alternativas de acción lo hace en la búsqueda mezquina de la realización de mi
bien individual que es la conservación de los bienes, ya sea vida o pertenencias,
sin que entre en esta valoración el otro como un nosotros, propio de una sociedad
democrática.
Hobbes, como Maquiavelo, representa el modelo de acción teleológico
donde, a diferencia del pensador renacentista, el fin es lograr la constitución de
una sociedad civil ya que ella es la garantía del constante deseo de felicidad,
porque no hay un fin último como sumo Bien, sino que el constante deseo es el
bien para el ser humano.
“(…) el objeto de los deseos humanos no es gozar una vez solamente,
y por un instante solamente, sino asegurar para siempre la vía del deseo futuro.
(…) señalo, en primer lugar, como inclinación general de la humanidad entera, un
perpetuo e incesante afán de poder, que cesa solamente con la muerte”.
Acompaña a este deseo, por otra parte, la predisposición constante del
ser humano a la guerra, a la lucha por conservar los bienes, dado el temor a
perder lo que posee; este es el estado natural del hombre ya que para Hobbes
somos seres atravesados por nuestras pasiones que son negativas porque la vida
humana en este estado de naturaleza es miserable. Como en el estado natural
no hay poder común entre los hombres, sino que cada uno se experimenta como
un ser individual, tampoco hay normas comunes o valores comunes como bien
o mal, justo o injusto. Esta naturaleza humana individual queda sometida –no
desaparece– al momento en que los seres humanos pactan una vida común e
instituyen un poder común sobre todos y cada uno de ellos como individuos.
La vida social, para este pensador, es posible de forma pacífica bajo el
orden que establece el poder de uno solo, que es el soberano, quien crea las
leyes y normas para todos y es quien detenta de forma absoluta el poder de la
fuerza (el monopolio de la fuerza) para imponer las leyes. A 4
En esta forma de pacto (ver glosario) social que se funda en la visión
pesimista del estado natural o naturaleza humana, la vida social es posible a
cambio de la renuncia al derecho natural, que es la libertad de cada uno de
hacer lo que quiere. Este poder natural es transformado en obediencia a un
poder común, la voluntad libre es delegada a uno que es el que manda a todos.
Esta paz social tiene el costo de la falta de autonomía de los individuos, ya que
no están dotados naturalmente para dar valor a positivo a la vida en común. La
renuncia de la propia libertad como derecho natural es la mutua transferencia
del propio poder a otro de los miembros de un grupo social a partir de lo cual

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 55


–pacto social– adquiero el beneficio de conservar la vida en base a lazos que son
palabras y acciones que sujetan y obligan: las leyes y normas sociales.
En esta sociedad todavía prevalece la desconfianza, solamente que
al amparo de leyes y de una autoridad poderosa sobre todos que impone la
obediencia.
Esta teoría antropológica y política no condice con la idea o el proyecto
de una democracia donde cada uno, dentro de una sociedad dada, es un
ciudadano, ya que es inimaginable el ser humano solo o aislado, tal como
Hobbes propone -como hipótesis teórica- que es el hombre en estado natural.
Este hombre caracterizado de forma tan negativa es una imagen ficticia y teórica
de este autor, que le permite suponer que el estado social es un mal menor y
entonces es un bien.

1 Nicolás Maquiavelo, El príncipe.

m3 | contenidos | AA

asistente académico 1

Ampliación temática:

La educación como el esfuerzo que no da placer

Dentro de esta concepción pesimista de hombre, la educación es simplemente


una herramienta -una técnica- de represión de los instintos básicos para que
los hombres no se autodestruyan. Para esta concepción -que tiene actualmente
un gran poder en nuestra cultura porque los hechos nos dan muestras de
que efectivamente el ser humano tiene esta tendencia al dominio del otro y a
satisfacer sus deseos a costa del bien del semejante- los ordenamientos sociales
y políticos son impuestos por leyes, y la educación es un aprendizaje de estas
leyes o normas que constituyen la explicitación de un denominado contrato
social. Desde esta concepción antropológica el hombre vive, en el fondo de su
ser, insatisfecho ya que vive reprimiendo sus instintos; la cultura es impuesta,
las leyes son imposiciones que no responden a nuestros deseos, pero que es
necesario obedecerlas para conservar una vida social. Si las obedezco es por
temor al castigo y no por saber que ellas constituyen el bien o lo justo o lo
humanamente deseable como superior.
Para esta perspectiva antropológica -de la cual son representativos pensadores
como Hobbes y Freud- la razón o la actividad espiritual que da lugar a las
obras como bienes culturales no es un principio de la naturaleza propiamente
humana; no es el logos lo distintivo de lo humano sino una elaboración cultural
cuya función es privar o reprimir en el ser humano la búsqueda del placer de su
cuerpo, de satisfacer sus instintos primordiales, lo cual constituiría el bien.
El debate entre estas dos concepciones antropológicas antagónicas no carece
de importancia. Por el contrario, su importancia es total ya que la educación
se constituye como una actividad que tiende a la generación de la libertad
del individuo, interpretada como armonía y justicia en la vida común, o como
actividad que reprime nuestros instintos naturales e individuales para evitar la
destrucción social.
Evidentemente que este segundo sentido es negativo, o podríamos decir,
pesimista, ya que no hacemos el bien por el bien sino para evitar un mal. Los
valores comunes que hacen posible la vida social y política son extra-naturales,
afectan a nuestra naturaleza en la forma de una imposición, no nos producen
placer, son necesarios y dolorosos, y en este sentido afectan a la libertad del
individuo.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.56


Dentro de esta perspectiva antropológica, la educación siempre es un proceso
doloroso, que no solamente no produce placer, sino que implica un esfuerzo en
contra de nuestra naturaleza.
Una educación centrada en la satisfacción de los deseos individuales es
difícilmente correspondiente con una vida social donde las leyes no sean vividas
como imposiciones a la propia libertad.

m3 | contenidos | AA

asistente académico 2

Ampliación temática

Individualismo salvaje

Este individualismo incentiva la consideración de que los otros seres,


con los cuales comparto la existencia, pueden ser usados como medios para mis
propios fines individuales porque yo me posiciono, sobre los demás (o Príncipe)
en las relaciones establecidas socio-políticamente. Esto es así porque como ser
humano natural es el poder de mi propia vida, mi yo individual, lo que voy a tratar
de conservar en estas relaciones.
No hay ninguna razón superior a este hecho porque solamente cuento con
la vida como valor supremo. La vida material de mi cuerpo y de mis posesiones
son las que me dan la fuerza, para la conservación de mi yo individual. Por
esta razón es el poder económico material el que constituye el Bien o fin de mi
existencia, sin el cual paso a ser inferior o débil.
Este individualismo en sentido negativo se expresa actualmente como
individualismo salvaje, ya que al ser el hombre considerado en sí mismo como
un ser vivo que tiene que luchar para esta conservación del poder de su propia
existencia biológica, aunque es social, esta sociedad es experimentada como
una vida natural selvática pues la ley que rige en estas sociedades salvajes es
la ley del más fuerte y la del “sálvese quien pueda”.Como lo dice la frase, quien
pueda es quien tiene poder.
Durante la modernidad se intensificó la interpretación naturalista –biologista–
materialista del ser humano, para la cual éste es sustancialmente un animal.
Esta interpretación se consolida en la modernidad y tiene actual
influencia en la forma en que interpretamos nuestra naturaleza esencial. Para
esta interpretación el ser humano está siendo constantemente reprimido y por
lo tanto se aleja de la posibilidad de ser feliz, ya que está desnaturalizado por
la fuerza de la cultura y de la educación. Bajo esta perspectiva muchos autores
modernos sostienen que el proceso cultural cumple con una función represiva
sobre el caudal instintivo de la naturaleza humana, y el individuo vive sin libertad
instintiva a partir del uso de la razón que inhibe sus deseos.
Sostiene, asimismo, que como el ser humano es esencialmente un animal,
entonces siempre va a actuar motivado por su instinto de supervivencia que lo
lleva a querer dominar a los demás, ya que el tener más poder constituye una
mayor garantía de conservar su vida. Para esta concepción, el ser humano es
malo por naturaleza, es egoísta, envidioso, ambicioso.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 57


m3 | contenidos | AA

asistente académico 3

Contrato social

Es en Hobbes donde encontramos la idea de que la sociedad surge de la


necesidad de los seres humanos individuales de poder vivir en un cierto estado
de paz. El estado natural implica una constante guerra de todos contra todos,
que no es real sino posible, como una amenaza que no permite la vida tranquila
y junto a los otros. Para poder tener una vida en común pacífica es necesario
transferir el derecho a hacer lo que uno quiere, a uno solo. Esta es una mutua
transferencia de la libertad como derecho natural de los miembros del grupo.
Esta transferencia es un pacto, ya que se obliga a futuro a cumplir con lo pactado,
es un contrato con obligatoriedad a futuro.

m3 | contenidos | AA

asistente académico 4

Los seres humanos como seres estructuralmente morales

A partir de los contenidos de este módulo queda claro que para estos autores,
Maquiavelo y Hobbes, el ser humano no es un ser estructuralmente moral. Es
decir, que desde esta mirada o perspectiva sobre los rasgos esenciales del ser
humano, no habría en la naturaleza humana una predisposición al bien común,
con lo cual es difícil aceptar valores comunes compartidos sin que medie una
obligación.
La naturaleza del hombre no posee materia predispuesta al bien, a la verdad, a
la paz, a la igualdad, por el contrario, la naturaleza inclina a la guerra, al poder
de dominación, a la satisfacción de los deseos de cada uno sin considerar el
bien del otro.

m3 material

Material Básico:

• Material de cátedra desarrollado en los contenidos y actividades del


módulo.

Material Complementario:

• Arendt, Hannah, “El pensar y las reflexiones morales”, en De la historia a


la acción, Ed. Paidós, 1997.

• Aristóteles, Etica nicomaquea, Ed.Harla, México, 1990.

• Kant, Inmanuel, Fundamentación de la metafísica de las costumbres,


Colección Universal, Madrid, 1921.

• Hobbes, Th., Leviathan, Vol. 1, Editorial Planeta, Barcelona, 1996.

• Maquiavelo, N., El príncipe, Ed. Pléyade, España, 1964.

• MacIntyre, Alasdair, Historia de la Ética, Editorial Paidós, España, 1994.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.58


m3 actividades

m3 | actividad 1

El bien es el poder

A continuación, le proponemos la lectura de la siguiente situación:

“En la Universidad publica existe un Departamento de Comunicación


Institucional en el cual trabaja Fabián. En el mes de abril llegó al Dpto. una nota
donde se solicitaba su participación en la valoración de las pautas o normas
que constituyen el contenido del proyecto del Reglamento de Concursos,
para su aprobación por parte de la Comisión de Reglamentos.
La idea del Decanato es llevar a la institución a un mayor grado de conciencia
democrática, no sólo en sus estructuras funcionales, sino también con
relación a la participación de todos los miembros involucrados en ella, para
la elaboración de sus propias pautas de trabajo y desempeño .De este modo,
se pensó que el Dpto. donde se desempeña Fabián podía proponer, luego
de un análisis del contenido de los proyectos de normas de la Comisión de
Reglamento, algunas mejoras a las mismas.
Fabián, quien hace ya bastantes años que trabaja allí, tiene sin embargo
algunas dudas respecto a la eficacia de esta propuesta, particularmente en
este caso donde la intervención a modo de colaboración, es solicitada para
ejercer un cierto control sobre la forma en que actúan los miembros de la
Comisión a la que nos referíamos. Las dudas de Fabián no son infundadas: él
ha visto, durante años, de qué forma -de acuerdo al caso que se presenta- se
han “arreglado” las reglas en vista de análisis interesados por un grupo de
integrantes de la Universidad que tienen un proyecto político de poder sobre
la Universidad pública. Fabián piensa que a pesar de los tiempos que han
corrido de democracia, no han sido suficientes para conformar una mentalidad
académica del personal docente-técnico que conforma la Comisión, ya que a
pesar de que deberían promover la honestidad desinteresada de un saber, no
pueden, llegado el momento de decisión, dejar de lado sus intereses de grupo
de poder, cuando deben establecer lo correcto o lo debido. Para Fabián,
por más que existan las reglas, y que las reglas aparentemente garanticen
la legalidad de las actuaciones, sin embargo, esto no es garantía de justicia
en los procesos académicos, donde cabe esperarla. Fabián piensa que si
las personas no ponen su voluntad en usar las reglas para constituir una
Universidad justa, las reglas por sí mismas no son suficientes.
Entendamos que para Fabián una Universidad justa es una Universidad que
contemple las diferencias -pluralista- y al mismo tiempo que esté atenta a ofrecer
igualdad de oportunidades. Pero el caso es que en esta Universidad, se viene
haciendo un mal uso de las reglas, ya que bajo el reparo legal de las mismas, se
realizan evaluaciones académicas donde algunos postulantes ya han sido elegidos
previamente para un cargo, y con el interés de disfrazar esta arbitrariedad se
sustancian procesos de evaluación en los cuales ya se han arreglado los papeles
para lograr el objetivo deseado por parte del grupo de poder que está actualmente
distribuyendo los espacios laborales dentro de la Universidad.
La situación, para Fabián, es compleja ya que él no quiere desobedecer las
reglas, es decir, no quiere dejar de hacer lo correcto que es participar en este
trabajo de análisis y control del contenido de las reglas, porque considera
que otra mirada es importante para tratar de que estas no dejen espacio a
las acciones arbitrarias. Pero, por otra parte, la persona que coordina esta
comisión, es Carina, una joven docente que en pocos años de participación

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 59


en la Gestión universitaria, se ha involucrado con el grupo de poder de tal
forma, que su palabra, su pedido, es casi una amenaza para la estabilidad de
quien lo ignora o desobedece. Fabián teme el poder de Carina, esta docente
que está interesada en que el Dpto. de Comunicación no toque nada del
contenido de las normas que hace la Comisión, pero sí quiere que avale las
actuaciones hechas, con el informe correspondiente.

Atendiendo a la lectura de la situación planteada, y al contenido propuesto en el


módulo 3, lo invitamos a responder los siguientes interrogantes. A los fines de
argumentar sus respuestas resultará de especial interés que usted elabore una
breve explicación, fundamentando lo expuesto en cada una de ellas:

a- ¿Usted considera que Fabián está preocupado porque la Comisión de


Reglamento no actúa bien?

b- De acuerdo al modelo de acción propuesto por Maquiavelo, ¿es posible


establecer alguna relación entre este modelo y las pretensiones de Carina?

c- Desde la perspectiva de Fabián, ¿podría considerarse “bueno” el poder de


este grupo dentro de la Universidad?

m3 | actividad 2

El poder es fuerza

a- De acuerdo al caso planteado en la actividad 1, ¿puede sostenerse que la


Comisión de Reglamento, dentro de la institución, ejerce un poder como
fuerza? ¿Cuál sería ese poder? ¿Cómo podría ser caracterizado?

b- Desarrolle una explicación que establezca un paralelismo entre el concepto de


racionalidad estratégica y la actitud de Carina como miembro de la Comisión
de Reglamentos.

m3 | actividad 3

Una mirada ética sobre la institución

a- ¿Qué conceptos puede Ud. usar, del contenido propuesto en el módulo 3,


para desarrollar una justificación de la valoración que hace Fabián de la
participación del Dpto. de Comunicación al que él pertenece en el proceso
institucional de la Universidad?

m3 | actividad 4

Fundamentos antropológicos naturalistas

a- De acuerdo al contenido conceptual propuesto en este módulo, desarrolle


una explicación sobre por qué caracterizaríamos la perspectiva antropológica
de Hobbes como pesimista. Intente mostrar con el caso planteado este
fundamento o idea.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.60


m3 | actividad 5

Las instituciones son organizaciones que obligan

a- Atendiendo al caso planteado, ¿cómo explicaría que Fabián y Carina son


responsables de sus actos y elecciones, dentro del marco conceptual de
Hobbes?

m3 glosario

Animal: Significa animado, ser que posee un ánima o alma, que es un principio
interior de movimiento de su cuerpo, en oposición a seres inanimados.

Ciudadano: De civitas, ciudad; habitante de una ciudad, de una sociedad


organizada políticamente bajo la forma de república. Habitante de una ciudad
donde rige un ordenamiento democrático.

Fuerza: Dentro de este contexto, es la capacidad de dominar situaciones por el


potencial destructivo del cuerpo o materia.

Metafísico: Más allá de lo físico o material.

Monarca: (Mon-arcós), significa en griego: uno solo tiene el mando.

Pacto: Contrato que obliga a futuro al cumplimiento de lo estipulado por las


partes.

Paradigmático: Significa emblemático, modélico.

Perverso: Dentro de nuestro contexto, se quiere significar que la naturaleza


humana es más la de una bestia o animal, como sostiene Maquiavelo; de allí su
maldad o perversidad con relación a los valores de humanidad.

Poder: Aquí, el poder está dado por la fuerza de movimiento; por la potencia el
cuerpo es capaz de moverse y de mover.

Razón estratégica: Una dimensión de la actividad racional, propia de la razón


técnica.

Relativismo: Posición teórica científica o filosófica que sostiene que no hay valores
absolutos, sino que las valoraciones dependen del lugar de observación del sujeto.

Súbdito: Habitante de una república monárquica o de un feudo, obligado a


obedecer la ley en cuya confección él no ha participado. El que existe sometido
a un poder externo a él mismo. También: individuo sometido al poder de un
autoritarismo.

Trascendente: Que tiene una existencia más allá de lo que se está considerando.
Referido generalmente este más allá a una realidad inmaterial.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 61


m4

m4 microobjetivos

• Desarrollar habilidades para determinar el principio de las acciones, a los fines


de identificar el valor de los actos como productos de una razón práctica
pura.

• Reconocer las diferencias entre aquellos actos que son productos de una
inclinación e interés natural y los actos que se realizan por deber.

• Conocer el saber teórico conceptual sobre los fundamentos de una posición


ética individualista y universalista kantiana, con el objeto de justificar las
propias acciones mediante el uso de principios éticos.

• Advertir la importancia del saber teórico conceptual que opera como fundamento
de los códigos de ética profesional, para contar con una herramienta teórica
de comprensión del sentido de los códigos deontológicos.

