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Declaración de lxs trabajadorxs del Archivo General de la Nación acerca del

estado de situación edilicia de la institución

Hoy nos encontramos acá para tratar el proyecto de ley de emergencia edilicia y
presupuestaria del Archivo General de la Nación. Producto de la desidia de la gestión
vigente, la falta de mantenimiento y la profunda precarización a la que nos vemos
sometidos, nuestro sector de trabajo ha sido víctima de un deterioro cada vez más
marcado que afecta a la documentación y las condiciones en las que desempeñamos
nuestras tareas.

El 8 de marzo pasado el depósito del Departamento Documentos Escritos del


Archivo sufrió filtraciones producto de lluvias producidas durante la noche anterior. Ante
la falta de soluciones, la situación se agravó cuando cuatro días después, el 12 de marzo,
una nueva tormenta provocó la inundación del depósito, que alberga Decretos del Poder
Ejecutivo Nacional -PEN- que van desde el año 1947 al 2015, expedientes del Juzgado del
Crimen de Primera Instancia de la Capital del siglo XIX y principios del XX, Libros de la
Propiedad Inmueble, Protocolos Notariales, Cédulas del Censos Económico y Social,
Órdenes del Día de la Policía de la Capital y Decretos del Ministerio de Justicia e
Instrucción Pública. Los y las trabajadores tuvimos que evacuar 700 unidades de
conservación correspondientes al Juzgado del Crimen de la Capital y 23 tomos de decretos
PEN del año 2003 y 2004. Al cese de actividades que nos vimos obligados a llevar adelante
se le sumó la difusión del estado de situación en la que nos encontramos. La atención al
público se vio interrumpida y hoy en día funciona bajo una guardia mínima, de carácter
excepcional porque aún no se arreglaron los techos del depósito mientras la
documentación que se encuentra en el lugar sigue en riesgo. Las condiciones
medioambientales para su adecuada conservación se vieron modificadas por la humedad,
favoreciendo la proliferación de hongos y microorganismos.
Esto no es un caso aislado del Departamento Documentos Escritos, sino que
responde a una problemática estructural del Archivo General de la Nación. Los
trabajadores del Departamento Archivo Intermedio se vieron obligados a mover su área
de trabajo en el depósito anexo de la calle Benedetti, debido a que el techo se llueve y
corre riesgo de caerse. Aparecieron alacranes en el subsuelo, espacio destinado al
personal tercerizado de limpieza. Aires acondicionados del Departamento Cine, Audio y
Video, fundamentales para su correcta preservación, aún no fueron arreglados. Aunque
debería estar formalmente clausurada, la entrada al depósito hemeroteca del
Departamento Biblioteca está restringida debido a que el peso de la documentación hace
que el piso se hunda. De más está aclarar que toda esta situación implica no sólo el riesgo
de perder documentación invaluable sino también la integridad física de los trabajadores.

Cada uno de estos reclamos fueron presentados en las sucesivas reuniones de la


Comisión de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (CyMAT). Los mismos no
recibieron ningún tipo de respuesta por parte de la patronal. La única “propuesta” de la
dirección del archivo a toda esta problemática fue la de sostener que la misma se
solucionaría con la inauguración del nuevo edificio. Esto es falso, primero, porque las
obras destinadas a su construcción se encuentran detenidas y, hoy por hoy, no tenemos
una fecha concreta de inauguración. Segundo porque en el momento en que el edificio
esté terminado, cuando sea que fuere, este no podrá albergar la totalidad de la
documentación actual del AGN. Por lo tanto, la supuesta nueva sede del Archivo no puede
ser tenida como una respuesta a nuestros reclamos, dado que no corrige el problema en
el corto plazo (ni la documentación ni los trabajadores tenemos tiempo para esperar: el
deterioro y los riesgos están ahora) y tampoco es una solución estructural a los mismos.

A todo este desastre se suma que en la actualidad no contamos con personal


dedicado al mantenimiento del edificio. Este tipo de tareas se encuentran a cargo de una
empresa tercerizada que jamás ha concluido trabajo alguno en el Archivo y que no
desempeña sus tareas con regularidad.
Por último, debemos mencionar que trabajamos en un organismo científico técnico
que no es reconocido como tal. Realizamos tareas profesionales para las cuales estamos
capacitados (y nos seguimos capacitando permanentemente), pero nos contratan como
administrativos, desconociendo tanto la profesionalidad como la insalubridad de nuestra
tarea archivística. Esto se debe a que dentro del organigrama ministerial la función de este
Archivo históricamente ha sido relegada al rango de Dirección General, dependiente de
una Secretaría; lo que se traduce en un manejo presupuestario insuficiente y en el cuadro
de precarización laboral que estamos denunciando.

Frente a esta situación alarmante, los trabajadores nos hemos visto obligados a
visibilizar ante las y los representantes legislativos y la sociedad en general las condiciones
estructurales en la que se encuentra hoy el Archivo General de la Nación. Este escenario
repercute directamente en la ciudadanía dado que la documentación que nos encargamos
de custodiar funciona tanto como herramienta para la construcción de un discurso
historiográfico como para la conservación de una memoria institucional y la garantía de
derechos de todos.

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