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Escuela de Cadetes del S.P.P.

Concepto:
El amparo es una acción o un recurso, dependiendo de la legislación del país de que se
trate, que tutela los derechos constitucionales del ciudadano, y del que conoce y falla o
bien un tribunal específico como un Tribunal Constitucional, Corte Suprema, o bien un
juez tribunal ordinario, según lo dispuesto en la legislación procesal de cada país. El
amparo cumple una doble función: de protección al ciudadano en sus garantías
fundamentales y a la propia constitución al garantizar la inviolabilidad de sus preceptos
ya sea por normas generales contrarias a dichos preceptos o por actos de autoridad que
vulneren el contenido o los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución.
Según el Derecho procesal de cada país, el amparo puede garantizarse a través de una
acción jurisdiccional o a través de un recurso procesal.

Como acción, el amparo consiste en proteger, de modo originario iniciando el proceso,


todos los derechos diferentes a los que se encuentren regulados especialmente por la
misma constitución o por una ley especial con rango constitucional, como por ejemplo el
derecho a la libertad física o ambulatoria (este derecho se encuentra protegido
específicamente por el hábeas corpus). Así como el hábeas corpus garantiza el ejercicio
de la libertad física o ambulatoria, o como el hábeas data garantiza la libertad de
disponer de la información propia, el amparo tiende a garantizar cualquiera de los demás
derechos fundamentales que no se encuentren regulados especialmente. De modo que
puede recurrir a esta acción quien se vea privado de ejercer cualquiera de los derechos
reconocidos expresa o implícitamente por la Constitución, una ley o, en su caso, en
tratados internacionales.

Como recurso, el amparo es una garantía procesal añadida para el ciudadano. Si bien
cualquier órgano judicial tiene la obligación de hacer cumplir la legislación, cuando se
hubiese finalizado la vía judicial ordinaria y el ciudadano estimase que se han vulnerado
sus derechos fundamentales podrá interponer un recurso de amparo ante el órgano
judicial competente.
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Antecedentes de amparo.

Aparece por primera vez en América Latina en la Constitución mexicana de Yucatán de


1840 y luego es retomado con todo vigor en la de 1917.

La Convención Americana de Derechos Humanos (pacto de San José de Costa Rica)


prevé la aplicación del amparo en su artículo 24 a los países signatarios del mismo.
Dicha disposición establece que toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y
rápido, o a cualquier recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes que los
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución, aun cuando tal violación sea cometida por persona que actúe en ejercicio
de sus funciones judiciales. Esta acción tuvo origen en nuestro país en la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en los famosos casos “leading cases” Siri
y Kot que admitieron la existencia de una acción destinada a la protección de los
derechos no alcanzados por el Habeas Corpus.

El alto tribunal considera que la acción de amparo está reservada a las delicadas y
extremas situaciones en las que, ante la ausencia de otras vías legales, se pone en peligro
la salvaguarda de derechos fundamentales del hombre. La regulación legislativa recién
aparcería una década mas tarde (1966-68) con la sanción de la ley 16986 que reglamentó
el amparo contra los actos de autoridad.

EL CASO SIRI.

En 1956, Ángel Siri, director y propietario del diario ”Mercedes”, fue detenido por
orden de la dirección de seguridad de la Policía de Buenos Aires y su periódico fue
clausurado. Él interpuso un recurso de amparo a favor de la libertad de imprenta y de
trabajo, que fue rechazado en las instancias inferiores “en razón de no tratarse de un caso
de recurso de Habeas Corpus, el cual solo protege la libertad física y corporal de la
persona.”
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La Corte hizo notar que el recurrente no había expresado en sus presentaciones un
recurso de Habeas Corpus, sino que únicamente había invocado “la garantía de libertad
de imprenta y trabajo que aseguran los artículos 14, 17 y 18 de la Constitución
Nacional”. En este sentido, dejaba ya implícitamente de lado toda la tradición
jurisprudencial que reconocía como única vía sumaria la del Habeas Corpus, limitada a
la tutela de la libertad física y que negaba el amparo análogo de los derechos
individuales. Quiere decir que el primer argumento del tribunal en su flamante
orientación era el siguiente: no podía rechazarse la pretensión incoada por Siri
alegándose -como se había hecho en las sentencias de primera y segunda instancia- que
el Habeas Corpus protege la libertad corporal, ya que el accionante no había interpuesto
recurso de Habeas Corpus. Pero de inmediato surgía la cuestión fundamental: si no era
un Habeas Corpus lo que había deducido el autor, ¿podía tramitarse la causa con
procedimiento análogo a falta de legislación procesal especialmente prevista?. Para
responder, el tribunal dijo sencillamente que bastaba la comprobación inmediata de que
la garantía constitucional invocada se hallaba evidentemente restringida sin orden de
autoridad competente y sin expresión de causa que justificara dicha restricción, para que
tal garantía fuera establecida por los jueces en su integridad. Y se aclara posteriormente,
el argumento de la ausencia de reglamentación procesal. No puede alegarse en contra de
aquel la inexistencia de una ley que reglamente la garantía ya que

”Las garantías individuales existen y protegen a los individuos por el solo hecho de estar
consagradas por la constitución independientemente de las leyes reglamentarias, las
cuales son requeridas para establecer en qué casos y con qué justificativos podrá
procederse a su allanamiento y ocupación”, como dice el artículo 18 de la Constitución.

Con este original pronunciamiento, provistos de alardes doctrinarios y de profundas


disquisiciones constitucionales, se abría paso a una corriente novedosa con la que el
Tribunal, según su expresa manifestación, se apartaba de la doctrina tradicional.

En una palabra, el valor y jerarquía de la sentencia radica en haber destruido la tesis de


que, a falta de reglamentación procesal, los jueces no pueden deparar una vía sumaria de
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amparo a favor de los derechos y las libertades individuales, debiendo relegar su
protección al trámite de los procedimientos ordinarios.

EL CASO KOT.

Samuel Kot S.R.L.- 5 de septiembre de 1958-.