• Desarrollar un vocabulario técnico ético filosófico, a los fines de sustentar


con calidad científica las producciones comunicativas que usted lleve a cabo
en el ejercicio de su futura profesión.

m4 contenidos

En este módulo trabajaremos en torno a una posición ética muy importante


en nuestra cultura, considerada el fundamento moderno de los conceptos de
libertad y dignidad de las personas que sostienen los derechos humanos. Estas
ideas fueron expuestas por el filósofo Inmanuel Kant, por lo que le proponemos
realizar la lectura del primer capítulo de su obra Fundamentación de la Metafísica
de las Costumbres IC . A los fines de ahondar en su contenido, realizaremos
un comentario explicativo del mismo. La propuesta ética de Kant constituye la
propuesta de una ética de principios, y las normas que rigen la acción para
esta visión son producto de la ley racional humana. Cada persona evalúa su
acción no desde una comparación con lo que le exige el medio social o cultural,
sino desde la racionalidad de su propia humanidad. Esta ética del deber es el
antecedente no sólo de la Declaración de los Derechos Humanos sino también
de la ética como deontología, es decir de la ética del deber, que en el caso de
las profesiones está constituida por un código de deberes profesionales a los
que hay que tomar por ley al momento de actuar en la profesión. Es una ética
del individuo, pero al mismo tiempo universal porque se basa en lo universal que
hay en cada individuo, que es su humanidad y la racionalidad propia y específica
de la misma.

1. El fundamento de la obligación moral: el deber



“Precisamente en ello estriba el valor del carácter moral, del carácter que,
sin comparación es el supremo: en hacer el bien, no por inclinación, sino
por deber”.1

A lo largo del presente módulo serán desarrollados los principales


supuestos racionales que contiene el concepto de deber. Este concepto está
contenido dentro de nuestra tradición ética en tanto consideramos que actuamos

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.62


bien cuando hacemos lo que debemos. Posiblemente en este punto usted se
pregunte: ¿Cuál es el antecedente de esta idea? ¿Qué pensador dentro de
nuestra tradición occidental es el que provee de fundamentos racionales a este
concepto de deber? Es en la obra de Kant, filósofo de la modernidad, donde
encontramos el desarrollo de los principales conceptos que sostienen la idea de
deber como fundamento de la obligación moral.
Para introducirnos dentro del pensamiento kantiano vamos a hacerlo a través de
su obra, Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785), así como en
el módulo 2 lo hicimos a través de la obra de Aristóteles, Ética Nicomáquea.

En primer lugar, le proponemos analizar el título de esta obra, ya que a


partir de él nos iniciaremos en la comprensión del significado de la posición ética
de Kant. Su principal interés es el estudio de las costumbres, ahora bien, ¿qué
son las costumbres? En términos generales podríamos decir que las costumbres
que tenemos muestran lo que consideramos bueno o malo, aquello que está
permitido o prohibido y el saber moral que tenemos. Kant se propone en esta
obra investigar qué fundamentos poseen nuestras costumbres, y específicamente
alude a fundamentos no históricos o materiales, sino en el aspecto racional,
formal, metafísico. Los fundamentos a los que se refiere Kant están dados en su
propia concepción antropológica y principalmente, gnoseológica (ver glosario)
en su consideración de cómo conoce el hombre. Si las costumbres son un
saber humano, ¿cuál es el fundamento de este tipo de conocimiento? ¿Es este
fundamento la sensibilidad del cuerpo, los sentidos, o radica en su racionalidad?
Si radica en la racionalidad, ¿cómo se desarrolla ese proceso?
El primer capítulo de esta obra de Kant es entonces un primer acercamiento
que nos da el filósofo a estas cuestiones planteadas. Lo inicia oponiéndose a
la tradición ética de los fines o al modelo teleológico de la acción. Recuerde
que la idea de Bien como fin último, constituyó el eje de la propuesta ética de
Aristóteles, que nosotros ya estudiamos, y también es el caso del modelo de
acción estratégica, que vimos a través de Maquiavelo y Hobbes; para Kant estas
visiones finalistas no producen acción moral. Él, por el contrario, va a mostrar
cuándo una acción posee verdadero carácter moral.

2. La buena voluntad: resultado de un proceso racional



“Ni en el mundo, ni, en general, tampoco fuera del mundo, es posible
pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no
ser tan sólo una buena voluntad. (...) y así parece ser la buena voluntad la
indispensable condición que nos hace dignos de ser felices”.2

De esta forma comienza enumerando los distintos objetos que podrían ser
considerados bienes. Se parte desde aquellos bienes materiales tales como la
salud o la belleza, exteriores tales como la riqueza, o bien aquellos denominados
por Aristóteles bienes del alma como lo son las virtudes de la valentía, la
sabiduría, o la prudencia, por ejemplo. Finalmente, concluye sosteniendo que
en realidad ninguno de estos bienes es propiamente bueno o, dicho de otra
forma, bueno en sí mismo, ya que todos se encuentran condicionados (ver
glosario) por el fin al cuál están dirigidos, que es lograr la felicidad. Desde esta
perspectiva, estos bienes no son verdaderamente bienes en sentido absoluto, ya
que son medios para un fin superior o Bien supremo. Cabe advertir entonces que
en tanto un bien está condicionado, no es un bien en sentido absoluto o estricto.
En este sentido, Kant sostiene que cualquier cosa que consideremos buena, en
tanto la buscamos para obtenerla, no es buena en sí misma y por ende, él no la
denomina un bien. Dentro de su pensamiento solamente es un Bien aquello que
es el principio de nuestro querer, y esto es la buena voluntad (ver glosario). La

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 63


voluntad no es en sí misma buena, dado que puede querer algo y entonces es
un medio para este fin. Es importante destacar que solo cuando la razón es su
directora, la voluntad es buena voluntad. El fin de la razón es el de producir una
buena voluntad: A 1

“La buena voluntad no es buena por lo que efectúe, no es buena por


su adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto; es
buena sólo por el querer, es decir, es buena en sí misma. Considerada
por sí misma es, sin comparación, muchísimo más valiosa que todo lo
que por medio de ella pudiéramos verificar en provecho o gracia de
alguna inclinación (ver glosario) y, si se quiere, de la suma de todas las
inclinaciones”.3

Y más adelante expresa lo siguiente:

“Esta voluntad no ha de ser todo el bien, ni el único bien; pero ha de ser


el bien supremo y la condición de cualquier otro, incluso del deseo de
felicidad (...)”. A 2

Para comprender esta idea kantiana de la buena voluntad como único


bien en sentido absoluto y que está producida por la razón humana, debemos
partir de la distinción que establece Kant con relación a nuestras acciones o
praxis: éstas pueden ser resultado de nuestra inclinación natural o de nuestra
actividad racional pura práctica, esto es, del deber.
Por su parte, tenemos dos grandes reinos que nos contienen: la naturaleza
y la razón. El ser humano es para Kant un ser natural y un ser racional. De
acuerdo a nuestra naturaleza obramos por inclinación, por mera voluntad,
es decir buscando realizar algún fin que consideramos un bien. Dentro de la
naturaleza rige el movimiento teleológico de encadenamientos entre medios
y fines. Pero a este mundo natural se le opone el mundo de la razón que el
ser humano tiene y construye constantemente. Cuando la razón es pura, esto
es, independiente de la experiencia y de la especulación sobre el resultado o
consecuencia de mi acción, se impone a mi voluntad como el deber. A 3 Cabe
advertir que cuando actuamos por inclinación, estamos movidos por el beneficio
que esperamos obtener como resultado de esta acción y, en este caso, nuestra
voluntad no es buena porque no es pura. Pero no es pura ni es buena en sentido
absoluto, aunque pueda darse el caso de que hagamos algo bueno, pero este
bien no fue buscado en sí mismo, sino por algún provecho material o espiritual
que esperamos obtener de esta acción. Por el contrario cuando, actuamos por
deber no nos mueve el fin que pensamos obtener, ni debemos pensar en él.
En ese caso, solamente hay que pensar: ¿Qué debo hacer? Y en el “debo” se
encuentra el principio de la acción que es un fin en sí mismo. Solamente cuando
nuestras acciones responden a la buena voluntad, es decir al deber, es que
poseen verdadero carácter moral (ver glosario).

“(...) una acción hecha por deber tiene su valor moral, no en el propósito
que por medio de ella se quiere alcanzar, sino en la máxima por la cual ha
sido resuelta; no depende, pues, de la realidad del objeto de la acción,
sino meramente del principio del querer, según el cual ha sucedido la
acción, prescindiendo de todos los objetos de la facultad de desear. Por
lo anteriormente dicho se ve claramente que los propósitos que podamos
tener al realizar las acciones, y los efectos de éstas, considerados como
fines y motores de la voluntad, no pueden proporcionar a las acciones
ningún valor absoluto y moral. ¿Dónde, pues, puede residir este valor, ya
que no debe residir en la voluntad, en la relación con los efectos esperados?
No puede residir sino en el principio de la voluntad, prescindiendo de los

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.64


fines que puedan realizarse por medio de la acción; pues la voluntad puesta
entre su principio a priori (ver glosario), que es formal (ver glosario), y su
resorte a posteriori, (ver glosario) que es material (glosario), se encuentra,
por decirlo así, en una encrucijada, y como ha de ser determinada por
algo, tendrá que ser determinada por el principio formal del querer en
general, cuando una acción sucede por deber, puesto que todo principio
material (ver glosario) le ha sido sustraído”.4

Cuando Kant se refiere al principio de la voluntad como un principio a


priori significa, como ya lo dijimos anteriormente, que vamos a obrar movidos por
una idea o concepto que no proviene de la experiencia sino de la misma razón.
De allí que él diga que es formal en cuanto que su naturaleza es conceptual y
abstracta. Por el contrario, un principio material es cuando actúo movido por
la evaluación de un resultado provechoso de la acción a realizar. Es material
porque está interesado en el resultado que considero un bien.

3. Actuar por deber

En este momento de nuestra exposición y siguiendo la exposición de


Kant se nos impone una pregunta: ¿Qué es actuar por deber o por buena
voluntad?:
“(...) el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley”.5

Al concepto de inclinación por el cual estoy motivado bajo el influjo de


mi naturaleza, Kant le opone el concepto de respeto a la ley que proviene de mi
ser racional. La racionalidad humana es el fundamento de las acciones realizadas
por deber y éstas se presentan como acciones movidas por el respeto a la ley.
Actuar por deber es actuar por respeto a la ley, no obstante, cabe advertir que
esta ley no es una ley hecha por lo hombres, sino que es la legalidad propia de
la razón y que por lo tanto nos impone su fuerza a todos los seres racionales.

”Para saber lo que he de hacer para que mi querer sea moralmente bueno,
no necesito ir a buscar muy lejos una penetración especial. (...) bástame
preguntar: ¿puedes querer que tu máxima (ver glosario) se convierta en
ley universal? Si no, es una máxima reprobable y no por algún perjuicio
que pueda ocasionarte, a ti o algún otro, sino porque no puede convenir,
como principio, en una legislación universal posible (...)”.6

Esto lo explica Kant de la siguiente forma: la ley que determina la legalidad


moral de mis acciones es la ley universal de las acciones en general o imperativo
categórico (glosario) que dice así: “yo no debo obrar nunca más que de modo
que pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley universal”.7 ¿Cómo se
aplica esta fórmula universal? Kant lo expone de la siguiente manera:

“¿Podría decirme yo a mí mismo: cada cual puede hacer una promesa


falsa cuando se halla en un apuro del cual no puede salir de otro modo?
Y bien, pronto me doy cuenta de que, si bien puedo querer la mentira, no
puedo querer, empero, una ley universal de mentir; pues según esta ley,
no habría propiamente ninguna promesa, porque sería vano fingir a otros
mi voluntad respecto a mis futuras acciones, pues no creerían ese mi
fingimiento, o si por precipitación lo hicieren, pagaríanme con la misma
moneda; por lo tanto mi máxima, tan pronto como se tornase ley universal
destruiríase a sí misma”.8

Dicho en otras palabras: frente a la toma de decisión tengo que


preguntarme: ¿Debo o no debo (hacer determinada cosa)? La respuesta dada

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en mi propia conciencia y para mí mismo aparece como una orden, es decir, por
ejemplo: “Debo mentir cuando me conviene” o “No debo mentir bajo ninguna
circunstancia”. Esta orden de mi propia conciencia es lo que Kant denomina
máxima subjetiva, es una ley para mí mismo. Para saber si alguna de estas
respuestas es verdaderamente la expresión del deber y por lo tanto tiene valor
moral, tengo que extender esta orden o mandato subjetivo (para mí mismo) a la
universalidad de todos los seres humanos, es decir, que tenga valor para toda
la humanidad. En el ejemplo dado, si yo considero que debo mentir cuando
me conviene esto es verdadero moralmente -está bien- si puedo sostener la
ley universal “Todos los seres humanos deben mentir cuando les conviene”.
Pero si sostengo este último enunciado, es decir: “Todos lo hombres deben
mentir cuando les convenga”, socavo la racionalidad humana, ya que es ilógico
invalidar el valor de verdad que hace posible el conocimiento y la acción (sería
como sostener que es verdadero que la verdad no existe).

Hasta aquí hemos seguido en forma sintética los conceptos


fundamentales del primer capítulo del texto de Kant. A nosotros nos importa
sobre todo caracterizar el concepto de actuar por deber que es tener buena
voluntad, en oposición a actuar por inclinación o conforme al deber (que es
cuando obro por inclinación, pero el resultado está de acuerdo a lo que debía
como ser honesto para conservar un prestigio, o ser honesto porque debo serlo
más allá de cualquier otro fin que no sea el deber mismo). Los seres humanos
generalmente confundimos el actuar conforme al deber a actuar por deber, ya
que en el primer caso estamos obrando calculando el beneficio del resultado
y entonces la razón que está actuando es estratégica y no es una razón pura
práctica como la que exige Kant y que hemos caracterizado como la razón que
produce la buena voluntad o el deber. A 4

4. Libertad o autonomía en la ética del deber

La propuesta ética de Kant introduce la idea de nuestra moralidad de


obrar por principios: esto implica afirmar que tengo mis propias normas de
conciencia que obran orientando mis decisiones en la acción. Esta capacidad
de determinar desde la razón el principio de los actos es propiamente la libertad
del hombre, la evidencia de su posibilidad de autonomía.
Por ser parte de los seres naturales, el ser humano está sometido a la necesidad
propia de cualquier otro ser físico, pero en cuanto somos seres de razón tenemos
libertad. El reino de la libertad es el de la razón por la cual podemos llegar a tener
una vida digna, es decir, una vida que vaya más allá de las necesidades a las
cuales nos ata y nos inclina nuestra naturaleza. A 5

1 Inmanuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las costrumbres, Colección Universa,


Madrid, 1921, p. 30.
2 Op. cit., p. 22.
3 Op. cit., pp. 22-23.
4 Op. cit., p. 32.
5 Op. cit., p. 33.
6 Op. cit., pp. 37-38.
7 Op. cit., p. 35.
8 Op. cit., p. 37.

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asistente académico 1

La ética del deber o de los principios

Dentro de la posición ética kantiana estamos propiamente en el espacio conceptual


donde la palabra deber se vuelve una expresión repleta de sentido. En nuestra
vida cotidiana, de forma vulgar, es decir por una incorporación no reflexiva,
tenemos una cierta idea de lo que esta expresión significa. Vulgarmente decimos
que actuamos debidamente o por deber cuando hacemos algo obedeciendo
algún principio de nuestra conciencia, o una norma social o profesional
establecida. Pero este no es el significado que tiene en Kant esta expresión.
Para Kant, esa forma de actuar que nosotros utilizamos es acorde a lo debido ya
que seguimos una norma interior o externa que nos impone una obligación. Esta
última no tiene fundamento en una idea, no es formal, sino que está sustentada
por una necesidad. Aun cuando nuestra norma interior sea la tranquilidad de
conciencia, que parece tan abstracto, sin embargo para Kant esta tranquilidad
es algo querido y por lo tanto, actúo en interés o por interés de lograr esta
tranquilidad, a la que busco como fin que me hace sentir bien. Todo esto no es
obrar por deber, sino, en todo caso, hago lo debido pero por inclinación.
Actuar por deber es corresponder con mis actos a la buena voluntad que es
buena en sí, en tanto es el deber impuesto por una ley universal de la acción
para todos los seres humanos, ya que está contenida o conforma la misma
racionalidad lógica humana.

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asistente académico 2

La felicidad no es el supremo bien sino la buena voluntad

En la propuesta del modelo teleológico de Aristóteles –modelo que


consiste en la constatación de que la praxis o acción son encadenamientos
de medios y fines donde vamos cumpliendo fines que pasan a ser medios para
otro fin superior al anterior ya logrado y así hasta nuestra muerte– el fin último y
Bien supremo para el ser humano que nunca es medio es la Felicidad. Dentro de
este modelo, la voluntad es el principio de nuestros actos porque ella es la que
quiere, pero no es fin en sí misma.
Por el contrario y en oposición a este modelo, Kant sostiene que la voluntad
es en sí misma principio y fin de nuestros actos, porque es la Buena voluntad
la que constituye el Bien supremo y sin buscar la felicidad la encontramos en la
Buena Voluntad. No nacemos con esta Buena voluntad, esta no es un producto
de la naturaleza humana. Tenemos que hacer nosotros a la voluntad buena; cada
uno tiene que construirla mediante la aplicación de la razón pura a su querer o
voluntad natural.

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asistente académico 3

Actuar por inclinación o actuar por deber

Como ya lo hemos explicado, habría entonces una diferencia sustancial entre


actuar por deber y actuar por inclinación. En un caso es la Razón pura previa
a la acción (Pura Práctica) la que determina el valor de una acción, es decir, si
es buena o no en la medida que ésta se corresponda con la Ley universal o el
Imperativo categórico. La calificación de categórico proviene de la idea de que
estos actos no están condicionados por algo que el individuo quiera lograr. Por
el contrario, actuar por inclinación, o actuar conforme al deber son actos que
provienen de una necesidad o interés material -consecuencia- que es considerada
por una razón que no es pura, es material, es meramente práctica. Estas acciones
son condicionadas de la forma: “si… entonces”, donde la consecuencia es el
principio de mi acción y es la condición que funda el valor del acto.
Estas acciones no poseen, para Kant, verdadero carácter moral; esto
significa que no nos hacen libres, sino que al realizarlos se manifiesta que
somos seres naturales atados a la necesidad. Estos actos carecen, entonces,
del verdadero carácter moral que sería esperable y deseable por la idea de
humanidad que existe en mí.

