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Autonomía indígena originaria campesina

Marco jurídico

1. Constitución Política del Estado

Art. 2: Se garantiza la “libre determinación” de las naciones y pueblos indígena


originario campesinos, “que consiste en su derecho a la autonomía, al
autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la
consolidación de sus entidades territoriales…”, en el marco de la unidad del
Estado.

Art. 26: Donde se practique la democracia comunitaria, los procesos electorales


se ejercerán según normas y procedimientos propios, supervisados por el
Órgano Electoral, siempre y cuando el acto electoral no esté sujeto al voto igual,
universal, directo, secreto, libre y obligatorio.

Art. 289: La AIOC consiste en el autogobierno como ejercicio de la libre


determinación de naciones y pueblos indígena originario campesinos, cuya
población comparte territorio, cultura, historia, lenguas, y organización o
instituciones jurídicas, políticas, sociales y económicas propias.

Art. 291: Las AIOC son los territorios indígenas originario campesinos y los
municipios y regiones que adoptan tal cualidad de acuerdo a lo establecido por
la Constitución y la Ley.

Art. 293, I y III: La autonomía indígena basada en territorios indígenas


consolidados y de aquellos en proceso, una vez consolidados, se constituirá por
la voluntad expresada de su población en consulta, en conformidad a sus normas
y procedimientos propios como único requisito exigible. La Ley establecerá
requisitos mínimos de población y otros para la constitución de la AIOC.

2. Ley N. 3897 ratifica Declaración de la ONU sobre los derechos de los Pueblos
Indígenas

Art. 1. “De conformidad al artículo 59, atribución 12ª de la Constitución Política


del Estado, se elevan a rango de Ley los 46 artículos de la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada en el
61º Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, realizada en Nueva
York el 13 de septiembre de 2007”.La Declaración dispone que los pueblos
indígenas tienen derecho a:

Art. 3: La libre determinación de su condición política y de su desarrollo


económico, social y cultural.

Art. 4: La autonomía o autogobierno en cuestiones relacionadas con asuntos


internos y locales, así como a disponer de medios para financiar sus funciones
autónomas.

Art. 5: Conservar y reforzar sus propias instituciones políticas, jurídicas,


económicas, sociales y culturales, manteniendo su derecho a participar
plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del
Estado.

Art. 13: Revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras sus
historias, idiomas, tradiciones orales, filosofías, sistemas de escritura y
literaturas, y a atribuir nombres a sus comunidades, lugares y personas y
mantenerlos. Los Estados adoptarán medidas eficaces para garantizar la

protección de ese derecho y también para asegurar que los pueblos indígenas
puedan entender y hacerse entender en las actuaciones políticas, jurídicas y
administrativas, proporcionando para ello, cuando sea necesario, servicios de
interpretación u otros medios adecuados.

3. Ley N. 1257 que aprueba el Convenio 169 de la OIT

La Ley N. 1257 de 11 de julio de 1991 aprueba el Convenio 169 sobre Pueblos


Indígenas y Tribales en Países Independientes, aprobado en la 76 Conferencia
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizada el 27 de junio de
1989, de conformidad al artículo 59, atribución 12ª de la Constitución Política del
Estado.

Art. 14: Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad


y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan. Además, en los
casos apropiados, deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho de
los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas
por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus
actividades tradicionales y de subsistencia. A este respecto, deberá prestarse
particular atención a la situación de los pueblos nómadas y de los agricultores
itinerantes. Los gobiernos deberán tomar las medidas que sean necesarias para
determinar las tierras que los pueblos interesados ocupan tradicionalmente y
garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y posesión.

4. Ley N. 018 del Órgano Electoral Plurinacional

Art. 6: Es competencia del Órgano Electoral Plurinacional (OEP) supervisar el


cumplimiento de las normas y procedimientos propios de las naciones y pueblos
indígena originario campesinos en la elección, designación o nominación de sus
autoridades, representantes y candidaturas, en las instancias que corresponda.
Art. 26: El Tribunal Supremo Electoral (TSE) tiene como atribución jurisdiccional
conocer y resolver, sin recurso ulterior, las decisiones adoptadas en ejercicio de
la supervisión al cumplimiento de normas y procedimientos propios de las
naciones y pueblos indígena originario campesinos en la elección, designación
o nominación de sus autoridades, representantes y candidatos.

5. Ley N. 026 de Régimen Electoral

Art. 92: En el marco del ejercicio de la Democracia Comunitaria, el OEP, a través


del SIFDE, supervisa el cumplimiento de normas y procedimientos propios,
cuando corresponda. Con este fin, se coordinará con las autoridades indígena
originario campesinas para el establecimiento de la metodología de
acompañamiento que se adecúe a las características de cada proceso y a sus
diferentes etapas. El OEP garantiza que el proceso de supervisión no interferirá
en el ejercicio de la democracia comunitaria.

6. Ley N. 031 Marco de Autonomías y Descentralización “Andrés Ibáñez”

Art. 5: Las naciones y pueblos indígena originario campesinos ejercen libre y


voluntariamente el derecho a acceder a la autonomía de acuerdo a lo establecido
en la CPE y la Ley. En los departamentos, las regiones, los municipios y las
naciones y pueblos indígena originario campesinos, la ciudadanía tiene el
derecho a dotarse de su propia institucionalidad gubernativa y elegir
directamente a sus autoridades en el marco de la autonomía reconocida por la
Constitución. Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus territorios, se garantiza
su libre determinación que consiste en su derecho a la autonomía, al
autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la
consolidación de sus entidades territoriales.