Se trató de la ocupación de una fábrica por el personal en conflicto con la parte patronal;
la huelga había sido declarada ilegal en instancia administrativa, y los obreros fueron
intimados a incurrir al trabajo; poco después, la primera resolución declarativa de
ilegalidad fue anulada de oficio por el departamento de trabajo de la provincia de
Buenos Aires, y ambas partes intimadas a reanudar las tareas; a raíz de ello, parte de los
trabajadores se introdujeron en el local y ocuparon la fábrica impidiendo el acceso a ella
de sus propietarios y el resto del personal. Incoado un proceso criminal contra los
ocupantes, fundado en la violación del domicilio y de la correspondencia y en al
atentado a la libertad de trabajo, la solicitud de entrega del local formulada por sus
dueños fue desestimada, sobreseyéndose a los imputados en cuanto al hecho de la
ocupación, por tratarse de hechos derivados de un conflicto de trabajo, que demostraban
la inexistencia de ánimo de despojar. De allí que el hecho de la ocupación denunciada no
constituye delito. Interpuesto de inmediato un recurso de amparo ante la misma cámara
de La Plata éste no tuvo éxito por la reiteración de la vieja doctrina negatoria que el
tribunal formuló:¨ el recurso de Hábeas Corpus tiene por objeto esencial la protección de
la libertad personal o corporal y no puede hacerse extensivo a la protección de otros
derechos que se pretendan vulnerados. Tales derechos deben ejercitarse conforme a los
respectivos procedimientos creados por las leyes de la materia “.

Contra esta última resolución se recurrió ante la Corte por vía de remedio extraordinario.
En definitiva, el Alto Tribunal hizo lugar al amparo, ordenando restituir la fábrica a sus
propietarios, libre de ocupantes.

Acción de Amparo:
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A partir de los casos antes expuestos, se puede deducir que el objetivo perseguido por el
amparo es que, frente a una alteración o restricción arbitraria o ilegal de un derecho o
libertad constitucional -a excepción de la libertad ambulatoria-por parte de la autoridad
pública o de particulares- ya sea por acción u omisión-que cause perjuicio, el agraviado
pueda concurrir ante la sede judicial a reclamar el cese de dichas violaciones o que se
mande a ejecutar lo que corresponda.

Claro que por ser una vía sumarísima, debe plantearse ante casos donde la ilegitimidad
de la restricción de los derechos aparezca de modo claro y manifiesto , así como el daño
grave e irreparable que ocasionaría el intentar su revisión por la vía ordinaria.

El perjuicio debe ser real, efectivo, tangible, concreto e ineludible y se admite ante la
amenaza de una lesión que sea precisa, concreta e inminente.

La ilegalidad se refiere a los actos u omisiones de autoridad manifiestamente opuestos a


la ley, notoriamente ilícitos, mientras que la arbitrariedad sería aquel caso en que el
agente arremetiera contra la norma vigente y actuara fundado en su propio criterio,
careciendo el acto de justicia.

El amparo tutela los derechos públicos subjetivos y garantías constitucionales en sentido


estricto, por lo tanto quedaría fuera del campo de protección del mismo los derechos
subjetivos privados.

Interpretación de la norma:(art. 43 C.N)

* “Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo”, dice la norma.
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Cuando dice “toda persona” se está haciendo una referencia general , válida tanto para
las personas físicas como para las jurídicas que vieran lesionados sus derechos
,partiendo de la premisa de que “persona “ es todo ente susceptible de adquirir derechos
y contraer obligaciones”.

Cuando se habla de “acción expedita”, se está afirmando que la misma se encuentra


abierta, sin obstáculos procesales a la vista. Ello significa que la acción de amparo no
puede ser interrumpida en su trámite con incidentes de ninguna especie.

En cambio, cuando se habla de “acción rápida” la idea es que la misma, debe tramitar en
tiempo útil, sin dilaciones, en relación con el objetivo que tiene la tutela: el pleno
ejercicio del derecho lesionado, restringido , alterado o amenazado.

Además, la ley vigente omite establecer plazos fijos para la producción, por parte del
juez, del pedido de informes a la autoridad que corresponda, ni para su contestación; ello
significa que dichos trámites deben sustanciarse de inmediato. Este es el criterio que,
con toda razón, ha mantenido la norma constitucional. Pero ello no puede significar que
si la ley reglamentaria fija un plazo para la producción de algún acto procesal ello deba
computarse como inconstitucional: la racionabilidad debe ser el criterio de medida
imperante en la materia.

“amparo” se entiende como una acción judicial para solicitar a la justicia la protección
urgente de cualquiera de sus derechos individuales

* “Siempre que no exista otro medio judicial más idóneo”, lo que implica que el trámite
procesal del amparo no corresponde cuando existe otro previsto en la legislación
procesal jurisdiccional más apropiado, de acuerdo con la naturaleza de la pretensión
interpuesta , para la mejor tutela del derecho subjetivo en juego . Ya está dispuesto por
la ley vigente cuando establece que el amparo no procede cuando existan recursos o
remedios judiciales o administrativos que permitan obtener la protección del derecho o
garantía constitucional de que se trata (art.2º, inc. A, de la ley 16.986). Pero, la
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Constitución no ha incluido como requisito de procedencia del amparo que no exista
“otro medio administrativo más idóneo”. Se ha limitado a restringir la improcedencia a
los trámites judiciales, con lo cual se torna inconstitucional la exigencia citada de la Ley
de Amparo, que no lo hace procedente cuando existiera un recurso o remedio
“administrativo” que permita obtener la reparación buscada. De este modo la reforma
constitucional viene a producir una trascendente innovación a favor del acceso a la
justicia por parte de los administradores: en la Argentina ya no será necesario agotar la
reclamación administrativa como exigencia sine qua non para poder iniciar una acción
de amparo.

Dicha exigencia de agotar la reclamación administrativa previamente a la acción de


amparo, sólo se deja de lado cuando dicho agotamiento implica la virtual imposibilidad
de ejercer el derecho en relación con el cual se reclama tutela. Sin embargo, se han
producido infinidad de casos donde el ritualismo de la exigencia de agotar la
reclamación administrativa ha impedido el ejercicio en debido tiempo de un derecho
constitucional y además, imposibilidad de que la supremacía constitucional sea la regla
de oro del sistema jurídico.

Por otra parte el sistema jurídico debe estar al servicio de la sociedad y no de la


estructura del Poder del Estado. Si se producen desconocimientos del sistema jurídico en
el ámbito de la Administración, que ellas merezcan el correspondiente control por parte
de su jefatura, pero sin que ello implique un mayor agravio a los derechos
constitucionales de cada ciudadano.

Concluyendo, todo esto implica que, no obstante la amplitud con que ha sido
constitucionalizado, no puede sostenerse que se ha ordinarizado un trámite procesal
tradicionalmente sumario y de excepción. Por lo que la regla constitucional no ha
cambiado en absoluto las prácticas judiciales que han regido hasta el presente.