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asistente académico 4

Ampliación temática:

Dos formas de racionalidad para la acción: razón práctica y razón pura


práctica

Es muy importante para su propia reflexión en la vida activa que usted


pueda distinguir al momento de realizar una elección si ha pensado acerca del
fundamento de esta acción a realizar. No lo proponemos para las actividades
rutinarias cotidianas, pero sí para aquellas situaciones donde lo que hagamos va
a ser parte integrante de nuestro propio ser. Desde la perspectiva psicológica,
se dice hoy que las decisiones que tomamos son parte de la construcción de
nuestro carácter o personalidad.
A este efecto, observe que la razón práctica es la que, en el caso de
Aristóteles, se pone en marcha antes de actuar, si queremos hacer el bien o lo
debido, y evaluamos las consecuencias que van a provocar nuestros actos en
nosotros como individuos y en nosotros como comunidad o entorno social. La
idea de Bien es en este caso una idea que aparece conformada en nuestro medio
social y es transmitida culturalmente por medio de la educación en la familia
y escolarizada. Dentro del contexto del análisis de la razón práctica, el valor
supremo es el Bien Común, que es una conformación socio-política propia de
cada cultura y constituye el núcleo del ethos de ese grupo social. En el caso del
modelo aristotélico, es la justicia del orden político ese Bien Común que nos va
a permitir, si lo tenemos y lo conservamos como ciudadanos, lograr la felicidad
o buena vida individual que buscamos. Por esta razón, esta perspectiva ética
que es parte de la política se refiere a un orden político republicano democrático
donde todos los ciudadanos son iguales ante la ley y son libres de expresarse,
condiciones básicas de una Justicia política democrática.
En el caso de Kant, con su propuesta de actuar por deber, no es relevante
el orden político en el cual vive el individuo que tiene que pensar antes de actuar

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para que sus acciones posean verdadero carácter moral, es decir, para que
ellas le den a él el valor supremo de libertad. Cuando la razón que piensa es,
como en este caso, la razón pura práctica, no realiza evaluaciones sobre las
consecuencias de los actos ni en uno como ser natural que quiera ser feliz o
tener una buena vida, ni en el entorno socio-político motivado por la idea de
Justicia. El individuo tiene que poner en marcha una especie de mecanismo que
ya está instalado en su mente, en su misma capacidad racional, que es encontrar
y cumplir una fórmula válida para cualquier situación en la que me encuentre
necesitado de pensar si actúo bien. Lo que debo hacer es preguntarme a mí
mismo si debo o no debo, Como ya lo explicamos anteriormente, si la respuesta
es que debo, entonces tiene que ser posible que imagine este deber para toda la
humanidad y que el resultado de esta imagen no sea contradictoria en sí misma.
Si lo fuera, no es consistente el imperativo u orden previo a la acción y no debo
realizarla por una necesidad del orden lógico, de la racionalidad humana. Aquí
no hay evaluaciones materiales, esto es un procedimiento formal en el cual
solamente hay que buscar si es lógico o no de acuerdo a los principios básicos
de la lógica (razón pura). En este caso, y solamente en este caso, yo obro por
principio, es decir que el principio de mi acción es esta orden y ella misma es el
fin que imagine, no hay una finalidad externa a esta ley universal que aparece en
mi mente y que constituye el deber.

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asistente académico 5

Fundamento del concepto de dignidad

Es a partir de la propuesta ética kantiana que toma relevancia en nuestra tradición


cultural el concepto de dignidad del ser humano, o de vida digna atribuible al ser
que tiene la posibilidad de lograr bajo ciertas condiciones. Estas condiciones son
las que Kant atribuyó a aquellos actos que solamente el ser humano es el único
capaz de realizar, que son los actos libres. El reino de la libertad es, dentro de
este contexto kantiano, el espacio formal del deber como principio de nuestros
actos, cuando somos capaces de actuar movidos exclusivamente por la libertad
de nuestra Buena Voluntad y no por la inclinación natural de una naturaleza
material atada o sometida a la necesidad. Dentro de este reino logramos una
vida digna, propiamente humana, ya que somos autónomos.
Es también a partir de Kant que toma asimismo relevancia, conjuntamente
con el concepto de dignidad, el concepto de autonomía del individuo, que es
justamente esta situación de libertad que cada ser humano, por el hecho de ser
racional, es capaz de construir para su propia realización como tal.

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información complementaria

Fundamentación de la metafísica de las costumbres


Inmanuel Kant
Capítulo I

Tránsito del conocimiento moral, vulgar de la razón al conocimiento


filosófico

Ni en el mundo, ni, en general, tampoco fuera del mundo, es posible pensar


nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan sólo una
buena voluntad. El entendimiento, el gracejo, el Juicio, o como quieran llamarse
los talentos del espíritu; el valor, la decisión, la perseverancia en los propósitos,
como cualidades del temperamento, son, sin duda, en muchos respectos,
buenos y deseables; pero también pueden llegar a ser extraordinariamente malos
y dañinos si la voluntad que ha de hacer uso de estos dones de la naturaleza,
y cuya peculiar constitución se llama por eso carácter, no es buena. Lo mismo
sucede con los dones de la fortuna. El poder, la riqueza, la honra, la salud misma
y la completa satisfacción y el contento del propio estado, bajo el nombre de
felicidad, dan valor, y tras él, a veces arrogancia, si no existe una buena voluntad
que rectifique y acomode a un fin universal el influjo de esa felicidad y con él
el principio todo de la acción; sin contar con que un espectador razonable e
imparcial, al contemplar las ininterrumpidas bienandanzas de un ser que no
ostenta el menor rasgo de una voluntad pura y buena, no podrá nunca tener
satisfacción, y así parece constituir la buena voluntad la indispensable condición
que nos hace dignos de ser felices.

Algunas cualidades son incluso favorables a esa buena voluntad y pueden


facilitar muy mucho su obra; pero, sin embargo, no tienen un valor interno
absoluto, sino que siempre presuponen una buena voluntad que restringe la
alta apreciación que solemos -con razón, por lo demás- tributarles y no nos
permite considerarlas como absolutamente buenas. La mesura en las afecciones
y pasiones, el dominio de sí mismo, la reflexión sobria, no son buenas solamente
en muchos respectos, sino que hasta parecen constituir una parte del valor
interior de la persona; sin embargo, están muy lejos de poder ser definidas como
buenas sin restricción -aunque los antiguos las hayan apreciado así en absoluto-.
Pues sin los principios de una buena voluntad, pueden llegar a ser harto malas; y
la sangre fría de un malvado, no sólo lo hace mucho más peligroso, sino mucho
más despreciable inmediatamente a nuestros ojos de lo que sin eso pudiera ser
considerado.

La buena voluntad no es buena por lo que efectúe o realice, no es buena


por su adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto; es
buena sólo por el querer, es decir, es buena en sí misma. Considerada por sí
misma, es, sin comparación, muchísimo más valiosa que todo lo que por medio
de ella pudiéramos verificar en provecho o gracia de alguna inclinación y, si
se quiere, de la suma de todas las inclinaciones. Aun cuando, por particulares
enconos del azar o por la mezquindad de una naturaleza madrastra, le faltase
por completo a esa voluntad la facultad de sacar adelante su propósito; si, a
pesar de sus mayores esfuerzos, no pudiera llevar a cabo nada y sólo quedase
la buena voluntad -no desde luego como un mero deseo, sino como el acopio de
todos los medios que están en nuestro poder-, sería esa buena voluntad como
una joya brillante por sí misma, como algo que en sí mismo poseo su pleno

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.70


valor. La utilidad o la esterilidad no pueden ni añadir ni quitar nada a ese valor.
Serían, por decirlo así, como la montura, para poderla tener más a la mano en el
comercio vulgar o llamar la atención de los poco versados-, que los peritos no
necesitan de tales reclamos para determinar su valor.

Sin embargo, en esta idea del valor absoluto de la mera voluntad, sin que
entre en consideración ningún provecho al apreciarla, hay algo tan extraño
que, prescindiendo de la conformidad en que la razón vulgar misma está con
ella, tiene que surgir la sospecha de que acaso el fundamento de todo esto sea
meramente una sublime fantasía y que quizá hayamos entendido falsamente el
propósito de la naturaleza, al darle a nuestra voluntad la razón como directora.
Por lo cual vamos a examinar esa idea desde este punto de vista.

Admitimos como principio que en las disposiciones naturales de un ser


organizado, esto es, arreglado con finalidad para la vida, no se encuentra un
instrumento, dispuesto para un fin, que no sea el más propio y adecuado para
ese fin. Ahora bien; si en un ser que tiene razón y una voluntad, fuera el fin
propio de la naturaleza su conservación, su bienandanza, en una palabra, su
felicidad, la naturaleza habría tomado muy mal sus disposiciones al elegir la
razón de la criatura para encargarla de realizar aquel su propósito. Pues todas
las acciones que en tal sentido tiene que realizar la criatura y la regla toda de su
conducta se las habría prescrito con mucha mayor exactitud el instinto; y éste
hubiera podido conseguir aquel fin con mucha mayor seguridad que la razón
puede nunca alcanzar. Y si había que gratificar a la venturosa criatura además
con la razón, ésta no tenía que haberle servido sino para hacer consideraciones
sobre la feliz disposición de su naturaleza, para admirarla, regocijarse por ella y
dar las gracias a la causa bienhechora que así la hizo, mas no para someter su
facultad de desear a esa débil y engañosa dirección, echando así por tierra el
propósito de la naturaleza; en una palabra, la naturaleza habría impedido que la
razón se volviese hacia el uso práctico y tuviese el descomedimiento de meditar
ella misma, con sus endebles conocimientos, el bosquejo de la felicidad y de los
medios a ésta conducentes; la naturaleza habría recobrado para sí, no sólo la
elección de los fines, sino también de los medios mismos, y con sabia precaución
hubiéralos ambos entregado al mero instinto.

En realidad, encontramos que cuanto más se preocupa una razón cultivada


del propósito de gozar la vida y alcanzar la felicidad, tanto más el hombre se
aleja de la verdadera satisfacción; por lo cual muchos, y precisamente los más
experinientados en el uso de la razón, acaban por sentir -sean lo bastante
sinceros para confesarlo - cierto grado de misología u odio a la razón, porque,
computando todas las ventajas que sacan, no digo ya de la invención de las
artes todas del lujo vulgar, sino incluso de las ciencias -que al fin y al cabo
aparécenles como un lujo del entendimiento-, encuentran, sin embargo, que
se han echado encima más penas y dolores que felicidad hayan podido ganar,
y más bien envidian que desprecian al hombre vulgar, que está más propicio
a la dirección del mero instinto natural y no consiente a su razón que ejerza
gran influencia en su hacer y omitir. Y hasta aquí hay que confesar que el juicio
de los que rebajan mucho y hasta declaran inferiores a cero los rimbombantes
encomios de los grandes provechos que la razón nos ha de proporcionar para
el negocio de la felicidad y satisfacción en la vida, no es un juicio de hombres
entristecidos o desagradecidos a las bondades del gobierno del universo; que
en esos tales juicios está implícita la idea de otro y mucho más digno propósito y
fin de la existencia, para el cual, no para la felicidad, está destinada propiamente
la razón; y ante ese fin, como suprema condición, deben inclinarse casi todos los
peculiares fines del hombre.

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Pues como la razón no es bastante apta para dirigir seguramente a la
voluntad, en lo que se refiere a los objetos de ésta y a la satisfacción de nuestras
necesidades -que en parte la razón misma multiplica-, a cuyo fin nos hubiera
conducido mucho mejor un instinto natural ingénito; como, sin embargo, por
otra parte, nos ha sido concedida la razón como facultad práctica, es decir, como
una facultad que debe tener influjo sobre la voluntad, resulta que el destino
verdadero de la razón tiene que ser el de producir una voluntad buena, no en tal
o cual respecto, como medio, sino buena en sí misma, cosa para lo cual era la
razón necesaria absolutamente, si es así que la naturaleza en la distribución de
las disposiciones ha procedido por doquiera con un sentido de finalidad.

Esta voluntad no ha de ser todo el bien, ni el único bien; pero ha de ser


el bien supremo y la condición de cualquier otro, incluso el deseo de felicidad,
en cuyo caso se puede muy bien hacer compatible con la sabiduría de la
naturaleza, si se advierte que el cultivo de la razón, necesario para aquel fin
primero e incondicionado, restringe en muchos modos, por lo menos en esta
vida, la consecución del segundo fin, siempre condicionado, a saber: la felicidad,
sin que por ello la naturaleza se conduzca contrariamente a su sentido finalista,
porque la razón, que reconoce su destino práctico supremo en la fundación de
una voluntad buena, no puede sentir en el cumplimiento de tal propósito más
que una satisfacción de especie peculiar, a saber, la que nace de la realización
de un fin que sólo la razón determina, aunque ello tenga que ir unido a algún
quebranto para los fines de la inclinación.

Para desenvolver el concepto de una voluntad digna de ser estimada por


sí misma, de una voluntad buena sin ningún propósito ulterior, tal como ya se
encuentra en el sano entendimiento natural, sin que necesite ser enseñado, sino,
más bien explicado, para desenvolver ese concepto que se halla siempre en la
cúspide de toda la estimación que hacemos de nuestras acciones y que es la
condición de todo lo demás, vamos a considerar el concepto del deber, que
contiene el de una voluntad buena, si bien bajo ciertas restricciones y obstáculos
subjetivos, los cuales, sin embargo, lejos de ocultarlo y hacerlo incognoscible,
más bien por contraste lo hacen resaltar y aparecer con mayor claridad.

Prescindo aquí de todas aquellas acciones conocidas ya como contrarias


al deber, aunque en este o aquel sentido puedan ser útiles; en efecto, en ellas
ni siquiera se plantea la cuestión de si pueden suceder por deber, puesto que
ocurren en contra de éste. También dejaré a un lado las acciones que, siendo
realmente conformes al deber, no son de aquellas hacia las cuales el hombre
siente inclinación inmediatamente; pero, sin embargo, las lleva a cabo porque
otra inclinación le empuja a ello. En efecto; en estos casos puede distinguirse
muy fácilmente si la acción conforme al deber ha sucedido por deber o por una
intención egoísta. Mucho más difícil de notar es esa diferencia cuando la acción
es conforme al deber y el sujeto, además, tiene una inclinación inmediata hacia
ella. Por ejemplo: es, desde luego, conforme al deber que el mercader no cobre
más caro a un comprador inexperto; y en los sitios donde hay mucho comercio,
el comerciante avisado y prudente no lo hace, en efecto, sino que mantiene un
precio fijo para todos en general, de suerte que un niño puede comprar en su
casa tan bien como otro cualquiera. Así, pues, uno es servido honradamente.
Mas esto no es ni mucho menos suficiente para creer que el mercader haya
obrado así por deber, por principios de honradez: su provecho lo exigía; mas no
es posible admitir además que el comerciante tenga una inclinación inmediata
hacia los compradores, de suerte que por amor a ellos, por decirlo así, no haga
diferencias a ninguno en el precio. Así, pues, la acción no ha sucedido ni por
deber ni por inclinación inmediata, sino simplemente con una intención egoísta.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.72


En cambio, conservar cada cual su vida es un deber, y además todos
tenemos una inmediata inclinación a hacerlo así. Mas, por eso mismo, el
cuidado angustioso que la mayor parte de los hombres pone en ello no tiene
un valor interior, y la máxima que rige ese cuidado carece de un contenido
moral. Conservan su vida conformemente al deber, sí; pero no por deber. En
cambio, cuando las adversidades y una pena sin consuelo han arrebatado a un
hombre todo el gusto por la vida, si este infeliz, con ánimo entero y sintiendo más
indignación que apocamiento o desaliento, y aun deseando la muerte, conserva
su vida, sin amarla, sólo por deber y no por inclinación o miedo, entonces su
máxima sí tiene un contenido moral.

Ser benéfico en cuanto se puede es un deber; pero, además, hay muchas


almas tan llenas de conmiseración, que encuentran un placer íntimo en distribuir
la alegría en tomo suyo, sin que a ello les impulse ningún movimiento de vanidad
o de provecho propio, y que pueden regocijarse del contento de los demás, en
cuanto que es su obra. Pero yo sostengo que, en tal caso, semejantes actos, por
muy conformes que sean al deber, por muy dignos de amor que sean, no tienen,
sin embargo, un valor moral verdadero y corren parejas con otras inclinaciones;
por ejemplo, con el afán de honras, el cual, cuando, por fortuna, se refiere a
cosas que son en realidad de general provecho, conformes al deber y, por tanto,
honrosas, merece alabanzas y estímulos, pero no estimación; pues le falta a la
máxima contenido moral, esto es, que las tales acciones sean hechas, no por
inclinación, sino por deber.

Pero supongamos que el ánimo de ese filántropo está envuelto en las


nubes de un propio dolor, que apaga en él toda conmiseración por la suerte
del prójimo; supongamos, además, que le queda todavía con qué hacer el bien
a otros miserables, aunque la miseria ajena no lo conmueve, porque lo basta
la suya para ocuparle; si entonces, cuando ninguna inclinación le empuja a
ello, sabe desasirse de esa mortal insensibilidad y realiza la acción benéfica sin
inclinación alguna, sólo por deber, entonces, y sólo entonces, posee esta acción
su verdadero valor moral. Pero hay más aún: un hombre a quien la naturaleza
haya puesto en el corazón poca simpatía; un hombre que, siendo, por lo demás,
honrado, fuese de temperamento frío e indiferente a los dolores ajenos, acaso
porque él mismo acepta los suyos con el don peculiar de la paciencia y fuerza
de resistencia, y supone estas mismas cualidades, o hasta las exige, igualmente
en los demás; un hombre como éste -que no sería de seguro el peor producto
de la naturaleza-, desprovisto de cuanto es necesario para ser un filántropo, ¿no
encontraría, sin embargo, en sí mismo cierto germen capaz de darle un valor
mucho más alto que el que pueda derivarse de un temperamento bueno? ¡Es
claro que sí! Precisamente en ello estriba el valor del carácter moral, del carácter
que, sin comparación, es el supremo: en hacer el bien, no por inclinación, sino
por deber.