Art.6: El territorio indígena originario campesino se constituye en unidad territorial


una vez que acceda a la autonomía indígena originaria campesina. Es el territorio
ancestral sobre el cual se constituyeron las tierras colectivas o comunitarias de
origen, debidamente consolidadas conforme a ley, y que ha adquirido esta
categoría mediante el procedimiento correspondiente ante la autoridad agraria,
en el marco de lo establecido en los Artículos 393 al 404 y la segunda parte de
la Disposición Transitoria Séptima de la CPE.

El territorio indígena originario campesino que cumpla los requisitos y


procedimientos establecidos en la presente norma conformará en un gobierno
autónomo indígena originario campesino. Este territorio será aprobado por ley
como unidad territorial, adquiriendo así un doble carácter; en este caso se rige
por los Artículos 269 al 305 y la primera parte de la Disposición Transitoria
Séptima de la Constitución y la presente Ley.

Las naciones y pueblos indígena originario campesinos existen con anterioridad


a la invasión o colonización, constituyen una unidad sociopolítica, históricamente
desarrollada, con organización, cultura, instituciones, derecho, ritualidad, religión,
idioma y otras características comunes e integradas. Se encuentran asentados
en un territorio ancestral determinado y mediante sus instituciones propias; en
tierras altas son los Suyus conformados por Markas, Ayllus y otras formas de
organización, y en tierras bajas con las características propias de cada pueblo
indígena, de acuerdo a los Arts. 2 y 32 de la CPE.

Art. 9: La autonomía se ejerce a través de la gestión pública intercultural, abierta


tanto a las diferentes culturas de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos, como a las personas y colectividades que no comparten la identidad
indígena. En el caso de la autonomía indígena originaria campesina, a través del
ejercicio de la potestad jurisdiccional indígena.

Art. 12: El gobierno de las AIOC se ejercerá de acuerdo al Artículo 296 de la


Constitución.
Art. 15: Los territorios indígena originario campesinos y las regiones pasarán a
ser unidades territoriales una vez que, cumpliendo los requisitos de ley, hayan
decidido constituirse en autonomías indígena originaria campesinas o
autonomías regionales, respectivamente.

Art. 16: Los municipios o regiones que adopten la cualidad de autonomía


indígena originaria campesina podrán modificar su condición de unidades
territoriales a la categoría de territorio indígena originario campesino, en caso de
consolidar su territorialidad ancestral, al amparo de lo establecido en el Parágrafo
I del Artículo 293 de la CPE.

Art. 28: I. A iniciativa de las naciones y pueblos indígena originario campesinos,


los municipios crearán distritos municipales indígena originario campesinos,
basados o no en territorios indígena originario campesinos, o en comunidades
indígena originaria campesinas que sean minoría poblacional en el municipio y
que no se hayan constituido en autonomías indígena originaria campesinas en
coordinación con los pueblos y naciones existentes en su jurisdicción, de
acuerdo a la normativa vigente y respetando el principio de preexistencia de
naciones y pueblos indígena originario campesinos. Los distritos indígena
originario campesinos en sujeción al principio de preexistencia son espacios
descentralizados. Los distritos indígena originario campesinos en casos
excepcionales podrán establecerse como tales cuando exista dispersión
poblacional con discontinuidad territorial determinada en la normativa del
gobierno autónomo municipal.

II. Las naciones y pueblos indígena originario campesinos de los distritos


municipales indígena originario campesinos elegirán a su(s) representante(s) al
concejo municipal y a su(s) autoridades propias por sus normas y procedimientos
propios, según lo establecido en la carta orgánica o normativa municipal. III. Los
distritos municipales indígena originario campesinos que cuenten con las
capacidades de gestión necesarias y con un Plan de Desarrollo Integral podrán
acceder a recursos financieros para su implementación. El Plan debe estar
enfocado según la visión de cada pueblo o nación indígena originario campesino,
en armonía con el Plan de Desarrollo Municipal.
Conclusión

Las autonomías, son un régimen en el cual se transfieren recursos y


competencias a niveles su nacionales, incluyendo la facultad legislativa, dentro
de las limitaciones que la Constitución y las leyes específicas determinen.

Para que exista una verdadera autonomía, no sólo son necesarias la


delegación y transferencia de competencias, potestades y facultades, debe
existir suficiencia fiscal con paridad ideal para la descentralización,
correspondencia plena entre responsabilidades y fuentes de financiamiento, así
como sostenibilidad en el tiempo respecto a la estabilidad de las fuentes de
financiamiento.

La autonomía indígena originaria campesina, en el marco de la Constitución


Política del Estado Plurinacional de Bolivia y la Ley Marco de Autonomías y
Descentralización, por más que lleve la denominación de “autonomía”, no es
más que un proceso de descentralización, ya que carece de facultad
legislativa y su fuente de financiamiento no es estable, creando una denotada
brecha entre la generación de recursos y la capacidad de gasto entorno al
esfuerzo fiscal y las decisiones autónomas.

En lo que lleva de vida la autonomía indígena en Bolivia, parece no justificar su


existencia. Entonces, si se mantendrá este nivel de descentralización, es
necesario delimitar sus competencias, debiendo precisar las mismas y las
materias competenciales, evitando una inapropiada mezcla constitucional
entre deseo, atribución y funciones ambiguas.

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