* “contra todo acto u omisión de autoridades públicas o privadas”, de lo que resulta que
todas las autoridades públicas y cualquier particular son los destinatarios del
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apercibimiento constitucional. De tal modo , tanto el Poder Ejecutivo y todo el
despliegue organizacional de la Administración del Estado, el Congreso y las
dependencias administrativas que están a su cargo y el Poder Judicial en sus diversos
niveles, deben ser entendidos como “autoridades públicas” frente a cuyas
determinaciones lesivas de derechos cabe la tutela del amparo. Lo expuesto alcanza a los
tres niveles de la descentralización territorial del poder público : el nacional, el
provincial y el municipal, sin importar la jurisdicción territorial en la que se encuentran.

Por otra parte la norma también establece que es “contra todo acto u omisión” de las
referidas autoridades públicas, significando esto que no sólo frente a actos de la
administración pública sino también frente a actos propios del Congreso (mediante
violaciones producidas por medidas legislativas como expropiaciones, subsidios, etc) o
del Poder Judicial ( decisiones judiciales que afectaren derechos y ante las cuales las
apelaciones ordinarias no fueren idóneas) se podrá proceder la acción de amparo.

Sin embargo, esta posición interpretativa no fue sostenido por ningún constituyente.

Además, de la interpretación de la norma surge que el amparo también procede contra


actos provenientes de otros órganos del poder público , como el Defensor del Pueblo,
Ministerio Público , la Auditoría General de la Nación y el Concejo de la Magistratura
por lo que sus actos deben ser meritados como factibles de lesionar , restringir , alterar o
amenazar un derecho .

Otra interpretación constructiva acerca de que el amparo procede contra “toda omisión
de autoridad pública”, es de una gran importancia porque, si conjugamos esta regla con
la que cierra el primer apartado del art. 43, resulta que las omisiones del legislador, del
Ejecutivo o en general del poder administrativo y de los jueces, podrán ser declaradas
inconstitucionales por los tribunales de justicia de nuestro país y sustituidas por algún
tipo de acto jurisdiccional que remedie, sólo para el caso y sin carácter normativo
general , la omisión del poder público.
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Cuando la Constitución ordena a un órgano del poder el ejercicio de una competencia ,
ese órgano está obligado a ponerla en movimiento, o cuando el órgano omite ejercer la
competencia, viola la Constitución por omisión, en forma equivalente a cuando la viola
por acción. Otro caso es cuando la abstención del poder produce un daño o gravamen
para alguien, éste debe estar legitimado para impulsar ante la justicia constitucional a
controlar al órgano remiso a cumplir la actividad debida, o para que el órgano judicial
supla la actividad omitida.

Los órganos judiciales encargados de aplicar la Constitución deben realizar la


interpretación integrativa de una regla de enorme trascendencia, la cual impide que el
Congreso y el Ejecutivo incumplan con su obligación institucional de implementar las
normas imperativas existentes en el texto constitucional o en las leyes. Por lo tanto, se
dejará de lado la doctrina de la Corta Suprema, según la cual en nuestro sistema jurídico
no existe legitimación procesal para que alguien pueda solicitar el dictado de una
legislación determinada.

Sagües también reconoce la posibilidad de la inconstitucionalidad por omisión, cuando


la Constitución le asigna al legislador una tarea concreta y él no la cumple, aunque
pudiera hacerlo sobre la base de alternativas válidas,. El decir, si bien hay una cuestión
de discrecionalidad en la elección de la alternativa política legislativa, no cumplirla no
hace otra cosa que transferirle al órgano judicial la potestad reglamentaria, ya que todas
las normas programáticas debe convertirse en operativas por la acción del Poder Judicial
cuando los otros poderes no las cumplieron.

Sin embargo, no cualquier omisión legislativa o judicial puede determinar la


procedencia del amparo. Solamente se puede considerar habilitada esta vía cuando la
omisión o insuficiencia reglamentaria produjere daños concretos en perjuicio de un
particular, siempre que dicha situación coloque al afectado en estado de necesidad en
relación con un derecho constitucional. O cuando de la omisión o insuficiencia
reglamentaria resultaren afectados los derechos de incidencia colectiva.
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De este modo, esta parte del art.43 legisla sobre la potestad legislativa frente a la
inacción del poder político.

Por otra parte, la reforma constitucional ha venido a consagrar el amparo por actos de
particulares, lo cual en el precedente judicial del caso Kot , la Corte sostuvo que además
de los individuos humanos y del Estado, hay ahora una tercera categoría de sujetos , con
o sin personalidad jurídica que antes se desconocían como tales; los consorcios, los
sindicatos, las asociaciones profesionales, las grandes empresas, que acumulan casi
siempre un enorme poderío material o económico,. Y a menudo sus fuerzas se oponen a
las del Estado y no es discutible que estos entes colectivos representan, junto con el
progreso material de la sociedad, una fuente de amenazas para el individuo y sus
derechos esenciales (libertad de expresión, principio de igualdad, etc.).

El objeto es impedir que los particulares actúan como si fueran el poder público,
desconociendo derechos.

* “que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad
o ilegalidad manifiesta”.

Significa, por una parte, que si una violación no es manifiesta para el juez interviniente,
ella no podrá ser reconocida ni declarada. Lo que no es manifiesto para el juez, no
existe. La lesión al derecho existe o no existe, y en caso de duda, cabe la máxima in
dubio pro amparo.

Con respecto a las modalidades de la afectación al derecho, pasamos a desagregar los


supuestos:

a) lesión: comprende todo daño o perjuicio al derecho que se tutela. Se encuentra


lesionado un derecho cuando el mismo no se puede ejercer, cuando el acto de su titular ,
no se puede cumplir, con severa limitación a la libertad humana. Ej, es la no emisión del
pasaporte, en tiempo útil y sin causa que lo justifique, para poder salir del país.
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b) restricción: es una reducción, disminución o limitación de la posibilidad de


ejercicio de la acción materia del respectivo derecho. Ej, impedir a manifestante que
ejerzan el derecho de reunión o manifestación sin fundamento suficiente.

c) alteración: cambio o modificación en la naturaleza del derecho. Ej: el plan “Bónex”


de 1990 alteró el derecho de disposición de la propiedad privada, y sólo puede
justificarse en situación de emergencia, siempre y cuando la indisponibilidad del dinero
no se derive en un daño irreparable a la propiedad del inversor.

d) amenazar: comunicar medidas restrictivas del ejercicio de un derecho, es


equivalente a haber producido la restricción del derecho, siempre y cuando la amenaza
sea “cierta” y/o “grave”. Ej: bastará con la amenaza por parte de una autoridad pública
de producir una censura a la libertad de prensa, para tener por cumplida la censura
misma.