Asegurar la felicidad propia es un deber -al menos indirecto-; pues el que no


está contento con su estado, el que se ve apremiado por muchos cuidados, sin
tener satisfechas sus necesidades, pudiera fácilmente ser víctima de la tentación
de infringir sus deberes. Pero, aun sin referirnos aquí al deber, ya tienen los
hombres todos por sí mismos una poderosísima e íntima inclinación hacia la
felicidad, porque justamente en esta idea se reúnen en suma total todas las
inclinaciones. Pero el precepto de la felicidad está las más veces constituido de
tal suerte que perjudica grandemente a algunas inclinaciones, y, sin embargo,
el hombre no puede hacerse un concepto seguro y determinado de esa suma
de la satisfacción de todas ellas, bajo el nombre de felicidad; por lo cual no
es de admirar que una inclinación única, bien determinada en cuanto a lo
que ordena y al tiempo en que cabe satisfacerla, pueda vencer una idea tan

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 73


vacilante, y algunos hombres -por ejemplo, uno que sufra de la gota- puedan
preferir saborear lo que les agrada y sufrir lo que sea preciso, porque, según su
apreciación, no van a perder el goce del momento presente por atenerse a las
esperanzas, acaso infundadas, de una felicidad que debe hallarse en la salud.
Pero aun en este caso, aunque la universal tendencia a la felicidad, no determine
su voluntad, aunque la salud no entre para él tan necesariamente en los términos
de su apreciación, queda, sin embargo, aquí, como en todos los demás casos,
una ley, a saber: la de procurar cada cual su propia felicidad, no por inclinación,
sino por deber, y sólo entonces tiene su conducta un verdadero valor moral.

Así hay que entender, sin duda alguna, los pasajes de la Escritura en donde
se ordena que amemos al prójimo, incluso al enemigo. En efecto, el amor, como
inclinación, no puede ser mandado; pero hacer el bien por deber, aun cuando
ninguna inclinación empuje a ello y hasta se oponga una aversión natural e
invencible, es amor práctico y no patológico, amor que tiene su asiento en la
voluntad y no en una tendencia de la sensación, que se funda en principios de la
acción y no en tierna compasión, y éste es el único que puede ser ordenado.

La segunda proposición es ésta: una acción hecha por deber tiene su valor
moral, no en el propósito que por medio de ella se quiere alcanzar, sino en la
máxima por la cual ha sido resuelta; no depende, pues, de la realidad del objeto
de la acción, sino meramente del principio del querer, según el cual ha sucedido
la acción, prescindiendo de todos los objetos de la facultad del desear. Por lo
anteriormente dicho se ve con claridad que los propósitos que podamos tener al
realizar las acciones, y los efectos de éstas, considerados como fines y motores
de la voluntad, no pueden proporcionar a las acciones ningún valor absoluto
y moral. ¿Dónde, pues, puede residir este valor, ya que no debe residir en la
voluntad, en la relación con los efectos esperados? No puede residir sino en el
principio de la voluntad, prescindiendo de los fines que puedan realizarse por
medio de la acción, pues la voluntad, puesta entre su principio a priori, que es
formal, y su resorte a posteriori, que es material, se encuentra, por decirlo así,
en una encrucijada, y como ha de ser determinada por algo, tendrá que ser
determinada por el principio formal del querer en general, cuando una acción
sucede por deber, puesto que todo principio material le ha sido sustraído.

La tercera proposición, consecuencia de las dos anteriores, la formularía


yo de esta manera: el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley.
Por el objeto, como efecto de la acción que me propongo realizar, puedo, sí,
tener inclinación, mas nunca respeto, justamente porque es un efecto y no una
actividad de unía voluntad. De igual modo, por una inclinación en general, ora
sea mía, ora sea de cualquier otro, no puedo tener respeto: a lo sumo, puedo,
en el primer caso, aprobarla y, en el segundo, a veces incluso amarla, es decir,
considerarla como favorable a mi propio provecho. Pero objeto del respeto, y por
ende mandato, sólo puede serlo aquello que se relacione con mi voluntad como
simple fundamento y nunca como efecto, aquello que no esté al servicio de mi
inclinación, sino que la domine, al menos la descarte por completo en el cómputo
de la elección, esto es, la simple ley en sí misma. Una acción realizada por deber
tiene, empero, que excluir por completo el influjo de la inclinación, y con ésta
todo objeto de la voluntad; no queda, pues, otra cosa que pueda determinar la
voluntad, si no es, objetivamente, la ley y, subjetivamente, el respeto puro a esa
ley práctica, y, por tanto, la máxima2 de obedecer siempre a esa ley, aun con
perjuicio de todas mis inclinaciones.

Así, pues, el valor moral de la acción no reside en el efecto que de ella


se espera, ni tampoco, por consiguiente, en ningún principio de la acción que
necesite tomar su fundamento determinante en ese efecto esperado, pues todos

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esos efectos -el agrado del estado propio, o incluso el fomento de la felicidad
ajena -pudieron realizarse por medio de otras causas, y no hacía falta para ello
la voluntad de un ser racional, que es lo único en donde puede, sin embargo,
encontrarse el bien supremo y absoluto. Por tanto, no otra cosa, sino sólo la
representación de la ley en sí misma -la cual desde luego no se encuentra
más que en el ser racional-, en cuanto que ella y no el efecto esperado es el
fundamento determinante de la voluntad, puede constituir ese bien tan excelente
que llamamos bien moral, el cual está presente ya en la persona misma que obra
según esa ley, y que no es lícito esperar de ningún efecto de la acción3.

Pero ¿cuál puede ser esa ley cuya representación, aun sin referirnos al
efecto que se espera de ella, tiene que determinar la voluntad, para que ésta
pueda llamarse buena en absoluto y sin restricción alguna? Como he sustraído
la voluntad a todos los afanes que pudieran apartarla del cumplimiento de una
ley, no queda nada más que la universal legalidad de las acciones en general
-que debe ser el único principio de la voluntad-; es decir, yo no debo obrar
nunca más que de modo que pueda querer que mi máxima deba convertirse en
ley universal. Aquí es la mera legalidad en general -sin poner por fundamento
ninguna ley determinada a ciertas acciones- la que sirve de principio a la voluntad,
y tiene que servirle de principio si el deber no ha de ser por doquiera una vana
ilusión y un concepto quimérico; y con todo esto concuerda perfectamente la
razón vulgar de los hombres en sus juicios prácticos, y el principio citado no se
aparta nunca de sus ojos.

Sea, por ejemplo, la pregunta siguiente: ¿me es lícito, cuando me hallo


apurado, hacer una promesa con el propósito de no cumplirla? Fácilmente hago
aquí la diferencia que puede comportar la significación de la pregunta: de si es
prudente o de si es conforme al deber hacer una falsa promesa. Lo primero puede
suceder, sin duda, muchas veces. Ciertamente, veo muy bien que no es bastante
el librarme, por medio de ese recurso, de una perplejidad presente, sino que
hay que considerar detenidamente si no podrá ocasionarme luego esa mentira
muchos más graves contratiempos que estos que ahora consigo eludir; y como
las consecuencias, a pesar de cuanta astucia me precie de tener, no son tan
fácilmente previsibles que no pueda suceder que la pérdida de la confianza en
mí sea mucho más desventajosa para mí que el daño que pretendo ahora evitar,
habré de considerar si no sería más sagaz conducirme en este punto según
una máxima universal y adquirir la costumbre de no prometer nada sino con el
propósito de cumplirlo. Pero pronto veo claramente que una máxima como ésta
se funda sólo en las consecuencias inquietantes. Ahora bien; es cosa muy distinta
ser veraz por deber de serlo o serlo por temor a las consecuencias perjudiciales;
porque, en el primer caso, el concepto de la acción en sí mismo contiene ya una
ley para mí, y en el segundo, tengo que empezar por observar alrededor cuáles
efectos para mí puedan derivarse de la acción. Si me aparto del principio del
deber, de seguro es ello malo; pero si soy infiel a mi máxima de la sagacidad,
puede ello a veces serme provechoso, aun cuando desde luego es más seguro
permanecer adicto a ella. En cambio, para resolver de la manera más breve, y
sin engaño alguno, la pregunta de si una promesa mentirosa es conforme al
deber, me bastará preguntarme a mí mismo: ¿me daría yo por satisfecho si mi
máxima -salir de apuros por medio de una promesa mentirosa- debiese valer
como ley universal tanto para mí como para los demás? ¿Podría yo decirme
a mí mismo: cada cual puede hacer una promesa falsa cuando se halla en un
apuro del que no puede salir de otro modo? Y bien pronto me convenzo de que,
si bien puedo querer la mentira, no puedo querer, empero, una ley universal de
mentir; pues, según esta ley, no habría propiamente ninguna promesa, porque
sería vano fingir a otros mi voluntad respecto de mis futuras acciones, pues no
creerían ese mi fingimiento, o si, por precipitación lo hicieren, pagaríanme con la

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 75


misma moneda; por tanto, mi máxima, tan pronto como se tornase ley universal,
destruiríase a sí misma.

Para saber lo que he de hacer para que mi querer sea moralmente bueno,
no necesito ir a buscar muy lejos una penetración especial. Inexperto en lo que
se refiere al curso del mundo; incapaz de estar preparado para los sucesos todos
que en él ocurren, bástame preguntar: ¿puedes creer que tu máxima se convierta
en ley universal? Si no, es una máxima reprobable, y no por algún perjuicio que
pueda ocasionarte a ti o a algún otro, sino porque no puede convenir, como
principio, en una legislación universal posible; la razón, empero, me impone
respeto inmediato por esta universal legislación, de la cual no conozco aún
ciertamente el fundamento -que el filósofo habrá de indagar-; pero al menos
comprendo que es una estimación del valor, que excede en mucho a todo valor
que se aprecie por la inclinación, y que la necesidad de mis acciones por puro
respeto a la ley práctica es lo que constituye el deber, ante el cual tiene que
inclinarse cualquier otro fundamento determinante, porque es la condición de
una voluntad buena en sí, cuyo valor está por encima de todo.

Así, pues, hemos negado al principio del conocimiento moral de la razón


vulgar del hombre. La razón vulgar no precisa este principio así abstractamente
y en una forma universal; pero, sin embargo, lo tiene continuamente ante los ojos
y lo usa como criterio en sus enjuiciamientos. Fuera muy fácil mostrar aquí cómo,
con este compás en la mano, sabe distinguir perfectamente en todos los casos
que ocurren qué es bien, qué mal, qué conforme al deber o contrario al deber,
cuando, sin enseñarle nada nuevo, se le hace atender tan sólo, como Sócrates
hizo, a su propio principio, y que no hace falta ciencia ni filosofía alguna para
saber qué es lo que se debe hacer para ser honrado y bueno y hasta sabio y
virtuoso. Y esto podía haberse sospechado de antemano: que el conocimiento
de lo que todo hombre está obligado a hacer y, por tanto, también a saber, es
cosa que compete a todos los hombres, incluso al más vulgar. Y aquí puede
verse, no sin admiración, cuán superior es la facultad práctica de juzgar que
la teórica en el entendimiento vulgar humano. En esta última, cuando la razón
vulgar se atreve a salirse de las leyes de la experiencia y de las percepciones
sensibles, cae en meras incomprensibilidades y contradicciones consigo
misma, al menos en un caos de incertidumbre, oscuridad y vacilaciones. En lo
práctico, en cambio, comienza la facultad de juzgar, mostrándose ante todo muy
provechosa, cuando el entendimiento vulgar excluye de las leyes prácticas todos
los motores sensibles. Y luego llega hasta la sutileza, ya sea que quiera, con su
conciencia u otras pretensiones, disputar con respecto a lo que deba llamarse
justo, ya sea que quiera sinceramente, para su propia enseñanza, determinar
el valor de las acciones; y, lo que es más frecuente, puede en este último caso
abrigar la esperanza de acertar, ni más ni menos que un filósofo, y hasta casi con
más seguridad que último, porque el filósofo no puede disponer de otro principio
que el mismo del hombre vulgar; pero, en cambio, puede muy bien enredar su
juicio en multitud de consideraciones extrañas y ajenas al asunto y apartarlo así
de la dirección recta. ¿No se da, pues, lo mejor atenerse, en las cosas morales,
al juicio de la razón vulgar y, a lo sumo, emplear la filosofía sólo para exponer
cómodamente, en manera completa y fácil de comprender, el sistema de las
costumbres y las reglas de las mismas para el uso -aunque más aún para la
disputa-, sin quitarle al entendimiento humano vulgar, en el sentido práctico, su
venturosa simplicidad, ni empujarle con la filosofía por un nuevo camino de la
investigación y enseñanza?

¡Qué magnífica es la inocencia! Pero ¡qué desgracia que no se pueda


conservar bien y se deje fácilmente seducir! Por eso la sabiduría misma -que
consiste más en el hacer y el omitir que en el saber- necesita de la ciencia, no para

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.76


aprender de ella, sino para procurar a su precepto acceso y duración. El hombre
siente en sí mismo una poderosa fuerza contraria a todos los mandamientos del
deber, que la razón le presenta tan dignos de respeto; consiste esa fuerza contraria
en sus necesidades y sus inclinaciones, cuya satisfacción total comprende bajo
el nombre de felicidad. Ahora bien; la razón ordena sus preceptos, sin prometer
con ello nada a las inclinaciones, severamente y, por ende, con desprecio, por
decirlo así, y desatención hacia esas pretensiones tan impetuosas y a la vez
tan aceptables al parecer -que ningún mandamiento consigue nunca anular-.
De aquí se origina una dialéctica natural, esto es, una tendencia a discutir esas
estrechas leyes del deber, a poner en duda su validez, o al menos su pureza y
severidad estricta, a acomodarlas en lo posible a nuestros deseos y a nuestras
inclinaciones, es decir, en el fondo, a pervertirlas y a privarlas de su dignidad,
cosa que al fin y al cabo la misma razón práctica vulgar no puede aprobar.

De esta suerte, la razón humana vulgar se ve empujada, no por necesidad


alguna de especulación -cosa que no le ocurre nunca mientras se contenta con
ser simplemente la sana razón-, sino por motivos prácticos, a salir de su círculo
y dar un paso en el campo de una filosofía práctica, para recibir aquí enseñanza
y clara advertencia acerca del origen de su principio y exacta determinación del
mismo, en contraposición con las máximas que radican en las necesidades e
inclinaciones; así podrá salir de su perplejidad sobre las pretensiones de ambas
partes y no corre peligro de perder los verdaderos principios morales por la
ambigüedad en que fácilmente cae. Se va tejiendo, pues, en la razón práctica
vulgar, cuando se cultiva, una dialéctica inadvertida, que le obliga a pedir ayuda
a la filosofía, del mismo modo que sucede en el uso teórico, y ni la práctica ni la
teórica encontrarán paz y sosiego a no ser en una crítica completa de nuestra
razón.

2 http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01362842104592728687891/not0001.htm- N_2
3 http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01362842104592728687891/not0001.htm- N_3_

m4 material

Material Básico:

• Material de cátedra desarrollado en los contenidos y actividades del


módulo.

Material Complementario:

• Arendt, Hannah, “El pensar y las reflexiones morales”, en De la historia a la


acción, Ed. Paidós, 1997.
• Aristóteles, Etica nicomaquea, Ed.Harla, México, 1990.
• Kant, Inmanuel, Fundamentación de la metafísica de las costumbres,
Colección Universal, Madrid, 1921.
• Hobbes, Th., Leviathan, Vol. 1, Editorial Planeta, Barcelona, 1996.
• Maquiavelo, N., El príncipe, Ed. Pléyade, España, 1964.
• MacIntyre, Alasdair, Historia de la Ética, Editorial Paidós, España, 1994.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 77


m4 actividades

m4 | actividad 1

¿Cuál es el principio de mi acción? Actuar por inclinación

“En el gremio de empleados de la Municipalidad de Villa la Concepción, Roberto se


encuentra trabajando como comunicador institucional y relacionista. Desde hace un
tiempo, él está muy interesado en realizar un curso de perfeccionamiento a cargo
del Departamento de Extensión de la Universidad estatal. El interés de Roberto
reside en el hecho de que con frecuencia ha tenido que participar como mediador en
situaciones de conflicto de intereses entre los asociados y la dirección del gremio y,
en aquellas instancias, ha advertido la ausencia de la seguridad conceptual y teórica
necesaria para fundamentar los consejos que él daba a las partes implicadas en el
conflicto, al momento de intentar lograr una conciliación entre ambas posiciones.
La última situación conflictiva radicó en que la anterior dirección gremial había
dispuesto una norma por la que los asociados no podían usar las instalaciones
del gremio con fines particulares. Raúl, un antiguo empleado municipal y socio
fundador del gremio, no atendía a las exigencias de las normas y, sin plantear
explícitamente el tema, utilizaba las instalaciones cuando las necesitaba. El
Director y la Comisión de Regulación de la dirección estaban al tanto de estos
hechos, y pensaron que a través de la mediación de Roberto podía plantearse
a Raúl que no estaba bien lo que él hacía. En esta ocasión, aunque Roberto
conocía la norma, el sabía que ante Raúl, dada la antigüedad de su participación
como miembro del gremio, no iba a ser fácil elaborar argumentos para exigirle
el cumplimiento de la norma. Efectivamente, los hechos corroboraron su temor
a fracasar como mediador. En una entrevista con Raúl, en cuanto Roberto
mencionó la existencia de una norma, el primero se retiró muy enojado de la
reunión y se negó a escuchar razones.
Debido a que Raúl es un miembro cuya antigüedad pesa en los demás asociados
del gremio, esta actitud no pasó ignorada por todos y se escucharon muchos
comentarios en pro de la actitud de Raúl y algunos en contra, lo cual condujo a que
se instaure un estado de incomunicación e insatisfacción por parte de todos.
En el presente módulo hemos desarrollado la posición ética de Kant. En
esta instancia le sugerimos complementar dichos conceptos con la siguiente
información, a los fines de contar con más elementos para responder a los
siguientes interrogantes: A 1
a- Raúl, pese a conocer la existencia de la norma, no la obedece. ¿Podría usted
explicar que Raúl actúa por inclinación usando este concepto de Kant?
b- Desarrolle una explicación que justifique la respuesta del punto anterior y
amplíe el concepto de “actuar por inclinación”. Para ello le proponemos
utilizar los elementos conceptuales propios del marco conceptual ofrecido en
los contenidos del presente módulo.
c- La Dirección del gremio valora la conducta de Raúl y considera que la misma
“no está bien”. Desde su punto de vista, ¿esta respuesta posee un fundamento
en las consecuencias que acarrea el no obedecer la norma? ¿Por ejemplo, la
pérdida de prestigio de la Dirección del gremio ante el Intendente? Para Kant,
¿habría otro fundamento para esta evaluación negativa? ¿Cuál podría ser este?
d- La conducta de la Dirección del gremio respecto a la actitud de Raúl consiste
en intentar que este obedezca la norma. ¿Usted considera que esta posición
se encuadra en la categoría conceptual de Kant de “actuar por deber”?
Fundamente su respuesta.
e- Le proponemos ampliar y complejizar la respuesta desarrollada anteriormente,
en función de los conceptos presentados en los contenidos del módulo.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.78


m4 | actividad 1 | AA

asistente académico 1

Ampliación Temática:

Dos formas de racionalidad para la acción: razón práctica y razón pura


práctica

Es muy importante para su propia reflexión en la vida activa que usted


pueda distinguir al momento de realizar una elección si ha pensado acerca del
fundamento de esta acción a realizar. No lo proponemos para las actividades
rutinarias cotidianas, pero sí para aquellas situaciones donde lo que hagamos va
a ser parte integrante de nuestro propio ser. Desde la perspectiva psicológica,
se dice hoy que las decisiones que tomamos son parte de la construcción de
nuestro carácter o personalidad.
A este efecto, observe que la razón práctica es la que, en el caso de
Aristóteles, se pone en marcha antes de actuar, si queremos hacer el bien o lo
debido, y evaluamos las consecuencias que van a provocar nuestros actos en
nosotros como individuos y en nosotros como comunidad o entorno social. La
idea de Bien es en este caso una idea que aparece conformada en nuestro medio
social y es transmitida culturalmente por medio de la educación en la familia
y escolarizada. Dentro del contexto del análisis de la razón práctica, el valor
supremo es el Bien Común, que es una conformación socio-política propia de
cada cultura y constituye el núcleo del ethos de ese grupo social. En el caso del
modelo aristotélico, es la justicia del orden político ese Bien Común que nos va
a permitir, si lo tenemos y lo conservamos como ciudadanos, lograr la felicidad
o buena vida individual que buscamos. Por esta razón, esta perspectiva ética
que es parte de la política se refiere a un orden político republicano democrático
donde todos los ciudadanos son iguales ante la ley y son libres de expresarse,
condiciones básicas de una Justicia política democrática.
En el caso de Kant, con su propuesta de actuar por deber, no es relevante
el orden político en el cual vive el individuo que tiene que pensar antes de actuar
para que sus acciones posean verdadero carácter moral, es decir, para que
ellas le den a él el valor supremo de libertad. Cuando la razón que piensa es,
como en este caso, la razón pura práctica, no realiza evaluaciones sobre las
consecuencias de los actos ni en uno como ser natural que quiera ser feliz o
tener una buena vida, ni en el entorno socio-político motivado por la idea de
Justicia. El individuo tiene que poner en marcha una especie de mecanismo que
ya está instalado en su mente, en su misma capacidad racional, que es encontrar
y cumplir una fórmula válida para cualquier situación en la que me encuentre
necesitado de pensar si actúo bien. Lo que debo hacer es preguntarme a mí
mismo si debo o no debo, Como ya lo explicamos anteriormente, si la respuesta
es que debo, entonces tiene que ser posible que imagine este deber para toda la
humanidad y que el resultado de esta imagen no sea contradictoria en sí misma.
Si lo fuera, no es consistente el imperativo u orden previo a la acción y no debo
realizarla por una necesidad del orden lógico, de la racionalidad humana. Aquí
no hay evaluaciones materiales, esto es un procedimiento formal en el cual
solamente hay que buscar si es lógico o no de acuerdo a los principios básicos
de la lógica (razón pura). En este caso, y solamente en este caso, yo obro por
principio, es decir que el principio de mi acción es esta orden y ella misma es el
fin que imagine, no hay una finalidad externa a esta ley universal que aparece en
mi mente y que constituye el deber.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 79


m4 | actividad 2

¿Cuál es el principio de mi acción? Actuar conforme al deber

En la actividad anterior se ha presentado una situación problemática que ha


afectado al gremio de empleados de la Municipalidad de Villa la Concepción.

En aquella situación, la Dirección del gremio consideraba que el tema era de


suma importancia y, por esta razón, pidieron a Roberto que mediara a los fines
de que este hecho no fuera conocido por el Intendente. No es un dato menor
advertir que este último, con frecuencia, se había mostrado interesado en
encontrar defectos funcionales en el gremio, con el objetivo de desautorizar a la
Dirección actual del mismo.

a- Desde la perspectiva ética kantiana, ¿usted considera factible sostener que la


Dirección del gremio actúa por deber al intentar que Raúl obedezca la norma
establecida? ¿Qué fundamentos utilizaría para sustentar su respuesta?

b- Desde su punto de vista, y en función de los contenidos estudiados a lo largo


del módulo, ¿podría sostenerse con fundamento que la Dirección del gremio
pretende que Raúl actúe “conforme al deber”? Le proponemos explicitar las
razones sobre las que se apoya su respuesta.

m4 | actividad 3

¿Cuál es el principio de mi acción? Actuar por deber

Por su parte, Roberto tiene mucho interés en solucionar esta situación, ya que él
tiene claramente establecido como principio de sus actos que más allá de todos
los intereses en juego, hay que analizar qué pretensión se tiene respecto de que
se respete la verdad y la coherencia como valores universales. A él no le importa
que la mitad de los miembros del gremio, amigos de años de Raúl, lo critiquen y
le retiren el saludo si él obrara como ellos no quieren ni esperan. Él va a actuar
como es debido.

a- La decisión de Roberto ha sido “actuar como es debido”. Desarrolle una


explicación de cómo piensa Ud., siguiendo la propuesta kantiana, que Roberto
ha podido llegar a establecer este deber.

b- Si Roberto actúa como él ha dicho, haciendo lo debido, ¿usted considera que,


dentro de la propuesta ética de Kant, él es libre? Desarrolle una explicación
que justifique su respuesta, haciendo uso del vocabulario específico de este
pensador.

m4 | actividad 4

La máxima subjetiva y la ley universal o imperativo categórico

a- ¿Cómo piensa Ud. que Roberto formularía, respecto a su decisión de actuar


haciendo lo debido, una máxima para su acción?

b- A partir del punto anterior, ¿cómo desarrollaría Roberto, llevado a este caso,
la ley universal o imperativo categórico de la acción? A 1

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.80


m4 | actividad 4 | AA

asistente académico 1

Recuerde que la máxima subjetiva es la orden que yo mismo me doy para actuar
obedeciéndola, y que la ley universal o imperativo categórico se basa en la
extensión de esta orden subjetiva, es decir, hecha para mí y por mí, al resto de la
humanidad. O sea, la universalización de la máxima.

m4 glosario

A priori: Independientemente de la experiencia.

Buena voluntad: Dentro del contexto conceptual de Kant, es la voluntad que


está dirigida por la razón pura.

Carácter moral: En el contexto kantiano, significa valor con relación al Bien que
es la Libertad.

Formal: Producto de la actividad abstracta o mental, sin contenidos o datos


empíricos.

Gnoseológico: Propio o especifico de la teoría del conocimiento. La Gnoseología


–que hoy se denomina Epistemología– es la parte de la Filosofía que estudia
cómo se conoce, cuáles son los procesos en el ser humano cuando conoce y qué
elementos propio de su ser están implicados en los procesos de conocimientos
y de qué forma.

Imperativo categórico: Es una orden no condicionada por una hipótesis.

Inclinación: Movimiento propio de nuestro cuerpo y mente hacia un objetivo


deseado como fin o bien.

Material: Opuesto a formal, aquello que se constituye como ubicable espacio-


temporalmente y que puede ser experimentado. Tiene datos sensoriales: algo
visto, oído, gustado, etc.

Máxima subjetiva: Es una orden que surge de mi propia –subjetiva– racionalidad


individual.

Principio material: Dentro del contexto kantiano, refiere al fin deseado como
bueno o como Bien. Como es deseado, es una inclinación de nuestra naturaleza
y la inclinación se da por un estímulo real o imaginado y posee datos sensibles.

Principios: Dentro de este contexto son las máximas que se imponen en mi


mente y me ordenan actuar de determinada manera, que es acorde a una Ley
universal o imperativo categórico.

Razón pura: Es la actividad racional que se da dentro de la mente sin referencia


a las limitaciones espacio-temporales propias de una experiencia del cuerpo. No
hay datos empíricos en el proceso racional de la razón pura.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 81


m5

m5 microobjetivos

• Reconocer el fin específico de la sociedad democrática y comprender los


conceptos fundamentales que la constituyen, con el objeto de transferir este
conocimiento al análisis crítico de las situaciones sociales dadas.

• Apropiarse de un saber teórico conceptual sobre los fundamentos de una


posición ética cívica, para contar con una herramienta teórica específica de la
dimensión ética que resulte de utilidad en la evaluación de situaciones vitales
en general y comunicacionales en particular.

• Reconocer el valor del contexto conceptual en el análisis ético, de los códigos


de ética aplicados a las instituciones o a la profesión de la Comunicación
Institucional, con el objeto de elaborar productos comunicativos acordes al
ámbito socio-político democrático al que pertenece.

• Desarrollar un vocabulario técnico, ético y filosófico preciso, a los fines


de sustentar con calidad científica sus producciones comunicativas en el
ejercicio de su futura profesión.

m5 contenidos

1. Deontología o ética aplicada al ejercicio de la profesión

Como contenido de este módulo proponemos el estudio de la Deontología o


ética aplicada al ejercicio de la profesión, en nuestro caso, ética aplicada al
ejercicio de la comunicación social, y particularmente institucional. En principio,
decimos que Deontología es el conocimiento de los contenidos de los códigos
que regulan la actividad profesional. Estos códigos establecen las reglas o
normas que la institución debe acatar para el cumplimiento de acciones con
valor ético, y que involucra a todos los participantes de dicha organización en el
cumplimiento de estas obligaciones.

Desde una perspectiva de la Ética como la que sostenemos, la cual


está basada en la reflexión de las personas, que no sólo son individuos sino
que como ciudadanos pertenecen a una comunidad políticamente organizada
bajo la estructura de una democracia (ver glosario), es fundamental contar
con el conocimiento de instancias conceptuales previas que posibiliten una
idónea articulación entre los diferentes elementos que componen la acción
institucional.

Por este motivo, este módulo contiene elementos conceptuales de una


propuesta ética cívica actual para las democracias en procesos de constitución.
Tomando como referencia el texto de Adela Cortina, Ética de la Empresa,
Capítulo 2: “Ética empresarial en el contexto de una ética cívica”, primeramente
destacaremos conceptos fundamentales para entender la necesidad de sostener
algunos valores dentro de un ordenamiento socio-político democrático como el
nuestro.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.82


Una sociedad democrática tiene que ser pluralista (ver glosario). Este
concepto aparece como una síntesis dialéctica (ver glosario) entre la oposición,
al menos aparente, entre los mínimos y los máximos morales que tienen las
personas (ver glosario) o individuos en su vida social.

La relación entre éstos constituye una constante reacomodación y


ejercicio de la capacidad de pensar las situaciones, dando lugar a la aparición
de la racionalidad práctica, que es la capacidad que tenemos de poder resolver
éticamente los dilemas que se nos plantean a causa de esta oposición.

Cuando se habla actualmente de la formación en valores, se está


pensando en la necesidad de favorecer el ejercicio de la razón práctica. Nuestra
tradición occidental adquiere este modelo de racionalidad de Aristóteles quien
sistematiza por primera vez las características o elementos propios de la razón
práctica o frónesis.

Una vida en democracia exige el replanteo, casi constante, de lo que es


debido. Justamente por el pluralismo social, nos encontramos aquí dentro de un
contexto que es la diversidad, y no valen fórmulas universales en la acción social.

Debido a que los juicios éticos tienen como tribunal la conciencia de los
individuos y esta es, a su vez, regida por valores universales de humanidad, no
podemos sostener que estos valores universales desaparezcan al momento que
la decisión afecte a la particularidad inmediata de mi existencia.

En estos casos dilemáticos que se nos plantean es productivo atender al


consejo aristotélico de saber establecer prioridades o subordinaciones, es decir,
poder ordenar de acuerdo a los contextos de acción en los que nos encontramos
incluidos.

A partir de la lectura del material propuesto de Cortina, Ud. podrá


organizar los elementos que conforman las diferentes dimensiones de acción a
las que nos referimos:

- La acción individual
- La actividad social (praxis) profesional
- La actividad social (praxis) ciudadana
- La praxis como acción humana

Constantemente nos movemos dentro de estos contextos de la acción


que poseen distintos referentes que influyen en las elecciones y decisiones
cotidianas, tanto sociales como profesionales. Es por este motivo, que también
hemos incluido en este módulo un texto como Ampliación Temática A 1 , que
complementa en algunos puntos a Cortina y además aporta características
fundamentales sobre la ética del diálogo o comunicativa, que es una propuesta
actual acorde al ideal de participación ciudadana en las democracias.

Con relación a la acción humana, decimos que cobra relevancia la


relación entre los valores universales (universalismo ético) cuya raíz está en
Kant, quien expresa su confianza absoluta en el valor de la Razón como pura
práctica humana, y en los Derechos Humanos, como enunciaciones discursivas
que contemplan estos valores universales.

Por otra parte, para entender los límites naturales de los seres humanos
en el cumplimiento de deberes éticos, en los que solamente la conciencia del
individuo rige como tribunal soberano, proponemos la lectura de un texto incluido
en la Ampliación Temática A 2.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 83


2. Interrelación de los modelos de acción (Aristóteles, Maquiavelo y Hobbes,
Kant) en la conformación de las democracias actuales

Vemos de este modo que la ética cívica en las democracias capitalistas, tal cual
se vienen dando, supone hacer uso, en organizaciones e instituciones, de los
códigos de ética como una materialización de una ética kantiana o del deber,
con la restricción de las particularidades Bien o Fin (objetivo) de la organización
considerada. ¿Por qué decimos que es una ética kantiana? Porque el código
materializa el deber, los principios que “para todos” (universal) los integrantes
de dicha organización o asociación o institución son presentados como ley de
acción.

Este deber kantiano tiene como base la convicción (ver glosario) en el


funcionamiento propio de la capacidad racional humana, que es pura, en tanto
la lógica de su funcionamiento no está sujeta a leyes naturales, constituyendo,
de este modo, una dimensión trascendental (ver glosario) de nuestro ser. El
aporte de la propuesta ética de Kant se ha acentuado con el reconocimiento
de los Derechos Humanos y su materialización en la Declaración Universal.
Estos serían representativos de la Ley Universal de acción deseable para todos
los hombres. Cabe destacar que en Kant es recuperado, desde la perspectiva
racional y filosófica de nuestro autor, el precepto de origen religioso de nuestra
cultura cristiana, de “no hacer al otro lo que no quieres que te hagan a ti” (en su
enunciación negativa), o “haz al otro lo que desearías para ti” (en su enunciación
positiva), denominado la regla de oro de la acción, que es básicamente el saber
ponerse en el lugar del otro.

Kant da relieve a esta máxima que, dentro de su pensamiento, queda expresada


como “nunca tomes al otro como un medio para tus propios fines”.

Con lo cual encuentra una forma de relacionarla con el modelo teleológico


de la acción. Tomar a los otros como medios para mis propios fines es caer,
desde la perspectiva kantiana, en un obrar material, propio de la inclinación de
mi naturaleza material corporal. Aquí, en la realización de los actos, no somos
libres, perdemos la esencia de nuestra humanidad.

Los códigos de ética actualmente son la materialización de esta ética del


deber que ya no es encontrada o formada por cada uno como individuo humano,
sino que desde un entorno grupal-social recuperamos estos conceptos para dar,
a la acción, un valor trascendental a los privados intereses de los individuos,
superando el riesgo de una posición ética kantiana individualista y formal.

Esta superación del riesgo del individualismo en el encuentro con el


deber en las instituciones, es consecuencia de que las mismas son lugares de
acción social y política. Y por esta razón en estos espacios cobra relevancia
la materialización de los consejos aristotélicos, tanto la necesidad de forjar un
carácter (aquí referido a la institución y no solamente a los miembros como
individuos) como de saber hacer buenas elecciones.

Dentro del sistema de acción social e institucional, nos encontramos


atravesados por distintos fines que queremos cumplir, realizar. Estos fines deben
ser organizados en una ordenación jerarquizada relativa al contexto en el cual
vivimos y hemos sido formados culturalmente. Estos dos aspectos, la forja del
carácter y el saber tomar buenas decisiones (tratados en el módulo 1, introductorio
de nuestra asignatura) presuponen la autoorganización democrática con todos

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.84


los valores que ésta implica: Libertad, Igualdad, Solidaridad, valores propuestos
en su valor universal en la Modernidad, y que se sumaron a los valores de la
Vida, Verdad, Justicia, herencia griega antigua. Estos valores fundamentales del
ser humano, exigen la formación de virtudes o modos de ser que promocionen
su existencia real, material y no solamente simbólica: el respeto al pluralismo de
creencias e ideologías, tolerancia activa, prudencia (que se refiere al concepto
de responsabilidad actual) como evaluación del efecto de nuestros actos sobre
la igualdad y la libertad propios y de los conciudadanos, la honestidad como
respeto a la verdad, etc.

El modelo de acción correspondiente a una ética del poder está también


hoy vigente en nuestra vida, siendo considerado válido desde la perspectiva del
uso de una racionalidad técnica estratégica, propio del ámbito de las actividades
productivas y comerciales del bien material (riqueza monetaria, riqueza material).
En las sociedades actuales, el fin de la actividad económica, intenta sobrepasar
sus propios límites e invade los espacios de acción social, institucional e
individual.

El efecto de esta invasión es el deterioro y/o la desaparición de la


intermediación de valores comunes en las relaciones sociales, en la acción o
praxis, Los valores de humanidad pasan a un segundo plano, como medios,
para el fin superior que es el poder o el éxito en la actividad productiva de
beneficios individuales que persigue la ética del poder. Hablamos de beneficios
individuales, aunque este individuo esté constituido por un grupo humano, pero
su acción es tomada con el valor que le da un fin autonomizado (ver glosario) de
los valores universales o socio-culturales. La ética del poder económico actual
en las organizaciones socio-políticas neoliberales, toma a los otros como medios
para lograr el éxito o realización de sus propios fines. Desde esta perspectiva,
tengamos presente que el bien material que tenemos cada uno es la existencia
biológica de nuestro cuerpo, y todos los beneficios propios de él, como son el
placer y la salud.

La racionalidad técnica es parte constitutiva de nuestro ser; en la medida


que intentamos conservar y favorecer la vida, no podemos dejar de “pensar”
estratégica e instrumentalmente.

Este modelo es el productivo, la raíz de la ciencia y del conocimiento


como medio de dominio de la realidad. Pero la “vida” no es el único bien ni el
bien superior; de acuerdo a la tradición antigua, la vida tiene que ser Buena. Y
buena, en nuestro contexto actual, supone la realización de los valores humanos
dentro de esta persecución cotidiana de conservar y favorecer a la existencia de
nuestro cuerpo, ya que nuestro cuerpo es parte constitutiva de mi ser humano,
pero no es el todo.

