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Eléctrica
Unidad: #5
Índice…………………………………………………….. 2
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Historia de los superconductores
Descubrimiento del estado superconductor. Resistencia cero. El fenómeno de la
superconductividad no fue descubierto hasta principios del siglo XX, momento en el que la
tecnología criogénica se desarrolló suficientemente permitiendo llegar a temperaturas de unos
pocos grados Kelvin. Heike Kammerlingh Onnes, de la Universidad de Leiden, en Holanda que le
dio una ventaja que había de resultar decisiva.
La posibilidad de obtener helio líquido, no sólo era interesante para la observación del helio en sí,
sino porque permitía hacer experimentos en un entorno estable de unos 4°K de temperatura.
Aprovechando este hecho, Karnrnerlingh Onnes y su equipo se dedicaron a estudiar la resistividad
de varios metales en función de la temperatura.
Se realizaron medidas de resistividad con platino y oro a las temperaturas de ebullición del
oxígeno (900 K), nitrógeno (77°K) hidrógeno (200 K) y helio (4,2°K). En estos metales se observó
un descenso gradual de la resistividad con la temperatura.
A temperaturas suficientemente bajas las impurezas en las muestras utilizadas tenían un efecto
dominante e n la resistividad. Para evitarlo, se empezaron a realizar medidas con mercurio, del que
se podían obtener muestras muy puras por destilación sucesiva. Los resultados experimentales
presentaron el esperado descenso gradual de la resistividad con la temperatura en las medidas
realizadas con oxígeno, nitrógeno e hidrógeno. Sin embargo, los experimentos rea l izados con
helio " fracasaban " sistemáticamente: las resistencias medidas eran nulas (por debajo de la
sensibilidad de los instrumentos disponibles), lo cual se atribuía a corto circuitos e n e l cableado
utilizado en los experimentos. Estos experimentos los realizaba Gilles Holst - un asistente de
Onnes en 1911 , ayudado por un estudiante que hacía las veces de maestro de laboratorio. Fue
Holst quien.
Generalidades de los superconductores
Los superconductores de baja temperatura son aquellos cuya temperatura crítica es inferior a 30 K
(este límite debe ser revisado con la aparición de los compuestos basados en Mg B2 que llegan a
alcanzar los 40 K) y su principal característica es su diamagnetismo, es decir, la exclusión de
campo magnético de su interior, lo cual se conoce como efecto Meissner. Este comportamiento es
completamente diferente al de un conductor perfecto, que mantiene constante el flujo en su interior
o sea que la derivada del campo es cero. A este grupo pertenece aproximadamente la mitad de los
elementos metálicos en estado puro y también algunas aleaciones. [Rose-Innes] En el capítulo 2 se
ha introducido el concepto general de superconductor. En el presente capítulo se han diferenciado
superconductores de alta y de baja temperatura y también superconductores tipo I y tipo II. Ahora
completaremos la descripción de cada uno de ellos viendo cómo se comportan cuando conducen
corrientes y cuando son sometidos a campos magnéticos.
Materiales superconductores
Podemos dividir los materiales semiconductores conocidos en tres grandes grupos · Elementos:
alrededor de 25 metales presentan esta propiedad. El sistema periódico de los elementos no aporta
ninguna clave para explicar el fenómeno de la superconductividad. Así, los metales sencillos de
electrones casi-libres (metales nobles, metales alcalinos) no se vuelven superconductores mientras
que elementos de casi todas las estructuras cristalinas pueden ser superconductores.