* “derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley”., de lo


que se infiere que los derechos y garantías protegidos son los reconocidos por la
Constitución sean implícitos o explícitos, y los reconocidos por los tratados y por las
leyes ; ya que tomar en cuenta exclusivamente los derechos reconocidos en la
Constitución como susceptibles de protección , genera una enorme dificultad , cuál es,
dónde termina el derecho constitucionalmente protegible y dónde empieza el no
protegible.

Por lo tanto, el amparo protege los derechos tutelados por los tratados internacionales,
los cuales tienen jerarquía supralegal al igual que cualesquiera otros tratados, como por
ejemplo los tratados interprovinciales; y los derechos protegidos por las leyes,
entendiéndose por leyes los decretos, ordenanzas y resoluciones.

* “En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde


el acto u omisión lesiva”.
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La aún vigente Ley Nacional de Amparo 16986, en su art.2, inc. D , establece que “la
acción de amparo no será admisible cuando la determinación de la eventual invalidez del
acto requiriese (...)la declaración de inconstitucionalidad de leyes, decretos u
ordenanzas”. Esta absurda prohibición, que permitió que parta de la doctrina nacional
calificara a la ley de amparo como una “ley de desamparo” se tornó inconstitucional a
partir de la reforma de 1994. Por lo tanto, la tutela procesal de amparo actual no sólo
logra la remoción del obstáculo de hecho al ejercicio del derecho, sino la declaración de
inconstitucionalidad de una norma que viene a impedir el pleno goce de una derecho
constitucional, legal o contenido en un tratado: por la simple razón de que el
desconocimiento de un tratado o de una ley ya implica un desconocimiento de la
Constitución.

* “Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo


relativo a los derechos que protegen el ambiente, a la competencia , al usuario y al
consumidor , así como a los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el
defensor del pueblo y las asociaciones que propendan esos fines , registradas conforme a
la ley, le que determinará los requisitos y formas de su organización”.

La C.N. , por lo tanto protege todos los derechos que se le reconocen a la sociedad como
“ente moral o colectivo” . Estos derechos, hasta la Reforma de 1994 se habían
encontrado sin protección jurisdiccional, con la simple excusa por parte de los tribunales
de justicia de que si no está suficientemente probada la lesión de un derecho individual ,
ningún particular o asociación representativa puede estar en juicio en defensa de los
derechos públicos o colectivos que tiene la sociedad o los grupos o sectores que la
integran.

Se debe destacar además, que la protección de los derechos colectivos dispuesta en la


Constitución Nacional es notablemente más importante que la que registra el Derecho
Público provincial. Por ejemplo, la de Córdoba tiene una legitimación muy amplia.
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El texto legal cuando dice “cualquier forma de discriminación” hace referencia a la
obligación de los Estados de respetar los derechos y libertades reconocidos en el Pacto
de San José de Costa Rica “sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social,
posición económica , nacimiento o cualquier otra condición social” y en las
Convenciones Internacionales sobre toda forma de discriminación racial o contra la
mujer; ya que dichos tratados tienen jerarquía constitucional.

También menciona los derechos que protegen al ambiente , haciendo referencia al art. 41
de la CN, el cual dispone que todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano
, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas
satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras, y
tiene el deber de preservarlo”. Por lo tanto, procederá el amparo cuando el Estado o los
particulares afectaren la salud o el equilibrio ambiental, teniendo el Juez que requerir un
informe al Estado o particular causante del daño ambiental. , del que surgirá la
existencia o no de un daño al ambiente. Si existiere, entonces cabe la medida cautelar de
no innovar, es decir de no continuar con los actos causantes del daño. En tal caso se
estudiarán las dimensiones del daño para poder determinar el tipo de medidas a ser
cumplidas.

El amparo se justifica para llegar en forma rápida a la medida precautoria, pues una
acción ordinaria podría convertir en irreparable el daño producido.

También, el art. 41 de la CN establece que todo residuo radioactivo tiene vedada la


entrada al país, debiendo prosperar la acción de amparo en ese caso.

La tutela constitucional del amparo alcanza a la competencia, al usuario y al


consumidor, derechos de incidencia colectiva, o sea relacionados con los derechos
públicos de la sociedad y no con el de los particulares damnificados. La misma se basa
en el art. 42 de la CN , el que establece que “los consumidores y usuarios de bienes y
servicios tienen derecho , en relación de consumo, a la protección de la salud, seguridad
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e intereses económicos ; a una información adecuada y veraz; a la libertad d elección , y
a condiciones de trato equitativo y digo”, por lo que en casos en los que las autoridades
no controlen los monopolios o no faciliten la constitución de asociaciones de
consumidores y usuarios, etc, los jueces están facultados a actuar o a disponer medidas
que vengan a suplir la omisión legislativa . Sin embargo, dichos actos tendrán validez
solamente en relación con el caso.

La operatividad de los derechos de incidencia colectiva en general, depende de que la


ley establezca los requisitos y formas de organización de las asociaciones que propendan
a la defensa de dichos intereses (las llamadas organizaciones no gubernamentales), así
como a su registro; ya que el Derecho no existe sin legitimación para ejercerlo.

El resultado es que los legitimados para accionar el amparo judicial lo hacen a nombre y
con efectos generales de todo el grupo o sector social a quien representan, y no a un
individuo que viene a nombre propio, para resarcirse de un daño sufrido en su
patrimonio personal.

La incidencia se refiere a personificar el ente colectivo a partir de una legitimación


procesal.

Con respecto a la legitimación procesal para interponer el amparo colectivo, los


legitimados para presentar el recurso de amparo, son el Defensor del Pueblo (el art.86 de
la CN establece que el mismo está legitimado procesalmente y que puede controlar a los
entes privados concesionarios de servicios públicos) ;las asociaciones que propendan
esos fines , registradas conforme a la ley, y el afectado.