Cuando tomamos la parte como el todo es cuando nos alejamos de una


consideración democrática de la vida social, que es una constante y renovada
interrelación de las partes. Los ciudadanos, como participantes de una vida en
común, de una comunidad, tenemos que buscar y encontrar la comunicación
como la forma en la cual somos capaces de cumplir con el objetivo propuesto
por la democracia.

Desde diversas perspectivas filosóficas, la propuesta ética de Aristóteles y Kant


promueven valores tanto comunitarios como universales, y son el fundamento

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 85


de la propuesta de la ética del diálogo o del discurso. La ética del diálogo es
la propuesta que intenta una conciliación y un mejor desarrollo de la acción
social en las democracias capitalistas, donde se produce tan complejo
entrecruzamiento de intereses. En esta propuesta, el valor de Verdad es el Bien
superior, fundamento de la honestidad en las interrelaciones humanas.

Hablar de consenso, de responsabilidad social, de tolerancia, de


respeto a los valores, o de la dignidad de la vida humana, carece de sentido si
no hemos hecho el esfuerzo de compenetrarnos en los fundamentos racionales
que sostienen estos deseos (eros) (ver glosario) enunciados como ideales o
fines del cumplimiento real de las democracias.

El aprendizaje doctrinario de estos valores, derechos o principios,


carece de sentido sin la reflexión que sujeta su existencia hacia una efectiva
materialización. Que hoy no estén cumplidos de forma real y efectiva, que
constituyan el reino del deber ser, es el valor justamente que ellos tienen, que
como medida invisible en sí mismos son sin embargo la medida de lo visible,
los medios por los cuales podemos juzgar particulares: esto está bien, esto es
injusto, esto es deshonesto. Podemos saberlo por la propia pertenencia a un
entorno moral, pero también podemos ignorarlos como poco beneficiosos para
lograr éxito en mi vida productiva atendiendo a las exigencias del ritmo actual.
Pero aun esta distinción, que es la conciencia de mi libertad, es un proceso que
hay que lograr mediante el conocimiento racional de los presupuestos que están
operando en mi existencia y que me están orientando y sujetando. En este juego
constante entre lo sujeto que estoy -a las determinaciones biológicas genéticas
(bios) (ver glosario), y al entorno social donde crecí (paideia) (ver glosario)- y
la libertad que me da el deseo de conocimiento y de saber de fundamentos
(no mera adquisición de información conceptual-doctrinal) consiste el formarnos
éticamente, o en tener de forma efectiva una ética.

3. Relación entre Libertad, Poder y Autoridad en la Democracia

Antes de abordar nuestro último tema que es la Deontología en sí misma, es


decir, los códigos de ética aplicados a la comunicación, queremos proponerle
la lectura de un texto que aclara conceptos muy importantes con relación a la
cuestión de las normas o reglas, que suponen una medida entre la autoridad que
obliga y la libertad de los sujetos. A 3

Estos conceptos aportan claridad conceptual respecto a la idea que hay


que desarrollar dentro de una democracia del poder que se basa en la autoridad,
en nuestro caso de las normas éticas, que difiere sustancialmente del poder o
coacción de un autoritarismo que se apoya en la fuerza o la violencia a los fines
de controlar las voluntades de los individuos, o profesionales, o ciudadanos.

Por último, en este módulo vamos a desarrollar los contenidos


fundamentales que están comprendidos en la Deontología o ética de la
profesión. La necesidad de instituir parámetros de acción en el ejercicio de la
profesión surge, durante el siglo XX, en los capitalismos democráticos, que
presentan, a diferencia de la sociedad tradicional moderna, una complejidad
funcional constitutiva de esta nueva conformación de la sociedad civil. Esta se
presenta como un sistema de interrelaciones de grupos de interés, entre los
cuales los profesionales independientes comienzan a generar asociaciones que
incluyen una preocupación ética en el desempeño de la profesión, entre otras
funciones propias del interés de los profesionales nucleados en las mismas. De
este modo, tal como lo señala Max Weber, la ética aparece como una dimensión
de análisis de la actividad profesional, independientemente de la exigencia ética

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.86


de las personas como individuos, cuyo compromiso está solamente ligado a
su propia conciencia individual. La ética aplicada a la profesión, es decir como
Deontología, incluye una instancia reguladora y sancionadora que se autonomiza
de las conciencias individuales, y se materializa en la institución que asocia a los
profesionales, llámese consejo, gremio o simplemente asociación.

El debate que se genera, entonces, sobre todo a mediados del siglo XX


y que todavía hoy no está resuelto, trata sobre qué es lo más conveniente desde
la perspectiva del derecho de los profesionales y de la sociedad donde éstos
ejercen su actividad: si la autorregulación de los profesionales a partir de que
ellos mismos generen sus propias normas agrupados por la profesión, dando así
aparición a la ética profesional o Deontología, o que desde el Estado o Gobierno
–políticas públicas– se instituyan los deberes de las actividades profesionales y
su compromiso con la dimensión ética de la acción ciudadana.

Por otra parte, está la posición que sostiene, tal como se daba en la
sociedad tradicional, que los individuos son autónomos y por lo tanto en cada
uno de ellos, no como profesional ni como ciudadano, sino en tanto ser humano
y persona (ver glosario) está el deber y la responsabilidad de regir éticamente
sus actos en cualquier dimensión de acción, tanto en el ámbito privado como en
el público institucional y social.


Actualmente en nuestra sociedad argentina, los profesionales se encuentran,
en casi todas las profesiones, integrados a los deberes que los códigos de
las profesiones establecen para el ejercicio de la misma. Muchas veces, estos
códigos éticos se encuentran conformando un reglamento, ya que pareciera que,
a criterio de los autores, esta denominación ejerce una mayor presión respecto
a la interiorización de obligatoriedad exigida externamente al sujeto, y por este
motivo impone una obediencia en el marco de la posible sanción que pesa como
una amenaza y cuyo costo es laboral y, por ende, social.

4. Por qué un Código de Ética

La mayor parte de los códigos que conocemos es “de moral”. La moral es


exactamente el conjunto de normas, reglas, leyes que orienta la vida de los
individuos y grupos en la sociedad, configurando lo que se llama ethos, la marca
de la sociedad, la manera de vivir y relacionarse, basado en determinados
valores.

La ética es una mirada crítica sobre el ethos, una reflexión que pregunta por el
fundamento y por la coherencia de los valores. Es en el espacio de la ética que
se encuentran los principios que deben sustentar las normas y las leyes.

Podemos percibir, entonces, que la moral tiene un carácter particular, en la


medida en que el ethos –las costumbres, las leyes, las normas– varía de una
sociedad para otra, de una época para otra. En cambio, la ética guarda un
carácter universal: sus principios tienen como referencia última la dignidad
humana, el bien común.

Por lo tanto, al buscar un código de ética, debemos contemplar en él la perspectiva


reflexiva. Ahí deben ser explicitados los principios, que serán referencia para las
acciones.

En la medida en que no se puede dejar de lado la práctica de lo cotidiano,


el código traerá indicaciones para la realización adecuada de esas acciones,
sirviendo como recurso para evaluarlas.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 87


Las normas y reglas que una organización establece para el trabajo de sus
directores y empleados se explicitan de forma específica en un Régimen o un
Código de Regulación.

Ese código tendrá más posibilidad de ser aceptado cuanto más estuviera
sostenido en principios éticos. De ahí el significado de construirse un Código
de Ética, en el cual se presenten los principios que norteen las acciones de la
organización, que se quieren válidos no sólo en su interior, sino en el contexto
global de la sociedad.

Así como la vida social a la que se refiere, el código no es algo estático, establecido
de una vez por todas. La mirada crítica sobre la práctica y sobre el propio código
permitirá que se hagan, a lo largo del tiempo, revisiones y transformaciones en
la dirección de los objetivos deseados.

“Cuando el otro entra en escena, nace la ética”

Umberto Eco

A continuación vamos a exponer un análisis de un Código de Ética1 para que


Ud. vea cómo es posible analizar los contenidos fundamentales del mismo con
relación a los conceptos estudiados. De esta forma, esperamos que usted pueda
detectar qué espacio se deja, en este caso, a la libre elección de los individuos
profesionales de la comunicación, y qué pretensiones tiene la institución de
ejercer autoridad mediante este instrumento que es el código, respecto a la
realización de sus propios fines.

A 4

Las agencias de comunicación corporativa tienen sus acciones norteadas por


los siguientes principios:

– El respeto como base de todas las relaciones. Esto implica el reconocimiento


de la existencia del otro y la defensa de la dignidad de la persona humana.

– La justicia, cuyo significado es igualdad en la diferencia, defensa del ejercicio


de los derechos de todas las naturalezas por todos los individuos y segmentos
de la sociedad.

- La solidaridad, sinónimo de empeño en la promoción de acciones


favorecedoras del crecimiento y realización de todos y cada uno.

El diálogo, como división y enfrentamiento de ideas, en la perspectiva de la


ampliación del conocimiento y del enriquecimiento colectivo de la cultura.

Esos principios, estrechamente articulados entre sí, pueden ser reconocidos por la
presencia de los siguientes valores en las actitudes de nuestros profesionales:

– La honestidad y la rectitud en la conducción de nuestros negocios.

– La responsabilidad en la realización de acciones de efectivo beneficio


colectivo.

– La búsqueda de la excelencia, expresa en la calidad social de nuestros


productos y servicios.

– El compromiso con la búsqueda de la verdad y la defensa rigorosa de su


presencia en las relaciones internas y externas de trabajo.

– La humildad y el coraje en el enfrentamiento de los retos.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.88


– La integridad en la construcción y preservación de nuestro patrimonio y de
nuestra imagen en la sociedad.

– La claridad y la precisión en la divulgación de informaciones, sin perjuicio


de la confidencialidad, el empeño en la creación de estructuras y canales
de comunicación que favorezcan y promuevan la libre circulación de
informaciones.

En la Introducción observamos que esta asociación de Agencias


de comunicación toma como “norte” de sus acciones, es decir, orientan sus
acciones por principios: al decir principios ya se está mostrando que las normas
de un código son enunciaciones de convicciones que tienen su sustento en la
racionalidad humana (herencia kantiana) y como tal, se basan en la posibilidad
de exigir la universalidad de la validez de estos principios.

Hemos señalado con negrita cada concepto representativo de un valor


o de una actitud (ver glosario) y los mismos responden a las necesidades, ya
planteadas por Aristóteles, de una visión realista de la existencia humana como
ser social o político.

Desde la perspectiva de la ética y la política (praxis) nunca estamos


solos, es una abstracción nuestra existencia como individuo aislado. Luego, la
enunciación de estos valores y las exigencias respecto a tener ciertas actitudes
o conductas, se deben a la búsqueda de armonía o conciliación de la diversidad
de intereses que se entrecruzan en la acción o praxis.

Por último, se hace presente la ética del diálogo o del discurso, en las
enunciaciones que hacen referencia a la Verdad como claridad y precisión en la
comunicación como búsqueda y compromiso, es decir que nuestra actitud sea
de deseo de este valor. Asimismo, la idea de excelencia, que viene asociada
en su conformación con la eficacia y el éxito, queda expuesta en dependencia
del los valores comunes del entorno, nunca autonomizada, sino carecería de
consistencia (ver glosario) el código propuesto.

La Deontología es, entonces, la propuesta que intenta responder a la


necesidad de simplificar el universo complejo de intereses humanos que rige la
acción de individuos y de grupos más o menos numerosos.

Recordemos que el fundamento de esta respuesta radica en la


desconfianza respecto a una naturaleza humana benigna (Maquiavelo y Hobbes),
capaz de hacer lo que debe sin temor al castigo, sino por la convicción (Kant) en
su propia constitución racional humana de valor universal, o capaz de aprender
a elegir el bien y la justicia como fundamentos de la propia realización o felicidad
(Aristóteles).


1 ABRACOM (Asociación Brasilera de Agencias de Comunicación)
CÓDIGO DE ÉTICA DE LAS AGENCIAS DE COMUNICACIÓN (Brasil)

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asistente académico 1

Ética de máximos y mínimos (Adela Cortina) 1

En una sociedad democrática hay un pluralismo ético: conviven diversas


respuestas a la cuestión de ¿cómo ser felices?, se trata de diversas éticas de
máximos. Puede haber diversas respuestas desde la religión, la ciencia, la
política. En este terreno la posibilidad de acuerdos se bloquea, pues el tratamiento
se desplaza hacia el debate ideológico-político.

Sin embargo todas estas respuestas, si se dan en el marco de la racionalidad


práctica, y por tanto dentro de un proceso de convivencia democrática, pueden
encontrar puntos de intersección de valores y normas comunes. Podemos,
entonces hablar de una ética de mínimos, es decir el denominador común en
el que pueden coincidir todas las visiones éticas. La comunicación y el diálogo
pueden permitir crear una ética cívica en una sociedad determinada, o construir
éticas sectoriales, por ejemplo de los empresarios, de los políticos, nosotros
diríamos también de los artistas.

La ética no puede ser reducida sólo a la fundamentación de las normas y la


moral (parte A, como la califica Apel), sino que ha de mostrar también cómo los
principios pueden encarnarse en la vida social y personal (parte B de la ética).

Las búsquedas apuntan a la construcción de nuevos consensos en torno a


los mínimos éticos que puedan ser compartidos democráticamente por todas
las visiones del mundo. El acuerdo en torno a los valores básicos de justicia,
solidaridad, equidad, honradez y libertad, fundamentan la construcción de una
nueva ética cívica.

Ética de la acción comunicativa (Jürgen Habermas, Kart-Otto Apel)

La crítica al utilitarismo se fundamenta en la existencia de referentes morales


y de valores que guían la acción. La razón práctica se expresa en la acción
comunicativa: comunicación para actuar. Con ello, se pasa del consecuencialismo
al procedimentalismo y a la reconstitución de nuevas visiones de contractualismo
social (ver glosario) (…).

(…) La respuesta a qué debo hacer, en el campo de la ética se desplaza a los


procedimientos para asegurar una decisión justa: la tarea de la ética es descubrir
los procesos legitimadores de las normas.

Habermas establece cuatro condiciones, dando continuidad a las teorías de


Kant:

a. Todos los afectados por una decisión deben tener la posibilidad de


participar en la definición de la misma.

b. Todos los participantes deben tener igualdad de oportunidad para


decidir.

c. Todos los participantes deben tener posibilidad de decidir después de la


comunicación sólo lo justo para sí y para todos los afectados.

d. Todos los participantes deben tener la posibilidad de llevar a la acción lo


decidido como justo.

Aquí tenemos un indicador básico sobre la sanidad moral de una sociedad:


evaluar el clima ético en que el individuo desarrolla sus opciones morales;

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.90


evaluar esta disyuntiva de sentido ético. En el campo de las decisiones públicas
y políticas hay que vincular esta evaluación con la cultura política imperante en
el país.

En términos más particulares, podemos evaluar los avances de cada institución


en el establecimiento de códigos éticos positivos, basados más en la promoción
de virtudes que en la disuasión por el castigo.

Un punto decisivo para este clima ético está en la calidad y perspectivas de la


educación formal y no-formal. En particular, es posible evaluar los avances en el
campo de la educación en valores. 

La comunicación institucional2

Ha quedado claro que no puede haber política sin comunicación. Eso sí, el tipo y
las características de la comunicación política existente nos puede decir mucho
acerca de la calidad democrática de un sistema dado. Si el flujo comunicativo
se establece de arriba hacia abajo de una manera transparente, sin censura y
a través de diversos canales (medios de comunicación de ideología diversa), la
democracia gozará de mejor salud que en un sistema donde la comunicación se
manipula, se tergiversa, se censura y se acota a los medios oficiales. Igualmente,
una democracia saludable establece cauces de retroalimentación o feedback,
de respuesta, mediante los cuales el poder político, las elites, conocen las
reacciones de los ciudadanos. En democracia, por tanto, la comunicación política
es bidireccional. En definitiva, la comunicación aporta dinamismo al sistema
político y puede contribuir a tornar más transparente la gestión política.

En este sentido, la sociedad contemporánea ofrece un escenario que puede


parecer, a simple vista, ideal, ya que permite, gracias a los avances tecnológicos,
que la comunicación entre poderes públicos, instituciones, partidos y gobierno
con el ciudadano pueda fluir naturalmente y sin demasiado esfuerzo; esto es, la
democracia mediática permite acercar el Estado a la sociedad.

La regeneración ética de la comunicación política: la transparencia como


mejor técnica para vender la institución

“Hace ya mucho tiempo que las cuestiones éticas dieron por perdida su batalla
frente al poder de la comunicación comercial y, por ende, frente al entramado
económico y modelo de sociedad que sustentan”. Si esto es así, y el juego
político ha asimilado los principios que rigen los mercados, tendremos que
renunciar también a que la ética presida la comunicación política e institucional.
Y no porque no sea ético vender un candidato o un programa político como si
fuera un televisor o un detergente, sino porque al final, la venta se convierte en un
fin en sí mismo, porque vender es ganar y esto es lo único importante. Estamos
así llegando al punto de partida en la reflexión sobre el poder: ganar es obtener
poder, pero, desde una concepción ética de la política, el poder no es un fin
en sí mismo, sino un medio para proporcionar bienestar a los ciudadanos a los
que se representa a partir de la puesta en práctica de un programa, aplicación
práctica de una ideología determinada que se defiende porque se considera
mejor que cualquier otra. En el campo de la comunicación política, el fin ha de
ser la transparencia: comunicar para darse a conocer y también para conocer al
elector, comunicar para interaccionar, comunicar para fomentar la participación.

En definitiva, comunicar éticamente implica no reducir la comunicación a su mero


sentido instrumental; por otro lado, comunicar ética implica comunicar un “capital
simbólico de la organización en términos de credibilidad, confianza y lógica de
servicio que debe ser previa o paralelamente acumulado, lo que demanda a su
vez una conducta ajustada, con rigor y coherencia, a la ética de la organización”.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 91


Esto es, la comunicación institucional, si se basa en la transparencia y se rige
por un código ético podrá vender mejor su producto: la confianza garantiza
adhesión. No obstante, el código ético de cualquier institución impedirá que
se aplique el todo vale con tal de fomentar esa adhesión. Por tanto, los códigos
éticos o deontológicos cumplen diferentes funciones, entre las cuales, la
más importante y evidente es que con su mera existencia se reconoce que la
actividad comunicativa tiene una dimensión ética. La existencia de un código
deontológico que regule la comunicación institucional no soluciona todos los
problemas, pero establece un marco de actuación y de debate que impide que la
actividad se desarrolle en el vacío y esté sometida al relativismo. De la asunción
de un código ético, resalta Aznar Gómez (2004: 221-241), depende el prestigio
moral de la profesión. En definitiva, la introducción de códigos éticos en el
campo de la comunicación institucional permite que el más amplio terreno de la
comunicación política sea también hacer un simple uso estratégico y ocasional.
La comunicación es en sí misma una empresa humana cargada de exigencias
éticas y quien recurre a ella no sólo moviliza un recurso instrumental, sino que
invoca junto a ella una serie de exigencias éticas.