Aplicaciones
La superconductividad tiene numerosas aplicaciones. Hoy en día la principal utilidad de un
superconductor es la producción de campos magnéticos muy intensos. Estos campos son
generados por potentes imanes fabricados con bobinas de cables superconductores (electroimanes
superconductores). Este es el caso de los imanes que se utilizan en grandes instalaciones
científicas, como los aceleradores de partículas, en frenos magnéticos, y en medicina, como los
aparatos de resonancia magnética nuclear. Por otro lado, los campos magnéticos intensos son
necesarios para controlar los reactores de fusión nuclear, aún experimentales, que serían una forma
alternativa de producción de energía no contaminante. Los imanes potentes son también un
componente importante de los generadores que transforman energía mecánica en electricidad,
como generadores eólicos e hidráulicos. Esto es altamente interesante dado que el uso de imanes
producidos por bobinas superconductoras disminuyen las pérdidas mecánicas en la producción de
energías alternativas. De esta manera, disminuye de forma importante el peso y las dimensiones de
los motores. Además, el uso de generadores superconductores reduce la dependencia en las
escasas tierras raras que componen los imanes convencionales. Desde el punto de vista comercial,
se cree que los motores y generadores superconductores tendrán enormes consecuencias en lo
social y económico. La posibilidad de tener materiales con resistencia nula permitiría almacenar
muy eficientemente la energía eléctrica, por ejemplo con cables que conducen la electricidad sin
pérdidas de energía. También se desea utilizar electroimanes superconductores para la levitación
de trenes de transporte o de carga. Sin embargo, se requieren algunas innovaciones técnicas antes
de poder completar un diseño comercial. Por otro lado, desde el descubrimiento del llamado efecto
Josephson, con superconductores se pueden fabricar también detectores ultrasensibles de campos
magnéticos. Las aplicaciones de los materiales superconductores están limitadas por dos motivos
principales: la necesidad de enfriar el superconductor y su eficiencia, que en general, es
inadecuada para la corriente alterna. Esto es debido a que en un campo alternamente se presenta
histéresis magnética. Esta presencia crea regiones localizadas de sobrecalentamiento, por lo que el
superconductor pierde sus propiedades. Por lo tanto, para poder desarrollar todo el potencial de los
materiales superconductores se necesita aún superar ciertos retos relacionados con los parámetros
críticos y con la propia producción de los materiales. En resumen, podemos clasificar las
aplicaciones de los superconductores en cuatro vertientes: su uso en material eléctrico, en
medicina, en transportes y en formas de producción de energía.
Material eléctrico Los superconductores permiten conducir la corriente eléctrica sin pérdidas, por
lo que pueden transportar densidades de corriente por encima de dos mil veces lo que transporta un
cable de cobre. Los cables superconductores no sólo ahorran energía al no producir calor, sino que
también admiten la transferencia de mucha mayor potencia que un cable de cobre con el mismo
voltaje. Esto es de vital importancia ante la creciente saturación de la red eléctrica y los
consecuentes apagones. Además no producen altos campos electromagnéticos en sus proximidades
ni efectos térmicos. Por todo esto los cables se pueden enterrar en vías subterráneas ya existentes.
Cabe destacar los cables HTS (High Temperature Superconductor), que presentan una solución a
la titánica tarea de llevar más electricidad a las áreas densamente pobladas. Estos cables
superconductores de alta temperatura se enfrían con nitrógeno líquido para conseguir la propiedad
de la superconductividad. Los cables superconductores tienen el potencial de multiplicar la fuente
de electricidad a un área usando el conducto existente de la infraestructura. Los cables HTS ya
usados en proyectos reales son capaces de llevar hasta 3 kA de corriente eléctrica. A pesar de estas
ventajas, estos cables siguen siendo costosos.
Medicina
Gracias al efecto Josephson, los superconductores pueden utilizarse para medir campos
magnéticos. Esto se logra mediante un dispositivo llamado SQUID (Superconducting Quantum
Interference Device). Es uno de los dispositivos superconductores más utilizados y es el
instrumento más sensible que existe para medir una gran cantidad de magnitudes físicas: campos
magnéticos, cambios espaciales de campos magnéticos, susceptibilidades magnéticas, voltajes
muy pequeños y desplazamientos microscópicos. Existen dos tipos de este dispositivo: el SQUID
de corriente directa (cd) y el SQUID de radiofrecuencia (rf). Estos dispositivos pueden emplearse
para medir la actividad neuronal y la cardíaca, así que pueden utilizarse para diagnosticar
enfermedades. Por ejemplo, los magnetoencefalogramas registran la actividad cerebral mediante la
detección de los campos magnéticos del cerebro. Esta actividad se ve alterada por determinadas
enfermedades como el Alzheimer. Los campos magnéticos generados son muy débiles por lo que
es necesario disponer de sensores extremadamente sensibles y precisos. Gracias a los SQUIDS es
posible realizar mapas funcionales de gran precisión.
Por otro lado, los aparatos de resonancia magnética que se utilizan en pruebas médicas de imagen
funcionan gracias a imanes creados con superconductores. Estos dispositivos se utilizan como una
herramienta de diagnóstico. Esencialmente, el campo magnético intenso que genera el
superconductor estimula que el núcleo de los átomos emita radiación. Esta radiación se usa para
producir la imagen de una sección transversal del cuerpo de un paciente o de sus órganos internos.
De hecho, no sólo se obtiene la forma y la densidad de un órgano, sino que esta técnica es capaz de
analizar químicamente el tejido que se está revisando. La ventaja obvia de este procedimiento es la
detección temprana y los diagnósticos precisos de las enfermedades o anormalidades en el tejido
humano.
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