Con respecto a las asociaciones que propendan esos fines, registradas conforme a la ley,
la que determinará los requisitos y formas de su organización, mientras no se dicte la ley
que disponga el registro y los requisitos y formas de organización de las referidas
asociaciones legitimadas para interponer acciones de amparo en defensa de los derechos
de incidencia colectiva, no estará expedito el acceso a la justicia de las mismas a tales
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efectos. Sin embargo, si pasare un tiempo razonable sin que el Congreso cumpliere con
el imperativo constitucional de reglamentar la referida legitimación procesal, los jueces
podrán reconocer la misma a favor de entidades suficientemente representativas, que
justificaren idoneidad e información suficiente en relación con la defensa de los
derechos colectivos afectados , pues de lo contrario quedaría frustrada -caso de
inconstitucionalidad por omisión, materia del amparo- la decisión de brindar efectiva
protección a dichos derechos.

Por último, el tercer legitimado es “el afectado”. La referencia a los intereses legítimos,
son acciones de clase que pueden ser iniciadas por individuos pertenecientes a un sector
afectado en general por una ley o un acto administrativo de carácter general, pero que lo
hacen no sólo en beneficio propio sino de todo el sector o grupo en que se encuentra
incluido. Estas acciones superan las decisiones de las otras dos alternativas, ya que no
hay una carga estructural no un contralor directo o indirecto del estado.

La problemática general que presenta la operatoria procesal a proteger los derechos de


incidencia colectiva está referida a dos cuestiones fundamentales: el valor de la cosa
juzgada y el beneficio de litigar sin gastos.

De la primera se podría disponer que si se trata de sentencias negatorias del


reconocimiento del derecho colectivo reclamado, no cabe el rechazo in limine del
amparo, no obstante que no se invocasen hechos nuevos o pruebas no rendidas.

El beneficio de litigar sin gastos, significa una garantía al acceso a la justicia en pos de
la protección de los derechos de incidencia colectiva, ya que tratándose del interés
público los argumentos patrimoniales no pueden prevalecer, por lo que el Estado debe
hacerse cargo de los gastos incurridos.

Clasificación del Amparo.


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El amparo se podría clasificar en diversos tipos de acuerdo a los derechos que intenta
tutelar.

Por ejemplo, se podría clasificar en : acción de Amparo “general” , legislada en orden


federal por una ley específica (Ley 16.896) y en sectores provinciales por leyes
especiales (Ley 4915 en Córdoba); el Amparo por la mora de Administración (Ley
19.549)destinado de a efectivizar, mediante un trámite sumarísimo, actos que las
autoridades públicas tienen el deber de realizar y que no obstante no los concretan;
Amparo por demora de la Dirección General Impositiva o de la Administración
Nacional de Aduanas; Amparo Electoral; Amparo Laboral es un instituto del fuero de
trabajo; Amparo Sindical; Amparo Informativo: Está contemplado de modo especial en
diversas normas provinciales, es un Amparo que sirve para obtener información de la
autoridad competente que esta debe proporcionar y para ejercitar el derecho de réplica;
etc.-

Procedimiento del Amparo.

La demanda debe ser presentada por escrita, realizada por un persona individual o
jurídica que contendrá el nombre, apellido, domicilio real , la individualización del autor
del hecho y la petición en términos claros y precisos. , ante el juez de primera instancia
con jurisdicción en el lugar en que el acto se exteriorice y tuviera o pudiere tener efecto
(Art.4y5).

La demanda debe presentarse por escrito y con firma del letrado. En ella debe hacerse
una relación circunstanciada de los hechos y su íntima vinculación con el derecho o
principio constitucional que se considera lesionado , deben ofrecerse todas las pruebas
que la parte considere necesarias para acreditar su derecho (Art. 5 y 6 ) .

El magistrado luego de recibir el pedido, debe determinar en un plazo breve si la acción


es manifiestamente inadmisible ,en tal caso la rechaza y ordena el archivo de las
actuaciones (atr.3). Si la declara precedente, sin que ello importe decidir sobre el fondo
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de la cuestión planteada, puede hacer lugar a las medidas precautorias solicitadas por el
actor.

Abierto el trámite del juicio de Amparo, el Juez solicitará a quien corresponda un


informe circunstanciado acerca de los antecedentes y fundamentos de la medida
impugnada, pudiendo en ese caso el requerido ofrecer las pruebas que estime pertinentes
(Art. 8).

En caso de que la acción sea admisible por el juez, éste requerirá un informe acerca de
los antecedentes y fundamentos de la medida impugnada. La omisión del pedido de
informe es causa de nulidad. Producido el informe o vencido el plazo otorgado para su
presentación se dictará una sentencia fundad dentro de las cuarenta y ocho (48) horas,
concediendo o denegando el amparo.

En caso de que algunas de las partes hubiera ofrecido pruebas, deberá ordenarse su
inmediata producción, fijando la audiencia de prueba a partir de los tres (3) días.-

A pesar de tratarse de un procedimiento sumario, se admite un reducido período de


prueba y luego de recepcionadas estas, el Juez debe decidir sobre el fondo de la cuestión
planteada, admitiendo o rechazando la Amparo .Si se inclina a favor de la petición del
amparista, la sentencia deberá contener (Art. 12):

ð La mención concreta de la autoridad contra cuya resolución, acto u omisión se


concede el amparo.

ð La determinación precisa de la conducta a cumplir.

ð El plazo para el cumplimiento de lo resuelto.

La ley ha dispuesto que la sentencia hace juzgada con respecto al amparista, dejando
subsistente el ejercicio de las acciones o recursos que pudieran corresponder a las partes
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con independencia. Así también se ha dispuesto que solamente son apelables las
sentencias definitivas, las que declaran la inadmisibilidad del Amparo previsto en el
artículo 3 y las que dispongan medidas de no innovar o la suspensión del acto
impugnado (Art. 15)

Antecedentes del habeas corpus.

Rastrando los antecedentes, encontramos como inicio el interdicto de libero homine


exhibendo, del derecho romano; la Carta Magna inglesa de 1215; el fuero o
manifestación del reino de Aragón de 1428; la ley de 1527 del fuero de Vizcacha; la ley
inglesa de 1640 y el acta de Habeas Corpus amendement at de 1679 que complementó la
Carta Magna de 1215. En estos acontecimientos, no se puede hablar de una verdadera
garantía de Habeas Corpus en sentido que a la misma asignan los textos modernos,
mientras la acción era concebida solo a favor de sectores parciales de la sociedad.
Recién cuando se la extiende indiscriminadamente a cualquier individuo privado de su
libertad, estamos frente al Habeas Corpus que recoge la constitución moderna. En
Argentina, la constitución de 1853 no contenía norma expresa sobre esta garantía. Pero
su artículo 18 estatuye que nadie puede ser arrestado sino en virtud de orden escrita por
autoridad competente, cláusula que permite el reconocimiento tácito del remedio de
Habeas Corpus como defensa para efectiviza la protección de la libertad. La constitución
de 1949,en cambio, lo incorporó en su artículo 29: “Todo habitante podrá interponer por
sí o por intermedio de sus parientes o amigos, recurso de hábeas corpus ante la autoridad
judicial competente, restricción o amenaza a la libertad de su persona. El tribunal,
comprobada la violación, hará cesar la restricción o la amenaza.” Su fuente es el art. 17
de la Constitución española de 1978.