El análisis y la evaluación de las políticas públicas: herramientas de aprendizaje


para el buen gobierno y el fortalecimiento de la democracia, sin que impere la
ley de la selva. Todo esto revierte positivamente sobre la actividad política, cada
vez más dependiente de la comunicación y de sus efectos.

1 III Cátedra Virtual CLAD “Combate a la Corrupción”, septiembre 2001 a enero 2002, Módulo 1,
ÉTICA, MORAL Y CORRUPCIÓN.

2 GRUPO DE TRABAJO 08:


El análisis y la evaluación de las políticas públicas: herramientas de aprendizaje para el buen
gobierno y el fortalecimiento de la democracia.
Gabinetes de prensa y comunicación institucional: entre el marketing político y la transparencia
democrática.
Javier Redondo Rodelas (UC3M).

m5 | contenidos | AA

asistente académico 2

Ampliación temática

ESTADIOS MORALES1

La ética y la moral están ligadas a la génesis histórica vital de los individuos y las
sociedades, por lo cual pueden pasar por diversos estadios del juicio moral:

• El preconvencional, centrado en un punto de vista egocéntrico (guiado


por el castigo y la obediencia) y luego individualista (guiado por el interés
inmediato propio).

• El convencional, centrado en la perspectiva del individuo con relación a


otros individuos (relaciones y conformidad interpersonal) y luego en una
perspectiva sistémica de roles y reglas sociales (diferencia el punto de
vista de la sociedad de acuerdos o motivos interpersonales).

• El postconvencional, centrado en una perspectiva previa a los


imperativos sociales concretos (existencia de derechos, valores y pactos

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.92


legales fundamentales, previos a las normas y leyes concretas de una
sociedad y en un momento dados) y luego en la perspectiva del individuo
que asume el compromiso con principios morales universales, con los
que se juzga la validez de las leyes y los acuerdos sociales.

En la sociedad actual hay la tendencia a aislar la razón instrumental como la


única válida: juzgar qué debo hacer únicamente por la eficiencia y el éxito. Se
deja a un lado el campo ético y moral, que es donde se pone en relación la
voluntad con la razón. Este aislamiento empata con el primer estadio moral
preconvencional: la ética se mueve en el marco del premio y el castigo, y el de
los intereses individuales.

1 III Cátedra Virtual CLAD “Combate a la Corrupción”, septiembre 2001 a enero 2002. Módulo 1,
ÉTICA, MORAL Y CORRUPCIÓN.

m5 | contenidos | AA

asistente académico 3

Ampliación temática

Relación entre Libertad, Poder y Autoridad en la Democracia

ESTUDIOS. filosofía-historia-letras

Otoño 1993 Hemeroteca Virtual ANUIES. http://www.hemerodigital.unam.mx/


ANUIES

Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior


http://www.anuies.mx

Poder y autoridad

En términos generales, el poder ha sido considerado como un concepto más


amplio que el de autoridad, entendido como un caso especial de poder.

Al tratar el poder varios autores han retomado la definición de Max Weber,


como la probabilidad de tomar decisiones que afecten la vida de otro(s) pese
a la resistencia de éstos. En la medida en que el poder se ejerce por medio de
la fuerza y la coerción, Weber distingue entre el mero ejercicio del poder y la
relación de dominación:

El concepto de poder es sociológicamente amorfo. Todas las cualidades


imaginables de un hombre y toda suerte de constelaciones posibles pueden
colocar a alguien en posición de imponer su voluntad en una situación dada.
El concepto de dominación tiene por eso, que ser más preciso y sólo puede
significar la probabilidad de que un mandato sea obedecido (Weber: 1974,
p.43).

En su análisis sobre el poder, D. M. Wrong estudia y clasifica las diferentes


modalidades de ejercicio según la diversidad de sus fundamentos. Para hacer
que su poder sea efectivo, un individuo o grupo puede apelar a los temores, a
sanciones físicas, al ejercicio de la persuasión, a la manipulación o al compromiso
que los no-poderosos tienen con el “sentimiento del deber”. Dependiendo de
sus bases, Wrong distingue las relaciones que son asimétricas de las que exigen

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 93


reciprocidad. Dentro de las primeras están la fuerza y la manipulación; dentro de
las segundas la persuasión y la autoridad (Wrong: 1980, p. 26).

Mientras que el poder que se ejerce por la fuerza tiene su sustento en la violencia,
la manipulación es un poder que se ejerce ocultando las intenciones mediante
un esfuerzo deliberado y exitoso de influir en las respuestas de individuos o
grupos a los que no se les comunica explícitamente las intenciones del poderoso.
Este “lavado de cerebro” (Wrong, 1980, p. 28-31) induce tanto a la compra
irreflexiva de determinados productos como a votar por ciertos candidatos. Por
su parte, debe entenderse por persuasión aquella forma de poder que intenta
convencer mediante argumentos que se aceptan sólo después de ser evaluados
independientemente e integrados como base del comportamiento propio.

A diferencia de la fuerza, la manipulación y la persuasión, la autoridad se vincula


a la existencia de cierta legitimidad y de una estructura jerárquica que conlleva a
ordenamientos institucionalizados.

Lo anterior no implica que la autoridad renuncie al ejercicio de la fuerza y la


violencia sino que, como Weber ha señalado, ésta se ejerce con un sustento
legítimo y en esta medida se minimiza la necesidad de mantener los medios
de coerción en alerta constante: “Sólo cuando un sistema de autoridad se
desmorona, o un individuo dado pierde su autoridad, debe recurrirse al poder
para asegurar su conformidad...” (Peters, 1967, p. 10). Al respecto algunos
autores como Easton y Arendt, han señalado la necesidad de diferenciar entre el
ejercicio efectivo de la fuerza y la mera amenaza de su utilización. Conviene no
perder de vista la distinción significativa entre la exclusión efectiva de una persona
del sistema político (ya sea mediante la eliminación física o el encarcelamiento)
de la mera “advertencia” de su posible supresión (Easton, 1958; Wrong, 1980). A
diferencia del mero poder, la autoridad previene la aplicación de la fuerza como
tal: “cuando se usa la fuerza es que la autoridad ha fallado” (Arendt, 1976, p. 93).
En tanto el poder ordena y está respaldado, si es necesario por la imposición, la
autoridad “apela”, y deja de ser tal si se impone (Sartori, 1989, p. 233).

Weber contrapone la acción ocasional de la comunidad al carácter permanente de


la asociación institucional, y define los diferentes fundamentos de la legitimidad
como justificación interna de la obediencia que está interiorizada, tanto en los
gobernados como en los gobernantes (Weber, 1974, Bobbio, 1984, p. 24).

En la medida en que es legítima, toda autoridad se sustenta en las leyes. Así la


autoridad se distingue del poder coercitivo y del liderazgo basado en la capacidad
de influir y en la persuasión por la legitimidad. La relación de autoridad es una
relación de órdenes y obediencia en la cual la autoridad tiene el derecho de mandar
y los otros la obligación de obedecer. Esta definición de la legitimidad como sustento
de la dominación está basada en los planteamientos weberianos y es compartida
por varios autores (Biersted, 1964; Gerth y Mills, 1972; Wrong, 1980).

A diferencia de la persuasión, la autoridad no intenta presentar argumentos


sino asegurar el cumplimiento de las órdenes. En oposición a las relaciones
igualitarias de persuasión, los lazos de autoridad son siempre jerárquicos. La
relación autoritaria no descansa ni en argumentos razonados y compartidos ni
en el mero poder coercitivo, sino en una estructura cuya razón y legitimidad es
reconocida tanto por los que mandan como por los que obedecen y donde cada
uno tiene un lugar jerárquicamente definido (Arendt, 1976, p. 93; Bierstedt, 1964;
Wrong, p. 32-49).

En la medida en que los deberes y obligaciones están claramente estatuidos,


el comportamiento es previsible y la relación es continua, de allí que en la
relación de autoridad la importancia del contenido de la comunicación pueda

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.94


ser secundaria frente al significado prioritario del estatus que ocupa quien da la
orden. En este sentido la autoridad es un poder institucional (Bierstedt) y legítimo
(Weber) que se ejerce manteniendo cierta “distancia” entre los que mandan y los
que obedecen. De allí que la posesión y ejercicio de la autoridad tiende a estar
íntimamente asociada con un conjunto de rituales -pompa y ceremonia- y de
elementos símbólicos -cetro, corona, etc.- (Laswell y Kaplan, 1963).

Así, el concepto de autoridad conlleva una serie de identificaciones, demandas


y expectativas que se vinculan a la fórmula política. Afirmar que una persona
tiene autoridad significa que es poseedora del poder que le asigna la “fórmula
política” y que aquellos que se adhieren a ésta, consideran que se ejerce en
forma justa y apropiada (MacKiver, 1947; LasweIl y Kaplan, 1963).

Sin embargo en algunos regímenes la noción de autoridad, en la práctica, se


encuentra divorciada del verdadero centro del poder. La autoridad formal y la real
deben consecuentemente diferenciarse. En no pocas ocasiones, las autoridades
formales no toman las decisiones políticas sino que se limitan a participar en las
ceremonias y rituales (es el caso de la monarquía británica y el de los presidentes
de la ex Unión Soviética). Allí donde el control y la autoridad están en las mismas
manos (poder efectivo y poder formal), el debilitamiento de uno conlleva al del
otro (Laswell y Kaplan, 1963, p. 138).

La atribución de autoridad siempre tiene un contenido “subjetivo”, porque


involucra no solamente a las personas que mandan sino también a las que
obedecen. La relación de autoridad implica la aceptación de la misma; su
mantenimiento y continuidad dependen, en gran medida, del prestigio de las
personas que ocupan los distintos cargos (LasweIl y Kaplan, p. 133-5).

Así, la autoridad legítima presupone un conjunto de reglas compartidas que


prescriben la obediencia dentro de ciertos límites. Para ser legítimas estas
normas deben ser comunes a un amplio número de personas y no limitarse a
regir únicamente las relaciones que estrictamente se establecen entre los que
mandan y los que obedecen (Wrong, p.50).

En este sentido, Winch afirma que “hay una conexión conceptual íntima entre la
noción de autoridad, por una parte, y la noción de que hay una forma correcta
y otra incorrecta de hacer las cosas, por la otra. El que se somete a la autoridad
-a diferencia del que se somete al mero poder coactivo- no está sujeto a una
voluntad ajena. La aceptación de la autoridad es conceptualmente inseparable
de la participación en las actividades gobernadas por reglas en función de las
cuales la libertad adquiere sentido: ... sólo en el contexto de las actividades
gobernadas por reglas tiene sentido hablar de la libertad de elección; librarse
de todas las reglas no sería obtener la libertad perfecta, sino crear una situación
donde la noción de la libertad ya no podría encontrar asidero...”. Por lo tanto
resulta contradictoria la afirmación de que para asegurarse la libertad de
elección, es necesario renunciar a la autoridad (Winch, p. 155-9). Como también
lo afirma Herbert Marcuse basándose en los planteamientos de los clásicos
de la filosofía política, las nociones de autoridad y de libertad están unidas en
la misma concepción y en la persona del sujeto (Marcuse, p. 51). Al respecto,
preocupado por la vinculación entre libertad, autoridad y democracia, Giovanni
Sartori afirma que:

... la libertad verdadera acepta la autoridad de la misma forma que la autoridad


verdadera reconoce la libertad. La libertad que no reconoce la autoridad es una
libertad arbitraria licencia no libertas. Viceversa, la autoridad que no reconoce
la libertad es autoritarismo... la democracia necesita la autoridad y no es, sin
embargo autoritaria. Cuando examinamos el autoritarismo desde la óptica de la

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 95


libertad, se deduce claramente que el autoritarismo niega la autoridad (puesto
que la autoridad define la libertad). Como acertadamente apunta Friedrich, “en
una sociedad totalitaria, la verdadera autoridad se destruye del todo...”. Del
mismo modo puede decirse que cuanto más autoritario es un régimen, menos
descansa en la autoridad (Sartori, 1989, p. 236).

Así, en la medida en que la autoridad implica que la obediencia a los ordenamientos


no sea impuesta sino que tenga sustento legítimo se puede afirmar que la crisis
de la democracia es una crisis de autoridad. Lejos de repugnar a la democracia,
puede decirse que la autoridad es la fórmula de poder por excelencia. La idea
que realza la democracia no es la conquista de poder, sino por el contrario, su
minimización y, por lo tanto, la sustitución de los “poseedores de poder” por los
“poseedores de autoridad” (Sartori, p. 233-4). De ahí que para Sartori la mejor
forma de conceptualizar el autoritarismo es como un sistema político en el cual,
a diferencia de la autoridad democrática, apenas hay sitio, si es que lo hay, para
la libertad.

m5 | contenidos | AA

asistente académico 4

Ampliación Temática

Códigos de Ética1

El texto que se ofrece a continuación es la presentación que una organización


de comunicadores realiza al Código de Ética propuesto en dicha asociación para
los profesionales que participan de la misma.

“Presentación

Abracom es una entidad que reúne empresas con sede en el territorio


nacional, definidas como agencias de comunicación corporativa, que
prestan servicios integrados en las áreas de diagnóstico, planificación e
implementación de programas de comunicación, entrenamiento, medición
y evaluación de resultados. Las empresas asociadas a esta entidad prestan
servicios y confeccionan productos como los siguientes: relaciones con la prensa,
relaciones con inversionistas, relaciones gubernamentales, relaciones con el
público interno, relaciones con la comunidad, gestión de crisis, propaganda
institucional, edición de publicaciones, comunicación interactiva, programación
visual, videos empresariales, pesquisas de mercado y de opinión pública,
auditoría de imagen y organización de eventos.

En virtud de la diversidad y de la complejidad de los servicios que ofrece, así


como de la pluralidad de relaciones que establece con clientes y públicos de
diferentes naturalezas, juzgamos importante explicitar los principios que deben
nortear el trabajo y las relaciones en la Asociación.

Partimos del presupuesto de que la conducta ética de los profesionales


de las empresas de comunicación es importante para el perfeccionamiento de la
calidad de sus servicios, para el desarrollo de las organizaciones para las cuales
prestan servicios y, consecuentemente, para la construcción de la sociedad
brasileña.

El contexto mundial contemporáneo está siendo marcado por cuestiones que


envuelven las interrelaciones entre individuos, grupos y naciones. La ausencia

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.96


de reconocimiento de las diferencias, de la pluralidad, genera desigualdades
y actitudes prejuiciosas y discriminadoras, que permiten la instalación de la
violencia y de la crueldad.

En la sociedad brasileña y en nuestro ambiente de trabajo, venimos también


enfrentando situaciones conflictivas, sobre todo en el ámbito de las relaciones
socio-económicas, en especial las vinculadas al mercado laboral y de prestación
de servicios. Al lado del discurso sobre la necesidad de respeto y de solidaridad,
convivimos con la práctica de la competencia desleal y de la desconfianza en
las relaciones.

Formamos parte de ese escenario como analistas y como agentes participantes


del proceso de creación y divulgación de ideas, influenciando decisiones y
formando opiniones.

Tenemos, por lo tanto, necesidad de ejercer nuestras actividades con


responsabilidad.

Solamente con vigilancia ante nuestras propias acciones podremos desempeñar


el papel de

empresas-ciudadanas y contribuir con nuestro trabajo para la transformación de


la sociedad en la dirección del bien común.

Este Código define y explicita nuestra postura profesional a todos con quien
nos relacionamos: competidores, clientes, comunidad, prensa, empleados. Él
se aplica a todas las empresas asociadas a Abracom, de las cuales se espera la
coherencia con los principios que aquí son presentados.” Abracom – Asociación
Brasileña de las Agencias de Comunicación

Presidente João Rodarte

Grupo de Ética Coordinación Maysa S. Penna, Organización Mauro Lopes,


Participantes Ana Regina Picudo. Bárbara Hartz, Bia Bansen, Celia Romano,
Celina Monteiro de Barros, Claudio Paiva Cleinaldo Simões, Cristiane Mariotto,
Denise Barbosa, Janine Saponara, Orlando Maretti, Paulo Figueiredo Sandra
Cínico, Silvia Balzan, Thelma Zamboni, Valéria Wilson, Yara Peres.

1 ABRACOM (Asociación Brasilera de Agencias de Comunicación)


CÓDIGO DE ÉTICA
DE LAS AGENCIAS DE COMUNICACIÓN (Brasil)

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 97


m5 material

Material básico:

• Cortina, Adela, Ética de la Empresa. Editorial Alfa, Barcelona, 1993. Capítulo 2.


• Material de cátedra desarrollado en los contenidos y actividades del módulo.

Material Complementario:

• Arendt, Hannah, “El pensar y las reflexiones morales”, en De la historia a la


acción, Ed. Paidós, 1997.
• Aristóteles, Etica nicomaquea, Ed.Harla, México, 1990.
• Kant, Inmanuel, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Colección
Universal, Madrid, 1921.
• Hobbes, Th., Leviathan, Vol. 1, Editorial Planeta, Barcelona, 1996.
• Maquiavelo, N., El príncipe, Ed. Pléyade, España, 1964.
• MacIntyre, Alasdair, Historia de la Ética, Editorial Paidós, España, 1994.

m5 actividades

m5 | actividad 1

La ética cívica

A continuación le presentamos una situación en la que un actor, Carlos, realiza


una serie de actos. Usted tiene que completar los espacios atribuyendo una
explicación sobre esos actos, usando la mayor cantidad posible de los siguientes
conceptos:

Autonomía - Mínimos morales - Tolerancia pasiva - Ética cívica - Ciudadano -


Libertad - Máximas morales - Igualdad - Derechos humanos - Acción - Valores
- Solidaridad - Tolerancia activa

Carlos está muy conforme con su trabajo de Comunicador Institucional en la


empresa de servicios sanitarios, ya que en esta empresa……………... ha realizado
una comunicación para el barrio en el cual se encuentra instalada, informando sobre
el tratamiento que hacen de residuos, porque considera que este conocimiento
es valioso para los vecinos porque……………... Llevó a la Dirección una idea
donde propone instalar, bajo cada poste de iluminación pública, un pequeño
cartel con un mensaje ético para la comunidad., donde incluye la necesidad
de respetar…………………………………. en una sociedad………………….. La
Dirección está conforme con este proyecto a causa de que la comunicación
es un elemento fundamental para …………………………………………………. Él
ha trabajado haciendo uso de su propia capacidad de reflexión y la educación
recibida, por los cual tiene una buena……………………………………………..
Contó además con una información precisa de valor universal al respecto sobre…
…………………………………………………… Juan, otro empleado de la empresa,
a quien le preguntaron sobre la viabilidad del proyecto, dijo que no le parecía
bien porque no soporta que la empresa……………………. porque su actitud es
de……………………. frente a diferentes opiniones.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.98


m5 | actividad 2

Valores y derecho

Le propongo que establezca el valor de verdad de los siguientes enunciados (V


y/o F):

Los Derechos Humanos son enunciados en las leyes civiles; ordenan el


cumplimiento de normas que conserven los valores positivos de la Igualdad y
la Paz.