Hábeas Corpus:

El Hábeas Corpus es una acción sumarísima , presentada ante el juez competente para
que éste examine la procedencia de la detención de una persona avocándose de
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inmediato a analizar las condiciones o requisitos formales que dan causa legal a toda
privación de la libertad y en caso de no mediar los requisitos constitucionales, resolver la
inmediata libertad del detenido.

Por lo tanto, se puede decir que el Hábeas Corpus es una acción destinada a brindar la
protección judicial para toda persona que es privada de su libertad física o ambulatoria, o
bien las encuentra restringidas, agravadas o amenazadas ilegalmente.

El fundamento constitucional de hábeas corpus se encuentra en el art. 18 de la Ley


Fundamental, a ello se le agrega la cláusula del art. 43 de la Constitución y la Ley
Nacional 23098 sancionada el 28 de setiembre de 1984.

Interpretación del art. 43 de la CN, sus reformas y similitudes con la ley nacional 23098

A partir de la Reforma Constitucional de 1994 existe una regulación explícita sobre el


Hábeas Corpus, ya que solamente se había incluido antes , en el art.18 , la prohibición de
ser “arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente”, cláusula que se
mantiene todavía vigente en la Constitución actual. Siempre se interpretó que esa
prohibición constitucional implicaba la habilitación judicial para ordenar un
mandamiento de hábeas corpus frente a un arresto que no fuera dispuesto por autoridad
competente.

La nueva regulación constitucional tuvo como fuente los proyectos de los constituyentes
como también la vigente ley nacional que rige la materia (Ley 23098) cuyos postulados
básicos receptó el cuarto parágrafo del art.43.

La ley nacional de hábeas corpus tiene vigencia en todo el territorio de la Nación,


cualquiera sea el tribunal que la aplique. No obstante, la vigencia de la ley no impedirá
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la aplicación de las disposiciones constitucionales o legales de las provincias, siempre y
cuando se considere más eficiente la protección del hábeas corpus.

* “Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado fuera la libertad


física, o en caso de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de detención,”

La norma ha utilizado el concepto de “libertad física”, en vez de “ambulatoria”, como lo


hace la vigente ley 23.098, por elegancia lingüística y no por razones de diferencia
significativa.

Con respecto a las modalidades de afectación de la libertad física tutelada por el hábeas
corpus, no hace otra cosa que reiterar las modalidades previstas en el primer parágrafo
(el que regula el amparo). Con respecto a la ley nacional de hábeas corpus (art.3) ha
dejado de lado el concepto de limitación, ya que las especificaciones utilizadas en el
art.43 de la C.N. enriquecen mucho más que dicho concepto.

A lo que respecta el “caso de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de


retención”, es una reiteración textual del texto contenido en el artículo 3º de la ley
nacional, salvo el agregado “sin perjuicio de las facultades propias del juez del proceso
si lo hubiere”.

Por lo tanto, podemos inferir que la Reforma de 1994 que incluyó la


constitucionalización del hábeas corpus, se basó en la Ley Nacional 23098 de 1984.

La aplicación de la ley nacional corresponderá a los tribunales nacionales o provinciales,


según el acto denunciado . Si se desconoce la autoridad de quien emana el acto
denunciado, conocerá cualquier tribunal.

Con respecto al art. 3 de la Ley Nacional , éste agrega que la limitación o amenaza
actual de la libertad ambulatoria sea sin orden del juez competente, lo que se refiere a
que la autoridad facultada para actuar es la autoridad judicial, el presidente de la
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Nación(cuando está vigente el estado de sitio) y todas aquellas personas u organismos
que por disposición de la ley, revisten el carácter de autoridad competente (Cámaras del
Congreso, comisiones ordinarias , la autoridad policial en el ejercicio de sus funciones
legales , la autoridad militar , las fuerzas de seguridad , los organismos dependientes del
poder ejecutivo y hasta todo particular en casos de in fraganti delito).

* “o en el de desaparición forzada de personas”

Tal formulación tiene expresa en el texto constitucional una hipótesis directamente


vinculada con la reciente y negra historia vivida en nuestro país, tiempo que no debe
olvidarse para evitar su reiteración y que esta regulación, como letra viva de nuestra ley
fundamental, debe impedir que se repita. Esta previsión no se encuentra en el vigente
texto de la ley 23098, pero ello no perturba la operatividad inmediata de la regla
constitucional.

* “la acción de hábeas corpus podrá ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en
su favor”.

Con respecto a la facultad de denunciar, la ley 23098 dispone que la denuncia de hábeas
corpus puede ser interpuesta por la persona que afirme encontrarse en las condiciones
previstas en los art. 3 y 4 de la misma ley, mientras que la CN ha optado por el
equivalente y más simple “el afectado”. La referencia a “o cualquiera a su favor” es
idéntica al texto de la ley.

Cuando se refiere a que cualquiera en su favor podrá interponer hábeas corpus, significa
que cualquier tercero (deudos, amigos o cualquier otra persona) a favor del damnificado
puede actuar.

* “y el juez resolverá de inmediato, aún durante la vigencia del estado de sitio”.


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La CN siguió el mismo criterio normativo contenido en la ley nacional con respecto a
“el juez resolverá de inmediato”. , salvo regulaciones de detalle.

Finalmente, la CN establece que el hábeas corpus procede “aún durante estado de sitio”,
regla que también se encuentra presente en el art. 4 de la ley nacional.

No está prevista en forma expresa la procedencia de la declaración de


inconstitucionalidad de una norma en el trámite del hábeas corpus, pero ello no será
óbice para que un juez lo pueda disponer en un caso concreto, por la simple razón de que
la previsión que en tal sentido existe en el primer apartado del art. 43 es aplicable a
todos los supuestos de amparo, entre los cuales el hábeas corpus, es una especie del
mismo. El constituyente no aceptó la declaración de inconstitucionalidad de oficio,
prevista en la ley 23098 (art.6) y cual ampliaremos más adelante.

La ley Nacional amplía lo referente al hábeas corpus durante el estado de sitio,


agregando que la acción podrá comprobar: la legitimidad del Estado de Sitio, la
correlación entre la orden de privación de la libertad y la situación que dio origen a la
declaración del estado de sitio, la agravación ilegítima de la forma y condiciones en que
se cumple la privación de la libertad, y el efectivo ejercicio del derecho de opción (art.
23 CN, último parágrafo)

Procedimiento

Cuando el acto denunciado como lesivo emane de una autoridad nacional, los jueces
competentes en Córdoba serán los Jueces Letrados de Primera Instancia (o en caso de
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ausencia de los mismos, será competente también el Juez de Paz Letrado), cualquiera sea
su jurisdicción , mientras sean competentes en el lugar donde se cometió o se presume
que se haya cometido la detención.

La denuncia deberá contener: nombre y domicilio real del denunciante y del afectado y
demás datos personales imprescindibles que se conozcan de este último, autoridad de
quien emane el acto denunciado, causa o pretexto del acto denunciado que lo hace
ilegítimo; y podrá sea formulada a cualquier hora del día por escrito, oralmente (cuando
existan razones de orden práctico que lo justifique) o telegráficamente.

En caso de que la denuncia no se refiera a los casos establecidos en los art. 3 y 4 de la


ley, el juez la rechazará, siempre y cuando no sean motivos del rechazo defectos
formales.

Cuando se tratare de la privación de la libertad de una persona , formulada la denuncia


ante el juez, él mismo ordenará inmediatamente que la autoridad requerida presente ante
él al detenido con un informe circunstanciado del motivo legal de la medida , la forma y
condiciones en que se cumple si ha obrado por orden escrita de autoridad competente.

En caso de que se ignore la autoridad o persona de la cual emana el acto denunciado


como lesivo, el juez librará la orden a los superiores jerárquicos de la dependencia que la
denuncia indique.

Si el juez conoce por pruebas satisfactorias que una persona es mantenida en custodia,
detención o confinamiento por algún funcionario y que es de temerse sea transportada
fuera del territorio de su jurisdicción o que se le hará sufrir un perjuicio irreparable,
puede expedir un hábeas corpus de oficio, ordenando a quien la detiene llevarla
inmediatamente o dentro de una plazo determinado a su presencia para resolver lo que
corresponda según derecho.
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Si las razones por las cuales la autoridad requerida no pudiera presentar al detenido no
estuvieran ajustadas a la ley, el juez ordenará el inmediato procesamiento del
funcionamiento responsable.

La audiencia se realizará en presencia de la persona privada de su libertad , el defensor


oficial (en caso de impedimento de asistencia por parte del amparado o en el caso de que
el afectado lo nombre como defensa , en lugar de nombrarse a sí mismo)y la autoridad
requerida ; y en ella se leerá la denuncia y el informe y dará oportunidad para que se
pronuncien tanto la autoridad requerida como el amparado.

Si se estima necesario la realización de diligencias probatorias, el juez determinará su


rechazo o admisibilidad de acuerdo con la utilidad o pertinencia al caso. Finalizada la
recepción de la prueba, se oirá a los intervinientes.

El acta de la audiencia deberá contener nombre del juez e intervinientes, mención de los
actos ocurridos durante la misma, rechazo o admisión de pruebas y su fundamento, día y
hora , firma del juez y secretario y de los intervinientes si lo quisieran.

Terminada la audiencia el juez inmediatamente deberá dictar la decisión que deberá


contener : día y hora, mención del acto denunciado como lesivo, de la autoridad emisora
y de la persona que lo sufre , motivo de la decisión, firma del juez, costas y sanciones, y
la parte resolutiva ya sea rechazo o acogimiento, caso en el cual se ordenará la inmediata
libertad del detenido. Dicha decisión será leída y quedará notificada.

Si el juez hiciere lugar a la demanda, ordenará la inmediata libertad del detenido o la


cesación de los actos que la amenacen y si lo creyera necesario, podrá imponer multa o
arresto al funcionario responsable o al culpable de la detención indebida, sin perjuicio de
ordenar el procesamiento.

Contra la decisión podrá interponerse recurso de apelación únicamente por la sanción o


costas que se le hubieren impuesto (cuando la decisión les cause gravamen) al
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amparado, su defensor, la autoridad requerida o al denunciante ante la Cámara en lo
Criminal en el término de 24 horas.

Cuando se haga lugar a la denuncia, las costas del proceso serán a cargo del funcionario
culpable.

Declaración de Inconstitucionalidad y actuación de oficio

El art. 6 de la ley 23098 faculta a los jueces para declarar de oficio la


inconstitucionalidad de una norma cuando la limitación de la libertad se concreta en
virtud de orden escrita de una autoridad que obra sobre la base de un precepto legal
contrario a la Constitución Nacional.

La norma consagró legislativamente dos innovaciones sumamente eficaces para


preservar la libertad y la constitucionalidad del orden jurídico. Una de ellas consiste en
legalizar el ejercicio del control de constitucionalidad en el marco de un proceso
sumarísimo como lo es el Hábeas Corpus. La otra consiste en facultar a los jueces para
declarar de oficio la inconstitucionalidad de una norma, es decir, aunque no medie
petición de parte interesada. También resulta plausible la solución establecida por el
art.11 de la misma ley, que en el orden federal faculta a los jueces para declarar de oficio
el Hábeas Corpus, cuando tienen conocimiento de que alguna persona es mantenida en
custodia, detención o confinamiento, y existe el riesgo de que sea trasladada fuera de su
jurisdicción, o que se le haga sufrir un perjuicio irreparable antes de que pueda ser
recorrida . En tales casos, declarado de oficio el Hábeas Corpus, la persona detenida o
amenazada deberá ser llevada inmediatamente en presencia del juez para que éste decida
lo que por derecho corresponda.

Tipología del hábeas Corpus


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Con el propósito de brindar una protección más amplia a la libertad física y ambulatoria
de las personas, que se adecua plenamente a los fines personalistas de la Ley
Fundamental, la aplicación de la garantía constitucional fue extendida a otras hipótesis.

Hábeas Corpus preventivo: Su fin es evitar la privación ilegal de la libertad física y


ambulatoria en sentido amplio y posibles amenazas ciertas o inminentes de detención
arbitraria.