El Derecho Positivo establece leyes civiles con las cuales obligan a los ciudadanos
y cuyo incumplimiento da lugar a sanciones externas al individuo.

La primera generación de los Derechos Humanos tuvo el valor de la solidaridad


como inspiración fundamental y enuncia, a partir de este valor, la necesidad de
respetar la libertad.

La primera generación de los Derechos Humanos se dio a partir de la consideración


del valor fundamental de la Libertad para todos los seres humanos en aras de la
conservación de la dignidad humana.

La segunda generación de los Derechos Humanos constituyó la expresión de


valoración de la Libertad del hombre.

El valor de Igualdad dio lugar al interés de enunciar la llamada segunda generación


de los Derechos Humanos.

m5 | actividad 3

La responsabilidad social

Mario trabaja en la oficina de Recursos Humanos como Comunicador Institucional,


en la empresa privada de Servicios de Aguas Ciudadanas. Por su misma formación
profesional, sabe que la comunicación es un instrumento de poder, y por lo tanto
es conciente de que su cargo en la empresa posee el poder que radica en ser el
vocero interno y externo de ella, no solamente con relación a pautas laborales o
propiamente técnico-funcionales, sino también, respecto a la posición política o
filosofía de la empresa.

Se ha encontrado en oportunidades con temor respecto a su seguridad laboral


y personal, al encontrarse comprometido en situaciones confusas que le han
generado dilemas éticos.

La última de estas experiencias que tuvo fue la siguiente: se dieron algunos casos
de infección bacteriana en la población y se comprobó, a través de análisis, que
la causa era un mal tratamiento en la potabilización del agua corriente, función
que desempeña la empresa. Cuando esta realiza una investigación interna a fin
de encontrar la causa de este hecho, se descubre que un personal jerárquico de
la misma, responsable directo de esta función de potabilizar el agua, ha querido
disminuir los gastos, cambiando un producto que usa a tal efecto, por otro de
inferior garantía de sus efectos benéficos sobre el agua.

A Mario le solicitan la elaboración del informe de la Empresa de Aguas Ciudadanas,


en el cual esta se deslinda de la responsabilidad sobre los casos de infección
en la población, ya que ha avisado con anterioridad que hay problemas en los

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 99


canales de distribución, cuyo mantenimiento está a cargo de una entidad pública,
que no han sido controlados debidamente.

Mario sabe que esto no es verdad. Sabe que esta información no debe ser usada
como causa de la enfermedad de estas personas. Sabe que la empresa, mediante
su informe, intenta ocultar la verdad de los hechos a la sociedad y al Estado. Sabe
que de hacer lo que la empresa quiere, ocasiona un daño moral y va, además, en
contra de la ética cívica.

Una vez leído el caso planteado, y atendiendo a los contenidos propuestos en el


Capítulo 2 del texto de Adela Cortina, responda:

a- ¿Qué parte del relato de este caso corresponde con un daño moral? ¿Por
qué?

b- ¿Qué parte del relato de este caso corresponde a un problema de valoración


ética? ¿Por qué?

c- Dentro de la valoración ética, ¿qué valor y qué derecho se ven afectados?


¿Cómo?

d- ¿Ud. Considera que Mario, como cualquier ciudadano dentro de una


democracia, posee una ética de mínimos? ¿Por qué razón?

e- Si Mario fuera en contra de su moral y de la ética ciudadana, ¿sería su acción


propia de un súbdito de la empresa? ¿Qué elementos conceptuales tiene Ud.
para sostener su respuesta?

f- Usando conceptos tratados en el contenido de este módulo, explique porqué


la empresa, al solicitarle ese informe a Mario, intenta evadir su responsabilidad
social.

g- ¿Es posible y necesario sostener que Mario, como ciudadano, tiene una
obligación por encima de la obligación de obedecer la orden de la empresa?
Desarrolle la justificación de su respuesta.

m5 | actividad 4

La acción comunicativa

“En una ONG se tiene que decidir el contenido de ciertas políticas de acción que
van a ser plasmadas en un reglamento interno. Los involucrados temen que un
personal directivo, Rubén, intente imponer su propuesta. Para el personal esta
actitud no sería democrática”.

Luego de leer la situación planteada, responda atendiendo al contenido conceptual


de la ética del diálogo o del discurso, ofrecida en el asistente académico 1 del
contenido del módulo:

a-¿Qué pretensiones tiene el personal de esta ONG al sostener que la decisión


de Rubén no sería democrática?

b- ¿Qué valores quedarían invalidados si el personal, por temor, se viera obligado


a aceptar la propuesta de Rubén?

c- ¿Qué factores o elementos tienen que ser respetados para que se conserve
una ética dialógica en la situación planteada?

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.100


m5 | actividad 5

La autonomía moral o ética

A partir de la lectura de esta parte del texto Ética en la comunicación, de Héctor


Becerra, que le presentamos a continuación, realice las consignas que luego
le proponemos para el estudio de los contenidos del módulo 5, aplicando
conocimientos logrados en el mismo:

“(…) En la línea de caracterizar y singularizar ética de moral, digamos que la


autorregulación periodística no puede consistir en una reflexión individual del
periodista, porque los descubrimientos del psicoanálisis y las modernas ciencias
del lenguaje nos enseñan que no es precisamente la conciencia la que puede
llegar a regir los destinos de un sujeto. De allí que sostengamos que es en las
vinculaciones entre el pensamiento y la acción, entre lo que se debería hacer y lo
que se hace, pero siempre en un contexto social, es decir, cuando el periodista
se relaciona con sus colegas, con sus pares; es allí donde el profesional puede
llegar a producir la autorregulación. Por eso las empresas periodísticas, los
sindicatos y las asociaciones profesionales podrían llegar a ser un ámbito
privilegiado para este tipo de debates. Sin embargo, aún existe poca convicción
sobre la necesidad de abordar los problemas relativos a la ética”.

A partir de la lectura de este texto, responda atendiendo al contenido conceptual


sobre los estadios morales, ofrecido en el asistente académico 2 del contenido
del módulo.

a- ¿Qué concepto supone este autor, en cuanto a la formación moral de los


profesionales en la comunicación, al referirse a la autorregulación profesional?
Desarrolle una explicación que contenga la explicitación de estos supuestos.

b- ¿Habría en la idea que expone este autor una visión de una moral constituida
preconvencionalmente en los profesionales y que ésta es la que tiene que
orientar sus acciones? Sí/No ¿Por qué?

m5 | actividad 6

La acción responsable en la comunicación

A partir de la lectura de este texto, responda atendiendo al contenido conceptual


sobre los estadios morales, ofrecido en el asistente académico 2 del contenido
del módulo:

“(…) Probablemente, más que en ninguna otra esfera social el ideal normativo
de la comunicación que puede institucionalizarse a través del derecho es mínimo
en las sociedades democráticas. La intervención del derecho tiende a restringirse
al máximo en este campo, generalmente para garantizar precisamente el pleno
ejercicio de la libertad de expresión (…) Acostumbrados como estamos a que
en nuestro país el Estado y el derecho establezcan las normas de la sociedad,
puede parecer que allí donde éstos no llegan ya no le corresponde a nadie asumir
responsabilidad alguna. Mientras algunos medios aprovechan los vacíos legales
o los límites reguladores del Estado para imponer su deseo egoísta de ganancia
a toda costa, otros comienzan a percibir la urgente necesidad de complementar
la acción reguladora del Estado y de compensar el déficit de funcionamiento
del mercado mediante el compromiso ético. Hugo Aznar es categórico cuando

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 101


afirma que frente a la tutela del Estado y el libertinaje del mercado nos queda
la libertad de guiarnos y evaluar nuestras acciones de acuerdo con normas y
valores autoimpuestos”.
a- La idea que se expone en este fragmento, ¿se corresponde con una visión
autoritaria del poder del Estado con relación al ejercicio de la libertad de
expresión en la comunicación? Sí/No ¿Por qué?

b- ¿Qué concepto piensa Ud. que el autor defiende al hablar de “compromiso


ético”? Desarrolle una explicación.

c- En la visión de este autor, ¿puede Ud. detectar el concepto de manipulación?


¿Dónde?

d- ¿Es posible asociar el concepto de “actividad reguladora del Estado” con el


concepto de autoridad expuesto en el texto que le ofrecemos como marco
conceptual? Sí/No ¿Por qué?

m5 | actividad 7

El Código de Ética

En esta actividad le proponemos, como cierre de este módulo, que realice un


análisis crítico, conceptual ético-filosófico, de los contenidos principales que Ud.
rescate del Código de Ética que le presentamos a continuación.

Recuerde que en el contenido de este módulo hemos expuesto un análisis de un


Código de Ética que, a modo de ejemplo, puede ser de utilidad para Ud. como
guía para la realización de esta actividad.

Código de ética

PLANTEAMIENTO

Las empresas que realizan actividades de comunicación mercadotécnica,


integradas a través de sus asociaciones en CICOM, entienden que su
labor contribuye al crecimiento y fortalecimiento de los clientes a quienes
sirven, siempre con respeto a la sana competencia.

También realizan sus actividades de comunicación con el más alto sentido


de responsabilidad social y siempre con apego al marco legal vigente.

En consecuencia, las comunicaciones mercadotécnicas que realizan las


empresas integradas a CICOM se apegan a los siguientes

PRINCIPIOS

I LEGALIDAD. Apego de las comunicaciones mercadotécnicas a las


normas jurídicas vigentes, y a las normas que de este Código emanen.

II HONESTIDAD y ÉTICA DE NEGOCIO. Las empresas agrupadas en


CICOM realizarán sus comunicaciones mercadotécnicas con integridad y
respeto, tanto hacia los clientes como a los consumidores, utilizando siempre
información verídica y confiable que contribuya a un desarrollo empresarial
sano y a decisiones adecuadas por parte del consumidor y/o usuario final.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.102


III COMUNICACIÓN CON VALORES. Las comunicaciones
mercadotécnicas realizadas por las empresas agrupadas en
CICOM deberán impulsar los valores que contribuyan a la
cohesión y desarrollo sano de la sociedad en su conjunto.

III RESPETO Y SANA COMPETENCIA. Las comunicaciones y servicios


realizados por las empresas agrupadas en CICOM deberán buscar el
respeto a la sana competencia; los puntos de comparación deben basarse
en hechos comprobables y fehacientes; no deben ser seleccionados de
manera injusta o parcial y en general deben evitar que la comparación
pueda engañar al consumidor. Asimismo, se deberá evitar denigrar directa
o implícitamente a las empresas o a los productos, servicios o conceptos
de un competidor, así como copiar sus ideas, ya que esto representa
una falta al profesionalismo y conduce también a un debilitamiento de
la confianza que el público brinda a los servicios de la comunicación
mercadotécnica.

IV PROFESIONALISMO, CALIDAD E INNOVACIÓN. Las empresas


agrupadas en CICOM buscarán dar a sus clientes servicios profesionales
de la más alta calidad, buscando siempre brindar asesoría basada
en la actualización permanente de sus prácticas empresariales, e
innovando los procesos de forma que las empresas que los contraten
den el justo valor y reconocimiento a la comunicación mercadotécnica.

REGLAMENTO DEL CÓDIGO DE ÉTICA

Todas las Asociaciones que integran CICOM deberán tener su propio


Código de Ética y reglamentos correspondientes, contemplando en ellos
los principios establecidos en el Código de Ética de CICOM.

Cada asociación perteneciente a CICOM deberá establecer


los instrumentos que permitan el ejercicio de sus códigos
de ética, así como las medidas de corrección y sanciones
correspondientes que deban aplicarse en caso de su incumplimiento.

La aceptación de nuevas asociaciones como integrantes de CICOM estará


sujeta a que tengan su Código de Ética y reglamentos correspondientes
o, en su defecto, a que los desarrollen en un plazo no mayor a tres
meses a partir de su solicitud de ingreso, plazo en el que contarán
con voz pero no con voto dentro de este organismo. En caso de no
cumplir con este requisito no serán aceptadas en esta Confederación.

El incumplimiento de este Código de Ética será motivo de las sanciones


contempladas al respecto en los estatutos de CICOM.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 103


m5 glosario

Actitud: Entiéndase como la predisposición de un persona a actuar de determinada


forma dados elementos determinados de su condición física-existencial, tanto
biológicos como psicológicos, y del entorno socio-cultural.

Agnóstico: (Sin –saber) Persona que no cree en la adquisición de saberes de


valor absoluto.

Autonomía: Auto-nomos, palabra de origen griego que significa darse las propias
normas.

Autonomizado: (Auto-nomos) Independiente, separado del resto.

Bios: Vida, existencia material biológica, orgánica.

Ciudadano: De civitas, ciudad; habitante de una ciudad, de una sociedad


organizada políticamente bajo la forma de república. Habitante de una ciudad
donde rige un ordenamiento democrático.

Cívica: De civitas (ciudad) en latín, propio de una ciudad o polis, categoría


política del sistema democrático.

Código: En nuestro contexto, refiere a un reglamento donde se explicitan los


fundamentos del mismo en cuanto a los valores que intenta preservar.

Conciencia: Espacio interior de reflexión de las personas en el cual se establece


una problematización sobre el sentido de las ideas o de las acciones que esta
realiza o sostiene.

Consecuencialismo: Denominación que refiere a posiciones teóricas sobre la


acción, que pone el énfasis en las consecuencias de la acción (fines), al tener
que determinar el valor de la misma.

Consistencia: Se refiere, dentro de nuestro contexto, al valor real y efectivo


de una propuesta discursiva o de deseo. Si tenemos la certeza de algo como
irrealizable, es inconsistente proponerlo como proyecto porque posee una
invalidez en la propuesta misma.

Contractualismo: Refiere a las posiciones teóricas de análisis de la acción que


consideran a las sociedades como el resultado de un contrato inicial o convenio,
a partir de cuya hipótesis teórica explican la acción como respuesta obligada por
lo convenido o pactado. Estas posiciones sustentan la categoría de ciudadano
en el ingreso de las personas o individuos desde un estado natural individual a
un estado social contractual.

Convicción: Saber que no exige por sí mismo una demostración. Aprehensión


directa de una idea atribuyéndole un valor.

Cosmovisión: Posesión de una visión general o elevada sobre una situación


a partir de la cual logra una visión ordenada de lo observado. Interpretación
fundamental sobre el significado y sentido de un hecho.

Democracia: Autoorganización ciudadana del poder político donde todos los


ciudadanos gobiernan a través de los procedimientos instituidos de representación
y división de poderes.

Deseo (eros): Búsqueda, amor de aquello que no se tiene o posee y se necesita


para complementarse y lograr una verdadera identidad.

Dialéctico: Proceso de elaboración de razonamientos mediante posiciones de


razones o ideas (tesis) y contraposiciones (antítesis), con el fin de llegar a una
síntesis o idea nueva que surge del estadio anterior de la oposición establecida.

EDUBP | PERIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag.104


Dilema: Situación planteada como problemática, donde las posibles alternativas
de elección o de acción se contraponen.

Discriminación: Rechazo a la diferencia.

Economía: Oiko-nomos, normas de la casa; alude a la administración de los


bienes materiales, a lo necesario para sostener la vida.

Ilustración: Refiere a un movimiento intelectual y social que se caracteriza


en la modernidad como confianza en la razón que como luz (iluminación) da
verdadero saber al ser humano. Destaca el valor de la ciencia para la adquisición
de la dignidad humana. La ciencia hace libre al hombre.

Innegociable: Que no se negocia, es decir que no está sujeto a cálculos de


costos y beneficios.

Manipulación: “… es un poder que se ejerce ocultando las intenciones mediante


un esfuerzo deliberado y exitoso de influir en las respuestas de individuos o
grupos a los que no se les comunica explícitamente las intenciones del poderoso
(…)” (Wrong, 1980).

Máximas morales: Alude a las creencias, valores y convicciones propias de


cada individuo o persona.

Mínimos morales: Refiere al saber instituido en toda sociedad como valores


y normas aceptadas por todos como válidas y en base a cuya observancia es
posible una vida en común.

Paideia: Significa educación o cultura. Proviene de paidós (niño, en griego).

Persona: Individuo humano; concepto de origen religioso que supone la creencia


de un valor único y absoluto para cada individuo.

Pluralismo: Es la diferencia dentro de la igualdad. En una sociedad donde


todos los ciudadanos poseen igualdad de derechos, existe diversidad respecto
a las posiciones asumidas por los individuos a partir de sus propias creencias y
convicciones, educación y gustos.

Procedimentalismo: Refiere a las posiciones teóricas sobre la acción, que


ponen el énfasis en los procedimientos que constituyen a las acciones desde
una mirada sobre todo técnica-administrativa, a partir de la cual se determina el
valor de dicha acción.

Reglamento: Conjunto de enunciados de prescripción técnica para lograr la


elaboración o conservación de un producto. Pertenece al orden o a la dimensión
de la racionalidad científico-técnica.

Súbdito: Habitante de una república monárquica o de un feudo, obligado a obedecer


la ley en cuya confección él no ha participado. El que existe sometido a un poder
externo a él mismo. También: individuo sometido al poder de un autoritarismo.

Trascendental: Realidad no sujeta a la realidad natural ni a sus leyes, y que aporta


condiciones o principios que hacen posible el conocimiento del ser humano.

e v a l u ación

La versión impresa no incluye las auto-evaluaciones parciales. Las mismas se


encuentran disponibles desde su CD-ROM de materias.

EDUBP | PRIODISMO Y NUEVOS MEDIOS | ética y deontología - pag. 105

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