Hábeas Corpus restringido: También puede ser reparador o preventivo, su objetivo es


hacer cesar limitaciones, atentados o molestias ilegítimas que perturben la libertad de
locomoción o ambulatoria. Funciona frente a todos los actos ilegales que, sin llegar el
extremo de privar de su libertad física a una persona, configuran restricciones para su
libertad ambulatoria.

Tal es lo que acontece con la prohibición de acceder a determinados lugares, de ser


sometido a vigilancias y seguimientos , o el deber de trasladarse a ciertos sitios , cuando
tales actos perturban la libertad ambulatoria de una persona sin que exista causa legal
que los justifique.

Hábeas Corpus Correctivo: Puede ser reparador o preventivo, se aplica en aquellos casos
en los que se quiere terminar con actos u omisiones que agraven indebidamente la
situación de una persona detenida legalmente (malos tratos, alojamiento en lugar
inadecuado de detención, restricción, rigores, y todas aquellas condiciones de detención
y arresto, o modificaciones en perjuicio del individuo de las modalidades impuestas por
el acto restrictivo de su libertad ambulatoria.)

Hábeas Corpus reparador: Su objetivo es hacer cesar la restricción o privación ilegal de


la libertad física y ambulatoria por parte de la autoridad pública o de particulares.

Ejemplo de Hábeas Corpus reparador:


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Recurso

Sr. Juez de Instrucción:

En mi condición de esposa y madre de B.E y D.L, fijando domicilio real en Avda. A , y


legal en calle D.Q. , ambos de esta Ciudad de Córdoba , ante V.S. comparece y
respetuosamente expongo:

OBJETO: Vengo por el presente a interponer recurso de Hábeas Corpus reparador a


favor de mi familia, esposo e hijo , por los motivos que seguidamente paso a detallar:

DERECHO: Motiva mi pedido el hecho de que mi esposo B.E y mis hijos, fueron
detenidos en horas del mediodía de la fecha, precisamente a las 12.30 horas a escasas
cuadras de nuestra vivienda , exactamente a dos cuadras , por personal que dijo ser la
Policía de la Provincia perteneciente a la División Robos y Hurtos de esta ciudad , sin
esgrimir para ello la pertinente orden escrita de autoridad competente , razón más que
suficiente por la cual creo y considero arbitraria tal medida restrictiva de la libertad , por
ello solicito a V.S. la haga cesar de inmediato (art.3 ley 23098, inc. 1º)

A fin de acreditar los extremos aludidos requiero a V.S. se oficie con carácter de
urgencia de la División de Robos y Hurtos de la Policía de esta Capital , para que
informa si la detención de los referidos fue realizada por personal de esa repartición y,
en caso afirmativo , aclare por qué causa, los motivos , el magistrado que así lo ordenó y
la orden escrita a tal fin , para cuyo caso fije audiencia a celebrarse en el término
correspondiente , trayendo ante estos ilegitimidad de la detención , se ordene la
inmediata libertar de los nombrados, con las sanciones que correspondan .

Provea de conformidad

Que ello será justicia.


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HABEAS DATA
Se conoce como Hábeas Data al recurso legal a disposición de todo individuo que
permite acceder a un banco de información o registro de datos que incluye referencias
informativas sobre sí mismo. El sujeto tiene derecho a exigir que se corrijan parte o la
totalidad de los datos en caso que éstos le generen algún tipo de perjuicio o que sean
erróneos.

El Hábeas Data ha sido reglamentado por la legislación de numerosas naciones y


también se encuentra contemplado en normativas de protección de los datos
personales. Argentina, España y Uruguay, entre otros países, cuentan con organismos
de control que supervisan el manejo de dicha información de sus ciudadanos que
realizan tanto las empresas privadas como las instituciones públicas.
El Hábeas Data, por lo tanto, supone una garantía sobre la adecuada manipulación de la
información personal que se encuentra bajo conocimiento de terceros. Esto permite
impedir los abusos y corregir los errores involuntarios en la administración y
publicación de los dichos datos.
Dicho de otra forma, se trata de un derecho que todos los ciudadanos amparados en un
plano jurisdiccional tienen de conocer, actualizar y modificar la información que se
divulgue sobre su persona en los diferentes bancos de datos o los archivos de los
organismos públicos o privados.
Este recurso legal suele ser muy importante en lo referente a la información financiera.
El Hábeas Data habilita a una persona a conocer su propia historia de crédito y a saber a
quiénes se les ha suministrado dicha información. El sujeto también puede exigir que,
una vez que se haya cumplido el periodo de caducidad de la información, se borren
todos los detalles negativos de su historia crediticia, por dar un ejemplo de una situación
que suele ocurrir en la práctica.
El recurso del Hábeas Data también ha sido utilizado por personalidades públicas como
modelos y actrices que exigieron la eliminación de sus nombres en buscadores
de Internet que vinculaban dicho dato a contenidos pornográficos.
Centrales de Riesgo
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Un concepto vinculado con el de Hábeas Data es el de Centrales de Riesgo; se llama así
a ciertos organismos que ofrecen un servicio que recoge información en una base de
datos sobre cada uno de sus clientes, permitiendo acceder a la difusión específica que se
esté haciendo sobre ellos y pudiendo colaborar en su favor si estuvieran circulando datos
que no fueran veraces o cualquier tipo de información que los mismos no hayan
autorizado.
A las centrales de riesgo pueden afiliarse tanto personas jurídicas como naturales, y se
les permite no sólo acceder a toda su información recogida, sino también realizar una
actualización o rectificación de cualquiera de los datos presentes en la base de datos de
la central de riesgo.
A su vez, cabe mencionar que en los informes realizados por las centrales de riesgo se
plasma toda aquella información que esté relacionada con la actividad financiero o
comercial de las personas involucradas y dichos reportes deben estar siempre a su
entera disposición.
En lo que se refiere a la actualización de la información que se encuentra en las bases de
datos, daremos un ejemplo para una mejor comprensión. Si un deudor se pone al día con
su obligación en mora, la entidad con la cual haya resuelto dicho desfasaje económico
debe informarlo a la central de riesgo y ésta reflejar automáticamente la realidad del
cliente; sin embargo, la situación anterior no debe borrarse de la base de datos.
Es decir que las centrales de riesgo tienen la obligación de mantener
un reporte actualizado de las personas, de modo que ningún cliente sea catalogado
como moroso si ya se ha puesto al día con sus deudas.

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